Partida Rol por web

Doce meses: El Sol Plateado

Capítulo 1: Las últimas luces del ocaso

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04/09/2020, 01:31
Narrador

La luz que había envuelto a sus almas se disipó súbitamente de la misma forma que había llegado. Una fría ráfaga de aire helado les devolvió a la realidad. Se encontraban todos reunidos en círculo en mitad de un templo en ruinas. Varios símbolos de un sol que antaño debió ser dorado colgaban de forma desordenada de algunos de los pocos fragmentos de pared que aún quedaban en pie. Poco más de un tercio del techado permanecía en su sitio, el resto reposaba desperdigado por todo el suelo de la maltrecha estancia. Cada uno de ellos permanecía en pie sobre un gran altar de roca cuidadosamente grabado con el que el tiempo no parecía haber sido demasiado amable.

Los últimos rayos del sol del ocaso brillaban por los numerosos huecos de lo que antaño debería haber sido una preciosa sala. El gélido viento del atardecer mecía girones de antiguos tapices que colgaban de los pasamanos de una balaustrada que debería pertenecer a un segundo piso del que nada quedaba. Se auguraba una noche dura y fría.

Aún así, lo más perturbador era que estaban totalmente rodeados por un círculo de al menos media docena de cadáveres. Todos y cada uno de ellos tenían una daga similar a un punzón clavada en el corazón o reposando inerte en su mano.

En cuanto tuvieron oportunidad de centrar la mirada en los demás miembros de aquella reunión forzada, lo que vieron no dejó a ninguno de los presentes indiferente.

Un hombre ataviado con una brillante armadura plateada. Un ser similar a un hombre salvo por su tez azulada de aspecto austero. Un elfo y un semielfo, ambos vestidos con sendas túnicas. Dos animales de tiempos inmemoriales de afiladas garras y colmillos empapados en sangre aún fresca. Y, por último pero no menos importante, una doncella de cabellos rojos como el fuego que portaba una armadura completa y escudo pavés.

No obstante, no estaba solos.

Una figura embozada esperaba en el centro del círculo que los altares conformaban. No tardó en retirarse la capucha. La imagen que presentaba no podía ser más aterradora. Era una especie de esqueleto humano animado. Los huesos tomaban un color anaranjado a causa de la iluminación crepuscular. Además, toda la estructura ósea estaba cubierta por una especie de sustancia cristalina verdosa que recordaba a la forma humana de la propia persona. Los rasgos del rostro parecían amables aunque sus facciones estaban difuminadas como la de una escultura que llevara demasiado tiempo a la intemperie.

Una sonrisa se dibujó en la cara de la criatura dejando ver aún más los dientes que se transparentaban a través de los labios esmeralda.

Bienvenidos al fin. – dijo con palpable alegría.

Fueron sus únicas palabras mientras extendía los brazos en cruz con las palmas hacia arriba en señal de bienvenida

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08/09/2020, 10:02
Zrabroth

Se estaba invocando magia poderosa, fuerzas que hacía mucho, muchísimo tiempo, que no sentía. Eran distintas, pero traían ecos de aquél otro momento de su vida, recuerdos distantes demasiado similares. Un gran mal, un peligro inminente capaz de destruir el mundo y unos pocos elegidos capaces de salvarlo. El tiempo pasaba, siempre en marcha, una era dejaba atrás a la otra, y la siguiente a esa, una y otra vez, en un ciclo eterno que, sin embargo, se repetía con distintos nombres. ¿Cuántas veces había ocurrido ya, y ocurriría de nuevo, lo mismo? ¿Decenas? ¿Cientos? Miles posiblemente. Y así sería, hasta que al final, en una de esas, la oscuridad se cerniera infalible, arrasando cualquier rastro de vida. El devenir de las eras seguiría inexorable, pero los mortales, y ni siquiera los inmortales, estarían allí para verlo. Solo entonces habría paz.

Era la hora del crepúsculo, un momento adecuado. El sol apenas calentaba ya y el aire era gélido. También libre, ajeno a lo que antaño había sido sin duda un gran templo. Era otro retazo del pasado, otra muestra de que el paso de los siglos erosionaba cualquier intento de orden, de humanidad. Ninguna civilización era eterna, todas caían tarde o temprano, igual que cualquiera al nacer estaba destinado a morir algún día. Creadores y creaciones, por muy imposible que pareciera, caían en el olvido, arrastrados por el río hasta convertirse en sedimentos, los cimientos sobre los que una nueva generación construía. ¿Alguien conocería ya Sadhal Dhol? Posiblemente ni siquiera aquellos dos héroes que habían muerto por liberarle, ni los azotamentes que se habían mantenido a la espera de poder arrancarle sus secretos. Seguramente ni los dioses de su época habían sobrevivido hasta entonces, sustituidos por otros. Solo los muertos recordaban, e incluso ellos habrían empezado a olvidar.

Cerró los ojos y aspiró profundamente, dejando que todo pensamiento se desvaneciera. Flotaba un aroma que conocía bien, metálico, oxidado, el olor de la sangre. Los cadáveres se apiñaban alrededor, pobres criaturas que habían llegado a la noche de su existencia. ¿Había sido en vano? Pronto se descubriría.

Su sacrificio le había traído allí, pero no era el único ni, de hecho, el más extraño de los presentes. Recordó, en el último instante, que seguía en su forma animal, así que se transformó de nuevo. No es que fuera muy distinta, pero al menos, así, podía comunicarse.

Bien hallados, desconocidos —dijo en la arcaica lengua que había estado usando desde el despertar, con un tono neutro, carente de inflexiones, recorriendo a todos con la mirada, hasta que sus ojos se posaron, como no podía ser de otra forma, en el esqueleto que ostentaba literalmente la posición central de aquella reunión—. Esto debe de ser la llamada. El Antiguo. —Suspiró—. ¿Para qué se nos reclama?

Notas de juego

Hablo en dracónico todo.

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08/09/2020, 21:22
Isaea

El demonio gélido y el bosque se desvanecieron para dar paso a otro tipo de ruinas. Después de acostumbrarse al cambio de luz Isaea se dio cuenta de que estaba reunido de un grupo de lo más variopinto. Por primera vez no era Siroc el más raro de la fiesta. No sabía si eso era bueno o malo.

Siroc.

El paladín miró a su amigo y vio las heridas provocadas por el ser infernal. Sin dudarlo fue a hacer un gesto para curarlo cuando la embozada figura se retiró la capucha. Al ver a la calavera, inconscientemente echó su mano a la empuñadura de su espada, pero no llegó a desenvainarla.

Entonces una de las extrañas criaturas, una con aspecto reptiliana habló en la ancestral lengua de los dragones. Posiblemente estuviera emparentado con ellos.

¿La Llamada?—preguntó en común sin entender muy bien—¿El Antiguo? ¿Que significa todo esto?

El paladín hizo una pausa y se dio cuenta de que había sido un ¡descortés.

No quiero ser desagradecido, teniendo en cuenta cuál era nuestra situación, pero agradecería un poco de información.

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10/09/2020, 01:35
Telvor Alluhinël

El hormigueo que recorre mi cuerpo no me es ajeno, reconozco el motivo y el efecto, aunque no su magnitud, su fuerza supera cualquier poder que haya sentido anteriormente. Y así, las ruinas que tengo frente a mi desaparecen para dar lugar a otras, más grandes y en mejor estado, aunque parte del techo se ha caído y algunas paredes ya no están en su lugar. Acaso todo el mundo está en ruinas? Algo ha sacudido la tierra y destruido estas construcciones, debió haber sido fuerte pues la arquitectura del lugar es sólida, pero aún así no resistió. Tal vez un terremoto, y no reciente a juzgar por el deterioro que hay alrededor. Los altares de piedra y la disposición del edificio dan cuenta que estamos en un templo, hay imágenes de soles colgando en varios lugares. Un templo de Pelor, sin duda. Lo que contemplo me resulta extraño, ese dios cuenta con miles de seguidores, es una fe muy activa y su iglesia tiene suficiente riqueza como para restaurar un derrumbe como este en pocos meses, no me imagino a su clero abandonando uno de sus templos sagrados. Trato en vano de encontrar una explicación, pero lo único que llego a concluir con certeza es que el clero de Pelor se ha ido de la región. Qué puede haber ocurrido en mi ausencia como para que los fieles del dios del sol abandonen sus templos? 

Hay muertos alrededor, sus cuerpos yacen inertes en el piso aunque su disposición no parece casual, forman un círculo al igual que lo hacen los altares. Han muerto del mismo modo, una daga en su pecho, y los perpetradores de ese crimen parecen ser ellos mismos, pues algunos aún empuñan el arma asesina en sus manos. Acaso los sacerdotes del templo se han suicidado? Quitarse la vida no es algo que las iglesias fomenten, por principio moral y por conveniencia, siempre buscan que sus fieles aumenten, no que disminuyan. Un suicidio masivo en un lugar sagrado ofrecido a una deidad que representa el bien y la vida, como lo es el dios del sol, es algo tan desconcertante como que su iglesia haya abandonado la región y sus sitios sagrados. Llevo mi mano al mentón, vislumbrando delante mio un enigma que aún no logro resolver.

Junto a mi aparece el servidor de Boccob, Thorian, y el búho celestial, Swyl, mis dos fieles compañeros. También hay otros a los que nunca he visto, no puedo asegurar que estén por los mismos motivos que yo pero sí que han llegado aquí por el mismo método. Hacía tiempo no escuchaba hablar draconiano con tanta soltura, la bestia menciona a la llamada y al antiguo, el juego de palabras me resulta oportuno considerando el modo en que hemos sido convocados y la naturaleza de nuestro anfitrión, aún así me sorprende tanto como al hombre de armadura. Tenía curiosidad por conocer a la organización que había solventado la construcción del portal, sabía que eran caritativos y bondadosos, y a la vez ricos y poderosos, y por sobre todo su capacidad de adivinación era formidable, eran capaces de predecir hechos futuros con precisión, como lo había sido mi regreso a este mundo. Pero no sabía, y nunca lo hubiese imaginado, que me transportarían frente a un muerto viviente en las ruinas de un templo sagrado. Sin duda esto dará que hablar en El Prisma

El gesto de bienvenida de nuestro anfitrión contrasta con el horror que inspira su aspecto, parece amable y hasta contento. Me siento agradecido porque su saludo es breve, las presentaciones formales resultan ser un derroche de tiempo valioso que bien podría usarse para estudiar y comprender la verdad de la existencia. Decido corresponderle con un gesto silencioso inclinando mi cabeza hacia adelante, no le veo sentido a mencionar lo que ya sabe pues fue él quién mandó a reparar el portal y conocía el momento exacto de mi retorno a este plano. Repito el gesto hacia el que nos saludó en dracónico, y prolongo mi silencio. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro saber religión para reconocer al dios del templo y qué sabe de él, reconocer si las víctimas son sacerdotes, y si el anfitrion es un no muerto o no (y si se nota algo más, bienvenido sea!).

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10/09/2020, 19:09
Siroc

Cuando aquella luz se disipó aún mantenía su posición de ataque, no sabía con certeza que había ocurrido pero aquella inmunda criatura ya no estaba delante de sus narices. Miro a los lados y sintió alivio al ver que Isaea se encontraba entre los allí presentes y que, como él, había compartido su misma fortuna.

Entonces comenzó a echar un vistazo a donde estaba, a simple vista no reconoció los símbolos que ondeaban en aquel lugar, aunque lo mismo se trataba del Sol Plateado que mencionó aquel muchacho, ¿Donde se había metido? ¿Estaría bien?. Aún estaba absorto en sus pnsamientos y  fijándose en las demás personas que se encontraban en los distintos altares cuando algo llamó su atención.

- ¿Pero qué demonios es eso? –masculló sorprendido al ver a su interlocutor. Si había visto cosas extrañas aquel día, ese individuo se llevaba la palma. La visión de aquel ser incluso podría cortarle la respiración…si eso fuese posible.

Tras la escueta frase pronunciada por el esqueleto, las preguntas de los demás allí presentes no tardaron en suceder. Así que viendo que se encontraba cansado y que aquello iba para largo, aprovechó para sentarse en el suelo del altar, mientras los demás continuaban con sus cuestiones. Una vez sentado y ya que el anfitrión de aquella reunión les había dado la bienvenida, alzo la mano, puso su característica mueca grotesca que pretendía ser una sonrisa y dijo a aquel esqueleto:

- ¡Hola chaval!

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12/09/2020, 00:35
Enmell

La forma del cuerpo de la criatura menguaba lentamente mientras el resto conversaban hasta el punto de parecer simplemente un esqueleto tallado en un cristal de esmeralda. Miraba alternativamente a los presentes con un gesto algo desconcertado que desaparecía al volverse su rostro una simple calavera. Por su postura, parecía cansado y, por sus movimientos, tenía problemas para mantenerse de pie.

- Lamento la rudeza de las formas con las que habéis sido llamados pero no tenía ninguna otra forma de hacerlo y el tiempo se está acabando. Mi nombre es Enmell Sarnwell, heraldo del Sol Plateado y siervo de Pélor.

Aún con problemas para mantener el equilibrio, el supuesto sacerdote se acercó a unos enormes escombros que se encontraban junto a ellos y se apoyó sobre ellos.

- Me temo que disto demasiado de ser un chaval, ahora ya en el ocaso de mi vida. - respondió mirando al monje. Luego se giró hacia Zrabroth. - Me temo que aunque reconozco la lengua de las sierpes, nunca aprendía a hablarla. Siempre preferí los idiomas más... mundanos. -La figura giró y miró a cada uno de los presentes dirigiéndose a ellos. - Os he llamado porque necesito encarecidamente vuestra ayuda. No para mí, sino para el mundo al completo. Todo lo que conocemos muere lentamente, tenéis que ayudarme a salvarlo.

Aparentemente cansado, el ser se sentó sobre los escombros dejándose caer con un sonido hueco. Se llevó la mano al pecho, donde en algún momento debió estar su corazón y alzó la vista. De forma ausente, puesto que su rostro era incapaz de expresar emoción alguna, su mirada hueca se posó en el distante ocaso. Los últimos rayos de sol abandonaban ya el horizonte, dejando ya solo la luminosidad del falso atardecer.

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13/09/2020, 04:59
Telvor Alluhinël

Mi imaginación no se atrevió a llegar tan lejos, sabía que estaba en un templo de Pelor pero no podía asegurar que el muerto viviente fuese uno de sus sacerdotes, había en ello una contradicción insalvable pues el dios del sol solía aborrecer a tales criaturas. El cuerpo esquelético del heraldo del sol plateado era una muestra más de la decadencia de esa iglesia, un muerto vivo en un lugar sagrado, sacerdotes sanadores que se quitan la vida, un templo en ruinas sin repararse por quién sabe cuanto tiempo, una fe de miles que parece abandonada. Cómo es que Pelor permite que se manche así su nombre?

La fuerza que anima a Enmell ha corrompido su cuerpo pero no su espíritu, pues parece seguir siendo un hombre de bien y convicciones fuertes, preocupado por el destino de los demás. El enano me dio detalles de las actividades de esta organización, su caridad y benevolencia, y si bien tanta generosidad podría llegar a despertar alguna suspicacia, debo admitir que su labor ha hecho suficiente bien como para compensar cualquier doble intención. Teniendo en cuenta estas cosas prefiero creer en sus palabras y dejar las dudas para más adelante. Lo que dice resulta inquietante, el mundo muriendo podía darle sentido a lo que hasta ahora he visto, pero me temo que ha malgastado sus esfuerzos en vano, al menos con Thorian y conmigo.

- Ilsutrísmo Enmell, le agradezco los esfuerzos que ha hecho por traerme a este mundo, gracias a usted El Prisma ha podido salir a la luz nuevamente. Tanto el hermano Thorian como yo, Telvor, Consejero de la Templanza, somos fieles seguidores de Boccob y nuestra especialidad es la historia. Admito que convocar a un par de historiadores para registrar el fin de los tiempos es una idea inteligente, pero me temo que más que asentar los hechos en los libros para que las generaciones futuras sepan lo sucedido no puedo hacer, en El Prisma observamos y estudiamos la realidad, pero no la modificamos ni influimos en el curso de los eventos, si este es el fin del mundo conocido, que así sea entonces - mi voz no denota ni resignación ni preocupación alguna, todas las civilizaciones de antaño habían perecido hacía siglos, que fuese el momento de que también desapareciera la nuestra no tiene nada de especial, más allá de que es una oportunidad única para asentar en los libros los últimos destellos de esta cultura antes de que se extinga.

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13/09/2020, 05:35
Telvor Alluhinël
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Uso la habilidad de "conocimiento de bardo" a ver si el nombre de Enmell o del Sol Plateado me dice algo o no.

No se si la tirada anterior de saber religión me dice algo sobre el tipo de undead o sobre los altares o sacerdotes suicidas, que eso quedó colgado al final.

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13/09/2020, 17:31
Director

Notas de juego

Perdón, se me había pasado la respuesta a tu tirada.

- El templo, a pesar de estar en ruinas, claramente pertenece a Pélor. Conoces perfectamente el dogma del dios.

- Es difícil identificar a los muertos. Todos llevan ropas sencillas de viaje. Se necesitaría un examen detallado

- Enmell parece claramente un no-muerto pero los muertos vivientes inteligentes son poco comunes y bastante peligrosos. Él no parece encajar en el perfil.

Por otro lado, para futuras consultas, prefiero que realices una tirada independiente para cada cosa (aunque todas sean de la misma habilidad). Es más estable y se obtienen resultados más realistas.

Si sólo haces una tirada, tienes el riesgo de sacar un 1 y que parezca que el cerebro de tu PJ se ha desconectado. Con varias, puede ocurrir que algunos temas parezca que los dominas mientras que desconoces otros.

Respecto a la tirada de "Saber de bardo" no obtienes resultados. Ambos son posteriores a tu confinamiento.

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14/09/2020, 10:58
Zrabroth

Carraspeó, incómodo, al notar que pocos le habían entendido. Tampoco le quedó claro si aquél hombre le había preguntado a él o a Enmell. En ninguno de los dos casos, por desgracia, iba a obtener respuesta si se dejaba así. Las preguntas, por tanto, tenían que volver a formularse.

Dissculpad... Mi lenguaje. No sabía, que no iba a ser... entendido. —La lengua común no había cambiado demasiado. Suponía que, el tiempo, había generado variaciones, pero en gran medida había permanecido intacta, inalterada. Puede que hubiera dialectos que no entendiera, pero al menos podía comunicarse—. Soy... Zrabroth. Un antiguo... Guardián. Doss hombres me despertaron, guerreros, hechiceros, y se sacrificaron para liberarme. Elloss... Me hablaron de La Llamada, supongo que ess esto. También mencionaron al Antiguo. ¿Es el causante de que el mundo... Muera? —Miró un instante al supuesto historiador, apenas un segundo, y luego negó, devolviendo su antención al esqueleto—. Yo si... Ayudaré. Explícanoss, que ocurre.

Notas de juego

Ahora hablo en común.

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14/09/2020, 14:39
Edith

La despedida de Renkay la traspasó como un puñal. Tras romper la moneda, el sonido de las bestias se desvaneció dejando a su paso el silencio. Ya no sentía a su amigo junto a ella. Todo era muy confuso y no lograba avistar nada. Su cuerpo aún temblaba, así que cerro los ojos e intento no pensar en nada. ¿A dónde me has mandado?. La sensación era apabullante y todo giraba en torno a ella. Le recordaba aquel portal pero no era lo mismo. Agarró su arma y su escudo y abrió los ojos. En ese instante, pudo ver con claridad donde se encontraba. Parecía un templo aunque en ruinas. Su cuerpo tembló como si fuera magia, pero no una cualquiera. Edith echó la mirada hacía abajo para ver si estaba de una pieza. Su estomago rugía pero no era lo más preocupante. Fue al levantar la vista cuando se encontró con una bestia gigante que emitía sonidos ininteligibles. Con su espada en alto y su escudo preparado, apuntó a la bestia. De reojo pudo ver otros seres que de nada conocía. ¿Qué pretendes trayéndome aquí?

No obstante, tampoco pasó desapercibido el ser espeluznante que emergía del centro del templo. ¿Qué es todo esto?. Aunque miraba hacia todos los lados, realmente su mente no estaba. Intentaba pensar la forma de salir de allí.

Tras hablar el esqueleto, este se sentó en el suelo lo que la escena se volvía mucho más extraña para Edith. Si no fuera poco, la bestia gigante comenzó hablar y ahora si se le entendía.

Poco a poco, empezó a retroceder con la mala pata de tropezar con algo que casi le hace caer al suelo. Ahora su mirada se posaba en aquellos pobres incautos y desgraciados que yacían sin vida en el suelo. Su cuerpo temblaba por una mezcla de cansancio y horror. Edith volvió a mirar de nuevo al grupo y apunto con su espada a todos girándose de un lado para otro y las rodillas levemente flexionadas. Convirtió su escudo pavés en un escudo grande preparada para la batalla.

Diversos diálogos le llegaban pero en la lejanía. Se sentía demasiado aturullada.

-¿Quiénes sois? ¿Dónde estamos? ¿Qué es todo esto?-Pregunto Edith con un tono de voz firme pero con la respiración entrecortada debido a la agitación del momento.

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14/09/2020, 15:08
Zrabroth

Su mirada se desvió rápidamente hacia la joven y alterada mujer; podía fingir firmeza y mantenerse estoica, pero los signos de la inquietud que sentía eran fáciles de ver a sus ojos. Mostró una sonrisa para tranquilizarla, aunque no se dio cuenta de que el gesto podía resultar agresivo, pues su mueca era una llena de pequeños pero afilados dientes.

Creía haberme... Explicado. Yo soy... Zrabroth, druida y guardián. —Se señaló a si mismo. Luego al historiador elfo y por último al esqueleto esmeralda—. Ese es Tevor, historiador, y él Enmell Sarnwell, heraldo y siervo... Según se han presentado. Uno ssirve a Boccob y el otro a Pelor, quienes quieran que ssean esos. Loss demás no han dicho su nombre. Estamos en un templo en ruinas, por la descripción que ha dado el esqueleto de ssu patrón y ese sol tallado en la piedra, supongo que de Pelor. Y esstamos aquí para responder a La Llamada y proteger el mundo (¿del Antiguo?). Nuestro anciano anfitrión noss lo iba a explicar ahora. —Dirigí mi vista al susodicho—. Por favor, dissculpa... Continua.

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15/09/2020, 00:48
Thorian

Cuando el que decía ser un sacerdote de Pélor, Thorian tuvo el genuino impulso de traducir lo que había dicho pero se contuvo. Se sonrió a sí mismo. “Deformación profesional de un traductor y escriba.”

A partir de ese momento, se dedicó sin pausa a escuchar y documentar en su mente todo lo que era capaz de registrar. Si era necesario, podría redactar una crónica de memoria. Sin embargo, al escuchar la intervención del Sabio Telvor se sintió en la necesidad de hablar. Llevaba suficiente tiempo trabajando con él como para darse cuenta de ello. Sabía que si estudiaba una manada de hidras, podría ser arrollado por las mismas sin percatarse de ello mientras documentaba todo. Su abnegación era encomiable.

- Mi Sabio Señor Alluhinël, - dijo en tono comedido a pesar de que no había soltado la empuñadura de su daga en ningún momento. El elfo sabía que ese título sólo lo reservaba para las reuniones oficiales, dando así una distancia de etiqueta a su relación. - es cierto que la observación es la base de la ciencia. No obstante, como siervos de Boccob, somos los guardianes de todo el saber. Si un loco penetrara en nuestra biblioteca con una antorcha, no contemplaríamos como arde para luego registrar una crónica del conocimiento atesorado y perdido. Debemos preservar siglos de cultura y conocimiento. Ver cómo “arde” el mundo y todo su saber cae en el olvido no es digno de un fiel siervo de nuestro señor.

A medida que había avanzado en el discurso, su voz se había ido enalteciendo hasta convertirse casi en el discurso de un predicador. Al percatarse de ello, el joven se encogió. “Deformación profesional de un sacerdote.”

- Por supuesto, seguiré los designios de mi Sabio Señor Alluhinël como es mi deber. - concluyó avergonzado.

Los bruscos movimientos de la joven pelirroja le sobresaltaron. Dio un par de pasos atrás para dar aún más espacio a la mujer mientras Zrabroth se explicaba.

- Es cierto... - titubeó al darse cuenta de que no conocía su nombre. - Aquí nadie parece querer hacerte daño. Y me temo que hemos interrumpido ya a nuestro anfitrión más de lo necesario.

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15/09/2020, 01:08
Enmell

El sacerdote se giró hacia la guerrera con las manos levantadas en un gesto de tranquilidad.

- No pasa nada, jovencita. - dijo en tono conciliador. - Puedes estar tranquila. Estamos en tierra sagrada y “esto” es una petición desesperada de ayuda. Lo que debo contaros ahora, es algo difícil de explicar y aún más duro de escuchar. No debería ser yo quien os lo revelara pero el tiempo apremia y el mío se agota.

Pesadamente, asintió con agradecimiento hacia el druida y el escriba que le habían dado paso. Miró a cada uno de los presentes en un silencio dramático mientras parecía ordenar sus propios pensamientos. 

- Hace ya medio siglo, unos inconscientes y egoístas nigromantes trataron de robar el divino e insondable poder de Wee-Jas, la diosa de la muerte. Aquel terrible ritual se zanjó con una infinidad de catástrofes que se repiten sin cesar, con la muerte de los ocultistas y la de dos dioses. Cuando la Hechicera Rubí sufrió el ataque de los cultistas, un grito de dolor y miedo resonó en toda la creación. Ese fue el primer castigo que la humanidad tuvo que pagar por su arrogancia. Todos quedamos malditos por la voz de la diosa enfurecida. Sin embargo, vosotros no pudisteis oírlo. La divina providencia os impidió hacerlo. Ahora sois los únicos que poseen la pureza espiritual como para ayudarnos.

Tengo razones para creer que los métodos de ese impío ritual no desaparecieron con el último cultista. Aún existen y debéis encontrarlos y evitar que caigan en malas manos. Habíamos dado por sentado que los dioses no permitirían que ese conocimiento quedara libre por el mundo. De nuevo nos equivocamos. Alguien está detrás del ritual que llevó al mundo al borde de la destrucción con el convencimiento de que tendrá mejores resultados. Si lo encuentra, será el fin de toda la creación. Sólo los puros de corazón pueden tener esa información sin peligro.

 

No hay tiempo suficiente como para poder explicar lo que ha ocurrido con mayor detalle. Ellos vienen a por mí y el tiempo apremia. Mi vida ya llega a su fin pero vosotros tenéis que luchar por todo lo que queda en este marchito mundo. No hay tiempo. - la voz del ser se teñía de urgencia a medida que él mismo se daba cuenta del estado de la situación. - Tenéis que abandonarme. Debéis partir hacia el oeste. Tras unos cuatro días, encontraréis un sendero que cruza el Bosque de Maderaoscura. Seguidlo con cautela y en cosa de una semana llegaréis a Raduim, un pequeño pueblo. Allí, un miembro de mi orden os esperará en la posada. Partid pronto, en cuanto las últimas luces del ocaso desaparezcan, ellos estarán aquí.

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16/09/2020, 23:33
Edith

Los vellos de la nuca se le erizaron al escuchar a la bestia hablar. Sin bajar la guardia intentó tomar una postura menos atacante hacia los presentes. Sin soltar el arma, bajó el brazo y redujo su escudo hasta convertirlo en broquel. Con la mano libre, se seco el sudor de la frente. Este viaje empezaba a ser largo y cansado. Sentía curiosidad por todos aquellos seres que rodeaban al esqueleto. ¿Era este el destino que Renkay me había reservado?. Enmell, como se hacía llamar, se mostró tranquilizador con ella aunque dos bestias y un esqueleto no fueran sinónimo de paz. Con atención escuchó cada unas de sus palabras y no le gustó en lo que el mundo se había convertido. Todo lo que había imaginado a su vuelta cayó en un profundo abismo, como un bonito sueño que a lo largo de la noche se ha convertido en una pesadilla.

Se sentía triste en ese momento pero si el mal estaba acechando nuestro mundo, significaba que estaba poniendo en peligro todo aquello por lo que tanto había luchado. No había sido cobarde en incontables batallas y menos lo iba a ser ahora. Por ti, Bennett..

-Estoy preparada y lista para la batalla. Emprendamos el viaje lo antes posible. Acabemos con esto de una vez-La entereza que mostro su voz en ese preciso instante la acabó sorprendiendo

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17/09/2020, 02:05
Telvor Alluhinël

Pude percibir la mirada de Zrabroth posándose sobre mi, aunque no el propósito de ese gesto, el guardián parece dispuesto a colaborar con el muerto viviente seguidor de Pelor y aún con su extraño modo de hablar, demuestra que ha estado atento a cada detalle de lo que se habló. Él ilumina con claridad las dudas que la peliroja plantea desde el piso mientras empuña su espada, no hace falta que yo aporte nada al asunto. El que si aporta es mi querido ayudante, que entre nota y nota me da su opinión acerca de la destrucción del mundo, o más bien, de la destrucción del conocimiento que hay en el mundo.

- Que haría sin ti, Thorian - le respondo con calidez. Se había atrevido a elevar su voz para oponerse a mi postura sobre el asunto de colaborar con nuestro anfitrión y eso requería valor e inteligencia, dos cualidades que había demostrado tener sobradas veces - Debemos preservar el conocimiento del mundo, es verdad - me llevo la mano al mentón para medir el alcance de esas palabras. Podríamos llevarnos los libros a la sede de El Prisma, pero difícilmente pudiésemos rescatar todos los ejemplares antes de la destrucción que se avecinaba, y aún si pudiésemos, eso no bastaría, hay mucho conocimiento no escrito, muchas realidades no exploradas, muchas cosas por descubrir aún.

Entonces el heraldo de Pelor habla y nos revela algo que me inquieta, cómo es que la inmortal diosa de la muerte está muerta? Lo que escucho me resulta inverosímil, más aún considerando que fueron los nigromantes que le seguían quienes acabaron con ella. Pero aún tengo vivo el recuerdo la extraña muerte del anterior Erudito de la Templanza, el Hierofante de Wee-Jas que era parte del Consejo, y de algún modo lo que escucho parece darle sentido a un misterio que hasta ahora no había podido resolver. Agradezco en silencio la protección de Boccob sobre mi y los demás miembros de la orden, el confinamiento en el que estábamos había sido molesto pero oportuno, considerando que el dios de la adivinación, el conocimiento y la magia sabe lo que ha de ocurrir hasta el fin de la existencia, no es de extrañar que nos haya aislado adrede con el propósito de evitar que la maldición nos alcanzara.

La prisa de Enmell deja un cabo suelto de suma importancia, mencionó la muerte de otro dios inmortal, acaso el evidente abandono por parte de Pelor a su Iglesia y sus creyentes se debe a que está muerto? No, imposible, fue un rayo de sol el que abrió el portal que me trajo aquí, y la magia que me ha convocado provino de uno de sus sacerdotes, si el dios del sol se hubiese extinto esas cosas no habrían podido suceder. Quién entonces? Al muerto viviente habla de que oscuros poderes buscan repetir el ritual que trajo la destrucción del mundo, y no puedo imaginar lo que pasaría si algo así vuelve a suceder, comienzo a compartir su sentido de la urgencia. Más aún, cuando el sol se ponga, para lo cual no falta casi nada, "ellos" llegarán, no tengo idea a quienes se refiere pero no parecen ser amables invitados del sacerdote.

- Comprendo, pero abandonarlo a su suerte con estas criaturas de las sombras - eso han de ser, porque aparecen cuando el sol se pone - no es apropiado considerando todo lo que ha hecho por nosotros. Porqué no nos acompaña? Aún si su vida - o mas bien no vida - está llegando a su fin no tiene porqué ser profanada innecesariamente. Salgamos cuanto antes y lo llevaremos hasta Raduim - el lo menos que puedo proponerle a la entidad, claro que cuando llegásemos sería apenas un puñado de huesos inanimados, pero su orden podría darle la sagrada sepultura que sin duda merecía.

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17/09/2020, 07:28
Isaea

La historia no hacia más que complicarse. Si haber vuelto al bosque de Belyador setenta años después ya era suficientemente extraño, más lo había sido ver el estado en el que se encontraba este mundo. La secta de los Nueve Círculos no se hubiera salido con la suya entonces, pero no sirvió de mucho vista la situación. Deidades muertas, siervos de Pélor muertos vivientes... estaba claro que el equilibrio del mundo se había roto. Y si la otra deidad muerta era el Radiante... eso era un problema. Él era la vida y sin la vida el mundo estaba condenado a su fin.

Isaea le dio un toque con la pierna a Siroc para se levantara. Por norma general le resultaba de alguna manera divertida su falta de modales, pero toda ésta historia acababa de tomar un cariz siniestro. Todavía había quienes tenían el poder de asesinar a otros dioses. Y la muerte prematura de otras deidades sólo podría acelerar el fin de todas las cosas. Entonces un oscuro pensamiento cruzó la cabeza del paladín. ¿Y si la próxima víctima era el dragón de platino?

No podría llamarme a mi mismo Campeón de Bahamut si me quedase de brazos cruzados después de haber escuchado esta historia—dijo Isaea con gesto grave para luego añadir con vehemencia—. Salvaremos el mundo. Pero Telvor tiene razón, venga con nosotros Enmell. Si su fin ha de llegar, le daremos el descanso que merece. 

En su interior sabía que era poco probable que el no-muerto de Pélor les acompañase, seguramente fuera la misma situación que los condujo al final de la batalla en el bosque. Hay un momento en el que no hay marcha atrás. Sin embargo, eso para Isaea era algo duro de digerir. Él era quién siempre estaba dispuesto a quedarse el último, no estaba dispuesto a que nadie se quedase por él. Y ahora no tenía más remedio que aceptar que otro se quedase por él.

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18/09/2020, 16:04
Zrabroth

Ah, jóvenes inocentes, ilusos. El sacrificio de Enmell era necesario, imprescindible de hecho. Fueran quienes fueran los que le perseguían, había que retrasarles, hacerles perder el tiempo y la pista. No podían encontrarles a ellos tan fácilmente ni tan rápido. No, no quedaba otra.

Cumpliremos... Tu voluntad —dijo andando muy lentamente hacia el esqueleto. Al llegar a él, posó una de sus garras en el hombre del viejo sacerdote de Pelor y asintió—. Que tu dios te acoja. Adiós.

Bastó un silbido para que Gornak se acercara a él y se inclinara, dejándole montar sobre su lomo, en el que había una silla de montar adaptada a su forma. Una vez arriba, miró a los presentes uno a uno y, por último, al oeste. Su camino. Cuanto de menos echaba el bosque.

Será mejor que nos vayamos. —Y dicho eso, hizo andar a su fiel compañero en aquella dirección, lentamente para dejar que cada cual decidiera si emprender la marcha ya o quedarse más tiempo.

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20/09/2020, 17:30
Siroc

Prestaba atención a las palabras del anfitrión así como a las intervenciones de los allí presentes cuando de improviso Isaea le mandó una “señal” para que se levantase. Así que con un ágil movimiento se incorporó entendiendo lo que su amigo le quería decir.

Había escuchado lo suficiente, los habían convocado para intentar salvar el mundo y ante tal cometido no había tiempo que perder. Repitió las indicaciones del esqueleto para memorizarlas lo antes posible y que no pudiese haber ningún tipo de dudas pasados unos días de por donde debían continuar. Y tras ver como uno de los allí presentes se dirigía a emprender el camino, lo siguió, no sin antes dedicar unas palabras a Enmell.

- En fin, pues nos vamos. Lamento que no puedas acompañarnos, pero si todo sale bien, estoy seguro de que Isaea y yo volveremos para darle un descanso a tus hue…  –señaló el esqueleto de arriba abajo varias veces intentando no ser descortés. - Bueno, ya sabes, que te daremos un entierro como es debido.

Y tras eso, aligeró sus pasos para acercarse a Zrabroth y emprender el camino lo antes posible. Estaba preocupado por lo que les depararía este cometido, pero no podía evitar a su vez sentir cierta curiosidad y expectación.

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22/09/2020, 00:00
Enmell

La hueca mirada del sacerdote se posó sobre la joven de cabellos carmesí que parecía al fin haber recobrado al menos algo de tranquilidad. Asintió y miró hacia donde les llevaría su camino. Fueron las palabras del elfo las que le sacaron de aquel momento de silencio.

- Vienen a por mí, no os buscan a vosotros. - respondió con la voz rota. - Todos debemos pagar un precio por salvar el mundo y a aquellos que queremos. Yo aún no he terminado de pagar el mío, Sabio Telvor.

No sin esfuerzo, se levantó de nuevo y se irguió cuan alto era. En comparación con otros de los presentes, su tamaño no era demasiado impresionante. Sin embargo, en aquel momento, su presencia parecía haberse teñido con un aire de solemnidad. Fue dedicando un gesto a todos los que se fueron despidiendo de él mientras luchaba por mantenerse firme.

- Idos y no miréis atrás. Que la luz ilumine vuestro camino y el viento sople a vuestras espaldas. - alzó la vista a los cielos mientras colocaba ambas manos sobre el lugar que debería haber ocupado su corazón. - Que el Radiante os guíe.

Notas de juego

Para continuar, debéis decidir la formación que seguirá el grupo durante el viaje. En algunos momentos (como este) os pediré algunas indicaciones que serán vuestro "comportamiento por defecto". Por ejemplo, la formación de viaje, guardias durante los descansos, etc.

Salvo que indiquéis lo contrario, será vuestro proceder en general y así evitamos preguntar cada vez. Al mismo tiempo, recordad que si queréis hacerlo de otra manera, tendréis que avisar con antelación.

Podéis usar el hilo de La Taberna para comentarlo si preferís hacerlo de forma algo más abreviada y off-rol aunque no tengo problema es que lo habléis por aquí y aprovechéis para conoceros un poco. 

Por último, todo aquel que quiera guiar al grupo o intentar mantener conciencia del rumbo debe realizar una tirada oculta de Supervivencia.