Partida Rol por web

-Lamentablemente, no tengo todavía un hechizo de fuego en mi libro de conjuros-

Decía al acercarme al grupo, tomando de mi zurrón el libro para empezar a rebuscar y asegurarme, revisando página tras página por los conjuros.

-No... No hay nada de momento...-

Dicho aquello resoplaba antes de ver a Fivo encender la antorcha, asintiendo.

-Aunque la idea de Fivo no está nada mal pensado-

Busquemos hacia el norte ahora, dijo el enano tras tomar 2 de las pociones que estaban en el suelo, una más la tenía Fivo, y una ultima la dejo para la orca que seguramente la necesitaría, por más orgullosa que fuera.

Tras beber estas dos pociones y guardarse una última, que era la que había traído con él, el enano estaba como nuevo y listo para continuar. Habiendo un gran botín en el suelo, el enano le preguntó a Melrone, -¿Crees que tu burro pueda cargar con parte del botín?, de lo contrario habrá que capturar a ese mago y volver por lo que podamos cargar antes de ir al campamento- señalo el enano esperando a que la orca les diese noticias. Si no había nada bueno, habría que ir al norte.

Al llegar al extremo del valle, donde este se angosta, ves que dobla a la derecha en un estrecho pasaje de solo 5 o 6' de ancho y 20' de largo.. y que esta cerrado al final con una pared de roca elevada. Es un camino sin salida.

No obstante, no hay ni rastros del mago que escapo por esta parte, así que alguna debe haber; tambien seria posible trepar las rocas, pero tomaría su tiempo y no seria fácil. Ni que decir que es dificil imaginar al thayano subiendo con sus tunicas de esa forma...

Mmmmmm, ese mago ha debido meterse por alguna parte – Comento, hablando sola y  rascándome la cabeza confundida. Un mago trepando con túnica y todo… no lo veo. ¿Una puerta secreta tal vez?

¡Despejado!- Les grito a los que han quedado atrás. -Es un túnel sin salida.

Antes de regresar con los demás me pongo a toquetear la pared en busca de alguna puerta secreta o algo.

No encuentras nada, la pared parece solida y ningun detalle te llama o da señal de que oculte algo, salvo la imposibilidad logica. Si hay una puerta secreta o algo, esta muy bien oculta sin duda. Con razon los exploradores todavía no avanzaron mas allá de este punto.

Mientras los demás debaten como disponer del botín, Fivo tiene la idea de probar el fuego de la antorcha con la tela y esta es bien recibida. Esta prende nada mas golpear con la misma, quemándose un buen trozo (una casilla de 5x5’)… Los hilos arden como madera seca. Parece una buena forma de acabar con la tela en poco tiempo, o al menos abrir un camino por la misma.

¡Despejado!- Les grito a los que han quedado atrás. -Es un túnel sin salida.

Es lo que dice Glavra desde el otro lado de la tela, entretanto. Parecen tener unos momentos de descanso mientras se reunen...

Regreso aprovechando el paseo para desperezarme con gesto cansado, aún me dura la resaca de entrar en furia.

Es un túnel sin salida- Comento al llegar a su altura. Parece que fin han liberado al enanito y están quemando la telaraña. ¿Cuántos han tenido que ayudarle para hacer lo que yo he hecho sola en un plis plas? -Pienso divertida por la comparación de fuerza.  

-Al fondo hay un pasaje corto y muy estrecho, por el que solo se puede pasar de uno en uno y termina bruscamente en una pared de piedra.  Es como si el mago se hubiera esfumado, es muy raro, o ha usado magia o tal vez haya una puerta secreta o algo así. Es muy probable. Quizás Fivo pueda ver lo que a mi se me escapa. -Le digo al gnomo, sugiriéndole echar un vistazo - Pero aunque hubiera una puerta, creo que deberíamos volver hacia la luz y terminar de explorar este sitio antes. - Les comento, esperando su opinión.  

Mis ojos enfocan el fuego y lo miran avanzar destruyendo las telarañas a su paso. Lo miro deseando que no se descontrole y es entonces cuando escucho la voz de Glavra llegar desde la lejanía. Me aproximo a ella despacio.

-Si es un callejón sin salida ese maldito mago debería estar por aquí, ¿no? No conozco muy bien las artes de esos malditos, pero ¿pueden esfumarse en la nada?-luego recuerdo lo mal que estaba la semiorca cuando logró zafarse de esas telas-. ¿Cómo te encuentras?

Vigilo espectante por si algo nos pudiera sorprender de improvisto.

Thorstein se mantuvo en silencio, esperando por el proceder de sus compañeros. En lo personal iría de inmediato al norte, y buscaría por allí a otro de esos malditos magos en vez de buscar en un pasadizo estrecho donde podrían emboscarlos o tenderles trampas. No obstante, había buenos exploradores con ellos por lo que era mejor que él se mantuviese al margen.

Al final Fivo había encontrado cierto entretenimiento quemando la telaraña. Ya había abierto el camino y estaba en cuclillas atizando unos restos persistentes del suelo cuando Glavra volvió, informando sobre el lugar donde había desaparecido el mago.

- ¿¡Una puerta secreta, en serio!? - el gnomo dio unos saltitos de la emoción, pero se interrumpió bruscamente y miró a Glavra con cara de pena y sus puntiagudas orejas medio caídas. - Pero... si es secreta no se si seré capaz de encontrarla. Aunque puedo probar una cosa. No tardaré. - Sin dar más explicaciones, el Fivo pasó tras la semiorca hasta que fue capaz de ver la cueva que había mencionado. Desde la entrada, comenzó a tararear una melodía al tiempo que se esforzaba por no pestañear, ayudándose además por la antorcha que aún sostenía en la mano.

El anciano quedó pensativo ante la propuesta de Thorsteinn. Él era un amante de los animales y veía a su burro no como un instrumento que las personas utilizaran para lograr sus propósitos, sino como a un fiel compañero. Por esta razón, no le gustaba abusar de las capacidades del animal y nunca le cargaba de más, procurando siempre ponerle los bártulos que le resultaban imprescindibles.

Si otra persona le hubiera hecho aquella proposición la habría rechazado tajantemente, pero proviniendo de su compañero enano debía sopesarla.

- Está bien. - Respondió finalmente con una afable sonrisa. - Pero solo tenéis permiso Fivo y tú. - Levantó el dedo índice expresando una orden y cambió su expresión a una más seria - Y no seáis codiciosos. Si le cargáis demasiado, tiraré cosas.

El clérigo se colocó cerca del burro, esperando a ver qué objetos decidían guardar sus compañeros y valorando si el peso sería demasiado para el burro o no. Después escuchó lo que había descubierto Glavra y como le pareció bien la idea de que Fivo explorara aquel pasaje, se situó cerca de él por si necesitaba ayuda y se quedó callado al margen, esperando la actuación de su compañero gnomo.

La "cueva" es mas bien un pasaje estrecho, de unos 5 o 6' de ancho y 20' de hondo, entre dos enormes farallones. Tal como la semiorca anticipara, esta cerrado, terminando en una elevada pared de piedra irregular. Tal vez fuera posible trepar por la misma, pero no seria ni seguro ni recomendable... y dudoso que el mago lo usase.

Al conjurar detectar magia, sin embargo, puedes notar que dicha pared del fondo irradia una poderosa señal, tras concentrarte unos segundos sabes que de fuerza moderada. Evidentemente, ese muro de cierre lleva encima un poderoso conjuro, aunque por desgracia tus conocimientos arcanos son insuficientes para sacar mas datos.

Los demas esperan entre tanto tu regreso.

- ¡Lo sabía! - exclama Fivo más contento que unas castañuelas - Eh, chicos, el muro del fondo es mágico, el muro es mágico. - explicó el gnomo entre saltitos de emoción cuando volvió a la carrera con sus compañeros.

- Es un hechizo de... ehhh, sirve para... - Fivo no tenía ni la más remota idea de lo que hacía mágico a ese muro, pero se había entusiasmado demasiado - Daren, explícaselo tu. -

Al escuchar las noticias de Fivo, Melrone se acercó hacia el aquella pequeña cueva.

- Buen trabajo, Fivo.

Mientras esperaba a que Daren les explicara los entresijos de aquel hechizo el anciano, llevado por su curiosidad, se acercó hacia el muro e intentó recordar algún pasaje de los diversos manuscritos de hechicería que había leído mientras permaneció recluido en las montañas. Quizás pueda recordar algo sobre esto.

-¡Genial!-digo cuando el gnomo comenta su descubrimiento.- Buen trabajo- le dije a la par que el anciano se acercaba al muro.

La magia siempre me había fascinado y me gustaba observar como los magos se las apañaban con sus conjuros, pero ese dichoso mago rojo nos ha ganado esta vez.

Glavra comenta que deberíamos acercarnos y echar un ojo al altar, lleva razón así que mientras el anciano hace no sé muy bien qué me acerco al altar con determinación y echo un vistazo.

Respiraba profundamente mientras me acercaba junto al resto, cruzándome de brazos hasta llegar a Fivo el cual parecía quedarse sin palabras al no saber mucho de magia, pero haber detectado.

-No se como es exáctamente de mágica. Pero la habrá puesto para bloquear nuestro avance y cubrir su huida. Quizás sea solo una ilusión o a lo mejor es una pared corrediza activada por magia.-

Retomé un poco el aliento antes de posar mi mano contra la pared, acercándome con el resto del grupo a esta, tocando esta lentamente.

Ninguno de los dos tiene idea de cual puede ser el hechizo; puede ser una ilusion, una proteccion, una trampa, o quizas un remanente de otro conjuro. Todo lo que ven en el fondo del estrecho corredor es una elevada pared de piedra irregular.

Melrone echó un vistazo a aquel muro pero no le pareció haber visto un hechizo como aquel entre los manuscritos que había leído. O quizás es que mi memoria ya no sea tan buena como antes. Tras su intento fallido, retrocedió junto al grupo.

- También podría ser una trampa. - Puntualizó a lo dicho por Daren. - No sé como deshacer el conjuro. - Comentó visiblemente decepcionado pues Fivo había logrado su parte del trabajo y él había sido incapaz de ayudarles.
- Quizás será mejor continuar explorando.

El anciano volvió entre sus pasos y en un cadáver de uno de los soldados vio la poción que Thorsteinn había dejado libre para la orca. Se acercó a recogerla y después se la entregó a Glavra.

- Toma. Es de parte de Thorsteinn. - Esperaba que aquel gesto de buena voluntad mejorara las relaciones entre el paladín y la guerrera.

Y sin esperar a la respuesta de la semiorca, volvió a situarse al lado del burro y esperó a la decisión del grupo.

Asiento cuando el gnomo descubre la puerta mágica. -Sabía que ahí había truco y que el gnomo podría dar con ella.

¿Una ilusión? - Al escuchar a Daren me rasco la cabeza- Yo estuve tocando el muro buscando alguna rendija o alguna puerta secreta y me pareció sólido ¿Podría una ilusión engañar al tacto? – Le pregunto sin estar muy convencida.  – De todas formas no os entusiasméis demasiado con el muro - Les digo por segunda vez - Hemos dejado muchas zonas inexploradas a nuestra espalda. Deberíamos terminar lo que empezamos – Añado señalando a Dailena con la cabeza, que se dirige sola hacia el altar. -Curioso que ahora nadie grite “equipo, equipo” ni se rasgue las vestiduras.

Ante las palabras de Melrone me limito mascullar algo parecido a un gracias mientras recojo la poción que me ofrece, sin hacerle ascos a una poción venga de donde venga. Me la bebo de un trago y arrojo el frasquito vacío a un lado antes de ponerme al trote para alcanzar a la elfa. Si hay juerga no quiero perdérmela.

-Las ilusiones pueden engañar a todos los sentidos, Glavra. Incluido el tacto, aunque no lo creas. Puede parecer completamente real pero sin embargo no es algo que esté allí.-

Dicho aquello negué lentamente.

-Ahora debemos centrarnos en intentar explorar todo lo que haya antes de intentar buscar una solución para lo que nos hemos encontrado.-