Partida Rol por web

Encantado de conocerte Malon.Es normal que desconfíe de ti.Los kender tenéis fama de bribones.Aunque,yo,personalmente os considero una raza de lo más curiosa.Qué sería del mundo sin los Kenders.Aunque.eso sí,te advierto que cómo te pille que robas algo,te tiraré de las orejas.JOJOJO!!dice el enano.Parece que encontrarse con un Kender,le ha bajado los humos,pero,por cuánto tiempo?

El anciano queda algo al margen de la conversación, ahora fijando la mirada en Silvanariel, interesado tal vez en la silvanesti.
¿Cómo te llamas?- pregunta a la elfa tras acercarse ligeramente a ella, aún a sabiendas de que momentos antes Freya ya la había presentado.

te advierto que cómo te pille que robas algo,te tiraré de las orejas
No, señor, en absoluto. Un buen manipulador nunca roba, y menos a los compañeros de aventuras. Lo que ocurre es que las cosas a veces tienen la rara costumbre de aparecer en los bolsillos de uno sin que uno sepa muy bien cómo han llegado allí. De hecho, cuando tenga tiempo publicaré un artículo en el Journal of the Palanthas Society for Knowledge sobre apariciones misteriosas en mis bolsillos, dice Malon con desparpajo. Y añade con tono solemne: a veces, se materializan cosas en mis bolsillos.

Kender, a tres metros. Digo en un cortante pero suave comun.
¿Que, quién mide tres metros? Debe ser un gigante, ¿no? Me pregunto si será un gigante de las colinas, aunque aquí no es que haya muchas colinas. ¡Ah, te refieres a la distancia! No sé si podré, no tengo una vara de medir, pero si quieres medimos tres metros en un cordel y tú coges de una punta y yo de otra, replica Malon con una sonrisa desarmante.

Empiezo a escuchar al ruidoso kender, penetrando su vocecilla poco a poco en mi cabeza, llenando todos los huecos mientras trato e ignorar las ideas de su simple mente... cuando una voz traspasa, rompe, se hunde entre ese maldito ruido que es la voz del kender... El humano me habla..
Alzo la cabeza y lo veo mas cerca mia. Mas cerca de lo que e gusta; reculo un paso y mirandolo por debajo de la capucha le respondo un un fino hilo de voz, suave, tranquilo Es normal que un humano dude de todo, pero la palabra de una elfa no deberia de ser objeto de duda. Freya me ha presentado y su palabra precede a la verdad. Las ultimas palabras salen mas bajas que el resto si cabe y tras eso vuelvo a mi mutismo, pero mirandolo de arriba a abajo, moviendo unicamente mis pupilas.

La verdad es que es un placer encontrar en el camino algo que no sean trasgos o piedras, comenta Selt. Por curiosidad, ¿hacia dónde os dirigís?

JOJO,seguro que tienes algo interesante en tus bolsillos...ríe el enano.por ciertocontinúa,ahora sin reír,No tendrás un mapa,por casualidad?

El anciano porta ropas coloradas, que no parecen baratas, sin embargo, están bastante deterioradas debido al continuo roce con el suelo; es más, debería procurarse unas buenas si pretende taparse poco más que las partes nobles.
No, si ahora resultará que los elfos jamás han mentido...- murmura el anciano, imitando el tono de voz de Freya. Todavía me acuerdo el último reparto de tierra en Ergoth

Cita:

- Es una buena pregunta... una gran pregunta a la que no tengo respuesta.

Entrecierro los ojos indignada y girandome al anciano. No se me apetece discutir con un humano sus barbaries y egoistas y mezquinas ideas con respecto a repartos... Tunica Roja... Quizas.. sea normal... Me mantengo pese a todo quieta en mi lugar, a distancia de ambos...

Freya se acerca a Silva con movimientos tranquilos, sin inmutarse siquiera por las palabras del anciano, y con extrema delicadez apoya una mano en el brazo de esta y le susurra con dulce voz... Tranquila... no hay porqué alterarse... Y dicho esto le sonríe y se queda apartada con ella, escuchando atentamente lo que los demás tengan que decir y sin apartar su mano de su compañera.

Giro la cara; miro a Freya con una cara complice... Le hablo? Ahora no.. mejor que no, pero hablare luego. Asiento silenciosa mirando a Freya y luego me quedo en mi lugar, sujeta por mi hermana elfa, a distancia del kender.

No tendrás un mapa,por casualidad?
Hombre, pues ahora que lo decís, en nuestra última excursión por el Inframundo encontré uno muy interesante. Luego os lo enseño, ¿vale?, acota Malon, que no se pierde detalle de las demás conversaciones.

con extrema delicadez apoya una mano en el brazo de esta y le susurra con dulce voz... Tranquila... no hay porqué alterarse
Malon, que ha visto tanto la reacción de una elfa como la actitud protectora de la otra, siente que le embarga la pena y se acerca a ambas con el rostro compungido, dirigiéndose a Silvanariel: perdona, ya sé que hablo demasiado, pero no puedo evitarlo, soy así. Veo en lo más profundo de tus ojos una inmensa tristeza y me gustaría ayudarte a superarla. Confía en mí, no te defraudaré.

El kender se nos acerca y vuelvo a mirarlo No te he dicho que nos dejes..? Pienso mientras mi cara muestra la ofensa que me produce el solo acercarse.
Sin embargo lo escucho cuando me habla...
Mis ojos se abren mas de lo que podria esperarse de los suaves ojos alendrados de una noble elfa y la cara pasa de irritacion a sorpresa, quizas susto... Tu que sabes de mi!! Alejate kender!! Alejate y deja de buscar cosas mias!!!
Tras el brusco grito en silvanesti, con los labios apretados, ojos con posibles lagrimas y el rostro tembloroso, me giro y me alejo velozmente del lugar sin esperar a reaccion alguna de los demas.

Oh, claro, claro...- murmura Kirir mientras se aleja de Silvanariel- No recordaba el mal humor de los silvanesti... Jamás aceptarán que han hecho algo mal.

Dicho esto, el anciano recoge sus cosas introduciéndolas rápidamente en la mochila [donde se puede entreveer gran cantidad de comida].Malon... ¿no llevarás algo de agua? No me queda ni gota en el mío.- pregunta.

Selt contempla divertido la batalla dialéctica. Parece que las elfas no temen a una patrulla de trasgos, pero están aterrorizadas ante la presencia de un kénder.

Tomad, anciano, dice Selt ofreciendo su odre al viejo.

- Gracias. - murmura el anciano tras dar un trago al odre y devolvérselo a su propietario.

Ahora creo que nosotros también podemos preguntar. ¿Qué hacen juntos y Hacia dónde se dirigen una silvanesti, una qualinesti y un humano con un enano de las montañas?

Freya suspira al ver la reaccion de Silva... luego se acerca al kender y le dirige unas palabras... No te entristezcas... ni sikiera yo se nada de su pasado ni creo que llegue a saberlo jamás... pero sé seguro que su vida no ha sido nada facil. Dicho esto sonríe con dulzura al kender y mirando a Selt... Voy con ella, no me gusta que esté sola. Volvemos enseguida. Se da media vuelta y sigue la direccion de Silva con calma.

Bueno, yo mismo me lo pregunto también, comenta Selt riendo y mirando a sus compañeros. La verdad es que es una historia vulgar, el tipo de historias que con los acontecimientos devienen en leyendas. Veréis...

Durante la siguiente hora, Selt narra la historia con todo lujo de detalles. Se nota que disfruta con la narración.

En resumidas cuentas: vine a Solamnia buscando ayudar a los necesitados. Encontré al enano cuando era atacado por trasgos y le ayudé a repelerlos. Después, encontramos un campamento militar donde estaban ya estas dos señoritas. El comandante de allí nos encomendó investigar unos acontecimientos al oeste de aquí. Aceptamos y ahora os hemos encontrado a vosotros.

Vaya... - comenta el anciano- Deberías aprender a resumir más, aunque reconozco que tu narración ha sido bastante entretenida. Tienes talento chico.

Y... ¿Cómo se llamaba ese comandante?- pregunta tras ese último extracto de historia.

Pues... Lo cierto es que no llego a desvelarnos su nombre, confiesa Selt mientras le describe cómo era el comandante por si fuese de utilidad. Nos encomendó ir a Garnett.

¿Qué te parece, Malon?- pregunta al kender- ¡Van a Garnet, igual que nosotros! Podríamos unirnos a ellos...