Partida Rol por web

Dailena

Cuando el lobo cae gracias al trabajo en equipo suelto una medio sonrisa. Luego sin pararme a pensarlo me muevo para tener a tiro al mago rojo. Glavra parece haber ido sola y necesita refuerzos.

"Esta bien que seas rebelde, pero eso no ayudará a que salves el culo. ¡Maldita sea!" pienso mientras me coloco para apuntar al mago rojo.

No tardo ni un segundo en apuntar y lanzar la flecha sintiendo una extraña fuerza dentro de mi.

Sin embargo, la flecha no alcanza su objetivo. Aunque magníficamente apuntada esquiva a la compañera barbara, antes de llegar al mago rebota en el aire y cae al suelo inexplicablemente, como si hubiera chocado con algo en el aire!!!

Al ver a la Barbara ir a por ellos, el mago no parece inquieto. En su lugar, vuelve a usar la varita, golpeándola nuevamente con otro proyectil!

-Guarda tu distancia, esclava. Soldado, ocupate de ella. +ordena, mientras retrocede un paso para no ensuciarse.

Su ultimo lobo, entretanto, vuelve a intentar morder al enano paladin. Este se pone a la defensiva, cubriéndose con el escudo, pero el feroz animal logra quebrar su guardia por el flanco y herirle nuevamente en el muslo, ahora si poniendo en peligro su vida!!

Mago Rojo

Fivo

Continúa tocando, desesperado, manteniendo el animo de todos para que la batalla mejore su curso. Pero las cosas lucen difíciles…

Como el fiero enano que era, Thorstein resistió con ferocidad y determinación el ataque de aquel lobo. Si bien no estaba logrando vencer a aquella creatura por su aun poca experiencia en combate, su aprendizaje como paladín de Clangeddín Bargênta si estaba dando frutos y el enano estaba resistiendo como una montaña.

Pero la nueva mordida, le hizo ver las estrellas de dolor, al tiempo que sus fuerzas flaqueaban...

Thorstein

Soldado

Al ver aproximarse a la orca prepara sus cuchillos. 

Ya sabe lo que el amo hara con la irrespetuosa. Solo debe detenerla.

Gruño al recibir el impacto de la bola de fuego, desgraciadamente no he podido alcanzar a los dos humanos y me he quedado en una posición bastante vendida pero sorprendentemente el soldado humano no me ataca.

Es muy amable por su parte, pero yo no lo seré tan considerada.  -Ríndete ahora que puedes- Le digo al mago.

Pero la hoja no llega al blanco. El soldado, prevenido, bloquea el impacto cruzando los cuchillos y contiene a la Barbara! Esta siente tambien como una corriente de aire que le roza el rostro, agitandole el pelo... surgida de la nada.

Glavra

Melrone

Melrone le dedicó una tranquilizadora sonrisa a Daren cuando este vio que ya no había peligro. Tras acabar con el lobo, el anciano vio como Glavra se dirigía hacia el mago rojo y el soldado thayano.

- ¡Ahora es nuestra oportunidad! ¡No lo mates! - Le gritó esperando que sus palabras llegaran a buen puerto.

Sin perder un segundo y animado por las palabras del joven Fivo, Melrone dio la vuelta para ver cómo estaba su compañero enano. ¡Maldición!

- ¡Aguanta Thorsteinn!

Rápidamente, el clérigo fue junto a su compañero, levantó su pesada maza y la descargo sobre el lobo con la intención de aplastarle el cráneo.

Se había salvado. El mago rápidamente saco la poción que le había dado Windle y la bebió, para sanar sus serias heridas… Al instante se sintió mejor, mientras la magia cerraba las lesiones, dejando solo los huecos en la ropa!

Daren

Dailena

Esta vez he hecho un mal tiro, pero aún así la flecha ha volado hacia donde debía aunque algo extraño ha pasado.

-Tiene un maldito escucho protector-digo en voz alta para que mis compañeros puedan oírlo.

"Ahora ya sé qué es lo que has hecho antes, maldito" pienso sin lograr entender de donde saco esa agresividad.

Uno de los enanos tiene problemas, pero cerca suyo están muchos de nuestros compañeros. Glavra también tendrá problemas si alguien no le sirve de apoyo, así que sin más doy un paso a mi derecha para tener en mi objetivo al único guerrero que queda, aquel que parece proteger al mago, y disparo otra de mis flechas, esperando que esta vez sea más útil.

Pero vuelve a suceder lo mismo. La flecha choca en el aire a unos pasos del soldado, cayendo detrás de Glavra!

Sin inmutarse, el mago busca en su bolsa y saca un par de pequeños objetos, que sostiene en su palma mirando a Glavra. Intenta apuntar pese a que esta se encuentra trabada con el soldado.

-Saggita acidum.

Una flecha verde se forma en ella, una saeta que sale disparada hacia la orca!. Por fortuna para esta, el proyectil no la alcanza, pasando por los pelos a su lado!

El lobo herido por su parte, se vuelve hacia Melrone para devolver con sus dientes el daño de la maza, pero este logra esquivar los feroces colmillos…

Mago Rojo

Fivo

Todo el mundo estaba siendo herido mientras el gnomo solo tocaba y tocaba, cada vez perdiendo el aliento con más frecuencia y con unas solitarias lágrimas recorriéndole el rostro. Cuando uno de los enanos cayó sangrando tras el ataque de un lobo, Fivo no pudo soportarlo más y se apresuró a ayudarlo conteniendo un gemido de angustia.

El liquido pasa por la garganta del enano, quien siente como sus fuerzas regresan un tanto…

Thorstein había caido y ahora luchaba por sobrevivir y no ser un estorbo para sus compañeros.... Gracias a la ayuda de Fivo, sin embargo, ahora podría volver a la lucha. Rodando sobre si mismo se aparta del Lobo, hasta chocarse contra el farallón de piedra con un estruendo metalico. Pero ahora tiene de donde apoyarse y se incorpora, presto una vez mas!

Thorstein

Soldado

Tras bloquearla, el soldado ve fallar la flecha del señor y cambia de intención, buscando apuñalarla rápidamente. Pero su hoja tropieza con la cota de Glavra.

El aviso de Melrone me llega después de pedirle al mago que se rinda. De no estar sumergida en combate podría los ojos en blanco ante el capitán obvio, pero desgraciadamente ya he sufrido mucho daño y no se cuanto tiempo más podré aguantar si no finiquito esto rápidamente. Entre mi vida o la del mago tengo claro cual tiene preferencia, le he dado la oportunidad pero si no quiere rendirse no puedo hacer más.

GGGGRRRRRRRRUUUUUUUUUUUAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! – Con un alarido desafiante abandono todo autocontrol para entrar en Furia. - Detén esto – Le digo al guardia desafiándolo a detener el mandoble que desciende sobre su cabeza con suficiente fuerza como para partirle en dos. 

Por supuesto, con la guardia baja el soldado no tiene oportunidad.

Glavra

Melrone

El lobo parece que ha cogido a Thorsteinn y no está dispuesto a soltarlo. El anciano piensa que antes de curarle, lo prioritario es lograr que el animal le suelte, por lo que intenta volver a golpear al agresor con su maza.

Pero el lobo, que si ha soltado a su presa para volverse hacia su heridor, esquiva este nuevo ataque..

Recargo la ballesta, preparado para disparar al mago rojo, que ya lleva bastante tiempo libre de ataques... si lo dejamos mucho más posiblemente se convierta en un enemigo demasiado peligroso.

Pero el disparo no tiene suerte, sale muy alto, perdiéndose en las piedras del valle.

Daren

Dailena

-¡¡OH, POR MI DIOS!!-chillo de rabia cuando veo que mi flecha vuelve a rebotar en un escudo transparente.

Glavra parece apañárselas bien, así que me coloco para disparar al lobo que queda y que parece poder con todos los que allí se han reunido.

-¡Ya vuelvo Glavra!-le chillo a la semiorca antes de lanzar mi flecha para acabar con ese lobo rebelde y esperándo que el resto vaya a echarla una mano cuando el lobo esté aniquilado.

La saeta pasa junto a Thorstein y se impacta en el lomo del animal, que ya herido por el enano se desvanece en una nube de humo.

No esperaba que la flecha fallase y eso lo sorprende muchísimo, puesto que alza las cejas, entreabre la boca y retrocede rápidamente del amenazante espadón, mientras busca algo en su bolsita. Rápidamente encuentra el componente adecuado, conjurando sobre la barbará.

-Fulgurans!

Una nube de partículas centellantes resplandece sobre Glavra, y el area que la rodea, brillantes como pequeñas estrellas. Las piedras se cubren del ligero manto blanquecino, pero esto no es lo malo. Sino que los ojos acostumbrados a la oscuridad de la semiorca parecen resentirlo tremendamente, puesto que queda cegada en el acto!

Mago Rojo

Fivo

Había faltado poco, pero el enano al fin estaba fuera de peligro. Sin embargo no podía decir lo mismo de Glavra, que se encontraba ahora frente al mago rojo, que no paraba de atacarla con su magia.

Sin saber muy bien si serviría de algo Fivo rodeó el altar, y cuando pudo ver claramente al hechicero sacó su arco, preparado para usarlo si veía la oportunidad.

Thorstein aceptó de buena gana la poción que le tendía Fivo y enseguida se levantó preparándose para entrar de nuevo en combate acercándose un poco para luego atacar al lobo. No si antes agradecer con un gesto al gnomo, al cual de cierto modo le debía mucho en aquella batalla.

Su ayuda contra el lobo ya no era necesaria, por lo que solo quedaba un rival a por cual ir. Pero avanza cauteloso, por el polvo brillante que quedo donde estaba la barbara

Thorstein

¡Bien! Este no era un fantasma. -Pienso al sacar el mandoble del cadáver con la hoja tinta en sangre.  ¡Tempus, mírame! Un nuevo muerto, una nueva plegaria al Dios de la batalla.

Avanzo hacia el mago mientras levanto el mandoble con una sentencia de muerte en la mirada, sonriendo al anticipar la victoria ahora que ya no tiene quien le defienda. Ya le di al mago una oportunidad de rendirse, no me gusta repetirme ni hacerme de rogar, así que si espera vivir más le vale suplicar por su vida.

Pero el polvo brillante cambia todo. De pronto el mago desaparece, reemplazado por un terrible destello, y el oscuro paso se vuelve insoportablemente luminoso.

Glavra

Melrone

Este último lobo debía de ser el más listo de la camada puesto que estaba resultando ser el más difícil de matar.

- ¡Buen trabajo, Fivo! - Comenta el clérigo dirigiéndole una afable sonrisa al gnomo cuando se da cuenta de que este había rescatado a Thorsteinn.

Y para mayor alegría el lobo se desvanece. Solo queda una cosa por hacer, al parecer.

- Vamos a necesitar tu ayuda, seguidor de Clangeddín. - Dice sin perder de vista al mago, avanzando a la par del paladin, pero tambien con cautela ante la zona rodeada de polvo...

- Maldita sea - Dice Daren tras ver como la flecha se va sin impactar en su objetivo. Da un suspiro y toma aire tratando de relajarse mientras recarga la ballesta sin perder de vista al mago... Tengo que darle, aunque sea eso provocará que se desconcentere... espero.

Una vez la flecha cargada apunta de nuevo y aprieta el gatillo mientras suelta la respiración... y el virote distraídamente recargado se zafa de la cuerda, yendo a pegarle con las plumas en la nariz. El mago queda ligeramente desorientado ante tamaña pifia…

Daren