Partida Rol por web

Los ataques de Dunia resultan completamente ineficaces contra el monstruo que queda ya que ni siquiera llegan a impactar debido al movimiento de la criatura, esta parece centrada en la adalid y se lanza sobre ella con sus garras aunque estas impactan, no hacen mella en la armadura de la mujer...

Vi como la criatura que quedaba se lanzaba hacia Kendra sin compasión. Aquellas cosas habían mostrado ser más molestas que peligrosas, pero como todas las criaturas que habitaban el mundo podían ser amenazas si se las subestimaba.

Me adelanté hacia ella antes de que pudiera dañar a sus nuevos compañeros, dispuesta a terminar con todo aquello de una vez por todas.

Con sus compañeras intactas, la capacidad de Auge no era particularmente buena. Para rematar estaba demasiado cerca como para usar el único hechizo ofensivo que conocía. Así que, resignado, sacó la daga y la arrojó con ímpetu hacia el ser uniojo.

Y... golpeó fuertemente contra una pared cercana.

Al menos lo había intentado.

Los golpes de Anira resultan tremendamente efectivos contra la criatura y pese a que Auge trata de ayudarles  como buenamente puede su ataque falla estrellandose contra la pared, afortunadamente el último golpe lanza la criatura contra Kendra  que usando su espada  consigue segar la vida del enemigo.

--- Habian más de esas cosas...¿que diablos es este lugar?- grita la Adalid mientras se limpia la espada de la sangre del individuo

Idari estaba pálida, tanto por la violencia del combate como por lo ineficaz que estaba resultando en toda aquella exploración. Sus hechizos se mostraban del todo incapaces y cada vez le sudaban mas las manos con las que sujetaba la ballesta. Intento respirar hondo y concentrarse en lo que estaba sucediendo a su alrededor, ya que su vidas y la de sus compañeros dependía de ello.

- No tengo ni idea de que lugar es este, parece muy antiguo...pero estos seres no pueden llevar aquí tanto tiempo ¿será cosa del semielfo y los goblins? Quizá están reuniendo aquí a esos seres para lanzar el ataque contra el pueblo.

Al final las dos criaturas habían caído... con cero colaboración por parte de Auge, y con cero heridos por parte del grupo. Por un lado era agradable no ser necesario, por otro era un poco frustrante. Como fuera, ver los enemigos caídos le hizo sonreír.

Un problema menos...

Se percató en cómo le sudaban las manos a Idari y se acercó a ella con un gesto ligeramente preocupado, casi paternal, ofreciéndole un trozo de tela limpio y seco.

No tengo nada para ayudarte a calmarte, pero te he visto brillar en los entrenamientos. ¿Quizá pensar que son peleles de madera pueda ayudarte?

Tras el ¿consejo? no sabía bien cómo proseguir, así que pronunció unas palabras sencillas para detectar magia. Tal vez fuesen una convocación y, de ser así, habría un problema más severo del que estaban viendo en un principio. Miró a las otras chicas.

Son fuertes ¿eh?

Trató de buscar algo de complicidad con ella mientras.

- Si... fuertes... - Resopló aún con el corazón desbocado. Si bien parecían fuertes, en realidad habían caído frente al grupo con relativa facilidad, lo cual era de agradecer.... porque una buena parte del mério era de la pura suerte. 

Al menos Kendra se había estrenado acabando con la vida del último. - Bien hecho, chicas. No quisiera enfadar a ninguna - Termina riéndose de su propia broma, antes de mirar a su alrededor.

- Esto... creo que los he interrumpido mirando la estatua. Creo. Si quieren que me esté quieta un rato en lo que acaban, lo entenderé. - Si, se le habían quitado las ganas de adelantarse sola por aquellos pasillos de raíz - Cuando ustedes digan.

Me quedé quieta mirando los restos de los enemigos para justo a continuación mirar a Dunia. - Es cierto que no deberíamos separarnos mucho. Es muy posible que en este lugar habiten muchas más criaturas de estas o incluso peores. - Tras el comentario, vi el gesto torcido en el rostro de la joven. Era consciente de lo que había supuesto su decisión de adelantarse, y de lo que hubiera podido pasar. Pero no era yo quien para judgarla, ya que si no lo hubiera hecho ella, tal vez lo hubiera hecho yo.

- Si estáis interesados en la estatua, claro que podemos pararnos un poco. Mientras tanto, Dunia y yo podemos explorar los alrededores sin perder el contacto visual. De ese modo, podremos ver venir un nuevo ataque o saber qué caminos salen de este lugar. - dije tratando de pintar una sonrisa en mi rostro que contrarrestara un poco el tono de voz que tenía mientras estaba en la forma del Eidolon. - No tenemos prisa. Mejor pecar de cautos.

- La estatua no es mágica y representa a una antigua Señora de las Runas. Puedo imaginar que estos pasadizos forman parte de un viejo refugio de ella o de seguidores suyos, si tienen una estatua en mitad de la sala. Lo único llamativo, es que la lanza que lleva en la mano no es de piedra, quizá moverla o sacarla active algún mecanismo, pero nada de naturaleza arcana por lo que veo.

La pícara sonrió un poco ante las palabras de Anira, que parecía echarle un capote discretamente, pero a pesar de que su intención inicial era esperar a escuchar a todos antes de hacer nada, las palabras de Idari funcionaron como un resorte, reclamando su atención.

- ¿Un mecanismo? deja que le eche un ojo...

En un pestañeo, la joven se acerca a la estatua para tratar de confirmar o descartar las sospechas de Idari.

*

No necesitó sino unos segundos para volverse al grupo, bastante segura de lo que había visto - Pues sepan... que no hay nada. Ningún mecanismo ni trampa atada a la lanza esta rara**, quiero decir. Pero si alguno la quisiese usar como arma, podemos cogerla. Si no... no sé. Da un poco de grima. Casi no parece ni una lanza, con tantos garfios y pinchos. 

Casi más parece una llave que una lanza, así que.... - Y por supuesto, su lengua viajaba un par de pasos por delante de su razonamiento, y cuando se escuchó a sí misma, necesitó repetírselo para estar segura de no habérselo imaginado - ¡Una llave! ¿y si fuese una llave?

Por supuesto. ¿por qué si no tendría esa forma? Puede que nos ayude más adelante. No es que suela saquear lugares ajenos, ni nada parecido... - Añade mirando de reojo a Kendra

Sólo estoy intentando analizar las auras... quiero saber si hay más peligros o son convoc...

Auge no llega a terminar su frase, enseguida Dunia vuelve a demostrar que su habilidad y conocimientos están por encima de los suyos. Aunque la verdad es que no se sorprende en absoluto. Sonríe tranquilo.

No, lo que sucede es que te dejas las llaves con frecuencia.

Echa una mano con complicidad hacia la maestra de los cuchillos. Si era una llave podría tener cierta lógica y lo sensato era tomarlo, pero él carecía de la fuerza o mañana para ello.

Anira, por favor -se inclina con galantanería-. Y sí, mejor pecar de cautos.

Concedió. No tenía demasiado que aportar por el momento y sus servicios de sanador no eran requeridos. Estuvo atento, no obstante.

Si veo alguna hendidura que pueda coincidir os avisaré.

Se quedó mirando al grupo, esperando a que terminaran de analizar aquella estatua, mientras oteaba el lugar.

Dunia volvió a demostrar sus habilidades, aunque en aquella ocasión para algo diferente al combate. Parecía tener cierta experiencia en lo referente a sustraer objetos de lugares, aunque ella dijera que no. Parecía más que evidente que lo decía de broma, más aún con la reacción de Auge. Pero lo cierto era que no dejaba de sorprender la joven.

Kendra e Idari permanecían al margen de las sutiles bromas del dúo, por lo que decidí hacer lo mismo y acercarme a la estatua para ver con mis propios ojos la lanza o la llave de la que hablaban.

Lo cierto era que si en verdad se trataba de una llave, la cerradura debía de ser enorme. Algún tipo de mecanismo complejo, algo que los goblins no habrían podido hacer.

En el momento en el que Auge se dirigió a mí para que cogiera la lanza, me acerqué asintiendo al joven mientras que mis ojos estudiaban por donde agarrar la lanza, tratando de distinguir algún tipo de trampa. Evidentemente no era mi fuerte, y Dunia había dicho que no las había. No desconfiaba de ella, pero los instintos son algo que no podemos ocultar.

Agarré con fuerza y tiré hasta quedarme con ella en mis manos. - Ya está. - dije mientras escuchaba a mi alrededor, esperando no escuchar nada extraño que hubiera activado el quitar la lanza de la estatua.

*

Tras unos largos segundos en los que todos parecieron quedarse en silencio a la espera de si se desataba algún tipo de trampa inesperada... no pasó nada en absoluto, lo que hizo que la pícara ampliase su sonrisa de triunfo, asintiendo con seguridad - 

- Ya sabía que no pasaría nada - Miente solo a medias ya que, si bien estaba razonablemente segur de lo dicho, esos instantes de incertidumbre seguían existiendo.

- Bueno... le echamos un ojo a esas jaulas? - Si esas cosas habían estado aprisionadas hasta hacía poco... bueno, era una opción remota, pero mejor hacerse a la idea. - Después podemos mirar lo que hay o por el camino que se abre por aquí o por detrás de la estatua... o el que dejamos más atrás. No he mirado ninguno de esos pasillos aún.

---Terminemos de examinar la sala esta y veamos los pasillos que nos faltan, no tiene sentido adentrarse en el complejo sin examinar el resto del lugar, así evitaremos que nos puedan acorralar por ambos lados- comenta Kendra mientras bajaba de la sala para examinar las celdas junto  con los demás, no todas estan llenas y solo algunas presentan restos de huesos  de sus habitantes llevandoos a la conclusión de que debia ser una especie de prisión.

Tras no encontrar nada raro,  todos bajais hasta el pasillo que falta por explorar con Kendra a la cabeza, el tunel sigue recto hasta que finalmente se ensancha  revelando una zona que parece que en su dia fue un pequeño santuario, unos escalones al noroeste conducena  una plataforma de piedra gris en la que se alza un altar muy antiguo, el altar es un bloque de piedra negro con una concavidad en el centro que al acercaros podeis ver que está llena de lo que parece ser agua mugrienta.

Al sureste del santuario podeis ver unas puertas dobles.

Aquel altar con agua enfangada tenía la clase de aspecto que hacía que prefiriese no acercarse, por lo que en su lugar lo hace con la puerta, echando un ojo antes de abrir nada por si hubiese... ¿Una trampa quizás? 

No estaba muy segura de qué esperaba encontrar, pero la prudencia no estaba de más... aunque para ser francos, no estaba logrando prestar demasiada atención, en realidad, distrayéndose con una tontería como que un mechón rebelde había decidido por voluntad propia metérsele en los ojos.

Fiel a su carácter, aquel fue el mejor momento para ocurrírsele una tontería. - Oye Idari. Tú que puedes llamar con tu magia al hielo ¿también puedes congelar el agua? - Pensando en el altar.

Auge bajó con los demás tras comprobar que no había nada interesante. Salvo el altar. De reojo observaba cómo Dunia le pedía cosas a Idari, él por su parte se centró en rebuscar en sus conocimientos y visiones sobre aquello. ¿Sería algo religioso? ¿histórico? ¿ambos? Quizá limpiar el agua era una buena idea, o una terrible...

---Bueno, mis poderes actuales no producen tales efectos, como mucho puedo hacer que haya un poco de escarcha a su alrededor pero esta desaparecerá enseguida y la bola de nieve  tampoco serviría de nada, ademas de que gasatria uno de los pocos conjuros que puedo lanzar al dia- contesta la joven consternada ante aquella insólita pregunta.

Mientras tanto Auge revisa el altar con cuidado y puede ver algunos símbolos, entre ellos una imagen de un chacal de tres ojos, al verlo no puede evitar estremecerse al reconocer el símbolo de Lamatsu,  es la Madre de todas las criaturas deformes que se arrastran tanto en la superficie de la tierra como  por debajo de esta, es una poderosa Diosa-Demonio Mayor que gobierna uno de los lugares del Abismo.

Permanecí al margen, alternando la vigilancia con la curiosidad de ver a mis nuevos compañeros llevando a cabo sus análisis de todo aquello que se encontraba en aquel lugar.

Viendo cómo se detenían estudiando cada detalle grabado en cada piedra y en la escultura, me despertó la sensación de hacer lo propio aunque consciente de que mis dotes no era aquellas. Miré la lanza o la llave que sujetaba, tratando que de alguna manera recibiera una inspiración divina que me diera la oportunidad de colaborar con los demás. Pero al cabo de unos instantes, se veía que la inspiración no llegaba, así que se mantuvo alerta en los alrededores, y dejar que ellos terminaran de hacer lo que tuvieran que hacer.

Estaba todo tan silencioso que estaba prácticamente segura de que al otro lado de la puerta no habría nadie. 

Además, sin trampas a la vista...

Dunia abre la puerta para ver la siguiente habitación, totalmente confiada.

Lo que no le habia dicho a su compañera, es que no sentía el menor deseo de interactuar con ese altar, que si permanecía intacto en un lugar lleno de demonios, desde luego no iba a ser nada demasiado positivo.

Idari seguía algo incomoda por su poca aportación al grupo, por lo que intento concentrarse y buscar el modo de ser de la máxima utilidad posible. Cuando Dunia se preparó para abrir la puerta, aguzó todos sus sentidos y se puso en guardia, dispuesta a actuar siempre que fuese necesario.