Partida Rol por web

El amor en los tiempos del Sida

42. Una reliquia del pasado

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06/10/2013, 22:47
Narración

Martes, 20 de noviembre de 1984 - 11:10

Era de mañana, demasiado pronto para sus relojes biológicos. Los tres golpes en la puerta fueron cincelazos en el cráneo. Los cinco habitantes de la casa se quejaron al unísono, demasiado cansados o resacosos para poder soportar tamaño dolor. Alguien abrió la puerta (fue Wylard, uno de los compañeros de Calandra. Damara pudo verlo porque pasó por delante de ella, que había dormido en el sofá, con un batín que apenas ocultaba sus peludas piernas.

Wylard volvió a atravesar el salón para llegar a la habitación del pooka y entreabrir la puerta.

Mientras, alguien se había colado en el interior de la casa sin esperar invitación.

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06/10/2013, 23:01
Wylard Burton

-Cal, hay alguien aquí preguntando por ti. ¿Tienes alguna deuda por pagar o algo así, chico? Menudo cobrador del frac tenemos en la puerta... -dijo con tono irritante.

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06/10/2013, 23:02
Eddie Castle

El dichoso cobrador del frac había aprovechado la puerta entreabierta para permitirse pasar al interior y llegar al salón. Damara lo vio en la penumbra de las cortinas echadas. Era el redcap que había visto en el feudo esperando a Van Doren, sólo que se había ahorrado los kilos de metal y vestía un abrigo largo sobre un traje a gris. Tenía el pelo engominado hacia atrás y el rostro despejado y ceniciento, ojos inyectados en sangre y una boca demasiado grande para sentirse seguro junto a él.

El redcap miró a su alrededor con disgusto y descubrió la figura escuálida tapada en el sofá. Alzó una ceja y dijo:

-Sluagh, yo a ti te conozco.

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06/10/2013, 23:17
Damara

-Redcap, buena memoria -dijo ella sentándose y cruzando las piernas. No se molestó en presentarse más allá; aún recordaba la última vez que le había visto y su falta absoluta de etiqueta-. ¿A qué debemos esta inesperada visita?

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06/10/2013, 23:27
Eddie Castle

Fue a decir algo, pero frunció los labios y los torció en una sonrisa siniestra.

-Ya se lo he dicho a ese tipo. Estoy buscando a alguien. -Se metió las manos en los bolsillos del abrigo, lo que hizo que se entreabriera. Bajo la prenda de vestir, ceñido al traje, llevaba colgando un machete quimérico que podría abrir un cráneo como si fuese un melón. Eddie la miró fijamente sin dejar de sonreír-. Pero tranquila. No eres tú.

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06/10/2013, 23:38
Calandra

El pooka se había dormido bocabajo encima de Craig y suplía las sábanas que habían descartado durante la noche con las alas. Soltó unos cuantos quejidos incoherentes y trató de incorporarse, sólo para volver a caer de cara en el colchón. Se giró para tirarle a Wylard un cuchillo con la mirada.

-Pues dile que pase. Y deja de mirar, pervertido. Sea quien sea tiene más posibilidades que tú de meterse aquí con nosotros. Y vístete. Nadie quiere ver eso.

Cuando Wylard se marchó palpó hasta encontrar la cara de Craig y volvió a incorporarse. Le dio un beso que debido al sueño y a las legañas falló y fue a parar a la comisura de los labios.

-A lo mejor quieres taparte un poco -le sugirió, y reptó por encima suyo para alcanzar una sábana-. Aunque sería una pena.

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06/10/2013, 23:44
Eddie Castle

Craig soltó un gañido y se tapó con la sábana y la almohada, todo a la vez.

Cuando Calandra apareció en el salón, Eddie se cerró el abrigo con presteza.

-Tú. Calvin, Calandra, como te llames. Me ha dicho Howard, el de la Cherry, que ayer te vieron allí con un chico, Craig. Es negro y tiene los ojos azules o algo así. -Entrecerró los ojos y se fijó en las alas de mariposa como si estuvieran ocultas tras una cortina-. No me acordaba de que eras un pooka. Joder, ¿por qué coño me tienen que tocar todos los pookas a mí?

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06/10/2013, 23:57
Calandra

Calandra frunció el ceño y retrocedió hacia el sofá, tanto para poner distancia entre Eddie y él como para cubrir a Damara. Abrió las alas delante de la sluagh. No sabía en qué andaría metido Craig para que le buscara un redcap, pero no quería encontrárselo en una cuneta con (más) marcas de mordisco. Además escuchar su nombre mortal siempre le hacía sentir mal y desconfiar inmediatamente de quien lo hubiera pronunciado.

-Estuve con muchos chicos anoche, no me acuerdo de todos. Si pudieras darme algunos detalles más... anatómicos a lo mejor podría ayudarte. Por cierto, ¿quién eres, exactamente?

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07/10/2013, 00:01
Eddie Castle

-Eddie Castle. Tu jefe. O el jefe del jefe de tu jefe. No sé exactamente cuál; tres cuartos de los antros gays de San Francisco son míos. Algunos de Berkeley y Oakland también. Y Napa. Pero no soy gay. -Se cruzó de brazos y frunció el ceño-. Aclarado esto, voy a decirte lo que necesitas saber. Vengo de parte de Van Doren. No sé si la conoces; es la adivina de Lord no se quién, el que se ha muerto de sida hace unos días. Ella conoce al chico. Me ha pedido que le recoja y lo lleve a su casa. ¿Sabes dónde está?

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07/10/2013, 00:14
Calandra

Calandra retrocedió un poco más. Lo único que sabía de Eddie era que solía comer gente, y que alguien que comía gente era dueño y señor de todos los lugares en los que hacía vida mortal. No eran unas buenas referencias para llevar a Craig a ningún sitio. Ni siquiera con Van Doren.

-Pues claro que la conozco. Trabajo para ella, ¿verdad, Damara? Somos íntimos amigos suyos. Nos intercambiamos ropa. Bueno, blusas y botas, porque ningún vestido mío le entra de culo, ya sabes.

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07/10/2013, 00:16
Eddie Castle

Contra todo pronóstico, de la boca fruncida de Eddie surgió una carcajada.

-Sí, ya me imagino. Bueno, no me has contestado. ¿Sabes dónde está? No tengo todo el día.

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07/10/2013, 18:31
Calandra

Damara podía ver que Calandra tenía los hombros crispados y la espalda en tensión. Aún así hizo un esfuerzo por encogerse de hombros con naturalidad.

-Sí.

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07/10/2013, 19:01
Eddie Castle

Eddie resopló poniendo los ojos en blanco. Dio un paso al frente. Aún no era amenazador del todo, pero sus ojos hacían pensar en asesinatos.

-Eres un pooka. Lo entiendo. Tienes que jugar con las palabras porque si no no estás a gusto. Lo pillo. -Volvió a meter las manos en los bolsillos, el abrigo se abrió de nuevo y el mango del machete asomó sobre la chaqueta del traje-. Digamos que puedo respetarlo. Estoy aquí, en tu casa, y no habrás oído cosas buenas sobre mí. Lo cojo. Por otro lado, tengo una paciencia finita y muy mala leche. Y si es verdad que sois amigos de ella, no le gustaría que os hiciera daño. Pero si me enfado lo suficiente lo que ella piense me importa una mierda, así que sé razonable y no me cabrees. Dime dónde está ese chico. No le voy a hacer ningún daño, te lo prometo. Le devolveré a su madre y como mucho le daré una palmadita en la espalda. Ahora habla.

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07/10/2013, 19:33
Calandra

Calandra retrocedió hasta que sus piernas se toparon con el sofá y se subió la sábana hasta los sobacos.

-Bueno, la cosa es que sigue dormido, ¿sabes? No tiene muchas ganas de volver, eso sí, su madre le ha echado de casa, ya sabes como es eso... No, claro, no lo sabes -rectificó. Lo último que quería era insultar la masculinidad de un redcap que a aquellas horas de la madrugada era imposible que hubiera desayunado ya-. De todos modos Damara y yo tenemos que ir a ver a Van Doren por un asunto súper súper urgente, ¿sabes? Lo de la quimera esa esquelética que anda por ahí repartiendo gripes a diestro y siniestro. Aquí mi amiga Damara la hizo reventar una vez con medio cantrip, fue bastante impresionante. Pero ya ves, se ve que ha vuelto, así que tenemos que ir a buscarla otra vez para, bueno, para que Damara vuelva a desatar el los fuegos del infierno sobre ella.

Dio un paso adelante, sintiéndose un poco más valiente gracias a su propia verborrea, y volvió a encogerse de hombros. Todos los pookas tenían escrito en su naturaleza el miedo por los redcaps, del mismo modo que sentían el impulso de tantear los límites de la paciencia de cualquier miembro de ese linaje con el que se encontraran. Eso sí, contando siempre con al menos tres estrategias de huida o, en su defecto, alguien detrás de quien esconderse. No había ningún troll a la vista pero, tal como le había explicado a Eddie, tenía una confianza inquebrantable en las Artes de Damara.

-El caso es que necesitamos ver a Van Doren, por lo de la caza de la quimera. Hablando de lo cual dado que esta cacería me tiene muy ocupado protegiendo a todos los changelings de San Francisco y eso, ¿a lo mejor podrías conseguir que no me despidan...? Bueno, que dado que vamos a ir para allá de todos modos creo que es mejor que llevemos a Craig, porque bueno, seguro que no le hace mucha ilusión que le arrastre a casa de su madre un desconocido, y yo puedo convencerle con... mis métodos. Menos guerra para todos. Menos para mí, claro -añadió con una risotada.

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07/10/2013, 20:13
Eddie Castle

Eddie bajó las comisuras de la enorme boca en una expresión de contento.

-Vale. Vas a llevar a ese chico con su madre. ¿Puedo confiar en ti, Calandra, o voy a tener que volver para asegurarme de que me has hecho caso? -preguntó, sin asomo de duda-. Perfecto. A mí, personalmente, me da igual dónde caiga, pero Van Doren me ha pedido que lo encuentre y lo lleve con su madre, y eso es lo que va a pasar, ¿verdad?

El redcap se cerró el abrigo otra vez y le tendió una mano al pooka para cerrar el trato.

-Me aseguraré de que te tengan en nómina todo el tiempo que haga falta, descuida. Y si vais a matar a esa quimera asquerosa, hacedlo bien. Van Doren no está en su mejor momento por su culpa. No va a acompañaros porque está descansando en mi casa. Cuando se cure, igual. -Eddie giró sobre sus talones y se dirigió a la puerta, pero se detuvo en el último momento-. ¡Ah! Se me olvidaba. Dos cosas.

Se sacó del bolsillo interior del abrigo un cartel impreso en papel rosa algo arrugado y se lo tendió a Calandra.

-Van Doren está preparando una fiesta de puertas abiertas del Terciopelo para los curiosos y aficionados al fetish. El viernes por la noche. Si tienes la edad legal puedes pasarte. Los dos podéis. Y por último, tened cuidado con lo que hacéis. Anda suelto un sidhe loco armado con una pistola. El machete es para él. Si os lo encontráis, matadlo o corred.

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07/10/2013, 20:40
Calandra

Calandra hizo un saludo militar con floritura y le tendió la mano al redcap en un gesto que fue a medias apretón de manos, a medias invitación fracasada para que le besara la mano.

-Alto y claro -dijo, aceptando el papel. Estaba bastante seguro de que no tenía la edad legal para hacer la mayoría de las cosas que hacía, pero a lo mejor sí que le impedía ir a la fiesta esa. Acompañó a Eddie hasta la puerta y allí le despidió-. Un placer conocerte por fin, jefe. Pásate a ver nuestro espectáculo cuando quieras. Las copas son gratis.

Cerró la puerta y apoyó la espalda en ella. Cuando comprobó que los pasos se alejaban se ajustó la sábana y dejó escapar una risita nerviosa.

-Madre mía. ¿Te lo imaginas entero encadenado y con Van Doren dándole para el pelo?

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07/10/2013, 21:20
Damara

-No. No, no quiero imaginarlo. Un sidhe loco con una pistola. Me encanta, justo lo que necesitábamos -dijo reclinándose contra el respaldo del sofá, encogiendo las piernas sobre el asiento y apretándose los ojos con la parte baja de las palmas de las manos-. Y tú... te has acostado con el hijo de Van Doren. ¿Te has acostado con el hijo de Van Doren? Suena fatal. Suena peor que un sidhe loco con una pistola. ¿Qué estamos haciendo? Yo debería estar vendiendo libros...

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07/10/2013, 21:43
Calandra

Calandra despreció las preocupaciones de Damara con un gesto de la mano.

-Bah, a lo mejor no es su hijo. Vete a saber. Venga, que hay que ponerse en marcha. Si se levanta Larry dile que nos haga el desayuno. Que se lo he dicho yo. A Wy no le digas nada, cocina fatal. Claro, como está tan amargada se le agria todo. ¿¡Has oído Wylard!? ¡Deja de poner la oreja, pedazo de guarra!

Se metió de nuevo en su habitación para comprobar cómo estaba Craig y darle la noticia.

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08/10/2013, 18:34
Craig Lambert

Craig se había puesto la almohada sobre la cabeza e intentaba dormir bocaabajo sobre el colchón. Emitió un gruñido cuando notó a Calandra de nuevo en la habitación y se dio la vuelta cuando el pooka se sentó en la cama. Sacó media cara de debajo de la almohada y le miró con un ojo brillante y legañoso mientras sonreía agónicamente.

-Mi... cabeza...

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08/10/2013, 18:52
Calandra

Calandra sonrió y cogió la almohada por una esquina. La levantó con cuidado y se inclinó para depositar un beso en la sien dolorida. Volvió a cubrirle con delicadeza, como se envuelve un reloj caro con un paño, y hasta ahí fue donde llegó su compasión.

-Te da vueltas, lo sé. -Chascó la lengua y puso los ojos en blanco con suficiencia-. Tengo ese efecto. ¿Cómo te sientes?