Partida Rol por web

-Que zea rápido.

-¿De dónde vienes?- digo al kobold cuando se acerca -Nsstss ziets liephs xijsazs ahiss... Ossirieszts hus ztha nnasz- le espeto en Gaet´za entrecerrando mis ojos de raptor.

Para quien entienda Gaetza: -Creí haberte dicho que no te alejaras... Espero que no se te haya ocurrido robar nada...-

El kobold te responde con cierto nerviosismo.

"¡Tr..tra..traidores! ¡Los he escuchado amo... el gnomo intenta volver el grupo en nuestra contra! ¡El enano, el de la gran armadura, el cornudo y el gato saben que hemos robado el oro! El gnomo y la gran armadura planean algo contra nosotros... fueron a por mi... ¡Tuve que ocultarme, por favor amo, protegedme, no me dejéis solo con ellos! - Notas cierto miedo en sus palabras, pero evita hacer gestos o expresiones delante de los demás para no alertarlos.

El kobold responde en el mismo idioma.

"Xax ars lesif fuss gess hix zzerrs jarnn satss ux rassas ohs lopt yrax igax cret ninn kep aquix querax poss nnoy darass reqass mott heriss."

Azoriam se desentiende del asunto y os habla mientras se va.

"Os esperaré en la puerta, no tardéis."

Deambuláis entre los refugiados, pero ninguno vende lo que Specullo busca. El fortín se usa exclusivamente para defender el portal. No hay comerciantes ni tiendas.

Al cabo de unos 5 minutos desistís y volvéis con el grupo.

-Oye gaeztzar... Aquí no hay tiendaz -digo a Xsii'tsz-. ¿Ze puede zaber a dónde haz ido?

-No hay tiendas, pero algunosss de los que vienen tienen cossass para comerciar, como el sssemielfo de antesss.- digo al analfabeto de la armadura. -Nossss llaman a la puerta, démonosss prisssa.-

Vais a las puertas. El caballero de las dos espadas os espera apoyado al lado de la pared cruzado de brazos. Una vez ve que os acercáis, se despega del muro y da un grito.

"¡ABRID LAS PUERTAS!"

Tras unos segundos, dos portones se abren, dejando ver el salvaje exterior.

El día sigue nublado, solo unos pocos rayos de Sol atraviesan las nubes. Una pequeña carretera de tierra se extiende al horizonte.

Drotir decide quedarse con el grupo que va con los refuagiados, asi sois seis delante y seis atrás.

"Debemos adelantarnos para comprobar que no hay peligros, vamos." - Os dice Azoriam mientras sigue el camino mirando a todos lados, os parece incluso algo paranóico.

El viaje continua normal durante unas horas, de vez en cuando retrocedéis un poco para comprobar el estado del grupo de refugiados. Ya casi es por la tarde y todo ha sido tranquilo. A la distancia ya podéis ver una gran torre. Azoriam suspira aliviado.

"Yzravil está a una hora, ya puedo ver la torre de la luz desde aquí..."

Seguís andando con precaución durante unos veinte minutos, hasta que algo disturba vuestro reconocimiento.

El bichejo en cuestión, se llama kreros. Van a ser 6, 33 de vida, armadura 3, ataques 1d8+3 pen 2

Ruedo hacia el tronco de un árbol.

Fausto se prepara para lanzar un hechizo. Genero a un Fausto que salga corriendo.

Trato de esquivar hacia el lado, retrocediendo un poco de la linea delantera

Specullo percibió el peligro y, sin tener ni ideade qué era, trató de esquivarlo haciéndose a un lado.

La paso. Esquivar a la izquierda

Esquivo a la izquierda.

Todos menos Kythos reaccionáis. Fausto genera una copia de si mismo que sale corriendo, Acharl rueda hacia un árbol cercano mientras que Crispado retrocede hacia su espalda. Specullo esquiva avanzando hacia Azoriam.

Xsii y Nerbar esquivan a su izquierda, pero eso no impide que una de las criaturas salga a toda velocidad de la tierra e intercepte a Nerbar, que no se ha podido moverse lo suficientemente rápido para evitar el golpe. Una tercera intenta atacar a Xsii, pero este esquiva el ataque velozmente.

Las criaturas emergen de la tierra con un gran salto atacando a Kythos y Nerbar con sus grandes garras e impactando de lleno.

Azoriam saca sus dos espadas y grita.

"¡Kreros! ¡Cuidado con las garras, moveos mucho u os haran caeeeee...!"

El suelo bajo el caballero se derrumba y sin que este pueda hacer nada, cae al negro abismo.

La ilusión de Fausto sigue corriendo y es atacada por un cuarto Kreros, que se queda confundido al ver como atravesaba la imagen del anciano.