Partida Rol por web

¡¡N-no puede serrr!!. ¡El fusil se había encasquillado en el peor momento!. No había tiempo para pensar. El monstruo ya empezaba a estar demasiado cerca de Keira y Roan. Y las balas que Tom le había metido no parecían ni inmutarlo. Llevé mi mano al cinto y cogí una de las dos granadas que había conseguido apropiarme durante la huida de la base. 

Si iba a usarlas tenía que ser ya, antes de que estuviera más cerca. Solo quedaba confiar en mi puntería. 

El lobo, esa gigantesca criatura que bien podía haber salido del mismísimo infierno, continuó su avance, cada vez a mayor velocidad. Los disparos de Tom, uno al menos, volvió a dar en el blanco, pero era demasiado grande, demasiado resistente para ser detenido solo con eso ni únicamente era herido en el cuerpo, y Jack, que había lanzado una granada, solo consiguió crear el efecto de que aquel animal era prácticamente indestructible, puesto que no le costó absolutamente nada esquivar la metralla que saltó a un lado.

Si nada lo impedía, todos estaríais a su alcance en pocos segundos.

Roan y la cabo casi tenían doblegado al lobo que realmente no era más grande ni más peligroso que un pastor alemán con hambre. Con la bayoneta en la mano buscó la garganta del lobo mientras que Keira lo sujetaba... el cuchillo se clavó mientras Roan pudo ver la granada. El teniente médico lanzó un aullido de rabia:

-Nooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo.. con granadas noooo! -dijo mientras apretaba con más ansia la bayoneta no acoplada contra el lobo pequeño.

Cuando vio desde el suelo que la granada no había tenido apenas efecto sobre el lobo mutado se resignó:

-¡A la cabeza! O no lo contaremos...-se resignaba a tenerlo vivo, pero mejor muerto que no tenerlo.

-¡De dónde cojones ha salido este engendro del Infierno!

Miro de reojo si Keira y Roan han subido a los árboles y me incorporo un poco buscando una posición más cómoda.

-"¡Fuego a discreción!

Una ráfaga de balas sale disparado hacia el bicho. Pero enseguida me quedo sin balas y no consigo darle...

-¡No me jodas! Ahora me quedo sin munición...

Palpo mi cinto buscando la munición de reserva.

Roan al final degolló al lobo pequeño y miró lo cerca que estaba el lobo mutado... era una bestia formidable y terrible.. nunca había tenido una voluntad ni una determinación excepcionales, hasta este combate en el que incluso había dado órdenes. Pero, ante la "orden" o sugerencia del sargento que treparan, se dispuso a ello. Con dificultad,  Roan comenzó a trepar, esta vez ciego de miedo conforme la adrenalina se disolvía en su organismo. ¡Joder es que es demasiado grande!

Una ráfaga de pensamientos acudió a la mente del joven teniente: sus compañeros hasta ahora no lo habían interrogado a fondo, ni él había hecho muchas preguntas tampoco. Todos tenían un pasado y no quisieron preguntar mucho..pero tras esto, el joven médico sabía que habría preguntas. Si es que lo contaba. 

Había sido horrible, pero poco a poco me había recuperado. No tengo valor para mirar el cuerpo de mi hermano, pero lo hago, y me libero de los brazos de Eve, a quien estoy agradecida, para acercarme a él y darle un último beso. Supongo que ya ha pasado lo peor, que acepto que lo he perdido, aunque todavía no me lo quiero creer.

Me agacho, lo abrazo y lloro sobre su rostro, que al menos parece estar en paz. De hecho, al mirarle a los ojos, casi es como si estuviese durmiendo y fuese a levantarse de un momento a otro.

-Tranquilo, hermano. Ya no tendrás que preocuparte más -le digo, acariciando su frente -. Todo irá bien ahora.

Mientras estoy allí arrodillada delante de él, escucho a Donnie y a Zach. Parece que vienen a por nosotros, pero no me importa. Ya todo me da igual. Tess me mira pero no soy capaz de devolverle la mirada y siento que aquel es mi lugar, junto a mi hermano, por siempre.

Hera parecía destrozada, Eve y Nikola parecían estar aún en shock, pero los demás no tenían tiempo que perder porque el peligro seguía estando allí... y se dirigía hacia ellos sin esperar a nadie.

Pero lo que no esperaba nadie era que Ares abriese los ojos e hiciera por levantarse.

Mientras Donnie, Claire y Zach se preocupaban por lo que les caía encima, los demás observaban con sorpresa y horror, como Ares volvía a la vida. 

Hera no se lo podía creer y no sabía si correr.

Casi sin dar tiempo a recuperarnos, Donnie aparece y dice que oye algo. Así que esto no ha terminado. Vienen a por nosotros y estamos allí, en ese sitio sin salida. Tras la muerte de Ares, parece que Claire, Zach y Larry llevan la voz cantante, porque son los que reaccionaron más rápidamente, pero esto no ha hecho más que empezar.

Cuando Zach entra diciendo que cerremos las puertas, lo miro sin entenderlo muy bien.

-¿V-vienen? ¿Quiénes vienen? ¿Qué sucede? -pregunto.

Y entonces, al mismo tiempo, veo algo increíble. Ares se levanta. Estaba muerto... pero ahora... se encontraba de pie de nuevo.

-A-ares. N-no es posible. Está muerto -digo en voz alta, sin saber qué hacer, si huir, cerrar la puerta, o simplemente gritar.

Mis manos estaban poseídas por un temblor que me estaba lastrando en la batalla. ¡Tenia que mantener la calma, joder!. ¡Estaba preparado para luchar!. ¿Estaba preparado para morir?. 

Para lo que seguro que no estaba preparado era para hacer frente a un lobo gigante. Y menos para uno que daba la impresión de que, de algún modo, actuaba con inteligencia. O al menos, con un comportamiento menos instintivo que un lobo normal. 

No conseguí dar de lleno con la primera granada, y los restos de metralla fueron esquivados por la criatura de un salto y casi sin prestar atención. Solo me quedaba otra. Y la bestia empezaba a mostrar intención de iniciar su ofensiva. 

Solo tendría una oportunidad. Me puse de pié sobre la rama, llevé mi mano hacia atrás para coger la granada y la acerqué a mi boca al tiempo que flexionaba las rodillas para coger impulso. No sé por qué coño hice esto, pero lo hice. 

Salté del árbol hacia delante sin pensar en aquel momento en la caída. La granada, en vez de lanzarla en parábola como la primera mientras me preocupaba de contrarrestar el temblor incontrolable y de no perder el equilibrio, la lancé en el aire a modo de pedrada haciendo acopio de todas mis fuerzas. Confiaba en que acertaría a un blanco tan grande mientras acortaba la distancia saltando hacia él. 

¡¡CORREEEEEED!!

Con los dientes, quité la anilla, la lancé y recé.  

Aquella maldita explosión no había quedado muy lejos de nosotros, tanto que incluso pude sentir una lluvia de tierra y hierba sobre mi cuerpo mientras alzaba la mano para cubrir mi rostro. Sentí la onda expansiva, pero no tardé en ver cómo el enorme lobo había esquivado los fragmentos y seguía acercándose hacia nosotros. Más y más... Ya no tenía tiempo para subirme a el árbol y además, ¿para qué? Esa jodida cosa parecía poder derribarlo de una embestida, si es que no era capaz de alcanzar la copa de un solo salto con su enorme tamaño. 

Así que cogí mi escopeta, alzándola, apuntando al animal mientras se acercaba. Notando como mi corazón latía con fuerza una y otra vez, resonando en mi pecho y en mis oídos. Viéndolo cada vez más cerca, esperando a tenerlo a tiro para intentar reventarlo antes de que me devorase. Pero entonces, cuando contemplé lo que Jack estaba haciendo, mis ojos se abrieron como platos y tuve que reaccionar si no quería salir volando por los aires en pedacitos. ¡Ese tío estaba loco, joder! ¡Qué le había dado con los explosivos!

- Corre Keira - pronuncié en un susurro para mí misma, activándome, levantando mi rodilla del suelo para empezar a correr todo lo que mis piernas me lo permitían después de haber estado tanto tiempo caminando. Huyendo del lobo, de las granadas de Jack y de todo lo que no fuera un jodido bosque.

Roan estaba intentando trepar cuando vio la granada caer desde el árbol de Jack. El otro teniente había ignorado su orden de evitar las granadas ...furioso fue a gritar pero vio como la granada quedó debajo de su "codiciado" especimen. Balbuceó sin saber que hacer cuando vio a Keira dudar hacia donde correr ...confuso intentó agarrarla para que evitara correr hacia fuera de los árboles, ya que los árboles amortiguarían de verdad la explosión.

No obstante, Roan estaba demasiado confundido, demasiado lleno de ira y demasiado lleno de miedo para variar la trayectoria de Keira

-No tía, no..por ahí no...Keira!- dijo el teniente desesperado. No es que sintiera un amor devoto por la cabo, pero cuando los demás huyeron ella se había quedado con él. Volvió a gritarle para que se echara al suelo al menos: 

-Al suelo!- cosa que el hizo, tras avanzar unos metros se acabó tirando al suelo para evitar la mayor parte de la explosión de la granada del teniente, que todo sea dicho, estaba justo debajo del bicho.

Jack se decidió a lanzar la segunda y última granada, y esta vez... dio en el blanco. Como si de una película a cámara lenta se tratara,el lobo dio su siguiente paso al mismo tiempo que la granada caía delante de él. Sus fauces se abrieron para atacar a Keira, que se había caído al suelo al intentar huir... y todo explotó por los aires.

Fragmentos de patas, pelos y demás trozos del lobo mutante aterrizaron por todas partes como si fuesen huevos aplastados, llenando de tejidos y sangre cada milímetro de ropa de Roan, Keira, Jack y Tom.

Era todo la mar de asqueroso.

Pero estaban vivos. Bueno, más o menos.

Keira intentó mover el pie... y vio que le dolía bastante. Puede que tuviese roto el tobillo; torcido nada más, si tenía suerte. También tenía algo de metralla en la espalda.

Roan había recibido también en la espalda, pero menos que Keira.

En cuanto a Tom, Jack había aterrizado bien, pero él no se había ocultado, así que había recibido una pequeña parte de metralla en el pecho, nada importante, pero jodía un poco.

Al menos, ya se habían quitado de en medio el peligro.

Donnie gritó yo-qué-sé-qué sobre que venían y Zach sembró la alarma pidiéndonos que cerráramos la puerta, así que decidí coger el revolver de Ares para armarme mejor. Estaba a punto de agacharme para recogerlo, cuando de repente, éste abre los ojos y se pone de pie. Así que retrocedo hasta que mi espalda choca con la pared.

-No puede ser! ¡Está... está... ¡HERA, ALÉJATE! -le grito, aunque ella parece estar petrificada. Lo entiendo, porque es su hermano y hacía unos segundos estaba en shock, tocando su rostro como si acabase de dormirse, pero es que... ¡es un maldito zombie!

El revolver está a los pies de Ares, por lo que no puedo cogerlo, y el arco no es precisamente un arma para eso, así que miro a Claire y a los demás.

-¡Disparar! ¡DISPARADLE YA!

Roan se lanzó al suelo en el último momento maldiciendo su suerte.. había advertido que granadas no. Porque las granadas tendían a explotar y diseminar una alta carga vírica alrededor; y como bien se temía, había explotado cerca de ellos. Si alguno se infectaba iba a ser una fiesta.

Le ardía la espalda. En realidad no eran muchos trozos. Pero los nervios del joven no estaban acostumbrados a esa sensación que era el dolor y chillaban ante la nueva percepción como si fuera mucho más grave de lo que era.

Se levantó dolorido y esta vez su sentido del deber se impuso a todos los demás: tenía que ayudar a los heridos. Echó un vistazo para observar la situación general... había vísceras por todos lados, necesitaba tomar muestras pronto. Pero antes sus compañeros. El sargento y el teniente habían recuperado la verticalidad fácilmente pero Keira no. Así que se acercó a ella dolorido por su preciosa espalda. Se puso unos guantes finos para examinarla.

-Deja que te vea la espalda primero...y las preguntas luego.-era lo que le preocupaba al doctor, más que el tobillo. Y empezó por allí.Luego le tomó la temperatura, le miró las pupilas, comprobó si su ritmo cardiaco era feo. Le hizo mirar un dedo que aparecía y desaparecía de su rango de visión. Comprobó si era capaz de mantener los brazos rectos, si podía mover los ojos. Pestañear. Le pidió que se tapara los ojos, que dijera su nombre.... lo que estaba haciendo era ver si estaba infectada. 

-Es pronto para saberlo con total certeza, pero las heridas son de metralla y no hay apenas tejido del animal, creo que no estás infectada..deja que te mire el tobillo del que te quejas-le echó un vistazo*

A los otros dos les dijo lo mismo cuando seguramente protestaron por saber que había pasado:

-Primero os examino, y luego hablamos-Roan estaba serio, si lo dejaban, iba a repetir el mismo examen a los dos.

Tan solo pude notar como todo el mundo se volvía del revés. Tan solo por un mal apoyo, una jodida caída que provocó me precipitara al suelo comiéndome la tierra con el rostro. Y justo después... bum. Una enorme explosión me sacudió por completo, llenándolo todo de sangre y vísceras, trozos de hueso y pelo. El mundo para mí se detuvo, me sentía mareada y confusa, con el pulso a mil por hora tan llena de adrenalina que mi cuerpo no paraba de hablar. ¿Lo bueno de aquello? Es que nada me dolía, no ahora sí en un futuro, me encontraba como en una nube viendo el cielo entre las copas de los árboles.

Hasta que entonces, la cara del teniente capullo me tapó aquella hermosa visión. No podía escucharle aunque moviera los labios, tan solo un zumbido que poco a poco iba suavizándose, sacándome de aquel pequeño sueño de paz y temblores.

- Roan... - pronuncie con dificultad, comenzando a toser mientras me dejaba manejar por él para que viera mi espalda e hiciera lo que tuviera que hacer. No opuse resistencia, no podía ahora mismo. Tan solo intentaba recobrar el sentido de mi propio cuerpo empezando a mover las piernas lentamente y los brazos - No es nada... estoy bien - terminé de decir, con otro par de toses roncas.

Poco a poco fue recobrando el sentido e hice todo lo que doc me dijo, algunas cosas con más dificultad que otras. Pero lo peor vino cuando apoyé el pie en el suelo siendo incapaz de ponerme en pie. 

- No puedo andar, joder... - continué diciendo, con la voz algo tocada, con un notable tono de nerviosismo todavía afectada por la adrenalina - Ayudadme a ponerme en pie, tenemos que salir de aquí. Esas explosiones se habrán oído a putos kilómetros.

Llevaba un rato tocando el tobillo y el pie de Keira con seriedad y al final dijo:

-Estará bien en unas horas...-te echó un spray antiinflamatorio que te produjo una sensación de frío muy agradable y eliminó el dolor parcialmente. -Tendrás que caminar apoyada hasta que lleguemos a un sitio más decente y te pueda poner una pequeña venda tensa.

También os tendré que limpiar las heridas..y alguno las mías, echar desinfectante y bueno...irnos de aquí tras tomar muestras..-sabía que lo miraban con desconfianza- ¿vais a dejar que os examine? -dijo al sargento y al teniente.