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Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche

El Fin de los Tiempos

Capítulo 3: La sombra sobre Albión

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16/11/2013, 11:15
Samuel Colt

La situacion era practicamente inverosimil y yo solo podia hacer que mirar sin tener claro cual era la deicsion correcta. La mira de ABsolucion se posaba sobre BEtsa pero... matar por matar no estaba en mi naturaleza asi que me gire y le chille a Calim su respuesta aunque algo criptica hizo que se me encendieran un par de bombillas... la joya no debia moverse del sitio. Cuando un grito sacude el lugar y cuando vuelvo a mirar hacia Betsa veo a Zeque corriendo como si uno de los Dioses del Caos estuviera alli mismo... Betsa ahora rodeada por magia se alza triunfal, El matador lanza un lamento profundo mientras golpea al golem que ha matado a Sargul... mi mirada se queda prendida del enorme cuerpo del noteño mientras este cae hacia el suelo con una herida que no puede ser menos que mortal de necesidad.

Con alguna lagrima en los ojos levanto a mi querida Absolucion y apunto hacia Betsa... me da igual quien se crea... ahora va a morir, ni todos los hechizos del mundo la salvaran de mi... ella se regodea en su poder mientras mi dedo se acerca al gatillo y de pronto una espada atraviesa su pecho mientras la figura de Marcus aparece por detras. Dejando el dedo fuera del gatillo sonrio con fuerza... el cazador nunca falla.... pero con la joya fuera de su sitio la montaña entra en erupcion... me giro para ver a Zeque con la joya, tal vez devolverla a su sitio ayudaria aunque ahora no tenemos tiempo para eso.

- Vamos Zeque, larguemonos de aqui. - Me acerco corriendo a Calim para ver si necesita ayuda y me giro hacia Marcus. - Vamos... como nos quedemos aqui, nos vamos a freir mas que las nueces de la calle de Siegfried en Altdorf. - Haciendo claros aspavientos para que se ponga en marcha. Mi mirada vuelve a nuestro camarada caido y no puedo mas que recordar al rompehierros... a diferencia de este, el cuerpo sin vida de Sargul descansara en lo profundo del volcan... le hago un leve saludo de despedida mientras su cuerpo es engullido por la lava... otro mas... y sin poder evitarlo las lagrimas caen por mis mejillas...

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18/11/2013, 17:13

E traqueteo de las armas y las armaduras golpeando contra el cuerpo mientras corrían apenas sirvió para amortiguar el terrible sonido de tierra desgarrada que crecía en un brutal crescendo sobre vuestras cabezas. Aquí y allá rocas del tamaño de carretas caían en un estruendo de piedra machada que no auguraba más que una muerte rápida y atroz si acaso alguna se precipitaba sobre vosotros, más no era aquello lo más preocupante.

Cuando entrasteis en el antiguo palacio, escuchasteis aullidos de orcos y goblins que procedían de todas partes. Los pieles verdes os habían seguido y ahora estabais atrapados. Un terrible resplandor anaranjado que empezó a rodearos por todas partes indicaba que la ciudad entera iba a ser sepultada por la lava.

Un gritó sonó más adelante lo que os indicó que el grupo de enanos que iban en cabeza ya habían sido detectados. Los corredores hervían de orcos y goblins. Detrás vuestro la lava ascendía, burbujeando y devorándolo todo a su paso. La temperatura había aumentado y ante la alternativa de ser hervidos vivos o enfrentaros con los pieles verdes los enanos apenas si se plantearon la decisión, mucho menos Rakduim. Haciendo caso omiso de que os superaban en número por cien a uno, cargasteis directamente contra los atónitos goblins, que no esperaban una reacción así

Las hachas y los martillos de los enanos barrían el aire matando todo lo que se interponía en su camino. Atravesaban limpiamente lanzas, escudos y cuerpos, dejando despojos verdes tras de sí pero la verdadera matanza la estaba llevando a cabo el propio matador, quien por cada goblin que sus congéneres mataban el destrozaba a dos o tres con amplios barridos de su descomunal arma, tal vez fruto de la frustración de no haber hallado su muerte a manos del golem de lava o, simplemente, motivado por el odio ancestral hacia los escuálidos pieles verdes.

Sea como fuere el resto de vosotros apenas si tuvo que deshacerse de unos pocos goblins gracias a la pericia de los enanos, hecho que agradecisteis en gran manera dado que salvo Marcus ninguno de vosotros era un auténtico luchador, hecho que se reflejó en que vuestros golpes más que matar se limitaban a herir o apartar a los pieles verdes

Dos minutos después del primer choque con los goblins os abristeis camino al interior de otra enorme cámara. La tierra temblaba en torno vuestro y las columnas empezaron a desplomarse aplastando rocas y pieles verdes por igual sin que el número de estos últimos pareciera disminuir en lo más mínimo. Por cada uno que moría bajo las armas de los enanos o aplastado por los derrumbes parecían emerger otra docena para ocupar el puesto de los caídos. Detrás vuestro la luz anaranjada y el creciente calor indicaba el avance de la lava desde el foso de magma.

Los sonidos de la carnicería habían atraído más y más pieles verdes; confundidos y dispersos al comenzar la erupción, parecían sentirse atraídos hacia la lucha. En el centro de la cámara había un plinto sobre el que en otros tiempos se había erguido una estatua. Samuel miró a la horda de pieles verdes, con la espada manchada de sangre verde en una mano y la pistola humeando en la otra, y se dio cuenta que había llegado el fin, de una forma u otra.

Se abrían paso luchando a través de la horda, apoyados de tanto en tanto por pequeños conjuros de Calîm que parecía agotado tras el hechizo de hielo lanzado contra el golem, cubierto en todo momento por un hiperactivo Marcus que brillaba como un faro. Junto a él Zeque aprovechaba su tamaño y su martillo rúnico para contribuir a la lucha en su justa medida, más siquiera aquello parecía decantar la balanza. Absolución hacía rato se había encasquillado tras incontables ráfagas, así como descargadas ambas pistolas del ingeniero. 

Tajando y matando avanzabais lentamente, sufriendo cortes y golpes por doquier, sin conseguir abrir una brecha por la que dejar atrás la lava que seguía vuestros pasos con ahínco. Os rodeaba una apretada masa de cuerpos verdes; ya nadie se molestaba con sutiles juegos de espada, sino que os limitabais a golpear sin dejar de moveros. En aquellas circumstancias, el ataque era la mejor y única forma de defensa, logrando lentamente avanzar a través de la multitud.

Algunos de los enanos había caído por el camino, arponeados por las lanzas y cuchillos goblins, impedidos para seguir corriendo o simplemente arrastrados al suelo por varios pares de manos verdosas antes de ser acuchillados vilmente; otros tantos renqueaban rezagándose lentamente aunque sin dejar de luchar un solo segundo, tal era la tozudez enana, viendo como algunos incluso seguían moviendo sus armas cuando varias lanzas o cuchillos se habían clavado en el pecho o la espalda, no cejando en su empeño de matar enemigos hasta que la propia parca reclamaba su alma

Estabais completamente rodeados por sonrientes rostros farfullantes cuya saliva chorreaba de sus labios y brillaba en sus puntiagudos dientes amarillos. Los ojos grandes como platos de los goblins se alzaban hacia vosotros, brillantes como linternas al reflejar la luz de la lava. Figuras pequeñas intentaban pincharos con sus lanzas, algunas de las cuales parabais con vuestra armas. Otra eran desviadas por vuestras armaduras. Algunas os arañaban la piel, donde os dejaban verdugones sanguinolientos. Sabíais que era solo cuestión de tiempo antes de que uno de ellos os hiriera en un punto vital. A pesar de todo, continuasteis luchando

Ante el grupo, en una posición destacada por delante del resto de enanos, Rakduim tajaba y hendía como un poseso. Le manaba sangre de una docena de cortes, pero nada lo enlentecía. El terror que inspiraba en los pieles verdes, que ya habían aprendido a temerlo después de verlo en acción, obraba en su favor. A veces, los enemigos quedaban petrificados en un instante crucial antes de que el hacha llegara hasta ellos. En otras ocasiones, daban media vuelta para huir y se lanzaban hacia la masa de sus compañeros, enredándose con otros a los que convertían en presa fácil para el matador y los enanos que venían detrás formando una cuña, dentro de la cual os encontrabais el resto.

Rakduim avanzaba entre los goblins como un león entre perrillos, destrozando cráneos, machacando extremidades y partiendo cuerpos a cada golpe, despejando un camino que el resto seguíais con cierta libertad, preocupandoos únicamente de despachar con casi la misma soltura a los goblins que se libraban de la atención del matador y os atacaban por el flanco. Cada vez que el hacha rúnica del crestado enano volaba ante él, se oía un espantoso ruido de matadero, como el de una cuchilla que atravesara carne y hueso, y caían más enemigos

Parecía imposible que algo pudiera interponerse en la cuña que habíais formado, pero era evidente que poco a poco el ritmo se enlentecía empujados por el inexorable peso de la masa de enemigos que os acosaban, ya que los goblins envalentonados por su número seguían luchando, y muriendo, llevándose de tanto en tanto con ellos a algún enano o hiriendo vuestros cuerpos maltrechos.

De un salto subisteis a lo alto del plinto tomando un fugaz respiro. Ya solo quedabais una decena de integrantes del grupo inicial incluyendo a los enanos, todos vosotros heridos de diversa consideración siendo el que peor parte se había llevado el matador por su alocada forma de luchar. Desde lo alto, posasteis los ojos sobre un mar de caras vedes. Los goblins lanzaban chillidos y gemidos mientras blandían lanzas y escudos, siendo pateados o desjarretados aquellos que intentaban subir también a la plataforma. Ahora, desde la relativa altura, podíais distinguir detalles de rostros concretos, con sus largas narices, enormes ojos y dientes afiladísimos. Algunos llevaban collares festoneados de púas. Otros echaban espuma por la boca, como si estuvieran rabiosos. Al fondo de la cámara visteis entonces aparecer a Colmillo de Oro rodeado por su guardia personal de orcos. El pirata orco os reconoció y lanzó un bramido de odio. Él y sus seguidores comenzaron a abrirse paso entre la multitud. Samuel pensó no en vano que sería una buena idea evitarlos

El ruido de piedras que caían y columnas que se derrumbaban era ensordecedor, dando por finalizado el breve descanso, ya que el calor empezaba a ser insoportable. Una abrasadora luz color naranja amarillento lo iluminaba todo, creyendo escuchar en vuestra retaguardia chillidos de pánico y dolor sin llegar a saber si realmente la lava ya había alcanzado las filas más avanzadas de los goblins o simplemente chillaban por no poder llegar hasta el combate

Bramando a modo de respuesta ante aquel espectáculo Rakduim se lanzó hacia el grupo de Colmillo de Oro, como un nadador que se zambulle en un mar verde. Por un instante los cuerpos de los pieles verdes se cerraron sobre él, pero luego salió a la superfície despejando espacio a su alrededor con la terrible hacha permitiendo así al resto del grupo seguir la sangrienta senda que el matador estaba abriendo de nuevo, matando a cualquier enemigo que se ponía a vuestro alcance. Era como si la locura del enano se hubiera transmitido a todo el grupo y, dado lo fatídico de la situación, vuestra única premisa fuera llevaros a la tumba contra más enemigos mejor.

Al cabo de unos pocos segundos ya habíais trabado armas con los orcos. Varios de ellos se lanzaron hacia el matador y el resto os encontrasteis nuevamente enfrentando a Colmillo de Oro y los orcos restantes. Los golpes del capitán pirata, no obstante, no parecían tener el salvajismo de la vez anterior

¿Dónde está ella?¿Dónde está la bruja traidora?¿Dónde está el tesoro que prometía? Dímelo, y morirás rápido. Si no, morirás despacio y con dolor- dijo a Marcus después de arremeter contra Samuel y Zeque a la vez, haciendo que ambos salieran casi despedidos hacia atrás de golpe, no cayendo al suelo y muriendo bajo las armas pieles verdes simplemente por la falta de espacio físico, tal era la acumulación de cuerpos

- Es una elección atractiva- dijo Marcus mientras golpeaba con su arma encantada, decidido a aprovechar cualquier ventaja. Colmillo de Oro lo quería vivo, pero el cazador de brujas no sentía el mismo deseo por preservar la vida del orco. Saltaban chispas al chocar sus armas. Una vez más, el sigmarita tuvo un levísimo atisbo de lo pasmosamente fuerte que era el orco. Incluso midiendo sus golpes, casi había logrado arrancarle a Marcus la espada de las manos

Una punta de lanza apareció silbante por la derecha. Era obvio que un goblin había decidido aprovechar la distracción. Marcus la apartó a un lado y se dio cuenta que había quedado sin defensa. Era realmente una suerte que el orco lo quisiera vivo, pues en caso contrario ahora sería un cadáver decapitado. Según fueron las cosas, apenas logró agacharse a tiempo cuando Colmillo de Oro descargaba un golpe sobre su cabeza con el puño de uno de sus chafarotes. Incluso el golpe de refilón hizo que Marcus viera las estrellas y sintiera que las fuerzas salían de él como vino derramado. Desesperado, reunió las energías que le quedaban y las utilizó en un último golpe dirigido contra el orco. Colmillo de Oro rió al pararlo fácilmente con uno de sus chafarotes.

¡Dímelo o morirás!- dijo, y apoyó la punta del otro sobre el corazón del sigmarita

-Allá- respondió el cazador de brujas al tiempo que señalaba detrás del orco. Colmillo de Oro volvió la cabeza a medias, pero en lugar de ver de a Betsa vio como a Rakduim que acababa de hacer una carnicería con sus tenientes. El matador le dedicó al enorme orco una ancha sonrisa malévola y atacó

El duelo fue breve e intenso. El hacha y los chafarotes volaban a una velocidad casi excesiva para que los ojos pudieran seguirlos. Colmillo de Oro saltó hacia adelante al tiempo que ejecutaba un barrido descendente hacia el matador. Rakduim lo paró con la hoja del hacha. El segundo chafarote hizo un barrido horizontal y, por un momento, Samuel temió que heriría al enano, pero éste alzó el mango del hacha y la hoja rebotó sobre el mango labrado con runas antiguas. Rakduim golpeó el estómago de Colmillo de Oro con la punta del mango del hacha. El aire salió de los pulmones del orco como del fuelle de un herrero. El capitán orco se dobló por la mitad, boqueando, con lo que ofreció su cuello como blanco fácil. El hacha cayó como un rayo, y la cercenada cabeza de Colmillo de Oro rodó por el piso. El grupo disfrutó de tan sólo un momento de pasmado silencio para disfrutar de la victoria antes de que los goblins lanzaran un horrible rugido y cargaran contra ellos una vez más

Resultaba obvio que incluso el matador estaba cansándose. Sangraba por prácticamente cada poro de su cuerpo, tenía varias quemaduras en la piel y, de modo casi imperceptible, comenzaba a enlentecerse. El resto de vosotros no estaba mucho mejor y, salvo por las quemaduras, el aspecto que presentabais era tan terrible como el del enano. No pasaría mucho rato antes de que se vieran avasallados por la tremenda superioridad numérica. No tenían posibilidad alguna de sobrevivir, como daban fe la práctica totalidad de cadáveres de enanos que habíais dejado por el camino. Ya solo quedaban tres enanos con vosotros...

 

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18/11/2013, 18:29
Samuel Colt

La cosa se ponia realmente fea, nada mas salir de la camara de golem nos tropezamos con goblins y los enanos... malditos sean una y mil veces en lugar de intentar ser un poco "sigilosos" se lanzaron de cabeza contra los malditos pequeñajos pielesverdes. Y otra vez empezar una carniceria sin igual hasta que llegamos a otra sala y cuando parecia que ya no quedaban pieles verdes... entonces parecio que fueramos un maldito guia turistico de ruinas antiguas con pancartas de a mitad de precio.... la cantidad de goblins se multiplico de manera exponencial, dejando el numero de antes en una simples escaramuza. Radkhuim se abria camino con su hacha como siempre conseguia hacer el matador, el resto haciamos lo que podiamos, con Absolucion encasquillada y las pistolas sin municion la cosa era realmente fea... de una olla a presion de lava a otra repleta de pielesverdes y con el color del magma de fondo para dar un toque mas fogoso al asunto.

Conseguimos abrirnos paso hasta la zona central de la sala y entonces aparece ese maldito orco, el del colmillo de oro o como narices se llame ese maldito pirata y el breve descanso se vuelve en desenfrenada pelea. Marcus en el suelo herido y Radkhuim en pelea personal con el orco hasta que le corta la cabeza... rueda y rueda y por cosas de SIgmar cae a mis pies. La miro entre asqueado y pensativo cuando una idea cruza mi mente... la desecho es simplemente una tonteria, una locura... el tiempo parece pausarse mientras observo a mi alrededor... son demasiados, nuestro numero es aun menos con los enanos caidos. Recuerdo el camino recorrido, los amigos caidos... los sacrificios en pro de un bien mayor, un bien que pueda salvar al mundo del horror que lo invade y satura; la casa de mi padre... a mis hermanas, la carrera a traves de la ciudad enferma hasta dar de bruces con este grupo que ahora em acompaña, muchos han caido y mucho se ha perdido mientras hemos atravesado el Viejo Mundo de lado a lado; Recuerdo al buen rompehierros, su barba y su manera de tratarme, como a un hermano pequeño que necesita atencion las veinticuatro horas, a la elfa loca curandome las heridas; el paso por la montaña de los enanos y a mi aprendiz; la araña en lo profundo de la tierra; la perdida de Darwell y de otros tantos hasta la caida de la montaña del norte que era Sargul... siempre estaba ahi mas o menos hosco pero sabias que siempre estaba ahi... recorro con la mirada al grupo de locos y compañeros a los que ahora llamo amigos, enanos, elfos, medianos incluso un cazador de brujas... Las lagrimas pugnan por salir pero me doy cuenta de que no es el momento... la idea loca, si... es loca y para eso necesito de toda mi inteligencia y de algo mas de un gramo de locura... imaginacion, locura y mucho de teatralidad... tanta que si mi tutor me viera algo pensaria justamente lo que necesito que piensen estos orcos, que estoy LOCO.

Zeque aun esta  mi lado y sonrio como solamente un hombre desesperado puede hacer.... una risa que se extiende y aumenta de volumen alcanzando una estridencia propia de la locura y mas... incluso aun mas que eso. Sin miramientos le cojo la gema a Zeque, y le paso, si aun me queda alguno, uno mis objetos explosivos - Solo cuando yo diga... tira de aqui. -  Le guiño un ojo y me agacho para coger la cabeza del caudillo orco. Me embadurno la cara con su sangre mientras no dejo de reir y reir para subirme de nuevo al altar de antes.

- Necios, idiotas... vosotros osais desafiarme a !!!!MI!!!! Ahora poseo el poder de la montaña - Levanto bien alto la gema rojiza. - y con la sangre de vuestro caudillo sobre mi. - Levanto su cabeza y dejo que su sangre me gotee sobre la cabeza. - Hare despertar a la Ira de Ohkstavok El Maldito... aquel que dejo tuerto a vuestro patetico dios*  Con estos dos objetos... hare que hasta los mismos dioses del Caos se arrodillen ante mi y sino mirad mi poder. - Esta ultima frase la hago lenta y pausada, usando todo mi intelecto y instinto para notar cuando llegara otra explosion de magma como las que ocurren mientras el volcan entra en erupcion.** - ¡¡¡¡DESPIERTA OHHHH ANTIGUO SEÑOR DE LA DESTRUCCION DE MUNDOS.... QUE TU IRA FLUYA DE NUEVO POR ESTE REINO Y LAS RAZAS SEPAN QUE HA LLEGADO EL FINAL DE TODO!!!! QUE LO QUE ELLOS LLAMAN EL FIN DE LOS TIEMPOS NO ES MAS QUE EL INICIO DEL VERDADERO TERROR CON EL QUE ASOLARAS EL MUNDO.

Cuando la explosion aumenta de poder no dejo de reir y reir... - Ohkstavok levanta tu espada de ira y destruye a mis enemigos y esta isla pues la muerte solo sera el principio de mi reinado... por cada alma de aquellos que siguen al dios tuerto mi poder se vera reforzado mil veces... destruyelos a todos. - Le hago un gesto a Zeque para que lance el explosivo***, de la manera mas sutil posible. -¡¡¡¡PUES NADIE QUE TOQUE A LOS TUYOS VIVIRA PARA CONTARLO PUES TU VENGANZA SERA CRUEL Y LARGA... Y NADIE ESCAPA DE TI.... NADIE!!!! - Aque vendria la explosion o algun efecto por el estilo...

- Venid a mi pateticos y necios... venid a mi para que pueda alimentarme de vuestras almas como he hecho con la de este despojo... a menos que querais huir de mi y reclamar su corona... - Digo esto ultimo mirando con locura y algo de astucia al grupo de guerreros mas fuertes de Colmillo de Oro. Si tiene algo que use como corona o señal de poder, se lo lanzare en su direccion y despues por lo bajo y sin que nadie me oiga rezare a todos los panteones de todos los dioses bondadosos de todas las razas.  Mientras lo que he lanzado cae y se desliza hasta ellos reire y reire... ante cada explosion de magma. - ¡¡¡¡¡Ven!!!! ¡¡¡¡Ven!!!!! ¡¡¡¡La hora de nuestra venganza ha llegado!!!!

Notas de juego

* Si no recuerdo mal uno de los dioses orcos esta tuerto... no se si hay alguna leyenda sobre eso pero bueno ahi va una de parte de Samuel.

** Espero que se pueda hacer algo asi o voy a quedar fatal :P

*** Si aun tengo sino intentare sincronizar con otra explosion.

Bueno has dicho no pelear y has dicho algo que te sorprenda... y esto me ha sorprendido mas a mi que otra cosa que no me lo creia ni cuando lo escribia... si al final tendre que ponerme oratoria o algo asi... XDDDDD

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27/11/2013, 22:26
Rakduim Piel de Dragon

Aquello se habia convertido en una huida, con lo poco que me gustaban pero el sonido de risitas y pasitos me retomo el humor y el valor, ya que parecia que venian orkos y goblins. Nada mas lejos de la realidad, venian y en abundancia como el banquete que me esperaria en los salones de mis antepasados cuando porfin muriera, el dia que eso llegara. Aprete los dientes, mientras los musculos de la mandibula sobresalian y aun con la barba se vio que estaba tenso por culpa de este pensamiento. Acambio soltaria mi frustracion en decimas de segundo y sin preguntar a nadie, fui a ensenar de cerca mi hacha a alguno de aquellos indeseables pieles verdes.

Asi paseamos un rato por aquellos salones procurando no morir, y dar muerte, por cada enano que perdiamos me sentia cada vez mas furioso, otro agrabio que saldar pensaba a cada paso. Furioso, prosegui buscando mi muerte que no llegaba y produciendo un dano que en un segundo de lucides llegados a la base de una antigua estatua, me asombre a mi mismo. Pero duro poco, ya que a lo lejos vi a un orko especialmente cobarde y grande, uno al que queria ensenarle una runa en concreto y grabarsela en la piel, de la cual no sabia bien el significado pero seguro que seria una muerte lenta y agonica.

Aquella situacion complicada no paraba de serlo, pero sonrei cuando mate a varios orkos grandes y pude verme cara a cara con el sucio capitan "colmillo de oro", le iba a borrar el nombre y el anima, y no seria ni pasto de las historias despues de lo que pensaba hacer con el. El duelo no fue facil, pero yo partia con una ventaja que el orko no conocia, y una de ellas era el tremendo odio que le tenia a los de su raza, esto y un arma afilada en las manos de un enano hicieron el resto.

Con la muerte de la bestia, pense por un segundo que muchos orkos escaparian acobardados pero nada mas lejos de la verdad, siguieron si acaso con mas ansias el intentar matarnos cosa que yo agradecia en cierta manera para no tener que ir a buscarlos, pero realmente hacia rato que el sudor se habia vuelto rojo, y que no sentia los brazos que me temblaban debido al esfuerzo constante. Mire al rededor buscando un cuello de botella o una sala donde poder minimizar el impacto de tantos orkos, pero me distrajo la retaila que soltaba Samuel. No tenia mucha esperanza de que funcionara, pero por si ayudaba yo seguia matando alegremente, mientras buscaba un camino.

Notas de juego

Para no interrumpir la idea de Samuel, mi idea seria buscar lo que comento, un cuello de botella o sala, o volver a la base de la antigua estatua, que es lo mas "solido" que tenemos para defendernos.

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29/11/2013, 12:15
Zeque Wilfur

Ahora tocaba correr. Y eso era algo a lo que no estaba acostumbrado. Y menos con aquella calor insoportable que comenzaba a seguirnos y con la barriga vacía. Estaba claro que aquel no era el momento adecuado para comentarles de hacer una parada y hacer un tentempié que nos diese fuerzas, pero eso no quitaba que yo no parase de pensar en suculentas chuletas de cerdo, jugosas y en su salsa. Por un momento, antes de entrar en el antiguo palacio observé aquella lengua de fuego que de forma lenta pero inexorable seguía avanzando quemando todo aquello que tocaba a su paso.

Una serie de chillidos y agudos gritos me sacaron del ensimismamiento en el que estaba sumido viendo aquella solida masa de lava avanzar. Al mirar en la dirección de la que procedían los gritos vi como una masa ingente de señores verdes se lanzaban en nuestro camino, mientras que los enanos del barco que iban en cabeza ya comenzaban su batalla contra aquellos a los que consideraban sus enemigos. Estaba claro que tocaría luchar aunque hubiese preferido salir de allí pitando, pero cualquiera le explicaba eso al enano de la cresta que ya se lanzaba como un loco contra la masa verde.

Suspiré instantes antes de verme arrastrado a aquella batalla sin sentido. ¿Es que acaso aquellos pequeños seres verdes no se daban cuenta de lo que venía detrás? Aquel rio de lava era más mortífero que cualquier cosa y desde luego, los temblores que recorrían la estructura tampoco eran un buen presagio como quedó demostrado al caer un enorme pedrusco en un orco que había delante de mí y que se disponía a saltar sobre mi. Estaba claro que el peso de la piedra había sido demasiado a juzgar por los movimientos espasmódicos de una de sus piernas.

Tras la primera batalla en la cual solo conseguí golpear la rodilla de uno de ellos, para que luego lo matara el señor de las estacas, cosa que me enojó, seguimos corriendo como alma que lleva el diablo. Pero si pensábamos que aquella era la salida y estábamos salvados estábamos muy equivocados.

Una nueva horda de señores verdes que parecían salir hasta de debajo de las piedras estaban empecinado en destruirnos. Por cada paso que dábamos teníamos que retroceder dos ante el empuje de aquella masa. ¿Pero por qué nos atacaban? ¿Por el tesoro? Tampoco habíamos recogido tanto como para merecer aquella persecución imparable. Tuve que concentrarme en la lucha cuando una espada pasó silbando ante mis narices. Aquel orco de ojos maliciosos parecía muy enojado y su mirada estaba entre una mezcla de odio y locura… Usando a Repollo con fuerza, golpeé donde instantes antes estaba su pierna, pero en el último instante se había apartado y ahora bajaba su arma contra mi cabeza. Instintivamente puse el brazo, notando como el arma era desviada al golpear en uno de mis brazales. Así que aprovechando que quedaba desequilibrado golpeé con fuerza notando un crujido satisfactorio en la zona inferior de la rodilla. Pero antes de que cayese al suelo, fui empujado por los demás perdiendo de vista a mi contrincante. Bueno!!! Aquel contaría como uno!!! No iba a permitir que me dejasen atrás….

Ya presentaba varios cortes de diferente consideración, así como varios golpes y un mordisco en uno de mis muslos. Por el contrario había conseguido derribar a cinco de aquellos señores verdes que parecían luchar a lo loco, sin temer el fuego que nos perseguía. Guiados por el señor de las estacas, nos conseguimos aupar a una especie de pedestal sobre el que debió descansar una enorme estatua, que ahora no se veía debido a la tremenda cantidad de señores verdes que corrían a nuestro alrededor, gritando, babeando… incluso luchando entre ellos.  Pero el descanso duró poco, pues al poco instante apareció el orco de la pluma. El jefe de los piratas!!! Y parecía muy enojado. La desesperación pareció hacer mella en nuestra moral, pero no en el enano de la cresta que como movido por un resorte oculto se lanzó entre los cientos de goblins en busca de su presa.

Con un gruñido de cansancio, los demás fueron lanzándose detrás del enano de cresta roja… ¿Es que no se daban cuenta que de aquella forma acabaríamos todos barridos por aquellos enfadados señores verdes? Pero cuando vi que me quedaba solo, decidí que no iba a dejarlos allí morir solos. Si aquel iba a ser mi final lo dejaría todo. Sería recordado como un gran guerrero que luchó hasta el final… Aunque me dolía dejar aquel mundo sin haber comido una última vez. Como una flecha abriéndose paso entre las filas de señores verdes, seguimos avanzando hasta entablar batalla con el pirata de la pluma y sus guardaespaldas. Eran enormes, pero el peor parecía ser el propio pirata de la pluma. Sus golpes eran demoledores mientras no paraba de gritar preguntando por la que supuse que era la mujer-hechicera pirata. Ya le iba a dar una explicación detallada de lo que había pasado cuando uno de sus golpes a punto estuvo de partirme en dos de no ser por Repollo que se puso en su camino. Aún así me dejó bastante acalambradas las manos por el golpe. El señor de las estacas se llevó la peor parte, no obstante. Su lucha contra el orco pirata casi acabó en una nueva calamidad, pero entonces apareció el enano de la cresta dispuesto a darlo todo… no por nosotros, desde luego… pero se agradeció su colaboración.

Cuando la cabeza el capitán pirata de la pluma salió disparada respiré por unos instantes, como si aquel momento hiciese detener el tiempo, pero no fue así como descubrí al notar un nuevo pinchazo en el hombro provocado por una lanza… Tras golpear a mi atacante choqué contra la espalda del señor de la escopeta. Su mirada… No se!!! Algo le pasaba!!! Parecía desencajada y una risa malsana se dibujaba en su rostro…

- ¿Te…te… te pasa algo? – fue lo máximo que conseguí preguntar antes de que me quitara la joya de malas maneras y en su lugar me pusiera en la mano uno de aquellos cacharros que tanto tiempo llevaba intentando ver.

Por unos instantes pensé en reprocharle las formas en las que me había quitado la gema que tanto esfuerzo había costado conseguir… pero por otro lado tenía aquella piedra metálica que por experiencia, sabía de lo que era capaz de hacer. Estuve tentado de tirar de la anilla ya, pero el señor de la escopeta había sido muy claro. Y además estaba el tema del guiño del ojo… ¿Qué estaba pasando? Por unos instantes parecía que había dejado de tener aquella cara de loco… ¿Es que acaso era un montaje?

Pero cuando se subió de nuevo en el pedestal y comenzó a vociferar como un loco no supe que pensar… La imagen del escuálido ingeniero con la cabeza del pirata en una mano y la gema en la otra, mientras gritaba un nombre y seguía hablando como un loco me dejó embelesado. Las explosiones se sucedían a nuestro alrededor, mientras una luz naranja intensa comenzaba a aparecer por la parte de atrás… Pero aquel discurso…

- ¿Ohkstavok? ¿El Maldito..? Quien es ese tipo…? – pregunté al aire. Pero la verdad es que las palabras del ingeniero me estaban haciendo sentir que algo pasaba. Cual imagen de un dios del caos cubierto de sangre y lanzando un discurso a la horda de señores verdes que no sabían bien bien que pasaba…. –DESPIERTA OOOOHHHHH SEÑOR!!!!! – Grité excitado, dejándome llevar por aquel discurso aterrador pero a la vez tan premonitorio…. Estaba enardecido por la diatriba del señor de la Escopeta, así que me dejé llevar…. – YO ESTOY AQUÍ PARA RECIBIRTE SEÑOR DE LA OSCURIDAD Y UN OJO QUE TODO LO VE!!! YA PUEDO OLER COMO VIENES!!! YA PUEDO SENTIRTE!!! NO LOS DESTRUYAS A TODOS… SOLO A UNOS POCOS PARA QUE PUEDAN CONTAR LO QUE PASO AQUÍ Y HOY!!!! – Y al abrir los brazos para dar énfasis a mis gritos, la piedra explosiva salió de mis manos disparada, no sin antes quedarme con la anilla en el dedo, donde había estado todo el rato jugueteando con ella. Y mientras la piedra desaparecía entre los cientos de piernas de los señores verdes, comencé a sacar armas de mi mochila… - QUE TUS SIERVOS COJAN ESTAS ARMAS PARA DESTRUIR A NUESTROS ENEMIGOS!!! POR CIERTO…. ¿SABES CUANTOS VENDRÁN? NO SE SI TENDRÉ ARMAS PARA TODOS!!!!

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29/11/2013, 18:57

La situación, crítica por definición, se tornó casi irreal cuando Samuel se subió nuevamente en el pedestal, desalojando el lugar con un barrido de Absolución a modo de mazo que lanzó sobre sus iguales a tres goblins que lanzaban escupitajos y piedras al grupo y a su iguales. Como poseso por la demencia el ingeniero empezó a vociferar una retahila de palabras sin sentido para muchos, sino todos, que parecía alguna clase de invocación infernal. Varias miradas de sorpresa se posaron en el joven imperial, otras tantas de incomprensión, pero muchas eran de expectación... varios de los goblins cercanos dieron un paso atrás cuando la cabeza de Comillo de Oro junto a la reluciente gema se alzaron sobre la cabeza de Samuel, temerosos de que toda aquella sarta de palabras fueran ciertas

Bajo el ingeniero Zeque se había unido a la peculiar invocación mientras Marcus y los enanos cerraban filas entorno al pedestal empujados por la ingente cantidad de enemigos a la par que Calîm se apoyaba, herido en un flanco por una lanza, empezando a canturrear algo por lo bajo acompasando sus movimientos a la voz de Samuel

Aquí y allá pequeñas llamas explosionaban fugazmente entorno al ingeniero, fruto de la magia contenida del elfo, mientras su voz degañitada iba in crescendo creando una atmósfera de locura y total dedicación que atrajo aun más miradas. El combate prácticamente se había detenido y ahora un círculo de enemigos quietos aunque dispuestos observaban la situación desde un par de pasos más allá del alcance de las armas del grupo. Incluso Rakduim se permitió el lujo de recuperar el aliento y afianzar su posición mientras todo aquello sucedía...

Entonces, desde detrás de la horda goblin, llegaron gritos. El primer pensamiento del grupo fue que los enanos había llegado de improviso del barco para ayudarles, pero unos pocos segundos de observación de Samuel desde el pedestal demostró que no era eso. El olor a carne chamuscada llenó el aire, y el calor se intensificó aun más. En la retaguardia enemiga, la apretada masa de goblins estaba siendo cubierta por la lava que avanzaba. Al llegar los alaridos a los oídos de sus compañeros estos empezaron a mirar en todas direcciones, a punto de verse arrojados al pánico más irracional

Entonces, casi como si hubiera estado coordinado todo desde el principio, una terrible explosión fruto de la bomba arrojada por Zeque hizo explosión entre las filas de pieles verdes, lanzando por los aires miembros amputados y sangre oscura. A su vez, Calîm empleó el poco poder que le restaba en crear una sombra con forma humanoide saliendo desde lo alto del pedestal y sobrevolando la zona, como si las palabras de Samuel se hubieran hecho realidad.

Aquello ya fue demasiado para los goblins que empezaron a huir presa del pánico de creerse atacados por aquello que el joven ingeniero había convocado

-¡Tenemos que salir de aquí ahora miso!- bramó Marcus, con un brazo colgando inherte y goteando sangre

-¡Yo no voy a huir de una lucha con meros goblins, humano!- replicó el matador mientras descargaba un salvaje barrido con del hacha que cortó limpiamente a un goblin y se alojó en el pecho de otro. Cuando Rakduim retiró el hacha, se oyó un horrible sonido de succión, y quedó a la vista el aún palpitante corazón del goblin

Samuel saltó para esquivar la estocada de la lanza de un goblin, al que destrozó la cabeza con un mazado de Absolución en respuesta por su osadía

-No son los goblins lo que me preocupa, sino la lava- advirtió el ingeniero quien desde esa altura tenía una visión privilegiada del peligro que se acercaba inexorablemente

Los goblins que los rodeaban habían empezado a retroceder; los más próximos con una cautela de la que no hacían alarde los que se encontraban fuera del alcance de las armas del grupo. El grupo arremetió una vez más contra ellos, haciendo huir a los pieles verdes que aún tenían ganas de luchar o acabando con ellos como si fueran ganado. La lucha se había convertido en una desbandada, aunque todos sabíais que se debía más al terror de lo que pensaban que ocurría que a sus esfuerzos en la batalla realmente; pero cualquiera que fuese la razón se sentían tremendamente agradecidos. Ahora, lo único que tenían que hacer era salir de la ciudad sin dejarse vences ni atrapar por la lava

La tierra volvió a temblar. Detrás vuestro se derrumbaron las columnas que daban apoyo al techo, el cual se desplomó. Centenares de toneladas de roca cayeron al interior del palacio, sepultando vivos a muchos goblins que estaban aún en la cámara. Cualquier que hubiese sobrevivido, pronto quedaría cubierto por el burbujeante magma

Era realmente hora de salir de aquel sitio

...

El grupo, exhausto, se detuvo en lo alto del valle y observó cómo las calles de abajo se llenaban de anaranjada lava mientras os ocupabais de vuestras heridas, dando gracias por el hecho de que los pieles verdes se hubieran dispersado a los cuatro vientos a causa del pánico. Arriba, ondulantes nubes negras salían de la boca del volcán, y la lava burbujeante manaba por el borde del cráter. Dentro de poco llegaría hasta la selva y comenzarían el fuego y el terror. Zeque se dobló por la mitad, jadeando. Estaba reventado pero no podía detener el aluvión de pensamientos que pasaban por su mente, y seguramente por la del resto de integrantes del grupo. Pensaba que entendía la mayor parte de lo que acababa de suceder viéndolo en perspectiva, exponiendo en voz alta su resolutiva evaluación de la situación, como si de un consumado detective se tratara, logrando por vez primera que nadie le interrumpiera... aunque tal vez el hecho de que estuvieran todos resoplando y recuperando el aliento tuviera algo que ver

-"Betsa era la hechicera que se había casado con Manorroja. Había acompañado al pirata en su fatal última aventura, cuando encontraron la gema. Sin duda, Manorroja había muerto en el fútil intento de conseguirla para ella. Betsa había logrado escapar y regresar a la civilización, donde debía de haber pasado años preparándose para volver a la isla. Tal vez había sido capturada por Colmillo de Oro, pero era más probable que hubiese hecho un pacto con él y hubiera sido traicionada. Las runas de las cadenas que la retenían muy probablemente estaban destinadas a contener sus poderes mágicos. El grupo había resultado ser un oportuno recurso para vencer al guardián elemental y obtener la gema... eso o algo parecido a eso, tenía que ser lo que había sucedido"

Pasados unos segundos de silencio Urli miró en dirección a las incendiadas y devastadas ruinas, hablando con tristeza

- Allá va el tesoro de Manorroja... allí abajo había el oro suficiente para el rescate de un rey enano. Casi preferiría quedarme en esta isla maldita que volver al mar. Al menos habría algunos goblins que matar

- Es muy posible que tengas que hacerlo si no nos ponemos en marcha ahora mismo- dijo Calîm tras observar la lava avanzar...

Pasadas unas largas horas, durante la cuales la isla fue iluminándose a medida que el fuego hacía arder la jungla, llegaron a la playa donde dos botes aguardaban con una guarnición de enanos pertrechados para la guerra... entorno a las barcas una treintena de goblins yacían muertos, con el cuerpo atravesado por saetas de ballesta o con claras señales de los arcabuces enanos. Al parecer unos pocos supervivientes habían intentado tomar los botes y llegar al barco por su cuenta

-¿Y el resto?- preguntó uno de los marinos enanos, asintiendo con gravedad ante la muda negativa de Urli con la cabeza - Que Grugni los acoja en sus salones. Vamos, el capitán está deseando izar el ancla

Y de esa guisa, sin más sobresaltos por el momento, el grupo logró llegar hasta el Martillo de Tormenta donde los preparativos para partir ya se habían ultimado hacía tiempo

-Sois muy pocos... y no os veo cargados de oro. Bien, ya habrá tiempo para historias. Larguémonos antes de que esa condenada isla se hunda y nos cause más problemas.- gruñó con su peculiar voz - Sala de máquinas, rumbo nor-noreste. Próxima parada el puerto de Mousillon... Bretonia

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06/01/2014, 20:27
Rakduim Piel de Dragon

Pero que asco, un chorro de sangre goblins me habia pringado toda la cara y el hombro, y eso no era nada habia entrado en parte dentro de mi boca haciendo que parara durante un segundo la carniceria de matar, casi como el que camina y mata hormigas, mientras escupia lo mas gordo y procuraba no tragarme nada. Aunque los brazos me temblaban, el arma que portaba parecia que me insistia que seguir matando, consiguiendo quizas borrar algun agrabio de algun libro de un karak. Pero por desgracia, nunca lo sabria lo que si hice fielmente fue matar.

La carrera por la selva no me gusto nada, en especial por la lava que sin prisa pero sin pausa estaba consumiendo todo y mas de una vez mire de reojo mientras una piedra rodaba dentro de la laba, pensando que el golem de fuego estaria por ahi. Aun con mis imaginaciones, y sudando algo negrusco llegamos a la playa alli nos esperaban: gracias a Valaya!

Antes de entrar al bote me meti hasta la barbilla en el agua del mar, para quitarme toda la sangre goblins y enfriar mi sudoroso cuerpo, la sal hizo que me escociara un sin fin de heridas que no conocia ni habia visto, o sentido y sin inmutarme me sacudi como animal mojado y me sente en el bote, refunfunando algo por lo bajo.

Al llegar al barco mire de un lado al otro buscando al capitan, y lance a los pies del capitan la cabeza de "colmillo de oro" y gesticule con la garganta seca y la lengua pastosa: -dije que regalaria la cabeza a su tripulacion, ahi esta- dije confirmando lo evidente, quizas podria cobrar algun pequeno incentivo a mi poco me importaba, solo me importaba encontrar mi fin y mejor dentro de este viejo mundo si podia ser, y en el menor tiempo posible. Cuando el capitan marco el rumbo, nada paso por mi mente, solo sabia que las heridas me dolian y que pasariamos un monton de aburridos dias en alta mar, asi que hice lo que mejor se me daba en estar circunstancias buscar algo de beber y dejar pasar las horas.

Notas de juego

Me tomo la libertad "escenica" aunque se puede omitir, de haber cogido la cabeza de "colmillo de oro" como regalo a la tripulacion, que lo dije en la batalla del barco pero no nombre que la cogia cuando murio :S

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09/01/2014, 14:55
Zeque Wilfur

Aquello era una locura!!! Hacía solo unos instantes corríamos para dejar atrás un mar de lava que había engullido y servido de tumba al gigante Sargul, y luego estábamos de lleno en una batalla por salvar nuestras vidas. Pero lo que no habría esperado nunca Era ver al señor de la escopeta como un poseso.

Desde que se había subido en aquella tarima y había comenzado a despotricar   como un loco no podía evita sentirme totalmente abstraído por su diatriba. ¿De verdad podía conseguir aquello que decía? Solo el pensar que aquel hombre escuálido y un tanto alicaído tuviese ese poder me hacia poner los pelos de punta de la excitación. Y para colmo estaba la piña explosiva!!!! Me había dado una a mi!!! A MI!!! Era una de aquellas cosas prohibidas. La sola mención de verlas un rato hacía que todo el grupo al completo se pusiera nervioso… como si yo pudiera robarlas y manipularlas y ver como funcionaban… cosa que por otro lado me fascinaba. En numerosas ocasiones las había usado y en todas ellas no había podido experimentar por mi mismo lo que pasaba al usarlas… Pero ahora, AHORA, tenía la posibilidad de hacerlo y además me lo habían dado de buen grado cosa que era de agradecer. Había llegado un momento en el que pedir se estaba volviendo en una monótona conversación de solo una dirección, pues todos seguían ignorándome. Hasta me habían quitado la joya que tan costosamente había salvado de caer en el rio de lava….

Para colmo unas pequeñas explosiones habían comenzado a brotar a nuestro alrededor, haciéndome pensar que nuevamente mi poder se había desatado de forma descontrolada, aunque por esta vez sus efectos no eran tan demoledores como en anteriores ocasiones. Cuando los gritos de los pequeños señores verdes comenzaron a sonar en el fondo de la caverna y el olor a chamusquina y carne quemada comenzó a llenarlo todo quedó claro que algo había que hacer. Y la señal casi imperceptible que me hizo el señor de la escopeta sirvió como una descarga que me hizo mover el brazo lanzando la piña explosiva no sin antes sujetar una anilla que se había quedado en el dedo índice y con la que había estado todo el rato jugueteando… Maldita sea!!! Estúpido y gordo halfling descerebrado!!! Para una vez que me daban un objeto tan ansiado y no solo lo perdía entre la multitud de cabecitas verdes sino que encima lo rompía…

A punto estaba de lanzarme hacia la posición en la que había visto desaparecer la piña, cuando una deflagración hizo saltar por los aires a innumerables señores verdes creando el caos entre las filas apretadas de guerreros goblins. Por un lado no supe que decir. Mis emociones vagaban entre la más absurda alegría y la más desagradable sensación por los daños causados a aquellos vociferantes señores verdes. Pero un grito de los escasos supervivientes hizo que saliera de mi ensoñación y que no pudiese concentrarme en lo que había pasado. Al parecer los pequeños señores verdes habían decidido huir aunque eran tantos y estaban tan apretados que casi era imposible abrirse paso a través de ellos, a pesar de los continuos huecos que generaba el enano de la cresta… Sin más dilación me lancé detrás de mi amigo Calîm!!!

A pesar de lo desorganizados que estaban, los que encontrábamos en nuestro camino parecían empecinados en mantenernos a raya y dar guerra. Uno de ellos estaba a punto de acuchillar por la espalda al señor de la escopeta cuando lanzándome todo lo largo que era golpeé en la espalda al goblin, derrumbándolo con todo mi peso y dejándolo medio mareado. Pero en aquella posición quedaba demasiado expuesto como comprobé al recibir un fuerte golpe o más bien una fuerte patada en el brazo izquierdo, tal como pude comprobar al mirar hacia arriba, viendo la maquiavélica sonrisa de otro señor verde con unos zapatos de acero… El dolor fue insoportable, sabiendo en el acto que el brazo estaba roto y que de nada serviría nada ahora salvo rezarle a todos los dioses que conociese pues estaba demasiado cansado de tantas correrías y sin apenas comer nada en varias horas.  Justo cuando observé como el goblin se acercaba con cara alegre y levantaba su arma, una espada surgió de su espalda, dejando luego a la vista la cara del señor de las estacas que había vuelto a salvarme… De un fuerte tirón me puso en pie y me obligó a seguir corriendo, mientras el brazo me palpitaba a cada paso, así como una fea herida en un costado provocado por una lanza que algún señor verde había lanzado a lo loco.

Nunca supe como salimos de aquel templo, ni como subimos a lo alto del valle. Para cuando lo alcanzamos fui consciente de la luz del cielo y de que allí el aire era más fresco. Aún así jadeaba por el esfuerzo y mientras mi brazo inerte colgaba en un lado hinchándose por momentos, mi herida en el costado no dejaba de sangrar. Miré unos instantes hacia abajo sintiendo un repentino mareo, pero tras superarlo observé la escena de aquel rio de lava cubriendo todo por momentos, mientras cientos de puntitos se movían intentando escapar de aquella muerte de fuego. Apreté con fuerza el collar de cuentas que le había quitado al gigante Sargul, dándole una última despedida. Los pensamientos se agolpaban en mi mente… ¿Qué había pasado? Aquello era de lo más extraño ¿Nos habían utilizado como meras marionetas o era algo que solo yo veía así?

- Betsa era la hechicera que se había casado con Manorroja. Había acompañado al pirata en su fatal última aventura, cuando encontraron la gema. Sin duda, Manorroja había muerto en el fútil intento de conseguirla para ella. Betsa había logrado escapar y regresar a la civilización, donde debía de haber pasado años preparándose para volver a la isla. Tal vez había sido capturada por Colmillo de Oro, pero era más probable que hubiese hecho un pacto con él y hubiera sido traicionada. Las runas de las cadenas que la retenían muy probablemente estaban destinadas a contener sus poderes mágicos. El grupo había resultado ser un oportuno recurso para vencer al guardián elemental y obtener la gema... eso o algo parecido a eso, tenía que ser lo que había sucedido….

Tras unos segundos en los que intentaba recuperar el aliento, uno de los enanos habló. Se despedía del oro como sino fuera suficiente.

- Tampoco hay que ser tan pesimista!!! Antes de que todo se convirtiese en un caos aprovechamos lo que pudimos…. Ah!!! Tú no? Pues yo guardé unas cuantas baratijas en mi mochila (lo dejo a tu albedrio). Pero deberíamos de estar felices por el contrario con nuestras vidas y la posibilidad de buscar otro tesoro como ese. Pero a ser posible que no tengamos que pasar por esto otra vez.

Pero tras aquello tocó correr de nuevo. La lava no esperaría a que descansáramos y si nos pillaba en una bajada posiblemente nos cogería dado el deplorable estado en el que nos encontrábamos. Tras suspirar quedamente, y apretando los dientes iniciamos una nueva carrera hacia la Tortuga de hierro. Solo esperaba que nos estuviese esperando por que no me veía con fuerzas para hacer una barca

 

De camino al barco mi mente retomó el asunto de la piña explosiva y de lo que había pasado en aquel templo. Más tarde hablaría con el señor de la escopeta… Tenía que darme detalles y con Calîm, me había dicho que en el barco me enseñaría magia, y con el señor de las estacas para darle las gracias por salvarme la vida… Un tropezón que me hizo caer, me hizo gritar de dolor al golpearme el brazo roto. Sin darme cuenta me había dormido corriendo!!!!

Ayudado por alguien, conseguí seguir corriendo. El ruido de las olas me hizo volver a darme cuenta de que nuevamente me había sumido en una especie de trance… Subí al bote ayudado por unas rudas manos, y una vez aposentado en el fondo del bote me dormí con el mecer de las olas. Por unos instantes me olvidé de todo… De la isla, de mi magia….

- Podría dormir cien años… - dije con los ojos cerrados y ya en un estado de sueño avanzado. Ahora podía venir quien quisiera. No lograrían despertarme. No lo lograrían… 

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13/01/2014, 17:26

Una larga y tedioso travesía siguió a las desventuras vividas en la isla del tesoro de Manorroja; atrás quedaban ya los recuerdos del fantástico tesoro perdido bajo el manto de magma, al valiente Sargul caído en combate o la traicionero y sibilina Betsa. Ya solo quedaba mirar al frente, seguir el vuelo de las aves marinas y reseguir con la mirada la lejana costa del Viejo Mundo, tan solo visible los días claros y no para todos dada la distancia, aguardando el momento de llegar a Bretonia, la tierra de los caballeros

No os hagais ilusiones con Bretonia, he estado allí en varias ocasiones. Sus nobles son arrogantes y pedantes, orgullosos de su estatus en sus fastuosos castillos, mientras la plebe se muere de hambre y malviven en chozas. Los caballeros no son tales, sino más bien pavos reales montados a caballo que intentan lucir siempre sus mejores galas... eso si no están emprendiendo alguna absurda cruzada. Ya no hay caballeros como los de antaño, no espereis toparos con un Gilles a lomos de su caballo blandiendo la lanza, la espada y el mangual como si fueran parte de su cuerpo. 

Esos tiempos pasaron y solo los caballeros del Grial pueden llamarse tal cosa con honor -criticó agrio Ahabsson mientras movía la palanca de velocidad, haciendo saltar al Martillo de Tormenta por encima de una ola especialmente grande - Se embarcan en largas y costosas misiones que llaman cruzadas, con el pretexto de castigar algun antiguo mal o acabar con un monstruo terrible, pero la mayoría de veces solo buscan ganar más tierras, dinero o el favor de una dama; si acaso las tres cosas a la vez

Pero mientras así hablaba la lejana costa de Bretonia por fin se divisó en el horizonte, acercándose lenta y perezosamente, dibujando unas largas costas arenosas que rápidamente se convertían en prados verdes; aquí y allí bosques frondosos salpicaban la orografía de aquella tierra mientras altas torres circulares, o pequeños fuertes igualmente redondeados marcaban los lindes de los feudos de los nobles o, simplemente, servían como punto de vigilancia

Rápidamente las leyendas sobre bestias voraces abatidas por galantes caballeros relegaron al olvido las palabras del capitán enano mientras el metálico leviatán ponía rumbo hacía una bahía rocosa al final de la cual una enorme ciudad amurallada dominaba el lugar: Mousillon

Allí está nuestro destino, Mousillon. Una buena ciudad si se tiene dinero que gastar o una bodega que llenar. Haremos buen negocio... si esas nubes no nos acaban de fastidiar el viaje- comentó resignado Ahabsson mirando con ojo crítico unos nubarrones de tormenta que opacaban buena parte de la zona, dejando Mousillon bajo un manto oscuro que desmejoraban la hermosa estampa que sería la ciudad en un día soleado - Será mejor que bajeis, esto se va a poner movido- advirtió antes de que la primera de muchas olas os empapara de pies a cabeza

...

Mareados, mojados y algo vapuleados por el oleaje llegasteis a finalmente a puerto desembarcando en una enorme pasarela de madera, recia y fuerte, que bien podría competir con los grandes puertos Imperiales. Aqui y allá barrigonas cocas mercantes y poderosos buques de guerra se codeaban con pequeños botes pesqueros y ágiles veleros, todos ellos amarrados a puerto para evitar las inclemencias de la tormenta que parecía que poco a poco amainaba, habiendo dejado paso a una lluvia fría y ligera.

El olor es insufrible incluso desde esta distancia- se quejó un avinagrado Torvuk, que pese a estar ojeroso y con el cabello algo descuidado seguía imponiendo con su porte y presencia, ahora más intimadotira si cabía, dado su aspecto más parecido al de un borracho peligroso que al de un antaño orgulloso templario. Como si las palabras del capitán fueran una profecía un aire ligeramente apestado os colapso ipsofacto las fosas nasales. La lluvia, lejos de limpiar el hedor lo había reavivado y el olor a humanidad, heces y agua sucia se mezclaba con el de los animales de granja y el de las caballerizas

-Aquí me despido de vosotros; ha sido un viaje como poco peculiar a vuestro lado, pero tanto el barco como la tripulación necesitan un descanso y llenar las bodegas, además de vender nuestra propia mercancia, antes de regresar hacia nuestro hogar- empezó a despedirse Ahabasson mientras visteis con curiosidad como una pequeña comitiva de media docena de enanos procedentes de Mousillon subía al barco, sin duda una delegación permanente de enanos afincados en las afueras de la urbe - Que la suerte os sea propicia y, si en verdad encontrais oro en la isla hacedmelo saber que llevaré al Martillo de Tormenta en vuestra ayuda sin dilación- añadió gruiñando un ojo mientras os apretaba la mano con su rudeza habitual -Adios

Y dejando atrás a los enanos marinos os encaminasteis hacia Mousillon ya que, pese a que la lluvia prácticamente había cesado, a aquellas horas cercanas a la caída del solo sería raro poder encontrar alguien fiable que os llevara a vuestro destino final: Albion

Habrá que buscar un lugar donde pasar la noche, así que espero que esa dichosa excursión a la isla os reportara algun beneficio porque aquí no tengo a nadie que nos pueda facilitar ayuda... el Imperio queda lejos... demasiado- graznó el Torvuk nuevamente mientras se acercaba a la ciudad

Ahora que las nubes se había aclarado ligeramente la ciudad se encumbraba ante vosotros con una majestuosidad mustia y dejada. Si bien sus torres y muros eran enormes y regios los pendones colgaban flácidos y empapados de las astas que los elevaban y la propia piedra parecía oscurecida. El suelo, enfangado, apenas si dejaba ver los guijarros que adoquinaban el camino de entrada y la propia ciudad mientras que los pobres más pobres, aquellos que como en el Imperio vivían de la limosna de otros, ya se habían vuelto a lanzar a las calles en busca de alguna ayuda.

Desdentados pordioseros, prostitutas demasiado engalanadas, o muy poco, rateros y las patrullas nocturnas que empezaban sus rondas fueron toda la compañía que tuvisteis al entrar a la ciudad ya que los granjeros de las cercanías y la gente de bien llevaban cobijados en sus casas varias horas antes de vuestra llegada; para vuestra sorpresa en la parte alta de la ciudad las luces en el castillo propiamente dicho, así como en las grandes casas nobles cercanas denotaban un ambiente mucho más festivo... pese a la distancia el Imperio y Bretonia no eran lugares tan distintos despues de todo

Notas de juego

Dinero os queda bastante poco; juntando vuestras riquezas apenas os dará para pasar dos o tres noches en alguna posada y conseguir algo que os llene el estómago (eso siempre que queráis dormir bajo techo)

Pongo algunos mensajes a jugadores que por sus habilidades/capacidades tienen algo más en el turno; aquellos que no lean nada extra que no se preocupen, simplemente no perciben nada adicional.

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13/01/2014, 22:45
Calîm Nuruhuinë

El haber perdido la mitad de su visión en una de sus aventuras no había menguado la precisión de su ojo sano, con el cual podía observar la línea costera del Viejo Mundo; la mismísima Bretonia de la que tanto había oído hablar les aguardaba. Caballeros, damas, justas, la nobleza y el honor y el Grial, por supuesto. Había muchas historias que giraban siempre sobre los mismos temas, llenando la cabeza del curioso de pomposidad y grandeza. Y eso era un problema, pensó, lo único que sabía de aquella tierra de caballeros era lo que había leído en libros de romances o lo que había escuchado en los cantares de los juglares. No tenía datos reales sobre aquel reino. Si todo era como en los cantares, Bretonia no era más que una dama hechizada esperando a recibir el beso que la despertase. Una idea romántica. No iba a ser tan bonita, le dijo su parte más sombría. Era la tierra de Sir Andrews, recordó la parte más luminosa. Una tierra marchita no sería capaz de engendrar hombres de tal calibre.
Como para reforzar sus sospechas el capitán Ahabsson empezó a barruntar sobre la tierra de los caballeros. Un hombre de mundo como él sin duda poseía una visión más acertada que la suya propia. Y aún así no refrenó su lengua.
-No sé nada de esta tierra, capitán, pero una vez conocí a un caballero que venía de uno de sus ducados. Y si, al principio resultó ser bastante orgulloso. Una acción suya a punto estuvo de costarle la vida a toda la compañía mercenaria a la que pertenecíamos. Pero hablamos con él, entendió su falta y se enmendó. Una rareza hoy en día, desde luego. Y desde entonces no recuerdo compañero más leal y entregado. Recuerdo que solía mentar a la Dama y que cubría mis espaldas como el mejor perro guardián. Los dioses le tengan en la gloria, los buenos siempre mueren y son esos pomposos ricachones los que ensucian un legado que debería de ser brillante.
Mantuvo el silencio, disfrutando de la brisa, el vaivén. Lo cierto era que una parte de él lamentaba el fin de la travesía. A pesar de los inconvenientes una parte de él disfrutaba del mar, no quería abandonarlo. El océano era un reino sin bandera, una tierra de libertad. Entendía porque los hombres dejaban atrás sus hogares para pasar meses, incluso años, en largos viajes en alta mar.
-El honor es solo una palabra sino se enfoca a engrandecerse a uno mismo, y un hecho si se apunta a ayudar a los demás. Pero gracias por el aviso, una pena, parece que ni en tierra tan legendaria podremos bajar la guardia.
Allí podía vislumbrarla, una joya que le recordaba bastante al imperio, pero que parecía engalanada con una suerte de lírica épica. Apretó sus manos sobre la balaustrada del barco. Le había hecho una promesa a un moribundo Sir Andrews, regresar a su tierra con su espada y entregársela a su familia. Pero hasta en eso había fallado. La espada se había quebrado. Y no era lo único que se había perdido. Sargul había caído, el formidable norteño, fuerte como un toro, con el corazón de un niño y el alma torturada por su perdida. Ojala en el otro lado hubiera encontrado el reposo que merecía. Y Darwell... Se miró el corte en la palma de la mano. Otra promesa que no podría cumplir, otro hermano caído. Un hombre sin hogar ni patria que ahora pertenecía al reino más grande y tenebroso de todos.
La vida era una sombra alargada que contaminaba la existencia. Creías tener el tiempo suficiente para luchar, para librarte de tus demonios, para conseguir tus anhelos. Y sin darte cuenta, tu existencia había terminado y las promesas que vibraban en tu corazón cuando estabas vivo se tornaban cenizas. Pero no iba a llorar, el desánimo y la baja moral eran enemigos que no podía dejar que lo hirieran.
Lamentó muchas cosas cuando el capitán estaba atracando, a la vez, se alegró de estar allí y de que el resto de sus compañeros siguieran en pie. "Me pregunto cuantos de nosotros verán el final de esta aventura. Si es que hay un final..."

Mousillon. El aroma traído por las corrientes de viento, sumado a la pesada humedad y a la constante lluvia, sacudieron sus fosas nasales igual que una bofetada.
-¿Así es como huele la gloria bretoniana tan cacareada por juglares y buhoneros?
Poco recordaba él su hogar y poca añoranza sentía en su corazón, pero no pudo evitar recordar su tierra natal, donde el aire era pulcro, libre de hedor, siempre adornado con flores naturales. En una palabra: perfecto. Durante sus años de viajes se había acostumbrado a muchos malos olores; el sudor de la campaña, el hedor de la muerte, el tufo de los enanos...pero Bretonia no olía precisamente como había imaginado. El contraste de su tierra natal con aquella ciudad humana era demasiado grande como para que su nariz lo pasase por alto.
El capitán Ahabsson empezó a despedirse. Al menos éste lo hacía desde la cubierta de su barco y no desde el fondo de un ataúd, aunque viendo el castigo sufrido por el Martillo de Tormenta pocas diferencias había ahora entre una cosa y otra. Apretó su mano impregnando en el gesto toda su energía.
-Gracias, capitán, por mostrar una dignidad y un respeto más allá de los prejuicios. Sin duda sois un gran ejemplo para vuestra raza. En mi corazón me llevo vuestro recuerdo. Y aunque he de lamentar haber perdido dos buenos amigos a bordo del Martillo, me agrada pensar que he encontrado otro. Suerte en su búsqueda de riquezas.

Los muelles de Mousillon. Las horas a las que habían llegado no eran las más adecuadas para buscar un transporte. Era el tiempo de los libertinos y los borrachos. La gente de bien estaba encerrada en sus casas. Y por la luz que veía en los castillos, parecían estar pasándoselo bien. Siempre le sorprendía aquel contraste entre un mismo pueblo, en una misma ciudad. Las clases. Los nobles dándose un festín en sus lujosas fortificaciones y en la calle los hombres morían de hambre y frío. ¿No se daban cuenta que sus semejantes necesitaban de su ayuda? No, claro que no. Calîm siempre había luchado por enfrentarse a los prejuicios raciales. De lograr una victoria, sabía que había otra lucha que le costaría más esfuerzo aún conseguir. Una victoria sobre las clases sociales.
-No es un panorama muy alentador...-masculló. Le hubiera gustado tener delante a uno de aquellos juglares que tan orgullosos cantaban sobre su patria para preguntarle sobre la grandeza que había en aquellos pordioseros desdentados y las meretrices de rostros pintados.-Sugiero buscar un lugar para pasar la noche y mañana empezar con las pesquisas sobre Albión. Pocos barcos habrá que estén dispuestos a partir hacia la isla y seguramente su coste sea elevado. Necesitaremos dinero -indicó, tras lo cual se giró hacia Zeque.-Intentemos ganarlo de forma honrada. Creo que la ciudad tiene bastante que ofrecernos pero no veo seguro avanzar a solas por estas calles. No es por la hora, ni por la sucia decadencia que se puede apreciar. Hay algo más, en el ambiento. Noto cierta presencia oscura, algo que me perturba, pero que no logro adivinar que es –terminó, lanzando una significativa mirada a Marcus, quizás él también se había olido algo.
-Ya que no posee contactos en la ciudad, capitán, lo mejor será preguntar a cualquiera de sus habitantes. Si, allí, ese grupo de alegres señoritas parece que nos hacen señas, seguramente estén dispuestas a ayudarnos…no sé como no pasan frío llevando tan escaso atuendo.
Sin más devaneos, se acercó a las primeras mujeres de vida alegre que se mostrasen receptivas y las preguntaría por un lugar por el que pasar la noche. Un lugar seguro y caliente, pedir uno limpio seguramente sería demasiado.

Notas de juego

Espero no estar muy oxidado!

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20/01/2014, 13:54
Zeque Wilfur

El sueño fue cuando menos reparador… Las pesadillas sobre monstruos de lava e infinidad de señores verdes se mezclaron con las risas maquiavélicas del señor de huesos… Su estridente risa sonaba como el traqueteo de un motor… CHISPUN!!! CHISPUN!!!!... Era una risa inacabable y que se mantenía estable mientras tenía la sensación de volar. Como si flotase!!! Para colmo las imágenes se sucedían a una velocidad vertiginosa, de forma que se mezclaban imágenes de todo tipo… Incluso la luna volvía a hablarme!!! Y sobre todo, y por encima de todo estaba la comida. Infinidad de platos deambulaban entre los pequeños señores verdes, y yo no podía alcanzarlos. Y eso que tenía hambre!!! De hecho ahora que me daba cuenta, percibí unos rugidos en mi interior que luchaban con insistencia con el continuo traqueteo.

Un retortijón especialmente doloroso me hizo levantarme de golpe, solo para recordar que mi brazo estaba roto al golpearlo contra un caja que había cerca de mí. Con un grito de dolor, acabé por despejar las brumas del sueño. Mientras el golpe me hacía recordar poco a poco lo que había pasado y el porqué estaba allí. La huida…. El dolor en el brazo… No sabía como habíamos llegado al barco tortuga, pero estaba claro que allí estábamos. Un nuevo gruñido de mi barriga me hizo recordar que llevaba muchos días tendido y que posiblemente estaba a punto de morir de inanición. Tras vestirme como mejor pude, subí los escasos escalones para salir a cubierta.

Una bofetada de viento salado me golpeó en la cara mientras millones de aguijones me pinchaban los ojos ate la visión del sol.  Miré a mi alrededor bizqueando para que mi vista se acostumbrase a la fuerte luz hasta que vi en un lado del barco a mi amigo Calîm y al señor de las estacas charlando. Me acerqué con mi brazo en cabestrillo y con una sonrisa en la cara por ver que ellos estaban bien.

- Bienhallados seáis los dos y felices días tengáis!!! Hace un día radiante y parece ser que todo nos ayuda a seguir nuestro camino hacia Bretonia. ¿Sabéis? Nunca estuve en esas tierras. Dicen que los caballeros vagan por las calles enfrascados en sus relucientes armaduras y que las canciones laúdes y arpas resuenan por todas las ventanas… El amor flota en el ambiente me dijo una vez un trovador… Ah!!! Si lo conocisteis!!! Era el señor de las canciones!!! Pero dejando estos temas aparte… ¿Cuánto tiempo dormí? Y lo más importante… pero que muy importante…. ¿sabéis s hay algo para comer? Me estoy quedando canijo y esmirriado y creo que he perdido lo menos diez tallas…

El resto del viaje fue amenizado por las continuas alusiones a las tierras a las que ahora nos acercábamos. Me parecían exageradas!!! Yo no creía que fuera a ser así… De echo me dediqué en cuerpo y alma a coserme una especie de bonita boina con un trozo de tela de cuadros, una pluma roja y hilo y aguja que encontré en mi mochila por casualidad. No recordaba de donde había salido pero la luciría estupenda una vez acabada. Dado que no podía usar mis dos manos, fui excluido de los trabajos en cocina, cosa que agradecí, aunque por culpa de ello comía peor y recibía las miradas desdeñosas de todos. De hecho la boina tuve que pedir la ayuda del señor de la escopeta, ya que el enano de la cresta casi me mata con la mirada cuando se lo insinué, el señor de las estacas estaba siempre demasiado ocupado y a Calîm…. Bueno!!! Con él me dedicaba a cosas de magos!!!

- Calîm!!! - Le dije al tercer o cuarto día de navegación…. – Tenemos que hablar!!! Si, si!!! No me mires con esa cara… Esto es muy serio!!! Habíamos hablado…Bueno!!! Me dijiste que cuando llegásemos al barco me enseñarías magia. Y en especial el pergamino ese que me encontré en la selva y que tan amablemente me dio el señor de huesos…  

Así mismo también intenté amenizar el viaje hablando con el señor de las estacas… E incluso se lo insinué al enano de la cresta.

- Buenas!!! Necesito ejercitar mis brazos… Sobre todo el herido aunque ya parece que empieza a estar mejor. Podríamos entrenar un poco ¿no? Prometo no haceros daño con “Repollo”. Pero si no me moriré de aburrimiento y como no me dejan pasear a mis anchas por ahí, pues he pensado que tal vez os podría enseñar varias técnicas que he estado desarrollando…. Estaba el “tirabuzón martilleador” o la “rosquilla de golpes”. No pongas esa cara!!! Son totalmente letales!!! Lo que pasa es que aún no he podido depurarlos… Ven!!! Oye!!! No huyas!!! Zeque el gran guerrero te desafía!!! Grrrrrr!!!! – intenté ponerme en la postura más amenazadora que imaginé mientras blandía a Repollo en alto.

De esa guisa los días fueron pasando hasta que finalmente vimos en el horizonte nuestro destino. Los castillos y los altos torreones emergían por doquier como si fueran champiñones, pero la verdad es que mientras arribábamos a puerto, el aspecto desolador y oscuro de este dejaba claro que las historias del señor de las canciones distaban mucho de la realidad y que el capitán del barco-tortuga estaba más acertado. O eso o hablábamos de ciudades diferentes!!!! Para colmo, la lluvia plomiza que había empezado a descargar instantes antes de entrar en puerto no ayudaba para nada en ello.

Nada más descender… aunque ya desde la distancia se notaba, cientos de aromas insufribles nos asaltaron. Allí hacia tiempo que nadie limpiaba!!! Eso estaba claro!!! Pero aún así mi mirada nerviosa vagaba por cada uno de los rincones al ver cosas totalmente nuevas para mi. En varias ocasiones me paré a ver varios tenderetes de especies y telas extrañas. Incluso paré en una que vendían armas y cosas de acero, pero no podía quedarme demasiado tiempo sin que algún integrante del grupo me apartase amablemente… Aún y todo, fui capaz de encontrar un par de trozos de tela semejante a la seda pero de vivos colores, tres botones amarillos con forma de flor y lo que debía de ser parte de un broche dorado…

Como la noche se acercaba con celeridad, el capitán gruñón no tardó en dejar ver que a pesar del viaje, seguía siendo tan huraño como siempre. A su comentario no pude por menos que añadir,

- No se que entiende por reportar beneficios… Si se refiere al montón de monedas que se fundieron en la lava, yo tuve la suerte de guardar algunas… O sea que por hoy y para ver si limamos un poco asperezas yo me encargaré de la cuenta. Total, a mi no me sirven de demasiado… Pero alguna que otra baratija buscaré. Siempre es bueno buscar, y más en una ciudad como esta. Además si no se busca, no se encuentra…. Y eso es una máxima que intento seguir. Mirad!!! Sin ir más lejos!!! Esas señoritas tan pintarrajeadas que nos llaman seguro que necesitan nuestra ayuda… Tal vez sea el momento de iniciar nuestras caballerescas acciones. Que para eso estamos en Bretonia!!! – y tras decir aquello, me calé mi boina con su pluma, la cual quedaba un poco caída hacia un de los lados y avancé en pos de Calîm que parecía que iba a preguntar los apuros que estaban pasando algunas de ellas.

Mi idea era descansar plácidamente aquella noche, pero al día siguiente saldría de compras,

- Calîm!!! ¿Mañana podrás acompañarme a comprar? Aunque si estas muy ocupado no hay problema… Me gustaría salir temprano!!! Tu mismo!!!

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20/01/2014, 23:52
Calîm Nuruhuinë

Con Zeque, en el barco…

Calîm conocía el hecho de que las palabras pronunciadas eran férreros barrotes para un hombre de honor y verdad como él. Uno era señor de lo que callaba y esclavo de lo que decía. Las palabras eran vestigios de uno mismo que debían ser tratados como tal. Él nunca hablaba a la ligera a pesar de poseer un carácter afable y propenso a la broma inocente. Nunca hablaba en vano porque sabía que tarde o temprano el hombre justo debía responder por todas y cada una de las palabras que había pronunciado, y que tal cosa podía llegar a ser terrible. Y ahí estaba Zeque, tirándole de la túnica, recordándole una promesa que le había hecho, reforzando su teoría de que hablar era tan peligroso como vivir.
—No me he olvidado, amigo mío, he necesitado algo de tiempo para preparar las clases. La magia no es algo que deba tomarse a la ligera, aunque tu entusiasmo es esperanzador. Creo que esta misma tarde podremos empezar…—argumentó, dudando al final, como si las últimas sílabas hubieran sido escupidas de sus labios y no arrojadas por propia voluntad—. Es una decisión complicada. Los magos no aceptan a cualquiera como discípulo. De hecho, si yo te presentase a mis antiguos maestros y compañeros de escuela como mi aprendiz ninguno me daría su aprobación. Seguramente pensarían que me he vuelto loco. Para ellos la magia es hermética, un círculo cerrado que da vueltas sobre si mismo…No se dan cuenta de que cada vez el círculo se hace más pequeño, encerrándolos cada vez más. Hay que romper ese círculo antes de que sea demasiado tarde. La palabra debe de ser libre, como la enseñanza —divagaba, perdiéndose entre sus tantas ideas—. Oh, bueno, quizás si esté un poco loco y lo que nos proponemos hacer no sea más que una locura pero…—miró a los ojillos del halfing, podía ver su pequeña locura, su habitual alegría sin trabas, su sinceridad, su bulliciosa personalidad, y algo más, una nota de pureza, de inocencia-. Si, de volver a mi hogar mis maestros me tacharían de hereje, de demente. Y estoy seguro de que en cualquier torre de magia, en que en cualquier universidad, sería expulsado e incluso perseguido por mi temeridad. Pero se equivocarían, todos ellos lo harían —aseguró, decidido. Su sonrisa cristalina se acentuó al girarse hacia su amigo—. Uno no puede ser un genio sin romper unas cuantas tradiciones oxidadas. Ésta tarde, después de la comida y la siesta, ven a mi camarote. Te quiero bien despejado y sin distracciones. Esta tarde empieza tu iniciación.

Con Zeque, lecciones de magia…

—Ser un mago es cosa seria, Zeque, muy seria —y como para dar fuerza a sus palabras, su rostro se había vuelto severo, adusto, desprovisto de su habitual semblante de afabilidad—. Estas son mis normas y debes aceptarlas. La magia es un camino difícil, no está hecha para pusilánimes. Abandona una vez y no malgastaré mi tiempo contigo nunca más. Búrlate o usa la magia como divertimento o espectáculo, y te prometo que la magia habrá acabado para ti. Nuestra amistad es a prueba de cañonazos pero si quieres ser mi aprendiz tienes que tomártelo en serio. ¿Podrás hacerlo? —Esperó, paciente, una respuesta que le agradase, mirando con su único ojo sano al halfing, escrutándolo, taladrándolo, analizándolo como nunca antes había hecho, impactando en él como una bala fabricado con el más puro de los zafiros.
Zeque no le fallaría*. Y no lo hizo. Sabedor de que su respuesta era la justa, sonrió.
—Vale, relaja esos hombros. Debes entender que la magia es una fuerza primordial que no puede usarse con descuido. La magia es una fuerza devastadora y nosotros solo somos insectos que nos nutrimos de su néctar para conseguir nuestros deseos. Insectos, Zeque, no lo olvides. La magia puede descontrolarse, puede matar y hacer cosas peores. Debes aceptar la responsabilidad que ello conlleva y ser consecuente cuando la uses, utilizándola solo en caso de necesidad y siempre enfocada a una causa justa. Tu corazón de dirá cuando debes emplear tu poder y tu mente cuando debes refrenarlo. Entiéndelo, un sabio se basa en su inteligencia, un guerrero en su cuerpo, un artista en su alma, en su corazón. El mago es una trinidad de cuerpo, mente y alma, y solo habiendo un equilibrio entre las tres partes podrá ser su magia equilibrada -señaló, haciendo especial hincapié en que una mente nublada o ignorante, así como un corazón perturbado jamás serían buenos consejeros para los practicantes de la magia-. No te aventures a arrojar la magia como se arroja un puñal, no la ofendas tratándola como un arma, o un medio para conseguir tus deseos. Es algo más, mucho más. Y nunca te excedas, márcate tus límites o podrías crear una reacción anómala inversa submolecuar...ehm...máscarte tus límites o yo mismo te daré un coscorrón —advirtió, volviendo a tomar su voz un cariz serio, regio—. La magia es un aliado. Con ella se puede marcar una diferencia. Mira mis brazos, son débiles. Podría encontrarme en una ciudad desconocida, solo, y toparme con una muchacha en apuros, rodeada de varios hombres fornidos que buscan hacerla daño. El deber me insta a actuar, como a cualquier otro. Pero mis brazos son débiles. ¿Qué hacer? La magia es la respuesta. La magia es versátil, la magia es poderosa, pero no debe servir para engrandecerse a uno mismo. La magia debe postrarse al servicio de los más débiles, porque la magia es humildad. Gracias a la magia, con estas manos de pianista y mis flojos brazos, pude ayudar a la muchacha. La magia será tu aliada. Podrás golpear a tus rivales cuando estés desarmado, confundirles desde la distancia, aturdirles, engañarles, y alumbras tus noches más oscuras... No importará que tus enemigos sean más grandes, más fuertes, más sabios. La magia es una pequeña trampa que los dioses colocaron en el mundo. La magia te dará ventajas Zeque, úsala sabiamente, con respeto e imaginación, y verás que es más útil que cualquiera de los objetos que llevas contigo....que ya es decir, ¿Hay algo que no lleves en esos saquillos?
Se detenía de vez en cuando para no aburrir demasiado a Zeque. Le ponía ejemplos y repitió varias veces las normas de la magia, la responsabilidad y el uso correcto con el que debía usarse para no caer en las garras del ego desmesurado o la vanidad. La magia también era un pozo en el cual caer, obsesionado, deseando beber más y más de sus aguas. Siempre había riesgos y no dejaría de advertírselos por triplicado a su amigo.
Zeque poseía un corazón puro y aventurero, dos cualidades básicas para un mago. Quería dejarle bien claro que aquello no era un juego y que un error fatal en su concentración podía acarrear consecuencias que no se podían solucionar.
Fue especialmente insistente en la prudencia y el sentido común que el halfing debía poseer al arrojar un hechizo ya que básicamente lo que se proponía con aquella instrucción era poner en manos de una de las personas más incansables y caóticas que había conocido nunca el arma más poderosa de todas las que existian. Pero creía en Zeque y en lo útil que le sería la magia, tanto en este viaje como en otros.
Además, si iba a morir en Albión como otros tantos de sus compañeros habían muerto por el camino, mejor dejar un legado.

—Mira a tu alrededor. No, no con los ojos. Para ver la magia tienes que observar con el ojo de tu mente. Pronto aprenderás a percibir los vientos de la magia; Shyish, el que trae la muerte, Ghyran, el que da la vida, Azyr, de los cielos, Hysh, la luz, las bestias es Ghur, las Sombras Uglu, Chamon para el metal y Aqshy para la llama. Tranquilo, no hace falta que los memorices todos
—sonrió tras su pequeña broma—. Debes entender que cada viento trae su propia magia y que cada mago es afín a uno de los vientos. Si te esfuerzas quizás podrás sumergirte en uno de ellos aunque de momento nos centraremos en la magia básica, la arcana. Son los hechizos más sencillos, pero no los menosprecies, puede que tu vida dependa de ellos más adelante…¿Qué? ¿Qué cual es la corriente para lanzar rayos por los ojos? ¿Quién te ha contado eso? ¿Tu tío que? No, para, para, en serio ¿Alguna vez me has visto lanzar rayos por los ojos? No, no es que no pueda, es que no quiero. ¿Por qué? Es que…sería doloroso, ¿No? —Terminó, siguiendo la broma hasta el final.
Siguió con un poco de teoría de plomo, aburrida pero necesaria, así como conceptos básicos y palabras específicas para que Zeque comenzase a familiarizarse con la magia arcana. La magia eran, sobretodo, muchas horas de estudio.
—¿Cómo lanzar un hechizo? Ya hemos practicado antes la concentración...aunque creo recordar que la primera vez te dormiste. Recuerda, debes dejar a un lado el mundo, el ruido, tanto de fuera de tu cuerpo como de dentro de tu corazón. Nada debe perturbar tus pensamientos, nada debe alteraros. La magia es una ciencia, es un arte, si algo te molesta, apártalo…A la vez no debes perder contacto con el mundo que te rodea. Tarea complicada, lo sé, pero la concentración es básica para captar los vientos, para escuchar la magia susurrándote en la oreja. Para que lo entiendas, es como cuando un familiar tuyo cuenta una historia. Te encuentras al lado de la hoguera, su calor te arropa, el fuego te reconforta…pero a la vez no estás allí, estás dentro de la historia, en el cuento, y no hay preocupaciones ni inquietud, porque una buena historia te atrapa. A la vez, no dejas de sentir el calor. ¿Entiendes? Tranquilo, será más fácil cuanto más lo practiques. ¿Qué? Oh si, es necesario estar callado. Y no, no puedes estar comiendo bollos mientras tanto...aunque quizás en tu caso…no, no, no seré yo quien instruya al primer mago zampabollos de ésta vieja tierra —sonrió una vez más, ¿Era pecado divertirse mientras enseñaba?
Ah, el calor de la amistad y el arrullo de la magia, ojalá el mundo fuese más claro, las razas más abiertas y el caos una leyenda, entonces podría dedicarse a la enseñanza; un sueño velado de su juventud. En su hogar la magia era para unos pocos; los elegidos, los válidos. Él no lo entendía así, el conocimiento solo era útil si era libre. Entendía que su misión en el mundo no solo era ayudar a los desvalidos y combatir las oscuras fuerzas que lo amenazaban, también era abrirle los ojos a la gente, romper viejas costumbres.
—Primero, te concentras —prosiguió con la clase—. Una vez tus sentidos se han agudizado y la impureza del mundo y de tu ser se han oscurecido, podrás sentir los vientos. Los vientos son como una marea, debes aprovechar sus idas y venidas para hacer más fuertes sus hechizos al igual que debes evitar conjurar cuando la marea sea baja, ya que tu poder será menor y a veces, incluso, inexistente. Una vez hayas sentido los vientos, tienes que captarlos. Atraparlos con tu mente, darles forma. Existen mil y un modos de hacerlo, y cada mago termina por desarrollar sus propios métodos. En mi caso...es un sentimiento, una emoción, que me llena y utilizo. Cuando te haya alcanzado, lo notarás, tendrás el poder, vibrante, especial, dentro de ti. Es...hermoso. Conocerás muchas mujeres a lo largo de tu vida, Zeque, pero una vez hayas probado la magia siempre tendrás una amante —le aseguró, aunque en su corazón el siempre llevaría a una, la única, a la que ya no volvería a ver hasta que el río de su vida se internase en el mar de la eternidad-. Una vez la magia esté dentro de ti debes conjurar. Es la parte más técnica. Debes usar tus manos y tus palabras, de forma precisa, concreta y medida. La práctica hará de ti la perfección. Por supuesto debes haber memorizado el hechizo con anterioridad y practicado mil y un veces delante del espejo. A la hora de la verdad, las palabras de poder y los gestos mágicos liberaran el poder del conjuro. Para facilitar las cosas siempre puedes usar uno o dos ingredientes mágicos, afines a cada hechizo, exclusivos de cada uno, que te ofrecerán alguna ventaja, pero nunca ninguna garantía. Los repasaremos más tarde, cuando empecemos ha estudiar los hechizos —aseguró, había preparado un conjunto de pergaminos en el que había anotado con letra clara y elegante cada uno de los hechizos que Zeque podría aprender**.
—Una vez arrojado el hechizo te cansarás. Tu cuerpo y tu mente se agotarán, incluso puede que llegues a perder el apetito. Bueno, no, no creo que lleguemos a un caso tan extremo. Bien, Zeque, esto no es todo, pero es bastante por hoy. Basta de cháchara. Soy de los que opinan que el movimiento se demuestra andando, así que vamos a repasar todo el proceso, paso por paso, a ver si consigues lanzar tu primer hechizo. Yo estaré a tu lado, guiándote. No te preocupes sino lo logras a la primera, pocos lo hacen. O si a la décima aún no ha brotado nada de tus manos descubiertas. La magia es esquiva, una ánguila que se escurre entre dedos huntados de mantequilla, pero cuando la atrapas. En fin, ya lo verás, ya lo sentirás...Adelante.

Con el grupo, en Mousillon…

Zeque, bajo su eterna verborrea, se ofreció a pagar la estancia del grupo con monedas que nadie sabía de donde había sacado. Y era mejor no preguntar. Una oferta generosa y bien recibida. Atendió también a su intención de marchar de compras al alba.
—Justo iba a sugerir que no me importaría perderme en una ciudad como Mousillon en busca de ciertos objetos y curiosidades que seguro abarrotan los rincones más polvorientos de sus comercios. De acuerdo, Zeque, mañana al alba veremos que puede ofrecernos la ciudad***

Notas de juego

*Imagino.
**Todos los de la lista de Magia Arcana Pueril, si se hace algo, hay que hacerlo bien.
**No sé que buscará el halfing, pero el elfo buscará tiendas de magia, esotéricas, guiado en parte por las recomendaciones de la gente y por su sentido para percibir la magia.

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21/01/2014, 09:20
Rakduim Piel de Dragon

Me gustaba aquel lugar, tenia un aire decadente que se te pegaba a la parte de atras de la nariz que sabia a suciedad humana. Era algo extrano pero me parecia familiar, aunque no cai en que. Avance por la ciudad con los demas buscando donde descansar, la verdad que no lo necesitaba pero estaba seguro que el elfo no descansaria en cualquier cuadra de camino a ningun sitio. Bueno otro lugar donde tomar algo.

Mire con maniaca tristeza omicida al capitan y a su barco, no es que me hubiera encarinado con nadie tenia claro lo que me quedaba por hacer y esperaba encontrarlo pronto, pero aquellos buenos hombres eran verdaderos heroes cruzando los mares y jugandose el tipo en cada tormenta, en cada cruce de barcos piratas y en cada dia de mar y sol.

Mientras nos adentrabamos en el puerto, un elenco de miradas de humanos nos acosaba por los cuatro costados, yo mire con mis ojos semi cerrados desde detras de mis cejas, el primero que se pasara un poco iba a cenar hacha y esa seria su ultima comida, me aclare la garganta escupiendo contra una pared que casi se cae de lo descuidada y mal hecha que estaba -arg! ...puf!- el proyectil salio volando y salpico a unas gallinas desplumadas que por alli picoteaban en el sucio barro buscando algo para llenar el buche.

-Bueno llevamos un rato caminando, basta de chachara insulsa busquemo cualquier lugar para pasar o prosigamos pero basta de pasear por aqui llamando la atencion!-  sentencie esperando una respuesta, yo no tenia intencion de ir preguntando a los humanos que me encontraban para obtener respuestas a medias y dudas. Queria un sitio donde sentarme y pensar en como morir un dia mas.

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21/01/2014, 16:10
Samuel Colt

Nuestra aventura en la isla nos habia propiciado pocas cosas buenas que recordar, al mover mi brazo para ajustar una de las tuercas del motor noto los moratones que llenan mi cuerpo... Maldigo mil veces a esa maldita pelirroja y a los enanos y su fiebre del oro... dolor, muerte y penurias es lo unico que habiamos sacado en claro de ese maldito islote. Me doy la vuelta para contemplar mi trabajo mientras me paso un pañuelo, que hace tiempo que perdio el tono blanco, por la frente sudorosa. Haciendole un par de indicaciones al resto de enanos alli presentes me dirijo hacia la cubierta.

El fresco, salino y poco saludable olor de la brisa marina proveniente de un puerto pesquero y mercante golpea mi nariz con tal fuerza que casi me tumba, me cojo como puedo para no caer mientras mis ojos se acostumbran a la claridad del dia y al mismo tiempo se maravillan al ver una urbe y un puerto que podrian rivalizar con algunas de las de nuestro amado Imperio. Los comentarios de Calim sobre el honor y los caballeros llegan hasta mi pero la verdad es que que poco me importa esta isla... es solo un medio para conseguir un fin... y sea como sea, solo estaremos de paso... o eso espero.

El martillo golpea los muelles y atraca... el anterior olor se vuelve incluso mas fuerte... y nauseabundo ante la cercania. - En serio... alguien deberia enseñarles algo sobre canalizacion de desechos y olores insalubres... por muy caballeros que sean y sus relucientes armaduras, esto huele peor que algunos de los sitios que hemos visitado ultimamente. - Me aventuro por la pasarela hasta que mis pies tocan de nuevo tierra firme, me coloco los zurrones y las armas y me aseguro que Absolucion no queda demasiado visible aparte de un bulto a mi espalda... no me gusta este sitio. Toruvk tampoco parece muy esperanzado y aun sabiendo la cantidad exigua de dinero que nos queda, conseguir un viaje hasta Albion se antoja tarea mas que interesante... veamos que sacamos de este lugar.

Rapidamente Calim atrae la mirada de unas cuantas mujeres de la calle... sin ni siquiera pensarlo mis ojos se van tras las caderas de una de las morenas... con tan poca ropa, es imposible que pase inadvertida pero rapidamente me doy cuenta de mi traspie y me recompongo. Miro hacia el mar y despues discretamente de nuevo al resto del grupo para volver a atender a la conversacion que lleva a cabo Calim... aun asi mis ojos siguen desviandose hacia esas curvas sin que consiga evitarlo.

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21/01/2014, 16:34

La llegada del variopinto grupo no pasa desapercibido para nadie en las cercanías, y aunque son las rameras las primeras en caer sobre ellos como aves de rapiña sobre un cadáver pronto una patrulla de guardias pone los ojos en vosotros, acercándose mientras el elfo mantiene una peculiar conversación con una de las jóvenes humanas

¿Un lugar donde pasar la noche, guapo? Sin duda has dado con el sitio adecuado, por un módico precio podrás pasar la noche y calentarte con nosotras... todos podréis hacerlo... incluso el enano- dijo la mujer intentando no mostrar la cara de desagrado al mencionar al crestado matador - Somos buenas en nuestro oficio, mi apuesto galán elfo, y seguro que aparte de hablar bien sabes hacer otras cosas con esa lengua de oro que tienes- añadió con una risa picarona mientras sus compañeras, ya junto a vosotros, ríen descaradamente mientras se contonean a vuestro alrededor jugueteando entre vosotros con claros gestos lascivos*

Nada más ver como las mujeres se divierten con vosotros los guardias, ya casi sobre vuestra posición, se paran y hablan entre ellos riendo entre dientes antes de dar media vuelta y seguir con lo suyo, no sin que antes el que parece el sargento os dedique una larga mirada cargada de advertencia. Está claro que no quieren problemas en su ciudad y quien los cause va a tener una severa represalia

(Independientemente de donde decidáis pasar la noche)
La mañana os sorprende aun soñolientos; al parecer casi no recordabais lo que era dormir en una cama mullida, de vuestro tamaño, sin el constante bamboleo del oleaje y los sonidos de un barco metálico envolviéndoos como un cascarón. El sueño había sido reparador pero era necesario ponerse manos a la obra tal y como dejó clara la agria voz del capitán, que por sus ojeras parecía apenas había pegado ojo en toda la noche, y no precisamente por haberse ido con compañía a la cama ya que había sido el primero en rechazar los coqueteos de las damas a las que Calîm se acercó la noche anterior

Nada más poneros en pie tanto Calîm como Zeque deciden irse a “explorar” la ciudad de Mousillon con la excusa de ir a comprar (el resto ya diréis que hacéis, es una ciudad muy grande, tanto como cualquiera de las grandes ciudades imperiales)

Pese a todo, en cuanto pusisteis un pie en la calle el bullicio y el movimiento que tan claramente contrastaban con la quietud de la noche os dejó, por un momento, anonadados.

Aquí y allí comerciantes con sus carretas pregonaban sus mercancías mientras una auténtica legión de campesinos se afanaban en transportar verduras y hortalizas de un lado a otro o guiar a vacas, cerdos y gansos hacia sus corrales o para ser vendidos. La ciudad era un hervidero pero todo ello parecía multiplicarse por cien cuando algún caballero hacia aparición a lomos de su corcel, luciendo unas hermosísimas y trabajadas libreas mientras su séquito, que oscilaba entre la pareja de pajes y la decena, lo seguían con diligencia. Los había incluso que eran acompañados por vanidosos juglares y trobadores, que relataban a los cuatro vientos las supuestas virtudes de sus señores, haciendo que la gente vitoreara a pleno pulmón como si no hubiera un mañana.

Sobre las almenas, y en las redondeadas torres del castillo, las banderolas con el blasón del señor de Mousillon ondeaban bajo el soplo de una brisa fresca y limpia que había borrado el hedor de la noche anterior, dejando un cielo despejado que iluminaba la ciudad con ahínco, haciendo que ahora sí se reflejara en ella las mil y una historias de la majestuosidad de Bretonia

Mira hijo, aquel es Pierre du Vermellon, casi gana el torneo el año pasado -decía una madre a su hijo, de no más de ocho años

¡Viva sir Pierre!- aulló el niño provocando apenas un leve saludo, desprovisto de emoción, del orgulloso caballero no hacía más que mirar al frente, por encima del populacho... emulando a todos los demás que le habían precedido y a todos los que le seguirían durante el día

Bardos y pregoneros añadían su propia voz al bullicio general, haciendo que tras varios intentos os enterarais por fin del motivo de tanto movimiento: La Gran Fiesta de la Salchicha, conocida incluso en el Imperio (e imitada), se celebraría durante lo próximos cinco días, una ocasión de oro para encontrar algún patrocinador para vuestro viaje pues gente de poder de toda la província, e incluso de otros puntos de Bretonia, acudía allí invitados por el señor de Mousillon para asistir a tan delicioso y peculiar evento

Según vais preguntando descubrís los inicios de la fiesta así como todo lo relacionado con ella, ya que pese al nombre de la celebración la ingesta de salchichas no es sino una excusa para que mercaderes de todo el feudo cierren importantes tratos, los caballeros que participan en la justa luzcan sus mejores galas (además de optar por un cuantioso premio económico) y los trobadores se batan en ingeniosos y cuidados duelos poéticos por ver quien se alza con el afamado título de Trobador de Mousillon durante todo el año siguiente, hasta que se celebre nuevamente la fiesta, logrando así trabajo asegurado en la corte.

“ Durante casi dos siglos Yremy , un pueblo de las afueras de Mousillon, no era poco más que una manchita en el mapa. La comunidad sobrevivía gracias a la propia producción de granjas y huertos. El único negocio digno de mención era una pequeña carnicería de salchichas que vendía su producto a unos pocos nobles no muy lejos del pueblo. Poca gente de fuera del pueblo había oído hablar siquiera de ella. El momento álgido del año era una fiesta que duraba toda una semana, organizada por la familia Saucisse, propietarios tanto de la carnicería como del hostal. La fiesta se organizaba para atraer a los nobles cercanos, para que pasasen la semana entera disfrutando de la comida, los espectáculos y, principalmente, para que dejasen su dinero en el pueblo. Aunque no llegaron a atraer a más de una docena de nobles, el festival se estableció como tradición anual

Un día, hará unos quince años, Bretrand Saucisse logró mejorar notablemente su receta y las salchichas saltaron a la fama congregando al año siguiente una verdadera multitud. Interesado por el rotundo éxito del festival el señor de Mousillon propuso a la familia Saucisse trasladarse a Mousillon, junto con su negocio (tanto carnicería como el hostal), para celebrar en la gran urbe la ya conocida fiesta de la salchicha y hacerla aun más notable, ante lo que el humilde carnicero no pudo más que aceptar encantado por su buena fortuna”

Notas de juego

* Vosotros decidís si pasar la noche con ellas o no ;)

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21/01/2014, 17:29

Tras levantaros con la primeras luces y ver el bullicio de la calle, aun a medio despertar, os dirigís hacia la zona central donde parece haber un amplio mercado donde comerciantes de toda clase ofrecen sus productos dotándolos de mil y una cualidades, en la mayoría de casos de dudosa veracidad.

Durante el trayecto la sensación de Calîm sobre el rastro de magia oscura no hace más que acrecentarse, haciendo que durante todo el trayecto la preocupación inunde sus pensamientos... y buen motivo de ello tiene pues su instinto y visión mágica lo llevan hasta las mismas puertas del castillo de Mousillon, donde una figura embozada de negro lo deja durante unos segundos mudo y petrificado debido al poder más que palpable que emana de él sin que haga el más mínimo alarde de intentar disimularlo.

Ante la presencia de la oscura figura los cuatro guardias que custodian la puerta es evidente que intentan disimular sus emociones sin demasiado éxito, pues la figura emana un poder latente visible en cierta forma incluso para los no versados en los caminos de la magia

Desde la distancia solo el elfo escucha los coletazos finales de la conversación que los guardias mantienen con el desconocido...

-... ya te lo dijo ayer nuestro señor, márchate y no vuelvas. No van a cambiar de opinión ni él ni la Sacerdotisa de la Dama que te negó el paso, así que no insistas o...

¿O qué, insignificante gusano? ¿Acaso crees que tendrías, tu o tus compañeros, la más mínima opción de obligarme a marcharme?

No... no... nosotros tal vez no, pero Madame Enchantée seguro que sí

Aquello hizo mantener silencio durante unos segundos al oscuro personaje antes de proferir una risa cascada que ponía los pelos de punta.

Tal vez pudiera plantar cara durante algún tiempo, pero acabaría sucumbiendo. Ella lo sabe... pero no malgastaré mis palabras con necios de oídos sordos. Ya buscaré en otros lugares más propicios servidores para mi Señor

Y diciendo aquello el hechicero, pues era harto evidente que se trataba de uno, dio media vuelta y se marchó con paso ligero para alivio de los soldados que respiraron dejando escapar el nerviosismo. El momento de tensión había pasado... de momento

Notas de juego

En la ciudad no hay tiendas de magia ni nada relacionado. Cuando preguntáis a los tenderos y comerciantes locales os indican que solo las Damiselas de la Dama tienen acceso a la magia y, en Mousillon, la máxima autoridad en el tema de la magia es la Profetisa de la Dama, Madame Enchantée

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23/01/2014, 14:46
Zeque Wilfur

Con Calîm, en el barco…

La excitación ante las palabras de Calîm de que aquella tarde empezaríamos mis clases de magia, se vieron ofuscadas en cuanto nos sentamos en uno de los extremos del barco tortuga. Sus palabras me sonaban a un galimatías indescifrable y por momentos mis ansias de conocimiento se iban evaporando al ritmo que las palabras surgían por la boca del elfo. Yo esperaba empezar a lanzar bolas de fuego y mover los vientos de la magia de aquí para allá e invocar monstruos y manejarlos a mi voluntad…. Vamos!!! Lo que se dice hacer magia!!! Y sin embargo allí estábamos sentados, con las piernas cruzadas… y solo hablando. Pero la seriedad en el rostro de Calîm reflejaba que no iba a permitirme ni la más mínima dejadez. Por lo que dejaba ver su pequeño discurso, aquello de la magia no era tan fácil. Habían una serie de reglas y no se podían saltar así como así… Una vez acabadas las presentaciones empezó con las clases de lleno, iniciándolo con una pequeña amenaza.

- ¿Qué significa pusilánime? ¿No habrás querido decir fustigantes? Abandonar!!! Ni hablar!!! Pero haremos algunas paradas para comer ¿no? Sabes que jamás me burlaría… Estoy demasiado preocupado con mi capacidad mágica innata… ¿En serio que no la podré usar para diversión ni nada? Bueno!!! Vale!!! Solo era para confirmarlo… Es que conocí a varios magos que hacían fuegos de artificio espectaculares con su magia… Pero ya está!! Si dices que no es que no!!! Y, sí, puedo hacerlo!!! Ser tu aprendiz me refiero… Y ser tu amigo por descontado!!! Y ser tu paladín si lo quieres, y tu explorador… Sabes que tengo capacidades de sobra para mil quehaceres. Y por si no tienes bastante, lo juro por San Cebollino y los mil cominos, Por Torcuato, el hacedor de bollos y por Recaredo el de los potajes de patatas, Y también por… Vale, vale!!! Ya paro… Era para que estuvieses seguro. Yo solo te pido a cambio paciencia y … paciencia!!! Soy nuevo en esto ¿sabes?

Tras aquel primer acercamiento donde dejamos sentadas las bases de nuestra nueva relación, se lanzó de cabeza a las explicaciones…

- Está claro!!! Somos insectos!!! La magia es grande y poderosa!!! No jugar con descuido!!! Pero depende del insecto… ¿no? No me mires así!!! Es que hay cosas que se me escapan ¿sabes?. Soy responsable ya lo sabes!!! Lo de corazón, alma y mente… La trinidad… Yo tenía una tía que se llamaba Trinidad, hacía unos pastelitos de boniato con pasas para chuparse los dedos… pero supongo que no te refieres a eso… Ah vale!!! Entendido!!!

La diatriba siguió… Y eso que pensaba yo que ya habíamos acabado…

- La magia es mi aliada… Entendido!!! La usaré solo en casos de necesidad y solo con cabeza… Entendido!!! La magia es poderosa… Eso está claro!!! ¿La magia es una trampa? Yo la podría desactivar… aunque si la han puesto los dioses… Pero si es por imaginación no sufras pues me sobra de eso… ¿En mis saquitos? ¿Qué que llevo? Nada… fruslerías!!! Unas cuentas cosillas sin importancia… Anda!!! Un trozo de queso!!! ¿Quieres un trozo? Tanto hablar te tiene que dar hambre.

Para cuando me dijo de mirar a mi alrededor, comencé a buscar con la mirada algo… Pero no era eso.

- ¿Y no sale por ahí Roglin, el que hornea los dulces ni Maegwin la que hace asados? Esos que tú dices igual descubrirían cosas nuevas de mis dioses… Pero si tú dices que esos son los importantes, Son los importantes!!! Aunque espero que no pretendas que me acuerde de los nombres porque ya los he olvidado. ¿Y cuál es el saber que sirve para lanzar rayos por los ojos? Me lo contó mi tío Wenceslao… Wen-ces-lao. No!!! Claro que no lo he visto nunca pero sería chulo poder hacer algo así ¿no? Seguro que tú no puedes… ¿Y por que no quieres?... Pues no se si dolería… A lo mejor solo escuece, o hace cosquillas… Por que si duele nadie lanzaría rayos por los ojos!!! ¿No te estarás burlando de mi verdad?

La siguiente parte seguía sin verla. Estar pendiente pero no estar. Apartar lo que molestaba pero seguir viéndolo… ¿sin verlo?

- No se yo… Cada vez que cierro los ojos, solo hago que imaginar cualquier cosa que escucho y si intento no pensar en nada acabo viendo piezas de comida y platos de asados que se pasan por mi mente y si intento pensar en otra cosa me entra sueño… Y yo creo que eso no es!!! Ah!!! Como un cuento!!! Haber empezado por ahí!!! Eso si que lo entiendo. Mi prima Rosita, contaba unos cuentos como nadie y yo recuerdo que cerraba los ojos y me perdía en su cuento… Bueno!!! Hay que decir que a veces si que me dormía de verdad… Pero era superchulo estar en aquellas noches de lluvia al lado de la hoguera con todos mis primos y unas bandejas de galletitas que llenaban el ambiente de un delicioso aroma… ¿Pero entonces tengo que estar callado no? ¿Y ya de comer mejor ni hablamos? Es que… ¿sabes? Creo que ya te lo he dicho en alguna ocasión, pero con la barriga llena pienso con mayor claridad.

El día fue pasando y a pesar de estar ya cansado estaba feliz de que alguien se dedicase a mi en pleno. No era normal que alguien me dedicara tiempo sin enfadarse conmigo. Lo de las mareas no se si lo supe captar, pero intentaría hacerlo. Lo de la amante si que no lo entendí!!! No es que yo fuese doncel ni tampoco un adonis pero en mi vida había estado con algunas halflings y no acababa de entender esa similitud… Aún así, si lo decía Calîm, le haría caso, aunque no me emocionó mucho la idea de acostarme con la Magia. Cuando sacó los pergaminos con su delicada escritura en cada uno de ellos, me sentí tan nervioso como un niño en la fiesta de San Ealsthan, cuando unos seres inventados por la gente grande dejaba regalos al lado de las chimeneas…

- Tendré que asegurarme de tener una buena despensa de esos pequeños ingredientes que me pueden servir… Tendré que hacer limpieza de mis bolsillos y reubicar algunas cosillas, pero creo que podríamos conseguirlo. ¿Cómo? ¿Qué perderé el apetito? – Aquella parte me hizo parar en mi excitado parloteo… - Eso no puede ser!! Sería nefasto!!! Una perdición, una inmerecida reprimenda… una!!! Oye!!! No me asustes así!!! – Dije comiéndome con ansia el último trozo de queso por si acaso…

Tras aquello me enfrasqué en la ardua tarea de memorizar las palabras del hechizo, así como los movimientos que Calîm me iba enseñando… Los días pasaron rápido y estaba más que dispuesto a conseguir algo… Las esquivas anguilas tendrían que ser muy rápidas para que Zeque, el nuevo mago no las alcanzara. Aún así aquello resultaba harto difícil y al parecer las anguilas si que eran esquivas. Por alguna extraña razón las palabras sonaban distintas o mis movimientos eran menos fluidos que los de Calîm dando paso a frustrantes fracasos que mi amigo me alentaba a olvidar y aprender de ellos… Los días volaron raudos.

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23/01/2014, 14:57
Zeque Wilfur

Mousillon

 

 

Estaba cansado de tanto memorizar y concentrarme. Pero había valido la pena y por poco que supiera, ya era más que ayer… y posiblemente menos que mañana. La imagen de la ciudad, aunque un tanto oscura me daba un poco de vidilla. Necesitaba estirar las piernas y disfrutar del bullicio de la ciudad aunque a aquellas horas, no había demasiado ambiente. Aquellas chicas por ejemplo se mostraban especialmente dispuestas a ayudarnos… hasta que caí en la cuenta de lo que eran:

 

- Disculpen señoritas!!! No es por desmerecerlas y seguro que son capaces ustedes de hacer todo eso que dicen y más pero buscamos otro tipo de establecimiento más tranquilo… Oh!!! Basta ya!!! Dejad de hacer eso con las lenguas… - tras mirar a los guardias me acerqué a ellos,  - Buenas noches señores!!! No quisiera molestarles más de lo necesario pero buscamos una buena posada y cuando digo buena, me refiero a que sea limpia, acogedora y den buena comida… y a ser posible que no esté muy lejos.

 

Siguiendo las indicaciones de los guardias (supongo) llegamos a “La dama dorada”. La posada estaba regentada por unos humanos pero se notaban que era cuidada y que la clientela era algo más selecta que la que andaba por los muelles. Tras llamar la atención de una de las chicas le hice saber nuestras necesidades. Necesitábamos una habitación cada uno y yo por lo menos quería tomar un baño. Tan pronto estuviésemos listos bajaríamos a disfrutar de una merecida y copiosa cena que esperaba estuviese regada por buenos vinos…Ante su mirada de incredulidad no pude por menos que suspirar:

- Me dijeron que este era un sitio serio y tranquilo pero lo que no pensaba es que serían ustedes unos desconfiados. Maese Wilfur, o sea yo, me hago cargo de todos los gastos… A pesar de su aspecto son buena gente y no causarán problemas y por si mi palabra no fuera suficiente, espero que este adelanto sirva para acallar sus dudas… - dije a la par que le dejaba sobre la mesa dos monedas de oro… (supongo que es suficiente, sino le pongo las que me digas). - Por cierto!!! Mientras nos preparan las habitaciones podría aprovechar y traerme algún pequeño refrigerio? Si!! Con un plato de salchichas creo que será suficiente… y a ser posible traiga algo de pan… y una cerveza para mi y mis amigos…

La noche pasó tranquila y disfruté de lo lindo, tanto de la comida, la cual realmente era sabrosa y de primera calidad como dl baño. En él tuve que frotar con fuerza en algunos lugares para conseguir sacar las costras de suciedad y sangre. Pero a pesar de presentar el cuerpo rojizo de tanto limpiar y de picarme, el agua tibia me relajó una barbaridad. Por la mañana me sentía un desarrapado con aquellas ropas tan desastradas pero la expectativa de salir a dar una vuelta por la ciudad hizo que tomase un rápido desayuno a base de cuatro bollos tiernos repletos de manteca de cerdo y fiambre, dos salchichas especiadas riquísimas, unos hojaldres salados que sabían de rechupete, dos vasos de leche con miel… y unas galletas con tres magdalenas que me llevé para acabar de matar el gusanillo.

Ya en la calle el jolgorio era brutal comparado con la quietud de la noche anterior… El movimiento incesante de comerciantes, campesinos y todo tipo de gentes era abrumador y me llenaba de dicha. Con tanto movimiento era normal que la gente perdiera cosas como quedó demostrado al encontrarme un pañuelo de brocado rojo, un guante de lino con encajes precioso, así como una pera que salió de no se donde y un saquito con unas hierbas que picaban en la nariz al olerlas y que creí sería alguna especie de especie (esto me lo inventé pero no creo que sean cosas demasiado relevantes…. Si hay algo más interesante ya me lo harás saber). Estaba de muy buen humor. Mis clases de magia aunque no habían sido de lo más fructíferas, habían servido para saciar parte de mi curiosidad y con la barriga llena, y limpio después de muchos días me sentía como nuevo. Solo había un detalle que había que solucionar…

- Calîm!!! Yo no se tú, pero en un día como hoy y con tantas cosas al alcance de la mano, solo le falta unas buenas prendas de vestir… Si!!! No me mires así!!! Mi chaquetilla está repleta de arañazos y descosidos, y huele a perros muertos y no quiero ni hablar de tu túnica. Insisto en que nos agenciemos unas prendas nuevas acordes a nosotros… De verdad!!! Estaré más que encantado… Que digo!!! Me harás el halfling más feliz si aceptas esa minucia… Y luego comeremos algo!! Que hace ya casi una hora que no como nada y ya noto como una desazón en el estómago…

Ya con ropas nuevas seguimos nuestro camino… Calîm parecía extrañamente tenso y así se lo hice saber. AL parecer había algo que lo inquietaba y nuestros pasos, o más bien los suyos, nos llevaban de forma inexorable hacia la entrada del castillo. A pesar de mis preguntas mi amigo elfo solo caminaba cada vez más concentrado. Ya delante de las enormes puertas, observamos a un ser extraño y totalmente tapado con una túnica negra y andrajosa, que daba miedo solo de verlo. Su voz sonaba chillona y estridente y estaba preñada de odio. Los guardias a duras penas aguantaban el talante, cosa que hasta yo entendí dada la extraña fuerza que emanaba de ese ser.

- ¿Qué es eso? Parece un mago… pero no es como tú y como yo… - me atreví a preguntar tirando de la túnica del elfo.

Cuando se marchó con claros gestos de enfado noté como si un peso se aliviara sobre la zona. Todo parecía más soleado y más tranquilo. No entendía por que habíamos ido allí pues por esa zona apenas habían tiendas, pero por alguna extraña razón sentía una quemazón entre los dedos de los pies, como si de un presagio se tratase.

- Ese tipo me ha puesto los pelos de punta!!! ¿Crees que tenemos que hacer algo? Yo votaría por seguir comprando aquellas cosas que nos hagan falta y luego nos vamos a comer. Y me estoy planteando la posibilidad de apuntarme  a ese concurso de salchichas!!! No te rías!!! Creo que lo puedo ganar!!! Tu crees que me dejarán apuntarme o solo pueden ir los caballeros de alta alcurnia…? Sería una lástima!!! Pero aunque no me dejen participar si que podemos mirar de probar esas salchichas. Si tienen tanto renombre será por algo, ¿no? 

Notas de juego

Independientemente de lo que "encuentre", compraré ropa nueva y cómoda para mi y Calîm (si quiere). A parte de eso buscaré algunas ganzúas pues no se si llevo. Unos 15 metros de cuerda con un garfio, una escalerilla enrollable... Hierbas medicinales si las hay, y una nueva bandolera con varios bolsillitos ara meter en cada uno de ellos los ingredientes necesarios para lanzar mis distintos hechizos.

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23/01/2014, 21:15
Calîm Nuruhuinë

Resultaba harto evidente que las mujeres habían entendido su búsqueda de cobijo como una insinuación. Lejos de sentir excitación, sintió pena. Una pena inmensa y terrible que lo dejó sin aliento, pues el suelo que pisaban era el de la gloriosa Bretonia, donde los caballeros enarbolaban palabras como honor y justicia mientras aquellas mujeres se acostaban, noche tras noches, con hombres de pensamientos sucios y manos grasientas. ¿Dónde estaban sus caballeros andantes, dónde?
Por fortuna la verborrea de Zeque le ayudó a ganar tiempo para recomponerse, aunque en cuanto el halfing supo que clase de mujeres eran aquellas, se alejó, preguntando a unos guardias cercanos por un lugar donde pasar la noche. Zeque era una brújula. Era la primera vez que estaba en Mousillon, pero encontraría el camino.
Se dispuso a seguir a Zeque pero antes rebuscó en sus bolsillos. No le quedaba mucho, calderilla que dirían los humanos. Tomó la mano de la muchacha que se había dirigido a ellos, la más joven, dolorosamente joven, y con respeto le entregó las monedas. Mantuvo el contacto y su ojo sano buscó los suyos.
—Espero que sea suficiente para que por esta noche salga de las calles y duerma en casa, sola pero caliente, ya que vos y vuestras amigas valeís más que lo cualquier hombre pudiera pagar, pues no hay fortuna que valga vuestros besos...ni debería haber precio por vuestras caricias —sonrió, sincero y algo apesadumbrado—. Sois una verdadera dama, y una dama no debería pasar sus horas en estas frías calzadas cuando la noche ya ha caído— con una elegancia de corte el elfo realizó una reverencia y la besó la mano—. Señoritas, si me disculpan…
Siguió al halfing, meditabundo, distraído. Podrían vencer al poder oscuro de la isla de Albión…y a mil demonios más, pero esas pobres chicas perdidas seguirían ofreciendo su cuerpo a hombres des almas manchadas noche tras noche. Y por mucho que luchase no iba a cambiar aquello. Lo único que podía hacer por ellas era lo que había hecho…y no era mucho.
Avanzando por las calles era más consciente de la pestilencia de aquella ciudad, de su hedor. Recordando el comentario que Samuel había hecho al llegar al puerto se giró hacía él.
—Realmente es un hedor insoportable. Quizás cuando todo esto termine te animes a volver aquí para labrarte un futuro como el ingeniero que instaló canalizaciones y desagües en toda la ciudad. Sin duda todos los apreciarían…aunque dudo que el verdadero hedor de Mousillon desapareciese con la ausencia de su suciedad.

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23/01/2014, 23:25
Calîm Nuruhuinë

Zeque era un guía magnífico. La “Dama Dorada” era un buen sitio, mejor de lo que cualquiera de ellos hubiera podido encontrar en noche tan cerrada. Seguramente habrían pasado horas vagabundeando por las calles para terminar durmiendo en cualquier nido de chinches y aunque había dormido en sitios peores agradecía el descanso de una cama limpia y cómoda.
El halfing también era generoso con sus monedas a pesar de que la posadera no se fiaba del todo de él. ¿Cómo hacerlo? Pero “Maese Wilfur” se desenvolvió bastante bien. Una cena caliente, un baño reparador y un sueño ligero le ayudaron a recuperar las energías agotadas durante la travesía. Al despertar agradeció que el suelo no se moviera igual que en el Martillo.
Desayunó más de lo debido, sería un día largo y los devaneos por la ciudad con el halfing minarían todas sus fuerzas, estaba seguro. Al salir al exterior se sintió abrumado por el ruido, los olores, las palabras arrojadas al aire, el colorido y la chispa de la vida que poseía la ciudad. Con resignación se adentró entre la multitud siguiendo a Zeque lo mejor que podía, él se movía mejor entre las apretadas calles, temiendo que su compañero se alejase y se escapase para correr solo otra de sus locas aventuras. Esta vez pensaba en no quedarse fuera.
Ellos se apretaban entre el gentío, lo cual era bueno para escuchar conversaciones y enterarse de chismorreos o eventos, como la cercana fiesta de la salchicha. Humanos, no podía definirlo de una manera mejor. Aunque la citada festividad también podría encajar perfectamente entre los enanos, quienes seguramente harían la Feria de la Cerveza y al Salchicha. Era algo burdo pero el ambiente sería feliz. Quizás por eso la ciudad estaba tan inundada entonces.
Recibió empujones y un pisotón. Tuvo la “suerte” de contemplar a uno de los caballeros de Bretonia. Iba a caballo, rodeado de su séquito. Sintió una punzada de familiaridad, le recordaba a Sir Andrews...pero no era como él. Sus ojos miraban adelante, por encima de la gente, como si no los viese. Para él eran la plebe, algo sucio, algo con lo que no mezclarse. ¿Y esos eran los héroes de Bretonia? No sabía de donde provenía la admiración que sus gentes les profesaban.
—Malditos Mousilloneses, ¡O como se llamen! ¡Te pasas la vida peleando contra el caos, orcos, skavens y diablos surgidos de las peores pesadillas y es a esos orgullosos enlatados a quienes admiran! ¡Y todo porque llevan armaduras tan brillantes e inmaculadas que está claro que no han participando en batalla alguna! ¡No, claro que no, seguramente los caballeros bretonianos estan demasiado ocupados mirándose al espejo! ¡Estas, estas son las ropas de un verdadero defensor de los humildes!—Gritaba por encima del gentío, trastabillando detrás de Zeque, cogiéndose la ropa igual que si quisiera sacársela de encima—. ¡Una túnica vieja, rasgada, unas botas con la suela desgastada! ¡Eso es lo que pasa cuando peleas! ¡Y soy yo quien recibe los empujones mientras a ese caballero de pandereta le abren el paso! ¡Ya me hubiera gustado verle en los Túneles Enanos frente a aquella monstruosidad! ¡Ja, seguramente habría saliendo corriendo! ¡Ja!
En una zona más tranquila, algo más relajado, se disculpó con su compañero.
—Perdona Zeque, demasiado tiempo entre enanos. Estaba tan acostumbrado a sus maldiciones y quejas que creo que algo se me ha pegado. Ha sido espantoso, pero ya ha pasado.
Caminaron un poco más entre el gentío, de un lado a otro. No encontró ninguna tienda de su interés aunque, siempre y cuando Zeque hiciera de mecenas, si compró ciertas mercancías exóticas en los puestos más extravagantes*. La generosidad de su compañero no tenía límites, ahora quería comprarle algo de ropa.
— ¿Pero cuánto dinero tienes? —Inquirió, aunque casi era mejor no saberlo. Por lo visto uno de sus compañeros si había encontrado el tesoro del pirata—. En otras circunstancias no aceptaría tu ofrecimiento pero dado que parezco un harapiento y mis suelas ya están bastante desgastadas te agradezco el gesto y lo acepto de buen agrado. Prometo que te lo devolveré, eso si.**
Limpio, bien alimentando y con ropa nueva se sentía mucho mejor que cuando había empezado a despotricar contra los caballeros de aquel reino. No obstante al ver a otro de ellos pululando entre la muchedumbre sintió una punzada en su corazón que no pudo evitar seguir. Un niño lo reconoció como un tal Sir Pierre. No perdió ocasión e intentó seguir al caballero.
— ¡Sir Pierre! ¡Sir Pierre! ¡Vos que sois caballero que defiende la justicia y el honor ahora os digo que anoche había en el puerto doncellas que son mancilladas día y noche por sátiros depravados! ¡Si sois en verdad un caballero que merece admiración, me pregunto! ¡¿Dónde se encontraba anoche Sir Pierre cuando tantas gestas gloriosas quedan por librarse?!
No buscaba problemas, pero si quizás el azoramiento por parte del caballero, o darle en que pensar. Se escabulló entre la muchedumbre siguiendo a un reluctante Zeque que también estrenaba ropa nueva.
—Muy elegante, Zeque, aunque para mí lo mejor es tu sombrero. Diseño propio ¿Eh? Seguramente algún modista te lo plagie y sea moda el verano que viene...

Guiados por su percepción mágica terminaron su andadura enfrente del castillo de Mousillon. El mal allí era tan notable que incluso los no practicantes de la magia notaban su influjo. Le causaba a uno malestar, inquietud y miedo. Observó atento y discreto la escena que se desarrollaba a las puertas del castillo. El emisario oscuro se marchó dejando tras de si sarpullidos de temor. Y cuanto más eran rascados, más picaban.
—No Zeque, no es como nosotros. Eso es lo que sucede cuando la magia se pervierte...cuando un hombre se pervierte más allá de lo salvable —contestó a su amigo, serio, reflexivo—. Desde luego te apuntarás a ese concurso de salchichas, de hecho no habría concurso sin ti. Aunque antes, como bien dices, deberíamos buscar algo de comer. Pero...espera, quizás nos inviten en el castillo. Adelante, vamos...—y con paso decidido se acercó al castillo.
Se presentó formalmente, reverencia incluida, sereno y firme, enarbolando el báculo mientras hablaba suavemente. Esperaba que los guardias de la puerta captasen su esencia mágica. De hecho, para ganar algo de fortaleza, conjuró ligeramente los vientos amigos de la magia para limpiar aquella impureza que revoloteaba cerca del castillo y que había dejado tras de si el emisario oscuro...lo cual haría más cálida su llegada.
—Señores, mi nombre es Calîm y este es mi amigo, compañero y aprendiz Zeque. Zeque Wilfur. ¿No han oído hablar de él? ¿No? Es sorprendente…en fin, seguro que pronto lo harán.
Los guardias estarían nerviosos. No era para menos, la visita del hechicero oscuro podía inquietar al más valiente. Se preguntó que haría allí y si podía ayudar al señor del castillo y a la mentada dama. Había una sombra sobre Mousillon y le perturbaba. Su deber era perseguir a los infames, a los corruptos. No podía dejar sin golpear ninguno de esos clavos torcidos.
—Veo con que impunidad se pasean por la ciudad personajes tan peligrosos como el que habeís logrado expulsar y me preocupo. Sin duda es un tema que debo tratar con la Profesita. Si, nos gustaría tener una audiencia con la Profetisa de la Dama; Madame Enchantée. No, ella no nos conoce. Pero el asunto de mi misiva es el mismo que se acaba de marchar, y es urgente que lo trate con ella cuanto antes. Parece que se acercan tiempos oscuros para Mousillon y seguramente vuestra señora agradezca tener un amigo entre los hechiceros de la Torre Blanca de Hoeth…

Notas de juego

*Repondrá ingredientes para facilitar sus conjuros, y comprará los nuevos, los que le hacen falta para la nueva corriente de magia.
**Pantalones, una túnica corta, todo en tonos azules claros y blancos. Una capa para la lluvia, que abrigue, y unas buenas botas. Todo cargado a la MasterCard del amigo Zeque…XD

Estaba revisando la ficha y recordé que en los túneles enanos encontré esto " Un pequeño espejo formando un colgante (no más grande que un plato de café) reluciente que sin duda tiene propiedades mágicas, aunque deberias estudiarlo con calma para saber que es" en el chamán que estaba con la araña gigantesca. ¿Podría identificar Calîm lo que hace antes del desayuno en la posada? Los elfos duermen poco y trabajan mucho.