Partida Rol por web

Martes, 20 de noviembre de 1984 - 12:40

Shyam se encaminó a casa de Silveth y llamó a la puerta. El sidhe acababa de llegar después de realizar un par de cuestiones y apenas había tenido tiempo de dejar el abrigo y las llaves en su sitio.

Apenas llego a casa, después de discutir un par de asuntos con mi agente sobre el desfile de antes de navidad cuando suena la puerta ¿Podría ser Jackob? ¿Tal vez el asesino de Pandora? ¿La profecía del hierro frío?

No sabía lo que estaba llamando a mi puerta, pero afrontaría el destino con seis balas en el tambor. Con la mano izquierda sujetando el arma, abro la puerta sin descorrer la cadena.

-¿Shyam? ¿Que haces tu aquí? Espera.- Cierro y quito la cadena. Pero el tacto del revólver me reconforta últimamente, prefiero no soltarlo.- Pasa, pasa. Ponte cómodo.

Shyam alzó la mano para saludar y sonrió. En su semblante feérico iba con la espada y la armadura desgastada, como siempre, y en su otro semblante iba envuelto en una gruesa cazadora.

-Ey. ¿Qué tal? -dijo en tono animoso, aunque se le notaba cierta incomodidad. No obstante, entró cuando Silveth le ofreció pasar echando un vistazo alrededor. Era la primera vez que estaba en casa del Fiona-. Gracias. Pues venía a ver qué tal, porque como nos dejaste colgados con la reunión post-bienvenida en el feudo... Y después no he vuelto a saber nada de ti.

Se encogió de hombros mirándole, con las manos en los bolsillos.

-Fui a entregarle la copa a Jackob. Espero que sepa a provechar su segunda oportunidad.- camino por delante de él viendo que no abandona el hall. Dejo el revolver en un cuenco de porcelana blanca y pintado con motivos florales azules, junto a las llaves.- ¿Quieres algo de beber?- Le ofrezco. Como es costumbre de hospitalidad Fiona, entro en la cocina sin esperar respuesta y empiezo a sacar de todo un poco, preparando una bandeja.- Siéntate en el salón, hombre, que no muerdo.- Digo alzando la voz. - Lo siento, quería haber ido, a la reunión, me refiero. De verdad, pero se complicaron las cosas. Jackob no estaba en casa, a Pandora la han asesinado a hierro frío... en fin... a ver cuando inventan un teléfono que no esté pegado a la pared.

"Había ido hasta el ensueño para darme cuenta de que lo quería más allá del agradecimiento, y para que el descubriese que no me quería tanto... en fin."

Shyam tomó asiento en un sofá, dehaciéndose de la chaqueta y dejándola en el respaldo.

-Ya... Calandra nos lo dijo. Nadie debería morir así. Lo lamento mucho, Silveth. No la conocía, pero sé que era importante para ti -Aceptó un refrigerio musitando un 'gracias' y tras unos segundos mirando al sidhe alzó el vaso hacia él-. ¿Un brindis por Pandora?

Llevo la bandeja con cosas de picar y le sirvo un vaso a Shyam. Cuando termina de hablar con el vaso en la mano le miro, divertido. 

-Por Pandora. La única dispuesta a aceptar el lado oscuro de todos los corazones.- anuncio en alto. Bebo de un trago. Tenía más pensamientos amargos de los que estaba dispuesto a expresar en alto, pero la sensación del alcohol bajando por mi garganta era lo suficientemente fuerte para ser considerado un castigo a la culpa que sentía por tales pensamientos egoístas. "Todos los peones son importantes, si sabes jugarlos."- Dudo que hayas venido por la muerte de Pandora... así que hablemos de cosas importantes ¿Que decidísteis en la reunión?

Shyam acompañó al brindis y dio un trago largo.

-Nada relativo al feudo. Excepto que nadie iba a arrodillarse, claro. Tenemos un asunto más importante ahora mismo. La Quimera que incendió Damara sigue viva, y no parece querer irse. Ella es la que trae la plaga de quimeras enfermas, así que Garin está estudiando un libro para tratar de dar con la forma adecuada de matarla. Definitivamente. Cuando arreglemos eso... supongo que podremos ponernos a indagar sobre el asunto del nuevo Lord. -Shyam dejó en vaso en la mesita y extendió los brazos por encima del respaldo del sofá, casi como si estuviera en su casa. Suspiró largamente-. ¿Vas a echar una mano?

Sonrío cuando le oigo decir que nadie se va a arrodillar ante el nuevo Lord. Pero apesadumbrado y entristecido solo puedo responderle a su última pregunta:

-Mi habilidad en combate es nula, conmigo no han venido recuerdos sobre como manejar arma alguna, Shyam, y mi magia tampoco puede causar daños per se...- Titubeo cuando se acomoda, desde que le conté a Jackob cual era mi verdadera naturaleza no había tenido contacto con nadie "¿Esto es la soledad?", y ahí estaba Shyam, grande, amable, protector, atractivo, exhibiéndose en todo su esplendor como un águila que radiante extiende sus alas en el cielo. "Céntrate, que solo te vas a dejar en ridículo"- pero... supongo que os puedo ayudar de una forma u otra. Si pudiera ver el libro o la quimera... tal vez mis conocimientos arrojen alguna luz. Además, he estado estudiando medicina a santo de la enfermedad, si os hieren, puedo atenderos, aunque no sepa usar el cantrip.- Me quedo pensativo. No eran el tipo de cosas que supiera manejar.-¿Cuando pretendéis atacarla? Tengo el viernes ocupado por mi vida mortal, pero por suerte mis horarios son flexibles, cualquier otro momento es bueno.

Shyam se encogió de hombros ligeramente y miró hacia otro lado, fisgoneando cual gato el lugar.

-No tengo ni idea. Supongo que cuando Garin encuentre cómo hacerlo en el libro. Calandra quedó en llamarme cuando eso ocurriera, pero si quieres puedo localizarle para que le eches una mano. Cada uno es bueno en lo que es. Seguro que puedes ayudar de alguna forma -dijo, tratando de animarle. Se echó hacia adelante apoyando los codos sobre las rodillas-. Por cierto, ayer hable con una sidhe muy maja. Lady... Lady De... Dahlia. Lady Dahlia. Era amiga de Lord Stvron. ¿Te suena de algo?

Le miro con dureza

- Es la zorra que conspiraba con el niñato para hacerse con el trono que no les correspondía y que se me acerco para sonsacarme información sobre el estado de Lord Stevron. Una Lady, con título y sin tierras que espera hacerse con algún trono que poder gobernar por la fuerza de su título. Supongo que se le estará atragantando que su agente desde dentro no le haya cedido el puesto después de calentarle la silla. - Y con tono mucho más normal y una sonrisa.- Si, me suena. ¿Así que está en el Feudo? ¿Eh?- "Ummm..., venganza, dulce y fría venganza".

-Ah -pronunció bastante sorprendido todo lo elocuentemente que pudo. Le miró fijamente un instante hasta que logró recomponerse-. Qué bien... Pues me es muy útil todo eso que me acabas de decir. Junto con las artes de Van Doren y un poco más de encanto Fiona no nos será muy difícil quitarla de en medio y demostrar que el Barón ya había designado otro sucesor. Se mostró muy amable conmigo, y parecía realmente afligida por la muerte de Stvron. Pero, bueno, supongo que eso tampoco interfiere con los deseos personales y arribistas que pudiera tener -Shyam sonrió ampliamente-. Gracias.

-¿Lord Stevron designo otro sucesor?- Pregunto sorprendido.- ¡Vaya! Creía que la prueba no funcionó. 

Shyam frunció el ceño.

-¿Qué?

-¿Qué de qué? ¿ A quién designó? No me tengas en ascuas. Dímelo.

Shyam pestañeó.

-Hablo del Cetro. Pero si estabas tú allí. Y Garin. Y Calandra, que es el sucesor.

-¿Yo? - Pregunto confuso, casi ofendido- No sé de que me estás hablando, nos quedamos a hablar un poco más con Garim para que protegiese el Feudo, y nos fuimos de allí. ¿!¿Calandra el sucesor?¡? - Me río con una carcajada.- Pues sí que va a hacer un buen papel, un pooka siendo diplomático, y más Calandra. Va a ser divertido.

El sidhe le miró fijamente, y parecía bastante lejos de resultarle divertido todo aquello.

-¿Qué leches te pasa? Lo dijiste tú delante de todos hace tres días. Y Calandra. Y Garin nos lo ha dicho, que el Cetro de iluminó. Montaste un cristo delante del nuevo Lord por ello, joder.

Le miraba perplejo y ligeramente preocupado, como si temiera que se le hubiese ido la cabeza pero de verdad.

-puede que alguien esté jugando con mi memoria, no es magia tan complicada. Seguro que ha sido la zorra de Dahlia. En fín, no le des mas importancia la quimera es importante ahora. 

No supo por qué, pero las palabras de Silveth le hicieron dejar de preocuparse por el asunto del Cetro. De hecho, le costaba recordar nada sobre ello. ¿Qué Cetro? Lo de Calandra como Barón legítimo tenía cierta gracia, sí, pero como broma.