Partida Rol por web

A la señal de Illidan un destacamento liderado por Lady Vashj avanzó hacia la costa, la hueste de Simazul a su flanco derecho.

El avance de aquella fuerza suponía una gran responsabilidad para sus líderes pero también despertaba un sentimiento dormido durante un decamilenio, el de conquista y derecho imperial. Sometidos al hundimiento de su gran civilización ahora los que una vez fueron Kaldorei retornaban a las costas de los dominios que una vez fueron suyos.

Los relámpagos iluminaban la profundidad submarina y los cientos de nagas congregados, sin embargo también permitían ver la superficie y las sombras que sus elementos proyectaban.

Era la primera vez que estaba en la superficie, la arena en mis escamas se hacía una sensación extraña, habían dicho que nos estabamos preparando para un asalto, y tampoco sabía mucho sobre el tal Ilidan, pero parecía que se había granjeado una posición de poder, y esperaba estar sobre un buen lider que los llevase a la victoria, "Ssseñora, ¿que sssabeisss sssobre el tal Ilidan que comanda la huessste?"

Resultado: 18(+3)=21 (Exito)

¡Un barco! Ves por tan sólo un instante la sombra de un barco a vuestra derecha, a lo lejos, a más de un kilómetro.

Así de buena ha sido tu vista en este momento.

Con respecto a los comentarios de Illidan, exprésalos en Simazul, rollo Flashback, pues saldrá en conversación.

Kalandri se movia junto a la marea de Nagas, que juntos se movian como un ente. Nunca habia salido de las aguas saladas, de hecho, nunca habia estado lejos del palacio y estar junto a todos sus compañeros, movia mas el sentimiento que provocaba toda esta movilización, seria de orgullo. 

En el camino, pensaba aun sobre lo que su reina le habia dicho y el por que estaba en este lugar. Estaba junto a la princesa y el objetivo era claro... protegerla. 

Miro a la princesa Sildara y no pudo evitar recitar su juramento en voz baja.

Aquel ejército era inabarcable, glorioso. Sildara no podía concebir una fuerza capaz de enfrentarse a algo así. Sin duda el poder Naga no tenía rival en el mundo entero, y arrasarían con todo a su paso, ya fuese por fuerza o por magia, y poco tenía que temer Sildara. Estaba respaldada por la fuerza del inmortal Shae y por el poder de la hidromántica, y tenía a Kalandri y a Palzigun para protegerla. La primera se mantenía siempre cerca de ella, y la veía mirarla, atenta a todo, recitando algo en voz baja, claramente entregado a su tarea. El segundo ya había demostrado en la arena que era muy capaz de enfrentarse a quien fuera. 

Y, sin embargo, cuidadosamente disimulado tras su expresión de noble, Sildara sentía un hormigueo de miedo e incertidumbre. Nunca había salido de palacio, y el mundo exterior era enorme y desconocido, poblado por extrañas criaturas de las que nada sabía. Salir del mundo que conocía para internarse allí resultaba aterrador. 

Se tragó su miedo y continuó avanzando con los demás, respondiendo con una cortés inclinación de cabeza a la mirada de Kalandri. Con su poder y con aquella compañía, esperaba que todo fuese como lo habían planeado. 

Cientos de Nagas, Shae no tenia claro a que nos íbamos a enfrentar, pero hay una cosa que tenia clara, fueses lo que fuese, dispusiese de lo que dispusiese sería aplastado.

Jamas, en todos sus viajes había encontrada nada capaz de oponer resistencia a tamaña fuerza de combate.

En verdad el mundo pertenecía a la Naga y hoy lo reclamaríamos.

Absorto en estos pensamientos Shae avanzaba junto a su destacamento incapaz de percatarse de nada que no fuese la propia fuerza de las Nagas.

Hidromántica Thespia se movía con orgullo a la cabeza de su hueste, con su guardia personal muy cerca de ella.

Era la primera vez que estaba en la superficie, la arena en mis escamas se hacía una sensación extraña, habían dicho que nos estabamos preparando para un asalto, y la fuerza que habían reunido era realmente imponente, pero lo que había la sombra de un barco, "Mi ssseñora, he notado la presssencia de lo que creo que esss un barco, ssse encuentra lejosss de nuessstra posssición y sssolo a sssido de passsada"

La estela del barco, ahora que mi leal capitán me había avisado, es visible a mis ojos, noto el débil pulsar en mis escamas. No miente, algo ha pasado, y dado adonde nos dirigimos, no podemos permitir que los enemigos nos detecten antes de lo previsto. El asalto entero podría ser un fracaso.

Me acerco a la posición de Lady Vashj, sorteando a su guardia y mirando desafiante a quien pretenda ponerse en mi camino o detenerme.

-Lady Vashj- dejo las informalidades para cuando estemos a solas- Por el flanco derecho hemos detectado un barco, está lejos pero creo que deberiais saberlo, no tenemos más detalles al respecto, siento ser tan inexacta.
 

Lady Vashj miró a la Hidromántica Thespia con una gesto de sorpresa inicial que pronto se tornó en satisfacción, revelando que se sentía acompañada por personal leal y competente. Con el brazo estirado señaló en la dirección en la que debía estar el barco que ella no alcanzaba a ver y estrujó los dedos de su mano, convirtiéndolos en un puño apretado.

- Aniquílalos, que no quede quien avise de nuestra llegada- sus ojos se encogieron un instante mirando en esa dirección- y cuando termines arrasa la población costera de la que vino, nos reuniremos contigo allí; las llamas nos señalarán el camino.

Dicho esto asintió y se giró, reprimiendo el impulso de ser más personal e íntima con su amiga, pues todavía se estaba acostumbrando al mando de sus fuerzas y no deseaba mostrar debilidad o favoritismos. Redirigió su mano hacia la elevación en la que un mostruo cornudo y con alas les aguardaba a contraluz, el Colmillo Torcido le siguió de cerca.

Allí estaba, el navío élfico, en la lejanía y apenas perceptible a menos que se le indicase a uno dónde mirar exactamente. Alcanzarlo no sería difícil pero llevaría tiempo, una vez llegasen hasta él comenzaría la matanza, la primera entre los que una vez fueron los Kaldorei y los que ahora se hacían llamar Elfos de la Noche en milenios.

Una vez un solo pueblo, fueron los Elfos de la Noche los primeros en dar la espalda a la Reina Azshara; había venganzas que se servían gélidas como las aguas del océano.

Mapa: https://natilla.comunidadumbria.com/tableros/ver/608

Sildara estaba tan ensimismada con aquella fuerza de ataque y con sus propios miedos y temores, que ni vio aquel barco hasta que Palzigun se lo señaló. Dio gracias al Antiguo por la presencia del mirmidón, siempre atento, y se reprendió por no haber estado alerta, como debía. Sacudió la cabeza para librarse de los pensamientos que la poblaban y centrarse en su misión. 

Las órdenes de Vashj fueron claras: era una suerte contar con Thespia, que parecía tan cercana a ella, lo que les permitía tener preferencia cuando había que hablar con la Lady. Sildara no había visto un barco más que en dibujos, y por un momento se quedó asombrada ante aquella construcción enorme, que, sin embargo, flotaba. Sin duda había conjuros muy poderosos allí para poder hacer semejante proeza. 

En todo caso, no importaba. Había que destruirles, a todos: tanto a los que se atrevían a surcar el mar, que era suyo por derecho nuevo, como los que se atrevían a habitar la tierra, que era suya por derecho antiguo. El mundo pertenecía a los naga, y esa noche, se lo recordarían por fin. 

Se situó al lado de Thespia nadando con cuidado de no hacer ondas visibles en la superficie. 

-¿Cómo queréis proceder, Hidromántica? 

ya habiamos llegado a la nave y ahora nos tocaría avanzar sobre ella, "Mi ssseñora, cuando ordene empezamosss el ataque" le digo a Thespia, mientras agarro mis armas.

-¡¿Que hacemos?!- pregunto mientras nadaba en direccion al barco -Podemos redearles, pero antes seria bueno que alguien hada de explorador- le dijo a los demas, pero su intención es la princesa que tenia el rango de mando mas elevado que ella y por quien velaba.