Partida Rol por web

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   Biff vacila un momento y luego se encoje de hombros.

   - Bueno... supongo que podría poner una estera y unas mantas en alguna de las habitaciones para acomodar a dos más, pero eso dependen de lo que vos decidan. Sería un penique por cada camastro adicional. -

   Termina de servir y vuelve con lo último que habéis pedido y lo trae también.

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A mayores de lo que ya había dado, saco de mi bolsa 6 lunares más.
Tomad, 2 monedas por la habitación que os queda, otros tres para que coloques una hamaca a mayores en cada una y otro por las molestias, dormiremos un poco apretados pero al menos todos juntos, ¿nadie se opone, verdad? - espero hasta que el posadero se aleja y bajando la voz come yo con mis compañeros - perdonadme por haber tomado la decisión sin contar con vosotros, tengo una rara sensación está noche, pie de que sea sólo el cansancio, pero he aprendido a fiarme de mi instinto. Ningunonde los presentes es una amenaza, ni físicamente para nuestros guerreros ni mágicamente para ellas dos - todos sabían de mi capacidad para calibrar a la gente por su potencial mágico, ellas lo entendían, ellos simplemente lo aceptaban como un dato más, quizá está capacidad las generaba algo de envidia, era algo natural para mi, pero desde luego yo no podría nunca desatar los prodigios con los que ellas contaban, lo mío eran trucos baratos la mayoría de las veces, pero habíamos aprendido a vivir todos con los puntos fuertes y débiles de los demas.

 Aquella comida se le hacía copiosa a la joven Zashi acostumbrada a comer arroz, encurtidos y comida más ligera. Pese a todo, aceptó de buena gana pagar por su parte de la cena, añadiendo dos peniques más para cubrir el alojamiento y la bebida. Con mucha ceremonia extrajo sus palillos lacados para comer y sujetó la loncha de carne que se le había servido con ellos.  Su idea de comerse aquello consistía en darle delicados mordisquitos mientras sorbía la espesa cerveza con buches cortos. Si había alguien más fuera de lugar que ella en aquella posada, debía estar muy bien escondido sin duda.

-Os agradezco vuestra amabilidad y caballerosidad- expresó lenta y educadamente a Sigurd mientras posaba una mano delicada en el fornido antebrazo del hombre- Pero creo que es mejor que todos colaboremos.- ofreció al orlanthi.

Las palabras de M'Tchala sin embargo, le preocupaban de sobremanera. Hacía escasos días que se había vencido la magia protectora de sus sortilegios y aun no había tenido el tiempo suficiente para realizar las múltiples ceremonias que requería rearmarlas todas.

-Si eso que decís es cierto, compañero, tal vez debería retirarme pronto esta noche para poder ejecutar sobre mí las égidas que habitualmente me protegen contra todo mal- informó consternada mientras "apuraba" cuidadosamente su comida

Cuando termina su potaje de verdura, se dirije a sus compañeros:
" Ahi dejo mi penique para compartir la habitacion comun. " Mientras, sigo mirando de reojo al hombre apoyado en la barra.

Las reiteradas mirdas de Aeril hacia la barra le estaban poniendo un poco nervioso, con lo que tambien el dio un vistazo al individuo que parecia vigilar el elfo, mientras dejaba su parte del gasto en la mesa.

Despues se acrco un poco al aldryani y le pregunto en voz baja.

-¿Algun problema con ese tipo?-mientras con la mano aflojaba un poco la espada.

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   Examinas la figura que mira Aeril, es una persona rechoncha, de mediana edad, envuelto en una sucia capa de viaje y apoyado de espaldas contra la barra de forma que tiene una buena vista de la posada, cuando miras está vaciando una jarra de cerveza.

   Al cinto porta un rapier o espada ropera y se le nota claramente que lleva cota de anillos en el torso, con los antebrazos cubiertos de brazales y guantes de cuero reforzado, un casco está en la barra a su lado. Claramente notas que es un guerrero mercenario, quizás como tú fuieste en su día.

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" Aun no se si es o sera un problema, Naran. Pero ese hombre no lo he visto antes por aqui. Ademas viene equipado para el combate y parece esperar a alguien o a algo. No esta perdiendo detalle de lo que occurre en el salon. "

¿que te parece que está vigilando? - susurro mientras me llevo la jarra a los labios para disimular - ¿las escaleras, la puerta, los tipos de la mesa del fondo o a nosotros?

Como queráis noble Zashi, pero en ningún caso decía que no colaboráramos todos... pretendía aseguraros un lugar algo mas confortable para un mayor descanso para vos, cosa que sin duda os iría fabuloso...

Siguiendo la tónica de hablar en murmullos, comento al resto de la mesa, que lo más habitual es ver gentes de otros lugares en sitios como este... Al fin y al cabo es donde pueden comer o pasar la noche los forasteros, no? Donde está lo extraño?

La verdad es que no me había percatado especialmente en el individuo, no más que en esa cabeza de res con enormes cuernos, que cuelga de la pared de la Taberna.

Podríamos preguntarle directamente que anda buscando, o si espera a alguien importante... digo mientras muerdo un cacho de carne hincada en mi cuchillo de comer...

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   Tras comer y poner en orden vuestros asuntos, os reunís en la mesa a relajaros, con una ronda de cerveza que corre de cuenta de la casa, dice Biff. El cuarteto de lugareños de la mesa del fondo acaba marchándose, pero el hombre calvo de la barra se queda. Apenas se ha cerrado la puerta de la posada al salir los lugareños cuando la puerta se abre y entra otra figura.

   Es un hombre moreno, vestido con ropas cómodas y un peto de cuero blando, con el pelo bien cortado y recogido en una pulcra coleta, sonríe al entrar y al ver a Beruthiel y Zashi hace una cortés reverencia y se dirige a la barra. Pide una cerveza y tras intercambiar unas "buenas tardes" con el que permanece en la barra se recina en un asiento mirando hacia la puerta, mientras se limpia la suciedad de las uñas con un cuchillo con el que jugetea de forma descuidada.

   Al cabo de un rato, la puerta se abre con un gruñido y un troll negro vestido con cota de anillos, con un ojo ciego de color blancuzco, entra, se queda un rato en la puerta buscando un rincón, claramente hay demasiada gente para que esté comodo, al final se dirige a una esquina cerca de las escaleras arrastrando casi un hacha de aspecto amenazador.

   Antes de que se cierre la puerta, una joven atractiva, que como mucho si acaso llegará a la veintena entra en la puerta y se dirige a la barra, ignorando a todo el mundo, aunque se detiene un instante sorprendida al ver a Beruthiel y la saluda con un leve movimiento de cabeza antes de sentarse en una silla en la barra, dando la espalda a todo el mundo y sin pedir nada. Cierra el puño y una aureola de luz aparece en él, parece jugetear con la luz cambiando su intensidad, o eso os parece, ya que os da la espalda

   Por último un trio un tanto peculiar entra en la ya por momentos, atestada posada, un elfo de pelo rubio vestido con cuero verde repujado y decorado con plata, con su arco y una lanza. Un hombre musculoso con aspecto barbaro con lanza y escudo colgados del hombro. Y por último un enorme gran troll que tiene que agacharse para pasar por la puerta con enorme garrote que casi parece un pequeño tronco. Estos tres últimos se ponen en la mesa del fondo, aunque el troll se sienta en el suelo y aún así su cabeza llega a la misma altura de todos los demás.

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   Reconoces a la chica que ha entrado como Sheryll, tu "compañera de estudios", aunque vuestra relación no paso de la cortesía de dos personas que toman clase con el mismo maestro, por lo que puedes saber, al menos es tan buena con la magia como tu.

   De los otros al hombre algo rechoncho y calvo de la barra y al moreno que ha entrado, te suenan del pueblo, el primero te parece recordar que se gana la vida como mercenario, aunque no sabes que puede hacer el segundo, tampoco es que estes al tanto de lo que hacen todos los habitantes del pueblo.

   Detectas un aura muy débil de algún tipo de encantamiento en un colgante que lleva el hombre moreno. El arco del elfo parece tener cierto poder mágico. Asi mismo la chica parece llevar varios objetos con encantamientos pero te es dificil descifrar su número o naturaleza, no parecen demasiado poderosos. Todos tienen una fuerza espiritual y mágica que comparada con la tuya no destaca arriba o abajo. Excepto la chica, que parece irradiar un poder mágico superior al tuyo.

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   La puerta se abre una vez más y una figura vestida de negro entra, tras una mirada alrededor, se dirige a la única mesa que queda libre y coge una silla. Como los demás, se limita a esperar.

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Beruthiel estaba ensimismada acariciando su gato, mientras sus compañeros cuchicheaban, el murmullo se metía en su cabeza pero no parecía prestar mucha atención. Levanta la mirada y ve a alguien conocido, Beruthiel hace ademán de levantarse para ir a saludar a la chica, pero su tajante saludo la deja en el sitio.

Kuleidos maúlla de nuevo, pues parece que su ración de carne se ha acabado. Bien, acércate a la barra seguro que Biff tiene otro trocito para ti. El gato parece entender a Beruthiel y se dirige hasta detrás de la barra esperando que Biff pase para suplicarle con un maullido algo de comer. 

Ya que el gato y yo tenemos telepatía, aprovecha que esta por la barra para escuchar por encima las conversaciones que puedan tener los 3 de la barra, intentando mantenerse alejado de Sheryll. Si parece interesante pues se quedará por detrás de la barra escondido escuchando. 

el colgante del hombre, el arco del elfo y varios objetos de la mujer estan bajo algún encantamiento - susurro a mis compañeros mientras instintivamente controló un escalofrío - de nuevo sus auras son normales salvo la mujer, que posee gran potencial mágico. De repente se han juntado mucha gente en esta posada y todos parecen desconfiar de todos¿es esto algo normal en la villa? - pregunto sobre todo dirigiéndome a mis compañeros naturales de la misma, ellos conocerán el ajetreo de esta posada y quizá a alguno de los clientes, como parece ser el caso de la mujer 

Al parecer esta noche hay vida en la taberna.  Su dueño andará contento. Pero incluso para un forastero como yo, le parece extraña tanta gente de fuera... Me levanto discretamente y me llevo mi jarra conmigo. Sin aspamientos, decido subir ami habitación, donde cogeré mi Hacha, pués temo que alguno quiera liarla, Tras eso bajaré  y con un grito le hago saber a Bliff que: voy a cortarte algo de leña, como vengo haciendo de vez en cuando.

Luego saldré  fuera con la idea de irme a la parte de detrás. Aprovecho para otear que se ve alrededor de la posada..

Zashi mira con asombro a todos aquellos que se reúnen repentinamente en la posada. Algunos la asusta, como los enormes y mal encarados trolls. Otros le dan escalofríos, como el hombre pulcro de la coleta. Y algunos despiertan su curiosidad, como la mujer del encantamiento en la mano. Todos parecen muy diferentes y peligrosos a su manera. Es cierto que aquella era una ciudad de paso cerca de un lugar muy transitado por aventureros, pero las advertencias de Aeril la estaban poniendo nerviosa.

- Quiero subir cuanto antes a mi habitación- se excusó con los presentes. Luego posó su mirada en el fornido guerrero a su lado- Sigurd, ¿Me haríais de guardián en lo que realizo mis ceremonias mágicas, por favor? -Solicitó educadamente la oriental.