Partida Rol por web

El fin de la realidad [+18]

Capitulo 2: La isla

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01/11/2020, 20:13
Director

La oscuridad sigue envolviendo vuestras cabezas, vuestros recuerdos son confusos ya que en el fondo no sabéis que ha pasado, solo recordáis con claridad los golpes que recibisteis cuando La Dama se estrelló contra el mar...el agua entrando a borbotones...y la gran sensación de que ese iba a ser vuestro final...pero el destino parece que tenía otros planes puesto que a través de la niebla del aturdimiento os empieza a llegar un nuevo sonido...

Poco a poco vuestros sentidos vuelven a vosotros y notáis como tenéis las perneras mojadas y un líquido fresco os empuja levemente sobre un suelo suave, aunque algo irregular, cuando finalmente abrís los ojos podéis ver que os encontráis en una bahía junto con el resto, a vuestro alrededor podéis ver pedazos de madera que presumiblemente podrían ser lo que quede de la Dama.

Al incorporaros podéis ver que no sois los únicos que habéis llegado,  tanto Vadik como Alsan se encuentran con vosotros aunque todavía están en estado de aturdimiento pero poco a poco van recuperando la consciencia, pero hay más, no sois los únicos que habéis llegado a la bahía dos integrantes más al singular grupo, se trata de una  mujer atletica de blanca cabellera, al levantarse podeis ver que su cuerpo es atletico aunque a primera vista parecia robusta, en cuanto a su indumentaria viste ropas de viajera pero pese a eso  los combina de tal manera que pese a que estan hechas para viajar entran dentro de la moda del Viejo contienente junto a ella hay un zorro blanco con estrías brillantes de color azul brillante a modo de tatuajes con varias colas, aparte de eso os dais cuenta que vuestras heridas han desaparecido por completo e incluso Kelgar descubre con regocijo que su espada había sido restaurada por completo y la armadura está intacta.

Conforme os incorporáis podéis ver que la playa se extiende hacia el interior una decena de metros hasta convertirse en una pradera rural salpicada de árboles generando un paraje idílico que se ve ensombrecido por un cielo encapotado que amenaza tormenta.

Notas de juego

Ya podeis actuar, estais a full de PV, Cansancio y de todo

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09/11/2020, 10:58
Ragnhild

El primer contacto en mi vida con la arena y ya la estoy odiando. Se me mete por todos lados, está húmeda y asquerosa, y por si fuera poco, mugrienta. Al incorporarme me sacudo lo que puedo, pero es imposible, lo único que consigo es ensuciarme las manos, así que una vez estoy de pié corro hasta la orilla a enjuagarme.
Mientras me quito la capa de viaje y la exprimo me aseguro de que mis cosas están conmigo, la espada apareció a mis pies, y las monedas milagrosamente siguen en su saquito, todo esto es un alivio grande, pero la arena me sigue molestando.

Ya aseada lo mejor posible salgo del agua y procedo a quitarme la camisa, el pantalón y las botas, exprimirlos también y colgarlos sobre un trozo de madera clavado en el suelo que seguramente sea resto del pobre dirigible. Gracias al cielo mi ropa interior no se mojó tanto, pero pica, necesito un buen baño urgente y no me parece que vaya a tener uno en lo pronto. Quisiera lavarme el pelo también, será mi próximo objetivo a corto plazo.

¿Qué carajo ha sido todo eso? Me recorre un escalofrío intenso mientras pienso en lo que acaba de suceder. Quedo distraída mirando mi ropa secarse, recordando lo de hace un rato, ¿fue hace un rato? ¿cuánto tiempo habrá pasado? Miro el cielo, abordé la porquería esa en la mañana, o al mediodía, creo. Busco el sol para hacerme alguna idea de la hora. Tengo mucha hambre, pero eso no es indicio de nada, tengo hambre todo el tiempo.
Empiezo a temblar, pero no por el frío, soy de Haufman, sino por el miedo y los nervios de saber que todo lo que pasó fue real. Ahora que se me baja la adrenalina y la emoción termino de caer en la cuenta de que no estoy soñando, me enfrenté a unos bichos muy desagradables que hacían cosas inexplicables, y ahora estoy varada en una isla a saber donde. Tengo ganas de sentarme en el suelo, pero me niego a llenarme la cola de arena otra vez.
...
Tenía una quemadura espantosa en el hombro, ¿a dónde se fue? ...¿O será que entonces no sucedió nada en realidad y fue todo un sueño? No, no puede ser, estaba bien despierta.
Bueno, da igual, si intento encontrar explicaciones ahora mismo me va a doler la cabeza.

...
¿Qué demonios es eso? ¿Qué está haciendo un zorro ártico aquí?
No, eso no es un zorro ártico. Entorno los ojos para ver mejor, pero sólo distingo un borrón blanco, tendría que acercarme y no tengo ganas. Debo estar alucinando.

Doy un suspiro largo. Supongo que tendré que salir a explorar en cuanto se me seque la ropa. Tampoco tengo ganas. Quería dormir todo el viaje y pasa esto.

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09/11/2020, 17:07
Kelgar Stalsson

Kelgar despertó de repente.
Pensaba que alguien acababa de tirarle un cubo de agua por encima, pero se dio cuenta que no estaba en una posada tras una noche de beber, si no en una.... ¿playa?

De pequeño había navegado en los Langskip con su padre, pero aquellas arenas blancas y finas como la harina, no le recordaban a ningún sitio en el que hubiera estado antes.
Desconcertado, tenía la sensación de haber estado durmiendo durante días.
¿Qué había pasado?

Se fijó entonces en que no estaba solo en la playa. Ragn, y las dos nobles Lisa y Angie también andaban por ahí.
Los trozos de madera flotando le acabaron de refrescar la memoria.

¡La Dama! gritó como si acabara de descubrir algo.

Entonces... ¿habían chocado? ¿Eran los únicos supervivientes? Ah... vio a Vadik y su hermanito enfermo.
Recordó a Darrick y apretó el puño lleno de rabia por no haber podido salvarle.

Pero... ¿había sido real? El monstruo, el brujo... sobre la arena vio su espadón intacto, aunque recordaba cómo el brujo lo había hecho añicos.
Entonces, ¿todo había sido una pesadilla?

Pero el zepelín de verdad se había estrellado y estaba ese hombre lobo de Vadik...
Pero espera... ¿quien era esa mujer de cabello blanco? No le sonaba haberla visto en la Dama.
Y eso... ¿era un zorro ártico? ¿En una playa tropical?

Definitivamente, todo era una locura.
Vio a Ragn sacudirse la arena con cara de molesta y se incorporó.
¿Estáis bien? se acercó a donde estaban las damas. Especialmente Lisa, con lo canija y frágil que parecía, le preocupaba y se aproximó para ayudarla a levantarse.

Luego quería hablar con Vadik... parecía que sabía muchas cosas y ya era hora de que les contara qué leches era él mismo.
En cuanto a la desconocida, por ahora la observaría de reojo, por si acaso.

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09/11/2020, 22:22
Lissandra

Mis ojos se abrieron para encontrar algo que no esperaba. Después de lo que había ocurrido ya había dado por finalizada mi vida pero parecía que seguía viva. El frio se empezaba a apoderar de mi cuerpo. Notaba como el agua había empapado de agua el vestido que había portado en la dama y como este mezclado con la arena y sal se pegaba a mi cuerpo. No llegue a levantarme del todo, aun me encontraba algo mareada. Me senté en la arena siendo azotada aun por el leve oleaje. Cuando lo hice la tos se apodero de mi haciendo que el parche mal ajustado empezara a caerse  justo antes de  que lo sostuviera y lo pusiera en su sitio nuevamente.

Aun con una leve tos mire hacia los lados. Parecía que habíamos acabado en una playa cercana a donde la Dama se había estrelladlo era toda una suerte pero... Mi mirada se fijo en las personas que estábamos allí. No comprendía como solo estaban allí aquellas personas y algunas de ellas sin unas heridas que había visto como habían recibido. Parecía que únicamente había una afortunada aparte nosotros. Una vez más me maree pensando en lo que ello conllevaba. Mi mirada se dirigió hacia el cielo durante unos segundos antes de escuchar como Kelgar preguntaba acercándose.

Mi cabeza asintió como respuesta haciendo que en ese mismo movimiento de cabeza mi maletín con el parasol enganchado en un lado aparecieran en mi visual. Sin siquiera levantarme gatee hacia él y comprobé los cierres. Un suspiro de alivio se hizo eco en mi cuando vi que estaba cerrado aun. Con algo de suerte los materiales y ropas que había en el interior no se echarían a perder por el salitre.

Poniéndolo bajo mi brazo empecé a levantarme para alejarme del agua cuando el tacón de aguja que llevaba se clavo firmemente en la arena haciéndome trastabillar. De no haber sido por Kelgar allí presente el cual me sujeto seguramente habría tocado suelo nuevamente. Le mire durante un momento y sonreí agradecida a la par de avergonzada por el estado de mis ropas mojadas y pegadas a mi cuerpo. Cohibida me agache para quitarme los zapatos y dejarlos allí en la arena.

Recorrí la arena descalza hacia donde la Norn había echo su pequeño "campamento" con la ropa tendida. Hacía años que no pisaba arena de una costa y aquello trajo recuerdos de mi niñez. Moví una mano en gesto de saludo antes de dejar caer mi maletín en el suelo con cuidado y proceder a abrirlo nerviosa. Una vez más suspire de alivio al lado derecho la ropa con la que inicialmente había tenido pensado vestir en cuanto tocara tierra. Una simple camisa corta de color blanco acompañada por una gabardina con capucha. Tambien habia unos pantalones cortos y unas botas blandas doblados justo debajo. Al otro lado del maletín había diversos materiales medico así como un juego de jeringas de bronce y estaño con pequeños frasquitos vacios. Sonreí levemente. El perder aquello hubiera sido un gran problema.

Con el maletín aun abierto y la sonrisa en el rostro me deje caer a un lado y quede tumbada boca arriba en la arena de la playa. Mientras mis pensamientos volaban no era ni mucho menos lo que tenía pensado pero...- Libre...- Murmure para mí misma aun tumbada en la arena. Tras unos segundos finalmente me incorpore la ropa moja empezaba a quedarse fría y si seguía así no me extrañaría que acabara en cama, después de todo no tenia de donde sacar medicina para mí en aquel lugar.

Miro a mi compañera que sin mucho pudor ha dejado secando la ropa mientras no dejaba mucho a la imaginación. Durante unos segundos me quedo mirándola fijamente antes de agitar negativamente con la cabeza y levantarme del todo. Abro mi parasol para dejarlo abierto en dirección al resto de gente mientras me cambio de ropa. Tras unos breves minutos cerré el parasol revelando las nuevas ropas.

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10/11/2020, 10:35
_Evanora_

Evanora abrió los ojos tras todo lo acontecido y se sorprendió del nuevo paraje en el que se encontraba, una playa casi desierta donde había unas pocas personas. Cuando se alivió su aturdimiento, buscó inconscientemente a Hati aún tumbada en el suelo hasta que pudo sentir como su pelaje se entrelazaba entre sus dedos. Agradeció a la casualidad el seguir juntos.

Los últimos sucesos en el Zeppelin habían sido perturbadores para ella pues, no sabiendo muy bien por qué, los soldados de abordo habían empezado una lucha en la que tuvo que involucrarse, haciendo que lo que se intuía como un pacífico viaje de celebración se hubiese convertido en una lucha por la supervivencia en una isla.

Ni corta ni perezosa, se levantó de su lugar de descanso y se espolsó la arena para recuperar un poco de dignidad al tiempo que Hati hacia lo propio en su caso para luego, observar meticulosamente a los pobladores de la playa sin acercase lo mínimo, pues no los había visto antes y el hecho de que llevarán armas les hacía ver como peligrosos.

Preparada por si se desencadenaba un nuevo combate, se dirigió a todos con un grito antes de tomar cualquier otra decisión. 

- ¿Cuáles son los nombres de aquellos que veo en esta playa? - Fue lo único que pudo entonar intentando parecer esotérica. 

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10/11/2020, 16:13
Emelie Dahl

Cuando la consciencia comenzó a permitirle percatarse del entorno, Emelie pensó que la muerte no estaba tan mal si lo único que sentía era humedad en los pantalones y el rumor de las olas. No había rastro del dolor que había experimentado en el hombro cuando fue arrojada violentamente contra la pared... Hasta que reparó en que respiraba y, dubitativa, se tomó el pulso en el cuello. Su corazón latía.

Se incorporó parcialmente para comprobar primero que se hallaba en una playa. Y que, alrededor, se podían ver restos de un naufragio. Lo más probable, le decía su mente analítica, era que pertenecieran al dirigible siniestrado. Tras eso, se molestó en comprobar si alguien más había sobrevivido al impacto, como ella. No tardó en ver a Ragnhild, desnudándose. No iba a juzgarla muy severamente; era obvio que las normas protocolarias no iban con ella o eran muy distintas en el norte. Lissandra estaba algo más lejos. De forma más recatada, procedía a mudarse mientras Kelgar se acercaba. Emelie le concedió el beneficio de la duda al otro nórdico y supuso que lo hacía para ayudar a la mujer de aspecto enfermizo.

Un poco más allá divisó a Vadik y a su acompañante. "Mala hierba nunca muere..." Por suerte, no había ni rastro del monstruo ni del sujeto flotante raro. Quizás, sólo quizás, aquello había sido todo un mal sueño producido por una intoxicación por comida en mal estado. Pero una parte de su mente, más primitiva e irracional, le decía, le hacía temer más bien, que no descartase aquellos sucesos. A pesar de que una exploración al tacto no le sugiriera herida alguna ni el hombro ni allí donde le golpease el extraño hombrecillo del círculo. O de que su arma estuviera a mano e intacta.

En ese momento, una exhortación vociferadale permitió conocer de la presencia de alguien más. Una mujer que no había visto hasta ahora, de cabellos níveos y constitución atlética. Aunque lo raro no fuera ella si no el animal que la acompañaba; hubiera podido pasar por un zorro de las nieves si no fuera por las brillantes estrías que surcaban su pelaje. Daba la impresión de que todavía quedaban sorpresas por descubrir.

- Las más básicas normas de la buena educación dictan presentarse primero antes de demandar el nombre de otros. - Alzó la voz para responder a la interpelación de la mujer escoltada por el extraño zorro, a modo de primera respuesta. - Pero antes sugeriría buscar refugio y leña seca para encender un fuego antes de la tormenta. - Y levantó un dedo hacia el cielo gris y nublado sobre sus cabezas.

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10/11/2020, 22:21
Ragnhild

—Tengo hambre —le respondo a Kelgar en latín. Qué bien, no soy la única que ha sobrevivido, por lo menos no tengo que quedarme sola en este lugar tan feo, y qué coincidencia que hayan sido justo los viajeros que acabé conociendo.

Saqué la espada de su envoltorio y me quedé mirándola un rato mientras los demás hablaban. Mi cara con expresión de curiosidad se reflejaba en la hoja, que toqué con el dedo, sintiéndola fría, pero no fria como el acero común, fría que casi se me queda pegado. Con el entrecejo fruncido me pongo a observarla más detenidamente, dándole vueltas, tocando otra vez, paso el dedo por la hoja, que instantáneamente se me corta y por reflejo me lo iba a llevar a la boca, pero en vez de sangrar, de la herida salió escarcha y se cauterizó enseguida. No entiendo nada.
Empiezo a pensar que tal vez esto era lo que estaban buscando los que entraron en casa, y ahora estarán interrogando a papá, ¿sabrá que me la he llevado? sí, seguramente, quizás habría sido esa su intención de suceder lo que sucedió, pero ni yo se dónde estoy, así que poca información le podrán sacar. Me enerva un poquito el hecho de caer en la cuenta de que ahora me estarán buscando a saber quién o quiénes. Y también el contenido del maletín de Lissandra, ¿qué demonios son esas cosas?

Y hay alguien más. Alguien apareció junto con el gato blanco ese y ahora asumo que nos está pidiendo nuestros nombres, ya que es la única palabra que le entendí.
—Me llamo Ragnhild —le respondo mientras vuelvo a envolver la espada.

Miro hacia arriba cuando Angélica señala el cielo. Está espantoso y mi ropa no se va a secar nunca, así que dependeremos más de una fogata que del sol. —¿Fuego? —pregunto a ella, haciendo señas intentando simular el movimiento de las llamas.
Asiento un par de veces, recuesto la espada a la tabla donde tengo todo lo demás y me pongo a dar una vuelta por ahí cerca. La madera de la nave es una buena candidata, pero tienen que ser pedazos que hayan caído directamente en la arena, que estén secos.

Por supuesto, lo único que consigo es golpearme en el dedo del pié con un palo enterrado al dar el primer paso, tropezar y caer de bruces sobre la arena. Soltando improperios nórdicos me levanto de un salto y voy corriendo hasta el agua de nuevo a enjuagarme.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Entre miopía y que no tengo desarrollada la habilidad, tengo -80 en buscar usando la vista, jaja. Encima saco diez.

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11/11/2020, 08:24
_Evanora_

La muchacha que parecía salir de un cuadro le respondió de mala manera pero Evanora decidió ignorarla y retener a Hati para que no hiciera nada ante sus palabras. Por suerte en aquella playa otras de las muchachas había sido más abierta y se había presentado, así que se acercó a ella para responder a su presentación.

- Yo me llamo Evanora y este es Hati. - Respondió mientras acariciaba el pelaje de su mascota. - La estirada tiene razón, deberíamos buscar un refugio porque no sabemos lo que nos espera. 

La mujer había supuesto que todos habían acabado allí tras el accidente del zeppelin así que intentó forzar más amabilidad de lo que haría normalmente, pues sabía que lo mejor era cooperar, al menos hasta que descubriera más de aquel lugar en el que habían acabado. 

Con un poco de tacto, pidió a Hati que buscará entre los restos del accidente que la marea había arrastrado hasta la orilla a ver si algo de valor podía rescatarse mientras ella se dedicaba a inventariar mentalmente todo lo que pudiera aprovecharse de lo que podía ver. 

- Tiradas (2)
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11/11/2020, 12:03
Ragnhild

Vuelvo corriendo, esta vez prestando más atención a por donde piso, todavía escupiendo arena y con esa sensación asquerosa de tenerla en los dientes. No me iba a enjuagar la boca con el agua salada.

No conseguí evitar mojarme el pelo al zambullir la cara, así que ahora está aún más mugriento. Intento exprimirlo como puedo, bastante ofuscada.

Atiendo con visible confusión a la mujer pomposa que me habla, torciendo la cabeza a un lado —no hablo latín.

—¿Eva? —¿ese es su nombre? Y Kati, Hati el del gato, me parece. No tengo idea de lo que dijo después. Ya son cinco nombres los que tengo que recordar, será sano hacer el esfuerzo.

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11/11/2020, 23:45
Kelgar Stalsson

Kelgar, después de evitar que Lisa se cayera de morros, no pudo evitar cierta preocupación por la chica.
¿Podría sobrevivir en aquella isla con lo frágil que parecía? Aunque... si había sobrevivido al choque, era que quizás era más dura de lo que aparentaba.

¿Y qué demonios llevaba en ese maletín que parecía pesar como su espadón?
¿Necesitas ayuda con eso...? ¿Se puede saber que llevas ahí? No habrá alguna cerveza por casualidad, ¿verdad? preguntó en un tono jocoso, por si aquella pregunta le molestaba.

Luego se alejó de la orilla y al adentrarse en la isla se fijó en Ragn medio desnuda y diciendo que tenía hambre.
No pudo evitar una carcajada.
¡Hahahaha! ¡Es una lástima que la cocina de la Dama ya no exista! bromeó.
Seguía siendo La Niña de siempre. Sólo que ahora, ya no era una niña.
Había crecido y no sólo en altura... aún se pensaría que Kelgar era de piedra.

Desvió la mirada antes de comenzar a parecer indecoroso y se fijó en la mujer de pelo blanco y su zorro ártico.
Por la manera en la que les preguntó sus nombres y la respuesta que le hizo a Angie le parecieron que la tipa tenía muchos humos.
¿Sería una de esas nobles pijas que había comprado ese zorro raro a algún norteño?

Yo soy Kelgar, y sí adelantaos en busca de algún refugio. Yo voy a por madera del zepelín para encender una hoguera. dijo, y se acercó ligeramente para poderle hablar más bajo.
Y ese tipo raro de allí... señaló a Vadik ...y su hermanito hecho polvo, son algo raros, pero nos ayudaron en el zepelín... dijo, por qué se imaginaba a la pija esta discutiendo con Vadik a las primeras de cambio.

Dicho aquello, se marchó a por madera.

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12/11/2020, 09:04
Director

El aspecto de los dos desconocidos que habian en la playa eran sin duda peculiares tanto su aspecto como sus ropas.

El más mayor de ellos  rondará los 18/19 años y viste de manera algo estrafalaria, un simple chaleco  con plumas de ave y un faldón hecho con lo que parece ser pieles de animales están prendas apenas cubren su cuerpo musculoso y llenos de tatuajes de aspecto tribal

El otro acompañante es sin duda más pequeño que el otro, de unos 15 años, sus ropas también son triviales aunque cubren todo el cuerpo pero están todas rotas por varias partes como sí alguien de un tamaño mucho mayor  al chico se las hubiera puesto, su rostro es sin duda hermoso que sí no fuera por sus ropas diríais que es un miembro de la nobleza, cabellos rubios y ojos de un curioso color dorado rojizo le dan un porte leonino…

Notas de juego

Chico mayor:

Chico joven:

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12/11/2020, 16:04
Emelie Dahl

"Angelica" pasó por alto la observación de la reciente incorporación. Había cosas más urgentes de las que ocuparse que discutir por descalificativos. Se limitó a responder con indiferencia a la mujer del extraño zorro.

- Angelica. Angelica Galea, a vuestro servicio.

Por ahora, mantendría la tapadera. Pasó a centrarse en lo importante y se apresuró a llamar la atención de Kelgar cuando se acercó a los restos del dirigible que el mar arrastraba hasta la playa.

- Kelgar, esa madera no nos va a servir. Busca ramas, algas o restos alejados de la línea de mar. O mejor, - Señaló hacia donde estaban Vadik y su compañero. - llévate a esos dos y rastread la orilla en busca de equipo o equipaje que haya sobrevivido al impacto. - Aunque sospechaba que todo el equipaje cargado en el dirigible se habría ido al fondo del mar con las góndolas, quizás tuvieran suerte y algo habría sido arrojado por el mar a aquella costa. Las probabilidades eran escasas pero, si había suerte y lograban recuperar algo que pudiera servirles en aquellas condiciones, merecía la pena intentarlo.

- Voy a reconocer la zona en busca de cuevas, alguna floresta túpida o estructuras útiles donde poder refugiarnos. - Y, si de paso, veía algo comestible, mucho mejor. - ¿Alguien se presta voluntario para ayudarme?

- Los demás podéis buscar leña seca para el fuego. - Dió dos palmadas cortas y secas para que la gente se desperezase y comenzara a moverse. No es que pretendiera convertirse en la líder de aquel variopinto grupo, pero si alguien no daba un paso al frente y organizaba las tareas, era harto improbable que lograsen salir de allí relativamente indemnes actuando cada cual por su lado.

Conforme se alejaba del agua, en dirección a la pradera, Emelie reprimió un escalofrío causado por el viento al rozar sus piernas. El tejido humedo del pantalón y de parte de la gabardina empezaban a transferir humedad a la piel de sus piernas y la sensación no era agradable. Por eso era conveniente guarecerse lo antes posible con un fuego junto al que calentarse.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Dejo dos tiradas, una para refugio y otra para comida. En la segunda, preferentemente bayas, frutos, tubérculos,..., que no se van a mover del sitio donde se encuentren.

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12/11/2020, 20:09
Director

El zorro al escuchar su nombre suelta una especie de maullido que recuerda a un gato pequeño mientras comienza a corretear entre los presente oliendoles  mientras su dueña se presentaba al resto del grupo.

Tras esto, comienzan a ponerse en marcha tratando de sobrevivir  al nuevo escenario que se plantea ahora mismo, no tenian apenas recursos ( por no decir que no tenian) pese a que no haber perdido nada valioso lo cual suponía un pequeño alivio en el nido de desgracias.

Tanto Vadik como el chico  van recuperandose del aturdimiento aunque apenas hablan  con vosotros, ni siquiera entre ellos ya que ambos permanecen sombrios y con aire quizas algo hundidos, las acciones de recogida y preparación son un poco caoticas ya que al principio unos dicen de recoger madera mientras que otros señalan que la manera mojada no sirven y proponen explorar.

Cuando finalmente han tomado las decisiones pertinentes algo rompe el silencio de la playa, un sonido lejano pero para vosotros es casi como música celestial...el tañido de campanas....

Eso solo significaba una cosa, gente, todos correis en dirección hacia donde se encuentra antes del que el sonido desaparezca y al subir una de las colinas, la veis, una población pequeña, un pueblo en mitad de la nada pero a fin de cuentas es un pedazo de civilización

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12/11/2020, 21:32
Ragnhild

Intento mantenerme impasible ante la burla de Kelgar, y aunque mi expresión no se altera, mis ojos se humedecen cuando lo miro a la cara. No necesitaba decir eso, apenas llegué a probar lo que había en mi mesa y quería ver lo que tenían las demás, y no sólo eso, que encima ni siquiera llegué a ver como iba a ser la cama de mi camarote. Eso es triste.

El gato resulta ser juguetón, aunque no me atrevo a tocarlo aún, a saber si me muerde.

Noto que no soy la única en escuchar aquel sonido curioso, y cuando descubro de lo que se trata, suspiro hondo aliviada. Ahora podré saber a dónde hemos ido a parar.
El problema es que mi ropa aún no se seca, no me la quiero poner toda empapada. Esperaré a lo que decidan hacer, y si se largan hasta allá no voy a tener más remedio que secarla luego. Por lo menos le pude quitar la arena.

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16/11/2020, 11:47
_Evanora_

Evanora no pudo contener la emoción al ver aquel pueblo y se le escaparon unas lagrimillas. Sólo pensar en tener que haber vivido con esos desconocidos en una vida propia de la edad de piedra hasta que un milagro ocurriese le había dado arcadas. 

Ahora, presta y veloz, se dirigía al pueblo confiando en que hubiera alguien capaz de entender su idioma y poder escapar de aquel sitio rumbo a la civilización que le fuera más propicia para sus objetivos. 

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17/11/2020, 15:47
Emelie Dahl

De pie en lo alto de una loma, con los pantalones mojados y las piernas frías, "Angelica" sentía que al menos un poco de buena suerte se dignaba a sonreirles después de los sucesos en el dirigible. La vista de aquel pueblo pequeño en la campiña era una mejora sustancial en las perspectivas de dormir en una cueva, o bajo unas ramas, comer bayas y secarse junto a una hoguera. Aun así, era mejor no precipitarse, como ya hacía la recien conocida Evanora, pues no tenían forma de saber dónde estaban o cómo reaccionarían si les decían el modo en que habían acabado en aquella playa.

- Deberíamos ser cuidadosos con lo que contamos a los lugareños. - Comenzó a sugerir a los compañeros que quisieran escucharla, mientras comenzaba el descenso por la otra ladera de la colina en dirección al poblado. - Lo más lógico sería decirles que hemos naufragado. Si les hablamos del dirigible o de alguna de las cosas que hemos visto, podrían tomarnos por locos. O algo peor.

Intentó separar con los dedos los pliegues de la ropa húmeda, mientras andaba. Aunque no parecía tener mucho éxito, el tejido se le pegaba a la piel conforme el agua dejaba lugar a la humedad y eso hacía que el viento fresco se sintiera con más fuerza en aquellas partes donde ropa y piel entraban en estrecho contacto. Ójala pronto pudieran sentarse junto a un fuego de chimenea, o una estufa, o conseguir unos pantalones secos. Lo que daría por poder recuperar la muda de recambio que llevaba en su equipaje...

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17/11/2020, 21:39
Lissandra

Tan pronto como las campanadas empezaron a sonar cerré mi maleta y seguí al resto del grupo hasta aquella pequeña cima de la colina. Las campanadas se solían relacionar con la iglesia y por lo tanto Abel y su odio a lo sobrenatural. Cuando Angelica pidió discreción con los habitantes me limite a asentir. La idea del naufragio, junto con los pedazos de madera que había en la cosa seria algo creíble… O al menos mucho mas que mencionar que una criatura salida de un cuento de terror había hecho que un aparato volador se estrellara contra el mar.

Era evidente que marcharíamos hacia el poblado, mejor opción que intentar pasar la noche al raso en una playa desconocida. Mirando a mis compañeros vi la mirada distraída que ejercía la norn hacia su ropa aun tendida en la playa. Hice un gesto con la mano hacia la ropa indicando a la joven que la recogiera.- Con algo de suerte habrá una posada donde descansar y enterarnos de donde hemos ido a parar.- Un pequeño pueblo cerca del mar, era bastante parecido al lugar donde me había criado. Me quede mirando un momento en su dirección hasta que vi a uno de los compañeros que había aterrizado con nosotros. Vadik

Con paso apresurado me aproxime a el y su compañero e incline la cabeza a modo de disculpa. – Yo…- Desde que habíamos comenzado aquella carrera apresurada me había sentido con remordimientos por haber dejado a Alsan en el suelo. Se suponía que mi trabajo era la medicina, pero ante el miedo había olvidado cualquier idea de ayudar y había salido huyendo.-…lo siento.- Dije sin atreverme a decir nada más y esperando que comprendiera el porqué de aquella disculpa.

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19/11/2020, 11:22
Kelgar Stalsson

Parecía que la suerte por fin les sonreía, en forma de inesperado pueblo en el centro de aquella isla.
Las campanadas no terminaban de gustarle, pues las asociaba a la xenófoba iglesia. Pero había sido gracias a ellas que habían descubierto el pueblo.

Se dirigieron hacia allí con la esperanza de encontrar un sitio donde pasar la noche y cenar, además de encontrar un método para salir de la isla.
Tienes razón, seremos náufragos... respondió a Angie.

Sin más, comenzó a caminar atento a cualquier posible peligro, pues la desconfianza de los locales podría llegar a tornarse violencia.

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19/11/2020, 11:26
Ragnhild

—Kelgar, ¿qué van a hacer? —le pido que me explique lo que han decidido, y entonces miro mis cosas cuando Lissandra me lo indica y asiento, no hay otra alternativa. Se me hace la cara de asco cuando entro en contacto con la ropa mojada al ponérmela.

Me echo la espada al hombro y sigo a los demás. Durante el camino me ruge la tripa cuatro veces.

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19/11/2020, 22:46
Kelgar Stalsson

Miró a Ragn y sonrió, ¿cómo había sobrevivido tanto tiempo fuera de Haufman sin saber latín? Era todo un misterio.
Vamos al pueblo que hay, las campanas son de alguna iglesia supongo. Ya sabes, el Dios ese todopoderoso en el que creen... dijo irónico.
Supongo que habrá una posada y podremos comer algo. añadió sonriente, pues creía haber oído el estómago de su compatriota rugir.