Partida Rol por web

Damrath observó al minotauro, tal y como esperaba, no pensaba que fuera a flaquear en el camino. Despues miró al humano, evaluandole.
-Descansaras mas comodo en Garnet, que aqui, en el suelo.- Le dijo al humano. Y como corroborando las palabras del minotauro, continuo la marcha. Rumbo a Garnet.

Pese a las reticencias de Lucius que recomendaba esperar al ver vuestra mala condición producto de las pocas horas de sueño continuáis el avance hacia Garnet. Con el paso de estas últimas horas, el sol se va ocultando tras el otro lado de la montaña mientras subís la ladera, cansados y preocupados por las nubes que se están formando sobre vosotros (otra vez).

No tardáis en descubrir que los cálculos de Lucius no son acertados, al menos no si tenemos en cuenta lo mal que está el camino y la ladera entera, el barro y el fango se han desparramado por encima de todo.

Lucius trata de animaros pese a que él también está cansado. Las caídas son constantes y los tres tenéis barro de cintura para abajo, por lo que cada vez se hace más difícil dar un paso más. Al cabo de unas horas, cuando según Lucius apenas queda nada, el minotauro de derrumba y esta vez no consigue levantarse ni con ayuda. Zenram está enfadado por su debilidad, pero al ver que después apartarse junto a unos setos (lo único que os puede cubrir un poco) también cae de cansando Damrath se tranquiliza un poco.

Yo haré la primera guardia.- informa Lucius al ver que es imposible continuar. ¿A quién despierto después?

Demonios yo tropezar!!!

El minotauro no puede mas, su cansancio es evidente y el estar lleno de barro no ayuda nada a su humor, su puño golpea un par de veces el barro en el que ha caído aun que con tal debilidad que esto no hace sino enfurecerle mas.

Maldito humano tu engañarnos, este no ser el camino tu querer perdernos!!!

Una rápida mirada al deplorable estado que también guarda Lucius convence a su mente que se equivoca y que en realidad el humano sufre tanto como ellos mas en alguien tiene que desquitar su frustración por su debilidad.

Yo hacer siguiente guardia, no confiar en que tu evitar que atacarnos si otros querer!!! Tu mejor hacer buena guardia o yo despertar y cortar tuyo cuello!!!

Mas tranquilo luego de descargar su furia y con el todos los músculos desechos el minotauro no tiene fuerzas para hacer otra cosa que sacar otra ración, aventar la mitad al humano, comerla de un par de bocados y caer dormido...

Damrath se dejó caer cansado al suelo. Estrajo sus pocas provisiones y comió. Racionó los alimentos para por lo menos tener algo que llevarse a la boca por dos dias mas. Si mañana no llegaban a la ciudad, encontraría comida por las montañas. Ya que no sería la primera vez que se encontraba en una situación similar.
Mientras comia observaba a Lucius, y la "sorprendente" iniciativa que estaba mostrando. Sin lugar a dudas, no era un simple aldeano. No cualquier solamnico se lanza a la montaña, a un destino incierto con un minotauro y un "oscuro" elfo. No pudo evitar sonreir. Pero estaba demasiado cansado para pensar en las repercusiones. Alejandose un poco de la pareja, se arrebujó apoyando la espalda en algun lugar, para poder descansar. Mañana sería otro dia...

Después de lo que te ha parecido muy poco tiempo de descansar, aunque la posición de las lunas te dicen lo contrario, Lucius te despierta moviéndote levemente mientras te susurra:
- Ya es tu turno.- Te das cuenta que es muy posible que el humano lleve bastante tiempo tratando de despertarte, pero la brusquedad necesaria para ello y tu reacción parecen haberle dado el miedo suficiente como para alargar su tarea durante más tiempo. Su estado es lamentable, pero está despierto que es lo que cuenta.

Por una vez en estos tres días no llueve a cántaros. Llueve, es cierto, pero esta vez es un a lluvia más suave y que si os ha mojado ha sido por no estar bien a cubierto. Sin embargo, esta lluvia contribuye a mantener húmedo el ambiente, mojados los caminos y embarrada la ladera de la montaña.

El minotauro se levanta aun tan cansado que cosa rara no tiene ganas de molestar al humano, por lo que cuando es despertado apenas y asiente con la cabeza, se levanta y comienza a caminar en un intento de caldear un poco sus músculos.

Ahora tu dormir, yo no cargarte sino poder caminar...

El guerrero inicia su guardia lo mejor que puede, pese a su deplorable estado, el minotauro esta consciente del peligro que enfrenta el grupo, por lo que abre bien los ojos y afina su oído lo mas que puede para no ser sorprendidos...

El movimiento de Lunitari marca el paso del tiempo y el retroceso, gracias a los dioses, de la lluvia. Sin embargo no puede decirse que no estés cansado; es más, en tu opinión si no echas una cabezada después de la guardia no aguantarás más de 3 o 4 horas de camino por estas montañas resbaladizas y llenas de barro.

Pensando en esa posibilidad empieza a clarear, aún faltan una hora o dos hasta la salida del sol, así que tal vez puedas convencer a Damrath para que haga una guardia corta, pese a que el orgullo de minotauro te pide no mostrar esa debilidad tal vez sea mejor estar descansado... sobre todo si se presentan problemas, aunque sea poco probable.

Sin nada mas que reportar el minotauro mueve al bárbaro intentando hacerle despertar.

Tu!!, despertar... ser tu turno!!

El minotauro no puede esperar a que el bárbaro tome su turno, esperando librarse de su vista con algún pretexto para ir a echar una siesta antes de tener que emprender la dura marcha.

Damrath no se molestó por la rudeza del minotauro. Era algo completamente esperable, y normal en la tundra. No habia modales entre leones, solo respeto. Y esperaba que algo de esto se estuviera ganando del minotauro, cuya raza no podía odiar mas la elfa.

Se puso en pie y apoyandose en la roca observó los paramos, despues de beber un poco de sus reservas de agua. Su vision élfica, que le permitía ver, incluso en la oscuridad total, le iba a ser muy util durante las guardias.

Una vez que el bárbaro se a despertado el minotauro simplemente añade a manera de explicación...

Yo ir a asearme aquí cerca!!...

Intentando disimular su cansancio como puede el minotauro busca algún lugar donde los matorrales o la tierra sea suficiente para esconderle y poder dormir una siesta mas larga...

El malholiente minotauro decide no forzar demasiado la marcha como precaución y duerme un par de horas más mientras Damrath hace guardia. Esta noche ha llovido de manera escasa, lo cual no significa que los caminos vayan a ser transitables y, a decir verdad, esa molesta humedad y todo el barro removido con la lluvia no van a desaparecer en un día o dos, pero aún así el día se presenta más benigno.

Al poco tiempo, Lucius también está listo para marchar, hambriento pero preparado para la última caminata hasta llegar a, la que se presenta como acogedora, Garnet. Tras ponerse el grupo en marcha, el humano guía a sus compañeros animándoles con que es el último trecho.

-Hay un pequeño atajo que nos acortaría un par de horas de camino.- Anuncia- Es poco conocido porque se trata de una escalera casi vertical inaccesible para muchos. ¿Os parece que vayamos por ahí? Eso, o seguimos el fangoso camino...

El minotauro esta de mucho mejor humor ahora que a dormido suficiente, aun que esto represente apenas que no se meta con sus compañeros esto es quizá suficiente para ellos. Durante la marcha a aprendido a respetar las habilidades del bárbaro quien si bien no ha podido mantenerlos limpios a logrado por lo menos que no se hundan en el fango o caigan por alguna pendiente, el humano ha ganado también su respeto, el era consciente del cansancio que debía sentir y aún así había extendido su guardia y ahora les ayudaba con su conocimiento del lugar...

Cita:

Mi preferir escalar que fango, pero dejarlo al bárbaro, el mejor para conocer caminos...

Damrath se levantó y comenzó a guardar sus cosas mecanicamente en su petate. Dejó fuera algunos alimentos ligeros, que podría devorar por el camino. Mientras terminaba de ajustarse las cinchas, comentó, ligeramente.
-¿Como es que un humano conoce una senda tan alejada de los caminos comunes, aqui en las montañas de los enanos?-

Lucius mira con suspicacia a Damrath:
-No son montañas enanas.- corrige Lucius (aunque no lleva la razón completamente).- La ciudad acoge a bastantes miembros de otras razas; está dividida en tres sectores principales, uno enano, uno humano y uno gnomo. Y, a veces no interesa utilizar los caminos principales cuando quieres llegar a una ciudad y no llamar mucho la atención.- responde.

-Tuve que traer una mercancía aquí hará un año- explica finalmente-. Y pagaban bien si me limitaba a no usar la ruta principal y no preguntaba porqué. Entonces, ¿quieres utilizar el atajo o no?- Pregunta finalmente mientras echa a andar, a la espera de confirmación por parte del semielfo.

Damrath sonrie ante la sorprende berborrea del silencioso humano.
-Sea por el atajo entonces... Tu primero.-

Lucius sigue las órdenes de Damrath (sin muchas precauciones) alejándose hacia el sur, saliendo del camino que toma una dirección este.

Tras varios desvíos y apenas una hora más tarde de haber recogido el campamento, llegáis ante una pared de piedra bastante inclinada desde un inicio aunque se adivinan unas escaleras que facilitarán el ascenso. A los pies del lugar señalado por el humano para el ascenso hay, para vuestra sorpresa, una figura encapuchada apoyada en la pared.

Mide algo más que Damrath y Sirius, está completamente tapado por una capa de cuero que oculta totalmente su rostro y su cuerpo y sujeta firmemente una alabarda aunque no hace ningún movimiento cuando estáis frente a él (unos 80').

El minotauro desenfunda su espada de doble filo y sin avanzar mas grita al extraño... Quien vive!!!

Sujeta su espada con ambas manos pero la mantiene con la punta hacia el suelo.

Damrath mantuvo la calma y despacio, dio un paso atras, para poder estar por detras del minotauro y despacio, saco la bara de su arco y lo montó.
Acarició las plumas de una de sus flechas en la aljaba que portaba en la espalda, sin perder de vista por un instante al hombre encapuchado y su alabarda.
Si iniciara cualquier accion ofensiva, lo primero que sabria, es a que sabe la madera de flecha.

El encapuchado ve como Damrath retrocede para preparar el arco. Su reacción ante las hostilidades no tarda en llegar: el extraño se encoge y baja la alabarda en dirección al grupo.
- No hay porqué luchar... pagad y podréiss passar.-grita en un común con un extraño acento difícil de ubicar. Habréiss de pagar una pieza de acero para ussar esste passo.