Partida Rol por web

El alzamiento de los tres monarcas

03. Más allá del río Berounka

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18/12/2020, 18:51
Guardián

6 de agosto de 1939, 0446 horas — Orilla del río Berounka

No sabéis cuanto tiempo lleváis en ese camino, el paisaje está oscuro y es totalmente monótono. Hay bosque y más bosque y solo de vez en cuando se ve el cielo despejado. Casi no hay estrellas en el firmamento y, aunque es de noche, la negrura ya no es tan oscura como al despertaros en esa horrorosa caverna. ¿Cuántas horas lleváis despiertos? No sabéis ya si habéis dormido algo en la cueva o ni habíais llegado a conciliar el sueño.

Finalmente llegáis a lo que parece el final del bosque. El camino gira casi noventa grados a la izquierda y, por descontado, seguramente Penwater dé otro violento volantazo que os golpee hacia la derecha. El río Berounka discurre paralelo al camino, acompañándoos en el trayecto. La corriente no es muy fuerte, pero lo suficiente como para suponer algo de esfuerzo atravesarlo a nado.

Al otro lado del río, veis los focos de otro Sonderkraft en dirección contraria, pero pasa de largo. Pronto llegáis a una especie de pequeño pueblo de cuatro o cinco casas y un molino de agua que aprovecha la corriente.

Más adelante, en la lejanía, hay un puente por el que puede circular un coche en cada sentido. Al otro lado, un pueblo rodeado de un muro de piedra que a todas luces parece ser Vordertrebain. En la única entrada visible desde la lejanía, unos focos iluminando el puente y un control del ejército.

Notas de juego

Podéis parar en el pueblecito o seguir adelante, como vosotros veáis.

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18/12/2020, 22:33
Thomas Penwater

Lo sucedido en aquel bosque le asombraba a la par que le avergonzaba. ¿Había matado a niños? ¿Había corrido como un demente atravesando un campo lleno de trampas sin pensar en las consecuencias? ¡Podría haber muerto! ¿Y que le había respondido por radio a los nazis? Es más... ¿Había arrancado el intercomunicador y lo había lanzado por la ventana? ¡Joder si, lo había hecho!

Abochornado cuando recuperó cierta compostura, dejó de conducir de forma temeraria y sobre todo dejó de reír como un maníaco. Había oído historias sobre la guerra, en las que se contaba como algunos soldados enloquecían ante las atrocidades que presenciaban, pero lo que el había experimentado... Desde luego no podía creer lo poco que recordaba deas horas previas a su llegada a aquella pequeña población. 

Fuera como fuera, en algún momento debería pedirles disculpas a sus compañeros por su extraño comportamiento. Al fin y al cabo, aquella extraña e irracional manera de actuar les había sacado con vida del bosque maldito. Quizás había sido lo imprevisible de su comportamientoa razón por la cual estaban todos vivos en esos momentos. Nunca lo sabrían, pero si tenía una cosa clara era que no deseaba volver a trastornarse de aquella manera.

¿Qué hacemos, compañeros? - Les preguntó una vez detuvo el transporte a un lado del camino. - Aunque portemos los uniformes alemanes, tarde o temprano, en algún momento control nos detectaran y sabrán que somos impostores. Creo que deberíamos cambiar de medio de transporte. - Sugirió. - Y puede que aquí descubramos algo más sobre la resistencia, aunque tengo serías dudas de querer conocer al padre Andrej...

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19/12/2020, 12:35
Emil Klein Heinrich

Ahora los alemanes saben que les han robado un vehículo - contesta secamente Emil, sin mirar al cabo a la cara -, así que, evidentemente, no podemos seguir utilizado este trasto.

Emil se había pasado todo el trayecto en silencio, meditando sobre cuáles eran sus opciones. Aunque en un principio había abogado por hacerse pasar por nazis para pasar el control, ya no estaba tan seguro. Ya no se fiaba ni de Heizinger ni de Penwater: ambos eran personas inestables. Era cierto que el austriaco tenía el gusanillo de la teatralidad y, hasta cierto punto, podía desenvolverse bien en el papel. Tal vez demasiado bien. Era tan melodramático que no conseguiría pasar desapercibido, justo lo que necesitaban. En cuanto a Penwater, aunque era cierto que durante el trayecto parecía haberse relajado, quién sabía cuándo se le volvería a ir la pinza. Otro de sus brotes en medio del ejército alemán, y estaban muertos...

Propongo abandonar el vehículo en el bosque, lo más oculto y alejado de este pueblucho que podamos. Dificultar, por lo menos un poco, que nos sigan la pista - explica el joven, llevándose dos dedos a la sien. Era cuestión de tiempo que encontrase el vehículo, y para entonces más les valía estar bien lejos -. Aprovechemos este lugar para abastecernos y conseguir algo de información: tal vez alguna pista de como entrar a Vordertrebain. Además, puede ser que este sea el lugar por dónde Andrej traía a los críos a los que rescataba del castillo.

Emil se gira hacia el grupo encogiéndose de hombros y mirando a cada uno de sus compañeros unos segundos, para finalmente clavar la mirada en el cabo.

- Quién sabe, tal vez algún muchachito amable sepa algo del Profeta.

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20/12/2020, 10:43
Eleanor Marlowe

Eleanor había conseguido algo de tranquilidad. Thomas parecía algo más centrado y al fin habían llegado a un pueblo en apariencia civilizado. Con los evidentes peligros que esto conllevaba... 

- Emil tiene razón. No solo puede ser un buen lugar para abastecerse, sino también para descansar. Estamos agotados y el cuerpo tiene sus límites. No sabemos cuánto va a durar esta misión, pero si seguimos así no hará falta que nos maten los nazis... - La doctora hizo un asentimiento en dirección al joven alemán. 

Con gesto conciliador se acercó a Thomas Penwater y le puso una mano en el hombro. - Me alegro de tenerle de vuelta, Thomas...- La joven había llegado a apreciar sinceramente al soldado en el escaso tiempo que lo había conocido. Era un buen hombre y le necesitaban para el éxito de la misión. Además, era el único que tenía experiencia militar. 

¿Qué piensa, amigo mío? ¿Va siendo hora de librarnos de esa ametralladora que le tiene cautivado?  Confiese... Le ha puesto nombre... - Eleanor observó con una ceja un tanto levantada y una media sonrisa a Klaus. 

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20/12/2020, 14:00
Thomas Penwater

- Si... - Sonrió. - Yo también me alegro de estar aquí... - Le respondió a Marlowe agradeciendo el gesto y posó una mano sobre su hombro haciendo una leve presión. 

Le hubiera dado un abrazo a Eleanor, pero todavía no tenía tanta confianza. Además, quizás les hubiera parecido un gesto de debilidad a Emil y a Klaus y no deseaba aparentar fragilidad. Demasiado habían visto ya de él. 

Esconder el transporte es buena idea. - Asintió ante las palabras de Emil. - Y estoy deseoso de pisar un restaurante y dormir en una buena cama por una noche. - Sonrió la idea que se le antojaba placentera.

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20/12/2020, 16:14
Klaus von Heizinger

-Mi querrrida Fraülein Marlowe, esta maravilla bélica responde al nombre de Brynhildr...-, replicó el austríaco con cierto orgullo creativo.

Sentado en el puesto del artillero y sumido hasta entonces en un inusual y perturbador silencio, Klaus no entendía a qué venía tanto dramatismo con el actual estado mental del cabo. ¡La locura era lo más natural de la vida! ¡El tránsito lógico de la ignorancia a la suprema iluminación! ¿Quién querría ser un ignorante cuerdo? ¡El conocimiento exige pequeños sacrificios! ¡La verdad puede levantar pústulas! Al fin y al cabo, aquello era un mundo de locos. Solo había que tomar al Führer, por ejemplo. ¡A más disparatados eran sus discursos, más adeptos conseguía para sus ejércitos!

Resultaba que, en mitad del conflicto, Penwater había avistado la luz. Su sesera, una caja de cristal, ahora tenía una brecha por la que acechaba su auténtico ser, una máquina de matar indómita, con una innegable risa estridente, cierto; pero sin pizca de miedo a la muerte. El austríaco sabía bien que había sido una suerte contar con el desequilibrio -por ahora transitorio- del cabo. Le había hecho avanzar con resolución entre la maleza, víctima de alguna trampa o del fuego enemigo, y estaba seguro de que sin su colaboración estelar no habrían salido vivos de aquel bosque mortífero.

-No tema, Penwaterrr-, dijo al militar, tras escuchar a la doctora consolarle. -La guerra está en su sangre. A diferencia del resto, usted es un bravo soldado amerrikanerrr. Su intervención resultó pro-vi-den-sial, no le quepa la menor duda. Esos jóvenes estaban trastornados y nos habrrrían asesinado mientras dormíamos. Usted actuó para protegernos...-, dijo sonriendo sin mostrar su dentadura como era habitual. Era una sonrisa cargada de condescendencia.

Daba la sensación de que Klaus estaba especialmente alegre de la revelación de Penwater. Como si ahora le profesase una extrañísima admiración. Se podía apreciar sincera aprobación en las palabras de Von Heizinger. ¿Sería eso un motivo para la inquietud?

Asintió a la declaración de Emil.

-Sin duda los alemanes saben que algo va mal, pero creo que, para nuestra fortuna, tienen varios frentes abiertos. Prescindir de esta maravilla de la tecnología alemana me apena profundamente, perrro creo que es el proceder más inteligente dada nuestra situación.

>> Investigar este pequeño poblado podría reportar alguna utilidad, sin duda; sin embargo, se abre ante nosotros un interrogante que debemos comentar... ¿Cómo nos adentramos en Vordertrebain?

Klaus se cruzó de brazos y se dio varios toques en la nariz con aire pensativo.

-El acceso por carretera está controlado por esos natsis. Teniendo en cuenta que tienen una base muy sólida para sospechar que les han sustraído un sonderkraft, estarán en alerta. Aunque utilizásemos los uniformes alemanes creo que tendríamos serios inconvenientes; por no mencionar la presencia de nuestra entrañable doctorrra de británicos rasgos, que podría captar su atención.

Señaló el Berounka con su dedo favorito. El matizador.

-Luego está la opción de cruzar el río a nado. La corriente no parece demasiado fuerte. No se lo esperarán, desde luego. Aunque por otra parte, el riesgo de acatarrarse es considerable, ahem. ¿Tiene usted expectorante en su maletín médico, doctorrra?-, inquirió alzando las cejas varias veces con aire travieso.

-¿Y bien, qué opinan?-, preguntó ajustándose el rifle y dispuesto a abandonar el Sonderkraft para llegar al pequeño pueblo que les separaba de Vordertrebain.

Notas de juego

Klaus aprueba echar un vistazo en este poblado que hay antes de Vordertrebain.

Tengo una idea para entrar en Vorder sin complicarnos mucho, pero necesitamos dar con alguien que odie a los natsis para que haga volar por los aires el sonderkraft por el bosque ;D

¡SABOTAJE AL ARMAMENTO ENEMIGO!

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20/12/2020, 20:32
Thomas Penwater

- Deberíamos descansar y tratar de reunir información en el pueblo. - Dijo Penwater. - A decir verdad, desde que descubrirmos a que se dedicaba en realidad el padre Andrej, creo que encontrarle resolvería algunas dudas, pero también creo que nuestro camino no está a su lado. - Se encogió de hombros. - Hay muchas incógnitas ahora mismo y deberíamos tratar de resolver algunas antes de empezar siquiera a pensar en cual debe ser nuestro siguiente paso lógico. De momento ya no me fío de la resistencia, así que... - Resopló. - ¡A ver qué hacemos! 

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21/12/2020, 09:04
Klaus von Heizinger

Klaus se dio otro par de toques en su napia mientras escuchaba a Penwater.

-Bien, sea. Investiguemos esta pequeña comunidad de vecinos... ¿Qué peligros pueden aguardarnos? ¡Jijijijiiiii! Espero que saquemos algo de provecho o utilidad antes de recalar en Vordertrebain. Si no nos matan los natsis, lo hará la hospitalidaT de este país. A fe mía que son gente incivilizada y ultraviolenta. ¡Hmpf!-, dijo algo airado alisándose las solapas de su chaqueta.

Von Heizinger estaba de acuerdo con el cabo en que el padre Andrej parecía estar situado en el extremo opuesto de la moralidad que se le presupone a un sacerdote. Y justamente por eso, el austríaco deseaba encontrarse con él. ¡Un líder de una secta vivo! ¡Y de nada menos que la Cabra Negra! Seguramente estuviese chalado sin remisión, claro; pero... ¿¡Acaso no era eso un pequeñísimo y perdonable desliz en el arduo camino hacia la trascendencia!?

Definitivamente, Klaus no estaba dispuesto a detenerse ahora que había confirmado la presencia de elementos sobrenaturales sobre el terreno. ¡Podía ser su investigación más valiosa en años! ¿Qué digo...? ¡En décadas! Esto haría palidecer al paliducho y engreído de Howard Phillip Lovecraft en su dormitorio apolillado de Providence.

-Oiga, doctora Marlowe, quisiera preguntarle... En su estricta opinión profesional, ¿Qué mal aquejaba al fallecido Dominik? Hmmm... ¿Ha valorado el hecho de haber sido testigo de un posible caso de licantropía?-, inquirió frotándose las manos.

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21/12/2020, 19:43
Guardián

Al adentraros un poco en el pueblecillo, veis que se trata de unas cuatro o cinco casas de piedra, cada una de un padre y de una madre que no siguen ningún patrón. Claramente, los propios aldeanos las han construido —o tal vez sus antepasados— con sus propias manos.

Detrás de una de las casas se encuentra un pequeño redil con unas ovejas durmiendo apelotonadas en una de las esquinas. Ante el ineludible ruido que produce el Sonderkraft acercándose, algunas de ellas balan extrañadas en la noche. Los faros del vehículo las enfocan levemente y sus poco inteligentes ojos brillan como criaturas del demonio.

Ninguna de las casas parece tener luz. Por otro lado, esto es normal, siendo las cinco menos cuarto de la mañana. Nadie sale de su casa, pero sí véis algún leve movimiento de cortinas. Probablemente, más de una familia os esté observando desde la inseguridad de su hogar.

Notas de juego

Cruzar el Berounka a nado requiere una tirada de Atletismo. Todavía es de noche, por lo que nadie os vería. Si esperáis a la mañana, puede que además necesitéis sigilo (o simplemente dar mucho rodeo).

Destaco que el Sonder no tiene ningún distintivo de la brigada Jäger 3, simplemente la cruz del Heer, así que también podríais intentar tiraros el moco ahora que hay menos luz y entrar a cara perro, igual hay suerte.

Por otro lado, podéis descansar en una de las casas o al raso. Al fin y al cabo, vais vestidos de alemanes y eso juega a vuestro favor.

Sea como fuere, si descansáis, recuperáis 1 punto de vida como regeneración natural y podéis hacer/recibir tiradas de Medicina.

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22/12/2020, 02:11
Thomas Penwater

Creo, amigos, que ha llegado el momento de utilizar nuestros uniformes para dormir bajo cubierto y gratis. - Sonrió Penwater. - ¿Qué os parece su probamos en alguna de las casas? No creo que pongan demasiadas pegas... 

Thomas señaló con la mirada una de las casas. La cortina se movía todavía por lo que sin duda alguna, quien fuera que vivía en ella, estaba despierto. No sería tan mal educado por su parte tocar a la puerta a esas horas. Si quien moraba en su interior les estaba espiando, bien podía abrirles la puerta.

¿Qué opinan? - Les comentó. - ¿Probamos en aquella casa? Igual son hospitalarios y nos dan algo caliente para comer...

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23/12/2020, 17:47
Guardián

El Obersoldat Thomas Penwater, natural de Liepzig, llama a la puerta de una de las casas y no ocurre nada. Llama de nuevo. Tampoco ocurre nada. Vuelve a llamar y se enciende una luz. Una voz temerosa y apurada responde en checo. ¡Ya voy, ya voy!

Un hombre de piel curtida y larga barba, que pasará la cincuentena, abre la puerta. Tiene los hombros anchos y una mirada inquisitiva. Los ojos le brillan y pregunta qué ocurre. Al fondo, su mujer y un niño de unos trece años, temerosos, observan con miedo.

¿Qué quieren esta vez? Ya le hemos dicho a sus... compañeros —dice con desprecio— que no tenemos más comida que darles. ¡Las ovejas son para nosotros, para cuando llegue el invierno, maldita sea! ¿No tienen comida suficiente en Vordertrebain?

El hombre no se atreve a cerraros la puerta, porque al fin y al cabo, está ante tres soldados del Reich y... ¿una mujer soldado? ¿Qué demonios? Mira a Marlowe con extrañeza. La familia, al fondo, también parece sorprendida.

Notas de juego

Decidáis convencerles o meteros en su casa con todo el morro siguiendo la farsa, podéis lameros las heridas y curaros el punto de vida correspondiente.

Si nadie va a querer llevar a cabo una acción especial, hacemos una cortinilla de estrellas hasta el día siguiente para que no se enfríe la cosa.

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23/12/2020, 19:49
Eleanor Marlowe

Eleanor Marlowe estaba agotada y aquel pueblo parecía un lugar idóneo para pasar la noche. Estaba distraída observando las viviendas que a aquellas horas de la madrugada parecían cascarones huecos y sin vida cuando la interpelación de Klaus la pilló desprevenida. 

Oiga, doctora Marlowe, quisiera preguntarle... En su estricta opinión profesional, ¿Qué mal aquejaba al fallecido Dominik? Hmmm... ¿Ha valorado el hecho de haber sido testigo de un posible caso de licantropía?

Por un momento, la doctora se quedó en blanco. ¿Qué mal aquejaba a aquel chico que pudiera convertirlo en una bestia sedienta de sangre? Pues lo cierto es que no tenía ni la menor idea. Y eso la tenía ciertamente molesta. - Querido Klaus, reconozco que en aquel rincón perdido del bosque estaban ocurriendo sucesos de lo más extraños y si bien es cierto que empiezan a darme ganas de sacar mi escoba voladora para cruzar ese maldito río y dejarle a usted alucinado, no creo que todavía pueda considerar seriamente la licantropía como una respuesta lógica a cualquier patología... Aunque quien sabe... La noche es joven... Parecía usted saber mucho sobre lo que estaba ocurriendo en aquella cueva... Igual debería ser usted quien expusiera sus opiniones profesionales... - La joven observó al austríaco con una ceja levantada y con una media sonrisa. Desde luego que Klaus alucinaría si la viera sobrevolar el río en escoba. Sería magnífico... 

Por un instante, debió perder el hilo de lo que Thomas Penwater estaba diciendo - No tengo claro que llamar a una casa a estas horas vestidos así... - porque antes de que se diera cuenta el cabo había comenzado a llamar a la puerta más cercana y la frase murió en sus labios. A Eleanor la actitud del hombre que abrió la puerta le pareció de lo más normal. Lo raro habría sido que se mostrara hospitalario. - Buenas noches, señor. Lamentamos molestarles tan tarde... Mis acompañantes no son demasiado... considerados. No se preocupe, no entienden el checo... Estamos de paso, solo necesitamos un sitio para descansar unas horas. No les daremos problemas y yo puedo prestarles atención médica si lo necesitan a cambio de su hospitalidad... - La doctora hablaba bajo para no llamar la atención de los vecinos, aunque suponía que si alguno preguntaba a nadie le extrañaría que aquel hombre hubiera prestado ayuda a un grupo de nazis... Como si tuviera otra opción...

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23/12/2020, 20:50
Klaus von Heizinger

Klaus rió ante el ingenio de la doctora Marlowe esquivando la cuestión. Podría no creer en la licantropía aún, pero terminaría creyendo en lo sobrenatural. 

Klaus se encargaría de ello.

-Con gusto lo haré, Fraülein. Todo a su debido momento. Pero permita que antes encontremos un refugio digno para reponernos de la notable intensidad que nos ha deparado el día. ¡Aún estoy fascinado por nuestro ejérsito de un solo hombre! ¡Sigfrido Penwaterrr! ¡Jiiiiiiiiiiijijijijijiiiiii!

* * * * *

Von Heizinger no era un tipo demasiado imponente físicamente, pero cuando uno sumaba a su atuendo de oficial nazi su inquietante sonrisa torcida, lo cierto es que el austríaco resultaba algo perturbador. Y así se presentó ante el oso checo que abrió la puerta de la casita que señaló Penwater.

-Güten Frisch, Ehrenmann-, saludó cortés pero firme, en su papel de oficial alemán. Accedió al interior del inmueble tras hacer un movimiento de cabeza a sus camaradas, invitándoles a seguirle el paso.

En el interior, Klaus comenzó a inspeccionar la casa y a sus habitantes mientras se paseaba con las manos a la espalda. Prestó especial atención por si tenían algún arma oculta que pudieran utilizar contra ellos. Ya le habían birlado un par de veces el Mauser y no iba a haber una tercera. ¡Orgullo austríaco!

-Doctora, tradúzcame si es tan amable. No buscamos comida, solo un lugar en el que pasar la noche. Afuera hace frío, ¿sabe? No obstante... ¿Tiene leche?-. Klaus miró fijamente al padre de familia, esbozando una amplia sonrisa y mostrando su dentadura en todo su esplendor. -Mataría por un vaso de leche-.

Klaus miró al niño ladeando la cabeza y le dio una palmada cariñosa en la testa. Uno diría que el muy sibilino disfrutaba del clima de tensión, pero las acciones del austríaco parecían obedecer a un plan más complejo.

-Dime, jovencito... ¿Has visto una cabrita negra por el bosque? ¡JIA!

Notas de juego

Iba a preguntar un par de cosas a la familia, pero al final he preferido no ralentizar y tirarnos a Vordertrebain que es donde -creo- va a estar el atún.

LET'S ROCK!

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24/12/2020, 00:03
Thomas Penwater

Pemwater fue a responder a aquel tipejo que acababa de abrirles, pero la doctora se le adelantó. No sabía que diantre había dicho en aquel incomprensible idioma local, pero sin duda sonó bastante convincente por la expresión del señor de la casa. Además, sin duda habría sido más amable que lo que él mismo hubiera soltado. Enfundado en aquel uniforme alemán, uno se crecía y tenía una gran sensación de superioridad. Supuso que así se sentían los seguidores del Führer todos los días de si vida. Era normal que aquella nación estuviera ganando tanto poder en Europa.

Ich bin Nicholas Müller. -  Se presentó usando el nombre de su padre y el apellido de soltera de su madre. - Wie sind sie? -Les preguntó, aunque no esperó respuesta. Asintió con la cabeza y siguió los pasos de Velvet Thunder al interior del domicilio.

- Por fin alguien mínimamente hospitalario, mi amigo Klaus. - Le dijo al austriaco. - ¿Leche? - Preguntó extrañado. - Yo tomaré café. Danke. - Le comentó a la mujer de la casa.

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24/12/2020, 10:21
Emil Klein Heinrich

Emil observó divertido como, una vez más, la curiosa pareja formada por el americano y el austriaco se abría paso ante la adversidad y hacia de la falta de sentido común su bandera. Al joven contrabandista no le hubiese supuesto ningún problema pasar una noche al raso (no sería ni la primera ni la más fría), pero de perdidos al río. Era evidente que la discreción no era uno de los puntos fuertes de esos dos.

Mirando a la doctora y encogiéndose de hombros, Emil accedió a la morada tras sus compañeros. Los esfuerzos de la pobre muchacha habían sido arrollados por Velvet Thunder y Tommy Gun.

Sin decir ni una palabra, y manteniendo su sonrisa de divertida incredulidad, Emil tomó asiento a la espera de ver como se desenvolvía la situación.

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24/12/2020, 16:51
Guardián
 

El hombre, que parece llamarse Josef por las constantes maldiciones por lo bajini de su mujer en un checo que, aunque la mayoría no entendáis, podéis jurar es más que coloquial, os deja entrar sin oponer resistencia. Tal vez "dejaros entrar" sea demasiado generoso, ya que allanáis la morada como una apisonadora sin esperar respuesta. Al fin y al cabo, el escuadrón de Müller es famoso por ello, ¿verdad?

Sin preguntar, los dos hombres, altos como torres al lado de la familia de la casa, se dejan caer en sendas sillas, pidiendo leche y café como si estuvieran en un bar y aprovechándose del miedo y la buena voluntad de los anfitriones.

Gracias a Dios, Marlowe consigue mediar con ellos y sus gestos parecen relajarse un poco. No por ello perdonan los demás su vasito de leche con galletas antes de dormir. De haberle pedido a Josef un beso de buenas noches, probablemente también os lo hubiera dado con tal de proteger a su familia.

* * * * * * *

6 de agosto de 1939, 1130 horas — Orilla del río Berounka

¡Las once y media! No dormíais así desde hace años. Josef y su familia os han cedido sus habitaciones y las camas no están nada mal. El sol ya está casi en lo alto y casi no hay ninguna nube. La mujer de Josef está faenando en la cocina y él, pastando a las ovejas a la orilla del río.

Cuando os asomáis fuera, veis el Sonder aparcado dentro del redil. Con esta nueva luz, no parece tan flagrante como anoche. Está lleno de desconchones y con varios impactos de bala por la parte trasera, probablemente de anoche al emprender la huida del bosque. La radio, con el interfono roto, emite ruido blanco y de vez en cuando se oye de nuevo la voz del Leutnant Luka Schulze, pidiendo que Jäger 3 vuelva a Vordertrebain para cambiar de turno.

Notas de juego

Vosotros diréis cómo queréis entrar en Vordertrebain.

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25/12/2020, 22:34
Thomas Penwater

- Podríamos simplemente ir hasta Vordertrebain con el sonder... - Le dio un tragó a su café, se había llevado una taza al exterior y se lo estaba tomando mientras admiraba el transporte nazi y su radio parloteaba. - Aunque supongo que lo estarán buscando  y vernos llegar en él, con agujeros de bala y sobre todo, no siendo soldados alemanes realmente, llamaría la atención. Además, si uno solo de los nazis a los que le robamos el sonder, pudo regresar, ya sabrán de nosotros.

Se rascó la cabeza y acto seguido se llevó la mano al mentón pensativo mientras sujetaba la taza de café. Ciertamente tenían una mala papeleta. Todas las opciones posibles podían ser buenas, aunque tenían sus riesgos.

¿Entremos caminando y vistiendo los uniformes que robamos? - Les preguntó a sus compañeros. - Podríamos ir en parejas. Si nos están buscando esperarán a tres hombres y a una mujer. ¿Qué opinan?

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26/12/2020, 15:42
Emil Klein Heinrich

- Me temo que la doctora llamará más la atención con el uniforme que sin él - Emil se desperezaba mientras tomaba pequeños sorbos al café -. Y mantengo lo que dije anoche: entrar con ese vehículo es pedir a gritos que nos peguen un tiro.

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27/12/2020, 13:24
Eleanor Marlowe

Eleanor se tumbó en la cama y en cuanto su cabeza tocó la almohada se sumió en un sueño profundo. La situación de combate a la que se habían visto sometidos desde que pisaron suelo checo y la consiguiente descarga de adrenalina constante habían llevado su cuerpo hasta el límite de sus fuerzas. A la mañana siguiente, sin embargo, se encontraba genial. Todo lo que había ocurrido estaba ahora rodeado por una bruma de irrealidad y a la luz del día parecían ser los desvaríos de una mente cansada. 

- Emil tiene razón. Es imposible que yo entre en el pueblo haciéndome pasar por militar junto a alguno de ustedes, vistiendo uniforme y sin saber una palabra de alemán. Seríamos descubiertos incluso antes de empezar... Aunque tal vez podría entrar como prisionera. Al fin y al cabo, hablo checo y soy doctora. Ustedes tres hablan alemán. Entraña sus riesgos, pero podría funcionar... -

No había nada que le apeteciera menos que hacerse pasar por prisionera para infiltrarse en aquel lugar. ¿Qué podía salir mal? Pues todo. Desde que les descubrieran nada más poner un pie en el pueblo hasta que ordenaran entregarla para torturarla y sus compañeros no tuvieran más remedio que claudicar por el bien de la misión. Pero, ¿qué otra opción tenían? Intentar acceder por el agua era demasiado arriesgado a plena luz del día y de alguna manera tenían que cruzar aquel maldito río. La doctora se encogió de hombros. No había llegado tan lejos para amilanarse ahora...

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27/12/2020, 17:17
Klaus von Heizinger

Klaus durmió plácidamente tras echarle al buche un vaso de leche fría con unas galletitas la pasada noche. El austríaco sabía bien que si no se cuidaba él, no lo haría nadie. Además, su cuerpo había sido sometido a diversos maltratos en el campo de batalla durante la corta estancia en aquella tierra hostil llamada Checoslovaquia y empezaba a necesitar algún mimito.

Taaaan plácidamente durmió el bueno de Klaus que concibió en el mundo onírico un infalible plan para infiltrarse en Vordertrebain al que no advertía fisura alguna. Porque, seamos realistas, Klaus Von Heizinger concebía planes a prueba de bomba por pura diversión en el que los únicos ribetes que podían apreciarse cobraban forma de niños que padecían un estado de licantropía avanzada y tenían ingentes cantidades de sarro en los colmillos.

También soñó con Penwaterrr aniquilando nazis con una cucharilla de postre mientras paraba balazos con el pecho, pero eso es otro relato y merece ser narrado en otra ocasión.

-Siempre podemos dejar que Penwaterrr los aniquile a todos, ¿ja, Lieben Freund? ¡Jiiiiiiiiijijijijijijiiiii!-, apuntó con tono bromista dando una palmadita en la espalda al Übersoldat. Ahora que había visto el rostro de su Bestia Interior sabía que siempre que las cosas se torciesen podían contar con aquella aguerrida máquina de matar engrasada en Arizona.

-Tal y como yo lo veo, infiltrarse atravesando el Berounka ya no es una opción. De noche, quizás habríamos tenido una oportunidad; perrrro ahora mismo me temo que al escollo de tener que salvar el río a nado se sumará evitar a los aviesos natsis que estén vigilando desde la ciudad. Nein, nein... Creo que nuestra mejor opción es jugar la carta que amablemente nos ofrece el Leutnant Luka Schulz. Ellos tratan de contactar con Jäger 3. Saben que fueron atacados en algún punto cercano a nuestro encuentro con los seguidores del padre Andrej, ¿ja? Entonces, para acceder a Vordertrebain, solo debemos hacernos pasar por los restos de un pelotón que regresa con alguna pista de Jäger 3 a Vordertrebain...

- Emil tiene razón. Es imposible que yo entre en el pueblo haciéndome pasar por militar junto a alguno de ustedes, vistiendo uniforme y sin saber una palabra de alemán. Seríamos descubiertos incluso antes de empezar... Aunque tal vez podría entrar como prisionera. Al fin y al cabo, hablo checo y soy doctora. Ustedes tres hablan alemán. Entraña sus riesgos, pero podría funcionar... -

A Klaus se le iluminaron los ojos al escuchar a la doctora Marlowe.

-¡EXACTO! Usted, mi querrrida doctora, ¡USTED! Usted va a encargarse de que Penwater, Emil y yo parezcamos muy malheridos. ¡Como si hubiésemos sobrevivido a un infierno en el bosque checoslovaco! ¡Póngale un vendaje en un ojo a Herr Tommy Gun y escayole la pierna de Herr Sidewinderrr! A mí con un vendaje en el meñique me bastará. Soy el ofisial. Se me presume algo de perisia en combate... ¡JA! Los natsis son muy listos. ¡PERO NO CONTABAN CON NUESTRA ASTUSIA! Puede que Schulz recuerde al que entabló conversación con él por radio. ¡Tenemos que ponerles dificultades! A un soldado malherido lo llevarán a la enfermería sin preguntarle nada. Si insisten en interrogar a alguien, seré yo el que les distraiga mientras ustedes se infiltran en el pueblo.

Klaus se levantó súbitamente y empezó a pasear en círculos con la manos a la espalda. A todas luces su mente estaba trabajando a gran velocidad.

-La doctora adoptará temporalmente la identidaT de la señorita Olga Prosinecky, una indómita granjera viuda a la que le encantan los gofres que ha sido testigo de algunos fenómenos extravagantes en el bosque del que apenas salimos vivos. Se ofreció a ayudarnos voluntariamente a cambio de que la sacásemos de allí. Dígame, doctora... ¿Podrá adoptar una identidad alternativa y seguirme el juego llegado el caso?

Más que una pregunta para calibrar el riesgo del plan, Von Heizinger parecía estar desafiando a Eleanor Marlowe.