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Quart de Sacre

El término de Sacre, situado en los lindes del Reino de Castilla, alberga el pequeño pueblo de Quart de Sacre, una pequeña y humilde aldea agrícola cuya paz se ha visto enturbiada en los últimos años. La población la compone principalmente aquellas familias que han vivido allí durante generaciones desde tiempos antiguos, aunque a lo largo de los años han llegado colonos árabes, y catalanes del norte después. Son supersticiosos, pues el espeso bosque que tienen al lado les intimida y poco confían en las sombras que a veces parecen moverse en él. Además, la mayoría son bastante pragmáticos, pues no dudan en pedir consejo al capellán un día y al siguiente recurrir a los remedios que les pueda proporcionar la bruja local. Apenas protección salvo unos pocos almogávares que habitan allí, aunque a menudo se han convertido más en una amenaza. Por lo tanto, dependen casi enteramente de la protección del señor feudal.

Al sur del pueblo se extienden los campos de cultivo, donde destacan las plantaciones de cereal por el sistema trienal. Aquí es donde la mayoría de habitantes de Quart de Sacre trabajan.

Lugares de interés:

·Posada de Damià: Es la única posada del pueblo, donde se hospedan los viajeros por unas pocas monedas.

·Iglesia de Quart: es una pequeña iglesia, la única del pueblo. Está regentada por tres capellanes.

·Taberna del Malferit: situada al sur del pueblo para que los granjeros puedan ir a descansar y degustar algo de vino. Su entrada está vetada a los viajeros.

Castillo de Sacre

Antiguamente gobernado por los barones de Lliçana, ahora lo ocupa el Conde de Munter. Es una estructura antigua pero espaciosa, situada en las montañas, lo cual le proporciona una buena defensa frente a posibles ataques. Cualquiera que no pertenezca a la nobleza debería olvidarse de buscar cobijo aquí, pues al conde le disgusta mezclarse con el populacho.

Bosque de Sacre

El bosque que envuelve el término de Sacre por el norte nunca ha sido un lugar bien visto por los lugareños. Por lo general lo evitan, incluso los cazadores trataban de no adentrarse demasiado en su interior. Desde la llegada del Conde de Munter el bosque está completamente vedado a él y los suyos, estando totalmente prohibido cazar en él. Se extiende desde los límites del pueblo hasta las montañas que rodean el término.