Partida Rol por web

La noche seguía a su ritmo. Pasaban diez minutos de la medianoche y aún quedaban bastantes horas para el amanecer pero los vampiros sentían cada movimiento del reloj como una línea en una carta de suicidio. Si al amanecer no habían resuelto aquella encerrona no tendrían oportunidad de salir de la ciudad y acabarían pagándolo con el Olvido Eterno.

Así que cuando David y Karlos llegaron los primeros al callejón y no vieron a sus compañeros no pudieron reprimir un suspiro de fastidio. La arena del reloj caía implacable.

David había obviado lo que Karlos le había dicho deliberadamente. Todo el viaje había estado callado, pensativo y con mala cara. Finalmente cuando llegaron los primeros sacó el móvil y lo miró; esperando quizá encontrar un mensaje avisando de algo.

- ¿Donde narices están? - Dio un suspiro - Bueno mira, mejor. Así zanjamos esto pronto.

Se giró mirando al chaval y le cogió del hombro. 

- Escucha colega - aquella palabra colega sonó realmente forzaba, no era algo que estuviera en el vocabulario de David - No vuelvas nunca, a salir corriendo si estás con Shunka. No tengo ni idea de porque no te ha cogido y arrancado la cabeza con sus manos, pero si lo hubiera hecho. Si lo hubiera hecho hubiera mirado como lo hacía sin mover un pelo. - Negó con la cabeza - Mira chaval - Esa palabra si que era habitual suya para referirse a Karlos de forma cariñosa - Tengo un puto nombre sabes. Soy alguien entre toda esa bazofia que estaba escondida. Pero Shunka todavía esta a otro nivel. Si alguna vez quieres ser alguien en la ciudad, procura pegarte a mi y aprender. - 

Se giró, buscando quizá a Eddie y Dolores. - ¿Asia, de verdad? - Dijo entonces volviendo la cara de nuevo hacia Karlos. - Olvídate de ella, es un quiero y no puedo. Se pegará a ti hasta conseguir lo que quiere. Y cuando no tenga nada que ofrecerte te tirará a las ratas - 

Dolores siguió dándole vueltas al asunto mientras marchaban hasta el lugar concertado. Tenían un par de nombres: Víctor y Peste, y ninguno era asunto fácil. El primero parecía complicado para acceder a él. Además, al tratarse de un miembro del Círculo Intermedio, seguramente tenía cierto poder que lo hacía bastante peligroso. Aunque tratándose de peligro Peste no se quedaba precisamente atrás. ¿Cómo dos vampiros, aparentemente de dos ambientes tan distintos, estaban implicados en esto?

Dolores miró al cielo nocturno para tratar de despejar su mente. 

Poco tiempo después ya observó a David y Karlos en el punto indicado y les hizo un saludo con la mano para advertirles que eran ellos y se acercaban.

-Me parece que la cosa se complica, ¿no creéis?-dijo con un poco de sorna y resignación-. Lo primero, ¿estáis bien?, ¿habéis tenido que usar la violencia?

El camino hasta llegar al callejón "de confianza"... bueno, fue incómodo, no tan rápido ni directo como les hubiera gustado. Pese a las advertencias dadas, y a esperar que surtiesen efecto en Extremo... podría ser que el muy capullo hiciese lo que le encargaron, y hubiese ordenado a sus acólitos que se nos pegasen al culo, como tarzanillos... Por eso, dieron un par de vueltas de más, pese a que el tiempo corría, volviéndose en ocasiones para observar si tenían"sombras"

Una vez se juntaron con Karlos y David, y después de que Dolores hablase, Eddie aportó un par de retazos más de información...

-Ese tal Victor, parece que es un pijo; veterano, pero un pijo... No te ofendas, David, pero lo mismo es el tipo de persona con el que podrías coincidir en uno de esos garitos o fiestas particulares de puta madre a las que te invitan; parece que está en una fiestuki de esas, de las que salen en tu agenda, con zorrupias de high level -no como las low cost con las que me apaño yo-. Es quien le encargó al colega del HH que nos siguiesen... y si ha hecho eso, es que tiene algún interés...

-... en cuanto al tal "Sombra"... joder, no me sonaba de nada, pero acojonan las cosas de las que me estoy enterando; parece que es un vieja escuela... muy vieja.

-¿Como os parece que hagamos? Creo que a partir de ahora será mejor que vayamos juntos. Si vamos a la fiestorra pija de Victor, yo voy a dar el cante entre tanto "o-sea megaguay", así que me quedaría por el perímetro y colándome por la parte de atrás... siempre hay mierda atrás..., y si no, al menos, para estar atento a una encerrona; y si vamos a por el "Sombra"... ahí sí que tendríamos que ir con tiento y un plan como el equipo A.... Preferiría primero ir a ver al chuloputas pijales de Víctor; pillamos un taxi a pachas y en un momento estamos allí.

Eddie estaba paranoico pero no era para menos. Tenía la sensación de ser parte de un juego absurdo, algo que escapa de su control. Gracias a su paranoia detectó una rata que venía tras ellos todo el camino. Aunque La Ciudad era un lugar decadente no lo era tanto para que un roedor de aquel tamaño anduviese rondando las calles y menos todavía para que no se asustase por las luces o coches que pasaban.

Por un momento pensó que podría tratarse de algún vampiro mayor convertido en criatura —algunos viejales tenían esa capacidad— pero luego se dio cuenta de que probablemente era el familiar de alguien. Como quien usa un dron para observar una carrera pero al estilo Transilvania. Cualquiera de las dos opciones era cuestión de que alguien poderoso estaba interesado en sus movidas.

Por eso dieron tantas vueltas: aprovecharon para colarse por un lugar donde había mucha gente y ruido, haciendo que el roedor se viera sobrepasado por la sensación sensorial y luego un atajo hacia el callejón. Había despistado de momento al bicho sin llamar la atención. Fijo que volverían a verlo y entonces ya tomarían alguna decisión al respecto.

Carraspeó ruidosamente para llamar la atención del resto.

-Si vamos a colarnos en una fiesta pija, yo querría sugerir que de camino nos pasáramos a saludar a una amiguita mía por dos razones: Primera, porque como le estaba tratando de explicar a David, olí su rastro en la guarida de don Lyren (se marchó justo cuando acabábamos de llegar), así que seguro que andaba por allí cuando empezó todo este follón y habrá visto algo más; y segunda, porque si alguien sabe de en fiestas finas y famoseo es ella y creo que puedo convencerla para que nos eche una mano en lo de colarnos allí. 

[1] Y no estaba diciendo ninguna mentira. Se sentía ligeramente dolido por el comentario de David, pero en lo de "quiero y no puedo" no andaba muy desencaminado. Si algo distinguía a Asia, era un inmoderado deseo de elegancia y glamour, siempre más allá de lo que realmente estaba a su alcance. Seguro que se habría colado de rondón en media docena de fiestas como aquella con un vestido (precioso, eso sí) retocado para parecer el doble de caro de lo que era y cuatro gotas de perfume fino. 

Por no hablar de que era mucho más manejable y amigable que otros conocidos de sus compañeros de guarida. 

Eddi se encogió de hombros; no estaba familiarizado con los usos y costumbres de esa sub-cultura, pero asumía que no sería fácil acceder así como así; la tal Asia, a la que hacía mención Karlos, tal vez fuese una opción para entrar sin levantar sospechas... al menos para que parte del grupo se colase.

-Pues no es mala idea; si la tienes localizada... tal vez sepa algo, y si no, puede ser quien os cuele en la fiestuki; para entrar por la puerta conmigo no contéis, que tendría que afeitarme y no hago eso desde que tenía granos

Miró a David; es quien más conocía esos ambientes.... probablemente coincidiría con él en que sería más fácil acceder con alguien del sexo femenino, que en plan only-men. Por su parte, Eddie tenía claro que tendría que buscar la parte trasera y colarse de mala manera... como a los conciertos a los que iba hace años, joer, que revival

-Vosotros lo tendréis relativamente fácil para colaros, pero no sabemos quien más estará allí, así que puede ser una encerrona; si nos intentan vigilar es que nos quieren tener controlados, y si nos quieren tener controlados, es por que temen que hagamos algo. Dolores, ¿intentarás colarte por la puerta, o te apuntas a un "simpa"?

- Mi bien aseado Eddie - A David siempre le había llamado la atención que a pesar de las pintas del jevi, nunca dejaba que el mal olor lo delatara. Por eso entre otras cosas lo respetaba especialmente. - Tu entrarás conmigo. No importa esas... - Señaló de arriba abajo a su compañero - ... pintas. Vienes conmigo - 

Miró entonces a Karlos. - No me malinterpretes chaval. La idea es buena, pero para que os dejen entrar ya estoy yo. Aunque Asia es buena y además es mujer - Miró a Dolores - No te ofendas, eso os da un buen bonificador a la hora de hacer estas cosas - 

Miró a los tres, se había puesto delante de ellos, como si estuviera dando un discurso o algo. - Está bien está bien. Si queréis ir a buscar a Asia iremos. Si va a ser nuestra última noche no me importará estar cerca de una mujer así.

- No te ofendas - Volvió a decir mirando a Dolores y con una sonrisa acompañada de un guiño que daban ganas de borrarle de un puñetazo.

Dolores escuchó atentamente las exposiciones de sus compañeros. En un par de ocasiones abrió a la boca pero sin llegar a decir nada, dudando ella misma de cuál sería la mejor opción. Entonces David dio un paso adelante, y Dolores suspiró cómicamente. No se podía negar que el tío tenía estilo, y Karlos también dejaba ver que bajo ese aspecto juvenil había fuerza e iniciativa. Quizá por eso salieron intactos de su visita a DuKane.

-Aunque entiendo los argumentos de Eddie, creo que deberíamos entrar juntos, sea donde fuere que decidáis ir, pues se nos agota el tiempo. Si a ver a Asia o a Víctor lo dejo a vuestro criterio. Este es vuestro terreno, y confío en vosotros. Si en algún momento tenemos que encontrarnos con Peste, que espero que no, entonces ahí seguramente pueda opinar mejor gracias a mis contactos de los bajos fondos.

Siguieron a Karlos hasta El Medianoche, que era el pub que solía frecuentar Asia a primeras horas. Estaba en la zona de marcha pero no era un lugar que frecuentasen los vástagos. Quizás a la chica le gustaba mezclarse con el ganado.Era un sitio montado con un estilo moderno, de luces tenues, con zonas para sentarse y tomar unos cocktails. Había bastante chavalería en el local pero todo el mundo vestía ropa de marca e iba a la moda.

A esa hora temprana el matón no puso ningún impedimento a la entrada de los vampiros pese a que el estilo de Dolores y Eddie no casaba demasiado con aquel ambiente chic. David ignoró las miradas de deseo que suscitaba a su paso y Karlos avanzó impacientemente hacia la zona del fondo, donde había unas mesas con sillones pero un ambiente totalmente distinto al del Heaven & Hell.

Asia estaba sentada en unos sillones empotrados en la pared, jugueteando con un par de individuos que parecían demasiado mayores para aquel ambiente. Aunque ella tampoco tenía pinta de jovencita despistada, desde luego. Su edad aparente pasaba bastante de la treintena y su aspecto distaba de ser cándido, con aquella mirada de ojos enormes y negros que negaba cualquier atisbo de ingenuidad.

Al ver a los recién llegados no reprimió un mohín de fastidio. No parecía preocupada o asustada, sino simplemente fastidiada por la interrupción.

—Perdonad chicos, enseguida estoy de vuelta con vosotros.— dijo tocando con sus dedos los labios de uno de sus acompañantes al levantarse.

Se apartó un poco para acercarse al cuarteto recién llegado.

—Oye Karlos, cariño, te agradezco el detalle de que vengas a despedirte pero no era necesario.— le dijo coqueta al más joven de los vampiros pero sin dejar de mirar de reojo a David.

David estaba en su salsa en aquel lugar. Sentía como todo el mundo le miraba, mujeres y hombres. Era lo normal, estaba acostumbrado y le gustaba. Pero aquella mujer. Ese olor, esa forma de moverse. Cuando estuvo junto a ellos David no dudó en acercarse, muy cerca,y oler su cuello.

- Delicioso - Dijo en un susurro que hubiera erizado el vello de cualquier sangre caliente. 

Cerro los ojos y se retiró, volviendo con una amplia sonrisa. 

- Te dejo la cháchara preliminar colega - Dijo dirigiéndose a Karlos pero sin dejar de mirar a Asia. Entonces dio un vistazo a la mesa donde estaba sentada hace unos momentos. Tenía una copa típica de Martini, pero esa no llevaba ginebra. En los garitos con estilo como aquel cuando lo pedías con vodka no colocaban palillo con la aceituna. Y su copa no lo tenía. 

- Dos martinis - Dijo al barman de la barra que estaba al lado de donde se encontraban - Con vodka, no con ginebra. - 

Se dio la vuelta, dando la espalda a Asia un segundo en el que guiñó el ojo a sus compañeros. Entonces se colocó al lado de la mujer y le susurró. - No tardes - Tras lo que caminó hacia los sofas y se sentó en medio de los dos hombres pasando un brazo por encima del hombro de cada uno.

No pretendía hacer nada. No esa noche al menos. Si Karlos le sacaba la información que queríamos ya tendría el camino hecho con Asia para cuando solucionaran lo del sobre negro. Si no lo conseguía solo tendría que decirle a la mujer que primero tenían que arreglar un asuntillo. Pero que con si les ayudaba quizá pudieran "ver el amanecer" en algún lugar oscuro.

Después de que David montara aquel espectáculo (por una a la que no hacía ni media hora ponía de "quiero y no puedo"), Karlos se vio obligado a carraspear para recuperar la atención de Asia. 

-Bueeeno Asia, es que me quedé con ganas de saludarte ¿sabes? -sonrió- Te vi en el astillero del príncipe, pero te ibas con tanta prisa que no pude ni darte una voz... ¡Menos mal que me acordé de que te gustaba este sitio!-puntuó señalando al alrededor-

Había decidido empezar con calma y amabilidad. Como dos colegas que se han vuelto a encontrar por casualidad después de una temporada sin verse. 

- Y de paso, no te voy a mentir, aprovechar para preguntarte qué esta pasando, porque si estabas por allí, seguro que tú te has enterado mejor de lo que ha pasado para que de repente el príncipe haya decidido liquidarnos. Porque parece que se ha armado una buena, ¿no? ¿Qué tripa se le ha roto? Sólo sabemos que le dijeron algo y de repente, ¡bumba! Anda, enróllate nena, que sé que nos vas a echar de menos. 

Cuando entraron al local Dolores se quitó el gorro y el chaquetón tomándolos en sus brazos. No sólo lo hizo por el calor del ambiente, también fue un acto instintivo para mezclarse mejor entre el personal. Fue inútil, y ella lo sabía. Al margen de sus vestimentas, su actitud era a todas luces como la de un animal fuera de su hábitat natural. Además estaba esa cicatriz terrible y grande, a un lado de su cara, que solía inquietar a los mortales. A pesar de todo ello pocas miradas se centraron en ella, ya que andaba junto a David, y el vampiro las acaparaba todas. Eso relajó un poco a Dolores.

Decidió seguir la misma táctica que cuando acompañó a Eddie al H&H. Dejó que sus compañeros hablaran mientras ella se situaba a un lado, atenta a la conversación pero también vigilante de los alrededores por si alguien se acercaba.

-"La puta de oros... que pinto yo aquí" , pensó Eddie... raro es que le dejasen entrar por las buenas... pero ya una vez dentro... se sentía, se sabía distinto, en medio de tanto pijerío. Es más, antes de convertirse en vampiro, allá por los ochenta, llega a entrar en un sitio de estos, y le pasa como si ahora le diese el sol, que se iría a la mierda entre espantosos dolores de agonía... o algo así que pensaba que sucedería en tales casos... Agua y aceite; este ambiente y él eran agua y aceite....

En un momento dado, se acercó a Dolores y sacó a relucir un poco del contenido de su extensa biblioteca de conocimientos inútiles, sección de cine:
-Somos pegrinos en tierra de paganos
... Le susurró, para a continuación, ver el... digamos... juego, entre los tres: Asia, Karlos, y David, que se notaba que tenía dominio en las artes de moverse en estas aguas.

Siguiendo sintiéndose nervioso por estar en un ambiente en que pegaba menos que un plátano en un tetris, al igual que Dolores prefirió pasar a un segundo plano, pero pensando... donde hay uno, hay más... y si aquí estaban ellos, posiblemente habría más vampiros, o al menos, esbirros, para controlar el cotarro. Así que se dedicó a prestar atención al resto de la gente que no andaba lejos, buscando miradas fuera de lugar, cuchicheos, alguien haciendo algo raro con el móvil... movidas, en resumen

Pese a lo que pensaba Eddie no vio muestras de que en aquel local hubiera más vampiros que ellos mismos. Puede que alguno de los presentes fueran gules, pero empezaba a sospechar que precisamente Asia venía a aquel sitio para ser el tiburón más grande de la pecera. Y puede que le estuvieran fastidiando el juego, aunque de momento se comportaba de manera amable¹.

Dolores se mantenía a un lado, intentando permanecer en un segundo plano discreto.

David, por su parte, parecía en su salsa. Ahora estaba enfrascado en una charla casual con los tíos que lo lo miraban fascinados, quizás pensando que se trataba de alguna estrella de rock o un actor que no conocían todavía. Karlos, mientras hablaba con Asia, comprobaba que ésta lo miraba de reojo².

La mujer enarcó una ceja cuando Karlos mencionó el astillero.

—Bueno. Estaba allí por mis propios asuntos y vi como manejaba tu amigo la situación.— la mirada hacia David fue ahora más intensa, juguetona —Sabe montárselo ¿eh? Jamás vi a nadie encararse a Shunka y terminar con la cabeza entre los hombros.

Luego se encogió de hombros.

—Pero no sé nada de lo vuestro. Yo no tengo acceso a las altas esferas cariño, no soy tan antigua. DuKane se cree que vive todavía en el Renacimiento y monta sus movidas en círculos de influencia piramidales. La verdad es que no me apetece mucho entrar en su juego ¿sabes? Voy a lo mío y me mantengo al margen, intento no meterme en problemas. Vive y deja morir, como decía McCartney.

Ahhh. Le gustaba pensar que Asia no era mala, pero tenía un punto irritante en los momentos más imprevistos. Hasta él podía ver que se contradecía. Se preguntó si en aquel sitio servirían esos Shirley Temples que había visto en Internet. Beber alcohol no tenía sentido si no te afectaba, con su cara siempre había problemas al pedirlo, y en aquel momento tenía la garganta seca. 

-Nosotros también nos hemos alejado de problemas y míranos ahora. Quizá ese es el problema. Quizá tú podrías ser la próxima a la que utilizan de cabeza de turco si no tienes cuidado, ya has visto lo deprisa que se corre el rumor y lo rápido que se lo creen todos... Y me sorprende que si pudiste ver lo que hacíamos, no pudieras ver lo que lo originó. ¿Qué serían esos asuntos que te tenían tan liada pese al hecho de que no te relacionas con esa gente? 

Mantuvo la mirada firme, dejando caer las implicaciones, y luego cerró los ojos y sonrió. 

-Y si de verdad no sabes nada, entonces todavía podrías ayudarnos. De hecho creo que te encantaría, ¿sabes? Creemos que ese tal Víctor, ¿le conoces? anda en el ajo, y vamos a pasarnos por un fiestorro que se ha montado para hacerle algunas preguntitas. Y yo se que a ti se te da muy bien ese ambiente. Habrá famosos, modelos, periodistas, champán...a sus fiestas siempre va lo mejor, luego salen en todas las portadas. Estoy seguro de que tú puedes moverte por allí como pez en el agua; tú nos ayudas a pasar, nosotros te ayudamos a ti, y todos entramos como monedas en el monedero. 

La vampiresa pareció sorprendida por el aplomo con el que se dirigía a ella Karlos. Estaba más bien habituada a una relación casi sumisa por parte del muchacho, que quizás había confundido con cobardía. Ahora se presentaba ante ella el aspecto más firme del neonato, quizás azuzado por la desesperación. La actitud de Asia fue más dubitativa, menos firme, rompiendo un poco su encanto natural.

—Yo... no... no sé, de verdad quien os la ha jugado. Estaba en el astillero porque necesitaba aclarar unas cosas con Prenda. Sabía que la encontraría allí y fue simple casualidad que llegase cuando vosotros.  Mira: procuro meterme poco en los temas de la Sangre precisamente para que no me pase como a vosotros. Si el Príncipe me mandase un sobre como a vosotros ten por seguro que ya habría puesto kilómetros de por medio. ¿Por qué crees que paso las noches rondando lugares donde no haya vástagos? A veces incluso he pensado en mudarme a un sitio que no fuera reclamado por nadie, a algún pueblo pequeño... pero temo equivocarme de lugar y entrar en el territorio de algún lobo solitario que no tenga que dar razones de sus actos a nadie.

Cuando le mencionó a Víctor la chica miró aquel variopinto grupo.

—He estado alguna vez en alguna de sus fiestas. Invitada. Sólo cuando él me ha llamado.

Luego pareció sopesar las palabras de Karlos con cautela. Estaba claro que se debatía entre su miedo y su ambición.

—No iré allí. No iré si no estoy invitada. Pero conozco a alguien: un humano que no sabe nada de vampiros: es simplemente un camello de altos vuelos. Se llama Rodrigo y tiene un ático de lujo en la zona centro. Si Víctor tiene una fiesta esta noche es posible que Rodrigo se encargue del suministro. Es lo máximo que puedo hacer por vosotros: os pasáis por su ático y hacéis lo que veáis conveniente, pero yo no quiero estar mezclada en todo esto.
 

Asia era una mujer arrebatadora, de eso no había duda, y además era convincente cuando hablaba. Sin embargo Karlos parecía haber tocado algo dentro de ella con el  interrogatorio, y eso quiso aprovecharlo Dolores para observar más detenidamente a la vampira. Sus gestos, tics o tono de voz quizá rebelasen algunas de las señales típicas de los que mentían u ocultaban algo.

Por un momento Dolores rememoró sus tiempos como policía, la emoción de atrapar en un renuncio al sospechoso y resolver el caso. Irónicamente, ahora que ya no ejercía su antigua profesión, se enfrentaba al que posiblemente era el caso más importante de su vida. Una noche para salvar su pellejo y el de sus amigos.