Partida Rol por web

Trepaste por un montón de barriles apilados y te aupaste con facilidad sobre el tejado del edificio frente a El Abrazo de la Sirena. Tenías la cabeza bullendo de pensamientos, y tardaste un momento en reaccionar a lo que acababas de ver.

Una figura bebió el contenido de un frasco y descartó antes de saltar sobre el tejado contiguo, alejándose de ti. Una misteriosa figura que apostabas que hacía unos momentos había estado espiando desde la cubierta de la tienda de Fasber y Glimgmar.

Kayle parpadeó en principio una sola vez. al siguiente segundo sacudió la cabeza.

—Céfiro, ve a buscar a Hakkon—dijo sacando al elemental de su capucha.

—¡¿QUÉ?! ¿Estás loca?—el familiar sacudió los bracitos brumosos como si fuesen dos pequeños molinillos—. ¿P-Piensas ir tú sola detrás de alguien que no sabes ni quién es? ¡Puede ser una trampa, Kayle! ¡Puede... !

—Ya lo sé—la genasí cogió al elemental entre las manos—. Pero tiene todas las papeletas para estar metido en este extraño asunto y si no lo sigo ahora, lo perderemos.

Se las apañó para darle un beso (estaba hecho de aire, pero el caso es que lo consiguió) y lo soltó de nuevo.

—Y los demás dependen de lo rápido que seas. Por favor, avisa a Hakkon, ¡CORRE!

Céfiro, aún preocupado, asintió rápidamente y salió disparado cual racha de viento a cumplir algo que parecía tan grande y tan importante para una criatura tan pequeña. Pero Kayle confiaba en que era capaz de hacerlo, y eso era todo lo que necesitaba.

La genasí tragó saliva y salió en persecución de la misteriosa figura.

«¡Si crees que eres más rápido que el Ciclón de Nesmé, vas listo!»

La figura se volvió un momento y te observó. Parecía que quería que la siguieras. Cuando se aseguró de que lo hacías, caminó con tranquilidad por la azotea de un edificio, entre la ropa tendida como si aquello no fuera con ella.

Kayle comenzó la persecución en la casilla 1 y su rival en la 4, aunque acaba de avanzar a la 5. Si no ha atrapado al PNJ a la fuga antes de que este salga de la casilla final, la persecución termina.

Durante tu turno puedes elegir desplazarte una única casilla como acción de movimiento sin tirar nada. Adicionalmente, puedes hacer una acción estándar como hacer un ataque a distancia o lanzar un conjuro.

Alternativamente, como acción de asalto completo, puedes tomar atajos arriesgados para alcanzar a tu objetivo como caminar por una cuerda o saltar de un tejado a otro. En este caso, puedes elegir avanzar 2 ó 3 casillas en vez de 1. Si quieres avanzar 2 casillas debes elegir una de las dos pruebas de habilidad que estén en tu casilla y pasar la CD. Si quieres moverte 3 casillas tendrás que pasar con éxito las dos. Si fallas por 5 o menos sólo consigues avanzar 1 casilla. Si fallas por más de 5, no puedes moverte este turno. Y si fallas 2 tiradas por más de 5, te caes 1d4x10 pies, tomando el daño apropiado.

Un PJ que se ha caído tiene dos opciones: puede pasar una tirada de Trepar CD 14 para retornar a la casilla en la que estaba o puede continuar la persecución por las calles haciendo una tirada de Fuerza o Destreza CD 15 para avanzar una casilla, pero sólo podrá avanzar 1 casilla por turno.

http://i1052.photobucket.com/albums/s447/Arparrabi...

Kayle tenía un mal presentimiento, uno muy malo. Y rezapa por estar errada en aquella ocasión y que simplemente se tratase de que la tensión del momento la tuviese paranoica porque si no no sabía qué rayos hacía persiguiendo sola a un desconocido que parecía querer que lo siguieran.

La genasí brincó por un tejado de tejas desmoronadizas teniendo la misma repercusión que el soplo de una brisa puesto que no hizo que éstas cayesen en tropel a su paso. La parte buena de aquello era que dicho tejado acortaba la distancia que la separaba de la figura fugitiva.

—¿Crees que eres la única en recorrer estos tejados? —gritó la figura que perseguías, con voz femenina.

En cuanto hubo pronunciado esas palabras se metió a toda prisa detrás de una sábana tendida en una azotea y desapareció.

Avanza dos casillas hasta la 7.

Kayle frunció el ceño, ¿una mujer? Quizá no ella no fuera la única en recorrer los tejados... ¡pero sí pensaba ser la más rápida! Era la mensajera más veloz de Nesmé.

Como no quería arriesgarse a estamparse contra una pared al no tener muy claro por dónde se había metido, saltó a un alero cercano y de ahí al tejado siguiente donde volvió a localizarla en la distancia.

Kayle se mueve a la casilla 4.

Tu perseguida apareció más allá, escurriéndose por entre una grieta en la pared como una salamandra. Miró atrás y notó que habías aflojado el ritmo.

—¿Qué ocurre, genasí? ¿Te falta... el aire?

Avanza hasta la casilla 8.

—¡Aún no has visto nada!

Kayle saltó a una estrecha cornisa sobre el vacío, se impulsó con un pie y se lanzó de costado contra un muro.

Atravesándolo como un fantasma.

Se había dado cuenta justo en el segundo anterior de que aquella pared era una ilusión. No tenía ni idea de qué hacía allí pero le venía de perlas para recortar camino así que le dio igual. Al aparecer por el otro lado, subió la pendiente de un tejado a grandes zancadas, rodeó su chimenea y se deslizó sobre las tejas de la otra vertiente, dejándose caer al nivel inferior cuando llegó al final.

Al haber tomado aquel atajo, había ido a parar a un nivel por encima de la escurridiza mujer de modo que tras aterrizar lo hizo a pocas zancadas por detrás de ella.

«¡Sólo un poco más, sólo un poco más!»

Pese a todo, aún tenía el corazón en un puño.

Kayle se mueve a la casilla 7.

Se me olvidó ponerle la dificultad en la tirada de Acrobacias pero... que sólo pifiaba con un 1, vaya (Lo sé, estoy paranoica con mis tiradas xD)

—¡Eso espero! O en vez de Ciclón te llamaré "Brisilla" —dijo la desconocida, caminando por una cornisa estrecha con la facilidad que da la práctica.

Tiene Acrobacias suficientes para pasar una CD 11 con un 1 en la tirada.

Avanza 2 casillas hasta la 9 (recuerda al contar que me equivoqué y hay una 8 bis).

Kayle apretó los dientes, aquello ya era personal.

La genasí saltó sobre una pared agrietada que hacía diagonal con la linea de tejados por la que corrían y se escabulló por ella como una anguila. Al salir la otro lado lo hizo por un empinado alero cuesta bajo por el que simplemente comenzó a correr todo lo deprisa que pudo en lugar de detenerse.

«¡Que funcione... que funcione... que funcione!»

El viento le rugía en los oídos conforme aceleraba por la gravedad y de no ser porque se encontraba en medio de una persecución, habría disfrutado de aquello, como siempre, sintiendo que podría echar a volar con solo levantar un poco más los pies.

O aquella disparatada idea funcionaba o se pegaba la madre de todos los batacazos.

Al final, antes de legar abajo, usó la inercia que llevaba para saltar sobre el muro de la casa de en frente y ascender dos... tres.. ¡cuatro! zancadas corriendo en vertical. En el último tramo estiró los brazos antes de que la gravedad la detuviese y se agarró con las manos a lo alto de la pared, se aupó y se dejó caer por el otro lado...

—¡Con el tiempo necesario hasta una brisilla puede pulverizar una montaña!

 ...para atinar encima de la fugitiva misteriosa, atrapándola, al fin, de una soberana vez.

Te topaste cara a cara con una sorprendida elfa, o eso creías que era. Lo cierto es que tenía un rostro ambiguo: era difícil determinar si era elfa o una mestiza, si era una mujer o un muchachito guapo. Iba vestida elegantemente, y no desentonaría en una reunión de alta sociedad. Pero la vista entrenada de quien ha pasado años correteando por los tejados a la mínima oportunidad, te permite ver que el atuendo está sutilmente modificado para poder moverse con rapidez y comodidad.

Sea como fuere, la mujer te sonrió.

—Eso ha sido impresionante. Diría que a la altura de tu fama —admitió.

La mujer se quitó el sombrero con una pluma de faisán y te hizo una reverencia.

—Permíteme presentarme. Soy Morgan, maestra ladrona de Nesmé. Ardía en deseos de comprobar personalmente de lo que eras capaz.

Kayle se apartó entre jadeos, si su cabello fuese normal, estaría tan desmelenada después de semejante carrera que parecería una leona pero por suerte su cabello no era normal.

—¿Tú eres... ?—parpadeó sorprendida aunque puesto que sólo podía haber una maestra ladrona, la siguiente parte de la frase sonó más a afirmación que a pregunta—. La misma Morgan que mencionó Tabin.

Vale, aquello no era inesperado, era lo siguiente.

La estudió durante unos instantes mientras todavía sentía el corazón latirle desaforadamente en el pecho. La carrera, la velocidad vertiginosa, el viento rugiendo en las orejas, la adrenalina... ¡Hacía tanto tiempo que no encontraba un desafío de velocidad decente que ahora tenía ganas de más! Pero no era plan de pensar en aquellas cosas en aquél instante así que su mente se obligó a si misma a bajar de los cirros y volver al tema que la ocupaba.

—Y yo soy Kayle... o Ciclón, como más te guste. Pero eso ya lo sabes—respondió entornando un ojo—. ¿Qué rayos hacías observando la tienda desde el tejado?

—Observando germinar la semilla que había plantado, desde luego.

Los ojos de Morgan brillaban con el mismo entusiasmo que sentías tú.

—Me hubiera encantado ver su cara cuando descubristeis la estatua de la gnoma. Le concedo que es sumamente cuidadosa. ¿Cómo fue? 

Kayle entornó el otro ojo, ¿la semilla? Céfiro se había asustado y Ardreth había subido del sótano ladrando no se qué de una "Fasber convertida en piedra". Sumó dos y dos.

—¿Que cómo fue? ¡Se deben de estar sacando lo ojos allá adentro!—refunfuñó poniendo los brazos en jarras—. El elfo ha sacado la primera conclusión que le ha venido a la cabeza en cuanto la ha visto, Tabin directamente se lo ha creído sin ver nada, han amenazado a Beellana a punta de espada y esa arpía no tiene paciencia para tonterías. Imagina el resultado.

Resopló. No tenía muy claro si lo que la ponía de mal humor era la estupidez de algunos de sus compañeros por sacar conclusiones precipitadas o era la "broma" que les estaba poniendo en peligro y que no sabía a santo de que venía. O igual eran las dos cosas a la vez.

Se obligó a mantener la calma y a recordarse a si misma que no siempre todo era lo que parecía y que las cosas no ocurrían porque sí. Se le ocurrían de hecho unas cuantas razones por las que Morgan podría haber hecho algo como eso pero como no dejaban de ser eso, hipótesis, y las hipótesis no ayudaban a avanzar en aquel instante, hizo lo único que podía hacer para enterarse del verdadero motivo: preguntar.

—¿Eres tú quien ha hecho llegar esa estatua ahí?—dijo—. ¿Por qué?

Morgan ladeó ligeramente la cabeza y te observó unos momentos, dándote la sensación de que era un adulto haciéndole gracia una respuesta audaz de un niño.

—El mundo es un gran escenario, Brisilla. Está lleno de luces, de humo y de espejos. Nadie, ni siquiera mi querida Tabin, ve más allá de sus narices porque ni siquiera se molesta en intentarlo. Pero tú eres diferente, ¿no?

Se alisó las ropas.

—Sí. Fui yo quien puso esa estatua allí. Los ladrones nos dedicamos a cambiar cosas de sitio al fin y al cabo, ¿no? Fue un... regalo para vosotros, en honor de los futuros negocios que haremos juntos. El empujoncito que necesitabais para caminar en la dirección correcta.

Kayle arqueó ligeramente una ceja mientras formaba una linea recta con la otra.

«Ibas a llamarme Brisilla te cogiera o no... »

—Cargarle el muerto a Beellana con una estatua falsa es algo demasiado fácil de descubrir—dijo—. Con un conjuro de...

Se calló de golpe y abrió mucho los ojos, había estado a punto de responderse a si misma. La respuesta era tan simple que por sencilla casi pasaba desapercibida y Morgan la había insinuado.

—Si cargarle el muerto a Beellana con una estatua falsa es algo demasiado fácil de descubrir...—hiló—. Mystra bendita, ¡es que la estatua NO ES falsa!

No se lo podía creer. Sabía que aquella bruja era hosca, antipática, huraña y no le gustaba prácticamente nada que no fuera ella misma. Pero de ahí atreverse a usar la ventaja que le otorgaba magia para algo tan sucio era pasarse de castaño oscuro.

Al encajar aquella pieza del puzzle  fue como si todas las demás se unían casi por sí solas. Con razón había pensado en que ni si quiera Beellana sería tan chapuzas como para ocultar el cuerpo del delito en el sitio más fácil posible... ¡porque seguramente no lo había hecho! Pero Morgan había sido más lista que ella. Aunque le concedía lo de ser "sumamente cuidadosa".

Y la carta de Fasber, como se había percatado la corazonada de Glimgmar, seguramente había sido escrita bajo algún tipo de presión.

—¿Cómo rayos te enteraste de lo que había pasado con Fasber?—contestó apartando un mechón de pelo que se las había apañado para flotar por debajo de la oreja con lo que le hacía cosquillas en la mejilla—. Porque lo de preguntar cómo la sacaste de donde quiera que estaba me lo ahorro por retórico.

—No te lo pienso decir —rió Morgan, cruzándose de brazos—. Siempre te piden que les cuentes el secreto, pero en cuanto lo descubren, se acabó todo. Te ignoran. El secreto no impresiona a nadie: es un simple y vulgar truco. El engaño que has empleado, lo es todo.

Te dedicó un gesto elocuente con la mano.

—Pero anima esa cara tan bonita. Ya has visto más que la mayoría. Y hablando de engaños e ilusiones... esa forma de atravesar el muro fue fascinante. Quizá podrías dedicarle un tiempo a ese descubrimiento, cuando tengas un rato.

Se colocó el sombrero. Era una de esas personas que el sombrero le sentaba fenomenal.

—Y ahora debo despedirme, al menos por el momento. Las dos tenemos muchas cosas que hacer.

Kayle le copió la pose.

—Y tras hacer su espectacular número de ilusionismo, el actor enmascarado hace mutis por el foro envuelto en una nube de elegancia y misterio—recitó como si estuviese haciendo de apuntadora de una obra de teatro—. Un planteamiento impecable.

Suspiró.

—Aunque podría haber pasado sin tener que contemplar lo que hay bajo la capucha de Beellana. Si la cara sola en sí ya provocaba pesadillas...

Lo cierto es que le gustaría husmear la razón de que hubiese un muro ilusorio en medio de ninguna parte sin venir a cuento... Es más, tal vez lo hiciera, pero cuando tuviese tiempo. En aquél instante le urgía más el evitar que sus compañeros terminasen convertidos en piedra. O en un montón de cenizas.

—Iré entonces a atender todas esas cosas que me quedan por hacer—añadió—. Y gracias por el... Regalo. Aunque si es una despedida por el momento, me esperaré a después del momento para asegurarme de no tener que añadir "supongo".

Sonrió con pillería y salió disparada como una flecha en la misma dirección en la que había enviado a Céfiro.

Su Familiar volaba pero Hakkon no así que como mucho debían estar a medio camino. Y seguramente el pequeño elemental debía sentirse muy confuso con toda la retahíla de emociones que le había hecho sentir después de tamaño descubrimiento debido al vínculo que los unía.