Partida Rol por web

Se volvió hacia los demás -Shhhh ¿no lo notáis? no se escucha nada, ni insectos, ni pequeños animales... nada y ha sido ahora mismo, cuando ha roto el candado....- miro a su alrededor -esto no es buena señal- se le veía nerviosa, y no lo solía estar.

 - Eso significa que hemos activado algo... - Deduje con gesto molesto. - ... Es lo que pasa cuando se subestima a un mago.

Con un movimiento lento, el Baaz echó mano del mango de Fleshrend, y empezó a sacar el filo de su vaina, sin dejar de mirar en derredor.

- Es cierto, no se escucha absolutamente nada... Esto no me gusta. No me gusta nada..., dijo, en un tono bajo, que sonó como un gruñido, mientras liberando sus correosas alas de la capa que las cubría, las extendió, acercándose a Desdemona.

Es normal estar nerviosos, este sitio le pone los pelos de punta a cualquiera, pero no hemos llegado hasta aquí para desfallecer ahora. Continuemos y si algo se atreve a interponerse entre nosotros y nuestro objetivo será lo último que haga.

Con un bufido el minotauro desenvainó y ajustó su escudo a su poderoso brazo.

Miro al draconiano como aporrea la cerradura con ganas, mientras con los brazos cruzados asiento con solemnidad. Me gusta su forma de actuar bajo presión. No tenemos tiempo para sutilezas, es un sitio cerrado y lleva así decadas, con lo cual, si algo dentro nos espera, nos va a detectar igual.

El desenfundar de las armas es igual que cuando alguien se enciende una pipa, las ganas se contagian, así que desenfundo mi enorma mandoble de dos metros de hoja, y apunto a la entrada.

-Vamos allá, Anubis, luz- a veces me dejo llevar por el drama del momento, espero que nuestro hechicero pueda crear luz o me dejará fatal- Desdemona, Baigron y Tarben, delante.

Es custión de tácticas el escudero siempre era el más rápido en pensar. La demonia que podía ver en la oscuridad delante, Baigorn me da repelús y Tarben puede mantener a raya a los no-muertos, Anubis en medio con la luz, yo el cuarto protegiendo al mago, el quinto el ágil Kartag y el minotauro con su espada flamígera el último por si hay que efectuar una retirada táctica.

 Mientras uso un conjuro de luz para iluminar la zona, haciendo que aparezca en un extremo de mi bastón, sugiero al resto, en voz baja:

 - Preparaos, seguramente nos encontraremos con no-muertos, es lo que nos podemos esperar de la combinación de un túnica negra y un cementerio. A partir de ahora, hablar solo lo imprescindible y en voz muy baja.

Asintió a las palabras del humano giganton y se preparo para entrar en cabeza, sabía porque ella debía ir junto con los primeros, veía en la oscuridad y era bastante ágil y rápida, así que obedeció sin rechistar. Además formando equipo con Taben y Biagron se sentía más cómoda y segura. Sabia que si necesitaba protección ellos se la darían y si encontraban muertos vivientes como pensaba Anubis, Baigron fue realmente una suerte cuando se encontraron con los mismos, expulsándolos varias veces. Fue por eso por lo que lo miro cuando Anubis comento lo que temía, sabía que le gustaban tan poco como a ella.

Cogió su ballesta y se preparo para cuando decidiesen entrar. 

Tarben se habia quedado en shock desde que trataran con esa madre desamparada.

Se quedo callado porque no supo como responder. Aunque el joven escudero hablase a veces como una persona mucho mas experimentada, en momentos asi se hacia evidente su inexperiencia.

Luego estaba el tema del vampiro... Por supuesto él sabia todo aquello de los seminarios que le impartian en la capilla... Quizas por ello estaba mas preocupado...y asustado, un vampiro era mucho mas duro de lo que sus compis creían. Por momentos dudaba de que fuese un vampiro, por logica o temor, su cabeza no veia una vinculacion clara entre hechos y suposiciones.

Tarben se encontraba con la cabeza loca cuando oyo su nombre y le devolvio a la realidad (los porrazos del draconiano no fueron sufiente, el estaba muy metido en su mundo de reflexiones)

Trincó su escudo, dejó la espada envainada. Cogio la iniciativa.

-Venga, colocaros tras de mi.

Kartag asintió ante las palabras de Leviathan de entrar en formación, puesto que si había algún mal, este los estaría esperando. Para que andarse con sutilezas, que aquel que se oculte en las sombras los tema.

Entremos pues y encontremos algo que nos pueda ayudar en nuestra misión contra el hechicero! Esta cripta forma parte de este rompecabezas.

Entrando con su compañeros de viaje en aquel lugar sin temor alguno.

El minotauro asintió. Él cerraría la comitiva, atento a la retaguardia para que nada ni nadie les cortara el paso. Con su sable de fuego desenvainado aportaba algo de luz a aquel siniestro lugar.

Una vez preparados, el grupo emprende el camino hacia dentro de la vieja ermita. La puerta, oxidada por años de maltrato por parte del frio y humedo ambiente del bosque de montaña gimió con voz inmortal al empujarla con el escudo el Escudero de la Corona. Construida para los cánones humanos, tanto los Draconianos como el Minotauro teneis que agachar un poco la cabeza para franquearla, pero una vez dentro, el techo se muestra a unos 15', a la luz que, radiante, ofrece la vara de Anubis.

Nada mas empezar a entrar, el frio húmedo del interior os da la bienvenida, junto a un ambiente, también húmedo, y cargado por decadas de no renovarse. Mas allá del area de luz ofrecida por el mago, podeis observar lo que se vislumbraba desde fuera, una planta rectangular, sustentada por columnas, entre las que se encuentra una raida alfombra de grueso gramaje. A ambos lados, podeis ver tapices, sin duda de bella factura en su época, pero ajados por la humedad actualmente. El suelo, de losa, resuena con vuestros pasos, mandando un eco hacia el fondo de la edificación, que no parece encontrarse mucho mas allá del area de penumbra...

Todos, excepto Anubis, que concentrado en su conjuro, no se da cuenta del matiz, escuchais un sonido que viene de la oscuridad de mas adelante: el ruido de roce de algo contra el suelo de piedra, así como un tintineo leve de metal!!

Kartag enfoco su aguda vista, ya que era capaz de ver en la oscuridad mas absoluta gracias a su herencia draconica, pero no pudo, al tener el foco del conjuro de luz entre él y la misma. Mientras, intentaba averiguar que era lo que se ocultaba en aquella sombra, a la vez que preparaba su espiritu y cuerpo mediante la inhalación profunda y exhalación leve, que le prepararía para reaccionar rapidamente mediante un ataque mortifero de sus puños de acero.

Su fino oido le decía que pronto empezaría a ver con más claridad en aquella oscuridad,...

Vuestra visión, acostumbrada a la ausencia de luz en la Suboscuridad, y dado que la fuente de luz está a vuestras espaldas, os permite observar con total nitidez toda la sala, de unos 40' x 80':

Al fondo, un pequeño estrado, parece albergar un altar, cubierto por una podrida tela rojiza, y a ambos lados, parece haber unas pilas de marmol oscurecido. A la izquierda, cerca del final, unas rejas parecen dar entrada a alguna otra estancia...

... pero lo que mas os llama la atención, y origen del claqueteante ruido, es el par de esqueletos de algun tipo de humanoide mayor que un humano que se acercan hacia vosotros, uno portando una guja, y el otro, un escudo de acero y una maza coronada por una bola con pinchos (Maza de Armas)!!!:

Un cierto repelús recorre vuestra espalda al recordar la carrera por vuestra vida, perseguidos por la horda de muertos vivientes, hace tan solo unos cuantos dias...

El pelo de la nuca del minotauro se erizó cuando aquel ruido llegó a sus oídos. No estaban solos. Agarró con fuerza el arma y el escudo y aguardó expectante a ver qué sucedía.

El alto guerrero con su arma desenfundada junto al conjurador está en tensión esperando acontecimientos. No es un entorno de batalla propicio. A las malas hay material a nuestro alrededor que puede prender, sin embargo eso consumiría el aire y se llenaría de humo rápidamente...

Al ver aquello, abrió los ojos desmesuradamente y miro a Baigron, recordaba con demasiada nitidez cuando escaparon, no sin dificultad, de los no-muertos. Cargo su ballesta de mano, pero ya sabía que no les haría mucho, quizás podría traspasar la armadura, pero contra un esqueleto...

-Chicos dos esqueletos, armados hasta los dientes, más grandes que un humano- informo a los demás que aún no veían -creo que es hora de que uséis magia sagrada o algo parecido- miro a Baigron -Si has dejado de creer en tu dios, es momento de volver a hacerlo, como hiciste bajo tierra- y apunto a uno de los esqueletos disparando, pero recordar lo que pasaron bajo tierra no el ayudaba y fallo el tiro.

 Al escuchar a Desdemona, no pude más que ponerme en guardia, mientras decía a mis camaradas, mientras esperaba a que los esqueletos entraran a mi radio de vista:

 - ¡Atentos por si surge algo más!.

El aviso de su compañera, con mejor capacidad de ver incluso en la más absoluta oscuridad, pillo al baaz ya agarrando su Medallón de la Fe: - Que fe?? Mi Dios me abandonó... Quien coño responde ahora a mis plegarias...??, pensó, mientras aquellos siervos de la Muerte se dirigían hacia ellos, con un brillo lúgubre en el fondo de sus cuencas vacías.

Con Fleshrend en una mano, y el medallón de  El Único en la otra, el descontado era la viva estampa de lo que siempre había soñado representar: Fe y Acero, Acero y Fe, a partes iguales. Emitió un gruñido sordo y, en el cortante y siseante idioma de su raza, levantó el medallón ante él, y pidió, a quien fuera que hubiera recogido su traicionada fe, que expulsase a aquellas repulsivas criaturas.

Avanzo hasta ponerme delante de mis compañeros (E10) Armado con el escudo delante y voy sacando mi esapada...aunque sea poco útil en momentos así. Luego me quedo atento con intención de atraer a los esqueletos y bloquear los golpes.

- Yo los atraeré, preparad para atacar!

....

Eso es lo que pensaba hacer, cuando se dió cuenta de que ya sus compañeros se estaban moviendo, intentó reaccionar de la misma manera, sólo que se colocaría cerca de un aliado si esos monstruos arremetían contra alguno de ellos.

Las acciones se fueron sucediendo, la mayoría, preparatorias, pues solo Baigron y Desdemona habían visto al enemigo: mientras el Draconiano usaba su poder para expulsar a las repugnantes bestias, Desdemona apunta y suelta un virote de su ballesta que se pierde un poco lateral a uno de los esqueletos.

Tampoco tuvo mucha mas suerte Baigron, que tuerce el gesto, mientras piensa, convencido de que debería haber tenido éxito en su expulsión: - Que es, otra nueva broma de Aquel que me ha acogido?? Pues no me hace ninguna gracia!!, mientras levanta su Espada Bastarda, dispuesto a hacer frente a los muertos vivientes que, soprendentemente, habían resistido a su poder.

El ruido de los pasos, junto al tintineo de metal, se acercaba, y todos los que solo veían negra oscuridad mas allá de la luz estaban convencidos de que, en breve, los esqueletos de los que Desdemona les había advertido estarían encima de ellos. Cada uno se prepara para el combate a su manera, mientras Tarben se adelanta un par de pasos, y levanta el escudo, dispuesto a recibir a los muertos vivientes, y dar tiempo a sus compañeros para que los abatan...

Comienza el Round 1 de combate. Lo paro aquí porque, como habeis ganado la iniciativa, actuais antes de que los esqueletos lleguen a la zona iluminada. De momento, solo Baigron y Desdemona continúan viendo mas allá de la zona de luz. Si alguien quiere, aunque se que lo sabeis, podeis "Retrasar Acción" hasta que los Esqueletos se asomen, y entonces, actuar antes que ellos, quedandoos entonces en ese segmento de Iniciativa para el resto del combate.

Por cierto, perdonad, pero en el mapa del R0, no había alineado las casillas del mapa con las de Roll20, por eso sale un poco deslabazado. Este ya está bien.

Desdemona y Baigron, ya no nos actualizo mapa. Simplemente veis que los Esqueletos están a punto de salir a zona iluminada, por e9-f9, ok?? ;)

MAPA Round 1

INICIATIVAS

22 Desdemona

21 Baigron

20 Kartag

20 Leviathan

17 Anubis

14 Esqueleto 2

11 Zoak

11 Esqueleto 2

3 Tarben

¡¡¡Turno de Desdemona!!!