Partida Rol por web

Había conseguido destrozarle la cabeza a aquel zombie sin necesidad de gastar en balas. No sólo porque sabía que un disparo en esas circunstancias alertaría a toda criatura viva que quedase en el hospital, sino también porque consideraba que era un auténtico desperdicio de balas.

Ares se había adelantado para abrir. Me mantuve justo detrás de él, rifle en mano, preparado para disparar por si llegase a ser preciso. Aparentemente había un chico allí atrapado. ¿Estaría infectado, mordido? ¿Seguiría siendo humano?

-Preparado por aquí -le confirmé a Ares, para que se dispusiera a abrir.

Jack encabeza la marcha del grupo tratando de no perder la concentración pese al cansancio. Han pasado varios días desde que huyeron....no, evacuaron el laboratorio, y desde entonces se han movido tratando de evitar vías principales y aglomeraciones urbanas. Pero discurrir por el margen de la civilización, pese a las evidentes ventajas, acarrea otros dolores de cabeza. Como tener que evitar que el GPS se te quede frito mientras atraviesas un bosque, dosificando las consultas y tratando de no perder las referencias.  

Al cruzar un claro un golpe seco a sus espaldas lo saca de sus pensamientos. Roan está en el suelo, pero al instante queda claro que se ha desplomado por el cansancio. Jack hubiera continuado un rato más, pero está claro que no va a poder ser. 

 - ¿Estás bien? - pregunta mientras se acerca a Roan. Aún quedan unas horas para que anochezca, y sería conveniente apurar algo más las horas de luz antes de detenernos para acampar. ¿Como vais vosotros? -  pregunta mientras mira a Tom y Keira. 

Respiraba por los labios entreabiertos con cierta rapidez, notando como mi corazón bombeaba una y otra vez, cansada después de todo lo que llevábamos caminando. Pero aún teníamos un largo camino por delante y tendríamos que continuar si no queríamos pasar la noche en terreno descubierto, y por supuesto no queríamos hacerlo. Mi uniforme militar había sido recogido de mangas y vientre, dejando mis bíceps al descubierto así como unos abdominales marcados y sucios de tierra y sudor por igual. También portaba los pantalones del uniforme, una enorme mochila a la espalda, cartucheras e incluso un pequeño chaleco táctico donde llevaba parte del equipo. Estaba hasta los cojones de ser una mula de carga.

Caminaba la última, con una escopeta de combate modelo Mossberg 500 entre mis brazos, casi otros cuatro kilos más que añadir a todo eso. Intentado vigilar la retaguardia por si alguien o algo intentaba alcanzarlos. Pero después de varias horas, o días, sin ver nada. Una acababa perdiendo la atención y apenas echaba un vistazo rápido a cada rato.

Hasta que de pronto contemplé como el nuevo teniente comenzaba a deshacerse de su equipo y se arrojaba al suelo completamente agotado. Debía estar de coña el muy cabrón. Estábamos en un maldito claro, cualquiera con una mira y de dos dedos de frente podría acertarnos. Pero incluso yo estaba ya tan harta, que ni siquiera me preocupé demasiado en eso. Simplemente me limité a caminar hacia él, frunciendo el ceño y pisando fuerte.

– ¿Qué coño te crees que haces, Roan? Levanta el puto culo del suelo, tenemos que salir de aquí y buscar algún edificio donde ponernos a cubierto antes de descansar – le reproché de mala gana, algo enfadada por todo el camino que habíamos sufrido, haciéndonos ir más lento por su culpa. Finalmente miré a Jack, aun respirando por la boca y asentí con firmeza – Yo estoy bien señor. Tenemos que seguir caminando, no podemos pararnos en pleno terreno sin cobertura.

 Staci suspira un poco más aliviada cuando es Ares el que toma la iniciativa de abrir la puerta misteriosa en vez de Tess. Si bien no quería que nada le pasase a aquel muchacho (una de las pocas personas con las que tenía algo de relación), se veía mucho más decidido y alerta para batallar a lo que fuera que hubiese allí adentro. La chica prodigio solo esperaba que ese no fuera el caso y no hubiera más peleas. También deseaba que toda la catástrofe se acabara y ella pudiera ir a su casa; pero una cosa a la vez.

 Posicionándose detrás de Donnie para no estorbar a la gente visiblemente más preparada para la batalla, Staci espera a que el grupo abriera la puerta.... ¿que tan malo podría ser lo que había adentro?

Roan esperó a que llegaran sus compañeros...lo sorprendieron bostezando tras crujirse la espalda...Durante el bostezo asintió al teniente:

-Estoooy...bien...pero no me siento las piernas!-dijo en los ultimos estertores del bostezo rememorando aquella famosa frase del cine bélico, pero no se levantó. Segundos después se desperezó mientras la cabo lo increpaba..seguía tumbado y tenía los brazos extendidos del bostezo cuando contestó a Keira:

-Va mamá, 5 minutos más ... la primera hora de clase es muy aburrida -dijo burlón a la cabo desde el suelo. Realmente tenía pinta de estar cansado, había bostezado y se había desperezado de manera genuina: el joven necesitaba un pequeño descanso al menos. Realmente necesitaba horas, pero sabía que como mucho le iban a dejar cinco minutos.

Ares miró a todos una vez más, cerró los dedos entorno al mango de la puerta... y tiró con fuerza, retrocediendo rápidamente. Todo estaba en silencio. Nadie se movía, ni respiraba, y allí dentro no parecía haber nadie. ¿Sería que se había equivocado? 

Mientras todos aguantaban la respiración, Ares dio un paso para mirar el interior... y entonces sucedió.

Dos pequeñas manos agarraron la cabeza de Ares y la boca de una niña que no debía tener más de diez años se cerró entorno a la garganta del joven. Mientras sus dientes desgarraban la piel y la sangre salpicaba era expulsada en todas direcciones, Ares gritaba como jamás lo había hecho, llevado por el mayor dolor que había sufrido nunca.

Su cuerpo se tensó y la mano que sostenía el arma se abrió, soltándola. Los músculos de sus piernas se contrajeron y solo después de unos segundos, la pequeña, con un trozo de carne en la boca, masticándola como si fuese un chicle, soltaba a Ares, que caída en medio de horribles temblores al suelo, mientras se desangraba horriblemente.

Mientras todos contemplaban la escena horrorizados, la niña continuaba mascando y Ares, expiraba.

Temo por Ares, pero confío en él. Sé que es decidido y seguro y que si hay alguien capaz de salir bien de aquello, es él, aunque cuando abre la puerta, doy un salto, intranquila, temiéndome lo peor.

-Uffff... ¿Y ahora qué? ¿Te has equiv... ?

La niña salta de repente, haciendo que yo lo haga también, y cuando muerde a Ares... es mucho más de lo que puedo soportar. No puedo moverme, no puedo gritar, no puedo... hacer otra cosa salvo mirar.

Solo cuando mi hermano se desploma en el suelo y vuelvo a mirar a la niña, que mastica en silencio como si no hubiese hecho nada malo, salgo del trance y lanzo el mayor grito de toda mi vida.

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAHHHH!

Al final, Ares había tomado la delantera. Tess se había echado a un lado, cosa que agradecí, y fue él quien tomó su lugar. Le iba tan bien eso de hacerse el macho, que nadie se lo reprochó. En cualquier caso, no le deseaba ningún mal. Me había salvado la vida allí fuera, con los lobos, pero eso no significaba que me gustase.

Era un engreído 3.0.

Pero lo último que podía imaginarme era lo que sucedió a continuación. Cuando abrió y parecía que estaba vacío, incluso estuve a punto de sonreír, pero de repente, aquella maldita niña se lanzó con una rapidez inigualable, acabando con él en un abrir y cerrar de ojos, sin que ninguno de nosotros pudiese hacer nada para evitarlo.

Ares cayó, Hera gritó y entonces, todos despertamos. Enderecé mi escopeta y apunté.

-¡Maldita zorra! -exclamé, mientras apretaba el gatillo una y otra vez.

Donnie está cerca de la puerta, junto a Nikola, esperando a que ese valiente de Ares abra el cubículo. Es sin duda el más indicado, nuestro líder, y mucho mejor para Tess, a la que veía bastante temerosa de hacerlo. La verdad es que yo no me atrevía y con el brazo herido, mucho menos.

Mientras se acerca, entrecierro los ojos porque espero que salga alguno de esos zombies, como ese que ha machacado Larry, y salte a su cuello, así que cuando lo abre y no pasa nada, respiro tranquilo.

-Vaya, si al final no había nadie -digo, casi riéndome.

La última vez que me reía, seguro, porque es espantoso. Una niña que podría ser mi propia hermana pequeña salta de repente y le muerde en todo el cuello. Es... horrible, es... no puedo mirar, y cuando Ares cae y su hermana grita, simplemente, me doy la vuelta y salgo corriendo de allí.

A mi espalda escucho disparos, pero no tengo tiempo, no puedo pensar en nada que no sea salir de aquel lugar.

-Quiero irme de aquí. No quiero volver a pisar un hospital nunca jamás.

Asentí mirando a Keira. Bien visto, nadie tendría por qué querer dispararnos, pero en caso de que así sea tampoco se lo deberíamos poner fácil. No debemos entretenernos en un sitio como este, paramos 10 minutos y retomamos la marcha. Buscaremos un sitio mejor para pasar la noche. 

Me alejé un poco para sentarme bajo un árbol, quitarme la gorra y beber un trago de la cantimplora. Observé a mis compañeros. Todos estábamos muy cansados, pero llamaba la atención la baja forma física del jovencísimo teniente. Estaba desfondado desde hacía horas. En cambio Keira y Tom aguantaban como jabatos. Era afortunado por estar con ellos. 

La caminata fue dura a través del bosque. Llevábamos ya varios días de viaje y el cansancio empezaba a notarse, sobre todo en el enclenque del teniente guaperas. Le había ido observando desde que le encontramos y cada vez tenía menos energías. No terminaba de gustarme, parecía el típico niño de papá que acababa de ingresar en el ejército después de hacer una carrera, para demostrar que era alguien y podía servir a su patria.

-Si no hacemos un descanso largo, me temo que este meapilas nos irá retrasando cada vez más. El insulso de Jack debería de darle un toque.

En el primer sitio que pilló se derrumbó como un saco de patatas. Keira, como no en ella, le dedicó unas cariñosas palabras.

-"Teniente Roan, la cabo tiene razón. Hay que encontrar un sitio seguro para pasar la noche, asi que déjese de gilipolleces y levántese."

Justo en ese momento, Jack le da 10 minutos para descansar.

-"Aprobéchelos bien, hasta que no anochezca y hallamos encontrado un buen sitio no volveremos a descansar."

Observo como Jack avanza un poco y se sienta solo. Hago una seña a Keira para que se aproxime, mientras ando un poco alejándome de Roan.

-"Bueno, ¿cómo lo llevas? Se que estás cansada, todos lo estamos. Pronto deberemos hacer un descanso largo o no creo que el maricón de Roan aguante mucho más. Ni nosotros.... Debemos encontrar habituallamiento también o las pasaremos canutas en los próximos días. No se donde cojones nos está llevando el 'lechuguín' pero en un bosque no encontraremos víveres, a menos que nos pongamos a cazar. Y yo no tengo ni puta idea de cómo se cocina una pieza cazada... Creo que deberíamos hablar con él y que nos cuente a donde quiere dirijirse. El Mundo se ha ido a la mierda y nosotros estamos chapoteando en ella. Que asco de vida."

El comentario de Roan saca en mí una mirada que mezcla el odio y el desprecio, pero lo peor no se queda ahí, pues Jack le permite tomarse diez minutos para descansar. ¿Descansar? Todos estábamos cansados, pero no nos íbamos quejando como putos críos mimados a cada paso ni poniendo en peligro la vida de los demás. Pero esta vez no dije nada... Cuando Tom me hizo un gesto para acercarme a él, simplemente miré al nuevo y solté un suave gruñido, pasando por encima de él para acercarme al único que parecía tener las suficientes pelotas como para sobrevivir a lo que coño estuviera pasando.

- ¿De verdad crees que nos está llevando a algún sitio? Creo que el teniente no sabe ni donde tiene la polla - comenté de forma burlona, dibujando una sonrisa en mis labios mientras le miraba. Allí descansando bajo el árbol - Tú y yo deberíamos largarnos. Dejar a estos dos imbéciles aquí y darnos el piro antes de que esas cosas nos atrapen y nos coman puto vivos por su jodida culpa. Tú y yo, solos - terminé de decir, susurrando pero a la vez en un tono agresivo, mientras señalé con mi dedo en su pecho dándole un ligero toque.

Tras ello negué y respiré profundamente, acomodando mi escopeta sobre mi vientre tratando de pensar y no calentarme más de lo que ya estaba. Pero es que pensar no se me daba bien. No había nacido para ganar un premio nobel, cuando mi sangre hervía ni yo misma podía contenerme. Pero de momento, me tocaría seguir aguantando.

- Está bien... - terminé aceptando, asintiendo lentamente - Hablemos con el teniente, sabes que yo estoy contigo Tom. Para lo que sea.

-"Joder Keira, no me tires los trastos ahora. Pareces una gata en celo, jajajajaja."

Esbozo una amplia sonrisa. Siempre estábamos de coña entre nosotros. La doy en el esternón con mi dedo, imitándola.

-"Sabes que yo también estoy contigo, siempre."

Borro la sonrisa de mi cara y me pongo un poco serio. Como si fuera su padre, la digo:

-"Pero sabes que no puedo abandonarles a su suerte. No llegarían muy lejos sin nosotros, y tú lo sabes. De la base huímos porque no quedaba más remedio... si nos hubiésemos quedado hubiéramos muerto igual que todos. Y aún así llevaré sobre mi conciencia el haber huido de ese lugar. Bueno, vayamos a hablar con Jack y ayudémosle a encontrar su polla."

Vuelvo a sonreír y la guiño un ojo, mientras nos encaminamos a donde está Jack.

Negué con la cabeza esbozando una sonrisa ante el comentario de Tom, la verdad es que el cabrón siempre sabía por donde salirme para quedarme callada. Pero más verdad era aún que necesitaba echar un jodido buen polvo, después de toda la mierda que había pasado desde que esto nos estalló en la cara.

- Alguna noche de estas te despertarás y yo me habré ido. Entonces cuando te veas solo, con estos dos capullos, pensarás en esto - comenté en tono de broma, aunque no lo era tanto. 

Puede que congeniera con Tom en algunas cosas, pero en otras era muy diferente. Yo no tenía ese sentido del orgullo y del deber, y bien sabía que si seguía con ellos es porque teníamos armas y era mejor no quedarse solo. Además... por mucho que me jodiera reconocerlo, tener un médico como Roan a día de hoy era una gran baza que no podíamos dejar pasar. Ya que si tuviera que depender de mis conocimientos, estaría enferma a los dos días y muerta a los cuatro, sin saber ni para qué coño sirve un antibiótico. 

- ¿Has descansado ya, principito? - dije en voz alta, mirando a Roan - ¿O necesitas que una pava te de una patada en el culo para que sigas caminando?

Después de eso sigo a Tom, dispuesta a hablar con Jack para ver a dónde nos dirigíamos.

En la cara de Roan se dibujó una sonrisa de victoria cuando el teniente dijo que habría 10 minutos de descanso.... una victoria decisiva y sin paliativos. No le sacó la lengua a la cabo pero no hizo falta, la cara de satisfacción en el joven lo decía todo. Se quedó tumbado mientras se ajustaba el brazalete que lo identificaba como médico militar. Sacó su cantimplora y bebió un pequeño sorbo y se tumbó de nuevo. Miró al cielo ya sin compañía** y dos lágrimas recorrieron su rostro.

Ya le había pasado un par de veces: estaba roto por dentro. Nunca había sido muy fuerte mentalmente y un coctel de sensaciones negativas se agolpaban en su mente: la sensación de peligro, de pérdida y el peso de la responsabilidad lo estaban matando. Debería estar cumpliendo su deber, pero no, estaba aquí con un grupo que si lo mantenía con ellos era por una mezcla de pena y utilidad*

Se levantó y se echó un poco de agua para camuflar las lágrimas, por suerte lo ignoraban lo bastante como para poder romperse así y pasar desapercibido. Recogió sus cosas y se acercó a los demás tras pasar unos 7 minutos:

-Estoy listo, sigamos - dijo lacónicamente, tenía el rostro mojado y con síntomas de cansancio.

No fue mucho, pero al final este leve contratiempo nos había sentado bien a todos para relajar gemelos y romper la tensión de horas caminando casi en silencio. Me mojé los labios una vez más con el agua rancia de la cantimplora, y me incorporé al tiempo que devolvía la gorra sudada a mi cabeza. En ese momento vi a Tom y Keira venir a mi encuentro. 

- ¿Seguimos? - les dije esbozando una mueca apretando los labios. 

No parecieron corresponder con el desenfadado gesto. Me comentaron preocupados que no tenían claro hacia donde íbamos. 

- Nos dirigimos al cuartel más cercano, que está a unos 13 kilómetros. Me parece lo más sensato porque es probable que si aún queda alguien intentado poner orden a este puto caos, tratará de organizarse desde edificios fortificados y con un arsenal dentro. Además confío en que todavía no seamos los únicos soldados que quedan, así que espero encontrar allí a más compañeros. Una vez allí nos pondremos a disposición del mando responsable y ya veremos. 

Pero todavía nos queda camino y antes nos caerá la noche. Sigamos avanzando y en cuanto veamos un sitio seguro allí acamparemos. 

Un aullido corta todas las conversaciones; un aullido de esos que uno solo esperaría escuchar en una película de terror y no en el bosque. Si bien todos habían sido entrenados para realizar caminatas como aquella en condiciones difíciles, un entrenamiento no se asemejaba a la realidad. En la realidad, había que improvisar y cuando la vida, tú vida y la de los compañeros, corría peligro, tomar decisiones.

Aquel variopinto grupo no estaba preparado, pero lo estuviera o no, el destino iba a atacarles con todo lo que tenía. 

Los aullidos rasgaron el viento y tras unos segundos de silencio, sonidos extraños de algo que se acercaba.

Al mirar alrededor, todo parecía tranquilo, pero el bosque, a unos metros de distancia, se volvía tan denso que era imposible distinguir nada... hasta que por fin lo hicieron.

Una manada de lobos salió de entre la vegetación a toda velocidad. Uno, dos, cuatro, seis lobos, todos corriendo y gruñendo hacia vosotros.

Y si eso hubiera sido todo, en realidad no habría razón para asustarse más de lo necesario, pero es que detrás de ellos, apareció el maldito "padre de todos los lobos", cuatro veces más grande... y bastantes más peligroso.

Roan llevaba tiempo en silencio... en realidad llevaba unos días así. En los primeros días silbaba canciones de "Panic! at the Disco" y fue reprendido porque eso simplemente era no sólo una falta de disciplina o de gusto musical: les ponía una diana encima.

No obstante, a pesar del descanso que habían hecho por su culpa, el joven con la cara mojada estaba dispuesto a seguir..se estaba acercando a sus tres compañeros cuando escuchó que iban a una base cercana. Iba a protestar por algún motivo:

-Pero tío, Jack eso no es buena ide..-algo cortó la conversación- ¡Joder! - la reacción del inestable joven fue impredecible y muy rápida. Quitó el seguro del arma que le colgaba de los correajes, y sin poner el silenciador personalizado -que se lo habíais visto- pulsó el gatillo en modo semiautomático y una ráfaga de 3 balas salieron del cañón de la m4 dirección al lobo mayor. El rugido del fusil de asalto se tenía que haber escuchado bastante lejos.