Partida Rol por web

Lanfear al verse cegada agudiza sus otros sentidos. La peste que suelta el draco por la boca es evidente, y las botas de los enanos resuenan cuando se mueven para golpear.

Tomando forma humana se aleja unos pies de sus enemigos para volver a convocar vientos helados. Si no puedes verlos, ataca a todo lo que haya donde los oigas piensa para si mientras sonrie. Aunque el viento no es muy helador, si que es lo suficientemente fuerte como para empujarlos unos pocos pies.

El ataque de Lanfear es muy débil debido a sus dificultades sensoriales para colocarlo pero es suficiente para mover a sus enemigos.

Eglath, tras moverse con valor por las palabras de Terble, se templó y se preparó para seguir combatiendo, aunque fuese a ciegas.

Endureció su piel para que el fuego no volviera a molestarle e intentó recordar dónde se encontraba el enemigo más cercano.

A la izquierda... Sí, a la izquierda había uno.

Se acercó con cuidado al enemigo y descargó el hacha contra él.

ASALTO 2

Lanfear se recupera  totalmente con las palabras de Clio, pero la eladrin falla su ataque tras teleportarse detrás del duérgar. 

El draco rodea a Terble y Lanfear, buscando su flanco entre el atontamiento...como siguiendo su instinto animal.

De un salto, Blirk se vuelve a poner en pie, para después, subirse a los hombros del duergar que tiene delante, y saltar a su espalda. En el trayecto, hace que su hacha pase por la parte afilada por su cara, haciéndole una bonita herida en la frente. Cuando aterriza, chilla a Eglath- Todos tuyos, campeón. El duérgar muestra  varias heridas que sangran abundantemente.

Faxtra lanza una ilusión contra el enano y este aprovecha para golpearle pero en ese momento el medallón del mago se ilumina y el enano siente un dolor en los brazos. EL poder de Faxtra es demasiado débil incluso tras su enfado.

Kedhira habla en su oscura lengua y los enanos comienza a golpear y retirarse del centro del combate. Eglath se lleva dos golpes terribles acrecentados por el enfado de los duérgar que se convierte en llamas cuando le golpean. Terble sufre también un golpe leve. En ese momento la líder de los enanos convoca una zonas de gas venenoso que se expande rapidamente asfixiando y cegando incluso a uno de los suyos.

El draco sigue inmerso en un estado de embotamiento cuando Terble le clava la cimitarra casi hasta la empuñadura. Se escucha el crujido de las escamas al partirse pero gracias al duro cráneo de la bestia, ésta sigue viva.

Lanfear al verse cegada agudiza sus otros sentidos. La peste que suelta el draco por la boca es evidente, y las botas de los enanos resuenan cuando se mueven para golpear. Tomando forma humana se aleja unos pies de sus enemigos para volver a convocar vientos helados. Si no puedes verlos, ataca a todo lo que haya donde los oigas piensa para si mientras sonrie. Aunque el viento no es muy helador, si que es lo suficientemente fuerte como para empujarlos unos pocos pies. Su ataque es muy débil debido a sus dificultades sensoriales para colocarlo pero es suficiente para mover a sus enemigos.

Eglath, tras moverse con valor por las palabras de Terble, se templa y se prepara para seguir combatiendo, aunque sea a ciegas. Endurece su piel para que el fuego no vueolva a molestarle e intenta recordar dónde se encuentra el enemigo más cercano. A la izquierda... Sí, a la izquierda había uno. Se acerca con cuidado al enemigo y descarga el hacha contra él. El duérgar, a pesar de estar cegado y knoqueado, percibe el golpe y lo esquiva por los pelos.

Clio ve un hueco por encima de su compañero y prepara un ataque, a punto de dar ordenes a los demas. Pero falla estrepitosamente. Pero en este fallo lamentable ve un hueco en la guardia del enano produccido por su ataque. Y le dice ha Blink.

-Aprobecha parece que se a despistado a por el estomago que lo tiene desprotejido.

El draco se espabila y descarga su furia el Terble, el mordisco casi le arranca el brazo.

Tras la indicación de Clio, veo como el Duergar se ha parado a rascarse su bulbosa nariz, con lo que aprovecho para lanzar un tajo que no puede evitar, haciendo que su cabeza y su mano agarrada a su nariz acaben en el suelo.

Tras su muerte, grito victorioso mirando a mi siguiente vícitma.

Hecho esto, me giro para ponerme junto a la eladrin, para después correr a la espalda del duergar con el filo de un hacha rozando al mismo. Pese a que le consigo cortar, sólo es una herida superficial...

Los enanos cercanos a Blirk se llevan las manos a los oídos dejando sus guardias abiertas.

 Fraxtra se acobacho en uno de los costados de la cueva... donde sabia que no iba a poder ser atacado por la espalda. Desde allí, miro hacia el lado de Kedhira, invocando una manos sombrías que salian desde el piso de la cueva, agarrando los pies de las víctimas.

El poder de sombras de Faxtra parece que hace daño a los duérgar por su gesto de dolor pero las manos no les atrapan.

Kedhira vulve a organizar a sus tropas para despejar el centro del combate. Los dos más al norte concentran sus ataques y su enfado en Blirk llenando su cuerpo de moratones y quemaduras. El que estaba cegado intenta alcanzar a Terble si acierto y se retira. El del dur lanza sus púas de barba a Eglath envenenádolo y se repliega para golpear duramente a Terble. En ese momento la teúrga convoca una nieblas morada que susurra miedo y muerte en los oídos de Eglath, Clio y Lanfear aunque el goliath parece que no las oye.

Terble recibe el ataque del draco como puede y se resiente bastante. (Vaya, me la ha devuelto) Piensa el semielfo tras tremenda herida.

Hace acopio de valentia y vuelve a descargar su espada contra el draco que resuena harmónicamente como si una canción saliera de ella. Tras el ataque se aleja cuidadosamente de la bestia para dejar paso a eglath, esperando que tome su sitio para controlar bien a los enemigos.

Ya alejado del monstruo se dice para si mismo (Venga Terble, que tu vales mas que esto, no puedes caer ahora) Mientras se concentra en curar sus heridas. Al volver a tomar consciencia de su alrededor ve como se despistan sus enemigos y se cuela rapidamente delante de la enana que tanto daño les estaba causando.