Partida Rol por web

-Yo tambien. Soy Liz, y he viajado por el bosque desde mi aldea hasta aqui-dice observandolas extrañada. Ellas, al contrario que Liz, no tenian la cara y los brazos llenos de arañazos, aunque las 3 habian ido por el bosque.

-¿Y tu?-pregunto a la joven que habia permanecido callada durante la conversacion.

-¡Hermano! – Exclama emocionada Gaëlle lanzándosele al
cuello a abrazarle – Te he echado tanto de menos… ¡Os he echado a todos tanto
de menos!

Olvidándose momentáneamente de lo que ocurría fuera, tiró
del brazo de su hermano hacia una mesa.

-Siéntate y bebamos algo ¿Cómo están las cosas en casa?
¿Están todos bien? ¿Qué tal está Carolien? ¿Y Laila? – Hablaba
atropelladamente, por momentos hasta le faltaba el aire entre palabra y palabra
– Tengo unas ganas enormes de volver, hace tanto tiempo… - durante un momento
una sombra de melancolía pareció cubrir su rostro, pero tan pronto como había
aparecido se disipó - ¿Ha venido alguien más? ¡Tengo tantas cosas que contaros!

 Tras la disculpa y las posteriores palabras del hombre, la joven recupera un poco la compostura, y se presenta, empezando con una cálida y bonita sonrisa.

 - Así que soys al hombre al que estoy buscando.- Dice mientras ladea ligeramente la cabeza.- ¿Y supongo que la joven muchacha que ha salido hace apenas unos instantes es Nasha?

 sin dar tiempo a responder alarga la mano para que la estreche Theonil.

 - Yo soy Evea, mucho gusto. Seguro que se estará preguntando quien soy yo y que hago ante su casa y conociendo su nombre. Seguramente no le dirá nada mi nombre, pero tal vez sí la de una persona conocida en común. Lady Tianna. Por lo que tengo entendido Lady Tianna y vos son parientes, un tanto lejanos. ¿Es eso cierto, señor Bremârck?

¡Increible suerte, dos elfas y guardianas del bosque, verdaderamente Ehlonna me sonríe hoy.

La elfa bajita las observa con una gran sonrisa en la cara

-Oh, sí ¡Al festival! - Y haciendo un gesto leve hacia los carromatos que se alejan -Y nunca creí que pudieran ser TAN estruendosos! uf.

Es grato conocerlas, mi nombre es Selen, y me gustaria presentarles -Se da vuelta y avanzando un paso a un matorral frondoso, aparta unas ramas para dejar ver un jabalí bastante pequeño y muy negro, que está sentado sobre sus patas traseras (cual un perro) y que mira atentamente a todas- a mi compañero Tronador, un hermano del bosque, que viaja conmigo.

Le doy la mano a la mujer, con una sonrisa melancólica.

-Lianna... Si, claro... ¿Cómo no la voy a conocer?-asiento, afirmando mis palabras- Pasamos buenos años aquí en zoguejo. Tiempos más duros, aunque las orejas puntiagudas ayudan bastante, la verdad.-Digo, haciendo referencia a las mías con una expresión divertida

Fuimos grandes amigos, aunque yo no tenía ese espíritu aventurero y curioso que ella tenía. Ni siquiera lo de Geralt la frenó para seguir explorando.  Mi cara adquiere una expresión interrogativa- ¿Le ha ocurrido algo? Siempre viene para el festival, y más aún si viene ese maldito unicornio... Es raro que no se haya pasado a verme.

 Una vez estrechada la mano escucha atenta las palabras del aasimar. A medida que Theonil va dando las noticias la joven va perdiendo parte de la calidez de la sonrisa, cambiandola por una mueca de desilusión.

 - No sabeís nada de ella... Quizás os ha hablado de mí alguna vez. Lady Tianna se ocupó de mí cuando un ejército trasgoide arrasó Lunil, mi ciudad natal, hace ya unos diez años, desde entonces crecí al lado de la dama, quien se ocupó de que no me faltara nada y dándome una educación.- Haciendo una pausa para que Theonil asimilara la información, añade al final.- Durante el último año, estuvimos investigando un feo asunto acerca de un poder oscuro, durante varios meses estuvimos luchando contra seguidores de esa heregía, pero un día Lady Tianna recibió una rebelación, una búsqueda que conducía a un lugar de tremenda maldad y peligrosidad. Pocos días después Lady Tianna partió sin mí...

 A pesar de que su voz sonaba átona, como la de aquella persona que ha repetido esas misma palabras ya demasiadas veces, una humedad se agolpa al margen de su ojos, amenazando con derramarse.

 - ... desde entonces he estado buscándola pero no he tenido éxito alguno, he hablado con todos los aventureros con los que estuvimos en los últimos años y familiares. Pero siempre recibiendo la misma noticia. No saben nada de ella.

             Tras devolver el abrazo el elfo se sienta a la mesa, Buenamesa os trae bebidas y tu hermano contesta a tus preguntas:

            -“Laila no vendría a este lugar ni aunque la matasen, ‘Estercolejo’ lo llama,”- susurra lo último en voz baja – “Je, je, tiene gracia el nombrecito, ya sabes lo que piensa la mayoría de la gente de éste sitio en el Reino, yo tampoco vendría si no tuviera un motivo tan importante.” – su semblante se pone un poco serio al decir esto – “Carolien… no se, tal vez decida venir mañana, la fiesta le gusta bastante, creo que alguna vez vino al Festival, pero eso fue cuando tu eras una niña.”

            Cuando le dices que tienes muchas noticias, te mira sorprendido.

            “Vaya, ¿a si que tienes noticias? Pues, venga, cuéntame.” – apura su bebida y hace un gesto a Buenamesa para que traiga más.

Escucho enmudecido el sombrío relato, pensando en mi querida compañera...

Diablos... Tampoco mantenía mucho contacto con ella, pero es posible que Geralt, o quizás alguien del templo supiese algo de ella... -Meneo la cabeza en gesto resignado- ¿Por qué siempre tiene que ser algo oscuro? Por eso odio a los dioses chiquilla... Los bandidos te matan sin más; ellos encadenan tu alma, la ponen a tender al sol y dejan que un ejército de diablillos malvados los devoren lentamente, o yo que sé...

Disculpa mi brusquedad... Estoy demasiado viejo como para andarme con rodeos... Si te he ofendido o cualquier cosa...

Echo a andar escaleras abajo, mientras le explico:

Podríamos probar primero en el templo, el hermano Merryl me debe algunas... Si habría que ir a ver a Geralt, su esposo, compañero o llámalo como quieras, pero está varios kilómetros dentro del bosque élfico, y no es fácil entrar... Quizás podría conseguir algo.

Mientras vamos de camino... ¿Que tal si me pones al corriente de esas investigaciones, Evea?

Bebiéndose con calma su bebida, emocionada por encontrarse
con su hermano allí, y alegre porque las cosas parecían volver a ir bien entre
ellos, Gaëlle empezó a relatarle lo que había ocurrido durante los últimos casi
tres años.

Puede que para un elfo ese no fuese un lapso de tiempo
importante, pero ella había visitado cientos de lugares, conocido a muchísimas
otras personas y vivido muchas aventuras, no siempre agradables. Había subido a
las altas torres de Velkoměsta, había recorrido una por una las pequeñas aldeas
de Gebied, y se había bañado bajo las cataratas de Zaćma. Había dado
espectáculos para las gentes de Ba Lan, y recitales en lo alto de los árboles
del bosque de Orman.

Le habló de la gente que había conocido, de un simpático
tabernero de Tanh, de un juglar con el que se cruzó que a punto estuvo de ser
devorado durante una de sus actuaciones, de Sergej y de Pia.

Le explicó, orgullosa, las diferentes aptitudes mágicas que
había aprendido, y lo mucho que había mejorado como juglaresa.  Había conseguido buena soltura con la
oratoria y la danza, e incluso ahora se atrevía con la actuación.

Y mientras está hablando, durante un momento se para a
pensar y se detiene.

-Espera ¿Has dicho que venias a un asunto importante? – Pregunta
intrigada - ¿Es que ocurre algo? Mis tonterías podré seguir contándolas cuando
hayamos llegado a casa.

 La joven hace un esfuerzo para evitar que las lagrimas resbalen mejilla abajo, parece realmente afligida. Escucha sin comentar o interrumpir las palabras de Theonil, mustiando tan solo un gracias por la predisposición de este.

 - De ninguna manera me habeís ofendido, sr. Theonil. Sin vos no podría encontrar o alcanzar esa información como humana y forastera que soy en Zoquejo.

 Mientras andan por el camino la joven mira la actividad que poco a poco va creciendo en las calles, los músicos y funambulistas, las voces de varios comerciantes anunciando sus productos. Parece casi una broma, que en algunos lugares del mundo pueda haber gente feliz y despreocupada de cualquier cosa viviendo sus vidas, mientras en templos y ruinas oscuras, héroes anónimos estén dispuestos a sufrir lo indecible para que los poderes oscuros no empañen a esas gentes.

 Un poco más serenada, la joven comenta en forma inpersonal.

 - Hace cosa de un año, en un preregrinaje del Caballero Rojo, Lady Tianna y yo encontramos unas capillas dedicada a la fe que había sido brutalmente mancillada. Tras varios días explorando los alrededores, a parte de encontrar varios grupos menores de humanoides hostiles, trasgoides en su mayoría.- En este punto notas una emoción intensa al nombrar trasgoides.- Encontramos unas antiguas criptas en el corazón de las montañas donde en la antigüedad se enterraban en ellas los santos devotos del Caballero Rojo. Al llegar allí encontramos varios indicios de profanación también. sin pensarlo dos veces nos internamos en esas antiguas criptas...

 En ese punto la joven pierde un poco la voz, mientras su mirada vaga por recuerdos pasado.

 - Varias semanas estuvimos andando y reconociendo las entrañas de esa cripta, en su interior encontramos un complejo subterráneo colosal. Las criptas tan solo eran una parte de este. Durante el tiempo que estuvimos bajo tierra, descubrimos varias cosas, la más perturbadora era la de un culto satánico que había puesto sus herejes manos en lo sagrado del lugar. Al parecer, el emplazamiento de la cripta no era casual, resulto ser que el lugar era un sitio de poder, donde la magia era poderosa y el contacto con el más allá, más cercano.- Sacudiendo levemente la cabeza prosigue el relato.- En ese lugar se estableció un culto dedicado a un poder del abismo relacionado con la no-muerte. El maldito culto había cobrado una fuerza inusitada y los devotos de la fe oscura estaban realizando rituales de indescriptible maldad para lograr ascender a su Señor de estatus. Sin duda alguna Lady Tianna dirigió la compañía de aventureros para frustrar los planes del culto,... varios compañeros perdieron la vida en esa fatídica oscuridad.

 La voz de la joven termina en un hilillo apenas audible en ese punto. Cuando parece que no vaya a continuar, dice.

 - Pero no en vano, o no del todo, tras numerosas escaramuzas y enfrentamientos, logramos diseminar el culto, eliminando a varios acólitos en el proceso, luchando contra demonios invocados para proteger a los adoradores de la oscura fe.

 - Una vez expulsada la presencia oscura de la cripta, y borrar todo rastro de esta, descubrimos que el culto había escapado de la aniquilación, por lo visto varios líderes surgieron y se repartieron para difundir de nuevo la fe en ese poder oscuro.- Mirando a Theonil añade.- De eso hace cosa de un mes, cuando Lady Tianna recibió la visión de la ubicación de uno de estos emplazamientos. Tras tratarlo varias veces, ella nunca me quiso rebelar ese lugar... que seguro que es donde ahora estará, combatiendo con todo su ser y alma, para que en el mundo, bajo la luz del sol, gentes como estas puedan seguir viviendo sus vidas felices e ignorantes de tales sacrificios.

 Ásvald escucha atentamente tu narración, aunque después de un par de historias empieza a poner una cara un poco rara, cuando acabas suspira y se ríe.

-“Sí, ese fue mi problema desde el principio. Escúchate, te fuiste ayer, vienes hoy y has vivido toda una vida de aventuras.

Cuando te fuiste… así… yo… bueno, yo no lo acepté bien, estaba muy enfadado contigo, aunque en realidad debería decir muy confundido. Me marché a un santuario en el bosque, recé a Hanali y Shevarash, pero sobre todo medité. Entonces lo entendí, ahora resulta tan fácil, es como si una venda se hubiera caído, te escucho y te entiendo, lo que no resulta nada fácil… Por eso pasó aquello.

Verás Gaëlle, trataré de explicarte, porque a ti te pasa lo mismo, pero al revés, aunque tú no lo sepas. Para mi tu eras mi hermanita pequeña, un bebé que jugaba en mis rodillas, entonces un día me voy a dormir y al despertarme hay por allí un linda jovencita, yo sabía que eras tú, porque había estado contigo esos… cuántos fueron ¿15 años? ¿20?” – empiezas a entender lo que dice, cuando notas que el tono que emplea es similar al que tu podrías usar para decir minutos, de repente eres consciente de que cuando nacieron tus tatarabuelos, él ya tenía más años de los que, probablemente, vas a  vivir… y sólo es un joven que empieza a madurar – “Pero, a la vez, no podías ser tú, porque mi hermana era un bebé, no una joven. Y tu te parecías tanto a ella, que… no lo sé… mi mente, mi corazón, todo era tan confuso. ¿Te he hablado alguna vez de Notcha? ¿No? Otra evidencia. Lo cierto es que hace bastantes más de cien años que la conocí, simplemente no había pensado conscientemente en ella, fue mi primer amor, se parecía tanto a ti… que en mi mente resolvió el conflicto uniéndoos, era la única explicación, dejaste de ser mi hermanita la bebé y eras… mi amor, algo distinto, no es que pensase que tú eras Notcha, eras tú… pero con los sentimientos de Notcha, aunque también eras mi hermana, pero no eras un bebé y… si, lo se, es demasiado confuso, pero así era el interior de mi cabeza. Me llevó mucho tiempo aclararme, separar mis sentimientos entender que a quién quiero es a Notcha y que mi hermanita es humana y crece tan rápido… no puedo parpadear cuando estoy contigo, pues en cada parpadeo tu creces un montón, ya no eres un bebé, de hecho ya no eres una adolescente, creo que ahora soy capaz de entenderte en tu propio ritmo de vida, pero asegúrate de venir a verme a menudo ¿vale? Como suele decirse, a nosotros, los elfos, se nos va el santo al cielo.” – se ríe divertido con su último comentario, que ha hecho en común. Luego vuelve a ponerse serio.

“Eso me lleva a tu pregunta, Notcha y yo nos separamos porque ella tenía sangre mezclada, su madre era semielfa y cuando su padre murió… las cosas se pusieron complicadas para ella, de modo que vino a un sitio más… amable con los mestizos. Éramos muy jóvenes y yo, bueno, siempre habría tiempo, se que te cuesta entenderlo pero cien años no es mucho tiempo para nosotros. Volví a buscarla hace dos años, creo, aunque puede que sean cuatro, menos de cinco, eso seguro.”- dice esto último con claro tono de fastidio –“Resulta que Notcha fue la elegida en el último Festival, supe que me había estado esperando, pero cuando el unicornio la eligió… ¿Qué iba a hacer? Sólo era una cazadora esperando un imposible, y le ofrecían… A una simple cazadora, aunque parezca increíble” – crees que tu hermano está conteniendo las lágrimas – “Por eso he venido ahora, tal vez, cuando venga éste año el unicornio, vengan los demás, tal vez estén en el bosque, quiero buscar a Notcha y pedirla que vuelva, he hablado con los sabios y los sacerdotes, hay precedentes, ha habido Amazonas que han vuelto a la vida mortal, el matrimonio con Valarian no es necesariamente permanente. Ojalá pueda ver a Notcha y decirle que vuelva.” ­– Ásvald se queda callado y da un profundo trago, parece meditabundo y bastante atribulado.

Escucho el relato, con los ojos abiertos, fuera de sí,  afligido por esas palabras y, en parte confuso por esa tromba de información. Durante un momento pongo el brazo tímidamente en la chica, intentando reconfortarla, pero lo retiro dubidativo.

-Por todas las estrellas...- Digo, impresionado:

-Bien, Evea, si lo que dices es cierto estamos hablando de algo muy peligroso, así que no andaré con rodeos ni cortesías. Si el orgullo de Tianna le llevó a esa cripta sola está en verdadero peligro... O lo que puede ser aún peor, que esos mensajes o sueños fuesen inducidos... El poder del mal puede manifestarse de muchas guisas.

Incluso puede que usen algún hechizo... Deshecho rápidamente esas ideas de la cabeza; eran contraproducentes.

Lo mejor será empezar por el templo. El hermano Merryl me debe algunos favores, es posible que me pueda dar alguna pista a cerca de ese culto. Debemos conseguir pruebas, y una vez las tengamos, creo que podremos contar con la guardia de Zoguejo para esto. Enviaré una carta a Geralt, contando lo sucedido; con suerte lo recibirá hoy mismo. Quizás el pueda ayudarnos.

Miro a la muchacha, encogiéndome de hombros:

Creo que es todo lo que puedo hacer por tí y por Tianna en este momento pequeña... Si puedo hacer algo más... Dímelo.

-Pero seguramente que en los demas dias del año esto esta muy tranquilo-opina observando el pueblo. Seguro que era perfecto para vivir tranquilamente, en armonia con la naturaleza. Y sobre el Festival... seria una gran oportunidad para abrir algun pequeño negocio. Pero por ahora no pensaba quedarse alli. Tenia otras cosas mas importantes que hacer antes de planear su futuro.

Entonces la mujer llamada Selen enseño a un pequeño jabali. Liz se agacho junto al pequeño Atronador y le acaricio el hocico y el lomo cariñosamente.

-Yo he venido con mi caballo. Debe estar pastando detras de esos matorrales.-señalo el lugar del que habia salido hace poco.

            Evea y Theonil emprendieron camino juntos hacia el control de entrada, durante toda la conversación Theonil estuvo estudiando cuidadosamente a la mujer, pero no pudo detectar ningún comportamiento anómalo, una rabia y pena contenidas y la convicción de que lo que decía era cierto, al menos lo que ella creía que era cierto es todo lo que pudo sacar de su análisis.

            Para cuando habían terminado de hablar, estaban frente al puesto de acceso a Zoquejo Centro, el templo estaba muy cerca de los límites permitidos de la ciudad, más allá de los jardines y las viviendas en árboles, rodeado completamente por la naturaleza salvaje.

            El guardia de la puerta dio el alto a la pareja mirando a Evea con abierta suspicacia.

            -“¿Quién es ella y qué le trae a la ciudad, Bremârk?”- el guardia le era sólo un poco conocido a Theonil, un tipo honesto pero aislacionista, poco amigo de dejar que los extranjeros salieran del Arrabal. Sin embargo, la situación de Theonil en la ciudad, no le daba muchas opciones, de modo que tras comprobar que Evea no parecía particularmente amenazante para la seguridad, franqueó el paso más bien de mala gana.

            -“Pasad, pues, pero te haces responsable de ella mientras esté en el Centro, Bremârk. Y asegúrate de que esté fuera antes de medianoche.” – el guardia se echó a un lado indicando con un movimiento amable de la mano que podían entrar por el arco de enredadera y espino.

             El camino hasta el templo resultó un tanto incómodo para Evea, mucha de la gente con que se cruzaban la contemplaba, visiblemente nerviosa, asustada o molesta, aunque nadie le decía nada.

            El Centro era muy diferente del exterior, e incluso de la impresión inicial que causaba la maraña de espinos, zarzas y enredaderas que le separaba del Arrabal; cuidados paseos entre jardines unían enormes árboles ocupados por cuidadas casas naturales; las más humildes ocupaban la copa de un árbol, apenas modificada con la magia y rematada con otras plantas y madera muerta (que no cortada) tratada, por otro lado había auténticas mansiones que ocupaban hasta cuatro copas de árbol en diferentes niveles manipuladas con magia para darles formas impresionantes, adornadas con luces y vegetación exuberante.

            La pareja cruzó media ciudad antes de internarse en un camino de gran vegetación alrededor, intentar abandonar la senda resultaría complicado y recompensaría a cualquiera lo bastante osado con unos cuantos arañazos y un ropa desgarrada. Continuaron por el serpenteante sendero casi seiscientos metros, antes de llegar a un claro del bosque, un círculo de arcos de piedra y una magnífica estructura formada por la conjunción de cuatro enormes robles ocupaban la mayor parte del área.

            Theonil guió a Evea hasta un elfo, tenía el aspecto atemporal de todos ellos, pero sus ojos revelaban una profunda sabiduría y dejaban asomarse la sombra de varios siglos en sus retinas. El elfo se acercó a la pareja y saludó amablemente a ambos.

            -“Saludos, Theonil, ¿traes alguna noticia? Bienvenida, amiga, a la casa de Rillifane, ¿puedo ayudarte en algo?”

Escuchando a su hermano entendió al fin muchas cosas. Cosas
que por falta de madurez o de perspectiva durante mucho tiempo se le habían
escapado. ¿Cómo era posible que con el tiempo que habían pasado juntos le hubiese
costado tanto entenderlo?

Conforme él avanzaba, se le iba haciendo un nudo en la
garganta, se le aceleraba él corazón. A su mente llegaban imágenes, recuerdos
de su niñez, recuerdos de la última vez que se habían visto y de lo difícil que
había sido.

Conforme avanzaba se le empezaron a escapar algunas lágrimas,
y notaba como él hacía esfuerzos por contenerlas.

Cuando acabó, alargó la mano sobre la mesa cogiendo la suya
con delicadeza.

-Hermano… yo… yo… - trataba de decir - ¿Cómo es posible que
no me diese cuenta? – sobre sus mejillas las lágrimas brillaban reflejando la
luz de las lámparas – La encontrarás… ya verás… la encontraremos…

Gaëlle entonces se levantó y se sentó junto a él, abrazándolo.

-Y claro que pienso venir a visitarte a menudo, tonto – le susurró
con cariño - aun te quedan un buen montón de parpadeos antes de librarte de mí.

 La joven de tez oscura sonrió cortes, pero sin humor, ante las palabras de Theonil. Asintiendo ante su observación.

 - Sin lugar a dudas el culto sigue siendo peligroso, si bien ya fue expulsado de la cripta, y sus seguidores eliminados en parte, durante el tiempo que permanecieron allí lograron adquirir poder.

 Con un suspiro la joven se sumió en una pausa hasta que finalmente, tras negar con un gesto, añadió.

 - No fue por orgullo. Lady Tianna no fue sola al encuentro del peligro por arrogancia u orgullo... según sus palabras su destino era claro, el Caballero Rojo se puso en contacto con ella, la había dicho el camino a seguir, y ella no lo eludiría. Mas no quería que la muerte alcanzara a más amigos y queridos suyos. Durante el tiempo que pasamos en aquella oscuridad de pesadilla, grandes hombres y mujeres perdieron su vida... e incluso su alma, plantando cara a esa maldad. Ricardo paladín de Mystra, Yoyomeul el erudito, Jutrun, Gerald, Sophía... todos ellos grandes aventureros comprometidos por la causa, ... ya ninguno de ellos respira.- Con un suspiro prosiguió.- Lady Tianna se negó a que la acompañara, no quería que me sucediera lo mismo. Por eso partió sin mí.

 La joven pasó el dorso de la mano por las dos mejillas, secando dos traicioneras lágrimas. Sus ojos parpadearon varias veces.

 La joven asintió ante las palabras de Theonil acerca de los pasos a seguir. En todo momento se mantuvo a distancia, dejando que el aasimar portara la voz cantante al tratar con el centinela élfico.

 Luego el camino discurrió por una zona donde las miradas se centraron en ella. Le sorprendió. Habitualmente, solía pasar más o menos desapercibida, pues casi siempre el interés y la atención la despertaba Tianna o alguno de los compañeros que los acompañaban. Pero esta vez era distinto, esta vez la novedad... o lo fuera de lugar, era ella. En cualquier caso se mantuvo en silencio, pero sin mostrar vergüenza o temor.

            Las jóvenes montaraces siguieron charlando hasta entrar en la ciudad de Zoquejo propiamente dicha, en el distrito centro, la zona residencial élfica que tenía un acceso fuertemente restringido desde el exterior.

           El Centro era muy diferente del exterior, e incluso de la impresión inicial que causaba la maraña de espinos, zarzas y enredaderas que le separaba del Arrabal; cuidados paseos entre jardines unían enormes árboles ocupados por cuidadas casas naturales; las más humildes ocupaban la copa de un árbol, apenas modificada con la magia y rematada con otras plantas y madera muerta (que no cortada) tratada, por otro lado había auténticas mansiones que ocupaban hasta cuatro copas de árbol en diferentes niveles manipuladas con magia para darles formas impresionantes, adornadas con luces y vegetación exuberante.

            Llamaba la atención que, a diferencia del exterior, el número de posadas y tabernas era bastante reducido, todas ellas élficas en estilo y dirección, aparentemente bastante llenas, pero no repletas. Sin duda el Festival también atraía población del Reino, aunque era obvio que la mayoría prefería permanecer en el área más… “civilizada” hasta que empezaran las festividades propiamente dichas.

            Liz se sintió particularmente extraña, puesto que la mayoría de la gente, elfos en su casi totalidad, la miraban con aire suspicaz, e incluso se sorprendió al notar que un guardia les seguía en todo momento sin mucho disimulo. La situación contrastaba especialmente ante el hecho de que a nadie parecía preocuparle lo más mínimo que un pequeño jabalí les fuese siguiendo hozando contento de aquí para allá.

-¿Pero ustedes quieren llegar a la ciudad? Porque podríamos ponernos en camino, no sé, yo realmente no tengo apuro.- ya sea que le contesten que sí, y empiecen a caminar, o que se demoren, se encara en seguida con Auria para preguntarle -Entonces ¿no sabías que hay un festival? ¿no viniste a ver si aparece el unicornio? Yo sí. Sería algo realmente maravilloso de ver. Valdrían la pena los dos meses de viaje desde Vado del Roble...-  y se queda pensando con aire abstraído.

psé, valdrían la caminata y también todos los regaños de los carcamanes sabelotodos del círculo.

- De verdad vamos a ver a un unicornio, uff.. esas criaturas solo deberían mostrarse ante la presencia de quien ellos quieran. Y dudo mucho que el unicornio quiera aparecer ante esto que llamas festival.

La verdad, no sé si me agradará la idea de ver a uno ante semejante situación, me parece a mi que algo habrá de extraño en toda esta historia.

La elfa se puso en guardia y comenzó a mirar a todas partes y agudizó su oido por si escuchaba algo o veia moverse a alguien sospechosamente. Si se percatase del guardia se lo comunicaría al resto de sus compañeras.

Por cierto, no te dije nada antes, pero Tronador es precioso y un perfecto y original compañero. Algún día te mostraré a Luna, pero creo que ahora no es el mejor momento. Y continuó alerta ante alguna situación imprevisible.