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El eco de un sollozo

Capítulo Tres: La capilla oscura

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02/10/2021, 19:18
Xan Giao

Escuchaba y sentía los hechizos de sus compañeros sobrevolar por su lado mientras él blandía sus espadas en el campo de batalla. Intentaba esquivar los golpes, saltaba en una cinta o usaba una de sus espadas mientras usaba la sobrante para romper el hueso que comprendía la estructura de uno de los esqueletos, estando por completo en el fragor de la batalla.

No fue hasta que tuvieron unos segundos de descanso para tomar aire mientras el enemigo hacia su movimiento que miró el filo de sus hojas. Por suerte para él el acero de sus katanas eran de gran calidad, dudaba siquiera que se hubiera quebrado en algún punto, aguantando como titanes cada golpe duro contra hueso o piedra. Pero estaban preparadas para cortar la carne y con eso era suficiente.

Seis.- Contó los esqueletos restantes, pocos si tenían en cuenta cuántos había para comenzar, pero los suficientes para entretenerlos un rato, aunque sus heridas siguieran frenándole. Espérame Yan Yan.- Apretó los dientes para volver a sacar esas fuerzas, esta vez enfocadas en el druida, cuando escuchó la voz del mago. No sabía exactamente qué le había hecho pero el breve tiempo que había pasado con él era suficiente como para saber que su poder era inmenso.

Apretó las manos en torno a sus katanas para recabar un último empujón antes de correr hacia un lateral, queriendo seguir sus indicaciones y rodear al druida aprovechando la magia que había ejercido sobre él. Ya no habría distracciones, iría directamente a matarle.

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05/10/2021, 19:40
Narrador

El joven espadachín no era exactamente invisible, ya que aún podía intuir su silueta si el observador era muy perspicaz o si la luz incidía sobre él de manera perpendicular. Gracias a ello, antes de que Xan pudiera abandonar a sus compañeros, Gadea se acercó y utilizó el poder de Sarenrae para sanar parcialmente sus heridas. Después de aquello, dispuesto acabar de una vez por todas con aquel mal, rodeo a los esqueletos y trató una posición de ventaja sobre el druida. 

Por otra parte, en medio del fragor de la batalla, esquivando las huesudas garras y los afilados dientes de los no muertos, Turmil apuntó y disparó. La flecha voló a través de sus enemigos, sin rozarlos en lo más mínimo, hasta finalmente impactar de lleno en el pecho de su antiguo maestro. A pesar de que una sangre de color intenso comenzó a manar de la herida, el oscuro sacerdote logró finalizar su siguiente conjuro, preparándose un poco mas para el inminente combate. 

Mientras tanto Elessäl observaba la situación tratando de encontrar el hechizo idóneo en el momento oportuno. Sabía que sus capacidades podían adaptarse a cualquier situación, es por ello que intentaba no perder de la situación que ocurría a su alrededor. El explorador y él eran acosados por un enemigo, mientras que la sacerdotisa lo era por dos. Es por ello que tras empujar a su adversario, en un intento de ayudar a su compañera, este aprovecho la oportunidad para morder con fuerza uno de sus brazos, desgarrando en el proceso piel, músculos y quizás algún ligamento. 

Apostar por la muerte fue el único camino que me ofrecisteis vosotros los humanos— dijo Kol´Mark antes las palabras de Gadea—. Durante años trate de dialogar, mediar, pero de nada sirvió. Ahora, cansado, he decidido convertirme en un vengador de la naturaleza. No os merecéis otra cosa. 

» Siento mucho que estés en todo esto, mi amado pupilo— añadió poco después con cierta tristeza—, pero si estas con ellos, estas contra mi. 

Las duras palabras del sacerdote, amenazaron con hacer flaquear al bondadoso Turmil; sin embargo, este no se dejó embargar por la pena, sabiendo exactamente cual era su cometido. De modo que, con gran velocidad, y pena en su corazón, cargó de nuevo su arco y disparó al corazón de su antiguo maestro. Los reflejos del sacerdote por el contrario, inhumanate superiores, le permitieron desviar el ataque con suma facilidad. Tras esto, golpeó el suelo con su cayado y observó con soberbia a los aventureros. Instantes después los esqueletos, vencidos y derrotados, comenzaron a convertirse en polvo, para posteriormente flotar hasta el druida, donde se unieron a su cuerpo, ampliando de maneras horrendas su armadura de hueso.

Momentos después pasó su mano por su cayado, convirtiéndolo a ojos vista en una puntiaguda lanza de madera oscura. Después, con el ceño fruncido y una sonrisa sardónica en sus labios, corrió hacia Elessäl, saltando en el último segundo para así aprovechar la inercia del movimiento y empalarlo. En su mirada podía verse una sed de sangre insaciable, algo que sin duda acabo encontrando, pero no la ajena precisamente. Las espadas de Xan se clavaron por completo en su abdomen y su pecho, perforando órganos vitales y arterias importantes, posiblemente bazo, pulmones y arteria ascendente. Momentos después, el joven espadachín, desclavo sus katanas y las guardo con un floreo, mientras la invisibilidad se venia abajo.  Kol´Mark miró sorprendido a su inesperado agresor, instantes antes de dejarse caer de rodillas sobre su bastón. Aunque en su mirada podían percibir el miedo ante una muerte cercana. 

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05/10/2021, 21:31
Elessäl

El mago sostenía su espada hacia adelante, punta el frente para evitar el avance de los esqueletos. En el fondo, aquella figura maligna se alzaba oscura y orgullosa. El halo que lo rodeaba era aterrador, pero los aventureros eran de corazón valiente y guerrero, como estaban demostrando. Elessäl tragaba saliva mientras notaba como un hilo de sangre nacía de su boca para caer en su cuello. Sentía que su poder estaba disminuyendo y que las heridas le hacían mella en el cuerpo, pero hizo por rendirse.

- Ve, joven guerrero... sálvanos de caer en la oscuridad... 

Y alzó su espada contra los esqueletos que los atacaban. El sonido del metal en el hueso era sordo, excepto cuando el mago conseguía romper uno de ellos. Los no-muertos se movían ágilmente aprovechando la superioridad para llegar a ellos. Gadea y Turmil peleaban sin descanso, pero en algunos momentos no era suficiente, incluso para el mago. Sintió como las hojas de las armas de los esqueletos le rozaban a veces, le hacían tajos en otras. Las ropas comenzaron a desgarrarse y el pelo empapado en sudor se posaba en la frente del elfo. Alzaba la espada una y otra vez, mirando de soslayo la figura imperceptible del asiático, que se movía hacia aquel druida.

- ¡Cómo osáis enfrentaros a hijos de la Luz con tales formas! ¡Venid aquí, no sois dignos de pisar este bosque! - gritó el mago llamando la atención de los enemigos para dejar a la sacerdotisa y al cazador con más margen de maniobra.

Un golpe tras otro, el metal de las espadas y dolor de las heridas se fueron haciendo con el mago, que fue alcanzado en varias ocasiones. Jadeaba haciendo eses con la espada, intentando protegerse mientras retrocedía. Sabía que era cuestión de tiempo caer, pero hizo todo lo posible por evitarlo. Pero un golpe de suerte hizo que los enemigos cayeran bajo las manos de los aventureros, que quedaron solos ante Kol'Mark.

- Ha llegado tu final... - decía Elessäl debilitado mientras se pasaba la manga de la túnica por la boca ensangrentada - Has subestimado nuestro poder... el poder de la Naturaleza y el Poder del Bosque... Solo mereces ser eliminado y volver a lugar oscuro y maldito del que provienes... 

Y así fue.

El druida, que se unió en cuerpo y alma a sus súbditos esqueletos, halló la muerte de la mano del asiático. Elessäl miró sorprendido, pues si no hubiera sido por él, no hubieran aguantado tal poder en las condiciones en la que se encontraban. 

- Has encontrado el destino que mereces, Kol'Mark, ahora muere en Paz y que tu alma putrefacta abandone este bosque...

El mago hincó una rodilla, mientras que con un brazo se sujetaba el torso, cansado y malherido.

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06/10/2021, 09:33
Xan Giao

Y por fin había encontrado el final del trayecto.

En su corazón llovía sangre y lágrimas que había derramado a lo largo de todo este tiempo, incluso podía atisbarse en el reflejo de sus ojos una leve estela de miedo unida con la seguridad de aquél que iba a dar un último golpe donde uno de los dos perecería en el acto.

Durante unas fracciones de segundo, cuando dejaba que la magia de la sacerdotisa terminara de cerrar alguna de sus heridas y restableciera parte de sus fuerzas, sintió que estaba en otro lado. Tal vez sufriendo una especie de trastorno disociativo creyó que bajo sus pies estaba la fresca hierba, que los esqueletos eliminados y quebrados eran las flores que había cultivado su amada en su jardín y Kol’Mark la criatura que inició su venganza, como si alguien superior le hubiera dado la oportunidad de revivir ese episodio para que terminara como debía haberlo hecho.

Por inercia alzó la mirada buscando el cielo y a su pájaro. El ave no había ido con él, no podría con el camino acuático y tampoco dejaría que presenciara su caída gustosa al abismo, queriendo conservar esa pureza de sus plumas. Aun así lo sentía a su lado, oliendo sus cabellos oscuros y escuchando su melodiosa voz.

Cerró los ojos sintiendo que unas mudas lágrimas descendían por sus pálidas mejillas. Impotencia, alegría, amor, celos, miedo, sufrimiento… Llevó el lazo rojo de Yan Yan a sus labios, mordiendo la tela y aprisionándola con los dientes para que no cayera mientras terminaba de abrir los párpados. Había llegado el momento de acabar con esto.

En ese lapsus de tempo ni siquiera se había acordado de que no estaba solo en la pelea. Los gritos de sus compañeros aligeraron sus pasos mientras su miraba decidida clavada en el druida buscaba huecos por donde colarse, aprovechando esa semicobertura de invisibilidad que le habían proporcionado. Y fue justamente gracia a las distracciones de los otros que pudo ver un hueco desprotegido por el que colarse y, colocándose en su frente para que pudiera ver perfectamente quién había terminado con él, clavó sus espadas en la carne.

Esperó, queriendo memorizar cada rasgo dolorido de su rostro mientras su cuerpo perdía la vida mientras dejaba cobrar su venganza. Incluso llegó a girar un poco sus katanas dentro de su abdomen para asegurarse de que sintiera aunque fuera una milésima de la tortura que él había sufrido y la agónica muerte de su esposa antes de sacar los filos de la carne y guardarlas en su funda.

Se apartó un único paso antes de llevar una mano a sus labios, más concretamente al lazo que todavía mordía entre sus dientes para dejarlo sobre un charco de sangre, al lado del druida, como si quisiera simbolizar que allí todo había acabado… ¿o no? Se giró para mirar a sus compañeros, agotado, y aunque hubiera cobrado su venganza seguía manteniendo el mismo semblante serio y ausente que de costumbre.

Todavía quedaba cobrar su parte del trato.

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06/10/2021, 16:57
Turmil

A pesar de que estaba avisado, y de lo que había visto, luchar contra su amado maestro fue una terrible experiencia para Turmil. Y eso que había sido el mismo, quien les indico al resto que hasta no acabar con su maestro, no podrían finalizar el combate. Utilizó la distracción de los esqueletos, para prepararse para el combate. Logró herirle con una flecha, pero el resto no tuvieron ningún efecto. Pero el guerrero humano cubierto por la invisibilidad le asesto heridas mortales. En ese momento, Turmil no pudo evitar acercarse a su amado maestro, que se encontraba a las puertas de la muerte, y al hacerlo, las lágrimas inundaron sus ojos. Se agacho junto al el, y cogió su cabeza en su regazo.-Tranquilo maestro, pronto todo habrá acabado y por fin podrás descansar.-Lamentaba mucho ver en lo que un buen espíritu se había convertido. Pero ese odio por los humanos, no podía terminar bien, esa forma radical de echarles toda la culpa de los males del bosque, a la fuerza había de cambiar su alma.-Cómo has podido llegar tan lejos en tu odio, hasta el punto de abrazar la muerte, siendo como eras un servidor de la vida. Descansa y deja que el olvido te limpie, y vuelvas a ser el ser luminoso que una vez fuiste. Yo te recordaré como el amado y bondadoso maestro que me enseño en mi juventud, esto ha sido un error que nunca debería de haber ocurrido.-Y con honda pena, aguardo mientras su maestro pasaba al otro lado, esperando sinceramente que se pudiera lavar toda esta corrupción en la que había convertido sus últimos años de vida. Y no sin culpa, ya que podría haberse preocupado más por el, y haber intentado ayudarle antes de que fuera demasiado tarde.

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07/10/2021, 23:21
Gadea Yseult

Grupo tras grupos de esqueletos fueron cayendo y la sacerdotisa quedaba algo aliviada cuando uno de éstos caían. Tanto ella como sus compañeros estaban exhaustos y parecía que la batalla no iba a acabar nunca. Gadea seguía concentrada en sus compañeros, atendiéndoles rápidamente en lo que necesitaran para que pudiesen seguir al cien por cien en aquella batalla y cuando parecía que todo estaría perdido, el espadachín le dio el golpe de gracia al druida.

Todo acabó de pronto, Gadea miró hacia el cielo y suspiró. Luego miró a sus compañeros y comenzó a acercarse lentamente a Turmil y al druida. Le puso una mano en el hombro a su compañero y le dio un ligero apretón - Sé que es duro... No lo conocía de antes, pero seguro que fue una buena persona antes de que dejara que su corazón y su alma sucumbiera a la oscuridad... - se acercó lentamente al cuerpo, cerró aquellos ojos sin vida y añadió - Sarenrae... Abraza a tu hijo en el camino hacia a ti y perdónalo por la vida que ha llevado... 

Luego se dirigió a Elessäl y le curó aquellas heridas que estaban más graves.

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08/10/2021, 10:01
Narrador

El antiguo druida suavizó su semblante, dejando atrás el odio y la ira, esgrimiendo únicamente tristeza en su mirada. Su mano izquierda que apretaba con fuerza su abdomen, en un intento de detener la hemorragia, dejó de hacerlo para colocarla en el rostro de su discípulo. 

Cuando tus hermanos del bosque estén bajo tu cuidado, caigan a decenas, entonces tendrás que tomar la misma decisión que yo— pronunció con voz lenta y cargada de dolor—. Cuando eso ocurra, espero que no vaciles. Elijas lo que elijas.  

» Eres un buen chico— susurró segundos después mientras una lágrima solitaria caía de su rostro. 

El brillo de su mirada se extinguió, mientras que sus brazos caían a los laterales de manera pesada. Gadea, compasiva y de buen corazón, cerró sus párpados y rezó por su alma. Sin duda aquel acto de compasión era demasiado para alguien que había matado a tantas personas por la avaricia de unos pocos. Después la sacerdotisa comenzó a sacar su equipo médico, pero entonces un temblor sacudió por completo el lugar. 

Grandes cascadas de agua empezaron a emerger de las paredes, provocando que el nivel del agua comenzará a subir a una velocidad pasmosa.  Además, un fuerte crujido producido a sus espaldas, les hizo girar en redondo, justo en el preciso instante en el que una losa de piedra taponaba la única salida. Estaban encerrados. Entonces comprendieron el significado verdadero del nombre del lugar: El templo sumergido. 

Sin demora, corrieron hacia la salida bloqueada y trataron de levantarla. No importó la insistencia o la fuerza de los presentes, la losa no se movió ni un centímetro. Frustrados giraron en redondo, para observar como el agua había subido varios palmos en aquel corto periodo de tiempo. Si avanzaba al mismo ritmo, en pocos minutos encontrarían una muerte lenta y agónica. A pesar de ello, Turmil no se rindió y examino con detenimiento el bloque de madera. Si calentaban la piedra, gracias a los poderes de Elessäl, luego la enfriaban con agua y golpeaban en ciertos puntos, quizás podrían fracturar los anclajes y levantarla lo suficiente para poder salir. 

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08/10/2021, 17:18
Xan Giao

Y cuando pensaba que sólo quedaba hacer el camino de regreso, el destino les ponía una última prueba de voluntad.

Se mantuvo con una rodilla en el suelo mientras el temblor se producía para no perder el equilibrio, esperando que simplemente fuera una queja de la naturaleza por la muerte del druida. Sin embargo parecía que querían encerrarlos allí dentro para servir como compañeros de su muerte, aunque las suyas serían aletargadas y largas antes de encontrar su fin.

Chasqueó la lengua tras echarse a un lado para esquivar una gran roca que iba a aplastarlos. Nos van a sepultar aquí. No había tiempo de formar estrategias, mucho menos de pensar, dejando que su instinto de supervivencia actuara y guiara sus movimientos. Y por eso cuando creyó que podían usar sus fuerzas para hacer un camino, Xan no dudó y gastó sus últimas fuerzas para soportar el peso de la piedra, intentando crear una salida.

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08/10/2021, 19:54
Turmil

Con lágrimas en los ojos, sin apenas tiempo para despedirse de su maestro, Turmil tiene que levantarse e ir corriendo hacia la entrada, esta ha sido bloqueada por una gran roca y la sala se esta inundando. Tiene que encontrar la manera de abrir la salida, liberar la roca, para que puedan levantarla y salir, o morirán ahogados. Y milagrosamente logra quitar el bloqueo de la puerta.-Vamos, ahora hay que tratar de subirla.-

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10/10/2021, 14:41
Gadea Yseult

Después de cerrar los ojos de aquel druida y rezar por su alma, se dirigió hacia Turmil y le colocó sus manos en sus heridas para curarlo. Después de ello, comenzó a sacar su kit médico para curar heridas superficiales, puesto que se iba sintiendo cada vez más exhausta por el uso de la magia cuando tuvo que agacharse rápidamente para no perder el equilibrio.

El lugar se iba llenando de agua y parecía que cada vez iba más deprisa. La sacerdotisa siguió a sus compañeros. Todos se pusieron a trabajar para poder salir. Gadea, como sentía que no tenía la suficiente fuerza para ayudar, se centró en que el agua no fuera un impedimento para ellos, apartándolo para que no se resbalaran o para que no les fuera un impedimento para moverse.

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10/10/2021, 21:51
Elessäl

El mago apretaba la mandíbula antes las palabras del moribundo druida. A pesar de su aspecto, melancólico y menos furibundo, el elfo no sintió por su persona, pues sabía hasta qué punto había llegado sin escrúpulos. Pero su corazón sentía tristeza por el cazador, pues el mago sabía que su persona era bondadosa. Aún así, Elessäl no dijo palabra alguna, pues esa conversación tendría que finalizar entre el druida y el cazador, entre el maestro y el discípulo.

Y cuando parecía que aquel enemigo sería el último escollo en el camino de los aventureros, la propia Naturaleza se volvió contra ellos.

No puede ser…

El agua comenzó a empapar las botas del mago y la de sus compañeros. Pero el problema era la salida, bloqueada por una ten losa que con la fuerza física sería tarea complicada. El mago, a pesar de las heridas y la debilidad que sentía en sus huesos, pronunció unas palabras élfico mientras apoyó la palma de su mano en la losa. Poco a poco comenzó a subir el volumen de las palabras, siempre la misma, una y otra vez, una y otra vez… hasta que un grito resonó en aquel lugar.

El suelo retumbó unos segundos, con la esperanza de que aquel impedimento cediera.

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12/10/2021, 18:57
Narrador

Mientras Elessäl calentó la losa de piedra con el poder de la quintaesencia, Gadea comenzó acumular el agua que encharcaba la plataforma, para posteriormente lanzarla sobre la caliente losa. Posteriormente, con la humeante piedra al rojo vivo, Turmil la golpeó en diferentes puntos con la empuñadura de su daga. Aquel proceso se repitió en nueve ocasiones, provocando en cada una de ellas que multitud de pequeñas grietas emergieran en su superficie.

Finalmente, la losa se quebró en tres partes, el arcanista clamó el poder de la piedra, provocando que el fragmento más grande se pulverizara. Instantes después, Xan propinó una fuerte patada al segundo fragmento, logrando desencajarlo de su anclaje. Sin perder un solo momento, con las aguas llegando más allá de sus cinturas, el grupo atravesó el umbral de la puerta y se adentró de nuevo en la caverna. La colosal araña, la cual se afanaba en permanecer lejos del agua, al verlos trató de morderlos impulsada sin duda por el miedo. En respuesta, los salvadores del Bosque Cantor, se adentraron en las aguas y comenzaron a nadar entre las telas de arañas y los flotantes cadáveres. 

Cada pocos metros sacaban sus cabezas al exterior, para poder respirar el limitado oxígeno que aún quedaban en las pequeñas oquedades en las que el líquido aún no había llegado. Sentían como las heridas y la fatiga convertía cada brazada en un esfuerzo titánico. ¿Morirían allí? ¿O encontrarían la salvación? Tal pregunta era difícil de responder, pues, aunque todo el lugar estaba gobernado por el agua, aún quedaba oxigeno en sus pulmones y esperanza en sus corazones. De modo que, sin la posibilidad de volver a respirar, los héroes continuaron nadando entre las escarpadas paredes, hasta que sus pulmones ardieron y sus mentes se nublaron.

Tiempo después, al salir salir al exterior, respiraron con vigor antes de encaramarse al borde de la puerta. Tras esto, se tumbaron en el suelo unos segundos, tratando de recuperar las energías. Fue entonces, mientras observaban como el edificio era invadido por los primeros rayos de luz, cuando escucharon un sonido lejano que quebró sus corazones, el eco de un sollozo. En el borde de sus ojos, una tormenta de agua se desencadenó por diversos motivos: La perdida de un ser querido, la salvación del bosque y las gentes de alrededor o final de un doloroso viaje.

Contra todo pronóstico, habían salvado al Bosque Cantor de la oscuridad, sin morir en el intento. Una proeza cuanto menos de carácter épico, digna de ser transmitida en forma de poema cantado; no obstante, aquella aventura aún no había llegado a su final. En las afueras del templo sumergido, decenas de lobos yacían sentados. En respuesta, llevaron las manos a sus armas y aguardaron, rezando porque los animales se retirarán. Sabían que no podrían aguantar un combate más.

Uno de los lobos, el mas grande e imponente, se adelantó a la manada y caminó hacia ellos, deteniéndose a un par de metros de ellos. Su mirada, inteligente e intimidante, los observó sin ningún atisbo de hostilidad. De imprevisto, el silencio de sus agitadas mentes, fue alterada por una voz en sus mente que sonó profunda y autoritaria. 

Gracias por acabar con el Dominante. Nos habéis liberado del yugo de un amo cruel y despiadado— sus palabras resonaron en los pasillos de su mente de manera similar a la driade—. Por ello, antes de marcharon y no regresar, podéis ver una vez mas a La que cayó del cielo.

» Sin embargo, no correrán la misma suerte el resto de bípedos que se han adentrado en este bosque, buscando su muerte— añadió poco después, mientras regresaba con su manada.

De nuevo, en apenas unas horas, escucharon el aullido del alfa, salvaje e imponente, pero no por ello carente de belleza, y observaron como los caninos corrían en perfecta sincronía a través de la espesura. Tal acto no tardo en ser imitado por el grupo, el cual emprendió el camino de regreso. Atrás quedó el templo de Nerull, así como los arboles que se alzaban cenicientos y retorcidos, en un recordatorio constante de lo que allí había ocurrido. 

En unas horas, con la luz de un nuevo día, caminaron por los coloridos paisajes de la floresta hasta llegar al hogar de la driade. Cuando llegaron, aquella hermosa entidad creada a partir de la madera, se pasó su mano por sus mejillas, secando sin duda las lagrimas derramadas momentos antes. Tras esto miró a los mortales con una mezcla de tristeza y gratitud. 

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13/10/2021, 08:52
Xan Giao

El asiático se encontraba sentado sobre la tierra, observando la caída imperiosa del templo.

Su mente estaba agotada y su cuerpo empezaba a sufrir las secuelas del nulo descanso durante tantas horas seguidas, empapado por el agua y dolorido. Y aunque todo su ser pidiera descansar unos largos minutos sobre la tierra no podía dejar de mirar cómo la estructura, que al principio parecía regia, intocable, cedía por completo por los designios de la naturaleza. Sintió incluso la necesidad de acompañar ese sollozo con su música, pero ya fuera por respeto o cansancio, al saber que él había contribuido a su destrucción consideró que no era la mejor de las ideas.

Cuando hincó la rodilla con intención de incorporarse vio la figura de los lobos, llevando instintivamente una mano a su espada. No necesitaba pensar en estrategias porque esa batalla estaría perdida de salida, sólo hacía falta ver que el equipo todavía estaba herido y en las últimas fuerzas como para poder volver a defender sus vidas. Aun así, y para su sorpresa, los lobos parecían querer dialogar en vez de pelear.

Escuchó las palabras que asomaban por su mente y que no le correspondían sin quitarle las miradas de encima antes de volver a respirar una vez se marcharon, aligerando esa tensión de sus hombro.

Terminó de incorporarse y ayudó a quien lo necesitara a caminar. Ahora no podían pararse, debían regresar junto a la dríade y recibir su tan ansiada recompensa.

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13/10/2021, 16:58
Turmil

Los acontecimientos se habían sucedido demasiado rápido y con gran riesgo para sus vidas. Al final, de forma casi milagrosa, consiguieron salir al exterior, pudieron respirar el ansiado aire. Pero en ese instante de alivio, aparecieron de nuevo los lobos, la manada que les había seguido y a la que se habían enfrentado, hasta ser conscientes de que eran demasiados, y tener que huir. Pero en esta ocasión, las fuerzas estaban próximas al agotamiento, por suerte solo querían dialogar, estaban agradecidos de que habríamos terminado con el druida de la muerte. Tras decirnos esto el macho alfa, se retiraron, nos quedaba llegar de nuevo hasta la dríade.

Y el tiempo para reflexionar en lo acontecido. Su amado maestro, se había convertido en un ser oscuro y malvado, justo en lo opuesto de lo que antaño defendía. No cabía duda de que el odio y una serie de venganzas y malas decisiones, habían vuelto oscura y malvada su alma. Y el había tenido que atacarle, ser partícipe de la muerte de su maestro. Tan solo, el hecho de pensar que estaba atrapado en una vida de maldad de la que no podía escapar, le servía de algún consuelo. Pero había sido, en verdad, una prueba muy dura, demasiado. El no era partidario de atacar a nada ni nadie, respetaba demasiado la vida. Atacar a un malhechor le era difícil, pero trataba de defender a los débiles y más de una vez había tenido que enfrentarse a un ladrón, un asesino, o un cazador sin escrúpulos. Y le había resultado muy duro, pero tener que enfrentarse a su maestro, esa había sido la prueba más dura a la que se había sometido en toda su vida. Y además, comprender que necesitaban matarlo, y tener que incitar al resto para que le atacasen. Tardaría mucho tiempo en superar lo que había ocurrido en aquel lúgubre templo, que ya había desaparecido, lavado por el agua. Tendría que pensar en su vida, y en que hacer a partir de ahora. Notaba que ya no era el mismo, esto le había ocasionado profundos cambios, que aun era pronto para tratar de comprender, pero sabía que le habían marcado de forma profunda y duradera. 

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13/10/2021, 21:31
Elessäl

Por un momento, el mago llegó a perder la esperanza, pero su corazón no se lo permitió. Sus poderes, débiles y deteriorados, le hacían agotarse más aún. Las heridas, por otro lado, hacían que perdiera mucha sangre. Pero sabía que no podía dejar de intentarlo, al menos hasta que las últimas fuerzas lo abandonaran. 

La piedra cedió y con ello un hálito de esperanza se hizo con aquel lugar, pero poco a poco vieron que todavía no estaba ganado. Tuvieron que nadar duramente. El mago, que dejaba un reguero de sangre en cada brazada, tomaba aire a duras penas, cerrando los ojos y apretando la mandíbula.

Y al fin, la salvación.

Elessäl tomó aire con un sonido ahogado mientras se agarraba las rocas que allí los rodeaban. Se cercioró de que todos sus compañeros estuvieran bien y comenzó a incorporase mirando aquel lugar y sintiendo como habían llegado al fin y que lo habían conseguido. Una sensación de liberación hizo un nudo en su garganta que solo fue interrumpido por los lobos que lo acechaban. Su gesto se tornó serio, pero algo le decía que no tendrían que temer, pues aquellas criaturas eran nobles y de buen corazón.

Estaba tan débil que apenas podía articular palabra. Solo pudo asentir ante las palabras del lobo y quedarse maravillado al ver cómo corrían como si levitaran, entre los arbustos y los árboles. Una leve sonrisa se dibujó en el rostro dolorido y amoratado del elfo, que se rodeaba el torso con un brazo.

Y con aquella imagen, emprendieron el camino de vuelta para comunicar las buenas nuevas a la driade.

- Descansa ahora, pues el Bosque está a salvo y las sombras que lo cubrían fueron disipadas por hierro y magia. Y aunque perdimos mucho en el camino, no ha sido suficiente como para lamentarnos. Que el Bosque vuelva a respirar en paz y que las criaturas que aquí habitan vuelvan a sentirse libres como fueron en tiempos anteriores.

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13/10/2021, 23:08
Gadea Yseult

Cuando consiguieron salir del templo, Gadea se tumbó unos instantes en el césped y mirando al cielo suspiró. Había sido un viaje lleno de emociones y, sobre todo, de todo tipo de pruebas. Mientras seguía tumbada, aparecieron unos lobos. La chica se incorporó rápidamente pero no llegó a ponerse de pie, pues el alfa de aquella manada les habló y pudo relajarse un poco.

Habían salvado el bosque y habían cumplido con su cometido. La sacerdotisa se sentía realizada y feliz por haber podido ayudar, aunque le apenaba las vidas que se habían perdido Ahora sus almas descansan junto a Sarenrae y estarán mejor... pensaba. 

Ya solo les quedaba volver con la dríade y llevarle aquellas semillas al bueno de Dimbel. Después la recompensa del barón... ya pensaría lo que haría. 

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14/10/2021, 00:24
Narrador

La dríade, hermosa y grácil, se acercó al cerezo en flor, donde arranco con suavidad tres de sus frutos. Tras esto, deposito uno de ellos en la palma de la mano de los presentes, con excepción de Xan. Las cerezas, se mostraban rojas y suculentas, con un tamaño similar al de una ciruela. La sonrisa de la fata les invitaba a comerlas. Cuando sus dientes mordieron la carne del fruto y su jugo toco el interior de su boca, sintieron una sensación de plenitud, única y extraña. Jamás habían probado algo así, pues eran capaces de degustar su sabor con cada parte de su cuerpo, desde las papilas gustativas de su lengua, hasta la punta de sus dedos.

Instantes más tarde, sintieron como el cansancio de sus cuerpos desaparecía y como las heridas sufridas en aquella cruzada se cerraban a ojos vista. Además, sus cuerpos se hicieron mas fuertes y agiles, mientras que sus mentes se desarrollaron en gran medida, evolucionando sus sentidos entre otras cosas.

En agradecimiento, os ofrezco parte de mi ser— pronuncio poco después, rompiendo el torrente de sensaciones que recorría sus cuerpos—: Ahora la vida del bosque anida en vuestro interior, otorgándoos fuerza y coraje para vuestras futuras aventuras.

» Gracias por salvar mi bosque— añadió poco después, esbozando una ligera sonrisa.

Después de pronunciar aquellas palabras, tomó de la mano a Xan y lo guio al frente al árbol frutal, donde descansaba su amada Yan Yan, en forma de gorrión, sobre una de sus ramas. Al verle, pio con alegría y voló con rapidez hasta posarse sobre su hombro. Todo estaba apunto de terminar. Pronto el oriental podría encontrar su ansiado descanso.

Al contrario que tus compañeros, tu sorpresa será la de reunirte con tu amada— dijo finalmente—; sin embargo, no puedo traerla de nuevo a la vida. Su cuerpo quedó muy dañado para poder dotarle del don de la vida.

» Es por ello que te ofrezco otra alternativa— continuó sin alterar el ritmo armonioso de su voz—. Puedes vivir con ella una vida a su lado, en este bosque, bajo la forma de un hermoso gorrión. Atrás quedaría la vida humana que conociste. Tan solo quedara la caricia del viento y el sol, acompañadas de vuestras canciones y vuestro eterno amor.

Para otras personas, una decisión de tal magnitud, implicaría una larga y extenuante reflexión; sin embargo para el adusto espadachín, quien había conocido la muerte en vida, la respuesta era fácil de conocer, tan sencilla como el acto de respirar.

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15/10/2021, 17:56
Xan Giao

Tantos años vagando sin rumbo. Tantos años de sufrimiento, de cicatrices que todavía mantenía en el cuerpo, de un permanente cansancio donde lo único que le obligaba a continuar caminando era su eterno odio hacia el bosque, un bosque que se lo arrebató todo y ahora quería compensarlo con la libertad.

Sus heridas seguían sangrantes, sus piernas temblaban con el peso de su cuerpo y sus párpados luchaban por mantenerse abiertos, pero una vez se acercó al árbol frutal y sintió a su amada a su lado le inundó un profundo sentimiento de paz. Ladeó la cabeza para dejar que el gorrión se acomodara en su cuello mientras una de sus manos acariciaba con dulzura su plumaje y sonreía por primera vez desde que la perdió. Era una sonrisa sincera, feliz, recuperando aquella esencia de lo que fue en vida, cuando podía acunarla entre sus brazos al escucharla cantar.

Al girarse para mirar a los aventureros que le habían acompañado en ese gran viaje, pudieron ver la tranquilidad y paz dibujada en su rostro. Realmente era lo que quería.

Xan Giao.- Se presentó por fin tras saber que era él de nuevo y no un fantasma, ampliando esa dulce sonrisa.- Gracias por todo, amigos.- Tras unas parcas palabras que usó como especial despedida, volvió a girarse hacia el árbol para reunirse por fin con su amada y ser libre.

Desde entonces, si alguno de los presentes volvía a entrar al Bosque Cantor y escuchara la melodía de unos gorriones, sabrían que era él.

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16/10/2021, 17:28
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Fin de capitulo