Partida Rol por web

Jueves por la mañana

Aquel día Jarvis, el mayordomo, se levantó un poco antes de su hora habitual. Acostumbraba a ser el primero en hacerlo, menos cuando Steve Rogers se encontraba allí. Aquel era un pájaro aún más madrugador que el sirviente inglés...

Empezó con las tareas relacionadas con la preparación del desayuno para los huéspedes de la mansión, y luego se concentró en el encargo especial que le había hecho el Dr McCoy... Tuvo tiempo de sobras de meterlo en el horno y de empezar a limpiar la plata antes de que los primeros entraran en la cocina

Buenos días, Jarvis... bonita mañana, ¿no? dijo un recién duchado Steve Rogers, tras su sesión matinal en la Sala de Combate y sentándose enfrente de una bandeja con un completo desayuno continental

Steve, Jarvis... hora de desayunar, que hoy tenemos un día movidito, ¿eh? bromeó Hank McCoy, mientras el mayordomo le acercaba un buen pedazo de tarta de manzana y una jarra de zumo de naranja

Todo estará en orden y listo, Master McCoy, tal y usted como ordenó contestó Jarvis, de vuelta otra vez a la plata

Ya puedo oler parte de ello... Gracias Jarvis, eres un sol!!! afirmó Hank, abrazando efusivamente al ahora algo aturullado mayordomo británico con un brazo, mientras con el otro le sisaba su porción de tarta a Steve ¿Tú no te la comerás, verdad, amigo mío?

Steve Rogers negó con la cabeza divertido, mientras más gente bajaba a unirse al desayuno... ¿Vamos a hacer esa visita ahora, Hank, antes de que lleguen nuestras invitadas?

El Dr McCoy asintió, mientras se levantaba para irse a arreglar Por mí perfecto, eso está a poca distancia de aquí, y tenemos tiempo de sobras antes de que llamen a la puerta...

-No lo haré, tío Jin.
Hice un gesto afirmativo con la cabeza como acompañamiento de respuesta a su plan, antes de volver a mi cuarto. Salí a ayudar en las tareas habituales, aproveché la oportunidad de sacar la basura al callejón donde están los contenedores para respirar algo de aire nocturno cuando ví los trozos de papel rotos a pedazos. No conseguí leer nada de lo que había sido la carta pero decidí guardar los trozos entre las páginas de la novela que estaba leyendo. Formaba parte de mi nuevo viaje en la vida y quería todos los detalles del mosaico para recordarlos cuando sea una abuela. Respiré hondo, a pesar de la contaminación de la ciudad y los sonidos estridentes de la calle, y sonreí feliz ante la nueva puerta que se estaba abriendo ante mí.

Me costó dormirme, del nerviosismo por lo del día siguiente. Acabé viendo pelis en blanco y negro en la tele pequeña y vieja de mi cuarto, con el volumen bajado a lo mínimo para no despertar a la abuela, hasta las 5 de la madrugada, momento en el que me quedé completamente dormida, más por cansancio que por ganas reales de dormir. A la mañana siguiente, me desperté con la tele emitiendo dibujos animados. Bostecé varias veces seguidas, me levanté, apagué la tele y recogí mis cosas con disimulo, metiéndolas en una mochila. Tampoco es que tuviera muchas, la gran mayoría (que no eran tampoco muchas más de las que tengo ahora) se quemó en el incendio. Ropa nueva que me compró mi tío y mi abuela, un de par de novelas de misterio y un discman (le había cogido cariño, nunca había tenido uno y Tío Jin me lo regaló para que no me aburriera tanto estando encerrada en casa, hasta me compró algunos cd's).
Oí como la puerta principal se abría y se volvía a cerrar. La abuela se había marchado a su visita médica, tal como había planeado tío Jin. Al oír su voz masculina, abrí la puerta de mi cuarto y asomé la cabeza.

-Sí, ya estoy. Lista para ir a ese sitio!- respondo, entusiastica y sonriendo ampliamente. Cogí mi mochila con mis pocas pertenencias y seguí a tío Jin a la dirección señalada en la tarjeta...

Jueves por la mañana

Tio Jin condujo a la excitada muchacha a través de las calles de Manhattan. Como tenían tiempo de sobra, su tío se dedicó a irle enseñando los diversos sitios importantes por los que pasaban: edificios singulares, monumentos... e incluso entraron un momento en los grandes almacenes Bloomingdales para comprarle unos zapatos nuevos

Hace pocos días fue tu cumpleaños, y quería hacerte un pequeño regalo que te lleves a tu nueva vida, cariño!

Poco a poco fueron subiendo en dirección a Central Park. Allí el tráfico y la gente era completamente distintos al que Haruka conocía de la parte de la ciudad donde había vivido hasta ahora... El inmenso pulmón verde exhibía todo su esplendor en aquella mañana de primavera, y todo invitaba a sonreir...

Los números de la Quinta Avenida fueron dando pasos unos a otros mientras caminaban paralelos al parque, hasta que por fin llegaron frente a una imponente mansión de tres plantas, que contaba con un muy bien cuidado jardín en su parte delantera.

Una verja de hierro forjado con una "A" en su parte superior cerraba el paso a los curiosos y, para sorpresa de Haruka, mientras su tío llamaba al "timbre" (por llamarlo así, porque era obvio que no se trataba de un interfono normal) pudo leer las dos placas que había a un lado de la puerta

Fundación María Stark, Manhattan

Mansión de los Vengadores, sede fundacional

Al instante, una voz con un tono educado contestó y accionó la apertura de la verja, y en la puerta apareció un hombre de edad avanzada con el inequívoco uniforme de mayordomo

La Srta Haruka Mason, ¿verdad? Sea bienvenida a la mansión. Soy Jarvis, el mayordomo, y espero que su estancia entre nosotros sea completamente de su agrado, señorita

Tio Jin terminó de despedirse media docena de veces, y al final se quedó junto a la verja, saludando orgulloso con la mano a su sobrina, mientras el sirviente inglés la guiaba hacia el interior del edificio, insistiendo en coger su equipaje...

¿Tiene hambre, señorita? ¿O quiere beber algo, leche, un batido de fruta? Acabo de avisar al Dr McCoy y bajará a recibirla como se merece en un minuto... informó solícito Jarvis mientras entraban en el gran vestíbulo de la mansión...

Elegí como regalo de cumpleaños unas Dr. Martens de color rosa, con los cordones negros. Hacía mucho que no tenía unas botas nuevas, son preciosas y van a juego con mi mini-falda negra de tablas y mi camiseta rosa estampada con un enorme símbolo pirata, una calavera negra con dos tibias cruzadas. Me había peinado con dos coletas altas despuntadas, atadas con lazos negros, y una sudadera negra con rayas rosas en los laterales de las mangas. Sonrío brillantemente cuando llegamos a la puerta metálica con la gran A. A través de los barrotes puedo ver la mansión. Suelto un silbido.

-Madre miaaaaa, peazo de casa- murmuro, con los ojos abiertos como naranjas, observando el jardín y la enorme casa. Es una pasada...

-Nunca he estado en un sitio así -trago algo de saliva, más nerviosa aún que hace un momento, antes de llegar a la entrada. Leo la placa y espero paciente al lado de mi tío hasta que llega un hombre mayor con un disfraz de domador de leones. "Tienen animales aquí también? Es un circo de lujo acaso?".Me despido de mi tío, con un abrazo enorme y un "estaré bien, tío Jin, te lo prometo! muchas gracias por todo y por las botas, me encantan!". Tras negarme repetidas veces a que cogiera mi mugrienta y algo avergonzante mochilla, me rendí a la evidencia de que el domador de leones no iba a permitirme avanzar de otro modo, así que me encogí de hombros, resignada y con una sonrisa sigo al señor del traje de domador de leones, que carga mis bartulos (la mochila y la bolsa de papel con mis botas viejas negras).

-Cualquier cosa estará bien, en serio, no quiero molestar...- respondo a sus ofrecimientos, no estoy acostumbrada a ello, aunque mis tripas rugen algo. Había desayunado un bol de cereales antes de salir de casa de la abuela, tras hacer la mochila, ducharme, y vestirme, pero el paseo largo, comprar los zapatos y llegar hasta allí me están pasando factura y mi estómago ahora protesta.

-Qué ganas de volver a ver al Dr. McCoy, que pena que Ginger no esté aquí... le gustaría tanto!- murmuro para mi misma, algo ensimismada mientras  entro en el vestibulo y miro maravillada a todos lados: a las paredes, la puerta, el techo...

Usted no molesta en absoluto, señorita... dice Jarvis, mientras abre la puerta que conduce a una enorme cocina, que parece ser su reino personal Perdone la informalidad, señorita, pero todo el mundo acostumbra a desayunar aquí... ¿Le parece bien un buen vaso de leche y unas galletas?

Apenas te has sentado cuando se abre la puerta y aparece Hank McCoy, vestido con un elegante traje de color gris que resalta el tono de su piel...

Bienvenida a ésta tu casa, Haruka! te saluda, dándote un cordial abrazo, y mirando el plato lleno de galletas que trae el mayordomo añade en tono bromista Veo que Jarvis ya está intentando malcriarte... sus cookies de chocolate son las mejores que jamás has probado, créeme, son ab-so-lu-ta-men-te deliciosas! Y en un tono más bajo explica Una receta secreta de su madre, que jamás ha revelado...

En realidad, señorita, la receta procede de mi abuela. Mi madre la heredó y ahora yo mantengo la tradición sin traicionar su secreto, por mucho que el Dr McCoy haya intentado sonsacárnosla... conesta el sirviente inglés en un tono simpático, abandonando su habitual seriedad, como para darte confianza...

Hank, que estaba punto de pillar una galleta de chocolate del plato, se cruza de brazos en una pose completamente cómica destinada a hacerte reir Vamos, vamos, Jarvis... ¿qué va a pensar de mi esta chica?

Pues que eres una simpática bola de pelo azul que se chifla por el chocolate y las manzanas!!! dice otra de las personas que acaban de entrar en la cocina, palmeando familiarmente la espalda a Hank

El recién llegado habla en un tono de voz algo más alto de lo normal, y la chica rubia que le acompaña le hace una seña Clint, cariño, ¿has regulado bien tu audífono esta mañana?

Clint Barton frunce el ceño, algo molesto por el hecho de que le recuerden su minusvalía, pero mientras obedece a su esposa, Hank te presenta a los recién llegados...

Hank está disfrutando de la última de las galletas que Jarvis le ha acercado, y cuando tiene la boca vacía, te presenta

Clint, Bobby... os presento a una de las invitadas que esperábamos para hoy, la señorita Haruka Mason, que pronto entrará a formar parte de la Escuela del Profesor Xavier...

Haruka, te presento a dos buenos amigos: Clint Barton y su esposa, Bobby Morse... Por cierto, Clint y tú tenéis algo en común, ¿sabes?

Y con un tono de voz un tanto circense añade Te presento.... -aquí iba un redoble de tambores- al grrrraaaaan Hawkeye, el más grande arquero sobre la faz de la tierra!

Clint sonríe complacido y hace una reverencia en todas direcciones, mientras Bobby aplaude divertida...

Una cosa quiero decirte, Haruka... aquí verás a gente que mantiene muy celosamente su identidad privada, gente que son vistos como héroes por unos, y a los que otros consideran objetivos de sus planes más malévolos... estoy seguro que sabrás hacer honor a la confianza que todos depositamos en ti... te susurra Hank, mientras Clint Barton, alias Ojo de Halcón se sienta enfrente tuyo, junto a su esposa, y te pregunta si también has formado parte del mundo de la farándula...

Jueves por la mañana

El avión aterrizó en el aeropuerto LaGuardia con gran suavidad, y un instante después las azafatas que atendían a la primera clase se ofrecían a ayudar con los equipajes de mano. La que había estado pendiente de ti te acompañó hasta la salida del avión y te deseo, con una gran sonrisa, una feliz estancia en Nueva York.

Ni el franchute ni el otro individuo parecía que hubieran salido del aparato, por lo que tras recoger tu equipaje saliste al exterior,a la zona de libre circulación de la terminal. Allí, entre parejas que se reencontraban, turistas de paso y familiares que esperaban a los suyos había un chofer perfectamente uniformado, que sostenía en alto un cartel que decía

Valary Wishter

mientras con la otra mano sostenía un hermoso ramo de flores.

Al acercarte y tras que te identificaras te entregó la flores y se presentó educadamente, mientras cogía tu equipaje para colocarlo en el maletero de una limusina im-pre-sio-nan-te

Buenos días, Srta Wishter. Soy el chófer personal del Sr Stark y me han enviado a recogerla. Las flores son cortesía del Sr Stark, que espera sean de su agrado ¿Le falta todavía algo de equipaje? Cuando esté lista, la llevaré a la mansión...

Desde luego, la escena había llamado la atención de más de un paseante, y la gente te miraba preguntándose quién eras para merecer semejante recibimiento...

El trayecto desde el aeropuerto a tu lugar de destino también te pareció de película, ya que pasaste por un montón de sitios que solamente habías visto antes en el cine o la tele...

Al llegar a la altura de Central Park, el chofer rodeó un imponente edificio de tres plantas, rodeado por una gran valla y un bien cuidado jardín y, tras llegar a la parte trasera, accionó un mando a distancia que daba acceso al garaje de la mansión...

Hemos llegado, señorita informó el chófer, tras bajar como un rayo a abrirte la puerta de la limo, gorra en mano.

Por una puerta que obviamente daba acceso a la mansión apareció un individuo con uniforme de mayordomo, que acudió a recibirte formalmente

¿Srta Wishter? Soy Jarvis, mayordomo de la Mansión de los Vengadores. Esperamos que haya tenido un vuelo agradable. El Dr McCoy la recibirá en un momento, si tiene la bondad de seguirme...

El mayordomo te conduce a través de la planta baja de la mansión, mientras te informa

Espero que sepa disculpar la informalidad de nuestro recibimiento, señorita. El Dr McCoy se encuentra en la cocina tomando un tentempié junto a otros de los huéspedes habituales de la mansión, precisamente dando la bienvenida a otra señorita que, como usted, pasará unos días entre nosotros...

Jarvis abre la puerta de la cocina y te invita a pasar. Dentro ves a una pareja charlando agradablemente con una chica de tu edad -probablemente la que ha mencionado el mayordomo, piensas- y... un individuo cubierto de pelo azul que se está terminando unas galletas con deleite...

Al verte te sonríe con calidez y se levanta para saludarte con gran educación, pero tanmbién con enorme amabilidad Tu eres Valary, ¿verdad? Te he reconocido por la foto que me mandó mi antiguo profesor, el Dr Wyler. Hablamos bastante de ti, el viejo doctor, tu "tío" y yo, y ya deseaba verte en persona, querida...

Y como si leyera tus posibles dudas o la sorpresa que pugnaba por asomar en tu cara, añadió, con una cortés reverencia

Yo soy, por supuesto, el Dr Henry McCoy, pero mis amigos me llaman Hank, o si están de buen humor "bola de pelo azul" y simpatías por el estilo... Y esta chica tan simpática de aquí es Haruka Mason que, como tú, espera entrar en la Escuela del Profesor Xavier...

Y para terminar de disipar cualquier tensión en el ambiente, explicó

Uhmmm... a lo mejor no soy como te esperabas, cuando estudiaba con el Dr Wyler parecía más "normal"... Ya lo ves, a veces fallan los experimientos...  aunque podría haber sido peor... volverme verde en plan Hulk, ¿verdad?

Sonrío ante la amabilidad del hombre vestido como un domador de leones y entrecierro los ojos con una sonrisa aún mayor cuando llega el buen doctor. Acepto de buen grado las galletas y el vaso de leche, por suerte, no tengo problemas con la lactosa como la mayoría de japoneses, debe ser mi lado americano.

-Muchas gracias por todo, este sitio es... demasiado!- río ante las bromas de McCoy con Jarvis y como con puro deleite las cookies. Giro la cabeza para ver quien llega, dos personas adultas, la mujer rubia es muy guapa y el hombre rezuma una firmeza y fuerza de voluntad impresionante. "Son una pareja de película, desde luego, como Bogar y Bacall!". Saludo a ambos respetuosamente y vuelvo a sentarme para coger otra cookie, pero casi se me cae al suelo cuando oigo el nombre, Ojo de Halcón. Abro los ojos como dos enormes naranjas.

-Madre miaaaaa mi padre me ha contado miles y miles de cosas acerca de tí y tus números, decía que eran geniales, que jamás había visto nadie con mejor puntería, eres... eres una leyenda!!- salto de repente, emocionadisima. Me pongo en pie y no paro de gesticular nerviosamente. Inclino la cabeza afirmativamente al comentario susurrado por Hank, por supuesto que guardaría el secreto, no faltaría más!! Estoy tan maravillada que no puedo seguir comiendo, me da miedo atragantarme con la emoción! El corazón me va a mil!

-Mi padre es, bueno, era, lanzador de cuchillos, su nombre artístico era Drake el Magnifico, mi madre era contorsionista. Todos actuábamos en el Circo de las Maravillas. Yo hacía de ayudante a mi padre y también realizaba un número de equilibrismo. Pero soy muy novata, me falta mucho por aprender- sonrío algo tristemente -Bueno, eso fue antes de que el circo se quemara y no quedase nada de él, claro -trago saliva, aún me hacía sentir mal pensar en ello, por más que me diera golpecitos en el pecho y en la cabeza diciéndome que debía continuar sonriendo. "Show must go on".

Entonces la puerta de la cocina se abre y McCoy da la bienvenida a otra chica...

"Debe ser la otra chica que dijo que hoy conocería! Mi primer amiga de fuera del circo, que emoción! Creo que moriré aquí mismo en pocos segundos porque explotaré de los nervios!!"

Entré en la cocina ya con una sonrisa gigante imposible de borrar; el trayecto hasta aquí había sido totalmente de película, muchísimo mejor de lo que hubiera podido imaginar en el avión. ¡Y además parece que no estaré sola en la mansión! Otra chica de mi edad, de rasgos orientales, está en la cocina con otras tres personas, y yo de la emoción intento no estrujar demasiado el ramo de flores (que no había querido soltar en todo el viaje en limusina) con el brazo que no sostiene.

No me hubiera costado mucho decir cuál de ellos era el Dr. McCoy, pero no era tanto como lo mentalicé cuando me advirtió el Dr. Wyler. Supongo que también su actitud tan amable suavizaba su aspecto cuanto más habla.

-Yo creo que el suyo es un color menos agresivo a la vista que el verde, Hank.-le sonrío, dando unos botecitos sobre mis zapatillas en el mismo sitio en el que estoy parada.-Oh, puedo llamarle Hank, ¿verdad?-rectifico enseguida. Estoy empezando a hablar rápido, pero es que esto es genial.-De verdad, muchísimas gracias por dejarme estar aquí y darme esta oportunidad, en serio; creo que éste ha sido, con diferencia, el mejor día de mi vida.-y sí, aún me siento culpable porque el mejor día de mi vida sea sin mi tío.-¡Ay, qué "magnífico"!-hace bastante que no se me escapa alguna palabra en español, ahora que lo pienso. De la ilusión que me hace todo, acabo abrazando a la chica, Haruka, con mi brazo libre.-Yo soy Valary; ¡encantada! ¡Oh!-me vuelvo hacia el Dr. McCoy, alzando el ramo.-Tendría que poner esto en agua, ¿no? Es muy bonito; no me gustaría que se marchitara.

¿La hija de Drake? ¿En serio? Caramba, yo vi actuar a tu padre una vez hace tiempo, y su número era buenísimo dice Clint con sinceridad Una pena lo que les ocurrió, por entonces yo actuaba en Conney Island y toda la profesión lo lamentó profundamente...

Y mirando a su esposa, que asiente complacida, como si supiera lo que va a decir, añade Para mí sería un placer enseñar algún truco del oficio a la hija de Drake el Magnífico... en tu tiempo libre, claro está, que tu formación es lo primero...

Hank sonríe en aprobación de las palabras de Ojo de Halcón, y alargándole el ramo a Jarvis contesta

Por supuesto que puedes llamarme Hank, todo el mundo me llama así. Ahora, mientras Jarvis se encarga de poner las flores en agua y subirlas a tu habitación, voy a enseñaros la casa por dentro, ¿de acuerdo?

Cuando dice estas últimas palabras mira a Clint y Bobby por un instante, pero ambos parecen estar bastante ensimismados el uno en el otro, mientras terminan su tardío desayuno...

Mientras el Dr McCoy os enseña las zonas principales de la planta baja: sala de conferencias, el salón comedor y la biblioteca, comenta a valary algo que ya le ha dicho a Haruka Una cosa quiero decirte, valary... aquí verás a gente que mantiene muy celosamente su identidad privada, gente que son vistos como héroes por unos, y a los que otros consideran objetivos de sus planes más malévolos... estoy seguro que sabrás hacer honor a la confianza que todos depositamos en ti... te susurra Hank mientras cogéis el ascensor para subior a la primera planta

La primera planta está destinada a habitaciones, ya para los huéspedes habituales o los invitados, como vosotras...

Os enseña vuestras habitaciones (las nº 7 y 8 del plano, son contiguas, cada una con su baño y armario empotrado) y os informa de quién reside actualmente en las demás: nº1 capitán América, nº2 Ojo de Halcón y Pájaro Burlón, nº3 es la suya y nº6 el Hombre Hormiga y la Avispa

Ésta está vacía (se refiere a la nº4) y en aquella reside otro de nuestros invitados, al que conoceréis dentro de un rato (la nº5)

Os muestra también la planta superior, donde está el hangar de los Quinjets y volvéis a coger el ascensor para bajar hasta el semisótano

Aquí podréis pasar el rato a gusto explica Hank al enseñaros la piscina olímpica climatizada, el gimnasio, la sauna y las instalaciones de hidroterapia (spa, jacuzzi...) con una cámara de bronceado incluída...

Ahí tras esta puerta está la Sala de Combate, el equivalente de la llamada Sala de Peligro que tenemos en la Escuela. MUY IMPORTANTE: jamás, jamás, jamás entréis en ella sin la supervisión de al menos un veterano, ¿de acuerdo?

Hank sabía que tanto una como otra sala estaban programadas para no herir jamás seriamente a los que se entrenaban en ellas, pero siempre era mejor tomar precauciones con los jóvenes...

Aquella es la zona destinada a los experimentos de los cerebritos como yo o Henry Pym, y hay también una UCI completa para atención médica...

Y esto de aquí en medio será seguramente lo que más os gustará... la sala de juegos. Dentro encontraréis no solamente máquinas tradicionales como el pinball o el pacman, sino también las últimas novedades en videojuegos e incluso algunos proyectos en pleno desarrollo que tardarán meses o tal vez más en salir al mercado...

Al abrir la puerta de la sala de juegos veis a un chico joven, de vuestra edad más o menos, jugando con una especie de videojuego en 3D que recuerda al que salía en Star Wars, cuando jugaban Obi-Wan y Luke en el Halcón Milenario...

Y aquí tenéis a nuestro otro invitado: Miles Donovan, te presento a las chicas que te dije: Haruka Mason y Valary Wishter...

El chico se sonroja, como si no estuviera acostumbrado a ver chicas tan de cerca... y por un momento os da la impresión de que, pese a que ha soltado los mandos del videojuego, el aparato continúa la partida `por sí mismo durante unos segundos, hasta que se para... como es lógico...

Yo, ejem... buenos días... espero que os guste esto... es lo poco que se atreve a decir, antes de que el Dr McCoy le pregunte cómo se encuentra...

Bien, gracias, Doc. Con los guantes que me dieron usted y el Dr Pym parece no haber problemas, al menos por ahora...

Hank asiente y, oyenbdo un zumbido que viene de su bolsillo, sale un momento fuera a contestar la llamada Un segundo y enseguida estaré con vosotros, y saldremos todos juntos a ver el jardin, ok?

Salto emocionada ante la oferta de Ojo de Halcón de enseñarme algunos trucos.

-Sería genial!! Me encantará aprender de Usted!!- si sonrío más ampliamente se me saldrá la boca de la cara. Hacía mucho tiempo que no era tan feliz como en este momento. Conocer a uno de mis ídolos y que encima me quiera dar algunas clases es demasiado bueno!!

-Claro, claro, cuando le vaya bien, supongo que también estarán muy ocupados los dos salvando al mundo y todo eso!!
Tal vez por estar tan sobreexcitada con la idea, no me doy cuenta de que la chica nueva que entra en la cocina se abalanza sobre mí y me estruja como si fuera su oso de peluche.

-Haruka. Un placer- me presento a Valary, acompañando mi nombre con otra sonrisa y un achinamiento de mis ojos. "Eso quiere decir que somos amigas? Que guaaaay, mi primer amiga fuera del Circo!!". Está siendo un día realmente genial!! Pero no me da más tiempo a continuar hablando con Ojo de Halcón y su mujer, "Normal, tienen cosas más importantes que hablar con una adolescente, tienen que salvar el mundo y ese tipo de cosas! Es taaaan cool!! No me puedo creer que me esté pasando esto, a Padre le gustaría tanto esto..." así que me centro en seguir el tour guiado del Dr. McCoy. Me gusta tanto el color de su pelo...

Durante todo el tour no paro de abrir la boca y los ojos como naranjas ante tanta riqueza, es una pasada, me siento como una pedigüeña comiendo en Acción de Gracias en casa de un Senador, pero a su vez me siento tremendamente afortunada por tener la oportunidad de ver todas estas maravillas. Finalmente entramos en una habitación enorme que parece un Casino de las Vegas en pequeño. Me siento algo desplazada en un sitio así, apenas tenía una tele en el Circo, así que todo esto de los videojuegos me queda un poco grande. A Madre no le gustaban esas tecnologías, las consideraba alienantes.

"Bueno, quizás sea la primera cosa nueva que debo aprender en mi Nueva vida...". Sonrío a Miles y le saludo formalmente con una inclinación. Respondo con una sonrisa tanto a Miles como a Hank. Luego me pongo a mirar a mi alrededor, alucinada por completo, mientras esperamos a que Hank vuelva de su llamada. No entiendo nada de lo que hay ahí, como mucho reconozco alguna de las máquinas tragaperras y el ping-ball típico de los bares de pueblo, el resto de máquinas, y en especial la que está usando Miles, me hacen sentir como si estuviera en otro planeta, o mejor aún, en otro universo! Automáticamente me agarro de la manga de Valary, para no perderme.

Guiño el ojo y alzo un pulgar a Hank cuando me susurra aquello en el ascensor. No creo que haya sido necesario decirlo, porque suficientemente intimidada me siento estando aquí como para considerar la idea de traicionar la confianza de esta gente. 

En mi imaginación, la idea de una mansión ya me daba la imagen de un lugar enorme...pero nunca hubiera sabido con qué llenar tanto espacio. ¡Y aquí tenemos hasta spa y sala de juegos! Y un hangar, ni más ni menos; alucinante. Durante todo el tour no puedo evitar mirar a todos lados sin apenas parpadear. Eso sí, tengo que parpadear en la sala de juegos, porque tengo la impresión de que todo brilla...Y yo me había alucinado al ver las consolas que había en el avión. De pronto me doy cuenta de lo paleta que soy y de lo sencilla que ha sido mi vida hasta ahora.

Yo saludo al chico que había ahí dentro agitando una mano y sonriendo, aunque mi mirada se va sola a lo que él estaba jugando. Qué raro...

Hank sale a atender una llamada; dice que volverá enseguida...así que no veo por qué no aprovechar para curiosear más a fondo. Siento a Haruka agarrarme de la manga, así que le sonrío un momento antes de acercarme unos pasos a Miles.

-¿Qué estás jugando?-le pregunto.

Miles os sonríe a las dos algo menos aturullado, tal vez por tener que hablar de algo que domina...

Sobre una superficie plana se proyectan en tres dimensiones lo que parece ser un bosque élfico, donde un guerrero lucha contra varios orcos... Parece una escena sacada de El Señor de los Anillos...

Es la versión Beta del primero de una nueva generación de juegos, que simularán la 3D como nunca se ha hecho hasta ahora, o eso es lo que prometen... Es un proyecto para una nueva consola que diseñan Industrias Stark y Industrial Light & Magic, o sea... Tony Stark y George Lucas juntos en algo así... es una pasada...

Sin embargo su cara pasa de la emoción a la tristeza por un instante, al murmurar pero seguro que en el fondo hay una aplicación militar a esto... Pero su tristeza dura solamente un momento cuando, notando que no sois muy duchas en esa clase de juegos os anima a probarlo

No es nada difícil, es completamente intuitivo. Coged los mandos y practicad un poco... por cierto, si queréis un rato que queráis bajamos y os enseño las cosas más básicas de todo este tipo de juegos...

El chico, una vez se suelta resulta ser bastante simpático, y os invita a que cojáis cada una un juego de mandos y juguéis las dos juntas... mientras él da un paso atrás y, cruzado de brazos se limita a veros jugar

Pese a vuestra inexperiencia, la partida os va bastante bien, mejor dicho... muy bien...

Miro dubitativa al cacharro que pone en mis manos el chico. Sonrío nerviosamente.

-Bueno, no puede ser tan díficil y hay... árboles!- hago un gesto con la mano, como mostrando una evidencia positivia increible acerca de ello. Frunzo el ceño intentando entender cómo demonios van los botones pero sólo consigo que lo que sea que es ese monigote no pare de dar saltos sin sentido sin moverse del sitio. Luego el monigote parece moverse por si mismo y yo sigo dándole a los botones aunque no entiendo muy bien cómo ni porqué, demonios! ni siquiera entiendo el sentido del juego o lo que se supone que debería hacer!

"Bah! qué más da! Como diría Otto, lo importante es participar y formar parte de ello, lo demás es irrelevante!". Encogiéndome de hombros intento continuar con lo que sea que esté haciendo con aquel trasto, sólo espero que no me estalle o se electrocute en las manos o se me pegue como si tuviera pegamiento logtite...