Partida Rol por web

Jueves por la mañana

Como siempre, Donald Napier, conserje de día del Westin, se incorporó puntualmente a su puesto de trabajo... justito sobre la hora, pero a tiempo.

Canturreando algo de Madonna con una impostada voz de soprano que siempre hacía reir a sus compañeras, el conserje repasó todas las incidencias de la noche anterior y empezó a resolver las diferentes, caprichosas y, a menudo incluso extravagantes demandas de los clientes...

Jueves al mediodía

No tienes que devolverme nada, los favores entre amigos no se pagan, ok? te dice el cowboy antes de hacer una llamada por su móvil. Un momento después te dice que estará en la puerta del Westin enj una hora. Y tras llamar a un taxi para que te lleve allí y pagarle al taxista, él carga su silla de montar y su equipaje en otro...

Llegas sin novedad hasta la puerta del Westin, que está en plena zona turística de Times Square. El edificio es imponente. Tal vez no sea el hotel más lujoso de la ciudad, pero es muy céntrico y, por lo que parece, está muy bien comunicado...

Al rato, una ranchera se detiene frente a donde has quedado con el vaquero, y Lee sale de ella, acompañado por otro tipo que también parece sacado de una peli de Clint Eastwood Gracias, Billy Bob, te debo una, ok? Nos vemos el sábado, y no dudes que te volveré a ganar este año! dice mientras coje su equipaje, silla incluída

Toma, chaval. Es un revolver del 38... una vez lo lleves encima dejarás de andar desnudo por ahí te dice mientras se abre la chaqueta tejana que lleva y te enseña un pistolón que lleva en una funda sobaquera que parece mismamente el de Harry el Sucio

Bueno, ¿vamos a pasarlo bien? No me mires así, chaval, no tengo nada que hacer hasta el sábado y si va a haber jaleo no pienso perdérmelo... suelta convencido, mientras avanza para cruzar las puertas del hotel Además, nunca verás a un tejano que rehuya una pelea. Desde antes incluso de lo de El Álamo, ¿sabes? y añade divertido Además, ya he reservado una suite en la misma planta donde está la tuya... podemos relajarnos y divertirnos esta noche, y mañana, Dios dirá, ok?

Es la primera vez en mi vida que conozco a un tipo y en ése primer día, no le quiero partir la cara. Y encima, siendo alguien que habla tanto. Tiene mérito, sí señor, lo tiene. Durante el trayecto en el taxi, miro por la ventana e intento hacer, una vez más, una reconstrucción de todo lo que está pasando en mi mente. Tal vez sea yo y el hecho de no haber salido de la granja de John hasta los 15, pero se me hace MUY raro el hecho de que los desconocidos sean tan amables. Por supuesto, en el momento en que sepa que soy un tarado tendré que pegarle una paliza.

Una vez bajo del taxi, me dedico a mirar escaparates de tienda mientras fumo, fumo y vuelvo a fumar. Hasta el punto de tener que alejarme unas dos manzanas para ir a comprar tabaco. Vuelvo a las cercanías del Hotel y sigo esperando durante un buen rato, caminando sin rumbo pero sin alejarme demasiado. Después decido ir a comer a un McDonald's que hay a pocas manzanas del hotel, para finalmente volver y esperar en un callejón al vaquero.

Cuando éste llega con el gigantón, la cabeza me va a estallar por la contaminación acústica (la granja era mucho más silenciosa, odio la ciudad) así que mi mal humor es bastante elevado. Nos metemos en el callejón en el momento que me dá el arma, guardando la pistola entre el pantalón y el estómago, camuflándola con la camiseta.

- Estamos en la Gran Ciudad. Fijo que hay furcias más que de sobra -Esbozo una sonrisa, en especial al pensar que ya nadie me recriminará mi vocabulario ni me amenazará con tener que limpiar la mierda de las vacas.

Entramos al interior y me dirijo al mostrador, donde entrego mis datos al recepcionista junto con la carta de Shaw.

- ¿Se puede saber a qué viene ésto? -Enarco una ceja.

Lee se queda atrás mientras entras tú primero, como controlando la situación, y solamente parece relajarse cuando no veis nada raro, al menos a primera vista...

El conserje de día mira la carta por un instante y sin tan siquiera mirar el ordenador, te saluda

Bienvenido al Westin, Mr GreenWood. Es usted uno de los invitados del Sr Shaw, y por ello dispone de una suite junior con todo pagado. Si tiene a bien acompañarme, le mostraré su suite y le informaré de las cobertruras extras de las que dispone gracias al Sr Shaw...

A tu lado Lee hace el número del paleto rico que también viene a ocupar su suite. Por lo que puedes ver por la numeración, debe estar muy cerca de la tuya... El cowboy te lanza una mirada de trranqui, yo te cubro las espaldas y ambos subis por el ascensor hasta la planta donde están vuestras suites, acompañados por dos botones, uno de los cuales suda la gota gorda cargando la silla de montar del vaquero...

Mientras Lee entra en su suite, el conserje te enseña con todo lujo de detalle la tuya. Hay incluso una botella de champagne francés y una cesta de fruta esperándote, amén del minibar lleno, claro está...

Esperamos que le guste su suite, señor, y que su estancia en el Westin sea placentera. Por supuesto, puede utilizar todos los servicios del hotel sin límite: el spa y las máquinas de fitness, la sala de bronceado, disfrutar de un buen masaje y de un corte de pelo y manicura... y acudir a cualquiera de los restaurantes o bares del hotel con gastos pagados...

Además... añade el empleado del hotel, sacando una especie de tarjeta magnética similar a las que se usan como llaves de las puertas ...esta tarjeta le permitirá gastar hasta 1000 dólares diarios en cada una de las tiendas del hotel, desde hoy hasta el domingo: la joyería-relojería, la tienda de regalos, la de informática y fotografía y, sobre todo, la tienda de ropa para hombre... y si necesitara algo que no se encuentra en nuestras tiendas, podemos pedirlo también sin problema...

Antes de que puedas replicar, el conserje, que es todo simpatía, añade para que no te sientas ofendido No es que yo critique su modo de vestir, señor, pero... si quiere un consejo, una chaqueta y unos pantalones de estilo elegante, pero informal, le quedarían la mar de bien... por si tuviera que verse con alguien más tarde... termina diciendo en un tono medio divertido, y medio enigmático

Te entrega ambas tarjetas (la de compras y la llave de la suite) y antes de irse te recuerda Para cualquier cosa que usted necesite, señor, sea la hora que sea, yo soy su hombre. Donald Napier a su servicio. Solamente tiene que descolgar el teléfono y nos esforzaremos al máximo por satisfacer sus deseos...

¿Alguna pregunta, antes de irme?

Mientras dice esto, con la puerta entreabierta, ves al cowboy delante de la puerta de su suite, jugueteando con un par de monedas en su mano...

Intento caminar con tranquilidad, pero está bastante claro que todo ésto me supera. Quiero decir, mírame! Sí, sé ocultar perfectamente que soy un tarado pero, ¿qué coño? ¿Cómo se puede fingir no amaravillarse con algo similar? El tipo de la cara estreñida me está diciendo que con ésta tarjeta que tengo en mi mano derecha puedo gastarme mil (¡¡MIL!!) pavos diarios en lo que quiera. Fuah, ya me estoy imaginando con alguna consola de las que John no me dejó ni soñar, los subwoofers que hagan vibrar la puta habitación mientras juego una partida, veo la televisión (Más grande que el granero de la granja) o películas, o escucho música.

A no ser...

- Sí. ¿Qué tranpa es ésta? -Le miro con suspicacia-. ¿A cambio de qué, tantos regalos? No me dirá que son gratis y sin pedir nada a cambio. Ni tampoco me dirá que lo hacen porque son hermanitas de la caridad. ¿Dónde está el truco? ¿A qué viejo camionero he de vender mi culo? 

¿Y qué problema tiene con mi ropa? Eh, a mi me gusta ésta camiseta de tirantes y los vaqueros viejos y sucios. Son parte de mí, como él y su cara de estreñido. ¿Verdad que yo no se lo digo? Cabrones.

- Y... otra pregunta: ¿Para qué quiere verme el señor Shaw? -Bueno, va, ya que dice que me quiere dar tanto dinero, lo mínimo es llamarle "señor". Dirijo una mirada al tejano que juega con la moneda, a través de la puerta entreabierta-. Y para terminar... ¿cara o cruz?

El conserje del hotel no parece inmutarse mucho ante la andanada que le sueltas. Es más, parece estar acostumbrado a que los clientes, a veces, le traten como un trapo...

Mire, Señor GreenWood. Las razones por las que Mr Shaw hace esto por usted escapan a mi conocimiento, pero como comprenmderá, aunque lo supiera, debería guardar discreción sobre ello. Un conserje es un poco como un confesor. Los clientes nos piden cosas o nos hacen confidencias que no deben salir de la puerta de su habitación, y supongo que entenderá que haré lo mismo por usted... te dice con absoluta sinceridad, y sonriendo añade

Pero hay algo que SÍ puedo decirle, que Mr Shaw no es gay, ni mucho menos, se lo puedo asegurar... y dudo que pretenda que uno de sus invitados se rebaje a algo como lo que usted dice...

Donald se apoya en el quicio de la puerta, y te habla en un tono confiado Oiga, Señor GreenWood, yo no acostumbro a equivocarme cuando hago recomendaciones... Si no quiere bajar ahora a la tienda de ropa, coja el teléfono y diga que suba el encargado, o pídales lo que a usted le siente más cómodo, pero un poco de elegancia no le iría mal,. créame...

Y, que caray, si yo pudiera gastarme mil pavos diarios en cada una de nuestras tiendas, lo aprovecharía a tope, y luego, que me quiten lo bailao! termina diciendo, antes de irse, si no tienes más preguntas para él

Lee te sonríe irónicamente, y tirando la moneda al aire, dice "Cruz", y acierta... Cuando ya el conserje ha desaparecido, se acerca y te comenta Yo diría que el retaco (porque el conserje es bastante bajito) tiene algo de razón, y no te lo tomes a mal...

Imagínate que quieres ligarte a una de las tías que vienen a tomarse algo a los bares de un sitio como éste... tal y como vas, probablemente ni se dignarían a mirarte a la cara... Chaval, podemos ser de pueblo, pero con estilo!!! y mientras dice eso da una vuelta sobre sí mismo, como para demostrarte lo que dice...

Vale, aquí no tendrán nada tan guay para mí como en las tiendas de Houston o San Antonio, pero seguro que el tipo de la tienda puede convertirte en un tipo presentable a los ojos de las pibas de por aquí...

Joder, y yo que pensaba que el enano de cara estreñida me iba a dar algo de información... Pero nooo, claro que no. ¿Cómo va a ser tan fácil? No, en absoluto, todo tiene que ser un puto misterio en ésta vida de tarados corriendo por el mundo. Y todo con la única misión/objetivo/llámalo X de provocarme jaqueca. ¿Veis? Ya me vuelve a doler la puta cabeza. Y no está aquí... er... hmm... La que me curó el dolor.

Flipo, literalmente todavía flipo cuando el conserje se pira y miro que tengo en mi mano la tarjeta de crédito. Observo cómo el tejano presume de vestuario, menospreciando la practicidad y comodidad del mío. "Si quisiera vestir como un hortera,

- Bueno, al menos ya nos ha quedado claro que no quiere taladrarme el culo. Va, vamos a comprarnos la puta ropa y a coger un buen pedo. Yo invito -Sonrío al agitar la tarjeta y me dirijo a una de las tiendas de ropa. Me horrorizo y niego completamente ante las proposiciones del vaquero, decidiéndome al final por una chaqueta de traje, una camisa de seda de color blanca y tejanos con unos zapatos negros bastante caros. Doy una vuelta sobre mí mismo, mostrándome a mi colega-. Ya que vamos a gastar, que sea a lo grande. ¿Quieres tú algo nuevo?

Después, nos dirigimos al restaurante y nos pegamos una cena de aúpa, para dirigirnos finalmente al bar a pillar cacho.

- Whisky doble, dos hielos -Le pido al camarero, mirando en busca de posibles mujeres- y lo que pida el caballero -"Vamos a lo que vamos".

Lee acepta tu oferta y, para horror del encargado de la tienda, escoge un pañuelo de seda natural de Karl Lagerfeld y se lo anuda al cuello al más puro estilo cowboy

Guay! Este tipo de diseño es completamente diferente a los que venden a las tiendas donde voy en Texas! dice, dándote las gracias

La cena transcurre sin problemas, aunque cuando vais al bar, al camarero casi le da un síncope cuando el vaquero le pide licor de serpiente...

Joder, y luego presumen de bien surtidos... esta gente de ciudad... se queja, conformándose conm un Jack Daniels, mientras se pone cómodo enj el asiento de la mesa que habéis escogido, una muy estratégica desde donde se controla la entrada al bar...

El público que acude a él te parece bastante pijo y fuera de tu onda. Solamente hay otros dos tíos que desentonan casi tanto como vosotros en el ambiente...

Están sentados en una mesa del rincón, desde donde tambiénm se ve todo el local. Uno es un individuo de aspecto patibulario, de edad indefinida (40, 50 años?) que parece ser la clase de tipo capaz de meterse en toda clase de líos y salir de ellos... Aunque, lo que más llama la atención, aparte de su afeitado de hace dos días y el abrigo tipo guardapolvos que lleva por encima de su traje,l es el parche que cubre uno de sus ojos...

El otro tal vez esté rondando los 50 y tantos, es pelirrojo y luce un imponente mostacho. A su lado, sobre la mesa, descansa un bombín bastante desgastado por el paso del tiempo...

La leche! ¿Sabes quién es el tuerto, chaval? Es Nick Furia, el director de SHIELD! Ese tipo es duro de verdad, coño, si es una puta leyenda! Dicen que combatió junto al Capitán América en la Segunda Guerra Mundial!!! suelta el cowboy, demostrando tanto sorpresa como admiración...

Lee nota que lo miras con incredulidad, porque, si lo que dice es verdad, la persona que está en esa mesa tendría más de ochenta años!!!

Dum Dum Dugan le sigue dando vueltas con la cucharita a su café, mientras se lo mira con cara compungida

Nick, ¿en serio que esto es lo que entiende esta gente por un café?

Nick Furia no puede evitar mostrar un atisbo de sonrisa, mientras sigue controlando el local Capuccino, Dum Dum, eso es un capuccino... y tómatelo ya, que se te enfría...

¿Un capuchino? Caramba, en mi época eso era un fraile... pero al final acaba por darle un primer sorbo... justo en el momento en que la mirada de su amigo y superior se centra en la entrada del bar...

Justo en se instante entra en el bar una chica rubia elegantemente vestida, con un traje de noche sugerente, pero nada revelador y, tras hacerle una pregunta al camarero, se dirige directamente hacia vuestra mesa...

Al acercarse parece todavía aún más hermosa que a distancia, parece rondar los veintitantos y para tu sorpresa, parece que viene preguntando por ti... y hace gesto de si se puede sentar, obviamente a tu lado, porque es el único sitio libre...

¿El Sr Jason GreenWood? Soy Elsa Lombardi, secretaria personal de Mr Jeddediah Shaw. El Sr Shaw espera que su estancia en el hotel le esté resultando plenamente agradable, y me ha enviado para asegurarse de que todo está a su plena satisfacción...

Cuando habla lo hace con gran elegancia y seguridad, e incluso termina por asomar una ligera sonrisa en sus labios mientras espera tu respuesta.

Lee coje su sombrero y se levanta, guiñándote un ojo disimuladamente Perdone que les deje solos, pero debo averiguar dónde está el aseo de este sitio...

Suspiro. Soplo. Resoplo. Bufido. Mierda. Joder. Otro suspiro. Hay que joderse. ¿Qué clase de gente se registra en éste puto hotel? Desviados, estirados, impresentables, repeinados, aburridos, bla bla bla. Estoy a punto de decirle a Lee (le había preguntado sutilmente el nombre antes) que paso, que me largo de aquí, cuando me hace girarme en mi asiento para poder ver de quién coño hablaba.

- ¿En la Segunda Guerra Mundial? Si mi abuelo se cagaba en los pañales cuando comenzó y ahora anda con taca-taca -Hago el gesto del viejo caminando con el cacharro ése-, ¿cómo va a ser ése un excombatiente de la Segunda Guerra Mundial? Debería estar en la tumba. Ése tipo no aparenta más de cuarenta.

Realmente, el mundo está lleno de tarados. Tarados mutantes, tarados mentales. Todos somos tarados de m...ierda. Me bebo el vaso de whisky de un trago, cerrando los ojos por el ardor en mi garganta, para acto seguido ir a pedir otro. O, claro, ésa era la idea hasta que una imponente rubiaza entra en el local, se dirije (ante la mirada atenta de cuanto hombre-macho hay en el bar) a la barra y... ¡se acerca!

Sorprendido, no puedo evitar mirarla de arriba abajo no una, ni dos, ni tres... sino tres veces. Lee se pira, cosa que agradezco (de lo contrario ya le habria empujado para que se fuera).

- El mismo, en carne y hueso.

De verdad, me he quedado sin palabras. Uf, ¿por qué no hay más de éstas en este puto bar?

- Sólo hay dos cosas que necesito saber: una, ¿de qué trata todo ésto? Imagino que el señor Shaw me lo explicará mañana, sí, pero necesito saber qué pasa. ¿Una oferta de trabajo? ¿Caridad humanitaria? ¿Qué? No lo entiendo. Y la segunda: ¿bebe? - Alzo la mano para que venga el camarero y, sin mirarle, le pido un whisky doble y espero su petición de beber-. Por supuesto, su jefe invita.

La chica te mira también un momento de arriba abajo y asiente Un margarita... le pide al camarero, que ha acudido solícito al ver que se sentaba en tu mesa

Elsa te sigue mirando, esta vez a los lojos, un buen rato, antes de contestar... Cuando habla lo hace con aplomo y seguridad, y una cierta distancia emocional...

Todo lo que sé es que es un asunto que lleva Mr Shaw en persona, lo cual no es nada habitual... y con una sonrisa algo agria añade Lo que sí que dudo es que sea por mera caridad.

La belleza rubia se detiene unos instantes, como si dudara, y al final parece tomar una decisión

Mire, Sr GreenWood: Jeddediah Shaw no es de las personas que hace nada sin ningún motivo, y debe tener uno MUY poderoso para reservar seis suites iguales, con las mismas condiciones. Y todas las personas a cuyo nombre están las reservas rondan la misma edad: entre los 18 recién cumplidos y los 21...

Sus ojos, de un color miel que atrae las miradas de los hombres, vuelven a posarse en ti, y esta vez parece menos segura de sí misma, y algo más implicada en lo que dice

Jason, tenga cuidado, ¿me hará el favor? Me parece el tipo de persona que se merece que le pase algo bueno en la vida y no me gustaría verle envuelto en un lío de difícil salida... Nos veremos mañana por la mañana, y espero de todo corazón que todo le vaya bien...

Se toma el margarita de un solo trago, y hace gesto de levantarse para marcharse...

Uf, un margarita. Éso apenas tiene alcohol, me dá que te comes los mocos chaval.

"Anda, el jefazo en persona para mí y otros cinco chavales más en persona. Qué verdadero honor". Una sonrisa sarcástica se dibuja en mi cara mientras llevo el vaso de whisky a mis labios y bebo dos tercios, sin apartar la vista de lo que me dicen sus tetas cara. Vale, SEGURO que te comes los mocos. "Claro, y nada tendrá que ver el hecho de que puede que sepa que soy un tarado por todo éso del centinela, ¿no? Él puede saber dónde están Dan y Wendy, yo tengo un poder, una pistola y un don para los problemas enorme".

- Igual pretende grabar un video porno. Lo cual es una suerte, porque me han asegurado de que no es gay -Esbozo una enorme sonrisa, mientras me bebo lo que queda de whisky y llamo al camarero para que me traiga la puta botella de una vez, coño. Que soy el invitado del señor Shaw. Mientras me sirvo más whisky yo mismo, la observo con tranquilidad. -Las situaciones de difícil salidas son mi pan de cada día, éso es lo que le dá emoción a la vida.

"Por no hablar que pienso pegarle un tiro en las dos rodillas y destrozarle el cerebro hasta dejarle vegetal como sea el que ha matado a John".

- También me merezco algo de amor en la cama y me has abandonado, ahogando las penas -Alzo el vaso para brindar hacia ella, desde el asiento. Espero a que se vaya para coger la botella y dirigirme a mi habitación, llamar a Lee para que me acompañe si no está ocupado y entrar botella en mano. Lo primero que hago es llamar a consergería, para divertirme un rato a su costa: - Hola, sí, soy Jason en persona. ¿Dijiste que puedo usar todos los servicios del hotel en cualquier momento? Me gustaría hacer unas compras, pero no me apetece mover el culo de la cama. ¿Puede usted darme los números de las tiendas? Y, ah, si me los trae usted apuntados en un papel, le daré una generosa propina.

Benditos teléfonos de hoteles que están al lado de la cama. ¡Y con manos libres! Bueno, libres de teléfono, porque están liando tabaco sobre mi estómago. Y tumbado se cae mucho tabaco, ya te digo.

- ¿Podéis conseguir droga o éso es mucho pedir? Un poco de marihuana... terapéutica, claro, para el dolor que me produce ésto de llevar ropa de capullo -No puedo evitar sonreir antes de pasar la lengua por el papel y acabar el cigarro. Me lo enciendo-. Se puede fumar en las habitaciones, ¿no? He abierto la ventana, tranquilo.

La chica te mira de arriba abajo, con una de esas miradas que matan, cuando dices aquello de la peli porno... Si esto es lo que usted considera sentido del humor, le aconsejo que lo cambie por uno nuevo, Sr GreenWood...

Y termina levantándose como un muelle ante tu siguiente frase Todos merecemos algo de amor, el problema es que usted insiste en mostrar esta falsa fachada de neanderthal que no le va a llevar a ningún sitio... o mejor dicho, no al que pensaba... Solamente le falta brincar sobre la mesa y lanzar un grito tarzanesco, mientras se golpea el pecho en plan King Kong! Que tenga usted toda la suerte del mundo, Jason, y que le vaya bien con la resaca! y se larga realmente cabreada, sin volver la vista atrás

A los pocos minutos los individuos estrámboticos de la mesa del fondo también se marchan, y el del bombín no puede evitar sacárselo ante ti en un cínico saludo Estos chicos de hoy en día cada vez emplean tácticas más sofisticadas para ligar, ¿no crees, Nick?

Nick Furia no dice nada, simplemente se limita a negar con la cabeza, mientras se abrocha el guardapolvos y sale del bar...

El cowboy no puede evitar reirse por lo bajinis al regresar del aseo y encontrarte solo, pero no hace ningún comentario hiriente, ni mucho menos...

Ella se lo pierde, chaval, aunque a lo mejor algo de mano izquierda te hubiera ido bien, ¿no crees? te dice mientras subís en el ascensor...

A los pocos minutos sube el conserje, con los números de las tiendas impresos en una hoja de papel, y el nombre del encargado de cada una

Estarán encantados de atenderle sea la hora que sea, Mr GreenWood dice con una gran sonrisa, mientras niega con la mano ante la idea de aceptar cualqquier propina Usted es un invitado de Mr Shaw, Sr GreenWood, y él se enfadaría mucho si supiera que aceptamos propinas suyas... Ya nos da una bastante sustanciosa por atenderle, créame...

La petición de marihuana tampoco parece que le descoloque lo más mínimo, como si estuviera acostumbrado a cosas así...

No hay problema alguno con el tabaco, Señor GreenWood, ésta es una suite de fumadores a partir de este mismo instante... Deme solamente media hora y tendrá esos productos terapéuticos que necesita para disfrutar de la noche... dice Donald en tono simpático...

A la media hora llaman a la puerta de la habitación... Al abrir aparecen dos rubias platino despampanantes que parecen salidas de una peli porno. Debajo del abrigo llevan el remedo de una bata de enfermera supercorta y superajustada, dejando entrever que toda la lencería que llevan es de color blanco...

Hola! Yo soy Candy y ella es Ginger... Tú debes ser el pobrecito Jason, ¿no? Nos han dicho que estabas malito y necesitabas unas enfermeras que te cuidaran, además de unas medicinas... dice una de ellas, alargándote la marihuana que habías pedido...

Detrás tuyo oyes el silbido de admiración de Lee Joder, chaval, esto sí que es ser un anfitrión como Dios manda!

Literalmente sorprendido. Algo MUY grande pedirá a cambio el tío éste a cambio de taaanta amabilidad. Joder, me falta patearle el traseguro. "Y fijo que me limpiaría los zapatos con la lengua". Y aunque parece un plan bastante entretenido, la verdad es que ni me apetece moverme de la cama (en plan momia) para arruinar aún más su patético orgullo. Seguro que es un putito.

- Deberías dejar el trabajo, amigo, o no se te quitará nunca la cara de estreñido que tienes. Sin ánimo de ofender, claro está -Tiro la ceniza encima de mi camisa-. Espero que tenga usted una buena noche.

Sonrío para despedirlo y acto seguido comienzo a hacer las llamadas. La primera, un móvil deshechable para hacer llamadas al exterior. La segunda, cinco camisas más de ésta de seda, las deportivas más guays que tengan, un estéreo con subwoofers portables y, lo mejor, la DS. Siempre quise tener una puta gameboy... pero como siempre, el "entrenamiento" (cuidar de la granja) era más importante.

Cuando traen el movil, cojo la carta y marco el único número de teléfono que me habían dispuesto. No tenía especial interés en hablar con él, pero tal vez podría dar hacer llegar el mensaje a Logan.

- ¿El padre... -Miro en la carta, sonriendo- Landry? Hey, qué pasa padre de Dios. Aquí Jason GreenWood. Según una carta que tengo aquí debería estar en una iglesia suya o algo así, pero como ve me he "perdido" ligeramente. La cuestión es, ¿podría hacerme el favor de decirle a Logan que si quiere su chupa de cuero, venga y la busque en el Hotel Westin? Y ah, que haré que arreglen la mancha de la espalda.

La única explicación que le ofrezco a Lee es que son coñas con un tío demasiado feo como para llevar ésa chupa. Estirado en la cama, ahora es como si estuviese muerto, vuelven a llamar a la puerta y abre el vaquero. Yo paso. Al abrir los ojos y ver lo que tenía delante... Mi cuerpo automáticamente se incorpora en la cama y las miro de arriba abajo un par de veces.

- El señor Shaw se ha ganado mi corazón -"¿John? ¿Quién es John?"- con ésto. ¿Y hasta qué punto podéis "curar"? Porque me sé de alguien que sufrirá insomnio como ésto no baje -Me señalo el pantalón, donde de manera dolorosamente apretada, escondo mi enfermedad provocada por la gran hospitalidad de Shaw Enterprise. "Me enferma la manera con la que me compra". ¡JA! -. Lo que sucede es que aquí, el colega, también está enfermo. ¡Que se haga la sanidad pública!

¿Podría haber soñado antes que habría pasado lo que está pasando? ¡Porros y furcias! Oh, yeah.

El conserje encaja tus palabras como antes, sin molestarse lo más mínimo...

Gracias por el consejo, Señor GreenWood. De hecho mis planes son llegar a ser el director de mi propio hotel, un día de estos...

Los encargados de las tiendas atienden tus pedidos con rapidez, y el de la tienda de informática y electrónica añade media docena de los últimos juegos para la DSL... Cuando llamas al sacerdote, éste contesta casi al momento. Por el ruido de fondo para estar en la calle, y aunque su tono de voz cambia por unos segundos, no da otra señal de que tus palabras le afecten mucho...

¿Sí? el Padre Landry al habla... ¿Eres Jason? Ok, entendido, no te preocupes que le daré el mensaje, que tengas buenas noches...

Lo que viene a continuación, tras la llegada de las "enfermeras" es una de las juergas más memorables que recuerdas... por no decir la que más... Lee y tú os lo pasáis de muerte, y el servicio de habitaciones sube un par de veces para traer más cervezas y licores...

Por la mañana, cuando despiertas la resaca es monumental... Por suerte, alguien previsor -¿tal vez el conserje?- ha hecho subir un arsenal de Alka-Seltzer y otros analgésicos... Las chicas ya están vestidas (bueno, lo de vestidas es un decir...) y se despiden con un par de besos

Chico, eres la bomba! Si esta noche sigues con ganas de juerga, esperamos que te acuerdes de nosotras!!! te dice Candy, mientras Lee se echa al coleto un buen tanto de ginebra y empieza a desfilar hacia su suite...

Dame media hora para una ducha fría y un jarro lleno de café de verdad, y estaré listo, chaval...

La cita con Mr Shaw es dentro de una hora, así que tienes tiempo de pensar qué haces...

Abro los ojos, de golpe, ante el incesante sonido del despertador. Al incorporarme, sólo sé que quiero morirme. Los ojos me pesan, y me duelen mucho, por no hablar de la cabeza que parece a punto de estallar. No recuerdo nada de anoche. ¡NADA! Lo último que puedo ver con claridad es el momento en que me encendía un gran, pero gran porrazo de marihuana y las tetas de... ¿Cinger? ¿Gandy? a escasos centímetros. ¡¡MIERDA!! ¡¡No lo recuerdo!! ¿¡Me la tiré!?

- Ah... sí... Por supuesto -Me encojo de hombros, intentando aparentar indiferencia. "Bueno, dicen que he sido la bomba, éso es que les ha gustado". A no ser... "Que lo digan porque el señor Shaw les ordena decírselo. ¡Aah!". Lee también se va, por lo que aprovecho para ir a la ducha de la suite con el run run todavía ahí, presente. "¿Entonces, he dado el cante?". Me meto dentro de la ducha y hago correr el agua, para comenzar entonces a quitarme la ropa y dejarla a remojo-. Bah, seguro que no han sido tanto. Ni siquiera lo recuerdo...

"Claro que sí. No eres tú, son ellas". Y con ése pensamiento ultra positivo, salgo aún más agotado que al despertar. La resaca me está matando y los analgésicos que han subido comienzan a desfilar de tres en tres (por bote) por mi garganta. Es casi la hora de ir a la entrevista, por lo que tengo que comenzar a ponerme en movimiento (aunque me duela en el alma).

Agarro las camisas que había hecho traer y las rasgo a mano, para que sean unas camisas de seda sin mangas. Excepto una que me pongo, las demás van todas al petate. Me visto con la ropa interior (extra cómoda), tejano, las deportivas que me han traido y, como no podía ser menos, la chupa de Logan. La pistola entre pantalón y camisa, por la espalda y, para terminar, unas gafas de sol para ocultar mis ojeras.

Ahora sí, con toda mi dignidad puedo dirigirme al despacho del señor Shaw. Saludo a la rubia con un "yep, qué pasa. Vengo a ver qué quiere el viejo" y, sin más, entro en su despacho. ¿Acaso no soy el invitado?

- Lamento si está ocupado, pero yo también. Al grano: ¿qué desea de mi? -Me detengo al ver quién es el señor Shaw. -¡Tú! -Le señalo. Vale, no le conozco de nada... pero siempre quise decir éso.

Viernes por la mañana (Hotel Westin)

Elsa Lombardi te sonríe educadamente, y parece que va a decirte algo, pero entras en tromba sin más en el despacho.

Al cruzar el dintel de la puerta, una alarma lumínica y sonora se dispara, y un individuo joven de aspecto latino y aires de playboy que estaba cerca de ella te pone una mano en el pecho para detener tu avance, mientras con la otra busca lo que ha disparado la alarma...

Quieto ahí, campesino, nadie entra a ver al Señor Shaw con un arma, y menos un botarate como tú...

Desde detrás de su mesa, un hombre elegante que supones es Mr Shaw te saluda con muy buenos modales, y te hace un gesto de que dejes el arma y el petate fuera

Roberto, Roberto... ¿dónde están tus modales cuando recibo a un invitado importante, como el Sr GreenWood? Las cosas se piden por favor, y estoy seguro de que Jason aceptará dejar su equipaje fuera, porque si no, nuestra entrevista termina ahora mismo... Y, por favor, les pido a ambos que no empiecen a hacer una exhibición machista de poderes en plan a ver quién la tiene más larga... Sería muy molesto tener que tomar cartas en un asunto así de buena mañana...

Roberto DaCosta asiente a las palabras de su jefe, y aunque visiblemente molesto, cambia el tono de sus exigencias...

Por favor, ¿sería usted tan amable de dejar su artillería y el resto de equipaje fuera? La Srta Lombardi se lo guardará hasta que termine la entrevista...