Partida Rol por web

- Perfecto... Nos dan una chimera para patrullar y acabamos pateando como casi siempre... - Pensaba la soldado.

Macmardiggan se ubicó en uno de los flancos de la formación romboide. De su cuello colgaba la cinta que unía a su carabina láser. Caminaba atenta a todo lo que pudiera asaltarles, pues aunque creía que aquella misión no les pertocaba a ellos, no dejaba se ser peligrosa.

- Mucho cuidado con lo que pueda venir desde vuestras espaldas. - Dijo Grenda. - Si es un animal no creo que ataque a un grupo tan numerosos, pero hay que seguir alerta...

Laura aprovechó que nadie la veía en el compartimento del piloto para dar un pequeño puñetazo frustrado en la carrocería. Se acabó la caza con tanque. Qué bien. ¿No podían seguir su plan? Poner el cadáver encima del tanque, encerrarse dentro y apagar el motor. ¡Era un animal! ¡Se pensaría que era!. 

- ¡Señor, sí señor! -rezongó-

Puso el tanque en punto muerto, bloqueó las orugas y apagó el contacto. Por un momento se preguntó si de veras no podría embestir la vegetación con la pala. Pero hasta ella tuvo que asumir que asustar al bicho hasta la sumisión no serviría para encontrarlo. Se colgó el cortador láser a la espalda, recogió las armas y se colocó a retaguardia de la formación, que reconocío como la formación estándar para convoyes y columnas de avance del manual. 

- 

"bien hecho" de digo a Mallory, "así que estas son las huellas del bicho, pero tengo una duda, ¿un ser que va dando saltos y va a dos patas?, ¿y que tiene tres dedos?, esto huele a mutantes, que bien que he traído a mi pequeñin" digo al ver las huellas, no sabía de que serían, pero eso me decía bastante, no sabía que podría hacer eso, por lo que tener un lanzallamas grandote y una cara de psicopata, aquel bicho se arrepentira de lo que ha hecho.

Si señor- Asintió mientras trataba de recordar donde debía situarse en el rombo hasta que escucho el comentario de Nastya -¿Mutantes? No será cierto ¿No?- Su expresión cambio entrecerrando los ojos y apretando sus nudillos sobre el arma -El universo está lleno de engendros que deben ser exterminados y nosotras, como armas ejecutoras debemos de ser eficaces- No estaba muy claro si su determinación era real o solamente trataba de superar los miedos que eran habituales en ella.
Toqueteaba insistentemente el seguro del arma, comprobando que se encontraba puesto y que por un despiste no achicharraría a alguien. Con la mirada puesta en el suelo, en la sangre y en las posibles huellas que no comprendería nunca.
Los pasos decididos eran más silenciosos de lo que en ella podían esperarse y los hombros casi siempre decaídos, estaban erguidos, quería cazar a ese mutante -Con suerte serán varios y podremos matar mas

Katarina empezó a andar en la punta del rumbo, con sus acostumbrados movimientos intentando ser lo más silenciosa posible, cada paso en aquel terreno era un desafío por su cantidad de hojas, ramas y pequeñas piedras. Pero lo que llevó al traste su silencio total fue lo que hablaban sus compañeras, ya que rompió a hablar, pero daba igual porque todas estaban hablando por los codos.

-¿Pero quien coño ha hablado de mutantes?- se gira enfadada con el fusil cruzado y el dedo en el gatillo- la psicopata de Nastya sólo quieres usar su puto lanzallamas a la menor ocasión, pero no hable sin saber, pues pueden haber muchos animales con tres dedos como el...- empieza a hacer memoria- el Tres-dedos-saltador- dice frustrada porque no se acuerda de ninguno. Se da la vuelta y sigue el rastro fijado por Mallory.

Con Katarina como la punta adelantada del rombo y Mallory detrás, avanzáis por el bosque dejando cada vez más atrás el vehículo y a vuestros compañeros.
Katarina comienza a hablar recriminandoos vuestras ideas sobre animales mutantes mientras Mallory se desvía del rumbo.

-Parece que las huellas cambian de dirección.- Dice mientras gira a la derecha mirando al suelo.

-Gronk

- Pues nada... - Se encogió de hombros. - Si cambian de dirección, pues tendremos que seguirlas... - Resopló.

A Grenda nunca le habían gustado las acampadas en el bosque. Tampoco le gustaban las marchas por el campo y por supuesto, tampoco le apetecía ir de cacería. Pese a ser nativa de un mundo agrícola, ella era de ciudad y todo lo referente al campo, le hastiada sobremanera.

- ¿Seguimos? - Sugirió. - Cuanto antes encontremos a ese bicho y le demos matarile, antes podremos regresar al transporte y concluir la ronda de reconocimiento...

Laura se para en seco, frenando a la formación:

- ¿No habéis oído un gruñido? -Musitó quitando el seguro a la carabina.

El sargento miró recriminando a su escuadra y rompió el silencio:

-Somos la patrulla de reconocimiento más ruidosa de todo el Segmentum... hasta los orkos lo harían más silenciosamente... pero es verdad, habéis escuchado algo? Atentos...-quitó el seguro de su arma por instinto.

- ¿Un gruñido? - Preguntó Grenda. - Ahora que lo dice, algo he escuchado, si... - Pensó para si. - Pensaba que había sido el ruido de tripas de Mallory. - Sonrió. - ¿No tenéis hambre? - Bromeó para tratar de quitar hierro al asunto.

Por otro lado agarró con firmeza su carabina. Podía ser que aquella bestia estuviera cerca, hostigándoles. Quizás había infravalorado el peligro al que se enfrentaban. Entonces puso en alerta todos sus sentidos.

A la orden del sargento todos callásteis agudizando el oido cuanto podíais, pero nada se escuchaba.
Una ligera brisa removia las ramas mas altas sacndo quejidos de las ramas mas secas....pero nada que fuera de otro mundo.
Proseguís con la busqueda, con los nervios a flor de piel. Ya os habéis alejado del Quimera cincuenta metros.

Laura resopló para sacudirse un mechón de pelo sudado:

La mayoría de depredadores aprenden en pocos siglos a alejarse de los grupos de humanos armados. -pensó- ¡No es posible que este nos esté acechando como si creyese que tiene una oportunidad!

Volvió a concentrarse en lo que la rodeaba, barriendo con la mirada y la punta del rifle. De pronto la escalofrió la posibilidad de que lo que fuera le saltase encima desde un ángulo muerto, de modo que -cuidadosamente- sacó la bayoneta y la caló en el arma. Solo por si acaso.

Al ver como Laura sacaba la bayoneta le imitó. Al parecer aquel "animal", era más listo que ellos y les estaba hostigando. Esa era al menos la impresión de le daba ahora que las cosas se ponían serías.

No había estado bien menospreciar la misión. Ahora lo sabía. Ahora que sentía el miedo se saberse presa y no cazador, lo sabía. ¿Estaba preparada realmente para ir al frente? Era evidente que por mucho entrenamiento que uno tuviera a sus espaldas, una situación real nunca era lo mismo.

- Abrid bien los ojos. Atentos a cualquier mierda... - Susurró a todos los compañeros que alcanzaron a oírla.

La tensión que se vivía en aquel momento era palpable. El sonido y los movimientos de sus compañeras activo todos sus sentidos y trato de disparar en la dirección marcada. Un disparo, dos, tres -¿Que mierda pasa? Esto es una mierda- La frustración se apoderó de ella al comprobar que no había quitado el seguro y que ningún disparo se había producido. Quería matad mutantes, quemarlos vivos mientras escuchaba sus gritos de agonía.
-Lo siento señor, me cayo- Cerró el pico para obedecer al mando. Tenía razón que si continuaban con ese jaleo, nunca cazarían a los mutantes. Debían dar la vuelta a la situación ya que ahora ellas eran la presa y no al revés.
En su interior le hubiese gustado portar el lanzallamas, una arma para purificar el mundo y provocar el miedo en los asquerosos mutantes.

aquello no me gustaba, estaba claro que había algo por aquí, y no me estaba gustando nada, por lo que agarro con mas fuerza mi lanzallamas pesado, esto no tenía buena pinta, a la mínima, esto podría acabar mal para nosotros, "ir con cuidado, disparar a todo lo que se mueva, no conozcáis y sobre todo, no sea amigo" les digo a mis compañeros.

Poco a poco mientras nos alejamos de la seguridad del Chimera, los nervios empiezan a aflorar, lo que antes parecía una locura, ya no lo es tanto. Encima iba la primera y tenía toda la pinta de que iba a acabar con la espalda achicharrada por un lanzamallas sin seguro.

Está un poco alejada del núcleo del pelotón y un poco expuesta, así que hace aquello que le da más seguridad, ir a la defensiva. El fusil se lo pone a la espalda. Desenfunda la pistola y se la coloca en la mano izquierda, porque en la mano derecha saca una espada afilada y aprieta el mango con fuerza dando un par barridos para escuchar el sonido casi metálico y recordar su balanceo.

¿No podía ser una tranquila última patrulla? pensaba mientras seguía avanzando siguiendo el misterioso rastro.

-Gronk, Gronk.

El sonido vuelve a oirse claramente, una vez avanzáis en silencio. Poco tiene que ver con un gruñido salvaje o con un el horrible bramido de un animal mutado.

Sin previo aviso un arbusto se mueve cerca de Molkov y un bichejo feo, con verrugas que apenas llega al metro de altura y camina sobre dos patas cortas de tres dedos abre sus inmensas fauces dispuesto para atacar a la que va en cabeza.