Partida Rol por web

La idea del señor Makepeace me parece estupenda. Antes de hablar de qué hacer después, busco entre los restos más provisiones y algo que pueda servir para defenderme en algún momento de necesidad.

no he encontrado nada util ni reseñable en los alrrededores-digo volviendo con mis compañeros- propongo que no nos separemos y sigamos cualquiera de los dos rastros hasta que encontremos donde cobijarnos para pasar la noche, esta a la intemperie sin equipación de abrigo puede ser mortal

Me guardo un par de cuchillos y un par de latas de conservas.

Estoy con el señor Wright, elijamos un rastro y veamos a ver dónde nos lleva.

Knox se acercó al señor Cleveland. Quería saber más acerca de ese segundo rastro antes de tomar una decisión. Miró hacia el suelo y se llevó la mano al mentón, pero lo que tenía claro era que no sabía seguir aquellas marcas en el firme. No era para nada un explorador y poco pintaba allí en medio, pero no le quedaba otra que tratar de seguir las pistas de aquel crimen. Era quizás la única forma de regresar a casa, pues eso era lo único que le interesaba ahora. La suerte que había corrido Thomas, se había convertido en algo totalmente secundario para él. 

- ¿Dónde dice que van esas marcas de sangre, señor Cleveland? - Le preguntó tratando de seguir el rastro de forma bastante inútil.

Roger hizo caso al consejo Makepeace y buscó entre los enseres de la cocina un cuchillo afilado pequeño que pudiera servir como un rudimentario bisturí. Finalmente se quedó con un cuchillo de 5 cm y otro de 30 cm, que encontró útil en caso de tener un enfrentamiento con algún ser o persona hostil. Roger también vio útil coger las dos piezas de madera de un mortero pequeño. Será útil para usos botánicos o medicinales. Pensó. 

Se unió a los demás y opinó sobre el mejor camino a tomar:

-Deberíamos seguir al rastro que sale del cuerpo. Podemos deducir que pertenece al autor del crimen, que puede ser otro miembro de la expedición. Es una pista que nos acerca más a nuestro Padre. Sin embargo el otro rastro no tiene una explicación clara. Dios sabe que horror nos podríamos encontrar por allí.

Roger recordó la enredadera que había señalado antes Cleveland. La recogió y la examinó. 

Roger corto con el cuchillo una muestra de la enredadera y la guardó en un bolsillo. El resto la tiro al suelo.

-Esto sin duda es digno de estudio. No había visto nada así en toda mi vida,  es superior a cualquier conocimiento que pueda tener, ya que no consigo asociarla a ninguna especie. Tengo colegas de la universidad que podrán echarle un vistazo.

Si es que conseguimos regresar.... 

Roger alzó la cabeza para no caer en la angustia.

-Bueno señores. ¿Hacia dónde nos dirigimos? 

yo iria por el segundo rastro que encontramos,que de por si no este cerca del cadaver me llama mas la atenciòn- digo finalmente aportando mi opiniòn despues de meditarlo bien

- Estoy con el señor Wrigth. - Dijo Knox. - Todo con tal de evitar la selva. Y si me permiten la recomendación, no creo que separarnos sea la mejor de las ideas. - El profesor trató de poner énfasis en esa idea. - No sabemos exactamente dónde estamos ni cómo volver a la civilización. Puede que nos necesitemos los unos a los otros más de lo que puedan llegar a imaginar. ¿Emprendemos la marcha? - Preguntó cargado con todo el material que había recopilado y dispuesto a marchar a la aventura como si de un boy scout se tratara.

-Creo que ahora mismo lo más sensato es no separarnos, por lo que si ustedes prefieren seguir el segundo rastro, me uno a ustedes en la decisión aun sin saber hacia dónde nos conduce. 

Roger guardó los cuchillos y el mortero y se dispuso a emprender el camino junto a Wright y Makepeace. Echo eso sí una mirada atrás hacia su hermano Kenneth y Cleveland. 

-¿Vamos? 

- Estoy de acuerdo. Separarnos ahora mismo me parece una locura, y os aseguro que después de lo que hemos vivido, la barrera para lo que considero locura ha subido sustancialmente. Y del mismo modo, creo que será mejor evitar la selva mientras podamos.

Terminó de recoger cosas de la cocina en el saco improvisado. No iba muy cargado: Si estaban donde parecía que estaban, cansarse rápido era un problema casi tan grande como quedarse sin provisiones, de modo que encontrar un balance era vital.

- Vamos - Asintió a su hermano, moviéndose junto con el grupo, aunque en ese momento no pudo evitar pensar que, siguiendo el rastro de sangre, podían estar moviéndose directamente a la guarida del lobo.

Tras recoger todo aquello que pensasteis podía serviros, os pusisteis en marcha, en dirección al segundo rastro de sangre. Este se extendía a lo largo de un cañón repleto de extrañas rocas, pero al menos, sin enredaderas o vegetación que dificultase el avance, más allá de la superficie resbaladiza de las mismas y el creciente frío que cada vez os atenazaba más los músculos.

En fila de a uno avanzasteis empujados por el viento, y después de un tiempo, os fijasteis en una misteriosa figura que parecía estar detenida a lo lejos. Era... o parecía, un hombre. Pero no se movía. En esos momentos, el viento era cada vez más y más fuerte, y suponía un reto constante cada paso que dabas, pero podíais ver claramente que alguien estaba en la cima de una roca, mirando hacia vosotros.

El avance era dificultoso. La estrechez de la senda y el fuerte viento hacían complicado caminar. Una de las escasas veces que me atrevo a levantar la mirada, con el riesgo de que algo golpee contra mi cara contemplo una silueta humana a lo lejos, sobre una roca.

- Señores,¿han visto eso? No pensé encontrarme con otra persona por estos parajes...

- Lo he visto... - Dijo Knox.

La mirada del profesor se mantuvo fija en aquel hombre. ¿Podía ser Thomas? No lo tenía claro, aquella silueta estaba demasiado lejos de su posición. Lo que si tenía bastante claro era que fuera quien fuera, casi seguro iba a tener la identidad de uno de los integrantes de aquella fotografía.

- ¿Hola? - Preguntó alzando la voz. - ¿Thomas? ¿Thomas, Fell? - Preguntó. - ¡Soy Knox Makepeace! - Afirmó.

Esperen no se confíen, podría ser peligroso-digo adelantándome sacando la placa y mostrándola hacia la misteriosa figura mientras llevo mi otra mano hacia mi arma de fuego por si por desgracia la necesitara, después le grito  a la figura- Soy policía, nuestro grupo está buscando refugio, por favor identifíquese- no creía que la placa pudiera vale de mucho en Perú pero la situación se podía volver muy peliaguda si aquel tío era peligroso, si aquel hombre reconocia mi estatus de hombre de ley igual reaccionaba de manera positiva, o todo lo contrario y me obligaria a disparar
 

Cuando os acercáis más, os dais cuenta de que en realidad, no se trata solo de una persona, sino alguien que tiene aspecto de estar... petrificado.

Al acercaros más a él, en medio de la creciente tempestad, comprobáis que efectivamente, está como transformado en piedra, aunque no totalmente. Algunas partes e su cuerpo se ven todavía normales, mientras que otras podrían confundirse con rocas cualesquiera. Además, su rostro os resulta familiar. Lo habéis visto antes, al menos, alguno de vosotros.

Y parece estar vivo... a duras penas.

- ¡Maldita sea! - Exclamó Knox al percatarse del alcance de la situación.

Knox no era un atleta, pero aún así salió corriendo en dirección a aquella persona. Cuando llegó al lado de aquella estatua humana, le faltaba el aliento. Tenía que dejar el tabaco.

- ¡Señor! - Dijo mirando a aquel hombre sin poder creer lo que veían sus ojos. - ¿Pero qué ha pasado? ¿Quién le ha hecho ésto? - Seguía perplejo ante aquel individuo. Trataba de ayudarle de alguna forma, pero no sabía por dónde empezar, ni que tenía que hacer. - ¿Puedo ayudarle de alguna forma? - Preguntó aún respirando alterado, aunque ahora más por el estupor que por la carrera.

Al acercarnos la curiosidad se fue convirtiendo en estupor. Era un hombre… ¿petrificado? O en proceso de ello. La cara me resulta familiar. Intento recordar si le he visto en cualquier otro sitio.

¿Señor? ¿Puede hablar? ¿Qué le ha ocurrido?