Partida Rol por web

El amor en los tiempos del Sida

52. Despertar

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26/10/2013, 17:11
Narración

Sábado, 24 de noviembre de 1984 - 06:38

Calandra dormía una vez más sobre Craig, con las alas plegadas para que las mantas no dieran problemas. El humano dormía plácidamente, emanando un calor de lo más agradable. El pooka se despertó. Acababa de tener una pesadilla. No recordaba de qué se trataba con exactitud, pero Lord Stevron estaba vivo y en peligro, y él demasiado lejos del feudo como para poder protegerlo. Sintió deseos de llorar, como si una súbita desesperación se hubiese adueñado de él.

Sonó el teléfono. ¿Era eso lo que le había despertado? El alba se colaba entre las cortinas. Debía de haber dormido unas dos o tres horas a lo sumo. ¿Quién llamaba a estas horas?

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26/10/2013, 17:28
Calandra

No había tenido tiempo para llorar a Lord Stevron. Craig, la calavera y Suri le habían tenido lo suficientemente ocupado para distrarle la mente de la muerte del Barón, y ahora caía sobre él como una losa. Tenía la impresión de que aquel sueño no era nuevo, de que no era la primera vez que Lord Stevron acudía a él pidiendo auxilio.

Como mirar al humano no le proporcionaba ningún consuelo se puso los calzoncillos de Craig y se levantó para coger el teléfono.

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26/10/2013, 17:30
Dama Meredith

-¿Calandra? -dijo la voz temblorosa de Meredith.

Meredith. Había pasado cerca de un año desde la última vez que se habían encontrado y sin embargo no hacía ni una semana.

-Ha pasado algo horrible. T-tienes que venir. Todos tenéis que venir. -Dejó escapar un sollozo-. Han venido los Oscuros, han atacado el feudo. Lord Schazzenan está muerto. Bernardette está muerta. Lo han Saqueado, Calandra. El feudo también está muerto.

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26/10/2013, 17:40
Calandra

Calandra boqueó, incapaz de creerse lo que oía. Era muy pronto. La pesadilla le había perseguido fuera de la cama. Tenía que ser eso. Se agarró al teléfono con las dos manos.

-¿C-cómo? ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estás?

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26/10/2013, 17:45
Dama Meredith

-Estoy en una cabina teléfonica. En... en la calle California. He intentado perseguirnos, pero estoy herida y no he conseguido... -parecía ir a romper en llanto de un momento a otro-. Lo siento mucho, Calandra. N-no he podido p-protegeros... El sueño de Stevron... B-Bernardette...

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26/10/2013, 17:52
Calandra

-No te muevas de ahí -dijo, a punto de echarse a llorar también.

Quiso añadir alguna palabra de consuelo, pero no se le ocurría nada, así que después de un momento colgó. Y mientras marcaba el número de teléfono de Shyam se echó a llorar a lágrima viva.

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26/10/2013, 17:54
Narración

Sábado, 24 de noviembre de 1984 - 06:45

Shyam acababa de tener una pesadilla que le había sumido en sudores fríos. Había soñado que Silveth volvía trepando desde el acantilado, que quería vengarse. Shyam le tiraba piedras para evitar que subiera, pero el sidhe parecía inmune a los golpes. Reía cuando se agarraba a la hiedra para auparse de nuevo al plano horizontal.

La mano empezó a arderle. Rose se había despertado durante un segundo para darle un beso y murmurarle algo que intentase calmarle, pero se había perdido en el sueño otra vez. En uno que parecía más amable que los suyos.

El teléfono empezó a sonar.

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26/10/2013, 17:57
Shyam

Las llamadas a deshora nunca traían buenas noticias, y cuando el teléfono sonó le dio un vuelco el corazón. Lo miró con ojos dudosos y se frotó la frente para limpiarse el sudor antes de contestar.

-¿Diga?

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26/10/2013, 18:06
Calandra

Al otro lado de la línea sólo se oía una voz que sollozaba, temblaba y se sorbía los mocos. Incapaz de dominar la histeria, lo único que pudo pronunciar correctamente fueron las palabras feudo, muertos y calle California. Hubo un golpe, un zumbido y sonido de pasos descalzos. Calandra se había marchado sin atinar a colgar el teléfono.

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26/10/2013, 18:08
Shyam

La imagen de Silveth regresando de entre los muertos le golpeó la mente. Se quedó paralizado mientras escuchaba los sollozos de Calandra y pasos.

-¿Cal...? ¡Calandra! ¡Mierda! -bramó tirando el teléfono.

Shyam se levantó de un brinco, temblando. No podía quitarse la imagen de Silveth de la cabeza, ni a Bernardette en un charco de sangre. ¿Qué demonios había pasado? ¿Muertos? No tenía sentido, quién querría matarles. Eran buenas personas. Se dio cuenta de Rose cuando ya estaba vestido -la camiseta del revés- y empezaba a ponerse la armadura. Se acercó a la cama con las lágrimas amenazando.

-Rose, yo... El Feudo. Calandra ha dicho que están muertos. Tengo que irme -atinó a decir cogiéndole el rostro con ambas manos.

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26/10/2013, 18:16
Rose Morrison

-¿Qué? Espera, no te vayas. ¿No puedo ir contigo? -preguntó, completamente despierta por la sorpresa y el miedo.

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26/10/2013, 18:17
Shyam

Shyam la miró sin saber qué hacer, pero se dio prisa por tomar una decisión.

-Ven conmigo. Pero te quedarás en el coche hasta que sepa qué haya pasado, ¿vale? No sé si es peligroso -Le dio un profundo beso- No me perdonaría si te pasara algo.

Se levantó con urgencia y le pidió ayuda para colocarse el resto de la armadura, que si ya era difícil de por sí, con la diestra maltrecha resultaba casi imposible para él solo. Se ajustó la espada al cinto y salió de allí lo más aprisa que pudo. Estaba despierto, más que despierto, aunque no en las mejores condiciones para conducir. Agradeció que fuese un sábado temprano y el tráfico no fuese abundante. La cólera le había robado las ganas de llorar, y en cambio estaba rojo y henchido de rabia y venganza, aunque todavía no sabía contra quién.

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26/10/2013, 18:23
Narración

La calle California era bastante larga, pero con la adrenalina en las venas era rápido atravesarla. Cerca del parque Lafayette, Calandra, que llegó el primero por ser el que vivía más cerca, encontró a Meredith sentada en un bordillo. La sátiro tenía la espada entre las piernas, goteante de sangre, y bajo ella se había empezado a formar un charco que seguramente fluía de la herida en la corva que se había vendado malamente. Parecía que estaba quedándose dormida, pero la llegada del pooka la despertó al instante.

Shyam pasó con el coche casi al mismo tiempo. Rose iba con él, que había optado por cubrirse con la armadura y armarse hasta los dientes. Meredith se levantó teniendo que apoyarse en la espada para ello.

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26/10/2013, 18:27
Dama Meredith

-¿Y Van Doren? ¿Damara? ¿Nadim? ¿...Silveth? -musitó la sátiro.

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26/10/2013, 18:32
Calandra

Calandra llegó junto a Meredith y la hizo sentarse de nuevo. Había dejado de llorar, porque llorar y correr al mismo tiempo era muy difícil. Resultaba evidente que el pooka estaba al borde de la histeria. Miró a Shyam, angustiado, y ni siquiera se dio cuenta de que Rose estaba ahí.

-Enseguida vienen -la tranquilizó, odiándose a sí mismo por no haber pensado en avisar a nadie más-. ¿Qué ha pasado? ¿Quién ha...? -empezó a preguntar, pero la voz le falló y tuvo que fruncir los labios para no empezar a llorar otra vez.

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26/10/2013, 18:35
Shyam

Shyam llegó a la carrera, se paró en seco y al ver el estado de Meredith coincidió con Calandra en que debía sentarse. Todos parecían estar muy mal, así que de algún lado sacó la misma determinación que cuando fueron al Ensueño. Iba a organizarles, a tranquilizarles y a arreglar toda aquella locura.

-Nadim se fue. El resto no lo sé... -Se volvió rápidamente hacia Rose sacando la cartera-. Toma. Ve a esa cabina y llama a tu madre y a... Calandra, dale el número de Damara, corre. -Se agachó junto a Meredith y examinó su herida. Era profunda, aunque había tenido suerte de que no llegasen a partirle los tendones-. Voy a hacerte un apaño con esto, ¿de acuerdo? Te recuperarás y arreglaremos todo esto. Te lo prometo.

Sus palabras sonaron firmes y seguras, igual que el apretón que le dio en el brazo antes de ponerse manos a la obra con su herida.

- Tiradas (1)
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26/10/2013, 18:49
Calandra

Calandra asintió y se levantó para acompañar a Rose a la cabina. No le dijo el número, sino que se restregó las mejillas para borrar los rastros de lágrimas mientras ella introducía las monedas, descolgó y marcó el número de Damara. Le tendió el auricular y salió de la cabina para volver junto a Meredith.

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26/10/2013, 18:59
Dama Meredith

Mientras Shyam la curaba, Meredith empezó a contar lo que había pasado durante la madrugada:

-Llegaron en mitad de la noche. Pensaba que el corby de Oscuros ya no existía, con la muerte de Pandora y los rumores que corrían, pero... Eran unos doce. Kinain, Kithain... Creo que incluso algún humano Encantado. Tenían una troll. Ella sola destrozó dos de las gárgolas de defensa. Fue una pesadilla. -Meredith se cubrió la cara con las manos, pero recobró la integridad y siguió relatando-. Pensábamos que querían hacerse con el feudo, ¿sabéis? Pero no venían a conquistar. Venían a Saquear.

Les detuvimos como pudimos en la entrada y el pasillo. Bernardette estaba furiosa. Logró matar quiméricamente a uno de los Kinain -Las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas de nuevo-. Lady Dahlia invocó una serpiente de fuego. Los muebles se prendieron en llamas y la troll cayó, pero seguían siendo demasiados. La nocker... la nocker tenía un arma terrible, una pistola láser que hacía un ruido que te dejaba ensordecido. Ella fue la que llegó a la Hoguera. Lord Schazzenan se interpuso, no quería darles el fuego sagrado. Ella disparó. Él... creo que se rompió el cuello contra la repisa de la chimenea al caer. Me... me dieron un golpe en la cabeza y dejé de ver... Noté cómo absorbían el Glamour y cómo todo parpadeaba. Intenté arrastrarme hasta ellos para evitarlo, lo intenté de verdad, pero... Fue entonces cuando me hirieron en la pierna. Se fueron. Traté de perseguirles, pero no podía correr y empezaba a hacerse de día. No sé dónde está Lady Dahlia. Sólo quedo yo. Y vosotros. Estamos solos. Estamos solos...

La sátiro suspiró hondo entre hipidos.

-La nocker dijo que Silveth nos había traicionado, que los había contratado para hacerse con el feudo. Pero que ellos eran más listos y no pensaban entregarle el feudo a nadie. Sabían que el Duque los atacaría si se quedaban en él, así que decidieron llevarse lo que pudieron y huir. El sátiro se llevó los Tesoros de la cámara. Bernardette se puso como loca y trató de impedírselo. Él la mató con la lanza de lady Sybelle.

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26/10/2013, 18:59
Rose Morrison

Rose volvió justo entonces.

-Mi... mi madre no contesta. Damara ha dicho que vendrá en cuanto pueda.

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26/10/2013, 19:02
Narración

Sábado, 24 de noviembre de 1984 - 07:10

Damara se había despertado con la sensación de que algo iba mal, muy mal. Había soñado algo confuso y terrible, algo relacionado con una serpiente de fuego devorando la Mansión del Polvo. Intentaba calmarse y sacar algo en claro de las imágenes oníricas cuando sonó el teléfono.

Era Rose, la hija de Van Doren. Le decía que el feudo había sido atacado y que estaban en la Calle California. Parecía bastante inquieta incluso para no saber nada apenas acerca de la vida feérica.