Partida Rol por web

El Condado de la Flor de Piedra

9. El duelo

Cargando editor
13/06/2011, 17:34
Lord Ibrahim

Lord Ibrahim apretó los dientes. Maldito Adivino... Miró airado al Conde, herido en el orgullo y en el alma. Esta vez no sonreía.

- Sí. Me he atrevido. Este duelo es una farsa, la misma Canciller es una farsa. Se le han permitido muchas cosas. Hemos cerrado la boca cuando Syrielle desapareció después del asesinato de Lord Gilhem, y no lo voy a permitir. Está claro que la Dama Axelle tiene que responder a muchas preguntas con justicia y debidamente, no con un montón de mentiras susurradas a los oídos que le convenían. Así que sí, la maldije, porque es el único poder que me da el Ensueño para luchar contra lo que no es justo, igual que luché para que me escuchárais cuando predije el asesinato de Lady Mariona, y no lo hicisteis.

Se arrodilló ante el Conde, sudando y nervioso.

- Ahora, haced lo que tengáis que hacer, pero no voy a permitir que una vez más, la Dama Axelle se salga con la suya. No se hará con mi consentimiento.

El Barón tragó saliva y esperó a la terrible Furia Gwydion.

Cargando editor
13/06/2011, 19:31
Dama Ariadna

La Dama Ariadna había acudido al duelo con grandes expectativas. Se sentía intrigada como la que más, y aunque había comentado los motivos con su tutor y algún otro sidhe de confianza, no había querido compartir su opinión abiertamente. El suceso con la criada de Lord Ibrahim le había dejado el ánimo tocado, pero en los últimos días se la veía más alegre que de costumbre. Parecía estar adaptándose a la corte.
En realidad ella mísma tenía sus sospechas sobre lo que estaba pasando, y aunque había tenido la firme intención de hablar con el Barón antes le había sido imposible. Ahora no estaba segura de qué iba a pasar.
Ariadna se encontraba junto a Sir Cedric, con quien había trabado buenas migas. Vestía para la ocasión y por una vez sentía que había dejado de ser el centro de atención por completo. Le resultó curiosa la forma en que Sir Earil se adelantaba a hablar con el Conde, pero al ver cómo emergía la ira en su rostro supo que nada bueno podía ser. Conocía muy bien esa ira incontrolable, y procuraba dejarla cuanto más lejos mejor. Cuando sus palabras restallaron como un látigo haciendo eco en la sal, ella misma se contagió de su indignación. Una cosa era hacer justicia y otra muy diferente hacer trampas.

Cargando editor
13/06/2011, 20:27
Dama Axelle

Axelle, quien ya se estaba preparada y frente a Sir Bastien, giró la cabeza hacia el Conde con una expresión de sorpresa. No podía ser que el adivino fuera tan estúpido como para hacer trampas frente a toda la corte, o bueno, había tenido la suficiente desvergüenza como para acusarla y ofenderla. Quizá no debería haberla sorprendido tanto.

La Canciller tiró su casco al suelo mostrando su indignación y se acercó airada a Lord Ibrahim y al Conde Lothar.

-¿Farsa? ¡Vos sois una farsa! -exclamó Axelle sesgando el aire con su brazo derecho-. ¿Es que sois idiota?

La dama no pudo pudo contenerse y se dirigó hacia el Conde.

-Mi señor, por esto mismo reté a Lord Ibrahim a un duelo, por levantar falsas acusaciones contra mi, una detrás de otra, ¡y sin prueba alguna! -Axelle negó con la cabeza-. Al principio sentí lástima de él y quise evitarle el bochorno, pero ahora que el mismo se está yendo de la lengua no voy a evitar que hable y que se hunda en sus propias patrañas.
 

Cargando editor
13/06/2011, 20:42
Jorggen

-Mi señor -dijo con voz rasposa Jorggen. El Liam se acarició el mentón y entrecerró los ojos fijándose en Ibrahim-, debo admitir que Lord Ibrahim tiene razón en lo que dice. No sabemos dónde está Syrielle ni quién asesinó a Gilhem. Habría que prestar atención a sus palabras. Sin olvidarnos de su delito, por supuesto.

Cargando editor
13/06/2011, 20:46
Condesa Sarianne

-La cuestión del asesinato de Lord Gilhem y la desaparición de Syrielle quedó zanjada poco después de que ocurriera -dijo Sarianne levantándose, con un tono sencillo pero honesto-. Se celebró un juicio a puerta cerrada que yo misma presidí y en el que quedó absuelta de los cargos. Si estáis insinuando algo, Lord Ibrahim, yo me lo pensaría antes de continuar.

Cargando editor
13/06/2011, 20:49
Sir Bastien

Al escuchar de los labios del Beaumayn que había hecho trampas, Sir Bastien lo miró con desconcierto.

-¿Habíais... amañado el duelo? -Lanzó la espada al suelo con violencia. El arma rebotó y chocó contra los escalones del trono sin causar daño-. ¿Cómo podéis haber hecho eso? ¿Es que no confiábais en mi destreza? ¿Para eso me habéis pedido que sea vuestro campeón? ¡Al infierno con vos! Podría haberla vencido con una mano inutilizada. Pero en lugar de eso...

Cargando editor
13/06/2011, 20:52
Conde Lothar

-¡Callaos todos! -gritó el Conde, especialmente a Jorggen-. Callaos y dejadme pensar.

Lothar se paseó frente a Ibrahim mientras apretaba los puños y maldecía entre murmullos.

-Ibrahim... Me habéis decepcionado duramente. Habéis hecho lo que menos me esperaba. ¡Vos, en el que tanto confié! ¡A quien hice entrega de un feudo! Habéis ofendido a demasiadas personas. No habéis demostrado ser digno de llamaros Luminoso. Y tampoco de llamaros Barón.

El Gwydion arrancó de un tirón la insignia que le había entregado al hacerlo Barón. La tiró al suelo.

-Desde hoy no seréis Lord. Tampoco Sir. Revoco vuestro título y mi Juramento hacia vos. Tampoco sois mi vasallo. Vuestro feudo ahora vuelve a ser parte de mi heredad. Vuestra corte queda disuelta. Ya no sois bienvenido en este castillo mientras yo more en él.

Cargando editor
13/06/2011, 21:41
Lord Ibrahim

Ibrahim se levantó, deshonrado, y sonrió, de nuevo, pero esta vez amargamente. Al cuerno las formalidades.

- Echarme de la Corte y despojarme de mis títulos y tierras no cambiará que Axelle está manchada de sangre. Espero por tu bien, Lothar, que escuches mejor a tu nuevo Adivino de ahora en adelante. Si demuestra el mismo talento para descubrir mis cantrips que para evitar asesinatos, quizás sea él el que, por fin, limpie esta Corte de engaños, mentiras y sangre. Es el último consejo del que se creía tu amigo.

El antiguo Barón miró al resto.

- Aquí tengo amigos, y enemigos. Si a alguno os intereso, sabéis que podéis encontrarme en la tienda que regentaba, y ahora volveré a regentar. Por lo demás... - Ibrahim se giró y comenzó a caminar a la salida del Feudo. - Preguntadle a la Duquesa Hiver qué tal se las gasta Axelle, aunque sólo sea entre las sábanas...

No pudo evitar lanzar la última daga al costado de la Canciller antes de marcharse.

Cargando editor
13/06/2011, 21:58
Dama Danielle

 Danielle frunció el ceño ante la escena. Si todo esto era un plan de alguien para sembrar la cizaña y debilitar aún más el condado... lo estaba haciendo realmente bien. Si era fruto de las casualidades, entonces estaban haciendole el trabajo sucio a la duquesa de una manera impecable y accidental. Fuera como fuere, no le gustaba en absoluto la situación. ¿Y no podía dejar de preguntarse porque Axelle había retado a Ibrahim en primer lugar?

Cargando editor
13/06/2011, 22:11
Conde Lothar

-No os he dado permiso para que os vayáis.

Lothar dio un paso adelante.

-Por el poder del Ensueño y de la Corte Luminosa, por Arcadia y por la Senda de Plata -Recogió del suelo la insignia de Ibrahim y se pinchó con ella en el dedo-. Por mi sangre y la sangre de los Gwydion. Por el Código del Honor. Yo, el Conde Lothar ap Gwydion, os condeno a llevar con vos el peso del siguiente Geas: Jamás, nunca, en ninguna de vuestras posibles reencarnaciones ni en vuestra vida actual, ni siquiera en Arcadia. Nunca volveréis a lanzar un cantrip sobre nadie que no seais vos u otra persona que os lo pida voluntariamente. -Agitó el dedo y una gota de sangre manchó la túnica del ex-barón-. De no cumplirlo, moriréis entre horribles sufrimientos. La carne se os cuarteará y dejaréis de ser hermoso. Los ojos se os quedarán ciegos. El pelo crecerá hacia adentro. Vuestros huesos se romperán. Vuestras uñas se caerán. Vuestra carne se disolverá bajo la piel. Y cada aliento que toméis os envenenará más y más.

Un murmullo alterado surgió de los presentes. La dureza del Conde era ejemplar, quizá excesiva. Pero el Gwydion no parecía arrepentirse de lo dicho.

-Ahora podéis marcharos.

- Tiradas (1)
Cargando editor
13/06/2011, 22:59
Sir Earil

 Earil se mantuvo sereno también ante la acusación de Lord Ibrahim: su rostro no expresaba nada, mantenía sus brazos cruzados. Por dentro, eso sí, era un torbellino. La forma en que la situación había estallado le estaba dejando anonadado. Había tomado una acción en cuanto había sentido la magia, y que el culpable hubiese sido el propio Baron y más aún, que no se intentase disculpar, era un curso que jamás habría previsto. Tragó saliva cuando escuchó el Geas: podía sentir el glamour ondeando, hilándose, tejiendo sus cadenas en aquel conjuro terrible... Un precio mucho mayor que el que jamás habría pensado.

Y ahora había un vacío de poder, la Canciller había eliminado a un rival y se había perdido un... bueno, una suerte de Luminoso para la Corte. No, no era un buen día. 

Cargando editor
14/06/2011, 13:08
Dama Ariadna

La ira de un Gwydion era implacable. No sabía cómo había sido la relación entre el Conde e Ibrahim antes, pero ya no quedaba nada que salvar. Le pareció injusto y desmedido su castigo, aquello era realmente cruel, pero frente al deshonor y la traición no debía temblar la mano, o eso era lo que había aprendido. Como Luminosa se sentía profundamente decepcionada.
Le dirigió una mirada de apuro a su tutor, intentando descifrar en su rostro la opinión que aquel suceso le merecía, pero parecía una estátua de mármol, como siempre. Así que Ariadna se quedó quieta en su sitio, a la espera de que alguien se moviese o dijese algo antes de que la tensión se los tragase a todos.

Cargando editor
14/06/2011, 16:01
Lady Marion

Cuando el Conde se levantó de su asiento Marion se asió con una mano al respaldo, tensa. No iba a hacer duelo alguno, pero no importaba. Hubiera querido recoger la insignia de Ibrahim del suelo y guardársela, como recordatorio de lo que significa despertar la ira del Conde, pero no pudo moverse, paralizada por el aura que despedía Lothar y por la expectación. Escuchó el castigo conteniendo la respiración; sólo imaginar un Geas tan severo pesando sobre ella hacía que se echase a temblar. Deseaba marcharse, pero no se atrevía a moverse sin el permiso del Conde, así que miró la salida de Ibrahim tensa y en silencio.

Cargando editor
14/06/2011, 22:20
Dama Axelle

-Algunos sentiréis lástima por el desterrado, pero sabed que no la merece. Hoy hay un embustero y un tramposo menos en la corte, hoy el Conde Lothar ha hecho justicia.

La Canciller se arrodilló ante el Conde e inclinó la cabeza hacia el suelo mostrando su nuca a los presentes.

Cargando editor
14/06/2011, 22:29
Dama Danielle

El semblante de Danielle se tornó aún más oscuro. ¿Por qué había surgido este duelo? No podía evitar hacerse la pregunta. Además surgía un vacio de poder que muchos nobles correrían a tratar de ocupar, lo cual se pronosticaba peligroso. Miró a su alrededor haciendose la pregunta que siempre que ocurría algo así se hacía ¿Quién se beneficia?

Cargando editor
14/06/2011, 23:00
Conde Lothar

-Levantaos, Canciller -dijo el Conde-. Ha terminado la sesión de corte por hoy. Estaré en mi recámara.

El Gwydion salió de allí sin despedirse ni atender a nadie. Los truenos dejaron de resonar, pero un viento frío recorrió la estancia a pesar de que las ventanas estaban cerradas.

Cargando editor
14/06/2011, 23:47
Sir Earil

Al dar el Conde permiso para terminar, mientras los nobles se marchan, Earil se dirige a la Canciller, con paso y semblante tranquilo. Comienza a hablar con ella.

Cargando editor
14/06/2011, 23:50
Sir Earil

 Al dar el Conde permiso para terminar, mientras los nobles se marchan, Earil se dirige a la Canciller, con paso y semblante tranquilo.

-Dama Axelle, con vuestro permiso, destejeré esta maldición. Aunque el duelo halla terminado, no significa que no pueda resultar un peligro o una molestia. 

Habla educadamente. No parece especialmente alegre o molesto por el resultado y, si tiene una opinión sobre quién habría preferido que ganase, su expresión no la revela. 

Cargando editor
14/06/2011, 23:53
Lady Marjolaine

-Oh, sí, desde luego. No sería nada bueno que a la Canciller le pasara algo por culpa de ese petimetre idiota -dijo Lady Marjolaine con una sonrisa, acercándose a Sir Earil-. Sir, creo que os debo una felicitación en nombre de la Corte Luminosa. Se ha hecho justicia, como debería ser.

Sus ojos se posaron brevemente en Axelle, a quien apretó el brazo con suavidad antes de volverse de nuevo hacia el Adivino.

-Creo que vos y yo no nos conocemos del todo y ya es buena hora de que lo arreglemos.

Cargando editor
14/06/2011, 23:56
Lord Ibrahim

Lord Ibrahim se quedó quieto al pronunciar el Geas, de espalda. Apretó los dientes, cuando lo escuchó, pero nadie pudo verlo. Al terminar, simplemente caminó. El Beaumayn salió de la Corte, posiblemente para no volver...

O quizás sí.