Partida Rol por web

Damrath le echó una feroz mirada al minotauro, retandole a que se atreviera a decirle que él era su sirviente, como habia dicho al preso. Damrath odiaba a todo aquel que pensara que la vida de un hombre se puede comprar. Sirviente. Demasiados malos recuerdos del pasado.

Dejando que el minotauro se encargara de sacar al prisionero de la celda. Damrath se dispuso a rastrear y observar las salidas del pasillo. Moviendose sigilosamente, buscando donde podrían estar los guardias.

Zenram revisa con la mirada el pasillo, buscando la llave que abra la puerta de la celda y, ¡vaya suerte! la encuentra sobre el altillo de la puerta. Es posible que haya influido su altura, o tal vez que por una vez no haya estado mirando abajo como de costumbre, pero ahí está... y encaja perfectamente.

Damrath, por su parte, avanza un poco por el pasillo haciendo un ruido considerable (pese a que no se da cuenta de ello) para encontrar que, la tercera celda está ocupada por vuestro equipo.

Sin perder un instante el minotauro toma la llave y la incierta en la cerradura, la llave se amolda perfectamente y gira con suavidad permitiendo que la puerta se abra ante el. Rápidamente abre la p8erta de un empujón y prácticamente arrastra al desconocido fuera de la prisión...

Vamos, salir ahora que tiempo apremiar...

una vez liberado el extraño el minotauro no pierde el tiempo en presentaciones inútiles y se dirige hasta donde se encuentra su compañero, el cual parece haber encontrado su equipo.

Tu eres muy capaz, yo pensar diferente Inmediatamente comienza a tomar su equipo y colocarse su armadura...

Tener que salir de aquí ahora, yo frente, ustedes cubrir espalda...

Apenas termina de afianzar la ultima hebilla el minotauro avanza decidido por el pasillo en el cual...

Damrath ya tenia su equipo puesto cuando llegó el minotauro. Estaba tensando su arco y comprobando que no hubiera sufrido daños. Con su armadura puesta, cogio en una mano su arco, y en la otra la espada corta.
-Si quisieramos salir de aqui reventando puertas y teniendo que matar hasta el ultimo guardia, sin duda, tu irias delante. Pero mientras tengamos la posibilidad de escapar de aqui sigilosamente, sin tener que matar a la mitad del poblado, iré yo delante. No cargaré con mas muertes.-
Manteniendo la mirada del minotauro, esperó a que contestara, y si no tenia mas que decir, se dispuso a ponerse a la cabeza.

El minotauro observa al bárbaro de reojo como sopesando la idea de arrancar su cabeza de un tajo de su espada, luego de un par de minutos que aprovecha para ponerse la armadura la enorme criatura comenta:

Como querer, adelante tu avanzar, yo cubrir retaguardia

Así seras el primero en caer... Y si sobrevives ya me encargare yo de que pagues tus insultos...

El minotauro deja que el liberado se coloque en medio del grupo y el cubre la retaguardia...

Sorprendentemente todo vuestro equipo está en la celda contigua y cuando acabáis de colocaroslo y echarlo a la mochila, únicamente queda un bastón que va a parar a las manos del ahora sirviente de Zenram.
-¿Y yo dónde me coloco?

"El negro" se dirigió al nuevo, con seriedad y firmeza.
-Mantente cerca del minotauro, pero no te pegues a mi. Si me descubren te pones detrás de él. Y no le estorbes.-

Damrath se puso a la cabeza del grupo y en sigilo adelantandose lo suficiente como para que no le perdieran de vista, pero para que no le descubriera el ruido de los otros. Observando muy atentamente a su alrededor y buscando cualquier tipo de amenaza, como trampas o guardias.

Si ese minotauro tiene algo de cerebro, se dará cuenta del valor que tiene llevar por delante a un explorador. Aunque no me fiaré, pues su raza es dada a seguir el camino del mal.-

Os ponéis en marcha todo lo silenciosamente posible, aunque más de una vez los cuernos de Zenram raspan el techo produciendo un chirrido que esperáis no alerte a quienquiera que esté cerca. Tras un par de curvas, Damrath da el alto: en la siguiente sala (de 20'x20') hay un par de guardias jugando a las cartas. Parecen no haberse dado cuenta de vuestra huida, pero eso no quita para que estén armados con espadas y protegidos con armaduras de cuero.

Me coloco al lado del bárbaro y le señalo al otro guardia, mientras, agacho la cabeza y coloco la espada a mi costado mientras agacho un poco las rodillas y entonces comienzo una carrera sin freno cual toro directo al guardia de la derecha...

Damrath intentó hablar con el minotauro antes de la carga.
-¡No sabemos todavia si son simples pueblerinos asustados!. No hace falta que seas letal. Tienes suficiente fuerza como para noquearles. Quízá pudieramos urdir una trampa para atraerles hasta nosotros y noquearles por sorpresa.-

En el caso de que la respuesta del minotauro no fuera afirmativa. Él igualmente no daría muerte sin razón. Se preparó para usar los puños contra los guardias.

El ahora sirviente de Zenram se mantiene ahora en la retaguardia del grupo, esperando indicaciones y sin atreverse a avanzar sin más pues cree que es obvio que los guardias les detendrían.

El minotauro observa al bárbaro como sin entender el por que de su reticencia a terminar con quienes les privaron de su libertad..

Con la espada en su costado el minotauro carga aunque las palabras del bárbaro le hacen dudar un segundo...

Sin siquiera reflexionar acerca de la propuesta de su compañero, Zenram aprovecha la situación y se dirige directamente hacia el guardia más cercano. A pesar de estar sentado, y a pesar de que se gira en el último momento al escucharle, el guardia sale disparado de su silla para ir a chocar con fuerza contra la puerta de madera que cierra la sala. El minotauro ha embestido con el plano de la cabeza en lugar de con los cuernos, y esto, a pesar de que, a priori, pudiera ser mejor resulta ser brutal.

En seguida el guardia que queda se pone el pie, pero tal vez haya sido demasiado lento.

Damrath sale detras del minotauro cargando con la espada por el pomo a modo de piedra. Intentando en la medida de lo posible no matar. Quiza esto sea, de todas maneras, un malentendido.

-Por ahora mediaran el respeto por la vida y el equilibrio. Pero si mi vida se pone en juego. Mediará la supervivencia. Los elfos respetamos la vida, pero por mucho que me duela, yo soy un elfo oscuro. Y no soy estupido.-

Con una sonrisa de satisfacción en la boca por haber derribado tan fácilmente a mi anterior oponente, elevo mi espada en alto al tiempo que me giro contra el enemigo que se mantiene en pie, sus ojos evidencian el pánico que debe estar sintiendo por lo que me desplazo hasta quedar frente a el y sin bajar la espada le digo en tono imperativo...

Rindete y salva la vida...

Damrath se puso a lado del minotauro clavando una mirada asesina a traves del pelo andrajoso en el pobre guardia. Sus musculos y su mano se tensaron sobre la espada corta, amenazantes.

-¿Quienes sois?, ¿Quien es tu señor?, ¿Porque nos habeis detenido?, habla y no moriras.-

El guardia parece achantarse ante la amenaza de Zenram, sin embargo cuando este se relaja aprovecha la situación para desenvainar la espada y lanzar un tajo horizontal que atraviesa su armadura causándole una herida de hombro a hombro que parece bastante seria.

- Jamás me rendiré.- Es la respuesta que da al minotauro, ahora que está listo para plantarle cara.

Al ver caer al bárbaro el minotauro se imagina que le han matado, por lo que furioso observa a su pequeño rival y sin pensárselo dos veces descarga su espada sobre el hombro de su rival...

Haz perdido tu oportunida!!!!