Esa fría mañana Upptäck se encontraba practicando con el arco. Había varias flechas clavadas en un poste. Tensó la cuerda, apuntó al objetivo y contuvo la respiración. Entonces los ladridos de un can rompieron su concentración y le hicieron fallar por muy poco. Se giró para ver de donde procedían los sonidos. Un enorme perro apareció corriendo hacia él. Un enorme perro apareció corriendo hacia el arquero y lo embistió. Alzándose sobre sus cuartos traseros le lamió la cara con su gran lengua a la vez que lo derribaba.
El arquero se quedó sentado sin saber si reír o enfadarse. El perro intentaba llamar su atención para que le diera juego.
Detrás del animal apareció otro aesir de rubios cabellos sonriendo. Su nombre era Holgsen y también era cazador. Se saludaron y el recién llegado le dio su mano al otro para ayudarlo a levantarse.
En invierno no era nada fácil cobrarse una pieza decente. Escaseaba la caza y el tiempo era inclemente, pero los dos hombres estaban acostumbrados a este clima.
Anoche habían avisado de que unos vanires se habían colado en el pueblo. Los enemigos habían muerto, pero la amenaza seguía latente, por lo que durmieron con un ojo abierto y las armas a mano cerca de la cama. Los de las tiendas, cabañas y granjas del exterior de la empalizada habían sido alertados y pasaron la noche donde pudieron, dentro de la aldea protegidos por la empalizada.
Los dos hombres comentaron los últimos rumores y chismorreos. La noticia de que unos extranjeros habían recuperado el Cuerno de los Pelo de Carbón, robado hace 20 años por los vanires, se había extendido rápidamente por la aldea. También se rumoreaba que ese era el motivo de la presencia vanir de anoche.
Habían decidido presentarse ante el rey y ofrecerse para explorar los alrededores en busca de enemigos.
Cuando os dirigís al Salón de Cnulf, os percatáis de un revuelo que va acrecentándose. Al parecer un mensajero vanir se ha presentado en una de las puertas de la empalizada que rodea la aldea solicitando una audiencia con el rey. El pelirrojo entra escoltado por unos guardias, mientras algunos aldeanos le tiran verduras, piedras y le gritan insultos y maldiciones. El vanir no se inmuta y la guardia hace su papel de intentar protegerlo sin mucho esmero.
Entran en el Salón del rey y la turba que se va congregando espera impaciente la salida. Al rato el vanir sale con la misma cara seria e impasible con la que entró y es escoltado hasta la puerta con alguna que otra contusión provocada por alguna pedrada de algún transeúnte que dio en el blanco.
Vosotros os quedáis cerca del Salón esperando novedades. Al poco rato un guardia sale apresuradamente y se choca con vosotros, y al reconoceros sonríe brevemente, pero luego se contiene y con gesto serio os dice:
-¡Vaya casualidad! Ahora mismo iba a buscaros a vuestras cabañas. El rey ha solicitado la presencia de sus dos mejores rastreadores de inmediato.
Los dos os miráis con cara de sorpresa y curiosidad y entráis en la casa del rey detrás del guardia.
Pasáis la noche en el Salón de Cnulf como invitados del rey. Os proporcionan una habitación para dormir, además de comida, bebida, ropa limpia y otras provisiones.
A media mañana un guardia llama aporreando insistentemente vuestra puerta y os despierta. Os levantáis con la resaca de la sangre y la cerveza de la noche anterior (unos más que otros que moderaron el consumo de alcohol). Anoche os acostásteis muy tarde y estábais tan cansados de vuestro viaje y habéis dormido tan profundamente que ni siquiera habéis oído el ruido del gentío que se ha congregado a las afueras de la casa del rey.
Conor estira el brazo en busca de la sirvienta que le calentó la cama la noche anterior, pero ésta abandonó la habitación muy temprano para hacerse cargo de sus obligaciones.
Cnulf requiere vuestra presencia inmediatamente. Os vestís rápidamente y todavía con los ojos pegados (y alguno con dolor de cabeza) os presentáis en la sala principal.
Camino del salón del rey, intento averiguar preguntando a los que nos acompañan que sucede... Aunque me temo la respuesta...
Detrás de los animales apareció otro vanir de rubios cabellos sonriendo
Que yo recuerde los rubios (nosotros) son los Aesires, no??
Anoche habían avisado de que unos vanires se habían colado en el pueblo. Los enemigos habían muerto
Los pelirrojos enemigos son los Vanires, o quizás me equivoco.
Me muevo deprisa, confiando en que, sea cual sea, la razón por la cual hemos sido llamados debe de ser especialmente importante. Mientras caminábamos al salón del trono, le pregunté a mis compañeros:
- ¿Alguna idea de lo que a sucedido?. Si tuviera que apostar, yo diría que Rorik ya a hecho su siguiente movimiento...
Holgsen sonrió socarrón. - Siempre es mejor llegar a tiempo que dar dos vueltas!!!. Audiencia con el Rey!!! eso significa que hoy comeremos buen guiso, beberemos cerveza y dormiremos caliente- cogió por el hombro a su nuevo amigo Upptäck y parándolo con la mano en el pecho justo antes de traspasar el dintel de la puerta le dijo con cara de fingida sorpresa - y mañana tal vez moriremos... jajaja, pero quién quiere vivir para siempre???
Dejó sus lanzas al guardia de la entrada, como símbolo de pleitesía al Rey y chifló al perro para que no se fuera lejos ni mordisqueara las patas de las sillas. - Verano!! pórtate bien y esperame aquí.
Editado y Arreglado
Vuelto a editar por el director (ahora con un perro en vez de dos)
¿Nuevo amigo, Holgsen? Llevamos unos cuantos años al servicio del Rey Cnulf, y vale que siempre serás el segundo mejor explorador, pero no está bien que hagas como que me conoces de hace días... -Digo dándole una palmada amistosa en la espalda .
-Siempre he pensado que tus perros me tienen más apego que tú! - Mientras le hago un par de caricias y le prometo unos sabrosos pedazos de carne... -Vamos a disfrutar de comida y bebida caliente, que como dices, bien puede ser la última
Editado por el dire para un perro (yo mismo me meto y me hundo en arenas movedizas).
Holgsen tiene más perros (por eso algunas partes las dejo en plural) pero ahora sólo lleva uno.
Justo antes de entrar a hablar con el rey aprovecha para decirle muy quedo en el último instante para que no le pueda responder...
-No te fíes mucho de eso... también les encanta oler mierdas... Tras eso agachando la cabeza en forma de saludo y levantando las manos abiertas se dirigió al rey. - Loados sean los dioses que te mantienen fuerte como un joven y sabio como un viejo Rey Cnulf!!!
Motivo: Bardo + Carisma
Tirada: 2d6
Dificultad: 9+
Resultado: 5(+2)=7 (Fracaso)
La tirada es para causar buena impresión al Rey... espero tener bonos por estar en territorio amigo y haber sido llamado.
El rey os recibe muy serio y os saluda parco en palabras:
-Bienvenidos. Os necesito para una misión. Estamos esperando a otras personas. En cuanto lleguen os daré más detalles.
Y os quedáis de pie esperando unos minutos.
Los bonos que dices se anulan con la gravedad de la situación y el carácter del rey. ;P
-El rey mismo os dará los detalles enseguida.
Kellen, Conor y Knut entran en la estancia principal del edificio, donde se celebró ayer la fiesta en su honor. Parece que esta mañana hay bastante revuelo en el Salón. Cnulf merodea por su palacio como una pantera. Parece preocupado por lo sucedido el día anterior. Su Consejo vuelve a estar reunido. Otros dos desconocidos que no estuvieron ayer durante la cena, aguardan en silencio a cierta distancia en segundo plano.
Tras unos breves saludos de cortesía, es el jefe de la guardia de Aggersborg el primero en romper el silencio:
-Hace un rato llegó un jinete vanir portando el estandarte del lobo rojo de los Lobos Sanguinarios de Vanaheim. Solicitó una audiencia con el rey para transmitirle un mensaje. El mensajero tenía orden de entregar dicho mensaje si los asesinos no volvían con el cuerno y se ponían en contacto con él al amanecer- Hace una pequeña pausa para mirar al rey, que asiente para que continúe- Han capturado a Irda la sacerdotisa. Rorik Hodderson exige como rescate que le devolvamos el cuerno robado y que le entreguemos a los asesinos de su padre, de lo contrario la sacerdotisa morirá mañana al amanecer y su sangre pesará sobre nuestra conciencia.
Cnulf os mira fijamente:
-Parece que el tal Rorik debe estar muy furioso o muy desesperado y ha pasado de jefe guerrero a cobarde secuestrador de mujeres. No vamos a consentir que un puto vanir nos intimide y nos de órdenes en nuestra propia tierra, así que le he contestado que no accedemos a sus demandas. El perro se fue inmediatamente para darle la respuesta a su amo.
-Debemos seguir a ese bastardo. Él nos conducirá al paradero de Rorik. Atacaremos su campamento y acabaremos con ese hijo de puta de una vez por todas.
-Podría ser una trampa, señor. Deberíais quedaros en la aldea y organizar su defensa en previsión de un posible ataque.
Cnulf maldice las obligaciones de su cargo, que en estos momentos le resultan más pesadas que nunca:
-Niord se encargará de la defensa. No pienso quedarme aquí a esperar de brazos cruzados, mientras otros se divierten cazando vanires. Yo mismo iré encabezando un grupo de guerreros.
-Ya hemos discutido esto, señor. Rorik degollará a Irda en cuanto vea a un ejército acercarse. Es mejor que vaya un pequeño grupo de hombres...
Wulfhere lo interrumpe:
-Rorik no hará daño a Irda porque es la única ventaja que tiene. Ver una fuerza semejante podría forzar a ese cabrón a negociar.
-Creo que Loki tiene razón. Si ese zorro vanir se ve acorralado la asesinará. Quizás un pequeño grupo podría seguir al mensajero e infiltrarse en el campamento de Rorik por la noche y rescatar a la sacerdotisa antes del amanecer.