Partida Rol por web

-Hemos tenido suerte de momento...-

Suspiraba negando, apartándome de mi posición para acercarme al resto del grupo, intentando acompañarlos.

-Melrone, Glavra, Thorsteinn, Fivo ¿Estáis bien?-

Preguntaba pues ellos habían estado más cerca de la acción y por tanto de algo más grave conforme echaba mi ballesta a mi espalda.

Mientras bebes la poción el mago saca una buena ventaja y desaparece de vista tras un pilar. Tiene una vaga similitud con el anterior… Con ese pensamiento rondando echas a correr detrás. Ciertamente eres mas veloz que el, pero no que la magia. El único que te sigue es Melrone, pero ciertamente a un trecho detrás.

Lo positivo es que al voltear el pilar, el mago rojo no ha desaparecido. Su figura destaca arriba de una inclinada pendiente que conduce a la parte superior del monticulo, iluminado por las llamas de un brasero, que descansa debajo de un antiguo altar. Lo negativo es que no esta solo… Dos soldados, otro caballero y cuando apareces, un lobo que se materializa a su lado, se han sumado para reforzarle. Sus miradas se desvían hacia ti casi al unisonó cuando tus pasos irrumpen su reunión.

Otra vez, te toca empezar sola y herida la fiesta.

Windle mira a Glavra con mala cara por sus palabras,  pero como esta hecha a correr son los demás quienes la escuchan.

-Desde luego que tendrán que responder por todo a Knox, detalladamente, además de compartir lo que saquen. Uff… Venia preocupada por la demora y me encuentro con esto…  

Frunce el ceño mirando hacían donde corrieron Melrone y Glavra. Esta última ha desaparecido tras el pilar donde corriera el mago y esta fuera de vista, pero el enano todavía se le ve y oye claramente tratando de trotar detrás de ellas.

-Esos idiotas. Les dijimos que hay tres altares… El mago debe haber ido a por refuerzos y todos aquí medio machucados… Si no se reponen los harán pedazos. +comenta, mirando a los restantes y evidentemente no incluyendose. Una arpista siempre sabe cuando dejar la pelea y retirarse.  

Melrone no pudo responder a Daren pues se lanzó a la carrera para socorrer a Glavra. Sin embargo, las palabras de Windle, una superiora en el orden jerárquico del campamento, le hicieron pararse en seco. Aunque le tuviera poco apego a la semiorca, lo cierto es que era su compañera y él era el encargado de cuidar de todos y cada uno de ellos.

La situación no era nada alentadora y a él se le presentaba un terrible dilema. Glavra se dirigía hacia las fauces del lobo y ellos se encontraban malheridos y sin apenas provisiones para curarse. Seguirla podría acabar con ellos saliendo victoriosos, pero sabiendo que Windle no les acompañaría, sus oportunidades se veían drásticamente reducidas. Por otra parte, volver con su grupo significaría una muerte segura para la joven guerrera. Además, debía considerar que él era una de las pocas personas capaces de curar en el campamento, por lo que su muerte significaría un gran problema para los demás.

El anciano miró hacia la esquina donde ya apenas veía a su compañera, luego llevó la vista atrás donde se encontraba el resto del grupo, y durante unos segundos valoró qué decisión tomar. Finalmente decidió quedarse en el sitio. Pero todavía puede que podamos salvarle la vida, aunque ya es decisión suya.

Cogió todo el aire que pudo y soltó un poderoso grito con la esperanza de que sus palabras llegaran a la guerrera.

- ¡Glavra, no podemos ir! ¡Retírate!

Esperaba que sus palabras le hicieran cambiar de opinión, y decidió aguardar unos instantes por si la semiorca aparecía en retirada. Vamos, sé lista, orca...

- La culpa es de esos magos, que no se dejan coger. - Se excusó Fivo de inmediato, bastante alicaído porque aquella vez no había encontrado ninguna poción, pero a la mención de Windle sobre los refuerzos se le ocurre algo. - ¿quieres decir que esta vez vendrán ellos a por nosotros? ¡Eso es fantástico! Dailena y yo estamos bien, Nosotros dos y alguien más podríamos escondernos ahí detrás*, los demás fingen que huyen, y cuando hayan pasado todos los guardias del mago dejándolo solo, le pillaríamos por la espalda. Esta vez sí que no se nos escaparía. - el gnomo contaba su plan hablando atropelladamente, totalmente entusiasmado con la idea. Ya había olvidado lo que ocurrió la última vez que intentaron pasar ocultos.

-No tiene caso, Melrone solo irás a una muerte segura- exclamó Thorsteein quien no estaba de acuerdo con lo que estaba ocurriendo. -Salvar a un protegido es algo que nunca dudaría en hacer, salvar a alguien clama por tu ayuda es algo que no pensaría. Pero salvar a una orca, necia, suicida y nada agradecida, y que no ha solicitado ayuda de nadie, me parece está muy lejos de ser un acto justo-.

Y sin embargo, el enano avanzó rápidamente hasta tomar una buena posición al tiempo que guardaba su hacha y sacaba una de sus hachas arrojadizas.

-Cierto Fivo, tú y yo estamos bien, pero he de agradecérselo a Windle, porque ese simio iba a acabar con nosotros-le digo al gnomo que ha contado con mi simpatía desde que empezamos esto-. ¿Te echo una mano con eso? -le digo mientras le ayuda a mirar los cadáveres-. Si tenemos que enfrentarnos a algo más deberíamos estar cargados con pociones. A ver si hay suerte-le digo mientras rebusco.

Paso mis manos por todos los lugares que puedo. 

-¿Creeis que es posible? ¿La idea del pequeño Fivo? ¿Ellos nos perseguirían?-les pregunto obviando ya la existencia de Glavra.

Hemos intentado que entrara en razón, pero parece que el trabajo en equipo no es lo suyo y ella ahora estaría muerta de no ser por nosotros.

Ups- Mascullo retrocediendo hasta ponerme fuera de su alcance. -Cuidado Melrone - Le digo al enano que viene tras de mi,  tratando de evitar que se meta en la boca del lobo mientras me preparo para atacar al primero que asome el morro. 

- ¡Glavra, no podemos ir! ¡Retírate!

Un instante después de la advertencia de Melrone, la semiorca retrocede, plantándose frente al clérigo que se ha detenido en su carrera, mientras le advierte.

-Cuidado Melrone -

Casi enseguida se hace evidente porque, cuando un lobo aparece, seguido por un par de soldados... Los refuerzos estan aqui, bajando del monticulo al mismo tiempo que Thorstein tambien llega y ve cumplirse en parte lo predicho...

En tanto revisan, Windle adelanta unos pasos para ojear por el pasillo mientras responde.

-Eso seria lo mejor, si, tomar aire y esperarlos en este sendero lugar estrecho. Lo malo es que son magos… pueden tener algún conjuro preparado contra esa eventualidad.

Por otro lado, mirando bien los cuerpos, Fivo nota que el soldado tiene lo mismo que los anteriores: cota de escamas, espada corta bien afilada, un par de dagas y las necesarias pociones de curar en su cinto.

Danedhira entretanto mira al caballero, el cual viste una imponente y pesada armadura completa, aunque poco común; esta erizada de aristas y con curvas singulares, no como  las que se ven entre humanos de la Costa de la Espada. También tiene un pesado escudo de acero y una espada larga de filo ensangrentado. Curiosamente también lleva un arco corto compuesto y un carcaj de flechas, que desentonan con su aspecto de luchador cuerpo a cuerpo. Y en su cinto se divisan no dos, sino 3 pociones, aunque no son iguales a las otras...

Sin embargo, antes de que puedan tomar nada,  Danedhira  y Windle perciben que sus compañeros en el corredor se han detenido de improviso, y Glavra esta regresándose en retirada… algo malo pasa.

Melrone se alegra al ver a Glavra aparecer de nuevo ante sus ojos. ¡Diantres! Buena decisión, chica. Pero su rostro se tensa de nuevo al ver a la gente que corría tras de ella.

- ¡Retirada! Nosotros también necesitamos refuerzos.

Gritó pensando en que Fivo, Daren, Dailena y Windle no tardarían en aparecer para socorrerles. Comenzó a trotar un par de metros no sin antes girarse y comprobar que sus compañeros le seguían.

-¡Retrocede, Melrone, Retrocede!- gritó Thorstein esperando que su compañero enano tuviese sensatez y no siguiere a la orca en su suicidio. Si luchaban en unidad podrían ganar, pero si seguían actuando así, no tardarían en caer todos.

-Dailena, prepárate para barrerlos con flechas. Intenta concentrar tus ataques en los enemigos mas heridos- le gritó el enano intentando que hubiese algo de orden en la batalla.

Me sorprende sobremanera la armadura que viste el caballero. Cojo las 3 pociones.

-Aquí hay tres pociones, pero no son las habituales. Igual alguno de vosotros podrá decir si son de curación o que otro poder tienen-digo mientras me levanto con ellas en la mano.

Miro a la zona por la que marchó Glavra pues percivo movimiento.

-Están volviendo. Algo ocurre-les digo a los compañeros que no tienen la misma visualización que yo.

Guardo las tres pociones y saco mi arco con una rapidez y eficacia que a veces a mi me sorprenden... y que no sé o no recuerdo de donde me viene.

Preparándome para el combate me atrinchero detrás del pilar levantando el mandoble, preparándome para descargarlo sobre el primero que se acerque.

- ¡Retirada! Nosotros también necesitamos refuerzos.

Exclamo Melrone, retrocediendo un tanto. Glavra hizo lo propio, al mismo tiempo casi que Thorstein, el cual gritaba un tanto innecesariamente: 

-¡Retrocede, Melrone, Retrocede!- 

para luego volverse hacia los que habian quedado atras. 

-Dailena, prepárate para barrerlos con flechas. Intenta concentrar tus ataques en los enemigos mas heridos- 

Entretanto, los thayanos descendieron, pero sin prisa ni atropello, formando un muro compacto. La primera linea formada por el lobo y los dos soldados, detras de ellos un nuevo caballero y ultimo el mago que habia escapado.

-Sin prisas. +declara friamente el conjurador. Viendo a los que enfrentan, rapidamente traza su estrategia+ Ataquen todos a esa sucia orca y luego a los enanos. Los haremos pedazos uno por uno esta vez.

Entre exclamaciones, el trio retrocede y es facil ver porque. Un nuevo grupo de soldados thayanos desciende del monticulo, con el mago en la retaguardia, y esta vez vienen en formacion, listos para la lucha pero sin prisa. Thorstein vuelve la cabeza para gritar.

-Dailena, prepárate para barrerlos con flechas. Intenta concentrar tus ataques en los enemigos mas heridos- 

Windle no necesita que le digan nada, pero maldice algo ininteligible por lo bajo, preparando su arco. Aquella estupida...

-Se los dije... Preparense que vienen. +suavemente indica a los que no ven la escena, es decir Fivo y Daren. + Vayan detras de esas rocas de una vez!*

¿Por qué no se retira la orca? Piensa mientras observa que todos sus refuerzos aún no habían llegado. Entonces se sienta sobre sus rodillas y junta sus manos mientras recita una palabra en idioma celestial.

- νλμζξθσ..

El anciano irradia un aura que llena de valor a sus compañeros.

- ¡Hela, danos fuerzas!

Grita mirando al cielo antes de volver la vista hacia sus enemigos y volver a recuperar la verticalidad.

El paladín enano avanzó rápidamente, moviéndose en torno a Melrone para luego lanzar su hacha arrojadiza contra uno de los soldados enemigos.

Le gruño al mago enemigo en un gesto de desafío -¿A quien llamas sucia? Espantapájaros.  Tengo más limpio yo el culo que tu la cara.

Me encantaría rebanarle la cabeza al mago, pero el sentido común se impone y retrocedo algunos pasos, caminando hacia atrás, sin perderle la cara a los adversarios mientras me bebo otra poción en el proceso.

Escucho al enano justo después de verlos volver mientras me pillan en proceso de sacar mi arco.

"Maldita, orca..." pienso para mí pues no hemos tenido tiempo de recomponernos lo necesario.

Mis ojos los enfocan mientras trato de sacar el arco lo más rápido posible pues parece que esta vez los enemigos se enfrentan no juegan a defenderse.