Partida Rol por web

Resuelta a acabar lo que había empezado, Llanos comenzó a recorrer los pasillos con mayor celeridad. ¿Qué podía hacerle el conde de encontrarla? Nada peor que lo que había hecho ya: arrebatarle todo el amor que la había colmado durante los últimos años. 
¿Qué sería la muerte después de aquello? Nada. Así pues, más resuelta que nunca, la bruja recorrió los pasillos del castillo, entrando en cada alcoba y buscando alguna pista que la condujera hasta su hijo.

-Mai m'he fiat de la bruixa de bosc, però la remeiera ?, si fa un servei al poble ... -dijo acongojada, aunque igualmente parecía distraída-. Espere que el teu pare no tarde molt. 

Susana desvió la mirada, inquieta.

-Creus que hi ha algú al poble que podria ajudar? soldats que siguin d'aquí o gent que no ajudi a aquests soldats de l'comte.

Teolfo se mostró preocupado. Su padre no estaba en casa en esos momentos. Se temió que pudiera haberle sucedido algo. ¿Y si los soldados del conde le habían detenido?

-On és Pare? -inquirió, extrañado-. No sé qui podria ajudar-nos, mare. No estic segur que el capellà vulgui arriscar-se a veure involucrat i que hi hagi represàlies contra ell. Però avui he vist al poble a un cavaller de l'Ordre de Santiago. Podria ell tenir influència per ajudar?

Al ver al conde me planteé correr a hablar con él,  intentar apelar a su bondad y esperar que respondiera de forma afable y bondadosa. Esa idea no tardó en desvanecerse, al fin  y al cabo sabia por experiencia que todos los hombres eran iguales, tildaban de bruja a toda mujer que fuese medianamente inteligente. Así que sin levantar mucho el cuerpo me dirigí a gatas hacia la parte trasera del castillo para intentar escabullirme en dirección al pueblo.

Rodrigo escucho al noble Valenciano, asintiendo de vez en cuando, mientras iba comiendo el desayuno que les habia procurado el posadero, desmenuzando el pan, antes de llevarselo a la boca y acompañado de un trozo de queso.

Antes de contestar, asintio y bebio un trago para bajar la comida.

- Si, me encuentro bajo la supervisión de don Diego, un veterano miembro de mi orden- 

Asi que el noble valenciano tenia asuntos que tratar con el señor de estas tierras.

- Me parece bien, informaré a don Diego, creo que estará de acuerdo- 

Contesto Rodrigo al ofrecimiento de Bernat de presentar sus respetos todos juntos al conde.

- No creo que nos quedemos más de lo estrictamente necesario-

On és Pare?

-A anat a vore a Don Marc, el taverner, que li han dit que han portat un nou vi -dijo con algo más de ánimo.

  Però avui he vist al poble a un cavaller de l'Ordre de Santiago. Podria ell tenir influència per ajudar?

Susana abrió los ojos sorprendida. ¿Un caballero en un sitio como este? Pero si en Sacre nunca pasa nada, o pasaba...

 -Un cavaller a Sacre? Mare de Deu, però estarà sols de pas no?  de totes maneres, conten que els cavallers vetllen pel feble. Potser pot ajudar-nos.

Llanos de adentró en aquel castillo maldito. Aunque siempre visible desde cualquier parte del pueblo, coronando las montañas más bajas y próximas con sus bellas torres y arcos, su interior era un completo misterio. Parecía un lugar antiguo y desgastado por el paso del tiempo. Incluso las incorporaciones más recientes parecían dañadas. Puede que fuese porque Llanos había entrado por un acceso secundario y aquella zona de la estructura estaba menos cuidada que la recepción. A fin de cuentas aquel castillo había sufrido un asedio.

Sin embargo, por muchas explicaciones que hubiese, no había duda de que aquel lugar acongojaba el corazón. Por siniestro que fuese el bosque de Llanos, era un lugar mucho más acogedor que aquellos ciclópeos muros de piedra que parecían guardar secretos tan negros como el mismo corazón del abismo.

Agudizando el oído podían oírse las voces de los sirvientes. Quizás las cocinas estaban cerca. Pero para desesperación de Llanos, no había ni rastro de los llantos de un bebé. Llegado al final de un pasillo, su camino se dividía en tres: podía subir las escaleras que parecía conducir a una de las torres, podía bajar a lo que parecían ser las mazmorras, o podía salir por una puerta que parecía conducir a los exteriores.

Caminando con cuidado, mirando los pasillos antes de volver cualquier esquina, y desde luego evitando lugares concurridos, Llanos se adentró en el castillo con una firme resolución en mente.

Perdida y sin ningún rastro de su hijo, decidió subir las escaleras de la torre, con la esperanza de que allí se encontraran los dormitorios.

Los soldados se habían acercado a la entrada principal de la estructura, así que la zona por la que ahora se adentraba Leonnie parecía desolada. No cabía duda de que aquella zona estaba considerablemente menos cuidada que la fachada delantera del castillo, con el suelo embarrado y restos de cimientos del asedio de hacía ya un año.

No había nadie por allí, o eso pensaba la joven curandera. Justo cuando iba a salir, la que parecía ser una dama de la corte del conde salió por una puerta. Su gesto no era precisamente alegre, y nada más ver a Leonnie se dirigió hacia ella.

-Una criada, por fin. Haz el favor de ir a... -su confianza se cortó en seco al verla de cerca-. ¿Tu eres de las criadas del castillo?

Teolfo recordó que había visto al caballero de la Orden de Santiago entrando en la taberna, justo cuando se encontraba acompañando a Pau y Bernat. Pese a que no estaba del todo seguro, recordaba que el joven noble había entrado en la taberna con la aparente intención de hablar con el caballero y, además, en la taberna también se encontraba su padre probando el nuevo vino que había traído Marc.

Con suerte, podría solucionar dos problemas de una vez: asegurarse de que su padre estaba bien y solicitar ayuda al desconocido caballero.

-Hi aniré i la taverna per intentar convèncer aquest cavaller perquè ens ajudi. Comprovaré si el pare segueix allà -dijo el soldado, incorporándose para disponerse a abandonar la vivienda familiar y dirigirse a la taberna. Aunque antes de partir, se aproximó a su madre y le dio un afectivo beso en la mejilla como despedida-. T'estimo, mare.

Bernat dio cuenta de las viandas junto al caballero, agradeciendo la comida servida mientras conversaba con el santiaguista y lo escuchaba mentar a su superior, asintiendo cuando respondió a la pregunta sobre cuanto se quedarían en Sacre. Acabada su parte del desayuno, el valenciano hizo mención a levantarse.

— En ese caso, no os molesto más. Yo debería volver con mis compañeros, y de todos modos nos veremos pronto, en cuanto nos informen del regreso del Conde. Si necesitáis algo, estaremos en la capilla — dijo, dejando un par de monedas sobre la mesa con las que pagar lo suyo, y aguardando un momento por si Rodrigo tenía algo que decirle antes de salir del local.

Pau esperó a que Teolfo saliese con una sonrisa afable, cuando hubo abandonado la sala suspiró y tomó de la mano al párroco.

- L'he trobat molt a faltar, pare -dijo sinceramente, se le humedecieron los ojos sin pretenderlo pues a pesar de tener una alta capacidad para ocultar sus sentimientos, nunca había sido capaz delante de Don Claudio-. Dalmau s'ha dirigit cap a la taberna, hauré de trobar-me amb ell més tard -añadió cambiando de tema y recobrando la compostura después de un breve silencio-, però ara que no està Teolfo hauria de ficar-vos al dia, de veritat. Com s'haurà imaginat les intrigues que m'han fet tornar no ténen a veure amb el que li he contat abans...

Pau se tomó un breve respiro antes de continuar y comenzó a relatarle a su padre los verdaderos motivos por los que lo habían enviado junto al caballero, de vuelta a la aldea y el largo viaje a través de la nieve que habían tenido que hacer, mientras su padre lo escuchaba todo pacientemente.

- La pobra Botifarra acabava els dies ben cansada... Bò, això és el que hi ha, després de tot el que hem trobat i  l'embolic de les dones al poble, no sé com podrem encarar la qüestió amb el baró, hem de fer-se de confiança per a que em deixe rondar per la biblioteca al meu aire.

Terminó y posó su mirada sobre los ojos de su padre a espera de que hablase, sabía bien que sus consejos valían un potosí.

Llanos subió por las angostas escaleras que conducían a la torre noroeste. Eran más largas de lo esperado, y los escalones eran altos y costosos de subir. Además, las paredes de piedra estaban frías como el hielo, y para subir únicamente podía agarrarse de los recovecos de los bloques y las pequeñas ventanas. 

Tras un largo y molesto ascenso, la bruja llegó hasta una única puerta. Al ser una de las torres traseras, no era defensiva, ya que un asedio desde las montañas era imposible de realizarse, por lo tanto debía tratarse de una habitación personal o para el estudio. Por desgracia, la puerta tenía cerradura. ¿Llevaría Llanos alguna ganzúa o algo similar encima?

De pronto, unas voces comenzaron a oírse en el exterior. Se oía la ominosa y aguda voz del conde, pero también otra muy familiar... ¿era su padre?

-Le aseguro que ella no es ninguna delincuente mi señor, no ganáis nada teniéndola aquí encerrada -decía su padre el capellán.

-En ese caso os agradará saber que ya se ha escapado. La han capturado y se ha escapado mientras yo estaba cazando, así que perdéis el tiempo hablando conmigo. Ni siquiera sabía de quién hablábais al principio -dijo el conde.

-Oh, por todos los cielos.... -dijo en un tono a medio camino entre el alivio y el hastío-. En ese caso no le molesto más.

Su padre parecía alejarse, sin embargo, el conde seguía adelante, y quizás se dirigiese al mismo punto en el que ahora se encontraba Llanos.

Teolfo se despidió de su madre y salió en dirección a la posada de Damià, que se encontraba cerca de allí. Era un pueblo pequeño, así que las distancias eran muy cortas entre sí. 

Cuando llegó, la posada no estaba muy llena, y enseguida vio al caballero y al infanzón hablando en una mesa. 

Bernat y Rodrigo habían estado hablando un largo rato, y al final su desayuno había pasado a ser más bien un almuerzo. El amable posadero les había servido con atención, aunque daba la sensación que de vez en cuando ponía su oído en las palabras del caballero y el infanzón.

Justo cuando Bernat se iba a despedir, por la puerta entró Teolfo, el soldado del pueblo que había ido a acompañar a Pau a la capilla de los capellanes. 

Bernat: En ese caso, no os molesto más. Yo debería volver con mis compañeros, y de todos modos nos veremos pronto, en cuanto nos informen del regreso del Conde.

Al oír aquello, el posadero se acercó a los dos guerreros.

-Quisàs os interesa, pero lo más probable es que ya haya vuelto. Siempre sale a caçar los jueves y de normal regresa a la Sexta* -dijo con su característico acento.

Al notar los pasos, se giró para recibir a Teolfo.

-Bon dia tingueu Teolfo. En teoria només servim als forasters, però a un bon mosso del poble que serveix per protegir-lo pot dinar ací sempre que vulgui -dijo Damià al ver entrar al joven soldado.

El capellán escuchó con atención las palabras de su hija, aunque había algo en su mirada que no denotaba especial sorpresa. Más bien, parecía algo que ya temiese desde hace tiempo, pero aquello no le privaba de sentir una gran preocupación.

-Hauria preferit que no et s'involucressin en açò, però entenc que sent de Sacre t'enviaren a tu -dijo.

Bò, això és el que hi ha, després de tot el que hem trobat i  l'embolic de les dones al poble, no sé com podrem encarar la qüestió amb el baró, hem de fer-se de confiança per a que em deixe rondar per la biblioteca al meu aire.

-L'altre día també sen van dur a una dona, es molt extrany. De totes les maneres, no estic segur de que us vagi a deixar, i si o fa probablement siga una secció concreta de la seua biblioteca -dijo haciendo una mueca de decepción-. Si necesitareu ajuda, podreu fer servir aquesta capella com a santuari. El comte no podrà prendre una casa del senyor i fer el que li plagui. A més... hi han túnels per davall que van ser construïts fa molts anys, podríeu anar-se per ahí si les coses es compliquen.

Don Claudio se levantó. Fuera de la sala podía oírse el murmuro de la gente, así que pronto tendría que dar otra misa.

-Serà millor que et reuneixis amb Don bernat, ja és l'hora de dinar i el camí fins al castell és més llarg del que sembla. 

Llanos rebuscó rápidamente en su bolso y entre sus ropas en busca de algo con lo que poder abrir la puerta, pero su captura había sido tan repentina que no se le había ocurrido hacerse con nada parecido. Frustrada, observó las escaleras con cierta ansiedad, y se preparó para la llegada del conde.

-Hauria preferit que no et s'involucressin en açò, però entenc que sent de Sacre t'enviaren a tu

Pau dibujó una media sonrisa triste en su rostro, aunque debía contarle la verdad sabía que iba a preocuparse, siempre había tendido a sobreprotegerla y colmarla de atenciones en privado. Recordó con calidez cómo la mecía cuando se disgustaba con los otros niños porque se burlaban de su estatura y de su aspecto austero y desaliñado.

- No et preocupes pare, aniré amb compte. De tota manera moltes gràcies per tot, informaré a Dalmau de l'oferiment, per supost.

Se levantó a la vez que don Claudio, dispuesta a seguir la recomendación de su padre y se acercó a la puerta, pero antes de abrirla, reculó y le dio un abrazo. Fue rápido, pero sentido.

Salió sorteando a los feligreses y se despidió de Marc a la distancia con un gesto. Se subió a Botifarra y la espoleó.

- Au bonica, que encara ens queda un troç.