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Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche

El Fin de los Tiempos

Capítulo 3: La sombra sobre Albión

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31/01/2014, 09:22
Rakduim Piel de Dragon

Andube como buscando algo que matar durante un buen rato, pocas atenciones me dedicaban las mujeres del puerto y pocas queria, y ademas de miradas de miedo nadie me interrumpio. Busque sin descanso un tatuador enano, y aunque encontre alguno humano no me iba a conformar con un trabajo a medio camino entre una porqueria y una vaqueria. Asi que prosegui, nadie tenia claro para donde ir pero a mi me hubiera gustado salir de alli, cansado de esta peste y de nobles emperifollados de tres al cuerto que no habian presentado batalla en su vida.

Me entretube en un puesto de salchichas, y mirando de un lado al otro me comi media docena al menos.

Espere con paciencia limitada el pirarnos de alli, pero despues de tanto barco tener los pies en el suelo era una alegria como poco. Asi que me entretuve con mis salchichas gordas y jugosas, una pena que la cerveza no acompanara pero estabamos lejos de un comercio seguro y estable con algun Karaz asi que habia que aguantarse con el agua marron y meado que bebian los humanos.

Escuche hablar algo sobre unas justas, y me llamo la atencion ver como peleaban los humanos. Pateticamente, apenas tenian tiempo de aprender, pero claro eso ellos no lo sabian y no le entraria en esa cabeza tan corta. Lo que si que no entendia, era tanto alboroto de colores, plumas y lacitos. En la guerra todo eso superfluo, un buen hacha afilada y el enamigo al alcance, era mas que suficiente. Todo lo demas, era tirar el oro.

Notas de juego

Perdon, pense que ya lo habia colgado.

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02/02/2014, 19:42

Los guardias, nerviosos tras el incidente con el tipo de oscuro aspecto, se muestran reticentes a dejar pasar al elfo y al halfling pese a que la sombra de miedo que habíase cernido sobre ellos había desaparecido gracias al hechicero de Ulthuan. Una pareja de alabardas se interponían en el camino de ambos y, pese a que tanto uno con su magia como el otro con sus escurridizos movimientos podrían haber entrado con cierta impunidad las cosas eran mejor tratarlas de modo civilizado, tal y como descubrieron en poco tiempo

Las palabras de Calîm, que un principio causaron cierto excepticismo en los guardias y una contenida risa al escuchar lo relativo al aprendiz llegaron a odios del sargento, que se mantenía a un lado y fuera de la vista junto con una docena de guardias armados... la visita del hechicero oscuro no los había cogido por sorpresa despues de todo y al parecer ya lo esperaban

Sargento- Así que un mago de Ulthuan y su ... aprendiz. Curiosa mañana esta, sin duda- dijo el sargento sabiéndose seguro rodeado de sus hombres, o eso creía él - Os mandaría a paseo de no ser porque la Profetisa ha dado orden de dejar pasar a todo practicante de lo arcano, no sin antes despojarlo de sus varas y saquillos. Si son tan amables de entregarlos serán guardados en el arcón bajo llave- dijo indicando con la mano un cofre revestido de acero y... ¿plomo? que descansaba en un punto apartado de la entrada - Hemos tenido suficientes sobresaltos y no deseamos más, como comprenderán...

*Si aceptáis las condiciones seguid leyendo de lo contrario... podeís pasear libremente por la ciudad porquen o vais a poder entrar, al menos por las buenas*

El sargento os condujo por unos engalanados corredores hasta una sala retirada en el ala derecha del castillo. La fortificación era en verdad lujoso y de un gusto exquisito, como si al construirlo hubieran deseado crear una obra de arte en vez de una simple defensa contra invasores. Aquí y allá los pendones y los escudos de armas decoraban almenas, paredes y suelos. Flores de bellos colores rivalizaban entre ellas en majestuosos tiestos de piedra tallada con minuciosidad, siendo no menos vistosa la librea que vestían la infinidad de guardias que recorrían el lugar

Salpicando aun de más colorido el entorno caballeros de lustrosas armaduras guardaban los accesos a zonas restringidas dando la impresión de ser meras estatuas, hecho descartado al ver como sus ornamentados cascos se giraban al seguiros con la vista de forma penetrante. Era evidenta que allí nadie entraba o salía si el señor del lugar no lo deseaba

Tras varios minutos de espera  recibisteis la visita de un sirviente que os condujo a través de un pasadizo hasta alcanzar el ala principal del castillo, accediendo a una enorme sala a través de un corredor engalando con una larguísima alfombra, tapices de belleza sublime y un sin fin de guardias uniformados con impolutos uniformes de colores escandalosos. Al final de todo, en una tarima que dominaba el lugar sobre cuatro escalones marmóleos, un sillón que más parecía un trono, de madera tallada, acogía a una fornida figura de calvície notable. Una perilla bien recortada y que ya clareaba, a juego con el poco cabello en las sienes, denotaba que no era un muchacho caprichoso quien allí regía

Junto a la noble, y claramente orgullosa figura, una dama vestida con sedas vaporosas y gran decoro, ni joven ni vieja, hermosa sin ser deslumbrante, os observaba con atención sin perder detalle manteniendo una postura regía, a su manera mucho más imponente que la del hombre que presidía junto a ella. Sin duda la hechicera; era momento de cuidar las palabras no solo para agradar, sino para no causar malestar en los refinados y altaneros modales del señor de Mousillon, pues como era sabido los bretonianos, y en especial sus señores, tenían una carácter demasiado parecido al élfico en lo referente al trato con el resto

-Saludos, bienhallados huéspedes. El sargento de la puerta nos ha comunicado que veníais a prestar vuestra ayuda desde la lejana Ulthuan, pero no hemos tenido conocimiento de ninguna comitiva allende los mares desde hace más de dos meses...  decidme pues, ¿a qué debemos el honor de contar entre nosotros con un archimago de Saphery? -dijo un chambelán entrado en años, con unas vestiduras como poco pomposas, que se pavoneaba con cayado dorado entre su manos. Trás él, tanto el señor del lugar como la hechicera permanecieron en silencio dejando que fuera su interlocutor quien, por el momento, llevara la conversación antes de decidir si os concedía una audiencia en privado o por el contrario os despachaba como a tantos otros que solo pretendían hacerles perder el tiempo

...

Tambien se me ha mencionado que habéis presenciado el intento de acceder al castillo de cierto mago oscuro ¿Qué impresión os ha causado y porqué tanto interés en ofrecernos vuestros servicios ante semejante acontecimiento? Que yo sepa no estamos en guerra con nadie desde que finalizó la cruzada del Norte, hace ya dos semanas, y ese mago se ha marchado de forma definitiva para no volver... Sobre el que se paseen o no personajes de una u otra índole por los dominios de mi señor no le concierne a nadie más que a él, en especial si se trata de emisarios que no portan más que noticias y ruegos, por absurdos que sean*

Notas de juego

* Se refiere a la Guerra contra el Caos. Si, en efecto, ha finalizado por si no habéis leido el apartado de "Nubes de Tormenta"

A medida que avancéis con el asunto añadiré más información... o seréis expulsados de forma rotunda XD

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02/02/2014, 20:11

Mientras deambulas por la zona escuchas varios cuchilleos de los cuales descartas los que son meras habladurías quedándote con retazos de conversaciones que podrían ser, más o menos importantes, dependiendo del uso que le queráis dar tu y el grupo al tiempo que paséis en Mousillon

- Una noble menor procedente del Imperio, una tal Matilda Haubel, ha reclamado en varias ocasiones la actuación de la guardia para que vayan en busca de su marido, Dieter. El marido, un reconocido mujeriego, es un comerciante de vino imperial que suele viajar desde Mousillon a Reikland para vender sus productos pero, segun Matilda, debería haber vuelto hace tres días y la última notícia suya es que abandonó Yremi hacía media semana.

- La familía Nahering ha llegado a un acuerdo con Bertrand Saucisse de modo que los nobles menores, en vez de tener que buscar alojamiento en las posadas de Mousillon, lo hagan directamente en la finca de los Nahering, obteniendo sustanciosos beneficios por ello.

- En la plaza principal se va a instalar una enorme carpa amarilla de unos 15 metros de radio. Durante el festival, los sirvientes transportarán bandejas de comida humeante a las largas mesas de los comensales. Bardos, acróbatas, y otros juglares pasearán por el lugar, distrayendo a los comensales entre los cortos intervalos de tiempo entre comida y comida. En el rincón sur-este habrá un pequeño grupo de tiendas que sirven de  cocinas. El pozo común de la plaza esta al sur, cerca de las tiendas de cocina

- La familia Taunenbaum ha sido la dueña de la taberna "El Dragon Danzante" desde que los ancestros de Michelle Taunenbaum la construyeron hace 150 años. Los pastores, granjeros y cazadores de la zona se reúnen para charlar, contar historias y pasar la noche bebiendo. Anteriormente la posada estaba deteriorada, y Bertrand Saucisse insistió en que Michelle invirtiera parte de los beneficios en hacerla más atractiva, dado que es la única taberna en la plaza donde se ubica el grueso del festival. Una capa fresca de pintura blanca cubre los muros exteriores, y el mobiliario interior es relativamente nuevo. Bertrand pagó las mesas y sillas nuevas que hay en la barra, pidiéndole a Michelle que guardara sus viejos muebles durante el festival. El resto del año, las mesas decrépitas de Michelle pueden verse aquí como de costumbre

- El molinero Moser y Bertrand llevan años enemistados y ello ha acabado derivando en que los productors del primero no sean adquiridos para el festival en ninguna de las ediciones pasadas... y en esta todo hace indicar que va a pasar lo mismo

- Los alrededores de Mousillon están dominados por un viejo y denso bosque. además de las zonas de cultivo. Pocas criaturas peligrosas lo habitan, siendo lo más notorio la visión de algun oso o lobo... aunque se rumorea que un grupo de bandidos se ha afincado en la zona y aprovecha las semanas del festival para hacerse con un buen botín gracias a los incautos, aunque como nadie ha podido corroborarlo los soldados del conde no le dan mayor credivilidad

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05/02/2014, 00:32
Calîm Nuruhuinë

Calîm entendía la cautela de los guardias. No obstante una parte de él, la que le otorgaba su sangre, estaba ofendida por ser dispensado mediante el mismo trato que un rival mágico. Ni Zeque ni él merecían ser recibidos con gestos ceñudos o risillas encubiertas. Eran héroes y, sin embargo, eran tratados como criminales. Únicamente la aparición del sargento rebajó un poco los ánimos…aunque no logró que la habitual sonrisa del elfo aflorase en sus finos labios.
Podían pasar, indicó el sargento, pero debían deshacerse de sus pertenencias. Calîm era un vidente de los vientos. Era más espiritual que material, y aún así era reacio a dejar el fantástico báculo enano en manos impuras. Por su valor, tanto para un hechicero como para un coleccionista, pero especialmente por lo que significaba; un regalo de una raza rival. Cansado de aquella actitud, los guardias eran abusones encubiertos que disfrutaban el peldaño de poder que su señor les otorgaba, Calîm les mostró el báculo sobre sus palmas extendidas.
—Entiendo de sus sobresaltos y cumpliremos sus normas*. No obstante, yo también he tenido bastantes sobresaltos e infortunios con ladrones…o guardias de baja paga que querían agrandar sus cuentas robando a incautos visitantes. No creo que sea el caso, no obstante, he de señalar que tanto el equipo de mi amigo con el mío están cargados mágicamente.
Para dar fuerza a sus palabras imprimió un poco de su poder en el báculo. Un truco sencillo, nada que requiriese esfuerzo. Un pequeño chisporroteo de fuego entre sus manos, nada más. Tras el pequeño efecto, dejó el báculo en la caja y el resto de lo requerido.
—Será mejor que mantengan las manos lejos de nuestras cosas sino quieren perder un brazo…o que el castillo se consuma hasta sus cimientos.
Dicho aquello, se dispuso a seguir al sargento al interior del castillo con el rostro más serio de lo habitual. Había algo que olía mal en aquel lugar. Y no era el caos, o la maldad que hedía entre las juntas de las piedras que conformaban sus muros. Aquel sitio le recordaba demasiado a su patria. Normas, frialdad, nobleza. Mala combinación para intentar dialogar. Desempolvó mentalmente sus viejos modales de corte esperando que pudieran serle de más utilidad durante la audiencia.

El lujo le asqueaba. Aunque apreciaba la limpieza, el orden, los objetos ornamentados, la solemnidad de sus escudos, lo regio de sus pendones, no podía olvidar aquellas muchachas ofreciendo sus encantos al mejor postor, o a los vagabundos que había visto recorriendo las calles de Mousillon. El mundo era una balanza con uno de sus platillos desbordados. Unos tenían mucho y muchos tenían tan poco…
El aroma de las floras lo asfixiaba, el colorido del lugar lo abrumaba. Y cuando los rostros de los caballeros se giraron para seguirlos con la mirada el elfo estiró la espalda y alzó ligeramente el mentón, altivo y seguro, incluso desafiante. Aquellos hombres, nobles y adinerados, malgastaban sus fortunas en armaduras y decoración mientras que sus siervos padecían en las calles. De haber sido un enano ya habría escupido sobre la mullida alfombra que pisaban.
—Intentaremos no ofender a nadie, Zeque. Aunque no sé si en un sitio como este seré capaz de refrenar mi lengua. A pesar de que me caracterizo por mi autocontrol este castillo me trae recuerdos de mi vida pasada, y no son gratos. Temo que tendrás que ser tú quien equilibre mi actuación en esta ocasión.
Por supuesto la majestuosidad del castillo no podía compararse a la perfección que emanaba de su hogar. Pero el sentimiento que padecía al recorrer aquellos engalanados pasillos si era similar; como de estar fuera de lugar.
Se personaron ante el señor del castillo, no supo que pensar de él entonces aunque que un chambelán se acercase para hablar en su nombre decía ya bastante sobre su persona. A su lado se encontraba la dama, la poderosa hechicera cuya sola mención había amedrentado al emisario oscuro. Dado que ambos eran personalidades importantes del lugar y allí estaban acostumbrados a la altanería de los hombres poderosos decidió que se comportaría como tal. Si se personaban como humildes viajeros seguramente fuesen despachados con prontitud por lo que decidió apostar por la carta más alta.
Realizó una reverencia con tantas florituras y elegancia que hasta un rey de reyes se hubiera sentido honrado. Más no encaró a los señores, sino al chambelán, que se le antojó una suerte de pavo real engalanado para la fiesta de la cosecha.
—Nací y crecí en Ulthuan, pero no represento a mi reino así como no represento a mi raza. Mi verdadero hogar es el mundo entero. ¿O es que acaso señor mío, ven sus ojos algún emblema o bandera sobre mis ropajes? Mi compañero y yo estamos en Mousillon por…negocios que ahora no vienen al caso —indicó sin darle mucha importancia a sus propios motivos.
El chambelán se mostró áspero, como sin duda era el trato que el señor del castillo dispensaba a todos aquellos que metían sus narices en asuntos que no les correspondían. ¿Cómo explicarles a aquellos hombres arrogantes que ellos poseían buen corazón y que era el altruismo lo que les había traído hasta ellos?
— ¿Qué impresión me ha causado un emisario del caos en busca de acólitos entre las buenas gente de Mousillon? —Respondió, consternado —. No muy grata, la verdad. Decís bien, la guerra ha terminado. Pero el peligro sigue ahí. Vos, señor mío, no sois practicante de la magia. Yo si. Mis estudios me permiten percibir una amenaza sobre la ciudad, incluso sobre este castillo. Una amenaza oscura, como una criatura que se oculta en la maleza, acechando, esperando el momento ideal para dejar caer su zarpa. Así actúa el caos, así actúa el mal. Y más ahora que se siente derrotado. Ah, pero no existe la derrota para el caos —era preciso en sus palabras y en su tono, el alma fría de su tierra natal afloraba entre sus dientes con letal vehemencia—. He visto caer una ciudad entera debido a la corrupción de una muchacha a manos del caos. He renunciado a la mitad del mundo por creer que la amistad entre un leal compañero y mi persona lograrían vencer las seductoras promesas del caos, pero heme aquí, tuerto y marcado de por vida. Y ahora veo un lobo rondando un gallinero y unos granjeros que esperan que el lobo, al decirle que se vaya, realmente se marche.—Estaba ligeramente enfadado. No sabría decir exactamente porqué pero aquellas gentes tan altaneras le resultaba insoportables hasta cierto punto. Solo había ido allí a ofrecer su ayuda y sin embargo había sido tratado con cierta rudeza encubierta que no iba a permitir —. Ciertamente no nos compete a nosotros juzgar quien camina por un reino que no es el nuestro, no obstante, había pensando, muy estúpidamente he de decir, que quizás su señoría querría contar con algo de ayuda altruista y gratuita para tratar un problema atípico relacionado con la magia. Ah, pero no se preocupe. Entiendo que la amenaza que en mi ha despertado alarma es una nadería para el poder soberano de este castillo. Si, seguramente esa negra nube de perdición que percibo sobre Mousillon ya debe estar controlada ¿No es así? Aunque claro, ¿Cómo va a saberlo usted maese chambelán cuando no es más que un profano en la materia? ¿Debo de tratar un asunto de índole mágica con alguien cuya noción de hechicería consiste en sacar un conejo de una chistera? Me veo insultado ahora mismo, pues contemplo un asunto grave a tratar y un hombre que no comprende la materia como único interlocutor. ¿O es que acaso he de comentar con usted las ligeras variaciones que siento en los vientos de la magia o el hedor invisible que capto con mi sexto sentido? Soy un alto elfo, señor mío, soy un hechicero capaz de dominar varios vientos de la magia. Si, sin duda vos sois el más adecuado para recibirme y tratar el tema —añadió con sorna, sin alzar la voz pero cada vez más encendido el paladar—. Vos, que no sois más que, que…un humano, un plebeyo para que me entendáis. Únicamente he venido a ofrecer mi humilde ayuda ¿Y que me encuentro? Un hombre engalanado con las cortinas del palacio que hace de muralla. Pues aquí me planto mi señor chambelán. No tengo tiempo que perder con intermediarios, pajes y sucedáneos, si nadie quiere escucharme así sea —sentenció, el ceño arrugado, el corazón inflamado. Había aguantado el orgullo enano porque en el fondo la vieja raza poseía cierta grandeza. Pero aquellos humanos subidos a un pedestal no poseían tales virtudes —. Hacedle llegad a vuestro señor mis palabras; estaremos en la ciudad por tres días. Si por entonces necesita ayuda, se la ofreceré gentilmente. Si no…no pienso quedarme aquí a ver como se consume otra ciudad. Buenas tardes.

Notas de juego

*Al menos él.

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05/02/2014, 16:41
Samuel Colt

Por mucho que mis ojos se fueran detras de las curvas de la morena... tenia clara una cosa, llevaba demasiado tiempo metido en un barco y por mucho que me gusten sus motores y demas entresijos, una cama... una de verdad era un placer que parecia casi inalcanzabel hasta hace escasos momentos. Asi pues siguiendo a los demas me meti en mi habitacion y disfrute de cada centimetro de esa cama mullida y esponjosa donde pude echarme.

Entre giros y giros y despues de meter la cabeza debajo de la almohada, me di cuenta de que seria incapaz de conciliar mas el sueño aun despues de haber estado durmiendo durante unas buenas diez o doce horas al menos. Saque mi cabeza de debajo de la almohada y la luz del sol me dio la bienvenida por entre las maltrechas cortinas de la habitacion. Me asee un poco como pude, hacia ya tiempo que no estaba en un sitio remotamente civilizado... aunque claro decir eso de Bretonia... era mucho decir. Parecia que estaban varios siglos por detras del Imperio en cuanto... a demasiadas cosas. El salir del cuarto y llegar a la sala principoal no fue demasiado dificil, eche una mirada alrededor y vi que Calim y Zeque aprecian haber emprendido la marcha de buena mañana. Me encogi de hombros y despues de degustar un buen desayuno me puso manos a la obra en busca de alguna herreria o similar donde poder hacer mi propia municion, pues tras pasear un rato por las calles me di cuenta... que un par de siglos era quedarse corto.

Entre calles y calles, vi paseandose caballeros y como las madres hablaban con sus hijos sobre este y aquel... al mirarlos me di cuenta de que no me causaban gran impresion, la mayoria de ellos no hubieran durado ni medio asalto ante el bueno de Sargul y estaba seguro de que todo ese porte y orgullo, se volverian en una alocada carrera en direccion contraria a donde estuviera su enemigos, si este poseia algun aderezo caotico.

La verdad es que entre el olor, la gente y sus caballeros.... el volver a la civilizacion habia sido mas deprimente que otra cosa... su nivel de ingenieria era parecido a la Edad de piedra. Con ese pensamiento en mente di me media vuelta y volvi a mi anterior mision. Encontrar una herreria medianamente decente donde poder fabricar algunas balas para mis pistolas, a cambio de honesto trabajo.

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09/02/2014, 20:45
Rakduim Piel de Dragon

Entre manjar y manjar, y alguna cerveza aguada. Que le vamos ha hacer. Escuche comentarios varios, de unos y otros, y ninguno hablaba de nada realmente interesante, un dragon, un leon o un gigante de dos cabezas. Maldita mi suerte, tuve que mirar con desparpajo y un noble emplumado que pasaba, y dude si decirle algo pero segui con lo mio aquellos humanos poco me interesaban.

Segui paseando, sin alegrarme la vista por nada de lo que vi. Nadie me molestaba y yo no molestaba a nadie, a menos que yo supiera y si fuera asi -y?- que mas daba. Hubo un comentario que me animo, y decidi ir en busca de la tarberna "El Dragon Danzante", asi que pregunte al primer humano que vi -eh! tu donde puedo encontrar la taberna "El Dragon Danzante"- dije con una mirada de mala ostia.

Espere la respuesta, y hacia alli me dirigi con intencion de hablar con las gentes mas humildes del pueblo y quizas escuchar algo de interes para mi.

Mientras avanzaba y con aquella humedad, vi como la cresta me colgaba de lado necesitaria un poco de grasa de animal para volverla a tintar y a ponerla tiesa hacia arriba, queria que me vieran llegar y con que intenciones se acabo hace tiempo el tener miedo, iba a acabar con aquello eso lo tenia claro solo me faltaba un orko un poco mas grande, un gigante un poco mas fuerte, o un dragon un poco mas listo.

Notas de juego

EDITADO: Ojo a los destinatarios

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12/02/2014, 16:58
Zeque Wilfur

Me hinché de orgullo al escuchar las presentaciones de mi maestro y amigo Calîm… Nunca nadie me había llamado de forma clara Aprendiz. Y escucharlo en la boca de alguien tan refinado y con tanta sabiduría como mi amigo elfo me hacía sentir un cosquilleo en la panza que creo que nunca volvería a sentir. Me erguí todo lo que mi pequeña estatura me permitía, poniendo una mirada seria y adusta que esperaba estuviese a la altura de las circunstancias… Pero aún y todo lo que había pasado, los guardias se permitieron un rato de mofa y risillas… No supe si tomármelas a mal, ya que sobre todo se acrecentaron ante la presentación de mi puesto… Pero al final decidí que lo mejor que podía hacer era achacarlo a los nervios que habían pasado los guardias ante su charla con aquel ser tan siniestro. Jolines!!! Si hasta yo me sentía inquieto… siendo un aprendiz de mago y un valeroso guerrero… Cómo no se iban a sentir ellos!!!

La aparición del sargento me sobresaltó… Pero por lo menos sirvió para que se acallasen aquellas risas nerviosas y las miradas de soslayo que los malcarados guardias me lanzaban. Así que proponía que dejáramos nuestras pertenencias!!! Aquello no me gustaba nada. Aquel lugar olía a ladrón allí donde mirases. Pero las palabras de Calîm me tranquilizaron. Cuando su golpe de vara hizo estallar unas chispas ante su amenaza de que estaban protegidas a punto estuve de soltar mis cosas para evitar morir abrasado o algo peor, pero el elfo se dio cuenta de mi inquietud y un guiño de ojo me hizo sentir más tranquilo… Mientras depositaba mis pertenencias junto a las de Calîm pensaba en la de cosas que podía llegar a aprender del mago si me comportaba de forma aplicada…. Cuando dejaba a Repollo le dije al martillo para enfatizar las palabras del elfo.

- Compórtate…!!! Y si ves que estos señores hacen cosas raras ya sabes lo que tienes que hacer – y de esa guisa y de forma casi reverencial lo dejé sobre mi mochila mostrando una de sus caras hacia arriba, en la cual se veían una runas superchulas que no sabía que significaban pero que el señor de las runas había tenido por bien de poner.

Ya en el interior del castillo no pude por menos que abrir la boca ante la grandiosidad de todo lo que allí había. Los lujos eran excepcionales y exagerados. Algunas de las lámparas estaban tan sobrecargadas que parecía que en cualquier momento se iban a caer de tanto peso. Por no hablar de los tapices y cortinas engalanados y pesados, que daban un aspecto ciertamente lúgubre a los anchos pasajes por lo que nos llevó un mayordomo. Aún así disfruté mucho de la vista de los innumerables pendones de diferentes colores y los escudos de armas. Dudé entre preguntarle a sargento que nos precedía o a Calîm, pero los dos parecían demasiado abstraídos en sus pensamientos. Las palabras suaves de mi maestro me sacaron de mi ensimismamiento. Sus palabras me sonaron a un funesto augurio…

- Bueno!!! Pues tendremos que ser más corteses de lo normal… Pero de todas formas no creo yo que te vayas a exasperar!!! Solo en contadas ocasiones te he visto enfadado… y casi todas conmigo o con el enano. Y yo si puedo voy a intentar estar callado y te dejaré a ti… Ya sabes que prefiero no hablar y por no meter la pata prefiero mantener la boca cerrada aunque si es necesario que en algún momento te aclare algo o añada algún apunte no lo dudes que lo haré… Aunque pensándolo bien no se si seré capaz!!! Pocas veces se tiene la posibilidad de hablar con señores de Bretonia. De hecho es la primera vez que estoy aquí y la verdad es que aunque da un poco de miedo estoy un poco sobreexcitado.

Al final del paseo, tuve que dejar un candelabro de plata que no se como había aparecido en mis manos, dejándolo sobre una mesita por la que pasé antes de que pensaran que me lo quería llevar, aunque no sin antes darme cuenta de que una de las borlas doradas de una cortina sobresalía de uno de mis bolsillos… Miré a mi alrededor nervioso de que alguno de los señores de hojalata que vigilaban de forma periódica alguna de las puertas pudiese haberme visto y tomar una mala impresión, pero afortunadamente nada sucedió. Cuando el mayordomo calvo nos llevo en presencia del señor de la ciudad, no pude por menos que sorprenderme del aspecto ostentoso de la sala y de la cantidad de polvo y aire viciado que había en aquella enorme sala. Tras toser de la forma más exquisita que pude, comencé a caminar un paso por detrás de Calîm para darle la importancia que se merecía aunque dispuesto a adelantarme en caso de necesidad…

Las palabras de lo que parecía ser un subalterno resultaron un tanto hirientes incluso para mi pequeña cabeza. Ni siquiera se había presentado cosa que era muy descortés por su parte por no hablar que no habían presentado ningún refrigerio, cosa que de verdad habrá agradecido. Para colmo, tanto el señor del castillo como la dama seria no parecían dispuestos a hablar. Aquel gesto pareció enojar a Calîm a juzgar por su diatriba. En varias ocasiones estuve tentado de pararlo y hacerle ver que tal vez corría demasiado, pero estaba tan enardecido y su discurso era tan… tan… poético que decidí dejarlo seguir. Aún así cuando acabó no pude evitar hacer un apunte, no sin antes hacer una reverencia que hizo que me doblase hasta barrer el suelo con las plumas que me había engalanado en la boina:

- A mi el tipo ese también me hizo poner los pelos como escarpias… Y eso que hemos visto ya cosas realmente grotescas y feas… Pero permítanme que me presente como es debido. Soy Zeque Wilfur, afamado explorador y guerrero, matador de demonios y brujas y actualmente aprendiz de l aquí presente señor Calîm. Con lo que ha dicho mi maestro queda todo la mar de claro, o eso es mi parecer. Hay un dicho en mi pueblo que reza… Recuerda que si necesitas una mano, yo tengo dos. Bueno!!! En nuestro caso serían cuatro más las del resto de compañía. Pero como en todos lados, la ayuda se ofrece y se da cortésmente, y ustedes la pueden coger o desestimar. He de añadir que no entiendo tanta reticencia a la ayuda. El socorro en la necesidad, aunque sea poco, ayuda mucho. Y se lo hemos ofrecido sin búsqueda de beneficio ni favor especial y eso es algo que hoy día no se da así como así… Se lo digo yo que de eso se un montón. Y… Y visto que no va a haber merienda ni conversación, opto por marcharnos ya… - Ya me giraba para irme cuando decidí que tenía que decir una última cosa… - Siempre suspiré por venir a las tierras de los Bretonianos. Sus hazañas se cuentan en la Asamblea como verdaderas epopeyas. Y deseaba de corazón poder estar al lado de gallardos caballeros… Pero si alguien pone en duda el buen juicio y las razones de mi amigo y mentor Calîm, no se merece eso. Que se rían de mi ya estoy acostumbrado y casi que no me doy ni cuenta… pero no de él… 

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12/02/2014, 18:17

Tu peculiar excursión por la ciudad solo te sirvió para constatar el bajo nivel tecnológico que poseían los bretonianos, sorprendiéndote pensar en el cómo había podido llegar a rivalizar con el Imperio en cuanto a potencia militar, más cuando las diferencias sociales eran tan evidentes y abrumadoras

Dejando aquel asunto para eruditos en el tema, contentándote con ser parte, aunque ínfima, de la avanzada cultura de los hijos de Sigmar proseguiste tus pasos hasta dar con una herrería donde un sudoroso artesano repiqueteaba con su martillo sobre un yunque, en el cual una espada de bella factura y aun con el acero al rojo esperaba el siguiente golpe. A espaldas del fornido herrero un enjambre de jóvenes aprendices hacía mil y una labores

Al llegar frente al establecimiento, no demasiado seguro de como encarar la situación, el hombretón se enjugó el sudor en su mandil con una manaza llena de callos y te miró de arriba a abajo antes de proferir una sonora carcajada por debajo de su bigote

-¿Crees que tengo tiempo para hacer caridad? ¡Mírame muchacho! Estamos en mitad del Gran Festival de la Salchicha. Los caballeros, y aquellos que dicen serlo, luchan durante días para demostrar quien de ellos es el mejor en las justas, las luchas a pie y los torneos... no encontrarás una sola herrería en todo Mousillon que se preste a lo que demandas me temo... pero si quieres ayudar puedo pagarte, en estos días siempre hace falta alguien que avive el fuego con el fuello - añadió señalando con el grueso pulgar por encima del horno, en dirección a un monstruoso fuelle que era movido arriba y abajo por dos chicos de como mucho unos quince años - Serían diez chelines al día... por cierto, soy Randolph Guervin

...

Mientras deambulas por la zona escuchas varios cuchilleos de los cuales descartas los que son meras habladurías quedándote con retazos de conversaciones que podrían ser, más o menos importantes, dependiendo del uso que le queráis dar tu y el grupo al tiempo que paséis en Mousillon

- Una noble menor procedente del Imperio, una tal Matilda Haubel, ha reclamado en varias ocasiones la actuación de la guardia para que vayan en busca de su marido, Dieter. El marido, un reconocido mujeriego, es un comerciante de vino imperial que suele viajar desde Mousillon a Reikland para vender sus productos pero, segun Matilda, debería haber vuelto hace tres días y la última notícia suya es que abandonó Yremi hacía media semana.

- La familía Nahering ha llegado a un acuerdo con Bertrand Saucisse de modo que los nobles menores, en vez de tener que buscar alojamiento en las posadas de Mousillon, lo hagan directamente en la finca de los Nahering, obteniendo sustanciosos beneficios por ello.

- En la plaza principal se va a instalar una enorme carpa amarilla de unos 15 metros de radio. Durante el festival, los sirvientes transportarán bandejas de comida humeante a las largas mesas de los comensales. Bardos, acróbatas, y otros juglares pasearán por el lugar, distrayendo a los comensales entre los cortos intervalos de tiempo entre comida y comida. En el rincón sur-este habrá un pequeño grupo de tiendas que sirven de  cocinas. El pozo común de la plaza esta al sur, cerca de las tiendas de cocina

- La familia Taunenbaum ha sido la dueña de la taberna "El Dragon Danzante" desde que los ancestros de Michelle Taunenbaum la construyeron hace 150 años. Los pastores, granjeros y cazadores de la zona se reúnen para charlar, contar historias y pasar la noche bebiendo. Anteriormente la posada estaba deteriorada, y Bertrand Saucisse insistió en que Michelle invirtiera parte de los beneficios en hacerla más atractiva, dado que es la única taberna en la plaza donde se ubica el grueso del festival.Una capa fresca de pintura blanca cubre los muros exteriores, y el mobiliario interior es relativamente nuevo. Bertrand pagó las mesas y sillas nuevas que hay en la barra, pidiéndole a Michelle que guardara sus viejos muebles durante el festival. El resto del año, las mesas decrépitas de Michelle pueden verse aquí como de costumbre

- El molinero Moser y Bertrand llevan años enemistados y ello ha acabado derivando en que los productors del primero no sean adquiridos para el festival en ninguna de las ediciones pasadas... y en esta todo hace indicar que va a pasar lo mismo

- Los alrededores de Mousillon están dominados por un viejo y denso bosque. además de las zonas de cultivo. Pocas criaturas peligrosas lo habitan, siendo lo más notorio la visión de algun oso o lobo... aunque se rumorea que un grupo de bandidos se ha afincado en la zona y aprovecha las semanas del festival para hacerse con un buen botín gracias a los incautos, aunque como nadie ha podido corroborarlo los soldados del conde no le dan mayor credivilidad

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12/02/2014, 18:27

Deambulando por la zona notas lo mismo que en otros lugares, aquí puede que incluso de forma más enfatizada dado que es muy raro encontrar a un enano en Bretonia: la gente se aparta de ti, tanto por miedo como por desconocimiento, en parte por tu aspecto y en parte por tus modales... allí muchos no son nobles ni ricos, pero a todos les gusta mantener las apariencias y en muchos casos sus modales regios rayan con lo absurdo dada su condición

Pese a todo, y no con poca inquietud, uno de los plebeyos a los que te diriges te da las indicaciones precisas para llegar a la posada del Dragon Danzante

Durante el día, este lugar esta ocupado principalmente por sirvientes llevando bebidas desde el bar hacia la carpa. Unos cuantos parroquianos beben, lanzando miradas hacia cualquier forastero que entre en sus dominios. De noche, las mesas  están llenas de jóvenes que mantienen la fiesta hasta altas horas de la madrugada. Después del crepúsculo, Bertrand y Michelle   echan a los parroquianos para dejar sitio a la gente con más dinero. La planta baja consta de la barra, la sala con las mesas, la cocina y las habitaciones de Michelle. La bodega contiene comida, botas de cerveza y las herramientas para destilar. La primera planta consiste en cuatro habitaciones, todas ocupadas actualmente

Nada más entrar en la posada descubres que esta se encuentra a rebosar de gente, entre nobles menores y plebeyos, viendo como el que parece el tabernero (el tal Michelle) va de un lado a otro sirviendo con una alegre sonrisa que se ensancha cada vez que el tintineo de las monedas llega a sus oídos, y en especial a sus bolsillos, pero su cara de júbilo se tuerce de golpe al verte entrar, acercándose a ti a toda prisa mientras se frota nervioso la manos

Buenos dias, maese enano. Me temo que no está permitido entrar con ... eso- dice refiriéndose a la enorme hacha que pende de tu espalda - ... a menos que venga por el tema del trabajo que anunciamos en los tablones de anuncios... -dice mirándote con suspicacia, no sabiendo si ha hablado más de la cuenta o no - ... sea como fuere, desea tomar alguna cosa para pasar el rato?- añade deseoso de poder seguir con su desbordante trabajo

Notas de juego

Como destinatarios ponte solo a ti, que el resto no están

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12/02/2014, 18:59

La discusión dialectal con el chambelán hacen que el señor de Mousillon, y por añadido la Profetisa, muestren cierto interés en tus palabras haciendo callar al engreído intermediario que se interponía entre vosotros y vuestro objetivo antes de que fuera a hablar nuevamente, de manera despectiva si las apariencias no engañaba y a juzgar por su semblante

Es suficiente- dijo con tono autoritario el noble, sin elevar la voz pero haciendo que de forma automática el chambelán diera un paso atrás y se hiciera a un lado - Es cierto que no soy practicante de la magia, elfo de ulthuan, pero mi acompañante sí lo es y ya me ha advertido sobre la amenaza que dices ronda mi tierra, pero estás equivocado. La soberbia de los elfos se hace patente en tus palabras, bienintencionadas pero erróneas después de todo.

No me interesan historias de ciudades allende los mares, ni símiles de lobos y galllines. Aquí, en la tierra de Bretonia, los lobos huyen a nuestro paso, las alimañas se refugían y el Caos se retira a los oscuros bosques, encogiéndose en lo más profundo de estos. No es el Caos lo que me preocupa sinó el nuevo poder que emerge no muy lejos de aquí- diciendo esto miró a la profesita, que parecía abstraída clavando en vosotros dos la mirada y, de modo imperceptible, está cabeceó asintiendo

Guardias, chambelán, retiraos. Dejádnos solos- indicó el mandamás mientras la profetisa retiraba su extraña mirada de vuestra posición, notando entonces y con sorpresa como una sensación de alivio... os había estado evaluando y solo al final os habíais percatado de ello

Lo que mi señor quiere decir es simple. No se arriesgará contra un poder que no conocemos, pero tampoco le rendiremos pleitesía ni le daremos ayuda. Ese ser que ha llegado hoy no es el primero que se divisa en nuestras tierras, o tal vez sea el mismo que viaja por oscuros senderos. Nuestro amado rey, Leoen Lencoeur, nos ha dado orden expresa a todos sus súbditos de no ofender a estos Emisarios Oscuros, como ellos mismos se autodenominan pero tampoco de prestarles ayuda alguna...

Diciendo esto la Profetisa se hizo a un lado y dejó espacio para que vieráis una puerta con filigranas arcanas en su hoja, abriéndose esta lentamente y revelando a un nuevo elemento en este peculiar juego que se os estaba relatando

El hombre, pues era un humano, apenas portaba ropajes sobre su musculado cuerpo más allá de un taparrabos de piel. Su larga melena y sus pies descalzos, así cómo el báculo que blandía, mitad alabarda mitad objeto arcano, y las runas que decoraban su cuerpo delataban con suma transparencia que no era de aquellas tierras. Su mirada azul intenso, límpida y carente de toda mácula, os perforó con una claridad que pocas veces habíais sentido antes. El poder que irradiaba era tremendo, aunque no tan poderoso como el del Emisario Oscuro, habiendo en él una paridad mística entre la brutalidad del combate y la paz interior de lo arcano

... y no se les debería facilitar jamás ningún tipo de ayuda, pues su cometido es impío y maligno- dijo a modo de presentación siguiendo las palabras de la Profetisa - Mi nombre es Jahel, y soy un Arúspice de la lejana Albión. Ese ser, antaño un miembro de mi orden, se ha corrompido por el uso de las artes oscuras y ahora pretende ganar adeptos para su resurgido y malvado señor. Sus promesas solo esconden terror y dolor, y es imperioso que todos los reinos de la luz se unan para plantar cara a quienes pretendan ayudar a los Emisarios Oscuros... y evitar que el Señor Oscuro vuelva a ver la luz una vez más

Aquello os dejó petrificados en el sitio. Ya habíais oído antes a un ser hacerse llamar así, del mismo modo que escuchasteis de sus labios demoníacos la promesa de regresar... Be'lakor, el Señor Oscuro de Mordheim ¿había regresado?

Mi intención no es otra que reclutar a cuántos estén dispuestos a apoyar mi causa y desbaratar las intenciones de ese Señor Oscuro. Mi promesa de oro y objetos mágicos es firme, pero preferiría a aliados verdaderos que no se dejen sobornar por los seres a quienes se supone deben combatir... por eso vuelvo a hacer mi ruego, señor de Mousillon. Interceded por mi y mi causa ante vuestro rey, he hecho la misma súplica todos los señores nobles de Bretonia y aun no hemos recibido notícia alguna de sus intenciones... ¡el tiempo se agota!

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15/02/2014, 09:19
Samuel Colt

Mi excursion me llevo hasta una herreria... el hombre no hacia mas que quejarse y decir que estaba hasta arriba de trabajo... para despues ofrecerme a dar fuelle acompañando a unos chicos que no tendrian ni quince primaveras. Tenia mi orgullo y aun asi, si eso me hubiera permitido comprar municion me lo hubiera tragado pero viendo el lugar, la manera de trabajar me di cuenta de que no encontraria municion en este pais. Bretonia estaba muy bien para los bardos, lo demas dejaba mucho que desear.

Sin embargo mis andanzas me dieron tiempo a escuchar los rumores y chismorreos de la calle. Habia unos cuantos y de muy diversa indole asi que mentalmente fui anotando los que me parecian mas interesantes para cuando me reuniese con el resto de mis compañeros. Tras varias horas deambulando decidi volver a la taberna y reunir al grupo que estuviese alli queria comentarles las noticias que tenia.

- A ver, he estado recorriendo las calles de esta pocilga que se atreven a llamar ciudad y he oido rumores y chismorreos de toda indole. Os contare los mas frecuentes o mas raros. La mayoria tratan sobre tonterias relativas a la festividad y quien tiene mas favores que otro pero hay dos que me han llamado la atencion y que tal vez podrian sernos utiles a la hora de conseguir algo de dinero para continuar nuestro viaje. - Doy un largo trago a un vaso de agua. - Un noble del Imperio ha estado desaparecido durante al menos tres dias, se sabe que es un mujerigo pero incluso su mujer empieza a estar preocupada y parece ser que la guardia no hace nada, estaba de viaje desde Yremi y lleva media semana de retraso.. Unido a eso, se rumorea que un grupo de bandidos estan acamapados en un bosque de los alrededores pero por algun motivo la guardia no tiene interes en ellos.

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16/02/2014, 12:02
Calîm Nuruhuinë

Sus palabras habían ido más cargadas de lo habitual y aunque Zeque había rebajado en frío esa carga, estaba claro que el chambelán del castillo de Mousillon no iba a permanecer callado ante lo que debía de considerar una ofensa. Había sido un error entrar en el mismo juego de orgullo y pomposidad que los nobles. Hacía tiempo que las normas de la cortesía y protocolo no eran más que un estorbo, ya no se sentía cómoda con ellas, ya no sabía cuando debía apretar y cuando debía aflojar. Por fortuna el chambelán no llegó a intervenir gracias a las palabras de su señor. De una u otra manera habían captado la atención del noble. Arrojó una mirada cómplice a su compañero, de triunfo.
A solas con el señor del castillo y la profetisa aún quedaba por llegar un tercer interlocutor. Se sorprendió, pues en un primer vistazo parecía un salvaje, un bárbaro. Pero Calîm ya era demasiado mayor para caer en el engaño de las primeras impresiones. El desconocido albergaba un gran poder y era practicante de la magia.
— ¿Cuando miras a ese hombre no notas un cosquilleo tras la nunca, no sientes nada Zeque? Es practicante, como nosotros. Intenta percibirlo, pues es básico para un hechicero detectar a sus colegas...—dijo entre susurros al halfing.
El hombre se presentó como Jahel, aurúspice de Albión. ¿Podían tener tanta suerte? ¿Un aliado tan cerca de su destino? Debían ser cautos, pues los juegos de máscaras eran comunes en la corte y uno nunca sabía si lo que oía era verdad o lo que quería escuchar. ¿Podían confiar en Jahel? Imaginó que la sacerdotisa de Mousillon no se dejaría engañar tan fácilmente y aún así no habían llegado tan lejos siendo imprudentes.
¿Podía llevarles hasta Albión? Había hecho una petición al señor de Mousillon para que los nobles de Bretonnia le ayudasen pero ya imaginaba cual iba a ser la respuesta.
—Señores, señora—dijo realizando una reverencia, menos protocolaria pero más sincera—. Mis compañeros y yo mismo hemos venido desde muy lejos con la intención de purgar la tierra de Albión. Pues no solo una fuerza oscura se encuentra allí, sino que también alberga un portal. Una puerta mágica entre dos mundos que las huestes del caos no dudarán en atravesar para invadir nuestro mundo. El portal debe ser cerrado y el Señor Oscuro expulsado nuevamente. Sabemos como cerrar el portal —pero no mencionó la espada—.La compañía a la que pertenezco pelea por la causa, pero tomaremos vuestro oro igualmente pues poco dinero queda ya en nuestros gastados bolsillos y debemos reponer nuestro equipo y llenar nuestros estómagos. Podemos esperar a los nobles de Bretonnia si lo deseáis, pero mi grupo estaría encantado de partir hoy mismo — aunque tendría que hablar primero con ellos —. No piensen que somos unos oportunistas, no verá hombres más decididos y entregados que mis compañeros y yo mismo.

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16/02/2014, 20:14
Rakduim Piel de Dragon

Me di un largo paseo buscando aquella taberna que me habia llamado la atencion, y aunque las gentes me miraban con descondianza y miedo, pense para mi mismo mucho mejor asi. Yo solo queria dar un paseo y encontrar algo de informacion quizas, lo que estaba claro es que no queria hablar con ningun petulante o pesado noble, o sirviente con mas cosas que hacer para sus amos que hablar sobre una digna muerte, a quien demonios le importaba.

Un sinfin de pensamientos negativos me embriagaban por falta de alcohol posiblemente, o por falta de victimas a las que explicar algunas cosas, no podia quitarme de la cabeza aquellos pieles verdes, apenas habia suficientes para todos pero claro la mayoria de enanos no sabian trabajar en una formacion cerrada de escudos para poder defenderse, y mucho no aguantarian con el escudo arriba ni una hora. Jovenzuelos de medio pelo, pense apenado por el destino incierto de los de mi raza.

Sea como sea, consegui llegar gracias a unas indicaciones poco precisas a la taberna que buscaba alli un senor me atendio muy nervioso, e hizo ademas de que soltara mi arma lo mire a la cara a ver si iba en serio y al ver que asi parecia, pense en un primero en escupirle a la cara y tirarlo al suelo, o tirarlo al suelo y luego escupirle a la cara, la verdad que dude. Aun asi echando un vistazo a toda la sala, pense que unas palabras y algo de oro podian ablandarle la sesera. -Para que yo soltara esta arma, tendria que estar blanco y muerto, posiblemente sin un atisbo de vida en todo mi ser que no me diera el coraje y la necesidad de evitarlo, ademas si piensas que el arma es lo mas peligroso creo que vas por mal camino- dije muy serio -si la palabra de un enano, y enconcreto de la mia te valen de algo te dire que no pienso hacer ningun destrozo, ni alboroto aqui, solo quiero gastar algunas monedas y seguir mi camino- dije sacando el oro a relucir para que viera que llevaba dinero encima, y pensaba gastarlo -venga ponme una jarra grande de tu licor mas fuerte, tengo la garganta seca y luego ya veremos- dije mientras esbozaba algo parecido a una sonrisa amplia, que si hubiera visto un cristal o espejo lo hubiera roto en mil pedazos, y seguramente me hubiera dado miedo hasta a mi mismo.

Notas de juego

Sobre entiendo que en el ultimo lugar donde comi las salchichas y la cerveza, me "cambiaron" la moneda grande de oro, o decimos que la pude cambiar antes? Es para tenerlo claro en la interpretacion sobre todo.

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21/02/2014, 18:55

Las palabras del elfo no dejaron a nadie indiferente, pero en especial al Arúspice, quien se giró de golpe hacia el mago con la vista clavada en él como si acabara de escuchar que el fin del mundo sería hoy mismo

¿¡Cómo!?¿Cómo sabes eso? Solo los miembros de mi orden y los traidores Emisarios Oscuros conocen de la existencia de ese nuevo portal - dice con la voz cargada de sorpresa - ¿Y dices que sabeis cerrar el portal? -añade dando un paso hacia vosotros, haciendo notar su intimidatoria presencia física, que si bien no se podía comparar con Sargul si era notable, en especial para ser un hechicero - Todo esto no estaba contemplado, podría significar un cambio en los acontecimientos... podría incluso indicar que nuestras predicciones eran erróneas. Nadie debería saber nada sobre todo esto salvo nosotros...- prosigue apretando con fuerza el báculo-alabarda

Debeis explicarme todo esto, pero no aquí ni ahora. Señor de Mousillon - dice súbitamente girándose hacia los bretonianos - Mi empresa adquiere ahora mayor urgencia; si está conocimiento de foráneos lo que únicamente los druidas de Albión deberíamos saber la notícia podría haber llegado a muchos otros oídos. Necesito de vuestra ayuda

El señor de Mousillon, que había contemplado la escena sin decir una palabra, se levanta mesándose la canosa perilla, sopesando lo acontecido

Es cierto que todo esto de lo que hablais parece en verdad serio, pero no puedo contradecir una orden de mi rey... aunque si puedo intentar interpelar por vuestra misión ante él. Enviaré un mensajero a pegaso para ponerle al corriente de todo lo sucedido, pero no conteis con su favor antes de al menos una semana. El viaje es largo y mi rey sopesa estos asuntos tan delicados con detenimiento. No os privaré de apoyos pero por el momento no os puedo ofrecer mi ayuda abiertamente. Ahora retiraos, necesito meditar este asunto con sosiego antes de redactar mi misiva al rey

...

Saliendo de la sala, seguidos de cerca por Jahel quien nada más salir se plantó ante vosotros, haciendo que ahora si comprobarais como si bien no era tan fornido como el fallecido norteño si que parecía tener un cuerpo esculpido en roca.

No puedo proporcionar un barco para la causa, ni apremiar ya más al señor de estas tierras. Por fortuna soy su invitado mientras me encuentre en sus tierras si así lo deseo pero creo que contar con el dinero para contratar un barco y emprender el viaje antes de que el rey de su beneplácito puede ser crucial... otros como yo, y como el Emisario Oscuro que habeis visto, recorren el mundo buscando apoyos. Solo es cuestión de tiempo que alguien se percate de que el velo de brumas mágicas que protegen Albion se está desvaneciendo y organice una expedición con la intención de saquear la isla... y eso solo conllevará más seguidores para ambos bandos... podría iniciarse una gran guerra por la isla y ello impediría que lográramos una victoria rápida, dando tiempo al Señor Oscuro a completar la abertura del Portal... necesito vuestra ayuda si es verdad todo lo que habéis dicho

Diciendo aquello Jahel colocó en la mano de Calîm una hermosísima piedra brillante aunque no muy grande.

Es todo cuanto tengo. Con esto y lo que logreis reunir creo que podremos fletar un barco, aunque no sea un buque de guerra, y llegar a la isla antes de que sea tarde... buena suerte, os esperaré aquí en el castillo

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22/02/2014, 17:06
Calîm Nuruhuinë

El Arúspice reaccionó de forma exagerada a sus palabras. Ciertamente el asunto a tratar era serio, mas ¿A que se debía aquel sobresalto? No deberían conocer la información sobre el portal. ¿Por qué? ¿Acaso era un conocimiento vetado, únicamente para videntes? Desde el primer momento en el que había puesto sus ojos en la espada de Torvuc, Calîm supo que no era un arma mágica más. El destino del arma, de la llave, y el del capitán, se habían entretejido alrededor de todos sus compañeros y de él mismo de forma tan densa que ya no podía imaginar su vida sin la misión que conllevaba la espada. Y sin sus compañeros. Amanecía, veía el feo rostro del matador, el semblante sombrío del cazador, el ingeniero, repasando sus inventos, la sonrisa del halfing y el ceño fruncido del capitán. Y recordaba aquellos que ya no estaban con él. Aquella certeza se había convertido en el pan de cada día y sin embargo parecía que aquel entendimiento estaba prohibido.
—Hemos obtenidos nuestros conocimientos gracias a una prolongada investigación —respondió, en calma, no dejándose intimidar por el nervio del vidente—. No ha sido fácil, os lo aseguro. ¿Acaso no estamos en vuestras predicciones? Interesante…mas no es concluyente. Se puede estudiar un dato, se puede estudiar un hecho. El futuro, como bien sabéis, es una quimera cambiante, voluble, mutable. El destino no está escrito, maese Jahel.
Tras la revelación el hechicero acudió de nuevo al señor de Mousillon que finalmente se dignó a hablar con ellos, dejando patente que si bien su preocupación era acuciante el protocolo importaba mucho más. ¿En que momento el ardiente corazón de aquel humano se había encorsetado entre protocolos, servidumbres y leyes? Entendía la necesidad de un orden, de un código a seguir, pero no en una situación como aquella.
—Gracias por vuestro interés y por la audiencia, señor —terminaría diciendo el elfo a modo de despedida, cuando todo había quedado dicho ya.
A pesar de que las palabras del señor del castillo se insinuaban generosas y partidarias de emprender una acción lo cierto era que los ánimos del gobernante estaban atados a los de su rey. Era digno de admirar aquel que se ceñía a sus normas, a sus leyes, y que era fiel a su código. Eso era el honor. Al menos aquel del que hablaban los libros de caballería. El verdadero honor era romper tus propios esquemas cuando el fin último lo requería. Allí no encontrarían ese tipo de ayuda.
Encontraron otra. Jahel se ofreció a ayudarles. Con la joya que entregaban cerraban el trato. El elfo se la entregó al halfing, pidiéndole que no la gastase, pues había otros fines para el pequeño tesoro.
—Haremos lo que podamos, el tiempo apremia. Volveremos a vernos muy pronto maese Jahel. Muy pronto.
Tras indicarle en que posada de la ciudad podía encontrarlos, el elfo le estrechó la mano junto con Zeque regresaron a las bulliciosas calles de Mousillon.

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22/02/2014, 17:44
Calîm Nuruhuinë

Tras el informe de Samuel, el elfo esperó por si alguno más de sus compañeros tenía algo que añadir. Al ver que el silencio era penetrante informó a sus compañeros de lo que Zeque y él habían averiguado.
—Zeque y yo caminamos cerca del castillo de Mousillon. Allí descubrimos como los guardias expulsaban de sus puertas a un emisario oscuro; un siervo del caos que trata de ganar adeptos a pesar de que la guerra ha finalizado. Como es lógico tal suceso llamó nuestra atención. Fuimos lo bastante hábiles para ganar una audiencia con el señor del castillo, ante quien nos personamos…pero de él no obtendremos ayuda. Al menos no de forma inmediata. Prometió enviar un mensajero al rey humano para informarle sobre lo que estaba ocurriendo en la isla. Quizás dentro de una semana, dos, o un mes se den cuenta de lo apremiante que es nuestra misión —suspiró, resignado, mostrando una ligera exasperación sobre ese punto —. No obstante nuestro viaje no ha sido en balde. En la corte del rey conocimos a un hombre llamado Jahel, Arúspice de la misma Albión. Él sabía lo del portal antes de mencionarlo. Ha prometido ayudarnos más sus medios están agotados. No ha entregado una valiosa gema para buscar un barco que fletar, aún así me consta que con eso no es suficiente porque sino él mismo hubiera partido ya hacía Albión. Así que nos enfrentamos al más terrenal de los problemas; la falta de dinero.
Sopesó las opciones, analizó las variantes y filtró por su memoria todos aquellos datos que habían ido recopilando por la ciudad. Sin duda la información de Samuel era la más valiosa. Aquellos dos misterios podían ser provechosos para un grupo mercenario pero podrían llevarles más tiempo de lo necesario resolverlos, y llegar a Albión era acuciante. Aún así…¿Qué opciones tenían?
—Quizás podríamos dividirnos nuevamente para intentar conseguir el dinero que nos hace falta. Unos podrían ir al puerto, puede que algunos marineros simpaticen con nosotros y con una causa justa y nos hagan un precio mejor. Quizás —alegró, nada convencido. La gallardía y nobleza de los bretonianos había resultado, hasta ahora, una decepción constante —. Otros podrían buscar al noble desaparecido. Marcus, a ti se te da bien seguir rastros, cazar monstruos. ¿Podrías seguir el rastro del mujeriego? Temo que lo encontremos en un lupanar mas si su esposa ofrece una recompensa, aunque me sepa mal, es un trabajo que podríamos hacer. Y un tercer grupo podría desentumecer los músculos enfrentándose a esos bandidos…quizás los guardias no quieran atacarles porque son fieros guerreros. De ser así debemos informarnos antes para saber a que nos enfrentamos. Y nuevamente, para ver si hay recompensa alguna. De no haber dinero de por medio…me sabe mal decirlo, pero deberíamos buscar otras gestas más agradecidas. Suena despegado e inhumano, lo sé, pero el tiempo apremia y no podemos solucionar estas contiendas triviales cuando al otro lado del mar nos espera una gesta de proporciones épicas. Aquí no podemos ser héroes, solo mercenarios.
Pero al contrario que muchas personas, no pronunció la última palabra con desprecio, ni siquiera con tristeza. Tenía gratos recuerdos de su época de condotiero. Entonces las cosas eran más sencillas.
— ¿Y el concurso de salchichas? ¿Sabéis si dan un premio en metálico?

Notas de juego

Lo suyo sería indagar un poco más antes sobre los "trabajos" y el concurso para ver si sale rentable o no cumplir con ellos.

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24/02/2014, 17:13

ANEXO

Mientras aguardas a que te traigan una espumosa pinta de cerveza entra en la posada un tipo que se vanagloria de su estatus quo, mostrando su pomposidad pese a no aparentar ser un noble, viendo a su lado a un viejo caballero ya entrado en años que hace las veces de escolta; el caminar de este último es chirriante e inseguro. Su una vez poderosa constitución se ha reducido a una cáscara de lo que era, principalmente debido a años de fuertes bebidas que su amoratada nariz delatan con suma claridad. Es delgado y escuálido, su cara esta cubierta de lunares, y su pelo es blanco como la nieve. El tipo al que parece escoltar se refiere a él como Hugo

Mientras observas a la peculiar pareja ves como el pomposo ególatra que intenta aparentar lo que no es suelta un comentario grosero a Michelle, diciendo que han habido quejas por el lento servicio y acusa al posadero de neglicencia sobre sus deberes. Su conducta es causa de su personalidad, y en parte también a la intención de impresionar a los recién llegados y hacer ver que él es el hombre más importante de Mousillon después del señor, y no alguien con quien se pueda bromear. Michelle se escabulle, y Bertrand, que así parece llamarse, dirige su atención hacia tu posición enarcando una ceja curiosa

Vaya. Un matador en Mousillon. Hacía años que no veíamos a ninguno ¿verdad Hugo? Espero que no tengas intención de participar en las justas... hace falta saber montar para ello- te dice sin saber exactamente si se mofa de ti o solo te evita un bochornoso malentendido para ganarse tu atención - ... aunque si que hay algo que podrías hacer si tienes ganas de blandir esa monstruosidad que llevas contigo- dice mirando descaradamente tu hacha - Necesito a alguien competente para una tarea de la cual los caballeros de la zona no tienen tiempo, ni ganas, de ocuparse y que me crea un grave contratiempo que se traduce en pérdidas económicas cuantiosas- añade justo antes de que uno de los mozos de la taberna se le acerque a preguntar si pueden servir ya la cerveza negra o se esperan a acabar primero los barriles de rubia. Poco después otros tres empleados más de la taberna se acercan a pedir permiso o consejo sobre como proceder con la comida, los enseres o la decoración del festival

Dichosos ineptos, no saben hacer nada bien y lo tengo que supervisar todo... sea como sea, y pese a dar la impresión de ser peligroso, el encargo que tengo para cumplir necesitará de más manos. Si logras encontrar a alguien más interesado en ganar dinero de forma relativamente sencilla vuelve a verme. Durante el festival me alojo en la planta superior del Dragon Danzante, pero no tardes o no será necesaria tu actuación- prosigue llevando en todo momento la conversación por donde él quiere sin dar tiempo a replicas o preguntas, levantándose acto seguido para empezar a organizar algún asunto relacionado con un cerdo asado, un espetón demasiado pequeño y una bebida aromatizada que no ve por ningún lado*

Notas de juego

*Te lo habría colgado antes pero estaba convencido que tu enano había vuelto a la posada a beber cerveza ... fallo mio. Te reúno con el resto por el momento para que pongáis puntos en común y ver qué decidís hacer con toda la información que tenéis, si os dividís finalmente o si vais todos juntos de la mano cantando y saltando al más puro estilo la casa de la pradera. El tipo, Bertrand, no te va a hacer más caso hasta que cumplas sus requisitos (reunir a más gente que quieran trabajar para él bajo sus condiciones) así que por el momento te "cierro" esa puerta a la espera de tus reacciones (y las del grupo si acaso lo crees conveniente comentarlo) 

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24/02/2014, 17:38

Las revelaciones de unos y otros os abren un abanico de opciones que Calîm no tarda en acotar en favor de una rápida adquisición de bienes en forma de oro. El tiempo apremia, Albión parece a punto de ser el punto focal de no pocas atenciones y un nuevo ente del Caos parece osquestrarlo todo para lograr sus oscuros fines. 

Solo contáis con la ayuda, de momento escasa, del Arúspice Jahel que se aloja en el castillo del señor de Mousillon como su invitado y de la posible futura ayuda del propio señor de estas tierras. Unos pocos rumores son la única pista, como migajas de pan tiradas en el suelo, que tenéis para ir tras un posible ingreso adicional de oro; no es mucho pero, por el momento, no hay nada mejor

-¿Ahora voy a tener que volver a rebajarme a pedir las limosnas de un pomposo bretoniano, demasiado seguro de sus posibilidades contra el Caos, solo porque la gente del Imperio sangra para evitar que el mal llegue a sus tierras aquí en el sur? Si por mi fuera robaría un barco de estos presuntuosos y me haría a la mar antes de que se dieran cuenta de nada...- gruñó Torvuk, algo ebrio, mientras exponíais la situación. Su aspecto era realmente deprimente y pese a tener todavía aquella mirada peligrosa más parecía un borracho pendenciero que el antaño capitán mercenario. Sobre su regazo descansaba, para vuestra sorpresa, la elaborada pistola de duelo que siempre llevaba al cinto con claras muestras de haber sido usada recientemente. Al fijaros con detenimiento en él visteis con sorpresa como tenía el labio inferior inflamado y con restos de sangre, que curaba con largos sorbos de cerveza barata

- Seguir el rastro del mujeriego no será fácil. Sargul era un buen sabueso en ese campo, o Alantha. A mí se me da mejor seguir el olor de la magia oscura, las mentiras de los herejes o las maquinaciones de los traidores al Imperio que huellas impresas en la arena... pero veré que puedo hacer, aunque podría llevarme una semana encontrar una pista fiable que poder seguir para encontrar algo útil si ese tipo hace honor a esa ... fama que le precede ¿Ir de pueblo en pueblo preguntando a fulanas y solteronas necesitadas? Que gran labor para mi, espero que no se me recuerde por ello- al parecer el humor del cazador de brujas tampoco era de los mejores, y el agujero que presentaba su sombrero, así como el moratón de su mentón mal disimulado, parecía no contribuir a ello 

En ese momento, entre tenso y amargo, el halfling hizo nuevamente lo que mejor se le daba: sorprender al personal aportando una información que siquiera Calîm sabía como había obtenido

-El festival no consta de concurso de salchichas, aunque si de justas... pero la entrada son 30CO para los participantes, de ahí que solo lo hagan los caballeros acaudalados, aunque el premio es una cuarta parte de los recaudado. La entrada para los no participantes es de 1 moneda de plata ¡pero incluye tanta comida y bebida como se pueda ingerir, y sobretodo hay salchichas!¡Dicen que hay más de diez clases diferentes!

Notas de juego

Hay varias cosas que hacer, así que al hacer el turno dejad claro para donde vais. Aparte de eso empezaré el computo de días que permanecéis en Mousillon, tanto para eventos que están por pasar como para otros que pueden pasar si estáis más o menos tiempo en el lugar, así que desde ahora en adelante cada día nuevo constará en el turno

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25/02/2014, 10:15
Calîm Nuruhuinë

El alcohol hablaba en el nombre del capitán Torvuc. Mas niños y borrachos siempre decían la verdad. El Imperio era la barrera de carne y muertos que frenaba al caos mientras los bretonianos preparaban fiestas, justas, celebraciones. Más les valdría pertrechar sus caballos y cabalgar hacía la oscura línea del caos que perder el tiempo peleando entre ellos en ridículas competiciones de fuerza y espada. Humanos, a veces podían ser tan irritantes como el más malumorado de los enanos.
Marcus se ofreció a buscar al mujeriego aunque su tipo de caza era otra. Mientras que Zeque dejó caer cierta información sobre el torneo de justas. Los bretonianos tenían el oro suficiente para fletar la tan necesaria expedición pero en lugar de invertirlo en la gesta lo harían en una contienda de fuerza bruta y adrenalina, testosterona pura enfundada en un traje de metal. Y el vencedor, el más hábil o el más bruto, se agenciaría el tan necesario oro...seguramente para dejarlo en su sala del tesoro cogiendo polvo.
¿Cómo no escuchar lo que Torvuc había sugerido? La necesidad era imperante. La misión no podía esperar. Cada segundo de retraso podía ser una vida inocente más que el caos había tomado, un alma más que se corrompía... ¿Por qué debían ceñirse el cinturón del dinero, el decoro y el protocolo cuando evidentemente eran un lastre para el bien común? Los señores de Bretonia estaban cegados. Cegados y atados. Pero ellos no.
-Pues robemos un barco, capitán. La causa lo merece. Y si los bretonianos no están dispuestos a colaborar...que se atengan a las consecuencias. No podemos decir que el señor Oscuro del caos resurgió y corrompió el mundo porque nosotros nos quedamos de brazos cruzados, esperando al transporte. -Absurdo, era totalmente absurdo. Pero la vida tenía estas cosillas-. El problema es la tripulación. En tan poco tiempo no lograremos granjearnos la lealtad de tantos marineros, así que habrá que comprarlos...y engañarlos para que no descubran que tripulan un barco robado. Necesitamos oro en cualquiera caso -el mismo callejón de antes-. Quizás exista una manera de conseguir oro de una forma rápida y limpia. ¿Treinta monedas de oro por participante, Zeque? Pues...o uno de nosotros se inscribe y gana la justa, o robamos el premio...*

Notas de juego

*Depende de la cuantía habrá que ver si luego hace falta robar un barco o no.

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26/02/2014, 20:28
Rakduim Piel de Dragon

Volvi con el grupo de companeros, un rato despues con el regustillo a alcohol fuerte en la garganta, no era cerveza la cual casi ni recordaba, pero el alcohol destilado me daba una sensacion calentita en la barriga que tampoco estaba tan mal, para ser manufactura humana claro.

El elfo se estaba poniendo de los nervios, tirandose de los pelos, y yo lo miraba de arriba a bajo la verdad que tanta magia y alfinal no valia para nada, tenia los mismos problemas que todos los humanos algunos mas seguramente, ser elfo y no asquearse de tanta tonteria era una cualidad para admirar.

-Estuve en una taberna hace, poco y un noble intento contratarme no le hice el menor caso pero me dijo que se alojaba en en la planta superior del dragon danzante, el tipo se llama Berti, o Bernitrand no lo recuerdo pero si lo viera sabria que es el, su estupidez deja un tufo de varias manzanas a la redonda- dije sin inmutarme -no se que clase de trabajo precisaba, pero pidio a varios hombres asi que quizas podamos cobrar una buena suma- levantando un dedo a modo de que no habia acabado -pero claro, robar un barco seria una manera mucho mas rapida de seguir a lo nuestro o quizas amenazar a un capitan con un barco aunque claro eso significaria muchas noches sin dormir, lo que sea mas rapido ... y porcierto de cuanto oro estamos hablando?-  digo rascandome la barba, porque eramos un buen monton y no era un viaje rapido precisamente.