Partida Rol por web

Cuando vemos el hospital, avanzamos un poco más rápido. Los aullidos nos apremian a aumentar el ritmo.

-"Teniente, podría terminar de una vez de soltar gilipolleces por ese agujero que tiene como boca, por favor... Si quería quedarse junto a su familia y su Masserati, haberse quedado. Siempre hay elección. Nadie le obliga a tomar decisiones, las toma usted. ¿Dice que le abandonamos? Lo que hice es buscar una posición ventajosa para poder matar a esa cosa. Que es lo que debería de haber hecho usted, en vez de reaccionar como un novato. Puso en peligro su seguridad y la de Keira. ¿O hubiera preferido salir corriendo? Seguro que en medio minuto tendría a la manada comiéndole el culo, ya que son el doble de rápidos. Tal vez, ¿enfrentarse cuerpo a cuerpo con todos ellos? Tomé una decisión y esa decisión fue adaptarme a las circunstancias. Y la mejor solución era subirse a los árboles y disparar. Así que la próxima vez, háganos un favor y pregunte antes de actuar."

En ese momento Jack abre la puerta de entrada. Se introduce en la semioscuridad y nosotros le seguimos. Aguanto la puerta para que entren Roan y Keira, que tiene cara de dolor.

-Es fuerte la jodía, la duele y aún así tira para adelante como si nada.

Atranco la puerta con el pestillo. No hará mucho pero por lo menos no abrirán la puerta de un empujón.

-"Pasamos de la sartén al cazo."

Miro con estupor toda la sala y los pasillos. Está todo en ruinas. Hay sangre fresca...

-"Tenga cuidado teniente al entrar ahí, yo le cubro."

Suelto las mochilas y voy detrás de Jack. Veo que Keira va a buscar pastillas.

-"Teniente Roan, acompañe a Keira a buscar las pastillas. ¡Y mucho silencio!"

Avanzamos los cuatro en silencio... solo roto por el sonido de las luces que van y vienen y el eco de nuestras pisadas.

Antes las palabras del sargento, la ira de Roan asomó y apretó los puños. En los ojos del joven se podía apreciar la frustración...según había contado no había tenido mucha elección: lo habían reclutado forzosamente hace unos meses cuando el mundo se empezó a ir a la mierda. Pero no dijo nada..un aullido cortó la perorata del teniente que se puso serio conforme se acercaron al hospital.

Roan susurró al evaluar la escena. Empezó a hablar suavemente pero no salió ni la primera palabra. Tragó saliva y prosiguió:

-Estos hospitales eran sanatorios para locos en el pasado.. o leproserías...aqui perdidos en mitad de la nada... lo que me sorprende es que tiene electricidad, habrá paneles solares en la azotea..siempre es mejor poner paneles que traer cableado hasta aqui...aunque hay signos de combate reciente, no veo balas...así que esa sangre es por ataques de infectados con casi toda probabilidad- afirmó.

Lo mejor es que busquemos la zona de la farmacia o los laboratorios y nos atrincheremos a pasar la noche...hay electricidad, allí habrá neveras para mis muestras y más analgésicos para Keira... además de material útil -el doctor llevaba encima una pequeña farmacia pero de momento solo había recetado a Keira un pequeño spray para que pudiera andar, y cuyo efecto, hace tiempo que se desvaneció.

Hacía unos minutos, el teniente estaba en una rabieta y ahora parecía el chico inteligente que tal vez hubiera sido si lo hubieran educado bien o si tuvieran unos 5 años más. El Roan del futuro era prometedor...pero el del presente era ...Roan.

Dejó de susurrar, puso el silenciador a su arma*, especialmente buena en pasillos y esquinas y afinó el oído.

La sala que habíais visto abierta debía ser la del conserje. No había nada destacable. Pero sobre la mesa, uno de los papeles era bastante llamativo. Keira lo vio y lo leyó:

Viernes, quinto día de hospitalización,

Las salas están repletas de pacientes. No entra nadie más. Tanto los pacientes como los médicos están conmocionados y produciendo acciones erráticas. Ya no sé qué más hacer. Los medicos más profesionales usan respiradores y cámaras de gas con algunos pacientes, como si fuesen conejillos de indias.

Las medicinas se están agotando, y no producen ningún resultado. Ya no hacemos intervenciones, la mitad de las máquinas están estropeadas o fuera de servicio. No nos dejan comunicarnos con nuestras familias.

Lo único que sé es que la epidemia apareció no solo en nuestra ciudad, ni solo en nuestro pais, sino en todo el planeta. Tengo miedo.

El resto de habitaciones que fuisteis encontrando por el camino, la de los pacientes, y todas estaban vacías, a excepción de un par de ellas cuyas puertas se encontraban cerradas. Camillas volcadas, muebles rotos y algún que otro instrumental médico sin importancia, como jeringas vacías, catéteres, palanganas, tirados por cualquier parte.

Tom iba tan distraído buscando cosas que tropezó con una silla y está se volcó, haciendo más ruido de la cuenta. Todos os detuvisteis un instante, como si esperaseis respuesta.

Pero no, no sucedió nada. Todo parecía muerto en aquel lugar, si es que alguna vez había existido vida.

Entonces Keira oyó algo; voces, gritos, murmullos... no sabría decir con seguridad lo que era, y hubiera jurado que incluso una puerta cerrándose... y ¿disparos? No sabía se lo estaba inventando o era real, pero provenía de muy lejos, quizás de otra planta.

Al fondo del pasillo había unas escaleras y éstas llevaban arriba o abajo. 

Y hubiera jurado que esos sonidos, que cada vez eran más claros, provenían de abajo.

Después de ver el contingente de zombies que se acercaban a ellos, Donnie entra nuevamente a la morgue junto a Claire y cierran las puertas tras ellos. Las palabras de Zach se pierden en el vacío mientras Donnie espera ansioso que no los hayan visto entrar, o que no los hayan escuchado,o que no razonen demasiado bien.O que les de un infarto grupal en ese instante. Desafortunadamente, los golpes y la presión que puede sentir en las puertas le asegura que ninguna de esas peticiones se cumplieron. -¡Carajooo...! -comenta entre dientes mientras sostiene la puerta como puede. Si bien no puede ver la escena que transcurre a sus espaldas, puede imaginarlo por las voces de sus compañeros. Ares había vuelto a la vida con una velocidad y hambre alarmantes. -Traigan algo para tapar las puertas o algo-suplicó el joven sin mirar atrás, con la esperanza de que alguien estuviera atento y no fuera único su esfuerzo. 

Entre Claire y Larry parece que acaban con... lo que quiera que sea Ares. Está claro que la infección también le ha afectado, supongo que tras ser mordido por la niña, pero es mucho más que eso. Estaba muerto... y después no, y ahora... para siempre, desde luego, con media cabeza reventada.

Pero no tengo tiempo para gilipolleces. 

Hago lo que puedo para asegurar la puerta porque lo que nos viene encima es mucho peor y como entren allí, estamos perdidos. Quizás lo estemos de todas maneras, pero no quiero morir allí si puedo evitarlo. 

-¡Nunca me han gustado los hospitales y ahora sé por qué! -digo, arrastrando una mesa hasta la puerta con ayuda de Donnie.

Cerrásteis las puertas justo a tiempo y sin duda, lo que colocasteis delante sirvió para que no arrancaran de cuajo los goznes, porque además de gruñir, aquellos zombies, que una vez fueron hombres y mujeres como vosotros, golpeaban y empujaban la puertas con fuerza.

Pero no parecía que fueran a ceder, al menos por el momento.

Las ventanas estaban tapadas con un plástico, pero oísteis el cristal romperse . A aquellas... criaturas, no les importaba nada salvo una cosa. Vosotros. Después de ver a la niña, teníais claro que buscarían devoraros como fuese y que si estaban enfermos o muertos, no podíais esperar eternamente.

Donnie y Zach fueron más que rápidos, y eso evitó que aquellos seres entrasen allí, pero los golpes a las puertas me sobresaltaron y los gruñidos al otro lado del metal, me crisparon los nervios.

Joder, estaba asustada.

Miré las puertas un instante y después mi arma. Recordé que Ares tenía un revolver, así que me giré y lo recogí del suelo, en donde se encontraba. No era muy buena arma, pero al menos disponía de una.

Pero mientras tanto, teníamos un buen problema.

-Hay que salir de aquí. ¡Tiene que haber una manera de salir de aquí o no lo contaremos! Esos malditos zombies acabarán echando la puerta abajo, joder!

Esos malditos zombies acabarán matándonos a todos.

Roan palideció al leer la nota..sintió empatía y de manera inconsciente se tocó el brazalete que lo identificaba como personal sanitario. Se rascó la barba incompleta que tenía y dijo:

-Esto es mi suposición...peero... diría que este hospital fue habilitado cuando la plaga empezó para ir llevando aquí, lejos de la población, a los infectados e intentar tratarlos de alguna forma ocultándolos del resto de la población, sobre todo porque hace unos meses el periodo de incubación de las primeras cepas eran de días. Esto debió ser un caos para el personal sanitario, sin apenas armas y sin mucha protección..que desastre...cuando todo se vino abajo hace unos meses y colapsó la logística del país ya ni llegarían materiales ni nada...el personal abandonaría esto corriendo a sus hogares para encontrarse algo peor... sospecho que puede que yo sea el único médico de este hospital - dijo esto último de manera muy sombría.

Roan rebuscó el material sin encontrar nada interesante, o al menos algo que mereciera la pena cargar con ello: tenía que elegir inteligentemente que llevar sus dos mochilas de material.

Cuando vio que Keira miraba fíjamente a la escaleras no pudo evitar ponerse en guardia y preguntarle:

-¿eh?¿qué pasa? - el joven conocía a su compañera lo suficiente para saber que la cabo estaba alerta por algo que a él se le escapaba

Fuimos avanzando despacio en busca de un lugar para poder pasar la noche seguros. Pero primero había que registrar este sitio. Era el escenafio perfecto para una pelicula de Freddy Krueger. En una de las habitaciones Keira encontró unas notas interesantes, que relataban lo sucedido en el hospital en los primeros días de la infección. Seguimos avanzando.

-"¡Joder!" Escupo la palabra mientras veo como la silla se desploma haciendo un ruido infernal en el silencio del pasillo. Pero no parece haber nadie ni nada extraño...

Keira de repente se pone alerta, parece haber escuchado algo. Enseguida adopto una posición de avance lento, con el rifle apuntando hacia las escaleras que se ven al fondo. Avanzo sigilosamente hacia allí. Les hago una señal a mis compañeros para que hagan lo mismo. Saben que tienen que estar preparados para lo que surja...

Una gota de sudor recorre mi rostro.

-Estoy hasta los cojones de sorpresas, zombies y monstruos. Esto nunca se va a acabar...

Me percaté de que Keira miraba fijamente hacia las escaleras y automáticamente me puse a buscar algo entre el desorden que nos rodeaba que me pudiera servir como arma improvisada, por si las cosas se ponían feas. 

Respiré hondo y aparté la mirada del cuerpo sin vida de Ares, intentando no pensar en lo que habíamos tenido que hacer. "Ya estaba muerto, ese ya no era Ares" trataba de convencerme para mis adentros, intentando no darle más vueltas al asunto.

-Solo me quedan cinco balas -dije, de mala gana, contando la munición de la que disponía el fusil-. Dudo que sean suficientes para encargarnos de todos los putos zombies que vienen detrás de esa puerta. Yo sólo veo dos opciones. O nos ocultamos ahí -señalé al lugar en el que había estado la niña minutos atrás-, o resistimos con todo lo que podamos hasta que no quede ninguno de esos seres. ¿Cuántas balas os quedan?

Me encontraba en una notable tensión, con el arma cargada entre mis manos y caminando despacio reprimiendo el dolor que sentía en el tobillo cada vez que apoyaba mi peso sobre él. Avanzando a pesar de toda aquella sangre todavía reciente, pensando que incluso así era mejor que estar ahí fuera a merced de esos lobos. Habíamos tenido suerte, pero no tendríamos tanta la próxima vez. Pero para colmo, el teniente Roan no dejaba de hablar como una puta cotorra, una y otra vez.

- Cierra el puto pico, joder - pronuncie alzando la voz, aunque intentado que siguiera siendo un susurro, a la vez que me giraba y le miraba con el ceño fruncido - Me importa una puta mierda lo que fuera este lugar.

Solté un gruñido y entonces escuché algo que venía de las escaleras, del largo corredor que teníamos frente a nosotros. Se escuchaban voces lejanas, ahogadas por el cemento, incluso... ¿un portazo? Aquello no podían ser colo mordedores. Así que no tardé en hacerle un gesto a mis compañeros, que cambió a medida que nos acercábamos indicando que se encontraban en el piso inferior.

- Hay gente aquí y no me refiero a esas cosas, así que con calma y sin tonterías Roan, no sabemos quienes son pero sí que están armados - les dije al haber creído escuchar disparos y aunque no estaba segura sería mejor ir con precaución. Si no llegábamos a tiempo, mala suerte para ellos, nos quedaríamos con sus cosas.

Cuando llego a las escaleras empiezo a bajar sabiendo que los demás están conmigo. Notando como el sudor perla la piel de mi cuerpo, nerviosa, con la lengua seca y el corazón alterado. Estábamos cerca.

Avanzamos hasta el final del pasillo y llegamos a las escaleras. Keira nos indica que los ruidos que ha escuchado provienen de la planta de abajo. En formación, vamos bajando los escalones despacio, en relativo silencio. Miro alrededor y veo a mis compañeros nerviosos, ¡para no estarlo!

La sangre se agolpa en mi cabeza. Voy bajando lo más silenciosamente que puedo. Me voy alternando con Keira para cubrirnos la posición. Los tenientes vienen detrás.

-¿Qué cojones nos encontraremos? Seguro que está lleno de zombies y vamos directos a ellos. Espero que Keira no halla imaginado cosas que no son. Pero... si son personas... ¡Casi no podemos valernos nosotros cuatro como para cargar con civiles!

-"Avanzad con cuidado." Digo susurrando.....

Roan agachó la cabeza cuando Keira le incriminó y ocupó su posición natural..normalmente en medio de grupo*,pero esta vez el último, ya que Keira estaba levemente herida. Se dispusieron a bajar ... y Roan quitó su seguro del arma, fue algo instintivo, sabíais que necesitaba unos meses de instrucción militar que el sargento le daría gustosamente, si tuviera tiempo.

Pero por ahora, a la mínima señal de peligro abría fuego como reacción; quizás, tras la pérdida de su "lobito" se lo pensara esta vez. Quizás. Por suerte no iba haciendo mucho ruido esta vez: se había callado y seguía la formación. Parecía que esta vez Roan haría lo correcto.

Parecía. 

Estábamos encerrados y rodeados, pero también, a pesar de ser muchos, disponíamos de poca capacidad para luchar. Larry había dado en el clavo.

Con sus cinco balas nada más, y las que nos quedaran a Zach y a mí, no íbamos a llegar muy lejos. Abrí el cargador del revolver y lo miré.

-Cuatro balas. ¿Y tú, Zach, cuántas te quedan?

Ocultarse era algo que ya había pensado, pero éramos demasiados y si descubrían a alguno... jamás podríamos salir de allí.

-Y-yo creo que deberíamos intentar salir a lo bestia. No lo conseguiremos todos pero... bueno, algunos sí que lo harán. Podemos ir delante Larry, Zach y yo, disparando, y los demás nos seguís golpeandolos con lo que tengáis. Tú Eve, usa el bate. Tess, aquí tienes mi rifle. Donnie, el cuchillo. Y el resto... con lo que encontréis aquí, con palos o botellas, maldita sea.