Partida Rol por web

Mornblade finalmente reacciona, aprieta las cinchas del escudo y carga sobre el herido,  colándose apenas entre Narixa y Gulp. Su golpe es lo último que necesitaba el thayano, que cae derribado al suelo por el violento tajo.

La picara esta a salvo y puede respirar aliviada. Brufir se apresura a rodear al montón para encontrar hueco e ir a recuperar el hacha que arrojara, en tanto que Barbazul apresta otro dardo, ambos listos para continuar la lucha. Mikah se queda detrás, aparentemente muy asustada para saber como reaccionar. Pharah por su parte, sigue al grupo, solo esperando ser de utilidad.

Pero el último thayano no es tan estúpido al parecer, como para luchar contra tantos, y se pierde dentro de la mina. Tras doblar el primer recodo desaparece de vista. Tan rápida e inesperada como comenzara, la pelea ha terminado.

Tras revisar el estado de mis compañero y comprobar  que solo Gulp tenía una ligera herida

Esto es malo, no perdamos más tiempo, ahora que saben que estamos aquí no podemos permitir que preparen una buena defensa o estaremos en graves problemas

Digo con decisión, mientras espero alguna reacción de mis compañeros. Era cierto que durante el combate no había aportado nada al grupo,  pero eso solo podía ser buena señal, mientras no necesitaran de mi ayuda toda iría bien.

- Bien hecho, amigo!! - le digo a mi lobo mientras lo examino y veo que solo tiene algunas heridas leves. 

- Compañeros, vamos! Adéntremonos en la mina que uno de ellos se nos adelantó, apuremos nuestros pasos antes que de aviso a los demás! Estos guardias caídos tienen cuchillos y espadas cortas, sería conveniente que las agarren los que necesiten! Mournblade, Brufir, adelante! vamos Gulp!

Siguiendo las instrucciones de Barbazul, sigo hacia delante los más rápido que puedo para ocuparme de cualquier enemigo que pueda salirnos al paso.

Llevo el hacha recogida blandida, y atento a cualquier trampa que pudiese haber.

Hago un gesto con el dedo en mis labios para que mis compañeros guarden silencio. Una cosa es que sepan que les atacan, otra muy distinta que les anunciemos dónde estamos a bombo y platillo.

Me situo detrás del compañero enano

No perdamos más tiempo y avancemos, esto va a ser duro y debemos estar unidos

Viendo que el factor sorpresa iba a perderse, y siguiendo la estrategia inicial, me coloco junto a el enano formando la primera linea de combate, y avanzo a su ritmo.

El grupo avanza, pero ahora que las cosas han cambiado, la primera línea es diferente. Brufir toma el centro, con el lobo a su derecha y Mournblade, para no quedarse atrás, debe ir a la izquierda.  Les sigue en el centro, Pharah, y finalizando un buen trecho detrás,  Narixa, Barbazul y Mikah, algo mas repuesta del susto.

El interior del túnel no es tan oscuro como parecía, aunque sí lo es comparado con la luz del sol afuera. Pero antorchas clavadas en los muros dan una luz amarillenta y aceptable, aunque oscila con cada brisa. De vez en cuando algún brillo se desprende, llamando la atención aquí y allá; pequeñas pepitas negras de cristal de obsidiana, demasiado ínfimas para tener algún valor quizás, pero llamativas de todas formas… la sangre negra de la tierra que los thayanos están buscando.

Delante, la luz se hace mas fuerte… e igual los ruidos de picos y mazas trabajando. El norteño entrecierra los ojos al ajustarse a aquella luz del brasero, pero Brufir divisa una sombra junto al mismo. El soldado que huyo! Parece estar hablando con alguien más adelante, aunque no alcanzan a oir lo que dice entre el retumbar de las herramientas...

Me detengo y pongo la mano deteniendo a Mourmblade. Me llevo el dedo a los labios y señalo la sombra para luego levantar dos dedos, intentando que me vean los de detrás también. Mientras, guardo el hacha arrojadiza y saco el hacha de batalla enana.

Me preparo para el combate. No hay tiempo que perder.

Espero a que todos se preparen para atacar, pillando por sorpresa, si fuese posible, a los guardias.

Tras avanzar un poco parece que volveremos a luchar contra los guardias, en esta ocasión no sabemos cuántos se esconden mas allá, pero no podemos darles más tiempo

Con un leve movimiento de cabeza, e intentando hacer el menor ruido posible, le indico a mi compañero que estoy listo

Me detengo al sentir la mano del enano. Veo como saca su hacha de batalla. Le miro y con un gesto de cabeza asintiendo, espero para lanzarme al ataque.

Mientras Brufir, con una inusitada destreza, se desliza lo mas ágilmente que puede hacia la caverna adelante, el resto se reúnen y esperan en el túnel para dar el golpe. Con tensión palpable, siguen los pasos del enano hacia la luz.

Cerca de ella, el enano ve al soldado encorvado, al parecer dándole la explicación a alguien sobre lo sucedido hace unos momentos. Distingue enseguida una figura al otro lado, entorpecida por un gran brasero que hay entre medio (la causa principal de la mejor luz en este lugar)… pero claramente se nota que es una figura de túnica roja. Otras sombras mas oscuras se distinguen detras de ella, y hacia el sur donde se extiende el lugar, pero es la que reclama la atención.

-Ah… visitas. Finalmente. Más obreros para aumentar la producción. Vamos por ellos. +declara una voz ambigua y hueca. Una voz carente de emociones. No parecen haberte detectado... pero es cuestion de tiempo.

Es ahora o nunca.

Mirando hacia atrás brevemente veo a mis compañeros preparados, así que me lanzo adelante y suelto un hachazo... o eso intento, justo en ese momento se levanta y mi hacha se pierde en el aire.

Me muevo dos pasos y lanzo mi hacha (golpeando o no)

-¡Vamos amigos! Los estoy entreteniendo para que tengáis oportunidad de darles vosotros también! 

Iniciativa 21.

Barbazul se mueve a B10

Gulp a D11.

Nada mas ser mi turno me dirijo a e-10

Si por el contrario alguno de mis compañeros sufre grandes heridas voy a junto del y le curo.

Si hay muertos vivientes en la zona y nadie sufre grandes daños ( o yo voy antes que mis compañeros) utilizo la varita de consagración (teniendo como el centro del conjuro  la casilla donde se encuentre mi compañero el enano).

Al ver la cantidad de enemigos delante y viendo como Brufir se había adelantado fiero hacia ellos. La joven buscó como dar apoyo a su compañero. Tomo la lira que colgaba de su cintura y comenzó a tocar una oda. Sabía que la música era magica y cuanto bien podría hacerle a sus compañeros saberse mas fuertes y valientes.

Ataque al Zombie