Partida Rol por web

¡Mira que sos cabezón!

Sonreiríale a la cíngara de non saberme en tan esforzada tesitura... mas cuan grande honor y cuantas justas en cantarán del de Ferriol, que murió combatiendo a unas decenas de adoradores del Diablo! Así que sí, al fin obsequio un grande gesto a la Agneta:

- Non me embaucarás tan buenamente bella moza! Fan falta más que pócimas e mejunjes para doblegar la voluntad del bon Jaume de Ferriol! - Et en viendo al escurridizo Khaled buscar cobertura, le añado - E ahora apréstese al combate, siempre a la mía vera, que non me entere yo que aquestos blasfemos se le arriman en lo más mínimo!

Y siendo de aquesta manera, y viendo la disposición de la mía compaña, aflígenme las circunstancias del de Besalú: Descolgado entre la turba y debiendo de enfrentarla en solitario!

Miré a la gitana como si me estuviera tendiendo un pote lleno de esencia de cicuta... ¡que Allah me guardara de las maldiciones de las bruxas! No menos sorprendiome ver el modo en que aquella mujer hablábale a mi señor. Vive Allah, que no atreveríame yo a tamaña desfachatez.

Mas, dada la situación, y viendo que mi señor había decidido que fuere yo el animal al que alimentar con aquel brebaje, acepté, aunque no sin que mi desagrado quedara patente...

- Bieberé ese briebaje si lo ordenáis, mi sieñor. - arrugué el gesto, y noté tensar la cicatriz que atravesaba el mío rostro. Cogí la pócima, y la bebí, encomendándome a Allah una vez más, que poco piadoso era yo, mas siempre me acordaba de rezar cuando le veía las orejas al lobo.

Cuerda tensada, brazo en alto... la flecha tiritaba, pues hacía unos días que no disparaba ni tan siquiera para entrenar. Y en estando de aquella situación, tan en peligro, dudaba por un instante de mi capacidad. Apunté primeramente al primero que se acercara al grupo de Agneta, Jaume y Khaled, que tan encerrados veíalos yo a pocas varas de mí*. No dudaría en soltar la flecha en queriendo acabar con cualesquiera de aquellos perracos ataviados como animales.

Viendo a Valenti superado en demasía al estar alejado de los demás, el marino corrió de nuevo hacia él para auxiliarle atacando a uno de aquellos dementes. - Ojala haya suerte y le abra paso para su escape. Don Jaume defenderá a los otros - pensó

Tenía el arco tensado, y la flecha bien dispuesta, empero que la práctica por unos días que hízome falta. Agradecía la ayuda de Diègue, y entonces que disparé contra los que estaban acercádose a Jaume, Khaled y Agneta... o al menos eso intenté... La flecha voló, pero "a saber" dónde...

Mi intención es mantenerme con vida, así que permanezco cerca de Jaume, intentando que siempre permanezcan entre mi persona y cualquier aldeano. Si no fuera posible, entonces me defendería, parando con mi daga, y en última instancia, si no viera otra (y me quedaran acciones), atacaría.

El caballo de Jaume con el de Sabastida, Agneta, Khaled y Jaume se apiñaron para hacer frente a lo que se les venía encima, con Valentí a cierta distancia y Diègue muy lejos.

Los aldeanos formaban una turba descontrolada y fanática, todos se acercaron enfebrecidos a la carrera con las chuscas armas que empuñaban y fueron los primeros a por Jaume.

El que quedaba más lejos de de la turba (aldeano20), recibió un ataque por la espalda de Diègue

- San Jorge!!! - Crucífera surca el cielo, abalanzándose, furiosa, contra los tres primeros herejes que cruzáronse en el mío camino; mi fiel Khaled me acompaña al costado y la moza se cobija a la vera de mis armas.

El afilado montante roza al primero de mis oponentes, halla carne, músculo y tendones en el segundo, que gime dolorido, y prosigue su mortífera senda, lamiendo al tercero de los que decidí atacar!

- Apartad blasfemos! Como osáis afrentar vuestra ánima corrupta con semejantes costumbres! Ídos pues, a los infiernos, hijos de Belcebú!!! - Bramo sonriente: Cuántas justas se escribirán sobre aquestos fechos acaecidos en la vecindad de Navata!!!

Tras mi primer ataque, no tan mortífero como habría deseado, espero la respuesta de la caterva, Crucífera en alto!

El francés apuñaló por la espalda al más desarrapado más cercano (aldeano 20), en este caso una mujer morena greñuda y más fea que pegar a un padre con un cirio mohoso, la daga la traspasó casi de parte a parte, hundiéndose en su parte final en las costillas de de la mujer y rompiendo varias de ellas, hundió el francés la daga hasta la empuñadura.

Los aldeanos se acercaron hasta el caballero y éste intentó despachar a los tres más cercanos haciendo un barrido con su espadón, fallando por muy poco a un hombre y a una mujer pero logró tajar la pierna izquierda de un hombre fornido y cortarle casi hasta el hueso.

Uno de aquellos que trababa combate con Jaume armado con un palo (aldeano 4) intentó dar un palazo en el costado del caballero sin éxito, el otro aldeano que había sido herido en la pierna izquierda lanzó un chillido y como un jabalí herido, acometió con su palo

Viendo venir a aquella turba, encomendeme a Allah al tiempo que levantaba el coltell para proteger mi vida de aquella tunda terrible que habían de darnos.

- ¡Mi señor! - dije desalentado - ¡Muchos son!

- ¡Mi señor! - dije desalentado - ¡Muchos son!

- Resistid buen Khaled! - Un bastonazo pasóme cerca de las narices mientras Crucífera detenía otro certero palazo que pretendíame propinar el mozetón al que ferí en la suya pierna - Mas luchad, sarraceno, facedlo por Dios todopoderoso! Si no estamos perdidos!

Mi mirada enfrenta la de la harapienta muller que osa atacarme: "Mal asunto ferirle a las mozas, mas non hay alternativa si en queremos salir vivos!"

Con mi daga y cubriéndome con los cuerpos de mis compañeros, grito y maldigo como sólo una gitana sabría hacer, mientras evito los golpes de los locos estos. El terror se apodera de mi en estas situaciones, a sabiendas que el destino de sucumbir en una combate, es mucho peor que la muerte para una mujer en estos días.

- ¡Aaaah! ¡hijos de mil perras!, ¡apartaros de mi!, ¡follaovejas!, ¡sodomitas!

El caballero detuvo el golpe del aldeano (15)  con su espadón y Valentí disparó su arco y la flecha no llegó a salir disparada, lo que ocurrió fue que tensó demasiado la cuerda o quizás no estuviese bien afianzada, pero al tensar rompió la cuerda del arco y éste quedó del todo inservible. Pero aún otro atacante el hombre fornido  (aldeano 12) se lanzó a por Jaume con un garrote aunque no le dio ni por asomo afortunadamente. Otro de los aldeanos llegó a la altura del caballero (aldeano 18) y soltó un  palazo que iba directo al torso pero Jaume también logró detener el golpe con su espadón.

Otros cuatro atacantes (aldeanos 3,9,13 y 8) se fueron derechitos a por Khaled. Los cuatro llegaron a su altura y dejaron volar sus palos, fallando dos de ellos sus golpes, uno acertando pero siendo su golpe detenido por el arma de Khaled y el último dando un palazo el muy imbécil a otro de los aldeanos en el brazo derecho.

Los siguientes cuatro aldeanos enloquecidos (aldeano 17 aldeano 5  aldeano 10 aldeano 16) fueron a por Agneta y en el mismo caso que a Khaled, todos embistieron con sus palos de diversas formas y tamaños y la mujer pudo detener los únicos dos golpes que podían haberle dado.

Otros cuatro fueron ahora a por Valentí, que había hecho una auténtica tontería y se encontraba desprotegido ( aldeano 1 aldeano 6 aldeano 2 y aldeano 7), los cuatro llegan hasta él .

Los dos más alejados, al ver caer al último de la fila con el pecho perforado se dieron la vuelta y se colocaron justo delante del francés (aldeano 14 y aldeano 11) pasando cerca de su compañero caído y dejándole ahí tirado desagrándose.

Tal vez no hubiera conseguido desorganizarles, pero esos 3 hombres menos (la mujer que se desangraba en el suelo y los que le habían salido al paso) en el furioso ataque a sus compañeros tal vez marcasen la diferencia entre si vivían o morían.

Sin querer perder tiempo se lanzó contra sus atacantes, pero tanto se apresuró que dio tiempo de sobra a que se apartasen del filo de sus dagas. Las hojas de metal bailaron en el aire ante ellos como si quisiera atrapar moscas con ellas.

Apercíbome de la desesperada situación de mis escuderos Khaled et zíngara, y acometo, con renovada fuerza y rabia, los herejes que tratan de rodearnos: 

- San Francisco Javier!!! Retroceded desdichados!!! - Crucífera traza un mortífero círculo de sangre y vísceras saltando, que aún ignoro si los pueblerinos serán capaces de rechazar!!!