Partida Rol por web

[DM 22/01] Dragonlance - La Calzada de Haekel

Capítulo I - Caravana hacia el Este

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13/12/2021, 21:12
Dungeon Master

27 Bran 433 AC

Habéis pasado las dos últimas jornadas haciendo preparativos para vuestro viaje hacia algún lugar indeterminado al Este de aquí y no os apena tener que marcharos. En este tiempo, ni lord Gerrard Le Besco ni ninguno de sus hijos ha vuelto a presentarse ante vosotros, dejando claro que vuestra presencia en su hogar es tolerada pero no bienvenida. Así os lo confiesa Pierre Blanchet, el anciano mentor de Briand que regresó anoche de un viaje comercial a Palanthas por encargo de su patrón. Él es el único que os ha tratado con deferencia en las últimas horas en una casa en la que incluso los criados han entendido que no deben trataros con especial servicialidad por temor a encolerizar a su señor. No es que le hayáis hecho nada, pero está claro que tampoco puede obtener nada de vosotros mientras sigáis abusando de su hospitalidad en lugar de generarle algún beneficio a la Casa Le Besco.

Con gusto os hubiérais marchado a otro lado si no fuera por el temor a que Jilhazhí fuera descubierto. Algo de lo que ya no tenéis que preocuparos gracias al gorrito encantado que Thorwyn ha terminado de confeccionar para él esta misma mañana tras una noche de insomnio. La cría de dragón Latonado lleva todo el día correteando de acá para allá con el disfraz puesto, ensayando su rugido de león para divertimento de Lluvia Estelar y exasperación de Briand.

Tampoco nadie del Consejo Plenario de los caballeros de Solamnia ha vuelto a ponerse en contacto con vosotros desde que os encomendaron la misión de integraros en la siguiente caravana que partiera al Este, identificar a los caballeros de Neraka que viajaran en ella de incógnito y descubrir a dónde se dirigen y cuál es el paradero de su líder. Siguiendo sus instrucciones, os encontráis en la Puerta del Guerrero, la más oriental de las cuatro que tiene la ciudad de Kalaman.

Formáis un grupo de lo más heterogéneo, con Lowen y Kylian a lomos de sus pesados caballos de tiro, más apropiados para las labores del campo que como monturas de batalla. El pálido Thowryn va a las riendas de su sobrecargada carreta de dos ruedas, tirada por un caballo sudoroso y con otro corcel doblemente cargado con el resto de sus pertenencias atado a la parte trasera del vehículo. En evidente contraste, Briand viaja cómodamente instalada en el interior de su espacioso y elegante carruaje negro, tirado por dos caballos esbeltos y conducido por un muchachito de doce o trece años que responde al nombre de Dèmian. Y finalmente, Lluvia Estelar va sentada al pescante de un pesado carromato tirado por dos caballos flacuchos y con aspecto algo enfermizo. Sobre el carro va instalada una enorme jaula de hierro cúbica de tres metros de lado, cubierta por impermeables y opacas lonas de color azul, y en cuyo interior viajan sus pertenencias y un alegre Jilhazhí disfrazado de felino.

Sorprendentemente, no desentonáis tanto como cabría imaginar. En el lugar se han dado cita personas y vehículos de toda índole. Con los ataques que ha sufrido recientemente la región, nadie considera que viajar por la Calzada de Haekel hacia el Este sea seguro y prefieren viajar en grandes grupos para disuadir a los posibles asaltantes. Podéis ver familias enteras que buscan rehacer su vida en alguna otra parte después de haberlo perdido casi todo en el asalto a Belleria u otras poblaciones similares. Pero también abundan los mercaderes, los aventureros y los mercenarios que se alquilan para proteger las vidas y pertenencias de aquellos que los han contratado.

Además de vuestros respectivos vehículos, contáis otros siete carros, además de jinetes que montan a caballo y otros viajeros que lo hacen a pie o pagan a los mercaderes para subir a sus carros compartiendo espacio con la carga. Está claro que identificar a los nerakanos entre tanta gente no será tarea fácil y tendréis que mezclaros entre el gentío si queréis descubrirlos.

El sol brilla en lo más alto del firmamento y la caravana se pone en marcha entre el restallar de las riendas, el piafar de los caballos, las risas de los niños y las despedidas de los que se quedan en Kalaman. Poco a poco, la ciudad va quedando atrás.

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15/12/2021, 17:01
Lowenherz Bremer

Sir Lowenherz Bremer cabalgaba a lomos de su penco, avanzando con la escasa destreza y nula dignidad que tan innoble animal le confería. Vestía sus ropas de campesino viajero, guardada la sobrevesta solámnica en el interior de su mochila. Tantas y tan largas penurias habían sido necesarias para ganarse el derecho a vestirla, que hacían parecer semanas los días, y meses las semanas. No tanto había transcurrido desde que se embarcasen en aquella aventura sin retorno, y sin embargo se le antojaba a Lowen que su vida anterior perteneciese a otra persona, con la que compartía recuerdos y afectos, pero no ya las emociones del pasado. Tampoco su idealizada búsqueda traía las recompensas esperadas: al fin nombrado caballero, había ocultado el emblema de su escudo tras un pellejo que emulaba, vagamente, el símbolo de una malvada diosa oscura, y guardado su sobrevesta en la bolsa. Sir Lowenherz volvía a ser Lowen, guerrero al servicio de la bolsa y, tal vez, simpatizante de los dioses del mal.

- Ingrata misión para lucir mis nuevos honores. - dijo a sus amigos, con una sonrisa triste - Supongo que será mejor mezclarnos entre la muchedumbre, y no llamar la atención demasiado. Al menos, hasta que tengamos ocasión de averiguar algo sobre aquellos a quienes buscamos.

Lowen dejó su pesado escudo colgando del caballo, y se aseguró de echarle una de las pieles que vestían al animal por encima*. Más valdría desvelar aquel engaño llegado el momento justo, o bien podrían atraer las iras de los refugiados de Belleria a los que ellos mismos habían ayudado a salvar. Mantuvo su caballo cerca de los carromatos de sus amigos, no obstante eludiendo parecer que viajaba con ellos. Ojo avizor, y con el oído puesto para averiguar cuanto pudiera, viajó como lo haría un escolta más dentro de aquella caravana.

Notas de juego

* O mi capa, o lo que sea.

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15/12/2021, 19:17
Lluvia Estelar

Reconozco que no me ilusionó demasiado enterarme de que, en mi nombre, mis compañeros se habían comprometido a buscar el nuevo campamento de los fanáticos de la diosa muerta Takhisis. Pero llevarme con Jiłhazhí a otra parte no parecía viable y marcharme sin él estaba más allá de toda consideración.

Así que aquí estábamos, decididos a cruzar de nuevo las montañas Astivar y a arriesgarnos a toparnos una vez más con la temible Ysalla para tratar de llegar hasta un lugar todavía más peligroso siguiendo el rastro de ese lord Mondreth Arcagum. El mismo fanático que ordenó el ataque a Belleria y que dejó a Lizbet Valanta al frente del criadero de dragones. ¿Habrá más como ella en nuestro destino? Es muy probable que así sea y que estemos conduciendo a Jiłhazhí de regreso a la perdición.

Al menos en esta ocasión contamos con la magia de Thorwyn, que ha demostrado ser un compañero de probado talento y valía. El gorro encantado que ha fabricado es un maravilloso prodigio y quién sabe de qué otros portentos será capaz este peculiar enano.

A las riendas de mi carro nuevo, observo el ir y venir de la gente que se ha congregado en la puerta oriental de la ciudad. Si creyesen que el camino hacia el este fuese sencillo, lo estarían emprendiendo ya en lugar de esperar a que nos juntásemos semejante multitud. Y lo peor es que sabemos que los enemigos están ya entre nosotros. Ocultos, acechando. Capaces de cualquier cosa cuanto descubran que vamos tras ellos, si es que no lo saben ya.

Me queda el consuelo de saber que en el interior de su refugio de acero, nuestro dragoncito de Latón está tan seguro como puede estarlo. Me han asegurado que los barrotes son resistentes y que la cerradura de la jaula es imposible de abrir por medios convencionales. Aun así, me preocupa que a Jiłhazhí se le ocurra salir en el momento más inoportuno. Le he encomendado el importante cometido de vigilar mis pertenencias, pero no son pocos los que lanzan miradas curiosas al carro, tratando de adivinar qué se oculta debajo de las gruesas lonas.

Yo finjo que no les presto atención, ni a ellos ni a mis compañeros repartidos entre la muchedumbre. Es más prudente por el momento aparentar que no nos conocemos y empezar a juntarnos cuando llevemos unos cuantos días de camino y tengamos una excusa para hacerlo. Hasta entonces, prefiero ofrecer el asiento libre junto al mío a cualquier niño o anciano que vea que tiene problemas para seguir el paso de la caravana.

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15/12/2021, 22:28
Kylian Brickstone

Si a Lowen no le gustaba la idea de esconder sus símbolos, a Kylian tampoco, pero decidió hacerlo. No sería raro que un clérigo viajara entre aquel grupo de comerciantes, mercenarios y demás buscavidas, pero algo le decía a que si llevaba colgando su símbolo sagrado por debajo de la ropa, le iba a ir mejor. 

Por lo demás y por el momento, aunque llevaban poco tiempo de camino, estaba siendo un viaje apacible. Mucha era la gente con la que había cruzado miradas e incluso alguna conversación banal acerca del estado de la carretera o del tiempo, pero poco lo que había descubierto por el momento. Tan solo quizás, que cada uno de los integrantes de la caravana, viajaba por sus propios asuntos, lo que no era muy difícil de deducir ya de buenas a primeras. 

Pero era aún pronto para cualquier cosa. Apenas habían empezado el viaje y tenían muchas jornadas por delante.  Antes de empezar a descubrir nada, tenía que empezar a conocer a aquellas gentes. Eso no le preocupa demasiado. Lo que si que le preocupaba era el mayor secreto que ocultaban. 

Y es que no habían podido dejar a Jihazhí en ningún sitio y llevarlo con ellos era cuanto menos arriesgado. Si lo descubrían... Si lo descubrían, no quería ni saber que pasaría con él y por ende, también con ellos, pero nada bueno desde luego. Eso lo tenía también muy claro. 

Bueno caballito... - Le dijo a su montura dando un par de palmadas sobre su lomo. - A ver dónde nos conduce el camino. - Dijo sonriente y mirando al horizonte.

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15/12/2021, 22:48
Briand Le Besco

Aquellos dos días de descanso, aún con la subconsciente presión del duro encargo que les habían encomendado, fueron de los más amenos para la hija menor de los Le Besco al pasarlos en su casa en compañía de Pierre. Quizás su presencia fuese esporádica, pero fueron momentos en que la joven había podido desahogarse un poco de todas sus penurias y dejar expresar algo de vulnerabilidad. Pierre siempre le escuchaba... Aunque su visita, como siempre, tocaba ser esporádica ya que otra encomienda le esperaba como embajadora que era. Ya había alcanzado la mayoría de edad, y debía acostumbrarse a separarse cada vez más de su tutor. Era difícil, pero debía hacerlo.

Y allí estaba, viajando entre medio de la caravana hacia el Este, en el interior de la comodidad de su carro. La noble se encontraba sentada en su interior, silenciosa, pensativa durante el primer largo tramo del viaje. La mayoría de sus compañeros habían preferido hacerlo separados, disimulando su relación. En su interior y junto a ella, se encontraba su bolso con la mayoría de sus pertenencias, cubierto en parte por un largo escudo torreón que portaba el mismo escudo y colores de Kalaman en toda su superficie, colocado cuidadosamente. Sus manos, se encontraban terminando de limpiar y pulir una esbelta, extensa y sumamente elegante Flamberge de filo y empuñadura características de un miembro de la nobleza. Era una pieza hermosa, una obra de arte en sí, aún más como su nuevo y brilloso brazal de oro pero que a diferencia de éste, esperaba no tener que mancharlo con sangre en esta ocasión.

- No puedo negar que comparto su pena. - Respondió Briand desde la ventanilla lateral de su carruaje, evitando decir su nombre en voz alta por obvias razones, aunque compartiendo su pesadumbre. Para un hombre de honor o alta sangre, era una deshonra tener que aparentar y mezclarse entre los más comunes. - Si necesita descanso de su montura o el peso del sol, no dude en solicitar un asiento. - Le invitó, como ya había hecho antes. El viaje sería largo y más allá de lo que buscasen aparentar, prefería poder brindarle un viaje cómodo a sus compañeros con los que ya tanto había compartido.

Por otro lado, la noble permanecía intercambiando miradas entre su nueva y distinguida espada y la vista lateral que el interior de su coche le podía ofrecer. Aún era relativamente pronto en su caminata, y una mujer de su talla y posición no le correspondía mezclarse simplemente para con el resto de la simple sociedad. Ni en realidad, ni en pretensión. Mas sí podía comenzar observando, entre todos aquellos que pasaban y le acompañaban... Por muy mal que deseasen vestirse, habían modos y formas que un miembro de la casta alta no podía ocultar. No sólo estaba en la sangre, sino en la educación, en los valores. Y sean de Neraka o de Solamnia, un caballero es un caballero. Era un rasgo que se identificaba en su porte, no solamente en su escudo, y estaba segura de que había más de uno que pudiese descartar siguiendo ese mismo criterio.

- Tiradas (1)
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15/12/2021, 23:33
Thorwyn Runavieja

Thorwyn había estado ocupado los últimos días antes de abandonar Kalaman: búsqueda de un pergamino encantado, compra de componentes para inscribir el hechizo del pergamino en su grimorio, transcripción del hechizo, aprendizaje y utilización del mismo para encantar el sombrero de disfraz. O más bien, gorrito de disfraz. Un costoso trabajo para un resultado inédito: mantener disfrazado nada menos que una cría de dragón. Seguramente valía cada pieza de acero que habían invertido.

Además, también había llevado a cabo la investigación arcana del escudo de Lowenherz, de nuevo a precio de amigo, 111 piezas de acero. Un número que por alguna extraña razón le satisfacía especialmente. Y, cómo no, se había interesado en conversar, cuando coincidían y no resultaba un problema de discreción, con Jilhazhí. Jugó con él a traducir palabras, a ver quién decía más sinónimos de un objeto dado y a identificar idiomas... todo con el propósito de averiguar todos los idiomas que conocía, usando los que él mismo conocía como base para el "juego".

Por último y no menos importante, saldó cuentas con Lluvia, que había tenido la gentileza de adelantarle el dinero necesario para la inscripción del hechizo de Disfraz en su grimorio.

Ahora, integrados en la caravana, el enano interpretaba el papel de, bueno, él mismo. Un enano avaricioso y rácano con buena visión comercial que viajaba a otra ciudad con ánimo de conseguir buenos dineros por sus mercancías. escondía, eso sí, sus capacidades arcanas y su relación previa con el resto de compañeros de viaje (aunque, a decir verdad, no es que hubiera precisamente una larga historia detrás, salvo por Briand), con los que "empezaría" a tratar mientras durara el viaje.

El hecho de que Thorwyn fuera más bien reservado y su tupida barba contribuyera tan eficazmente a no revelar sus expresiones sin duda resultaba ventajos para su actual cometido.

Notas de juego

Tengo el hechizo de Cuchichear mensaje estudiado, lo que nos permitirá a 3 de nosotros 30 min. diarios de compartir información sin llamar mucho la atención.

Máster, me gustaría, con el resto de fondos que me quedan, comprar aunque fuera unas pocas piedras semi-preciosas talladas para venderlas en algún otro lugar y tratar de sacar algún beneficio. ¿Tiro algo?

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16/12/2021, 20:38
Dungeon Master

La caravana avanza tan despacio como el más lento de todos los viajeros, formando una larga cola en cuyo interior no tardáis en mimetizaros.

Si esperabais identificar rápidamente los carros de los caballeros de Neraka, os lleváis una decepción al no descubrir en ninguno de los otros vehículos ningún símbolo que los delate. Pero Briand sí se da cuenta de que algunos viajeros se saludan entre sí mostrando la palma de la mano abierta y reconoce este ademán como el saludo que los guardias del campamento le dedicaron cuando pensaban que era una novicia del culto de Zeboim. Lady Le Besco cuenta al menos cinco de ellos divididos en tres grupos distintos.

A parte de esto, lo más relevante de la jornada para la mayoría de vosotros es el hambre. A lo largo de la jornada, la caravana hace unas pocas paradas para alimentar y dar de beber a los caballos y las mulas allí por donde pasa un riachuelo o abunda la vegetación. Sin embargo, Lowen, Kylian y Briand no tardan en descubrir que sus zurrones están vacíos y que aquí no pueden hacer tintinear una campanita para que la servidumbre de la casa Le Besco acuda presurosa a traerles un refrigerio.

Para Thorwyn, lo peor es el sol ardiente, que le ciega y enrojece su pálida piel.

Hambrientos, sediendos y algunos quemados o con las nalgas doloridas de tantas horas de desacostumbrada cabalgada, dais gracias cuando finalmente el sol comienza a ocultarse. Por desgracia, no hay ninguna posada en varias millas a la redonda y la gente comienza a sugerir que hagáis noche aquí mismo.

Así pues, la caravana comienza a desplegarse a ambos márgenes de la ancha calzada de Haekel y los viajeros empiezan a montar sus campamentos hasta el próximo amanecer.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Contadme cómo vais a hacer noche.

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17/12/2021, 00:51
Kylian Brickstone

Había cometido un fallo terrible. No se había preocupado por la comida durante el viaje. Era fácil el acostumbrarse a que todo se lo dieran hecho a uno y con la emoción de la nueva encomienda que la corte de caballeros somlámnicos tenía para ellos, simplemente no pensó en los preparativos del viaje. De hecho, creía que todavía le quedaban algunas raciones de viaje, pero por desgracia no era así. Quizás con un poco de suerte podría comprarle algo a algún viajero que si se hubiera preparado como era debido, aunque lo cierto era que tampoco andaba muy boyante de dinero.

Por ello, se entretuvo justo después de acampar, en buscar entre los viajeros de la caravana, a alguien que pudiera venderle algunas raciones, al menos para sobrevivir hasta llegar a la siguiente parada en un lugar civilizado. Fuera como fuera, con algo menos de tres piezas de acero, poco iba a conseguir. Igual tendría que intercambiar comida por lanzamiento de algunas bendiciones o bien a cambio de alguna de las baratijas que portaba consigo.

Estúpido... - Se dijo a si mismo. - ¡Mira que no comprar raciones para el viaje! - Negó con la cabeza terriblemente enfadad consigo mismo. - No me va a quedar otra que negociar con esta gente. - Se encogió de hombros. - Puede que hasta venga bien. Así no me quedará otra que conversar con estas gentes y puede incluso que empiece a conocerlas. - Sonrió. - Gilean es sabio. Tiene un plan para mi. - Afirmó para si en sus pensamientos. Al fin y al cabo, ¿qué había más religioso que buscarle una interpretación basada en la fe a las desgracias propias y ajenas?

- Tiradas (2)

Notas de juego

Voy a intentar racanear comida. Empezaré por mis compis, a ver si alguno me puede vender algo que comer y luego sino, con el resto de los viajeros y comerciantes. Incluso, si encuentro comida podrida o algún animalejo muerto por los alrededores y lleno de gusanos, puedo lanzar un purificar comida, algo es algo. 

¿Qué quieres que tire jefe?


Conjuros diarios a preparar. 

- Nivel 0 [4/día. CD 10 + 3 (SAB)]: detectar magia, detectar magia, crear agua, purificar agua y comida
- Nivel 1: [3+D/día. CD 11 + 3 (SAB)]: bendecir, favor divino, escudo de la fe, protección contra el mal, detectar puertas secretasD,1
- Nivel 2: [2+D/día. CD 12 + 3 (SAB)]: arma espiritual, auxilio divino, fuerza de toro, detectar pensamientosD,1

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17/12/2021, 11:53
Lowenherz Bremer

Lowen cabalgaba sin poder creer su propia torpeza. Con la vorágine de acontecimientos de los últimos días, había olvidado el más obvio de los preparativos, y viajaba ahora sin alimentos que poder llevarse a la boca. Por las miradas desesperadas de Kylian, supuso que a él le había ocurrido lo propio. No podía ser tan complicado, en todo caso. Allí había mercaderes de toda índole, alguno tenía que llevar alimentos entre sus mercancías, y no podía ser tan difícil que le vendiesen unos cuantos. Examinó el campamento un rato, paseando con aire serio, hasta encontrar a unos comerciantes que parecían llevar viandas en su carro.

- Buenas noches, señores. - dijo, en tono afable - Con el apresuramiento del viaje no me percaté de que mi zurrón estaba vacío, y ahora aprieta el hambre. ¿Podrían vuestras mercedes venderme algunos alimentos? Pagaría un justo precio por ellos, claro*.

Si se avenían a razones (o si de verdad vendían alimentos, como esperaba Lowen) compraría raciones para un par de semanas, no fuese a ser que sus amigos también las necesitaran.

- Tiradas (1)

Notas de juego

* Espero que esto no sea como las cabinas de los aviones, que te lo venden todo al doble de precio. Compro para dos semanas, si tienen.

Y ahí va un 20 en buscar tirado en la chorrada más grande del mundo xD.

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17/12/2021, 17:02
Lluvia Estelar

El viaje resulta lento y apacible. En ocasiones incluso beatíficamente aburrido, lo cual es una auténtica bendición. La mayoría de mis pertenencias viajan a buen recaudo en el interior de la carreta, ocultas dentro de grandes toneles y protegidas por el feroz Jiłhazhí disfrazado de leoncito.

Durante la jornada, me aparto de vez en cuando del camino para que los caballos puedan comer algo, beber y descansar; y para recoger yo misma cualquier cosa comestible que encuentre para acompañar las raciones que he comprado. Recolecto algunas bayas salvajes de aspecto apetitoso y unas cuantas setas de apariencia dudosa pero aroma atrayente que sin duda servirán para condimentar el estofado de la noche.

Una vez que acampamos, me dispongo a encender un buen fuego y a calentar en la olla de hierro un buen guiso con la carne en salazón que llevo y unas pocas verduras frescas que compré ayer en el mercado, acompañadas de las setas que he recogido en el camino con la esperanza de conseguir que mis provisiones duran más y puedan alimentar también a los necesitados.

Kylian, haciéndose el encontradizo, es el primero en acercarse a por un cuenco, pero no es el único en hacerlo. Para todo aquel que lo necesita tengo una escudilla caliente, un trozo de pan de centeno horneado esta misma mañana y una sonrisa.

Por desgracia, parece que las setas no eran tan fiables como yo imaginaba y todos los que comemos el guiso terminamos sufriendo un desagradable cólico intestinal que nos tiene toda la noche presas de agudos dolores estomacales, retortijones y flatulencias.

Incapaz de dormirme y víctima de alucinaciones, sudores fríos y tiritonas, no puedo dejar de pensar en que después de este incidente no he hecho muchos méritos para ganarme la confianza de los desconocidos y posiblemente incluso haya perdido la de buena parte de mis amigos. No creo que en todo lo que queda de viaje nadie más se atreva a acercarse a mi carro en busca de algo que comer.

- Tiradas (2)

Notas de juego

A lo largo de la jornada agoto todos mis conjuros de nivel 0 para crear agua tanto para mí como para mis caballos y para Jiłhazhí.

Madre mía... pifia buscando comida. Master, la interpreto como considero pero si no te gusta, siéntete libre de cambiarlo. Kylian, perdóname, por favor :(

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17/12/2021, 19:04
Briand Le Besco

Sus habían notado ciertos patrones en la caravana a lo largo del viaje, pequeños y sutiles gestos que no eran garantía de nada en absoluto, mas le brindaba un comienzo como para poder comenzar a observar con mayor atención y evitar perder tiempo con una buena fracción de los plebeyos que allí recorrían. Pero más allá de eso, sus vistazos sólo podían entretenerla suficiente rato. Cuando no estaba en ello, era su propio reflejo el que apreciaba en la hoja recién limpiada de su nueva espada, su reluciente brazalete, o su refinado espejo de mano. Por mucho que le desagradase lo meticulosa que era Camille para con su cabello, ella podía serlo igual cuando no tenía nada que hacer o que pensar. Normalmente estaba acostumbrada a la soledad, aunque tantas semanas viajando junto a aquellos hombres, parecía haber cambiado un poco aquello.

El sol eventualmente cayó, la mayoría de las caravanas se detenía para alimentar a sus caballos de tiro, plantar algunos campamentos, y detenerse a comer algo antes de dormir. Había sido una tarde larga. La noble descendió del carruaje sin exigir la ayuda de Demien, suponiendo que éste no se animaría si ella no se lo ordenaba. - Has hecho un buen trabajo hoy. Eres libre de recorrer el campamento y descansar, mas procura hacerlo cerca del coche durante la noche. Aquí tienes. - Le indicó formalmente a su empleado con una moneda de acero en su mano, para soltarla sobre la mano del conductor una vez se la ofreciese, sin tocarla directamente. Si bien sus palabras aludían a que el joven no se perdiese demasiado, lo que más le interesaba no se perdiese era el carruaje, el muchacho no lo descuide en sus distracciones nocturnas.

Ella, por su parte, había comido calmamente una porción de sus raciones durante los últimos metros del viaje. Sus allegados continuaban manteniéndose separados y evitando contacto entre ellos, o manteniéndolo a un mínimo, así como era de suponer lo harían sus objetivos. Permaneció un buen rato de pie, para poder estirar sus entumecidas nalgas y muslos tras tanto tiempo sentado de viaje, así como su espalda baja. Si pudiese, intentaría volver a localizar aquellos miembros que compartían ciertas señales de etiqueta, con el fin de recordar un poco mejor sus rostros y vestimentas.

Llegada la hora en que todos comenzaban a apostar sus camas o tiendas de campaña, la noble hizo lo propio y se retiró de nuevo hacia el interior de su carruaje. Acomodó nuevamente sus pertenencias allí, y se quitó sus refinadas ropas de noble junto con la pequeña pero no menos molesta cota de malla. Había traído de su casa una pequeña muda de ropa más suelta para poder reposar con comodidad y sin estropear las más ostentosas, así como una manta de invierno para cubrir su más desabrigado cuerpo al dormir sobre su asiento. No era una cama digna de su cuerpo, pero era más digno que volver a recostarse sobre el sucio suelo.

Notas de juego

Consumo 1 de mis Raciones y le pago 1 Pieza de Acero a Demien por el día.

Detalle menor, pero no sé si los asientos internos del carruaje posean algo de cuero o suavidad, o son de madera sin más. Si es lo segundo, colocaría el Petate sobre ellas. De lo contrario, se lo podría prestar a Demien si no ha llevado consigo nada mejor.

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18/12/2021, 00:01
Thorwyn Runavieja

El enano del grupo, con esa piel blanca como el papel suya, estaba claro que no iba a disfrutar demasiado el viaje. Aunque se le veía lo suficientemente duro como para apechugar con aquello, los rayos del sol herían sus ojos y los pocos parches de piel que quedaban a descubierto en él, como en sus manos. Un ancho sombrero de viaje1 le acompañaba siempre a todos lados, lo que había salvado de la tortura solar al menos su calva, nariz y orejas. Algo era algo. Lo de sus ojos tenía difícil solución, se había criado en las profundidades de una montaña y la luz solar era algo exótico para él, ni qué decir tiene que exponerse directamente a ella no formaba parte de las costumbres de los de su clan...

Pese a todo, como buen mercader ambulante, Thorwyn se dedicó a ofrecer su mercancía a todo aquel que se acercara o tuviera un mínimo aspecto de curioso o interesado. A cada oportunidad ofrecía velas, una piedra para afilar, algo de tabaco, una manta de invierno, frascos vacíos, jarras de arcilla o incluso una olla de hierro2.

La llegada de la noche fue una bendición para los torturados ojos del arcanista enano. Además, su costumbre de los últimos años le empujaba a permanecer despierto más tiempo que los humanos. La noche era cuando Thorwyn se sentía en su plenitud de capacidades. También era un buen momento para reunirse en torno a una hoguera para cenar, comentar algo del camino y soltar algún chiste más o menos soez. Es lo que hizo, probando suerte en diferentes círculos, ofreciendo un poco de vino que había comprado en Kalaman3. No haría ascos a compartir hoguera e incluso vino con los amigos de Briand.

En cualquier caso, la velada tocaría a su fin y entonces se retiraría a dormir a su amplia tienda de campaña, alrededor de la cual dispondría su hechizo de Alarma, mientras que Eyri, su familiar cuervo, quedaría al cargo de avisar si alguien se acercaba demasiado a sus carretas.

Notas de juego

(1) que forma parte de su muda de viaje.

(2) Entre paréntesis van las cantidades que podría vender: Vela (x10), piedra para afilar (x5), tabaco (x2 libras), manta de invierno (x1), frascos vacíos (x33), jarras de arcilla (x5), olla de hierro (x1)

(3) Una botella de vino de calidad normal

¿Cuánto tiempo hay hasta la próxima población?
¿A dónde nos dirigimos?
¿Cuánto se tarda en llegar al destino final?

Si el trayecto tiene que durar menos de una semana, vendería a 1 p.a. la ración, para quien las necesite... (sí, el doble de su valor, lo sé, ya pasaremos cuentas más adelante, pero no resultaría creíble que os vendiera las raciones al precio estándar pudiendo aprovecharme de vuestra necesidad).

¿Puedo preparar mis hechizos antes de dormirme en vez de al despertar? Si es así, prepararía mis hechizos entonces, creo que será más discreto.

Preparo los siguientes hechizos:

HECHIZO ESCUELA NIVEL
Cuchichear mensaje Transmutación 0
Detectar magia Adivinación 0
Leer magia Adivinación 0
Luz Evocación 0
Remendar Transmutación 0
Alarma Abjuración 1
Arma mágica Transmutación 1
Armadura de mago Conjuración 1
Escudo Abjuración 1
Impacto verdadero Adivinación 1
Apertura Transmutación 2
Gracia felina Transmutación 2
Rayo abrasador Evocación 2

Además, antes de que sea demasiado tarde y estén todos dormidos, enlazaría mágicamente con Briand y Kylian o Lluvia, o alguien más del grupo que no esté muy lejos, usando Cuchichear Mensaje. Así disponemos de 30 min. durante los cuales podemos conversar discretamente sin estar realmente juntos.

¿Vemos algún viajero relevante? Salvo que haya cientos de personas seguro que detectaremos fácilmente a no humanos y gentes de clases exóticas (como bárbaros, druidas o hechiceros).

¿Hay algún enano? No es para acercarme, sino todo lo contrario...

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18/12/2021, 21:05
Dungeon Master

Con su simpatía y sencillez natural, a Lowen no le cuesta demasiado trabajo conseguir que un grupo de mercaderes de Kalaman accedan a venderle algunas provisiones para los próximos días. No tantas ni tan económicas como le hubiera gustado, pero dentro de lo razonable.

También Thorwyn derrocha simpatía con todo el mundo a lo largo de la jornada. Varias personas se acercan a curiosear pero, aunque ninguna termina comprándole nada por el momento, él no pierde la esperanza de poder deshacerse por el camino de algunas de las mercancías que transporta. Lo verdaderamente importante para él es que cada intento de transacción le da una excusa para hablar con los viajeros e intentar ganarse su confianza. Con casi todos al menos, puesto que evita en todo momento al joyero enano y a sus dos feroces guardaespaldas femeninas que viajan con la caravana.

Intentar no juntarse con la pareja de kenders también es prudente. Al parecen, han coincidido casulamente en este viaje y se han pasado todo el día charlando animadamente mientras trataban de establecer alguna genealogía común.

En cambio, la compañía del maestro cervecero Beydsec el semielfo es mucho más agradable para Thorwyn. Al tipo le gusta hablar sobre sus productos y debatir con sus potenciales clientes sobre tal o cual variedad de lúpulo o sobre el proceso de fermentación y cómo este influye en el resultado final. Está claro que le encanta su trabajo y que espera hacerse rico vendiendo su producto en cada posada del camino y a cada viajero sediento.

Además de los anteriores, lo más destacable es una reservada familia de ebanistas elfos: un matrimonio y el hermano de ella, que viajan en un carro cargado con maderas exóticas y exquisitas tallas que van desde pequeñas figuritas llenas de impresionantes detalles hasta un impresionante tríptico pintado que representa a E'li convertido en mortal, a la divina Questi Pah llorando a su esposo caído y a Astarin tocando su arpa en señal de duelo.

Por su parte, Briand se mantiene tan apartada de la plebe como puede y como cabría esperar, pero desde el interior de su carruaje no les quita los ojos de encima a aquellos a los que ve hacer el saludo de los fanáticos de Takhisis. Y, al caer la noche, puede compartir esta información con sus compañeros sin levantar sospechas gracias a la discreta magia de Thorwyn.

Por desgracia, Kylian y Lluvia no están en disposición de conversar con sus compañeros al caer la noche. Las setas recogidas en el camino por la mística que-shu con las que elabora su guiso les producen a todos aquellos que lo prueban efectos alucinógenos. A Lluvia Estelar, más acostumbrada a alimentarse de lo que se encuentra en sus viajes, la comida le provoca una aguda indigestión y algunos pequeños delirios que se desvanecen a las pocas horas. Los demás no son tan afortunados y sus síntomas empeoran con el paso de las horas experimentando fiebre alta, desorientación y arrebatos frecuentes de risa histérica motivadas por sus alucionaciones.

Incluso Jilhazhí comienza a experimentar varios de los síntomas y al prudente clérigo de Gilean no le queda más remedio que solicitar a su compañera el viajar las siguientes jornadas en el interior de su carro. En parte porque en su actual estado es incapaz de cabalgar y en parte para que las carcajadas del pequeño dragón sean confundidas con las suyas y no levanten sospechas entre los viajeros.

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19/12/2021, 02:26
Dungeon Master

29 Bran 433 AC

La noche transcurre sin sobresaltos y también las siguientes dos jornadas, que es el tiempo que necesita Lluvia Estelar para conseguir revertir los efectos nocivos de las setas en aquellos que las han ingerido por su culpa.

En ese tiempo, los demás habéis estado vigilando a los cultistas de forma discreta y habéis llegado a la conclusión de que viajan en tres grupos diferentes dentro de la misma caravana. Un primer grupo lo hace disfrazado de comerciantes que ofrecen los bienes saqueados de Belleria y otras ciudades a cualquiera interesado en comprarlo. Los otros dos grupos, viajan como escoltas de sendos mercaderes, pero por el momento no parece que estos sean conscientes de la verdadera identidad de sus guardianes.

Esta tarde el cielo está nuboso y el tiempo es algo más frío que los anteriores a pesar de que el viento que sopla no es demasiado fuerte. Puede que os queden una o dos horas de luz y algunos viajeros han comenzado a hablar de parar y montar el campamento a no mucho tardar.

Es entonces cuando algunos veis y otros escucháis que uno de los carros vuelca repentinamente debido a que una de sus ruedas se ha salido del camino, quebrándose al chocar contra una roca. El desconcierto es total, los caballos que tiraban de él han quedado atrapados y han sufrido graves heridas a causa del accidente. Sus relinchos se suman a los gritos de los sobresaltados viajeros. La carga se ha desparramado por los alrededores y algunas cajas se han abierto, revelando docenas de hermosos artículos de joyería envueltos en lana para su protección.

Al acercaros, os dais cuenta de que el carro accidentado es uno de los tres vehículos en los que viajan los caballeros de Neraka disfrazados de mercaderes.

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19/12/2021, 15:02
Lluvia Estelar

Me siento tan culpable por lo ocurrido que durante los siguientes días ni siquiera me planteo la posibilidad de intentar encontrar alimentos en el camino. Me limito a atender a Kylian y a Jiłhazhí viendo cómo su estado de salud mejora tan deprisa como decrecen mis provisiones compartidas. Si no encontramos un lugar donde conseguir más, pronto me veré obligada a volver a forrajear para que no pasemos hambre.

Cuando no estoy sentada en el pescante de mi carro, conduciendo a los caballos por la carretera, estoy dentro atendiendo a mis envenenados amigos o cuidando de las esforzadas bestias de carga que nos transportan a los tres. No tengo tiempo de mezclarme demasiado con el resto de viajeros y, por suerte o por desgracia, ellos tampoco tienen ningún interés en acercarse a mí después del incidente de la primera noche. Algunos todavía arrastran secuelas de aquella cena que, sin mis cuidados, todavía les durarán dos o tres días más seguramente.

Ahora mismo no soy una figura muy querida en la caravana y me alegro de que el resto de mis amigos finjan no conocerme para no perjudicar su reputación.

Me encuentro mirando a las nubes, presintiendo que el tiempo va a cambiar muy pronto, cuando escucho un estruendo en algún lugar por delante de mí. Instintivamente tiro hacia atrás de las riendas, frenando en seco a los caballos y eso me salva de atropellar accidentalmente a uno de los kenders que se han quedado parados en mitad del camino al presenciar el accidente.

Cada vez que veo un kender no puedo evitar acordarme de Ethani y de su marido. La primera, asesinada por los goblins que serían a los caballeros de Neraka; el segundo, secuestrado por estos y probablemente muerto durante el ataque al campamento mercenario llevado a cabo por la enloquecida Ysalla.

Por un momento me planteo bajarme a ayudar a los accidentados, pero después reconozco el vehículo como uno de los que mis amigos han identificado como perteneciente a los nerakanos. Acordándome de Ethani, solo puedo desear que todos sus ocupantes mueran entre terribles dolores.

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19/12/2021, 17:10
Kylian Brickstone

Kylian trató durante todo el tiempo que se mantuvo convaleciente, trató de disculpar el error de Lluvia al identificar aquellas condenadas setas como comestibles. 

"Un error lo tiene cualquiera", "esas setas eran muy parecidas a una clase comestible, cualquiera podría confundirlas", "no te preocupes, la intención era buena" o "gracias a ti me encuentro mucho mejor, sólo puedo darte las gracias", fueron algunas de las frases que constantemente estuvo dedicando a su amiga por tratar de que se sintiera mejor.

No sentía rencor alguno por aquel suceso inesperado. Al fin y al cabo ella sólo trataba de ayudar y si él hubiera comprado provisiones, nada de todo aquello hubiera sucedido. Fuera como fuera, la necesidad de comprar alimentos les había proporcionado una excusa perfecta para interactuar con el resto de los miembros de la caravana y habían empezado a localizar a los miembros del culto a Neraka. Precisamente lo que había ido a hacer allí. 

Fue entonces cuando sucedió aquel incidente. ¡Un accidente de carro! Los caballos estaban atrapados y no sabía cómo estaban los ocupantes del vehículo. Sin más, Kylian descendió del carruaje y corre a auxiliar a los heridos. Sean o no los ocupantes nerakianos, Kylian se ve forzado a actuar, al fin y al cabo, sólo han confirmado que en la escolta hay miembros del culto a Neraka, pero no tienen prueba alguna contra los comerciantes que los han contratado. 

¡Dejen paso, dejen paso! - Alzó la voz mientras se hacía una idea de la situación y tomaba la determinación de que era más urgente hacer en primer lugar. 

Valorar como se encontraba todo el mundo era ahora lo primero que debía hacer. 

¿Cómo se encuentran? - Preguntó al acercarse a la cabina. - ¿Cuánta gente viajaba en el carruaje? - Preguntó.

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19/12/2021, 22:33
Thorwyn Runavieja

El viaje transcurría, dentro de lo posible, de forma bastante adecuada. Una mala elección de setas había llevado a un accidente que, no obstante, no había resultado más que algo de lo que podrían reírse pasado un tiempo. Una incomodidad más que un verdadero problema. Thorwyn había tenido la suerte de no necesitar recurrir a la ayuda de la bárbara para suplir su falta de previsión con las provisiones, de manera que no había tenido que poner a prueba la consabida resistencia enana a los venenos y enfermedades. Mejor así.

Por otro lado, sus pesquisas comerciales le habían granjeado cierto nivel de conocimiento para con los integrantes de la caravana y, aunque todavía no había conseguido hacer negocio, no parecía faltar demasiado para lograrlo. Uno humilde y que no le resolvería nada económicamente, pero negocio al fin y al cabo.

Los que sí parecían más bienestantes eran precisamente los nerakanos. La aguda observación de Briand los había descubierto como comerciantes de bienes arrebatados a Belleria, blanqueando el saqueo a nivel económico. Una maniobra inteligente, eso tenía que reconocérselo.

Su distancia con el trío enano de la caravana, el joyero y sus guardaespaldas, seguramente sería difícil de entender para los no enanos, pero las razones para hacerlo eran de peso y poco le importaría la opinión humana al respecto. O élfica, a decir verdad, pues la caravana también contaba con ebanistas elfos. Si dispusiera de suficiente dinero tal vez les encargara algo, su trabajo parecía excepcional y sería tonto no aprovecharse de la oportunidad.

De igual forma no aprovechar la caída de la noche, tras un duro día de viaje, para probar una jarra de la mercancía de Beydsec, el maestro cervecero, sería un auténtico desperdicio. Un tipo estupendo con quien conversar y con el que, a buen seguro, conversaban muchos del campamento. Aquel humano era lo más parecido a un tabernero que había en las inmediaciones y todo el mundo sabe que si quieres enterarte de los mejores rumores, los taberneros son los que siempre saben algo, o al menos pueden apuntar en la dirección apropiada; algo que ver con la sinceridad y lenguas desatadas por la buena cerveza. De hecho, Thorwyn no dudaría en prometerle algún dinero a Beydsec si se enteraba de alguna cosa rara de la gente del campamento con la excusa de tratar de buscar alguna debilidad o apetencia que pudiera explotar de alguna manera, o información de la que convenía poseer, como quién era peligroso y por qué.

El accidente del carro de los nerakanos, para el que no han tenido que intervenir sus compañeros, resulta una inesperada bendición. Se habían quedado sin carreta... y él disponía de una. Ocultando una sonrisa malévola tras la tupida masa de pelo que suponía su barba llena de anillos, Thorwyn se apresuró a lanzarse hacia la oportunidad que se le abría ante sus ojos.

─¡Oh, qué desgracia! ─exclamó mientras se acercaba al carro accidentado─ Pobres caballos, y esa rueda... ¿Tienen rueda de recambio? Ya es mala pata... ─y se detuvo al descubrir la mercancía desparramada por los suelos─ Vaya... Ummm, ¿necesitan ayuda? Tal vez pueda hacerles sitio en mi carro. De hecho, por lo que veo, puedo venderles todo su contenido para hacerles sitio, si lo desean. El carro no se lo puedo vender, lo necesito...

Notas de juego

A ver si cuela y deciden utilizar mi carreta como sustituta...

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20/12/2021, 15:30
Lowenherz Bremer

Ante el estruendo del accidente, Lowen se acercó a caballo, observando cómo sus amigos se afanaban en ayudar a los sectarios, a buen seguro buscando una oportunidad de ganarse su confianza. Se alegró de ver que Kylian se encontraba mejor (no se había atrevido a acercarse a preguntar por su estado, confiando en que, si era crítico, Lluvia le avisaría). Cuando estuvo cerca del desastre, desmontó del caballo, recorriendo el resto del camino a pie. Se abrió paso entre los curiosos, intentando poner orden, y, sobre todo, evitar saqueos.

- Vamos, vamos. - dijo con tono conciliador - Volved a lo vuestro, por favor. Sólo sacerdotes, por si hay heridos.

Después de aquello, se afanó en recuperar los bultos caídos, recogiendo de entre la hierba las gemas, y arrojándolas de vuelta a los cofres que se habían roto. Sin duda, allí había un tesoro considerable. No quedaba duda de que las intuiciones de Briand acerca de aquellos tipos eran correctas.

- Valiosa mercancía, ¿eh? - dijo a uno de los mercaderes cercanos* - Será mejor que la recojamos antes de que alguien quiera llevarse un pellizco.

Hizo como que no se preocupaba del valor de los objetos que tenía entre manos (realmente no los codiciaba), aparentando que buscaba mantener el orden. Quizá así lograse despejar suspicacias y ganarse poco a poco la confianza de los falsos mercaderes.

 

Notas de juego

* Asumo que no están todos agonizantes en el suelo. Si no, no se lo digo xD.

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21/12/2021, 00:32
Dungeon Master

Kylian es el primero de vosotros en llegar al lugar del accidente, saltando del carro de Lluvia cuando ésta opta por no acercarse.

Uno de los caballos está relativamente ileso tras haber caído sobre el otro, que relincha ruidosamente en medio de terribles dolores. Ha quedado medio atrapado bajo el peso del carro y se ha roto las dos patas traseras. Su conductor ha corrido peor suerte, al salir despedido del vehículo y partirse el cuello con la caída.

El copiloto ha sufrido algunas contusiones y es posible que tenga un brazo roto o, al menos, dislocado a juzgar por la extraña posición en la que ha quedado a consecuencia del golpe. El tercer ocupante del carro estaba en el interior y ha quedado parcialmente sepultado por la carga apilada a su alrededor. Tiene una brecha en la frente que sangra bastante, pero está consciente y grita pidiendo ayuda para liberarse.

El clérigo de Gilean se acerca a atender a los heridos sin que nadie se lo impida. Bien al contrario, los beneficiados de su magia curativa le dedican sonrisas agradecidas.

—No sabía que viajábamos en compañía de un sacerdote de los auténticos dioses —comenta uno de ellos con respeto y gratitud—. Deberías viajar con nosotros. No te faltará de nada y te pagaremos bien por tus servicios. Estoy convencido de que a nuestros superiores les gustará conocerte.

Reparáis en que los cultistas que hacen de guardaespaldas para otros mercaderes no se acercan, quizá preocupados por mantener su fachada de que no se conocen. En cambio, los que viajan en en los otros dos carros del mismo grupo, sí se detienen a prestar su auxilio; aunque no tanto a sus compañeros heridos como para recuperar las mercancías desparramadas.

Uno de ellos empuja a Lowen, tirándolo de espaldas, cuando éste se acerca para ayudarles a recoger el desperdigado botín.

—Los que cogen lo que no es suyo, terminan con las manos cortadas o con la garganta rajada—le amenaza el individuo, echando rápidamente mano a una daga y colocándose a horcajadas sobre el caballero de la Corona—. Largo de aquí, rufián, antes de que me arrepienta de dejarte marchar. Como descubra que falta algo, iré a buscarte mientras duermes y me cobraré en sangre cada moneda de cobre que haya desaparecido.

Entretanto Thorwyn, que en los últimos días ha conseguido entablar una buena relación con el maestro cervecero, se ha acercado a ofrecer sus servicios como comerciante a los nerakanos que se afanan en cargar en sus propios carros el contenido del tercero, ahora inservible.

—¿Y para qué querríamos comprar tu basura? —pregunta uno de ellos, malhumorado—. ¿Es que no ves que nos falta sitio para cargar las valiosas mercancías que tenemos?

—Puede que este sea tu maldito día de suerte, enano —interviene otro, tras sopesar durante unos segundos el ofrecimiento—. Si vacías para nosotros esa carretilla que tienes, te ofrezco cien piezas de acero por llevar nuestras mercancías dos semanas. ¿Qué me dices? Así podrás presumir con tus familiares bajitos de haber estafado a unos honrados mercaderes de Kalaman. Cien piezas de acero por unos pocos días de trabajo, piénsalo. Estoy seguro de que no has visto tanto dinero junto en toda tu vida, ¿a que no, hombrecito?

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21/12/2021, 07:19
Briand Le Besco

Briand había amanecido algo adolorida, no del estómago sino de su espalda. Por mucho que se esforzase, a su consentido cuerpo le costaba mucho acostumbrarse a descansar en tales condiciones, si bien se había endurecido considerablemente en sus viajes... Un cuerpo de noble siempre sería un cuerpo de noble. Su sangre azul simplemente no estaba hecha para aceptar ese tipo de camillas. Lo peor es que aún sentada no podía ponerse demasiado cómoda, no sólo por tener que vestir sus ropas de noble sino por la camisa de mallas que llevaba debajo, sabiendo que deambulaba cerca de un potencial enemigo.

El don de comunicación casi mental de Thorwyn no terminaba de extrañarle, la mente de la joven más concentrada en intentar comprender cómo era que funcionaban aquellos conjuros arcanos mientras les señalaba quiénes sospechaba podían ser los más probables candidatos a Caballeros de Neraka o al menos, conocidos inusualmente separados como lo eran ellos. Aunque no se dedicó a observar mucho más, pasando el resto del viaje observando e intentando leer aquellos pergaminos que había adquirido. La escritura arcana era algo que le resultaba imposible de comprender, por mayor lingüística que poseyese, pero siempre había sido un arte que la llenaba de intriga desde pequeña. Así como el arte de fingir ser una, de a momentos, y estudiar formas poco ortodoxas para engañar y hacer funcionar tan singulares artefactos... Casi de la misma manera, que podía convencer o manipular a las personas.

Pero eventualmente el carro se detuvo, más de una vez. Pudo notar unas torpes maniobras que parecían buscar más apartar o estacionar el carro que esquivar algún obstáculo, que a través de la ventanilla no veía. - Demien, nuevamente... ¿Por qué nos detenemos? - Le consultó educadamente a su empleado, aunque no muy complacida. Cuando éste le informó acerca de una gran carroza accidentada, Le Besco soltó un suspiro y no le quedó otra que bajar del carro. No tenía más que el estoque que llavaba siempre a un costado de su cintura, como símbolo de su nobleza.

De manera algo tardía, se aproximó a la escena para presenciar lo que parecía ser una buena fortuna en joyería, o al menos una considerable cantidad, sus conductores quienes había considerado como sus posibles objetivos. Uno muerto en una manera horrenda, para su disgusto, trató de no ver. Para cuando sus pasos llegaron, una discusión negociadora se había formado entre el enano y los joyeros sin carro. Dudando de la legalidad de aquellas mercancías, aprovechó su oportunidad para entrometerse como también inversora que era y la tomó.

- Vaya, curiosamente, resulta que poseo un creciente interés en adquirir su carretilla, enano. - Irrumpió la negociación con un tono sagaz, regateador. - Yo le ofrezco 300* piezas de acero por su transporte. Puede hacer lo que guste con su restante mercancía. - Marcó su mejor oferta en voz alta, mirando de reojo a los falsos comerciantes, como si aquella suma no fuese nada para ella. Ya de por sí, sus propias ropas de seda fina y bordeadas en joyas, el amuleto nobiliario de Certret y hasta su brazalete de oro, llevaba más valor encima suyo que posiblemente muchos en sus mercaderías. No tenía esa cantidad de piezas sobrantes, pero probablemente aquello era lo contrario a lo que cualquiera imaginaría, y ella contaba con la seguridad de que no necesitaba darle ningún dinero real a Thorwyn ya que era su cómplice. Ambos ya llevaban sus años haciendo dinero y sabían cómo sacarle el provecho a una oferta.

Si no estaba estimando mal el valor de todo aquello, no les quedaría otra que hacer una contraoferta superior o aceptar cualquier impuesto que les ofrezca la noble, que claramente no sería para nada barato. No tenían opción, era eso o dejar todo tirado y ella era perfectamente consciente de que era una pérdida que no se podían permitir.

- Tiradas (2)

Notas de juego

*Arrojo un valor estimativo para darle sentido al diálogo, pero dependiendo si fue suficientemente buena mi tirada de Tasación, si aquellas joyas valen más de mil intentaría exprimirles un poco más, o menos si no vale tanto como imaginé.

Supongo que para hacer un regateo sería Engañar, en especial porque estoy fingiendo no conocer a Thorwyn y ofrecerles monedas que no tengo. Si fuese con Diplomacia serían 6 más, para un resultado de 20. Mi idea es forzarles a que contraoferten más o 'adquirir' la carreta de Thorwyn, para yo cobrarles más luego a ellos. Así como darle pie al enano también de regatear por más, al ver que hay más demanda.