Partida Rol por web

- Claro que no quiero morir señora.

- Tiene alguna idea de por donde empezar.

Levante mis brazos mostrandole como me estaba poniendo. Era cuestion de tiempo y alguien podria notarlo.

- Creo que no tengo muchas opciones asi que usted dira. Y si es posible me gustaria hablar con Daniel...

- Creo que me hace bien verle. Aunque no se como reaccione de verme asi. Al menos informele que estoy... bueno asi, quiero decir, no estoy muerta no? todavia al menos, .... no del todo.

Ya no sabia que decir, y me volvi a sentar sin animos de nada.

-¿Muerta? ¡No has hecho más que empezar! Y siempre hay opciones. Por lo que me has contado de los colores, sospecho que puedes ver lo que solemos llamar auras. Poco a poco irás afinando tu percepción y es posible que puedas ver en las sombras de la gente. Ver esas cosas es duro, puede llegar a ser muy deprimente. Claro que hablarás con Daniel, le vamos a poner al mando de tu equipo, si acepta se va a llevar una buena sorpresa.

Tras un rato examinándola -la jefa le preguntó si tenía pensamientos que no eran suyos- entró Héctor acompañando a un hombre alto, bien vestido, con gafas de pasta que le daban un aspecto sofisticado que llevaba un pequeño maletín plateado que contenía ocho viales con sangre y una copa metálica parecida a un cáliz.

El hombre saludó a Leah con un gesto de la cabeza. Habló Nella:

-Empezaremos por aquí. Hemos extraído sangre de cuatro personas que han cometido crímenes atroces y que volverían a cometerlos si pudieran. Vas a beber ahora uno de los diales. Creo que esta sangre te alimentará unos cuantos días y te devolverá un aspecto más saludable. Pero puede pasar cualquier cosa, así que concéntrate y...

Nella vertió la sangre de un vial en la copa mientras el hombre de las gafas marcaba algo en su móvil. La jefa esperó a que el hombre sofisticado dijera “adelante” y ofreció la copa a Leah.

-Y bebe despacio.

Acepte la copa reserva. Ya sabia lo obvio. Debia beberla y sabia que iba a querer mas.

- Si he visto los colores, y sobr todo en gente rara. Supongo que de alguna manera percibo que ha sido bueno o quien ha sido malo, porque no todos brillan como usted dice. Pero no es un aura como tal. Si es verdad que hay un halo alrededor de la persona pero tambien ha una necesidad de mi cuerpo de matarle, de devorarle, de nutrirme con su maldad, y eso en si mismo fue lo que me hizo correr a la iglesia en esa noche.

- Pero beber esto ahora no se como voy reaccionar, fracamente me da miedo asi que les pido que esten preparados.

Mire a Hector quien estaba segura que sabria que hacer.

Tome la copa con las dos manos y sorbi con calma. La sangre me quemo deliciosamente los labios. Era una lujuria de placer en mi paladar y casi instantaneamente senti como mi boca salivaba, saboreaba, se hinchaba. En ese momento no supe de mi, la copa entera la bebi de un solo trago y mi lengua salio para chupar el resto de lo que quedo pegada en ella. Luego solte la copa y cual animal enjaulado mire a los presentes en buquedad de mas sangre.

Ninguno de ellos brillaba, ninguno de ellos me apetecia, pero habian dos viales mas que beber, los mire con ansias mientras saboreaba el elixir y me lance por ellos....

Cuando Leah se lanzó a por el dichoso maletín, el hombre del traje lo cerró tan rápido que casi le pilla los dedos, entonces ella se arrojó a por la copa y la chupó con desesperación.

Como si la hubiera llamado, del fondo del cáliz volvió a manar la sangre, como si fuera el nacimiento de un río.  Agarró con fuerza la copa y acuclillada en el suelo bebió y bebió de ella. Parecía que no tenía fondo. Sintió que su piel se llenaba de calor, respiró con fuerza, emitiendo un gemido y notó como su pelo crecía y se ondulaba hasta adquirir su aspecto normal. Un mechón cruzó su cara y vio que ya no era rubio.

Habrían pasado si acaso quince o veinte segundos cuando el hombre de las gafas y Héctor le quitaron la copa de sus manos y la sentaron en la cama. Para entonces ya se había saciado y aunque le costó, pudo calmarse. Estaba llena, rebosante de vida.

Tenía la cara cubierta de sangre y Nella le ofreció unas toallitas húmedas. Luego pasaron un par de minutos en silencio.

El hombre de las gafas sacó de nuevo su móvil, que vibraba. Lo miró con cara seria y se lo ofreció a su jefa. Ella también miró un momento a la pantalla y habló sin ponérselo en el oído:

-¿Está muerto? Ahora podéis tocarlo.

Desde donde estaba Leah no podía ver las imágenes pero sí escuchar las voces. Parecía una videoconferencia. Pasados un par de segundos, una chica joven respondió.

-Sí, señora, ha muerto. Lo siento. Ha sido muy rápido.

Nella contestó, tajante.

-Entonces ya hemos terminado, gracias y no se apuren, era previsible. Hagánles entender a sus amigos que también tenemos su sangre.

Colgó el teléfono y se lo devolvió al hombre que había traído el maletín. Ahora Nella le habló a Leah.

-Cada enemigo muerto es un alma perdida. Sólo matamos cuando no hay otra alternativa. Y en este caso, la hay. La próxima vez limítate a lo que sería el contenido normal de esa copa. Si no, matarás a otro hombre innecesariamente.

Leah, tienes que ser más fuerte. Tienes que intentar resistirte a tus impulsos con más ahínco o acabarás como Terry. Sé que lo entiendes, pero quiero ver que lo intentas.

Se acercó y se inclinó hasta poner su cara frente a la de Leah. Dejó el maletín con los otros tres viales sobe la cama, a su lado.

-Necesito ver que lo intentas.

La sensacion de calidez, de vida, de llenura era inexplicable, un nirvana, un extasis consumado, un orgasmo sensorial extendido, algo glorioso.

Pero ya estaba en control de nuevo. Mi cuerpo tenia vida y hasta el cabello me habia crecido. Estaba sorprendida. Me levante y fui al baño para lavarme la cara. El sabor a sangre en la boca no me disgusto pero senti como tenia saliva. Podia escupir. Era grandioso. Instintivamente entendi que habia matado a alguien. Absorbiendo su sangre a traves del extraño caliz habia bebido mas de la cuenta y lo habia dejado seco.

No me importaba ya. Era una persona mala y yo una buena. Habia servido su existencia para prolongar la mia. Senti pena por el, pero no por lo que yo habia hecho. Lo imagine secarse a la par de mis lamidas  a la copa y la sensacion de poder me excito, me sentia bien.

- Lo lamento directora. Hare mi mejor esfuerzo, en serio, era mi primera vez, pero ya no sera asi.

No estaba segura, pero era lo que querian escuchar. Luego ya veria como controlarme.

- Señora, que vamos a hacer con Ophelia la vampiro que me ayudo, ella me esta esperando, es mas debe saber que estoy aqui, su guarda espalda me trajo, es el Mercedes que esta afuera, seguramente me esta esperando aun. Por muy mala que sea, en su momento me salvo la vida. Que haremos con ella.

Medite un poco y continue.

- Ademas me gustaria cambiarme y si es posible, saber que ha pasado con la niña del hospital, ¿podemos ayudarle?

Aquella idea aun aprisionaba mi corazon imaginando a la chiquilla sola en esos pasillo llenos de muerte, desesperacion y sola.

- No podemos dejarla sola Señora, no puedo. ¿Que vamos a hacer?

-Ophelia es una persona muy peligrosa, pero civilizada. Podremos hablar con ella, pero hemos de cuidar mucho las formas. Ella es muy sensible y si se enfada puede ser un enemigo mortal. Me conoce y eres libre de hablarle de mi, dile que estás bajo mi protección. Sabe lo que significa eso y no me tomará a la ligera.

Nella pidió permiso a Leah para hablar con el cura y le aconsejó que tratara de que su relación con Ophelia no fuera de dependencia, pero que lo hiciera con mucho tacto. Le preguntó sobre su nueva identidad y quedó con la detective a las cinco de la tarde en las oficinas del CSB. El caso debía continuar.

Leah volvió con su chófer y el resto del día no tuvo sorpresas.

A las cinco de la tarde subió a las oficinas del CSB. Se encontraba tan bien como esa mañana después de beber sangre.

Chana le dio dos besos, sonriente pero no sorprendida. Y le hizo pasar al despacho de Nella.

Chana abrió la puerta e hizo entrar a Leah. En el despacho, frente a la jefa, estaba sentado Daniel.

Petrificarme seria imposible por que en el fondo de mi corazón anhelaba esto: que volviera.
Pero es tan maravilloso como terrible.
Me levanto de la silla como por ensalmo pero no puedo caminar. Aun.
De reojo echo una mirada a Gavalda de promesa de que me la pagara pero no concreto ni fecha ni modo.
Lo que me invade es ella. Tantas cosas guardadas. Tantas cosas heridas.
El olor de su pelo las rescata. El olor de su piel las calma.
Pero espero por que debe haber algo distinto. En este pentaculo de días ella he muerto y ha vuelto.
Y volver nos cambia. Mi fe se basa en ese hecho centrado en el Nazareno.
Y me desasosiega la marca de los sueños. En blanco de contenido que pueda repetir pero sangrantes de significado ominoso.
No me abalanzo hacia ella pero no me quedo quieto. Doy un par de pasos sinceros.
Leah...Chialin...Luchaste...Volviste... - me adelanto para abrazarla

Encargarme de Ophelia tomaria tiempo y cuidado. Estaba segura de ellos pero esos pensamientos se alejaron de mi cuando entre y vi a Daniel que me miraba estupefacto.

Esta detenido frente a mi a pocos pasos y yo con mi traje de diseño y falda de tubo me quedo viendolo tambien inexpresiva, laconica, extrañada.

¿De verdad es el?

¿Es posible? Mi vida se reduce a ese momento, un instante en que me doy cuanta que estoy viva y mi vida continua. ¿Puede continuar? ¿Puede ser normal? ¿Puedo vivir?

Daniel era parte de mi vida pasada, era lo mas real que recordaba, que reconocia. Con lentitud me acerque a el extrañada por lo que mi cuerpo sentia, por como yo me sentia, tan ajena, tan vacia. El recuerdo de Daniel era hacia mucho tiempo, en otra vida. Antes del pozo, antes de los cuerpos y las serpientes, y la niña y el accidente y otros dioses y criaturas y muerte.

Me acerque a el ahora mas rapido y casi salte a sus brazos abrazandolo. Me aprete fuerte a su cuerpo mientras lo abrazaba y senti como sus brazos me sujetaban a la par de mi abrazo. Instintivamente gemi y sonrei entre un llanto apaciguado que no mostraba mis sentimientos. Mi abrazo de niña perdida me alzo en sus brazos y si hubiese podido llorar lo hubiese hecho.

(No estoy segura de si puedo llorar. Si es asi, algunas lagrimas salieron, sino solo gemi o solloze)

Lo mire a los ojos. Era yo, era el, estabamos juntos hasta que la muerte nos separo y alli estaba en sus brazos. Mi piel era tibia como la noche de playa, y si hubiese podido ruborizarme lo hubiese hecho estaba segura de ello.

- Soy yo, susurre a su oido.

Ni siquiera sabia si era yo, o mas bien estaba segura que ya no lo era, pero necesitaba asirme a algo que mantuviese mi humanidad. Eso era Daniel, la tabla de la cordura que mantenia mi humanidad intacta.

Para bien o para mal, alli estaba y cuando me separe de el arregle mi ropa y volvi a compostura solida e inexpresiva. Ya habria tiempo de ponernos al corriente aunque estaba nerviosa. Cuanto sabia Daniel de verdad, cuanto sabia sobre mi, sobre lo que ahora era?

Si lo sabia, debia saberlo, no podia verle mas a la cara.

- Si volvi, le dije – Aunque ya no sea la misma, soy yo.

Quiero serlo.

Me sente a su lado mirando a Chana y a la directora.

-Daniel, quizá usted también lo perciba. En todo caso han de saber lo que sea que trajo a Terry está en Leah. Leah, creo que cuando os encontrasteis te eligió. Creo que vino a proteger a la niña, que "Terry", al ser descubierto, había sido anulado y que eras la persona más adecuada para ese espíritu.

Sacó una carpeta con fotografías de los cadáveres medio desechos que habían en el sótano. Parecía la autopsia de un alienígena putrefacto. Nella les fue explicando: a primera vista parecía que un hombre de piel muy negra estaba sacando la cabeza por el estómago y las extremidades por los lados del cadáver de otro. El de piel negra no había sido identificado, pero estaban analizando los patrones morfológicos de su cara buscando coincidencias. El otro hombre era un médico encargado de zona del turno de día.

Un análisis más profundo descubrió que los tejidos del cuerpo del hombre negro eran amorfos, una especie de masa gelatinosa, generado a partir de la sangre del médico coagulada.

Esperas que lo que imaginaste se asemeje a lo deseado pero sin que te des cuenta después que el tiempo y los hechos pasen, cambian las personas y cambian las circunstancias y como las percibes y también como son.
Alteraciones sutiles, un giro de la ceja aquí, un descenso de la mirada allá, un alzamiento en la profundidad al mirar...
Desfilan tramos difusos de mutación por su rostro y Leah se me presenta con esa nueva variación sobre la vieja patina aun remanente pero ya alterada.
Imagino mas firme pero menos alegre. La figuro mas avezada pero mas desgastada. Mas otra.
Es como el recuentro con un intimo que ha surcado un largo viaje en espacio, tiempo y esencia.
Mi cuerpo reacciona a su abrazo solicito, pero es mi espíritu el que toma un tono y una forma sosegada de calor amante fluyendo de la parte de mi que esta ahí para compartirse. Eligiendo ser el sostén o el sustento o simplemente la pura expresión del gozo por la hermosura y el estremecimiento, de obtener el presente sagrado de una nueva oportunidad. Una sonrisa a la luz que ilumina lo oscuro.
Sin tapujos de vergüenza o pudor escarbo entre sus rizos para besar su frente.
No mas. La lujuria esta fuera de lugar en este momento y con sus ojos oscuros me basta para saciarla. Y también su sonrisa velada de su antigua constancia pero, agradecido a los poderes, no exánime.
Me susurra al oído la afirmación y resuena a un mantra que remacha como para fijarlo.

Cita:

Lo es y solo por la contención que muestra instantes después confirmo que no es la misma.
Como rio Heraclido es la misma corriente en la que puedo entrar y no entrar por que es ella y no es la misma.
La gravedad los gestos y los rostros me hacen preguntar por que me puse a pensar en una analogía del sabio Oscuro.
Al sentarnos y postular Gavalda el hecho entiendo mejor los juegos de la mente. Ese llanto invisible.

Recuerdo a Lazare Petersen describiendo a quien lo acoso y algunas piezas que no había llegado a componer toman un nuevo angulo.

Parecía humano, pero no, no era humano. No era alguien haciéndose pasar por mi padre. Era algo que tenía su forma porque estaba hecho a su imagen. Era exactamente lo que yo tenía miedo de ver en el espejo. Me sentía ante un juez que escrutaba mi alma. Mirándome como una cobra mira a un ratón.

Suspiro pensando en Leah, encajando las diferencias y sobrellevando las semejanzas con el visitante de Lazare y mi Chialin e intentando poner la distancia entre los hechos y los juicios para no precipitar una conclusión errónea y unos sentimiento equivocados. Parecería no humana, pero es humana

Mirando la escena que no llegue a contemplar al otro lado de la puerta e intentando construir la acción pongo mis dudas en voz alta.
¿Entonces el Terry perpetrador de la plantación de males y el Terry cosechador que visitara a Lazare Petersen no eran intrínsecamente los mismos? El primero era un humano sembrando crueldades con un misterioso ritual de poder en mente y el segundo un ser avatarico, quizás el mismo que describió Jane Doe, siguiendo el camino inverso ¿Me teneis que corregir?
Y este se ha...-medito fríamente la palabra exacta - tomado a Leah como vehículo...- y no solo imagen mantengo la fe mas que el anhelo en esa seguridad- para, um... mantenerse en su misión. En esta realidad.
No se si he dado palos de ciego y os vais a reír todos de mi, pero... - asiento humilde - quizás si me explican que es ese constructo del Pozo pueda hacerme una idea mejor de donde nos estamos moviendo - y con que esta lidiando Leah, por que Leah esta en Leah. Al contrario que Terry, Leah atesoraba mas humanidad que lo quien fuera Terry cuando el Juez lo abordo y se que aun es ella. No la misma carne pero si la misma alma. ¿Algo mas? Seguramente - Y como ayudar mejor a Jane.
Pensativo por el desconocimiento del estado de la Chiquilla miro a unos y a otros buscando algo de información.
¿Como es el estado de Jane? ¿Estamos cuidando de ella, suipongo?¿Y de Clementine Ouvrard? - con gesto de ruego de una buena noticia comento a Chana sobre lo ultimo que le pedí - Dime, por favor, Chana que hemos encontrado un nombre y apellido

Escucho a Daniel con detenimiento exigiendo respuesta que no tenemos. Era yo y no era yo. Estaba ese ser, ese dios, o demonio dentro de mi, eso era seguro, era lo que me mantenia con vida, y la sangre. La asquerosa sangre que tan divina se colaba por mi garganta a pesar de mis prejucios otorgandome vitalidad. Pero eso era otra historia que no queria compartir con Daniel.

Queria ser humana, y con Daniel lo era. Era todo lo que queria. No tendria hijos. No tendria amigos, no tendria vida, pero tendria a Daniel. No! No podia hacerle eso a el.

Clementine sonaba en mi recuerdo como algo lejano, algo personal. Entonces la recorde. Fue la doctora que me dejo morir. Senti resentimiento y amargura, queria culpar a alguien, seria ella la culpable. No importaba.

- Le paso algo a la doctora? Y Jane?

Mi pregunta era para Daniel pero involucraba a Chana y a la Directora. Mire las fotografias y las imagenes no me afectaron. Ya nada me afectaba. Ya nada me hacia sentir...

Pero habia sentido resentimiento hacia la doctora.

El resentimiento es bueno. El odio te nutre. ¿Que? De donde saco esas ideas.

Sacudi mi cabeza y me concentre en las imagenes.

Quieres comer tu, lo sabes... ya conoces...

Respire profundo para callar las voces en mi cabeza. Mi corazon estaba acelerado.

- Asi que sabes del pozo, lo encontraron? Saben donde esta? Le pregunte a todos.

Por primera vez sentia que tenia que hacer algo. Debia volver y cerrarlo. Estaba segura de ello.

-Por la narración de Leah "el Pozo" es un lugar de paso entre nuestro mundo y algún sitio de la geografía del otro. Esos sitios son sagrados y sensibles. Desconocemos su ubicación y encontrarlo forma parte de la misión.

El Devorador de Sombras que mora en ti -miró a Leah a los ojos- probablemente sea un ser de ese lugar, o que vino atravesando ese lugar. Es parte de ti, no lo niegues. Domínalo.

Y la niña puede ir hasta allí, pues ayudó a volver a Leah y dijo que conocía el camino. Y eso es muy relevante para la investigación.

Volverán al caso mañana por la mañana. Leah, estarás bajo las órdenes de Daniel, le hacemos responsable de la misión y de tu comportamiento. No te preocupes demasiado por ser descubierta si por casualidad alguien te reconoce. Dar por muertos oficialmente a agentes para cambiarles de identidad es una práctica relativamente común y los papeles son fáciles de falsear para nosotros. Oficialmente el CSB ha fingido tu muerte para evitar poner en peligro a tu familia en un caso de terrorismo que involucra a la mafia. Esa será la versión que les daremos si logras dominar tu nueva naturaleza lo suficiente como para poder volver a verlos.

En una media hora traerán ropa adecuada. Puedes dormir aquí pero trata de no enfadar a Ophelia. Nos vemos mañana a las nueve en la oficina. Para entonces quizá ya haya podido hablar con ella.

Y con una rápida despedida la jefa se llevó al resto, quedando Daniel y Leah sólos.

Al irse Nella, Leah volvió a sentir la presencia de Ophelia en su sangre.

Tal y como lo presenta Gavalda parece que quieren que obtenga la información directamente de Leah, cruda y sin filtro.
Parece que han sabido encontrar mi castigo y ese es en convertirme en jefe y responsable.
Que me encasqueten la misión, apuntándome mentalmente que sus objetivos quedan algo laxos, mas allá de encontrar el "Pozo" era de prever. Lo que menciona sobre comportamientos, azuza mi atención y mi intriga.
¿Se refiere a antes de encontrarse con Terry en aquella sala o a después?
En cuanto al "Pozo" resulta resumido a un lugar, que imagino es el mínimo denominador común de una definición comprensible, y que como habitantes o visitantes recoge a lo que, parece tiene un nombre, que habita, se entremezcla, o tiene a Leah.
Que veladamente Gavalda me revela, puede o no ser dominado, y me hace preguntar que pasa cuando no.
Jane, no han dicho nada de otro nombre, intuyo que sigue viva en el mismo estado de coma. Silenciosamente le agradezco para mis adentros, allá donde este, que ayudara a Leah y me repito que tengo una encomienda pendiente con ella.
Así como otra pendiente, no pendiente no, viva, con Leah.
Dejo a la directora conducirnos hasta el estado de intimidad en el que al final nos dejan solos y cuando hacen eso, giro la silla y me pongo enfrente de mi compañera.
Me gustaría besarla pero la tensión corporal que leo pide ser paciente.
Así que busco sus manos. Es un gesto natural como raro, por que en cinco dias no he sido capaz de pararlas, impacientes en un tic nervioso, que quizás refleje mi sentimiento de impotencia por no haberla podido ayudar a tiempo. De querer hacer algo. En sus dedos hayan la calma.
La curva de mis labios es cálida aunque estén apretados. No me puedo imaginar que es lo que ha llegado a pasar...Cual fue su Odisea desde que la vi desaparecer en aquel umbral hasta que la reencontré en este otro.
Rompo el silencio con palabras sentidas desde muy profundo. Desde sentimiento que no conoce nadie. Que pensaba nunca podría hablar en voz alta.
Temí por ti. Sentía al dormir que algo, que no habíamos deseado, te había pasado - trago una pausa para no romper la voz - Ahora me contáis de este Devorador de Sombras y que puede venir del Pozo y tu estas aquí de una pieza...y me imagino que estos hechos son el fruto de mi temor.
Entiendolo bien - la miro franco - no es por mi que tengo miedo. Es por ti. Por lo que la ordalía le haya hecho a tu espíritu, tu cuerpo y tu alma. Y entiéndelo. Mi promesa sigue en pie. Por que si en lo malo me retractara de ella que peso habrá tenido. Era una promesa frente al bien y frente al mal.
Ahora - respiro hondo - hagámonos las preguntas de las que queremos la verdad y respondámonos para, tu recuperar cualquier parte que extraviaras y yo para poder conocer y entender de lo que habla Gavalda...
Pero antes - la miro con toda la serenidad que me permite el remordimiento y la oportunidad de poder hacerlo y de poder hablarle - Perdoname. Por no haber llegado antes hasta ti y haberte ayudado.
Agacho momentáneamente la cabeza mirando la palidez de sus manos y saco a la luz mis primeras dudas.
Antes de irte. Cuando estabas yaciente pero estabas alli ya mencioaaste el Pozo, me pediste que acabara con él. ¿Por que? ¿Que supiste entonces?¿Que sabias ya entonces?
Gavalda parece que solo interesada, de momento, en encontrarlo. Pero tu en cerrarlo - añado inclinando la cabeza casi hasta su cara para que mis palabras sean apenas un susurro.- ¿Por que?
Después a esa misma distancia la miro a los ojos. Cargada de una ternura desesperada por ver esa cara ausente de paz. Cargado con el deseo de protegerla y cuidarla en firme contradicción con el hecho de haber conocido a un ser humano capaz de no necesitar esa protección.
Pero aquí esta ella, y en mi el temor y sea lo que sea lo afrontaremos juntos con la ayuda de quien sea necesario.
¿Como estas, Chialin? La verdad. Cuéntamelo. Cuéntame quien es Ophelia y por que no la debes enfadar.

Miraba impasible a Daniel, sus preguntas y sus sentimientos afloraban sin control en mi contra. Sentia como su desesperacion aumentaba al no obtener respuestas y al final era respuestas que yo no tenia. No del todo. No para todo.

Solo lo mire mientras mi cuerpo hervia. Era la misma desesperacion que yo habia sentido en mi piel. Pero el estaba vivo yo no. Era era humano, yo no, el sentia, yo ... no sabia que sentia.

La directora habia dicho que llegaria ropa y mi nueva identificacion. Solo queria tener a Sofia conmigo. Solo queria salir de alli. Me sentia asfixiada, atrapada. Era mi nuevo vida. ¿Era vida?

Daniel siguio haciendome preguntas y yo no lograba articular palabras.

Una lagrima salio de mi rostro.

Como explicarle, como decirle, era tanta informacion que yo aun no asimilaba, no entendi y me abrumaba que solo me dejaba llevar por los acontecimientos.

Queria golpearlo, queria hacerle daño, como si fuese el culpable, y tal vez aprete mis puños, no lo sabia pero mis dedos me dolian. Mis dedos me dolian, podia sentir dolor de nuevo, era increible, magnifico.

Me seque el rostro y me pare de la mesa caminando alrededor.

. No se lo que soy Daniel. Esa es la verdad. Simplemente mori e incluso me pudri, siendo conciente de ello.

Miraba a traves del cristal de la ventana sin poder confrontar su rostro.

- Mi cuerpo se caia a pedazos mientras se endurecia por el rigor y me pudria por dentro. Debia haber muerto, por mas increible que parezca lo que fue o poseia a Terry transfirio en mi su esencia. No se como.

Si lo sabia, y no queria recordarlo. Una arcada o ganas de vomitar pude controlar en ese momento.

- Segun el comia victimas o cuerpos para alimentar sus ansias y vivir en este plano asi como servir a un dios que desconozco. Un ser o demonio que se lleva almas malvadas o algo asi a traves de los cuerpos pero es mas un cuento para niños o al menos eso pense hasta que senti el hambre. Es horrible Daniel, es... horrible, no hay palabras para describirlo.

Puse mis manos en el vidrio para recordar o arreglar mis pensamientos.

- Un hombre me ayudo, un cura que conoci hace tiempo, y luego de conoci a Ophelia. Me dio su sangre y me pude saciar, pude controlar mi hambre y volver a tener este cuerpo, pero ya no era la misma. Y luego te busque para cuando llegue al hotel ya abras leido el informe, y Ophelia es una vampiro, si es que puede creerse eso, y ahora vivo atraves de la sangre de otros.

Guarde silencio unos segundo mientras me giraba y miraba a Daniel.

- Si, lo se, es absurdo, aun lo es para mi, pero es lo paso, y es lo que se. El pozo, es un sitio donde van esas almas malvadas cuando son devoradas y estuve alli con la niña. Logramos escapar cuando te vi en el hospital. Al parecer alli habita ese dios o alli va y devora las almas. No es un sitio propiamente dicho, pareciere un sueño, o otro plano, pero te puedo asegurar que es terrorifico y muy angustiante como deprimente.

- Solo logre salir gracias a Jane, pero ella esta atrapada alli y necesito sacarla, tenemos que devolverla a la vida o al menos que muera en paz, y no se como hacerlo Daniel, no se que hacer, no se que hacer con esto, con lo que siento y estoy asqueada, no quiero tener mas hambre, no quiero matar a nadie, no quiero nada, solo quiero morir....

Me sentia tan vacia por dentro que por un momento me revise la piel a ver si me habia comenzado a degenerar de nuevo. Estaba bien.

- No me mires asi! deja de quererme, deja de pensar en mi, salvate y huye de aqui, no quiero que este caso te arrastre como me llevo a mi alejandome de toda mi vida. Ahora no soy nada, no sirvo para nada, no hay nada que te pueda ofrecer ni a ti ni a nadie.

Me sente en la silla muy deprimida.