Partida Rol por web

-"¿Pero qué cojones...?"

De repente escucho alrededor nuestra aullidos, parece ser que nos está rodeando una manada de lobos. Seguramente estén hambrientos y nosotros somos su comida. Veo aproximarse a la mayor bestia que haya visto jamás, parecía sacada de una película de terror. Era enorme y en sus grandes ojos brillaba una luz mortecina sacada del mismo Infierno. Ni que decir de su poderosa mandíbula.

Roan hace lo que haría cualquier novato... asustarse y disparar como un loco.

-"¡Rápido! Tomemos posiciones... soltar las mochilas y subámonos a los árboles. Desde allí podremos dispararles tranquilamente sin malgastar munición. Aparte de tener una posición ventajosa."

Suelto mi mochila y echándome el fusil a la espalda salgo disparado al primer árbol que vea que sea un poco grueso y empiezo a escalarlo.

-Jo...der -murmuré, al ver cómo aquella niña se abalanzaba sobre Ares y le daba una fuerte dentellada en el cuello.

De inmediato, sé que está sentenciado. Ares Miller, mi amigo, quizá uno de los mejores amigos que había tenido o el mejor qu me quedaba, recibiendo un mordisco por parte de aquel pequeño engendro. No hay manera alguna de ayudarle. En el intante en que veo a la niña zombificada masticando ese trozo de carne, soy consciente de que Ares ya está condenado.

Apuntando con mi rifle de caza en dirección a la cabeza de la niña, no dudé en disparar cuanto antes sobre aquella criatura que acababa de arrebatarme a mi amigo, pese que podía ver que Claire y su escopeta ya se estaban apañando bien contra el pequeño zombie.

Cuando esos lobos aparecieron acompañados de aquella monstruosidad, una especie de descarga eléctrica atravesó mi columna vertebral. La misma sensación que me acompañó mientras corría como alma que lleva al diablo por los pasillos del laboratorio del que veníamos. 

Por un instante me quedé sin palabras y sin pensamientos, dominado por un intenso hormigueo en la nuca y por el temblor que sentía en las piernas. De no ser por las rápidas instrucciones de Tom no sé cuantos "instantes" hubiera seguido paralizado. 

Comencé a retroceder sin movimientos bruscos hasta el árbol que tenía justo detrás, teniendo cuidado de no hacer contacto visual con los lobos, pero alerta para abrir fuego por si echaban a correr hacia nosotros. Sin dejar de apuntar el arma, me la cambié de mano para poder liberarme de las asas de la mochila. Y cuando estuve cerca del árbol, salté para tratar de agarrarme a una rama. 

Retrocedo en cuanto Ares toma la iniciativa y la verdad, respiro tranquila, porque para mí es mucho más seguro alejarme y dejar que alguien que parece más rápido y más fuerte, haga aquello. Miro a Claire de reojo. Está preocupada. Preparada, pero preocupada por mí y por todo. Vaya viajecito que llevamos.

Pero cuando esa niña sale del cubículo y muerde a Ares, todo se desmorona a mi alrededor. Hera grita despavorida, Donnie desaparece, fiel a su estilo, y yo, que no me lo espero, retrocedo, tropiezo con mis propios pies y caigo sentada en el suelo, sin poder apartar la vista de aquella macabra escena, mientras la vida de Ares desaparece entre las mandíbulas de aquel ser.

Cuando se desploma, las convulsiones de su cuerpo continúan durante unos instantes, y solo cuando cesan, escucho a Claire y a Larry, y los disparos de ambos contra la niña.

Me tapo los oídos y cierro los ojos. No quiero mirar; no quiero escuchar; no quiero estar allí.

Eva se estaba dejando llevar por los demás. No estorbaba, pero tampoco estaba haciendo nada por ayudarles. No sabía muy bien cómo. Lo único que sabía era que habían escapado de los lobos y habían entrado en territorio zombie.

La tensión en la morgue se palpaba, pero el horror y el desconcierto, cuando el zombie resultó ser una niña y acabó con la vida de Ares, fue demasiado para todos, sobre todo para Hera, que a su lado, comenzó a gritar como una loca.

Sin saber qué hacer, se abrazó a ella con fuerza, mientras hundía su rostro junto al de su amiga y esperaba a que el horror le permitiese a ambas volver a mirar y cesar en el llanto.

A mitad de camino hacia la salida, no uno sino dos disparos resuenan a sus espaldas y los pasos de Donnie cesan de a poco. Mira hacia atrás agitado. ¿Aquello era real? ¿Una niña zombie se había comido a Ares a mordida limpia? Recuerda entonces a Staci refugiándose tras él y una punzada de culpa le encogió aún más el estómago. La situación era horrible, pero a la vez no podía dejar a todos sus compañeros detrás en esa situación. Con un involuntario temblor, el joven de brazo vendado se acerca tentativamente al pasillo donde estaban todos antes, expectante. 

No,no,no,no... 

Las palabras se repiten en la mente de Nikola cuando se produce la terrible escena, y todo empeora con los gritos y los llantos de Hera y Eve, y los disparos de Claire y Larry.

Instintivamente, Nikola se agacha hasta colocarse en cuclillas, con la espalda pegada a la pared, y comienza a balancearse delante y atrás, hasta que los tiros se detienen. 

No le importa morir, sacrificarse, e incluso reconocer que seguramente, no durará mucho, pero ser testigo de algo así... no puede con ello. Sencillamente, no puede.

Aunque con desgana, preparo el rifle y apunto junto a Claire y Larry. Cuando la niña salta, al igual que todos los demás, no sé cómo reaccionar. Es un espectáculo horrible y fascinante a la vez. Solo cuando Hares se desploma muerto y convulsionándose, los tres empezamos a disparar sin parar.

La niña recibe un impacto tras otro, y yo me acerco con cada disparo mientras no dejo de gritar, hasta que prácticamente vacío el cargador.

¡AAAAAAAAAAHHHH!

Cuando bajo el arma, lo que hay delante de nosotros es una densa niebla provocada por los fogonazos.

¡Era imposible que esa puta cosa fuera algo natural! Ese jodido lobo era la cosa más grande que había visto en mucho tiempo, debía ser como un maldito coche. Quizá un coche pequeño vale, pero lo suficiente grande como para partirte en dos de una jodida mordida. Con la escopeta en la mano sabía que no podía hacer nada de momento, no al menos hasta que estuvieran cerca. Por lo que solo me quedaban dos opciones... seguir con mis compañeros y encaramarme a un árbol o salir corriendo de ese puto sitio con la esperanza de que el capullo de Roan y su fusil atrajeran la atención de aquellos bichos. Pero finalmente, me decidí por la tercera.

- Joder, joder, me cago en la puta ¡Joder! - comencé a decir nerviosa mientras empezaba a deshacerme de la enorme mochila que llevaba en la espalda. El resto del equipo me ralentizaría un poco, pero aún así podría moverme con facilidad y seguiría llevando la munición conmigo.

Miré hacia lo más lejano, a la dirección apuesta de los lobos, a la opuesta a mis compañeros y después miré a Roan. Solté un gruñido y me acerqué a él corriendo, para agarrarle por la espalda del uniforme con fuerza y empezar a tirar de él para que empezara a moverse de una jodida vez. Si se quedaba allí parado lo iban a devorar, aunque matase a un par de ellos. Esa cosa enorme no caería fácilmente, teníamos experiencia de ello. Así que en vez de salvar mi culo, me vi intentado sacar al teniente capullo de esa situación, tirando de él con todas mis fuerzas para llevarnos al árbol más cercano entre tropiezos y empujones.

- ¡Deja de disparar, coño Roan y corre de una puta vez! - vociferé ya sin mirarle, simplemente tirando de él con todas mis fuerzas.

Cuando el humo de los disparos se disipó, todos pudisteis ver a la niña zombie completamente destrozada, medio colgado inerte del cubículo, con la cabeza abierta en dos trozos y buena parte de su masa cerebral desaparecida. Los disparos de Claire, Larry y Zach habían dado en el blanco, todos, y habían convertido a aquella criatura en un amasijo de tejidos sangrientos que ahora estaban desparramados por todas partes.

Mientras tanto, Ares estaba muerto, de eso no había ninguna duda, y todos mirabais el cadáver como si no os lo terminaseis de creer. Si había alguien que podía salvarse, era sin duda él, y sin embargo allí estaba. Había sido el primero del grupo en morir.

Pero aquello no había hecho más que empezar. Unos ruidos provenientes del pasillo del que había vuelto Donnie, llamaron la atención de todos. Al principio apenas se oían, pero al pasar unos segundos, se fueron haciendo más que evidentes. Algo venía.

La aparición de la manada y "papá" lobo provocó una reacción inmediata en todos vosotros. Roan levantó su arma y comenzó a disparar a discreción. En cambio, Tom soltó todo lo que llevaba encima y se dirigió a toda velocidad hacia el árbol más próximo para escalarlo y quitarse de en medio. El joven Jack no tardó en imitarlo. En lugar de intentar que el grupo se mantuviese en su lugar, él mismo retrocedió y comenzó a escalar otro de los árboles en busca de la salvación individual, mientras la lluvia de balas de Roan protegía su huida.

Al ver que todos sus compañeros huían, Keira tiró de Roan para que éste echara a correr. No era el momento de ser valientes, aunque los disparos del médico seguramente habían salvado la vida de todos, retrasando a los lobos.

En realidad, había hecho más que eso. Sus disparos hirieron o mataron (no tuvo tiempo ni ganas de quedarse a mirar) a cinco de los lobos pequeños, pero el sexto se abalanzó sobre el grupo con rapidez. Mientras tanto, el lobo gigante parecía comportarse como un maldito general, enviando a sus tropas y contemplando cómo sus enemigos huían despavoridos.

Cuando tanto vosotros como el lobo estabais a cierta distancia, comenzó a moverse, amenazadoramente.

 La escena fue sumamente grotesca y horrible. Ve al líder nato del grupo, al rico del instituto, al chico más popular de la fiesta, morir de un mordisco en la garganta dado por una niña. Y luego ver a esa misma niña siendo despedazada a disparos por el resto del grupo, todos con la sangre helada y el miedo recorriendo todo su cuerpo. Especialmente Staci, que ni siquiera atinó a escapar como Donnie, o a agacharse o cubrirse como Nikola. Solo se quedó paralizada, en el más absoluto de los pánicos.

 Incluso cuando parecía que se acercaba más peligro, la niña prodigio no reaccionaba. Su mirada se quedó fijada en la niña muerta y en Ares tirado en el suelo, con el cuello rojo por el brote de sangre. Imágenes que no se borrarían de su cabeza. Apenas pudó mutar un par de palabras antes de caer de rodillas el suelo.

- Tess... _Tess... no puedo... no puedo hacer esto, Tess... _{no puedo...}

Cuando por un instante miré hacia detrás por encima del hombro para ver lo cerca que estaban de nosotros, pude ver que tan solo había uno de esos animales persiguiéndonos, cerca muy cerca. ¡Pero no tenía ni idea de que el jodido Roan había acertado de pleno! Por lo que continué corriendo un poco más hasta que llegamos junto a un árbol, pero estaba claro que no íbamos a tener el tiempo suficiente como para subir sin que nos alcanzara.

- Vamos Roan joder, sube y cúbreme desde arriba - le grité, mientras empuñaba mi escopeta con ambas manos y la alzaba hacia el lobo que cada vez estaba más cerca. Creyendo que los demás pronto aparecerían por los lados para echarse encima de nosotros en cualquier momento. 

Fue entonces cuando abrí fuego, intentando dar de pleno al lobo, sin apuntar demasiado esperando que las numerosas postas del cartucho hicieran su trabajo y acabaran con todo lo que se encontraba delante de nosotros.