Partida Rol por web

Meredith acompañó el mismo gesto de subir al caballo que aquel indio Lipán. Después lo hizo William, subiendo al animal con cierta dificultad. No había descansado lo suficiente como para que la herida cosida y emplastada hubiera cicatrizado, pero tras los primeros pasos con el animal por el campamento notaba cierta mejoría. El caso es que salísteis del campamento Apache con aquel acompañante que llevaba lanza tras de sí, sujeta en su propio caballo marrón de manchas de leche. Había que aprovechar el poco tiempo de luz que quedaba, pues era ya tarde avanzada, y tras cruzal el mismo cenagal que antes os encontrásteis volvísteis tras vuestros pasos hasta el lugar en que os separásteis (qué mejor lugar que buscar desde allí).

Estando en la misma hondonada en la que la estampida de bisontes casi arrasa con la escritora y con el propio Thomas, subísteis el cerro por el que el joven ranchero se había elevado con su caballo. El indio os guió yendo en vanguardia, tratando de abrir camino entre aquellos peñascos horadados y calientes, y entre los arbustos del cerro. Habían pasado unos veinte minutos desde vuestra salida, y otros diez hasta que llegásteis hasta la cumbre del montículo.

Una vez arriba, el nativo apache se bajó del caballo, y os hizo un gesto rápido par que hiciérais lo mismo. Parecía haber advertido algo. Cuando descabalgásteis, dejásteis los animales un paso atrás, y el nativo avanzó agachado hasta el borde del precipicio en aquella altura en la que os encontrábais. Vosotros hicísteis lo mismo (William con severas dificultades), pues entendíais que algún evento había detrás de aquella altura.

Ahora veíais una depresión de terreno, donde los arbustos verdes seguían destacando sobre el terreno polvoriento, rocoso y rojizo.  Una especie de arroyo seco se dibujaba en la base de aquel cerro, allá abajo. La orografía del terreno era irregular, y muchos metros más adelante, es decir, hacia delante y hacia abajo, se dibujaba un diminuto rancho visto desde tu posición, en un pequeño valle. Una fina alambrada se distinguía, una vivienda y dos cobertizos juntos se erigían en su interior. Sin embargo, lo que más os sorprendió era ver que un total de diez indios acompañados de caballos tenían rodeado el lugar, y, un instante después, descabalgaron y entraron por la fuerza en la única vivienda, como si estuvieran asaltándola (de hecho es lo que hacían).

Subir al caballo hizo ver todas las estrellas a William, la herida aún estaba recién cosida, le iba a resultar un viaje duro. No obstante, tras un rato noto un cierto alivio, y con el tiempo hasta se olvidaba de su herida, hasta que alguna punzada de dolor se lo volvía a recordar de golpe. Siguieron el camino por el que habían venido y subieron al cerro por el qué se fueron Harlan y Thomas. Aquí su guía bajo del caballo, y ellos hicieron lo mismo. Agazapados pudieron ver como un grupo de unos 10 indígenas atacaban un viejo rancho.-No se si habrá alguien en ese viejo rancho, pero son demasiados asaltantes para que nosotros podamos hacer algo. Tal vez deberíamos permanecer ocultos y ver qué hacen.- Y espero a ver qué decía Meredith y cuál era la reacción del apache que les acompañaba. Un ataque en una situación de tal inferioridad, tendría que estar muy estudiado y aprovechando el subterfugio. No podían ir a lo loco, o no saldrían de esta. 

Asentí a las apreciaciones de Will. ¿Qué podíamos hacer mucho más allá de mirar? Observé con interés la escena. ¿Estos eran indios de la misma tribu de los lipanes o de otra?

Me fijé en las expresiones del indio que nos acompañaba, aunque no sabía cómo preguntarle. Le hice algunos gestos, señalando al rancho en ruinas y luego a él mismo, y marqué la forma de una pluma en mi cabeza y toqué mi corazón. No se, quería hacerle entender que preguntaba si eran de su tribu. Seguramente que no, pero a saber si al menos conocía de quienes se trataba. 

-Alguien seguro que hay. -O los indios así lo creían. Me asaltó un mal presentimiento - ¿Podría ser Harlam? ¿O Thomas? Pero hace ya mucho que hemos pasado por aquí.
Me quedé medio escondida, mirando sin perder detalle de la escena allá abajo.

Instinto de supervivencia. Probablemente así quisiera llamarlo Thomas. Harlan no parecía precisamente una amenaza ahora mismo, pero aquellas hachas ya eran otro asunto. No se contuvo lo más mínimo, y es que cuando a uno lo acorralan...

Aquella vivienda estaba en ruinas, como los dos cobertizos que tenía a su lado. Meredith escudriñó desde las alturas a... Dan Harlan, situado en una de las ventanas de la planta superior de la ruinosa vivienda. El tipo se estaba descolgando desde la misma, tal vez hasta el suelo. Dentro los indios acabaron de entrar...

Entonces el indio dio un codazo leve a Meredith para llamar su atención. Apuntó allí abajo con el dedo, y sacudió su cabeza hacia allí, como si invitara a la mujer a llegar allí... ¿Estaría el joven Thomas en aquel lugar?

Acto seguido, un dolor muy agudo invadió a la escritora. El Lipán y William se dieron cuenta: le dolía su pecho... y se llevó las manos a él.

Turno 1:

Aquellos dos nativos Apaches aparecieron en el final de la escalera, mientras tú los encaraste con tus propias manos. Las sentías fuertes, poderosas, y los golpeaste con éstas...

Thomas vs Ap1: 20 (crítico). Daño: Máximo y doble por crítico: 29 puntos.
Thomas vs Ap2: 20 (crítico). Daño: Máximo y doble por crítico: 29 puntos.

Tus manos golpearon sus pechos y su cuello, respectivamente, y sentiste entre tus dedos una mezcla de carne, huesos y sangre, pues al lanzar aquellos ZARPAZOS sus cuerpos se deshicieron al instante, como quien araña una pared hecha de mantequilla... La cabeza de uno fue arrancada de cuajo y el pecho del otro, abierto en canal, se desplomó por el hueco de la escalera... Sin embargo, los Apaches no se amilanaron, y pese al temor que podría causar a cualquiera, siguieron subiendo de dos en dos...

Por su parte, viste que Dan Harlan, unos metros más allá, se estaba descolgando por la ventana en la que antes vigilárais a los nativos...

Forzando la vista me pareció ver a Harlan intentando escapar por una de las ventanas. Le di un codazo, sin pensarlo, a William, señalando hacaia abajo.

-¡Mira, mira, ahí! Es ese criminal, Harlan, quiere escapar saliendo por la ventana.

¿Debían ayudar a ese tipejo a librarse de los indios y que la justicia blanca lo juzgara, o que los indios lo capturasen? Pero...si no eran de la tribu nde nuestro guía, quizás también querían nuestras cabelleras.

No se qué decidir. 

-No, no...-negué con la cabeza al lipan. Nooo, yo no pensaba bajar a ese lugar. Entonces...el dolor de nuevo...Muy fuerte...Casi me hace lagrimear. Intento respirar hondo, cierro los ojos, concentrándome en respirar y no angustiarme.

-No...no podemos ir...algo muy malo va a pasar...lo presiento. No me hagáis ir a ese rancho en ruinas, por favor.

William consigue ver como Harlan se esta descolgando desde una ventana, mientras que los indios entran en el rancho.-Maldito Harlan, si el esta en el rancho, es también posible que este Thomas.-De repente un fuerte dolor pareció apoderarse de su compañera, se llevo las manos al pecho, con la cara contraída en un gesto de profundo dolor.-¿Que ocurre Meredith? ¿Estas bien? Tal vez debas beber un poco de agua, y debemos pensar con cuidado que podemos hacer, estamos sometidos a una gran tensión, y esto puede afectarnos.-William no quería que los indios matasen a Harlan, este tenía que ser llevado ante la ley. También le preocupaba la suerte que habría podido sufrir Thomas. Pero en estos momentos su mayor preocupación era Meredith, que daba la impresión de estar sufriendo algún tipo de ataque. Y además con ir rápido a caer en las manos de aquellos indios, no iban a solucionar nada. 

Así que trata de ayudar a Meredith a recuperarse, le da un poco de agua y la ayuda a recostarse en el suelo, buscando la posición mas cómoda posible para su compañera.

Redwick se enfrentaba a los salvajes sin compasión, ¿no eran personas a fin de cuentas, no?

- Ni se te ocurra Harlan... - le advierte - o eres el siguiente - promete

Thomas realmente tenía intención de cumplir con la palabra dada a su padre, pero ante la imposibilidad de cumplirla lo prefería muerto a... huido. 

Turno 2:

Notabas el poderío en tus manos. Ahora eran peludas, como las de un lobo y un oso, y tus uñas completamente negras. Los nativos alzaban sus hachas, pero no lograron descargarlas en tí, ya que tus poderosos brazos hablaron primero:

Thomas vs Ap2: 12 vs 11. Daño: 5 puntos.
Thomas vs Ap3: 12 vs 11. Daño: 11 puntos.

Uno de ellos cayó de bruces hacia atrás, entorpeciendo a los de atrás, y otro perdió la vida al instante cuando hundiste tu puño en su pecho, rompiéndole algunas costillas y causando dos muertes en un instante.

Harlam no hacía caso a tu propuesta. No podía esperar el mismo destino de aquella bestia que daba matarile a los indios como el que chasqueaba los dedos. Enseguida se descolgó por la ventana y sólo podías verle ahora los dedos (pues su cuerpo estaba colgado en la parte de fuera). En cualquier momento dejaría de hacer esfuerzo para descolgarse.

Dos nuevos nativos subían.

La bestia que en algún momento había sido ¿o seguía siendo? el joven Redwick se echó contra la ventana de un salto y clavó las garras sobre las manos de Harlan para tirar de él de vuelta hacia arriba y arrojarle contra la pared más alejada de las ventanas... un sitio en el que poder mantenerle a la vista, la idea no era matarle aunque los accidentes a veces ocurrían y con suerte aquellos salvajes derribados le darían tiempo suficiente para la maniobra antes de que volvieran a acosarle. 

-Un poco de agua, sí, gracias Miro a William, preocupado. Me da algo de vergüenza que me suceda delante de los dos.

-Verás...a veces...a veces me pasa. Una opresión en el pecho, me quedo sin aire, me oprime el corazón. Cuanto más fuerte, peor es lo que va a pasar. Pensarás que estoy loca, pero es una premonición, me pasa desde jovencita.

Bebo de la cantimplora -Antes de la estampida tuve un ataque...con todo...me arriesgué...

Turno 3:

Te abalanzaste hacia la ventana, y entonces agarraste a Harlan por las muñecas. Estaba el cuatrero a punto de soltarse y desaparecer en la caída, pero lo cogiste al vuelo (podría decirse). Entonces lo levantaste y lo lanzaste contra una de las paredes de aquella primera planta. El impacto hizo que se estremeciera, y el impacto golpeó contundentemente en el bandido (aunque no por ello le provocó daño grave), quedando recostado y a la vista, bastante dolorido. Ahora parecía que Harlan no tenía ganas de intentar nada. Por su parte, dos de los nativos (los dos siguientes), subieron al primer piso y trataron de atacarte con sus hachas, pero sin éxito alguno. Entonces otros dos aprovecharon para subir los últimos escalones...

En esos momentos se hizo de noche.

Tras ofrecerle un poco de agua, Meredith habló sobre una dolencia. El nativo Lipán miraba a la mujer, como esperando que hiciera algo. Notaba el dolor de su pecho, pues el dolor era algo que traspasaba cualquier idioma. El caso es que esperando allí... se os hizo de noche. Las estrellas comenzaron a salir en el firmamento, y abajo sólo pudísteis ver ahora unas luces (o más bien su reflejo), dentro de la vivienda. Ya no podíais ver nada a más de dos pasos...

William esta preocupado por Meredith, ha visto algún caso de ataques similares que acababan de forma mortal para los que los sufrían. En un principio había temido que fuese una ataque cardiaco, pero con lo que la joven comento, pensó que podría tratarse de un gran ataque de ansiedad. En estas estaban, cuando ya se hizo de noche, sentía mucha rabia al pensar que Harlan se estaría alejando de ellos, con ayuda de la oscuridad de la noche. Pero había unos 10 indios en el rancho, y poco o nada podrían hacer contra ellos si les descubrían.-Tranquila Meredith, bebe un poco mas de agua, despacio, que parece que te ha sentado bien.-Tras ayudarla a que bebiese un poco de agua sin atragantarse, y le pregunta:-Y que es lo que te dice esa premonición que va a pasar, ya que esta vez parece que ha sido muy fuerte.-Y permaneció cerca de la joven, tratando de ayudarla a recuperarse, en estos momentos estaban en una situación muy delicada, eran muy vulnerables ante cualquier ataque, lo único bueno era su posición en lo alto del cerro, y a distancia del rancho. Aun así, se mantuvo alerta, por si oía a alguien aproximarse a donde se encontraban.