Partida Rol por web

El eco de un sollozo

Epílogo

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16/10/2021, 17:33
Narrador

La muerte, eterna enemiga de los mortales, marca un antes y un después cuando extiende su caricia. El lugar al que van los fallecidos entonces, es algo que varía en función de la religión, pero tiene algo constante e inalterable, y es la ausencia que dejan al partir nuestros seres queridos. Por fortuna para Xan Giao, él y su mujer, tenían una segunda oportunidad de vivir una vida juntos. 

En apenas unos instantes, el cuerpo del oriental fue transformado en la figura de un hermoso gorrión. El tiempo en el que el hilo rojo del destino, tiro de ellos, fue apenas apreciable para los allí presentes. Sin perder un solo instante alzaron el vuelo, realizando asombrosas e hipnóticas figuras en el aire. Sus plumas eran del color de la primavera, mientras que su canto, alegre y armónico, presentaba los matices de un amanecer que no tardó en llegar. 

Cuando las primeras luces del alba acariciaron el Bosque Cantor, el rocío de la mañana, acumulado en la vegetación, brilló de manera ligera, creando un espectáculo de colores. Entonces, las aves diurnas, unieron su canto al de ambos amantes, creando una sinfonía de notas agudas y naturales. Una melodía que acompañó al resto de aventureros durante el viaje de regreso. Con inclinaciones de respeto y sentimientos encontrados, el grupo de aventureros se despidió de la dríade y abandonó el lugar. 

La primera parada fue el hogar de Dimbel Din. Mientras le ofrecían las semillas encontradas, este les observó con tristeza, al ver como el grupo salía del bosque con un integrante menos. Ante esto, Gadea, le explicó la razón, ante la cual asintió con una sonrisa melancólica en sus labios. Sin duda la partida de Xan era hermosa y poética, una que muchos mortales desearían; sin embargo, las despedidas siempre eran difíciles. 

Con otra despedida más sobre sus espaldas, los héroes de Nath, atrás dejaron los regalos de Gaia y el variopinto hogar del gnomo. El polvo del camino les abrazó celosamente durante su viaje, ensuciando sus ropajes y dejándoles a solas con sus pensamientos. Demasiadas cosas habían pasado en aquellos días. Habían vivido la corrupción de un bosque hermoso, la caída de un alma mortal ante la tentación de la venganza y sus manos, de manera irremediable, se habían manchado de sangre. 

Días después, volvieron a atravesar las grandes murallas del castillo de los Shumann, esta vez triunfantes. De manera extrañamente rápida, el barón les recibió con gran orgullo, deseoso de escuchar las buenas que traían. Pronto comprendieron la razón, pues al parecer ninguno de los mercenarios enviados, había regresado con vida. Tan solo ellos lo habían hecho. 

Como era de esperar, el noble no aceptó a ciegas sus palabras, pero tampoco las descreyó.  De modo que hasta que los rumores no llegaron a sus puertas, en los que el Bosque Cantor volvía a ser un lugar pacifico, se hospedaron bajo su techo. Una vez comprobados los resultados obvios de la cruzada, la recompensa fue otorgada, cuarenta mil reales. 

Con el dinero adquirido, podrían dejar sus antiguas vidas atrás y, vivir con grandes lujos y comodidades. Cualquier otra persona habría tenido suficiente con aquella aventura y habría disfrutado de los grandes beneficios del oro. También ellos creían que así sería. Que sus vidas serían relajadas, colmadas de paz, lejos del peligro, las traiciones y la muerte, pero se equivocaban. Pues una vez el héroe es llamado por el deber y la gloria, una vida mundana no tiene cabida.

Cargando editor
16/10/2021, 17:34
Director

Notas de juego

Fin de capitulo