Partida Rol por web

 La joven avanzava a buen paso junto aTheonil cuando este le comentó que tendrái que ausentarse durante un par de horas.

 - ¿Necesitaís ausentaros? Ya veo, sí, no tengo nada más entre manos, charlaré con ella... mas no os garantizo nada.- Una media sonrisa, con mucho de picardía, aflora en los labios de la moza. Parece ser que durante unos momentos ha podido reducir un poco la angustia y la presión de las últimas semanas.- ¿Donde quiere que nos veamos, sr. Theonil?

 [sincronización desde el punto de vista de Auria, Liz Idaira y Nívea Selen]

            Las tres mujeres recorrieron juntas el centro de la ciudad, con la llegada del anochecer, empezaron a pensar en alojarse. Buscaron entre las posadas más naturales, tardando un rato debido a lo lejos que estaba un edificio de otro en la ciudad elfa, hasta encontrar una cuyas habitaciones eran abiertas, sin paredes; con un techado por si llovía y un aseo cubierto. Por supuesto, como todas las demás construcciones del centro, estaba en un árbol hecha de forma natural con sus ramas, tronco y hojas modificados con magia natural.

La posada que más les cuadró estaba situada muy cerca del arco de entrada desde el arrabal, de hecho desde su puerta se veía perfectamente el paseo que lo atravesaba y, a ésta hora en que apenas había gente por el centro, la plaza del Festival, donde parecía haber empezado de forma informal la fiesta para los que tenían más ganas de juerga, destacaba una mujer humana (Gaëlle) que parecía bailar algo achispada con un elfo, aunque en la distancia costaba de distinguir.

            La zona interior estaba muy tranquila, salvo por una curiosa pareja que atravesaba la plazuela de entrada, aparentemente en dirección al arco para salir al arrabal; uno parecía un elfo (Theonil), aunque era más alto y fornido de lo habitual, además parecía tener un aura intangible que transmitía confianza y su aspecto no cuadraba mucho con la idea élfica; la otra era la que más destacaba, puesto que era una mujer humana (Evea), sin sangre élfica; era grácil y llevaba el atuendo de un montaraz, aunque el guardia el arco no parecía particularmente alarmado con su presencia en la ciudad interior.

            El exterior estaba más animado, pero el bullicio parecía concentrado en la feria, en particular en la plaza, salvo por un humano (Drieric) que salía de la última posada del arrabal antes de entrar en la feria y se despedía de alguien que estaba en el interior (Karlack, pero no le véis).

 [sincronización desde el punto de vista de Drieric y Karlack]

            Drieric se levantó tras despedirse de Karlack, Trellana se apresuró a recoger las monedas con la misma sonrisa de siempre y un revuelo de faldas al girarse para irse.

            Fuera se había hecho de noche y las paredes se habían abierto en parte dejando ver todo el paseo desde más allá del arco que separaba Zoquejo Centro de Zoquejo Arrabal hasta la plaza que las tiendas y carros de la feria habían dejado al final de dicho paseo.

            Tanto Drieric al salir como Karlack desde su posición en la taberna, que había resultado ser privilegiada en cuanto a vista, pudieron distinguir a la maestra Bellerose danzando un poco torpe por los efectos del vino con un elfo fornido que parecía estar sólo un poco menos achispado, bastante gente parecía haberse unido al jolgorio en la plaza, pero el resto del pueblo estaba bastante desierto, salvo por una pareja que parecía atravesar el arco para salir del centro.

            No era fácil distinguirles a esa distancia aunque el hombre (Theonil) parecía humano por el atuendo y el tamaño, aunque desde cerca era más semejante a un elfo alto y fornido. La mujer era la guía de la caravana, Evea; aunque sin conocer demasiado del pueblo, no les llamó especialmente la atención algo tan curioso como una humana saliendo del Centro.

            Más allá la única presencia que se apreciaba en el Centro, a excepción hecha del guardia del arco, eran tres figuras, podríais jurar que femeninas y, a priori, elfas, que hablaban entre sí a la puerta de la posada que tapaba el resto de la ciudad desde vuestra posición (Liz Idaira, Nívea Selen y Auria).

 [sincronización desde el punto de vista de Gaëlle]

            El baile con Ásvaldr podía no ser muy ortodoxo y seguramente no era demasiado sensual ni tenía un gran valor estético, pero desde luego fue extremadamente divertido y gracioso, haciéndote disfrutar como hacía días que no te divertías.

            Vuestra alegría resultó ser contagiosa y pronto un buen grupo de gente y curiosos, de hecho todos los que había en la zona y no se iban a sus casas, se unieron a la diversión, bailando y tocando instrumentos. Aunque un buen número de ellos parecía estar aún peor que vosotros en su nivel de alcohol.

            Antes de daros cuenta la noche se había cerrado del todo y toda la iluminación procedía de piedras de luz, fuegos faéricos y lámparas de aceite. La calle había quedado medio desierta, salvo la animada plaza. Ásvaldr parecía un tanto agotado, porque aparentemente con la emoción del momento (y las copas de más) había olvidado quitarse la armadura antes de ir a bailar, asi que se sentó para intentar recuperar el aliento, pidiendo un descanso.

            Gaëlle pudo distinguir cómo de la posada más cercana salía Drieric, el guardia de la caravana, que se despedía de alguien del interior. Enfocando un poco más pudo reconocer a Karlack, otro de los guardias, que parecía estar tomando una cerveza en el interior.

            Más allá de esa posada el paseo estaba vacío hasta el arco de entrada al centro, dónde estaba saliendo una pareja. Enfocar a esa distancia costó un poco más y la juglaresa tardó unos segundos en reconocer a Evea, la guía de la caravana, en compañía de un hombre desconocido (Theonil) saliendo del centro. Gaëlle no pudo evitar pensar en cómo habría hecho Evea, una humana, para pasar por el arco, con lo que le costaba a ella convencer a los guardias y al capitán para obtener los permisos de entrar al bosque y de que vivía allí.

            Aún más lejos, aunque con la bebida era difícil de asegurar, veía tres mujeres ante la posada del fondo de la calle, ya en el centro propiamente dicho. Las tres parecían elfas (Liz Idaira, Nívea Selen y Auria) aunque a esa distancia y con tanto vino, no lo juraría.

 [sincronización desde el punto de vista de Theonil y Evea]

            Mientras ambos hablaban, Nasha siguió corriendo, con la prisa de quién llega tarde a una cita; seguirla no tardó en resultar imposible cuando se lanzó contra el muro de espino que separaba Arrabal del Centro, el cual se apartó un segundo dejándola pasar sin tocar siquiera su capa.

            Para alcanzarla tendrían que dar toda la vuelta hasta salir por el arco, siguieron su conversación mientras apretaban el paso por las calles vacías para no perder mucha distancia con la chiquilla, al llegar a la plazuela de entrada se encontraron con las únicas personas que parecían seguir despiertas en el Centro (a diferencia de la feria de dónde procedía un bullicio considerable para no haber empezado el Festival todavía), frente a la posada en que acababa el paseo de acceso al centro había un par de elfas (Nívea Selen y Auria) de aspecto montaraz y con pinta de haber llegado ahora de un viaje y una semielfa (Liz Idaira) con algunas marcas de arañazos signo inequívoco de haber llegado atravesando el bosque que rodea la ciudad.

            En el arco de entrada, el mismo guardia sigue vigilando el paso. Saluda a Theonil con la cabeza y un gesto de la mano al acercarse, esbozando una sonrisa tranquila, o quizá de alivio, al ver que Evea le acompaña con el propósito de salir.

            Desde allí Evea alcanza a distinguir, bajo un fuego faérico especialmente impresionante que decora la posada más grande y cercana a la plaza del Festival, a Drieric, el guardia de la caravana en la que llegó, que se despide de alguien que está en el interior de la posada, pero a quien no llega a distinguir (Karlack, otro de los guardias de la caravana).

            No hay nadie más en todo el paseo, aunque en la plaza hay una gran animación, gente bailando, cantando, tocando música y bebiendo. Tanto Evea como Theonil agudizan la vista, Nasha parece estar bordeando la plaza, como buscando a alguien; Evea distingue también a la maestra Bellerose, de la caravana, en la plaza, parece haber estado disfrutando del baile, aunque ahora se retira del centro con pasos vacilantes.

Cuando su hermano se detuvo a descansar, Gaëlle continuó bailando un momento, hasta que se percató de la presencia de los guardias de la caravana. Cuando se despidieron se había quedado con ganas de hablar algo más con ellos, sobre todo con Drieric, le había parecido un chico muy atractivo,   aunque en aquel momento no se le había ocurrido que decirle.

Se acercó a  Ásvaldr, que descansaba sentado, y se despidió momentáneamente de él, con un tierno beso en la frente.  

Caminando entre la gente se acercó a la entrada de la posada, donde se encontraba Drieric. Mientras caminaba le saludó con un suave gesto de la mano derecha, sonriendo durante todo el camino. 

-¿Os alojáis aquí tu y tu amigo? - preguntó señalando a Karlack, continuaba sonriendo, mordiéndose ligeramente el labio inferior - ¿Que te está pareciendo Zoquejo? ¿Habías venido alguna vez?

Me despido de Evea con un gesto con la cabeza y me dirijo a la caravana  de comerciantes; es un buen punto para conseguir información. Intento que Nasha no me vea en el trayecto.

Ah, dile que vas de mi parte, vale?- Le digo a Evea antes de salir.

Me acerco al muchacho fibroso y de ojos huidizos. Huele a arrabal desde quilómetros pienso para mis adentros.

-¡Eh, oye!- Digo, instándole- ¿Tendrías un minuto? Soy Theonil, un lugareño. He oído que los guardias de las caravanas son unos topos sin olfato para jugar a los dados, y estaría encantado de haceros perder unas monedas - Digo, con una sonrisa amable y con un tono claramente tranquilo y afable.

 - Bueno señoritas, creo que de momento esta fiesta no va conmigo, no sé que haréis vosotras pero yo ahora mismo me marcho a descansar a la cama. Mañana será otro día, y la verdad, estoy expectante de ver a ese unicornio que decis. Asi que si no queréis nada más, me marcho a dormir. Buenas noches.

 La gata mira como la hija de Bremârck está alejándose buscando a alguien, con un encogimineto de hombros se pone en marcha asientiendo a las palabras de Theonil. Sin querer pasarse media noche buscando a la muchacha, apresura su paso para dar alcance cuanto antes a Nasha

            La jovencita se interna en la plaza, siempre mirando hacia el fondo y caminando de lado a lado, inspeccionando a todos los asistentes.

            Cuando te acercas por detrás, se sobresalta, pone un gesto de desconfianza y replica rápidamente:

            -“¿Quién eres humana? ¿Qué quieres de mi?”

            Un segundo después adopta un gesto de arrepentimiento, cambia su rostro a uno casi beatífico y dice:

            -“Perdón. Me sobresalté. Lo que quiero decir es que Rillifane te guíe, hermana, soy la novicia Nasha Brêmark ¿en qué puedo ayudarte?”

            No cabe duda de que es la chiquilla que viste salir corriendo de la casa de Theonil.

 Tomando medio paso de distancia de forma instintiva ante la primera reacción de la muchacha, la joven aguardó unos instantes antes de responder. Afortunadamente para el buen comienzo de la relación la aasimar decidió empezar de nuevo su presentación.

 - Hola, buenas noches novicia de Rillifane, Nasha Bermârck. Mi nombre es Evea, aunque muchos me llaman Gata.- Dice alargando su mano con una amplia sonrisa.- Conozco a tu padre, Theonil, y me ha enviado para estar contigo en estos momentos especiales antes de la aparición del unicornio. Ya que él está con unos asuntos.

 Indicando con un amplio gesto hacia un lugar un poco más íntimo, añade algo más en tono confidencial.

 Acercándose un poco más a la muchacha y bajando el tono, pero sin invadir su espacio, la joven añade:

 - Tu padre me ha contado que andas muy ilusionada con la aparición del unicornio y su posterior elección. A tu padre le gustaría estar contigo ahora, más unos urgentes asuntos le reclaman, pero lejos de querer que estés sola, me ha mandado a mí para que esté a tu lado en estos especiales momentos.

 La muchacha se aparta de nuevo unos momentos para que la aasimar la examine detenidamente.

 - Pero, veidentemente, tú tienes la última palabra, si prefieres que no esté contigo, lo respetaré.- Antes de que dar por concluida su presentación añade.- Me he fijado en que andabas buscando a alguien o a algo, ¿te ayudo?

            Nasha escucha atenta la presentación de Evea, con un semblante serio y ceremonioso que resulta un tanto atípico en una muchacha tan joven.

            Cuando Evea le ofrece su mano, hace un gesto de bendición, igual que los que viste hacer al Padre Merryl, luego parece pensárselo mejor y, un poco turbada, estrecha tu mano apenas un segundo con delicadeza.

            Sigue a Evea un poco aparte hasta la linde de la plaza, pero se detiene, resuelta, antes de perder de vista a la multitud, de modo que cualquiera pueda verlas si algo no va bien y espera a que Evea diga sus motivos. Ante sus palabras sobre el unicornio, Nasha contesta de forma atropellada, sin dar tiempo a continuar la alocución.

            -“Todo el mundo en el templo piensa que soy la elección natural, mis alabanzas a Valarian son las más celebradas en los rituales, mi devoción por Rillifane ha recibido siempre las más altas ponderaciones de los clérigos y mi tengo sangre eladrín corriendo por mis venas.” – aunque sus palabras son bastante grandilocuentes y un tanto engreídas, su tono y su expresión son simplemente ilusionadas, se ve que lo que dice no ha sido un pensamiento propio, sino más bien el convencimiento progresivo de varias personas repitiéndolo. Al decirlas parece, por primera vez desde que hablas con ella, la adolescente de 14 años que es.

            Cuando Evea comenta que su padre la envía como sustituta, su rostro se ensombrece de desilusión durante unos segundos.

            -“Vaya, asuntos urgentes, supongo que los maleantes no descansan ni durante el Festival sagrado, por supuesto será un placer acompañar a una amiga de mi padre.” – Nasha recompone su expresión y vuelve a adoptar su aspecto amable y educado, aunque le cuesta ocultar la decepción, continúa hablando con Evea en un tono serio pero amable y servicial – “En realidad buscaba a mi padre, había quedado con él que nos reuniríamos aquí para pasar juntos la última noche antes del ritual después de despedirme de mi abuelo y hacer mis rezos y ofrendas vespertinos, pensaba que quizás se habría marchado, porque me he entretenido un poco más de lo que se esperaba, pero por lo visto, he llegado incluso pronto.” – de algún modo consigue ocultar el reproche de sus palabras en una actitud amable y distendida, o bien no siente el más mínimo rencor y su comentario no tiene ningún doble sentido.

            -“¿Desea que le enseñe el pueblo, Dama Evea? En realidad no podremos ver muchas cosas interesantes, puesto que no nos dejarán entrar en el Centro y el Arrabal no tiene mucho que ver. La feria, por otro lado, sería interesante, pero ni la conozco ni estará abierta hasta la mañana. Pero si hay algo en particular que le agrade, estaré encantada de llevarla.” – la actitud de Nasha resulta sorprendente madura para su edad y su educación también parece naturalmente inculcada y asumida con agrado más que impuesta, puesto que le resulta tan natural como caminar. Decididamente no se comporta como si tuviera los catorce años que parece tener tanto físicamente como por lo que sabes de ella.

 La joven de tez oscura contrasta una barbaridad al lado de la aasimar de tez y pelo pálido, no deja de ser una imagen insólita.

 Cuando La muchacha pregunta a Evea, esta se ve sorprendida, durante un momento cuando se le plantea qué hacer... qué desea, no puede evitar que sus pensamientos escapen fugazmente hacia lady Tianna, más pronto se adueña de sus emociones y contesta rauda.

 - Pues en primer lugar me gustaría que me llamaras Evea, sin dama, señora o doña delante, un simple Evea será suficiente.- Dice sonriendo francamente.- Y trátame de tú, nada de la tercera persona. Nunca me gustó ese trato distante cuando estoy hablando con una persona cara a cara.

 Luego adopota una postura pensativa demasiado acentuada, con un gesto diverto.

 - Bueno si es bien cierto que hasta mañana no habrá la feria, eso no significa que los feriantes no estén. Seguro que habrá algo de alegre música y divertimientos. Pues parece ser que las ganas de fiesta en la gente no son pocas.

            -“Muy bien, de acuerdo” – contesta Nasha asintiendo con la cabeza. Señala la zona de tiendas de campaña, carros, tenderetes y demás que ha sido medio montada a toda prisa y que aún tiene algo de actividad, pero que no está iluminada más que por antorchas y faroles, como opuesta a la ciudad que tiene más piedras de luz y fuegos faéricos que candiles.

            -“No creo que sea prudente internarnos en la oscuridad dos mujeres solas entre los extranjeros.” – se lo piensa un momento, hace un gesto de negación con la cabeza y dice en tono de disculpa – “no pretendo ofenderte, es sólo que, bueno, no todos los extranjeros son como tú. Y muchos tienen algunas costumbres que aquí se consideran… bueno… extrañas, y… bueno… desagradables, como… bueno… dicen cosas muy groseras a veces y lo dicen en serio.” – parece un tanto incómoda, pero enseguida cambia de tema recomponiendo su aplomo.

            -“En cualquier caso, si quieres música y baile, estará centrada en la plaza” – dice señalando el camino por el que habéis venido.

            ­-“Tanto los juglares locales como los que han venido para el Festival que quieran interpretar ésta noche lo harán en la Plaza, mañana ya tendrán que buscarse lugares dónde puedan por toda la feria y el Arrabal. Pero ahora nuestra mejor baza es la Plaza, vayamos allí si quieres, seguro que conozco a alguno de los músicos, le pediré que toque algo de tu agrado.” – Nasha empieza a andar hacia la plaza y distraídamente, aparentemente sin darse cuenta, te coge de la mano – “Incluso creo que ha venido una barda famosa, la maestra Bellerose, aunque si es la mujer que vi bailando antes mientras buscaba a mi padre no me pareció muy magistral” – añade dubitativa.

-Perdone - cortó burlona a Thenonil - pero yo había reclamado la atención de este guardia primero. ¿Es esa manera de interrumpir a una dama? Aunque... - dudó un segundo antes de continuar - ¿Ha dicho dados? ¿Que tal si buscamos todos una mesa y nos divertimos un poco? - sugirió esbozando una pícara sonrisa.

No tengo por costumbre despojar a las señoritas de sus dineros...- Digo, con una sonrisa- Pero creo que con tal de enterarme de que nuevas traen los viajeros, lo que sea.

 Evea comprende la postura de la muchacha. Pero la verdad es que cuando lo había propuesto no había reparado en ello, hacía ya mucho que había aprendido a expulsarse a esos tábanos y moscardones de encima. Y tras las pesadillas que había presenciado junto a lady Tianna, ya pocas cosas mundanas la asustaban.

 En cualquier caso se dejó llevar de la mano por la joven aasimar mientras andaba junto a ella.

 - Bellerose, sí la conozco, bueno por lo menos un poco. Tiene buena voz y conoce varias letras entretenidas de escuchar. Llegué con ella, mientras escoltaba la caravana hacia aquí.