Partida Rol por web

- Si, señor. Perdón, señor.

Contestación estándar para estupidez estándar. ¡Solo era un puto verraco silvestre difunto! ¿Qué mas daba, si además la que sabía tratar al espíritu máquina de la radio era ella?

El Sargento miró a la Recluta Bianchi negando con la cabeza a modo de reproche y contestó a la radio:

-Base 13, aquí el sargento Curce, el animal parece haber sido abatido por un depredador hace poco tiempo..si bien nuestro personal médico incide en que es un depredador de un tamaño considerable, y me extraña que no lo haya devorado. Lo que sea tal vez lo ha cazado por placer, o simplemente se asustó al escuchar el Quimera y se marchó. Si es un depredador tan grande tal vez no debería estar tan cerca del camino, es extraño. Solicito instrucciones o para investigarlo o para seguir con la patrulla ordinaria.

A Randall le daba muy mala espina que una pieza tan apetitosa como un ciervo no fuera devorado y se dejarán los restos ahí... lo que fuera lo podía haber cazado por placer y salvo algunos lobos ningún animal hacía eso.

- Un simple venado muerto... - Dijo Macmardiggan en un susurro.

¿Realmente estaban allí para eso? Si había sido un animal el que se había cargado a ese ciervo como aseguraba la sanitaria, no era una amenaza para el cuerpo de marines espaciales. Si se acercaba a la población los guardias darían buena cuenta de él.

- ¿De verdad vamos a ir de caza? - Preguntó en alto aunque a nadie en concreto. Tampoco esperaba una respuesta.

Con la espalda cubierta por el vehículo y las manos temblorosas Yulia respondió -No lo sé. La mordedura es grande, demasiado. O es un enorme depredador o un cepo ha atrapado al animal. Cualquiera de las dos alternativas me intriga porque ambas serían una trampa- Continuó hablando con la respiración acelerada -Ai fuesen trampas de caza el blindado no tendría problema para superarlas ¿no?- La doctora tenía más dudas que otra cosa. Ella no era veterinaria y no era tampoco ninguna experta en la fauna local o, mejor dicho, en ninguna fauna.
Se ajustó el chaleco para asegurarse de que lo tenía bien colocado.

- Pues no. No concibo un cepo lo bastante potente para sacarle una oruga a Roberto... a ver... conceptualmente algo con dientes de energía... pero eso se sale del presupuesto de los furtivos. 

Laura dudo un sonoro instante. 

- Y eso seguramente sería Tecnoherejía. Apuntó.

-Recibido.- Contestó el capitán por la radio. -Manteneos alerta y dar caza a ese animal. Puede diezmar la población de la zona y causar importantes daños para el diezmo imperial. Base13 cierro.-

Al parecer el mando quierre que vayáis de caza. Mirado desde su punto de vista, será un buen entrenamiento para la guerra.

- Estupendo... - Dijo la soldado y entonces resopló hastiada. - ¿De verdad nos encargamos también de eso? - Se encogió de hombros. - ¡Qué remedio! - Exclamó.

Pese a que no le apetecía ni un culo iniciar una cacería, no les iba a quedar más remedio. Cómo si de agentes forestales se tratase, les enviaban en busca de un animal salvaje. ¿Es que a caso llevaban tanto tiempo de entrenamiento para cazar animales? Grenda deseaba combatir a los enemigos del Imperio. Se había alistado para ello, pero por desgracia el capitán había hablado... No les quedaba más remedio que obedecer.

- ¿Seguimos, sargento? - Le preguntó a Curce.

El sargento aclaró cualquier duda:

- Macmardiggan, un depredador tan cerca de los caminos y que caza por deporte no podemos dejarlo vivir-hizo una pausa para seguir- puede matar a personas además de dañar el Diezmo como ha indicado el capitán ... puede ser tal vez una manada de lobos, a saber. Espero que demos con el o con ellos pronto.

Volvió a dar instrucciones:

-Si alguien es capaz de rastrearlo nos ahorraremos dar vueltas tontamente con el Quimera....- esperó voluntarios que supieran de verdad moverse en la  naturaleza*

- Está bien... - Dijo la soldado mientras comenzaba a bajar de lo alto del transporte. - ¡Qué remedio! - Pensó.

Tenía algunas nociones de supervivencia. Había entrenado eso. Rastreo, obtención de materias primas, obtención de alimento, búsqueda de refugio y muchas más técnicas de boy scout, pero lo cierto era que no era lo que mejor se le daba.

Grenda se agachó junto al cadáver de aquel animal y empezó a leer el terreno. Había muerto hacía poco, por lo que no tendría que ser difícil descifrar las marcas que habían quedado impregnadas en el suelo. Sin embargo nada... No lograba encontrar una sola pista, ninguna huella, ninguna dirección en la seguir avanzando.

- Tenéis que mirarlo así, chicas: Primero, es nuestro "maldito" deber. Y segundo... ¿Qué preferís hacer con el tiempo? ¿Estar de vuelta para la asignación de tareas de la tarde y que nos toque turno de camarero en el club de oficiales, o cazar con tanque?. Yo no creo que en el Administratum planetario den licencia para esto. ¡Es casi ilegal! 

Carcajada un poco demasiado emocionada. Cuando se calmó, Laura añadió:

- No sé... ¿a lo mejor podemos atar al ciervo tras la torreta y dejar que termine de desangrarse encima del casco mientras paseamos? El olor seguramente atraiga al bicho que, como es idiota, nos tomará por un venado enorme ¿no?. Y cuando nos hinque el diente y descubra que somos de adamantio, lo rostizamos. 

"¿entonces vamos a pie?" pregunto antes de baja y coger mi lanzallamas pesado, si había un bicho fuera, eso lo detendría y lo asaría, "esperar un momento que coja el lanzallamas, así podremos comernos recién calentito al bichejo ese" digo en tono broma antes de salir del vehículo, y ayudar en la busqueda de huellas.

Tenía que abrir la boca. Si Yulia no hubiese dicho nada, aún estarían en la Quimera y no pateando en busca de un depredador. Nada bueno podía salir de allí.
Rastrear no era lo suyo, combatir tampoco pero allí estaba, preparada para seguir los pasos del resto y tratar de no ser ningún estorbo. No quería ser la primera en caer bajo las garras del posible animal y, aunque trataba de mantenerse alerta, sus divagaciones la mantenían ensimismada como tantas otra veces. Despistada pero eficiente en su trabajo. Cuando llegase el momento estaría preparada para ayudar en todo lo que pudiese

El sargento suspiró...

-¿No hay ni rastro verdad?-negó con la cabeza- vamos a estar horas aquí buscando algo que ni sabemos que es...

El sargento pensó unos segundos y dio la orden:

-Todos al chimera, iremos más rápido si buscamos con el vehículo que a pie..no pienso dejarlo aquí tirado. Vamos, subid.*

-Bianchi arranca, a ver si encontramos al bicho que sea

Katarina fue la última en entrar al vehículo cubriendo al resto que miraban por si había algo. Aunque estaba de protección, miró aquí y allá por si veía algo muy muy obvio como ramas rotas o arbustos despelujados, pero no había nada fuera de lugar. Su ojo no era experto para estas mierdas de rastreador.

-Cerrando puerta trasera- aviso con voz monótona, mientras golpeo con el puño de lado el botón que activa los servopistones de la blindada rampa que se cierra hacia arriba- ¿Salimos al techo sargento?, desde aquí dentro no veremos una mierda por estos periscopios- se queja con la esperanza de, al menos, coger aire, mientras sigue la patrulla.

- ¡Señor, sí, Señor! -espeta Bianchi antes de darle un acelerón al motor para indicar a todas que suban de nuevo-

- Muy bien, estaos atentas a los periscopios y agarraos bien mientras tanto. ¡Esto se va a mover, y tenemos que aprovechar la luz!. ¿Os he contado alguna vez el de Yirai, de la sección de reconocimiento?: prácticas de socorro en una catástrofe; se acerca a uno que está marcado como herido en los ojos, que le tiende la mano para que lo ayude a llegar al puesto médico. Y Yirai le responde: "¡Pero vamos a ver! ¿Tu tienes heridos los ojos o las piernas?"

-Sargento, aquí. He encontrado algo.-

El recluta se agachó para separar unas ramas para que e viera bien el hallazgo. Dos huellas pequeñas, de tres dedos cortos y parece que el animal camina a dos patas, incluso a veces dando saltos como un conejo. Por eso no hallásteis nada alrededor de la cierva muerta, seguramente al oiros, saltó huyendo.

-Sargento,- prosigue Mallory. -el rastro sigue por ahí.- Indicando con el dedo hacia la espesura. Un lugar donde el Quimera no puede seguirlo.
 

-Bien hecho Mallory, tu nunca me fallas* -el sargento volvió a dar órdenes- Brich, Grant, ferdel..os quedáis en el Quimera... cerrad la escotilla y atentos al periscopio y a la radio..y una cosa os digo... ni todos los santos Custodes de Terra os protegerán de mi ira si osáis mínimamente rayar la carrocería de este Quimera

-Mallory, Macmardiggan, Molkov, Bianchi, Ivaz, Kutznekova..conmigo, patrulla de reconocimiento en rombo...y es patrulla de reconocimiento, nadie abre fuego sin mi permiso. Molkov, dado que eres silenciosa** adelantate unos metros.

Volvió a darle instrucciones a los tres reclutas del Quimera:

-Estaremos en contacto, os informaré por radio cada 30 minutos..si tardo 45 minutos avisad a la base. No es complicado.