Partida Rol por web

Mientras Ivar y compañía revisaban el botín obtenido y observaban lo sucedido con la grúa, al otro lado de la misma el Avvar se prestaba a descender a la poza formada por el agua que caía de la cascada. Había tenido que descender cerca de 3m antes de tocar el agua y ahora se encontraba nadando apoyándose en la pared de la posa; la cual claramente, debía ser profunda.
Al parecer el mecanismo de la grúa se había estropeado y por ello el gigante Avvar había optado por zambullirse en la poza y buscar el mismo lo que fuera que buscaban los  enanos.

El avvar nada derecho en busca de aquello que parece brillas, sus fuertes brazos por fortuna y su gran complexion no le dificultan la tarea.

Viendo el elfo como no hay acceso a la parte posterior de la cascada desde la posición donde se encuentra, y como su compañero avvar se zambulle sin problemas en el fondo de la poza, Elrohir se dirige a lo que se parece a una cueva que se encuentra cercano a él para explorarla.

Tras la breve ausencia con motivo de inspeccionar la cascada, hemos vuelvo al lugar donde nuestros compañeros esperan, junto con los cadáveres de los enanos. Sin demasiado que contar, me dirijo a Ivar, que era quien nos había mandado a esa tarea y sin duda tenía curiosidad por saber que habíamos encontrado.

- Vyrin y Raven han encontrado una oquedad tras la cascada. - Dice con su habitual peculiaridad de hablar sobre si mismo en tercera persona. - Allí se esconde una puerta semejante a la que atravesamos al llegar aquí, pero no desprende la misma sensación mágica que tenía la puerta por la que vinimos. Vyrin cree que hace falta una llave para activar sus poderes, o algún artefacto semejante. Parece que la puerta está dormida, y eso la despertará de su letargo.

Tras su breve pero conciso informe, le llega el turno de saber más sobre sus enemigos.

- ¿Qué hacían estos enanos por aquí? - Dice interesado en cualquier cosa. - ¿Son enanos de la superficie o son de las profundidades de la tierra?¿Llevan algo que los defina?

Yo creo que los enanos eran de la superficie, el caso es que no se me ocurre que estarían haciendo cerca de la cascada.....quizás tengan algún refugio donde guardar sus cosas.....o quizás.......se escondan mas enanos, lo que nos retrasaría más aún. Pero aquí no se ve a nadie ¿verdad?

Asintió satisfecha tras las palabras de Vyrin con gran aprobación, aunque no fuera ducha en las palabras, el respeto que emanaba su helada expresión transmitía el orgullo de contar con tan valiosos compañeros de viaje. No obstante la fría chamán interrumpió la conversación con escasa elegancia, eran el obstáculo que la torre eligió para cruzar esa puerta. Poco le importaban los detalles, las únicas respuestas que buscaba esperaba encontrarlas tras cruzar la última cámara. Vamos, ayudemos a nuestros hermanos. Concluyó arrancando sus pasos para dirigirse hacia la grúa.

Mientras el grupo se reunían a orillas de la poza con intenciones de dirigirse a donde estaba la grúa se toparon con un decidido Haldir quien al parecer intentaba darle la vuelta a la poza, quizá había encontrado el sendero que llevaba a la oquedad de donde venían Raven y Vyrin.
El momento para explicaciones paso muy rápido, pues súbitamente con una clara exclamación de triunfo surgió desde las profundidades de la  el Avvar portando en su mano derecha algo que parecía ser un cristal verdoso brillante, parecido al que conformaba a la puerta/portal por donde habían entrado.
El Avvar poco sabía realmente de que era eso que había encontrado en las profundidades o si eso les seria de ayuda; su regocijo quizá se encontraba mas bien en la facilidad con la que había conseguido recuperar la joya de las profundidades.

Tras un par de brazadas logro tomar con la mano aquello que brillaba abajo del agua, triunfal tomo impulso para salir veloz a la superficie y dar una bocanada de aire, antes de notar que todos parecen haberse reunido en torno al pozo.

- Encontre esto en el agua, al parecer era lo que intentaban pescar los enanos, aunque quizas hubiera más de estos pero fueros llevados por la corriente.
Me acerco a la orilla para entregar el trofeo a Ivar. 

Esperando que los llamar a una nueva reunión, Elrohir sigue avanzando hasta la cueva para dar un vistazo a ella.

Los ojos examinaron aquel objeto brillante con curiosidad. Bien hecho hermano, no dejas de sorprenderme, asintió en señal de aprobación y dirigió su mirada hacia Vyrin. ¿Crees que es lo que necesitamos? Lo comprobaré… sentenció en espera de su respuesta. El resto podéis acompañarme, recoger cualquier cosa que os parezca valiosa del botín o ayudar a Vyrin a enterrar los cuerpos. Pronto nos aguardaran otros desafíos, aprovechad el tiempo que nos queda. Concluyó con confianza y se dirigió hacia la cueva tras la cascada.

Sin mucho interés en lo que hacían mis compañeros, cogí algunas de las herramientas que tenían los enanos para excavar, algo de mi tamaño, y me puse manos a la obra con el ritual mortuorio de nuestros antiguos enemigos. Suponía que si Ivar había dividido el trabajo entre varias personas, mi responsabilidad había acabado cuando completé la búsqueda, anteponiéndola a mis deseos de enterrar a estos enanos.

Ahora que ya no tenía nada nuevo que hacer, se puso manos a la obra calculando cuanto podría tardar con las herramientas allí a mano. Con suerte alguno de sus compañeros compartiría su inquietud sobre los fríos cadáveres que ahora adornaban el lugar en el que se encontraban, aunque se lamentó de que la mayoría de los allí presentes no supieran respetar los honores que iba a conceder a aquellos guerreros muertos en combate.

Ivar se dirigido hacia la cueva que habían investigado antes Vyrin y Raven donde al parecer se encontraba la puerta. Elrohir ya se encontraba allí para echar una mirada aquella cosa personalmente.

Allí, tras la cascada, en una cueva de no más de 3 metros de profundidad había una puerta de cristal idéntica a aquellas que habían visto en la sala de las cien puertas. Ahora tenían una mejor idea de que iba todo el asunto de la puerta y la llave. Aunque la puerta no tenía ninguna cerradura para insertar una llave, si tenia un agujero pequeño en el centro, justo del tamaño de la piedra de cristal que Ivar portaba consigo mismo. A la par el brillo que emitía aquella puerta, era solo un reflejo luminoso de los rayos del día que se filtraban y no una emanación propia como las que habían visto en el resto de las puertas en aquella sala; quizá al estar completa recuperaría su brillo y su función como portal.

Por su parte el mago Vyrin realizaba solo las labores que aparentemente nadie quería hacer, enterrar a los enanos. Bajo el calor del sol y sin las herramientas adecuadas el avance de Vyrin era lento y el cansancio creciente.

Tras entregar la extraña gema y recibir el halago de nuestra lider, sonrio toscamente y espero el momento en que todos se van a encargarse de enterrar los cuerpos para volver a hacer un clavado y explorar ese otro brillo. No me interesaban tanto los tesoros como si la posibilidad de que hubiese una puerta oculta o algo por el estilo. Con intentar echarle un ojo no perderia nada, y despues de todo aun seguia sin mi armadura ni armas, asi que solo tendria que nadar hacia abajo y aguantar la respiracion.

Una vez en la cueva y resuelto el misterio de la llave y la cerradura, Elrohir sale de nuevo al exterior y se dirige a ayudar a Vyrin en las labores de dar sepultura a los enanos.

Compañero si no te importa, te ayudaré en las labores para realizar un enterramiento honorable a los enanos.

Mientras Elrohir y Vyrin cavaban tumbas para los enanos y Trekk nadaba reconfortablemente en la poza, el resto se encontraba frente aquella misteriosa puerta examinándola a detalle.
En realidad dicha puerta solo era una gran piedra de cristal incrustada en la roca, aunque igual de ornamentada que las que encontraran afuera. Era claro ya que aquella supuesta llave encajaría a la perfección en la hendidura que había en la puerta de cristal.
Sin esperar mas e impaciente por saber si aquello era lo que buscaban, Ivar líder de roja escarcha tomó la pequeña llave y la incrusto en la puerta. Un destello súbito cegó a todos los que se encontraban cerca, casi como si la piedra de cristal se hubiera encendido cual el brillo de una estrella; y dicho brillo fue tan fuerte que llamó la atención también de Vyrin y Elrohir que no estaban tan cerca en realidad.
Tras unos segundos, Ivar y el resto de sus acompañantes presenciaron como la puerta de cristal adquiría un brillo idéntico al de las demás puertas que habían visto antes, e incluso al igual que estas ahora parecía fluir como un plasma verdoso brillante contenido en el cristal.