Partida Rol por web

Suelto un pequeño gruñido al ver mi tiro errado.

-No digas tonterías-le espeto al enano mientras vuelvo a tensar mi arco.

Luego al escuchar los ruidos a mi espalda y ver que tenemos algo más de ayuda no puedo evitar sonreír.

-Pues no nos vendría mal-le digo con una sonrisa mientras vuelvo a tensar la cuerda de nuevo y dejo volar la flecha deseando dar en alguna parte blanda de ese bicho.

Fivo apenas si se da cuenta de la aparición de Windle. Estaba muy preocupado por Melrone, que aunque se había tomado la poción aún no había tenido tiempo de despertarse; Glavra aún estaba en el suelo moribunda y él no tenía más pociones que darla. Y aún peor, el mago acababa de ordenar a su otro soldado acabar con ellos.

- ¡Eh tú, estúpido trozo de chatarra oxidada! - gritó al caballero con armadura en un intento por distraer su atención de los más vulnerables. - Ven a enfrentarte a alguien de tu tamaño. Si quieres acabar con ellos, antes tendrás que pasar por encima de mí. -

El enano Paladín no dudo en aprovechar el error de aquella bestia que intentaba lanzarse contra la elfa y de inmediato se fue contra está golpeándolo en su movimiento para luego atacarle de nuevo con mucha mas dureza.

El simio al sentir el dolor parece que se decanta por la bienvenida en lugar del enano, lo que espero que le de algo de margen al enano a atacarlo y herirlo aún más. Aunque esta vez no estoy sirviendo de mucha ayuda no cesaré en mi intento de darle en alguna de las pocas partes blandas que tenga en su gigantesco cuerpo.

Melrone permanece unos segundos observando a la semiorca, quien no parece despertar de su letargo. ¡Maldición! Estas heridas son más profundas de lo que pensaba. El clérigo levanta la mirada y se da cuenta de que el soldado thayano ya está de vuelta. No hay tiempo, necesitamos a la guerrera. Potenciaré el conjuro con esta poción.  De uno de sus bolsillos saca la poción que les habían proporcionado en el campamento y se la da de beber a Glavra.

- ¡Uy! - Se le escapó a Fivo al ver cómo el soldado que había huido por la magia de Daren volvía con cara de malas pulgas. O al menos así era como se imaginaba su cara bajo el casco que la tapaba. - Lo siento no me refería a ti con lo de chatarra oxidada, me refería al otro. -

Al fin Melrone consigue reanimar a la semiorca, pero no hay tiempo para formalidades puesto que el mago ya está a la huida y el soldado thayano se encuentra encima de ellos, bloqueándoles el paso. El anciano levanta su maza y la deja caer fuertemente sobre su enemigo, apuntando a su yelmo con la intención de destrozarlo.

Parpadeo un par de veces confusa y me incorporo un poco hasta orientarme, lo primero que veo es la barbuda cada de Melrone. Ya era hora ¿Porqué habéis tardado tanto?  -Le recrimino levantándome con un gesto de dolor. 

El combate sigue exactamente igual que como recuerdo, durante mi siesta no han eliminado ni a un solo enemigo....  si esque lo tengo que hacer todo. - Pienso lanzando un brutal tajo contra el desprevenido soldado que si no lo parte en dos, poco faltará.

Ahora que el soldado se había acercado Fivo no podía usar su arco ni recoger su daga, aunque no creía que fuera a hacerle mucho daño en ningún caso. Incapaz de decidirse a atacar, el gnomo rodeó al soldado por la izquierda, obligándolo a girarse para ofrecer su desprotegida espalda a Melrone.

- ¡Chicos, perseguid a los otros; este no se nos escapa! -

Apretaba los dientes, completamente desconfiado mientras me dirigía a algún punto desde el que tuviera al alcance a aquel caballero contra el cual Fivo y Melrone estuvieran. Debería estar preparado, atento, por lo que me quedo en silencio apuntando desde mi nueva posición, apontocando la rodilla en el suelo y con la ballesta apuntaba fijamente.

Por fin el gorila ese desaparece dejando una nube de polvo a su paso después que le den un buen golpe para mandarlo al infierno.

Sin pensar me muevo para tener a tiro a uno de los caballeros pues el mago me pilla muy lejos.

El Paladin no tuvo mas que seguir al enemigo, aunque a diferencia de la orca, el era cauto y no avanzó hasta un punto donde pudiese verse comprometido.

Dailena alza su arco una vez mas y dispara al caballero que protege al mago. Tal vez el destino o la suerte, la saeta certera que no logro colocar con el simio logra ponerla ahora en la visera del acorazado hombre, matándolo en el acto mientras retrocedía protegiendo al mago. Es una sorpresa incluso para ella.

Windle pasa a su lado y sonríe levemente, comentando: -Buen tiro. +mientras va a ayudar a los heridos.  Pero estos no la necesitan tan urgentemente, ya que la pócima de Melrone despierta a Glavra.

Fivo estaba entreteniendo al soldado thayano, y se defiende en guardia mientras exclama: - ¡Chicos, perseguid a los otros; este no se nos escapa! – Al tiempo que sus compañeros se le unen. El malherido soldado thayano blande su espada para golpear a la orca cuando esta se incorpora y al enano que la ayudo, pero esta muy débil y falla ambas estocadas. Asi que no puede hacer nada cuando los dos le atacan casi simultáneamente, matándolo en el lugar.

Daren que se preparaba también a darles una mano, debe guardar su tiro para otra ocasión, lo mismo que el golpeado Thorstein, quien rodea el altar por el otro lado.

Al verse privado de sus guardias, el mago rojo abandona toda cautela y trota rápidamente por el pasaje, desapareciendo raudamente en un costado, fuera de la vista del grupo. Tan inesperado como empezara, el combate termina.

Sonrío al hundir el mandoble en la carne del soldado. -Uno menos.- Con un movimiento agil sacudo la pesada arma rociando el suelo con la sangre.  

-¡Ya era hora! ¿Porqué habéis tardado tanto en venir? ¿Estábais de picnic o qué? - Le recrimino a Melrone mientras me bebo una poción de un trago. Me dispongo a enfrentarme al caballero con el que tengo una cuenta pendiente, estuve a punto de matarlo, pero el mago y el otro me lo impidieron. Tres contra una, de no haber estado tan malherida por la caída y el combate anterior no habría sido problema, estuve a punto de matar al caballero de pesada armadura, pero el mago me jodió bien, otra vez. Esta vez no tendrán tanta suerte- Pienso encarándome contra él, pero una flecha vuela junto a mi y lo mata privándome de la revancha.

¡¡Joooo Dailena!! ya lo tenía-  Protesto girándome para darme cuenta de que no es la única elfa del grupo. Con todo no me había dado cuenta de la presencia de la Arpista lo que me hace fruncir el ceño. -El trabajo es nuestro- Le advierto a Windle, viendo peligrar nuestro pago que son nuestro pan con garbanzos para los próximos días. Poco nos pagan como para ir con melindres. -No vamos a compartir la recompensa contigo. Nadie te ha pedido ayuda. Gracias y adios. Nos apañamos bien solos.

Por desgracia el mago pone pies en polvorosa y no puedo continuar con mi diatriba contra la recién llegada. -Ah no. Otra vez no. -Mascullo emprendiendo la carrera tras el mago, dudo que ese alfeñique humano corra lo suficiente como para escapar de mi, a menos que vuelva a usar mágia.

- Hmpf. - Gruñó Melrone al escuchar a Glavra. Con el objetivo de sanar a la semiorca, además de usar uno de sus poderes diarios, también había gastado su única poción. El anciano esperaba un simple "gracias" por parte de la guerrera pero ni siquiera eso era capaz de darle. Los animales por lo menos son agradecidos. Pensó en relación a la vida de hermitaño que anteriormente había llevado.

El anciano silbó para que su burro supiera que el peligro había pasado y pudiera acercarse hasta ellos. - Vamos cortos de suministros, deberíamos buscar provisiones. - Comentó al grupo mientras señalaba hacia los cadáveres. - No me quedan más pociones y tan solo me quedan fuerzas para lanzar un par de conjuros más en lo que queda de día. No es una buena situación. - El rostro del anciano denotaba su preocupación ante aquella situación. El combate los había dejado bastante tocados puesto que la mayoría de ellos estaban gravemente heridos y apenas tenían suministros para tratarlos a todos. - Quizás deberíamos pensar si continuar o...

De nuevo, la guerrera le sacó de sus pensamientos cuando se lanzó a la carrera a por el mago. Aunque la semiorca no fuera de su agrado, era la única guerrera del grupo y no podían permitirse perderla. Silbó a su burro para que de nuevo se quedara donde estara y corrió detrás de ella. ¡Maldición!

Al ver cómo el soldado caía Fivo fue capaz de esbozar una sonrisa. Tal vez el mago se hubiera vuelto a escapar, pero aquella vez les había ido por un pelo. - ¡Hola Windle! - saludó Fivo alegremente miéntras registraba los cuerpos del soldado y el caballero en busca de pociones con que sustituir las que habían gastado, como habían encontrado antes.

- No hagas caso a Glavra, la escuece que se nos haya vuelto a escapar uno de esos magos. Y hablando de escozor. ¿Estás bien, no estas herida? - Luego recordó que cazar a los magos era de hecho la misión que les habían mandado, y probablemente no debería tomarse a la ligera aquél fallo. - Esto... No le digas a knox que se nos han escapado... dos veces... porfa. -

El enano maldijo para sus adentros mientras negaba con la cabeza, esa orca solo haría que les mataran. -Dejadla ir- les dijo a sus compañeros, morir no remunera nada, vivir para otra misión es mejor.

El enano avanzó unos cuantos metros mientras bebía otra poción y observaba la situación a distancia. Si se presentaban enemigos, esta vez no iba a dejar que les tomarán por sorpresa. -Preparen sus armas, si nos atacan de nuevo debemos concentrar nuestros ataques en el más cercano, no olvidemos que somos seis. Ataquemos a distancia y dejemos que se desgasten antes de chocar contra nosotros-.

-¡¡¡Por fin!!!-chilló casi sin darme cuenta al ver volar mi saeta hacia ese soldado,

Ignoro las palabras de Glavra.

-No le hagas caso, es un poco.... especial-le digo a la elfa-. Gracias, por la ayuda. Ese simio iba a acabar con todos y por el otro lado tampoco iban muy bien-le digo amablemente.

Luego, me entretengo en colocar mi pelo que después del combate está desordenado. El olor a naturaleza que siempre lo acompaña se libera y entonces la semiorca lo vuelve a hacer. SE va detrás del mago.

Esta vez la sigo decidida por pillar o acabar con ese maldito.