Partida Rol por web

Es bueno saber lo de la luna XD

Niego con la cabeza y me dispongo a seguirla en cuanto mis compañeros se decidan también.

Skullblaka observa toda la procesión y el lugar hasta donde los conducen. Un lugar impresionante y la Dama que les recibe lo es aun más. Cuando esta habla, Skullblaka no puede evitar encerrarse en la belleza de la misma mientras la escucha. Tras ello al terminar la misma y lanzar una pregunta, este responde.

- Lady Nereth por mi parte no hay ninguna objeción. Vos mostráis el camino hacia el Lord.

-Seguidme entonces- dijo la mujer, y entró por una puerta lateral.

La habitación por la que entraron a la gran casona de madera era un pequeño acuartelamiento. Había cerca de una docena de lechos, dos mesas y ocho sillas de madera. Además de arcones y armarios que parecían contener armas y armaduras. Pero lo que revelaba por completo su naturaleza era el tufillo y el desorden que solo un grupo de hombres de armas pueden generar.

Nereth atravesó una puerta y les guió a través de dos pasillos. La casa lucía cierto lujo, pero no podía llegar a compararse con otras casas mas lujosas que ellos habían visto en el pasado, como la casa de Valthrun. No obstante el Valle de Nentyr es precisamente reconocido como una tierra de opulencia.

Al final del segundo pasillo se abría una sala recibidor. Nereth se detuvo delante de dos puertas de madera y dio tres golpes suaves. Del otro lado un sirviente abrió la puerta y les dio paso al salón de audiencias. Era una habitación sencilla, con algunas decoraciones heraldicas de la familia Markelhay y el Valle. En el centro dominaba un pedestal de dos losas ovaladas de piedra con tres sillones de madera en su centro. Al fondo del saló había unas cuantas mesas en una disposición ams diafana con algunos muebles alrededor.

En el lateral opuesto al pedestal había puertas dobles, idénticas a aquella por la que habían entrado. Las puertas estaban guardadas por dos guardias cada una, enfundados en armadura de metal, portaban un escudo con el estandarte de los Malkerhay y una lanza que casi doblaba su tamaño. A los costados del pedestal también se encontraban dos guardias.

En el fondo, en las mesas con papeles desperdigados se encontraban cuatro figuras. Una de ellas parecía un sirviente. Los otros tres vestían mejores ropas.

Nereth les condujo a estas mesas y los presentó.

-Señor- dijo con voz solemne -Vuestros invitados han llegado-

-Esta bien Nereth, puedes retirarte- dijo el hombre maduro con barba y pelo muy cuidado. Era el mas alto de los tres y el que poseía una mirada mas noble.

-Haced pasad a los otros- ordenó a uno de los guardias de la puerta opuesta a aquella por la que habían entrado.

Y luego se dirigió a los tres visitantes...

-Por favor, esperad un momento pronto estaremos todos y empezaremos con esto-

Un instante después entraban al salón Igner y Liu're. Los dos compañeros de Ugarth que les habían acompañado el día anterior. Con ellos venía también Grimz, que parecía estar muy molesto por algo.

Después entraron dos enanos, uno  rubio y otor moreno acompañados por un guardia, que les dejo en su prescencia y se retiró.

El guardia les acompaño adentro através de un pasillo que se abría una sala recibidor. Se detuvo delante de dos puertas de madera y dio tres golpes suaves. Del otro lado un sirviente abrió la puerta y les dio paso al salón de audiencias. Era una habitación sencilla, con algunas decoraciones heraldicas de la familia Markelhay y el Valle. En el centro dominaba un pedestal de dos losas ovaladas de piedra con tres sillones de madera en su centro. Al fondo del saló había unas cuantas mesas en una disposición más diafana con algunos muebles alrededor.

En el lateral opuesto al pedestal había puertas dobles, idénticas a aquella por la que habían entrado. Las puertas estaban guardadas por dos guardias cada una, enfundados en armadura de metal, portaban un escudo con el estandarte de los Malkerhay y una lanza que casi doblaba su tamaño. A los costados del pedestal también se encontraban dos guardias.

En el fondo, en las mesas con papeles desperdigados se encontraban cuatro figuras. Una de ellas parecía un sirviente. Los otros tres vestían mejores ropas, alguno de ellos sería sin duda Faren y lso otros sus consejeros.

Delante de ellos esperaban los tres forasteros que habían sido conducidos por la guardia a la parte trasera de la casa y otras tres figuras. Dos de ellos llevaban los brazaletes que les identificaban como batidores, el tercero era un goblin pequeñajo enfundado en ropas extrañas, como si de un gran maestre se tratase.

-Señor- dijo el guardia -Aquí estan vuestros invitados.

-Esta bien Artuan, puedes retirarte- dijo el hombre maduro con barba y pelo muy cuidado. Era el mas alto de los tres que rodeaban la mesa y el que poseía una mirada mas noble.

-Creo que podemos empezar, bienvenidos a todos... Yo soy Faren Markelhay, regente de Fallcrest- dijo el hombre mas alto de los tres que rodeaban las mesa.

-Primero las presentaciones- dijo señalando a los dos hombres que tenía a su lado -Estos son mis consejeros: Arturus Grey veterano de la guardia y Nixmor el Morado, Septarca de la orden de Fallcrest.

- Supongo que os preguntareís por que os he citado aquí. Bien pues lo que teneís todos en común es vuestra relación o interes con la montaña Espira del Trueno y con las desapariciones del valle.

- Vosotros: Arjhan, Skulbalaka y... ¿Grimz?- observó dirigiendose a el guerrero humano, el Eladrin y el Goblin. -Habeís sido atacados en el camino por un grupo de asaltantes que consideramos tienen relación directa con el problema principal de las desapariciones. Pero mas importante que eso, parece que teneís un asuntillo pendiente en la montaña, o al menos eso es lo que nos han dicho.

-Li'ure, Igner y Ugarth fueron los batidores que os encontraron, los que os ayudaron en el camino. No obstante su informe nos ha dejado ligeramente confundidos. Aunque de eso hablaremos adelante.

-Y por último tenemos a nuestros invitados de Hammerfast: Bolthur Loudshield y Cowell Finbar- se adelantó hasta donde se encontraban los enanos -A quienes les tengo malas noticias. Esta reunión os interesa por que el joven comerciante que buscaís se encuentra registrado en nuestros informes sobre desaparecidos.- Esperó un momento a que la noticia calara en los desprevenidos enanos y continuó -Y teniendo en cuenta esto, supongo que esta reunión os resultará de interes-

Sirvientes de la fortaleza se apresuraron en traer asientos para todos, mientras sus anfitriones entretebnían a los invitados con charla superficial. Una vez todo estuvo dispuesto Faren tomó de nuevo la palabra.

-Los batidores nos han traído mucha información recolectada a lo largo del valle. Gracias a eso, y a las adivinaciones de Nixmor, creemos haber identificado el escondrijo de los cabrones que nos tienen en vilo. Esta en las entrañas la montaña... siempre es la montaña- por un momento pareció rememorar algo. Pero despejó rapidamente ese pensamiento -El problema que nos presenta el informe de Igner y compañía es que han reconocido una cueva en el bosque de la capa en la cual se esconden, según sus propias palabras, al menos una centena de Kobolds.

-En parte vosotros- dijo refiriendose a Arjhan, Grimz y Skulblaka -Estaís aquí para corroborar su historia. 

-Si- dijo Grimz, y su voz aún sonaba disgustada -Había allí muchos Kobolds. Matamos mas de una docena.

-Lo sabemos- intervino el veterano -Un grupo de Guardia fue al lugar que nos indicaron y encontraron las señas de la lucha. Kobolds.-

-Esta mañana hemos movilizado un destacamento en dirección al bosque de la capa. Limpiaran la cueva de esas alimañas.-

-Se suponía que ya lo teníamos claro. Su actividad se centra en el este del Valle, es allí donde mas hemos sufrido de estas incursiones. ¿Como se explica entonces la aparición de esta cueva en un lugar completamente opuesto?-

Bolthur miró de reojo a Cowell cuando les comunicaron que su sobrino estaba en la lista de desaparecidos. Era una mala noticia, aunque al menos ahora sabían donde buscar con más certeza, siempre con le esperanza de que todavía estuviese vivo. Bolthur acompañaría a Cowell hasta el final en la búsqueda de su familiar, desde que salieron de Hammerfast habían hecho buenas migas y le tenía aprecio.

Creo que habló en nombre de maese Cowell y el mio cuando digo que podéis contar con nuestra ayuda para acabar con esos maleantes que se escode en la montaña. No podría darse mejor lugar para desenvolverse que una cueva bajo una montaña para dos enanos. - dijo con seriedad.

Lo que no llego a comprender es a lo que nos enfrentamos. ¿Son kobolts también los que se ocultan en la cueva de la montaña? ¿Ese es el motivo por lo que los relacionáis con el escondrijo del bosque de la capa? - preguntó con cara de no entender la relación.

Escucha las noticias con pesar y se mantiene en silencio, pensativo. Los peores presagios se cumplen, pero no iba a dejar de buscar hasta asegurarse de que su sobrino se había reunido con Moradin. Ni siquiera ha prestado atención al resto de la conversación, y sólo ha escuchado algo de unos kobolds. Es incapaz de hablar, con el corazón encogido. Afortunadamente, su compañero toma la palabra por él, consciente de su estado. No se conocen de hace mucho, pero han tenido tiempo suficiente para saber lo que piensa el otro. Bolthur había demostrado ser el mejor compañero de viaje.

Con los brazos cruzados sobre el pecho, asiente sin más confirmando su interés en ayudar al grupo. La respuesta a las últimas preguntas ni siquiera le interesan.

Skullblaka escucho a los presentes mientras se formulaban noticias de los sucesos en los cuales a pesar de no haber participado se sentía en parte responsable. Tantos ataques de los Koblds y según oía mas secuestros de gente. La desaparición de su viejo amigo y la supuesta desaparición de otro enano, además de más gente dejaban claro que habia algo más en esos asuntos.

Dispuesto a enterarse de más cosas, se mantiene callado mientras escuchaba al resto de los presentes decir mas cosas que le permitiera hacerse una idea de la envergadura de lo sucedido.

-Yo responderé a esa pregunta señor, si me lo permite- intervino uno de los batidores, era rubio con unos extraños ojos azules. Tenía algunos rasgos Eladrin, pero sus facciones y su tamaño no eran los habituales de la raza. Esperó a la venia de Markelhay para hablar.

-Se supone que nunca antes ha habido testigo alguno de los ataques. Ya sea por que mueren en el acto o por que son cogidos prisioneros. Estos viajeros son los primeros que sobreviven para contarlo... gracias a la ayuda de un servidor y sus camaradas- hizo una venia que iba mas dirigida a los tres anfitriones que al resto de lso presentes.

-No estamos aquí para evaluar vuestra valía mercenario- dijo una voz altiva y ligeramente aguda. Miraba al batidor con cierto desprecio y desconfianza -Hay temas de mayor importancia que este consejo debe resolver ipso facto.

-Es cierto cierto lo que dice, aunque su información es cesgada- continuó Nixmor alizando la capa entre los brazos de la silla -Otro punto importante es que en el este de fallcrest solo se han presentado ataques en el último mes, y que su asiduidad es tremendamente reducida. Del orden de tres veces menos incidentes que en el Este y en el Sur.-

-Por otro lado, y respondiendo con veracidad al Enano Bolthur. No podemos estar seguros de que los causantes de todo esto sean Kobolds. Hay indicios importantes que indican que esto no es mas que una coincidencia-

-Dejadme adivinar, ¿uno de esos indicios es el echo de que de ser los Kobolds del Bosque de la Capa la amenaza que hemos estado buscando, iriía en contra de vuestras adivinaciones maese Nixmor?- respondió sibilinamente el batidor rubio.

-¡¿Que osaís insinuar condenado bellaco?! Vuestro ultraje para mis art....

-¡SILENCIO!- grito el veterano -Aplicate tus propias palabras Nixmor.

Hizo una pausa, y no necesito decir nada mas para que los otros se quedasen callados. Este hombre tenía la capacidad de imponerse, había cierta propiedad en su semblante que le confería esta propiedad.

-Los hechos, son los hechos. Y solo cuando logremos detener a todas estas alimañas podremos encontrar la verdad que esconde. Por el momento solo podemos especular-

-Además de lo que ha comnetado Nixmor sabemos que los asaltantes utilizan armas contundentes. Los cadaveres que dejaban tras de sí lucian tajos profundos y huesos rotos. Os puedo asegurar que lo kobolds no podrían causar semejantes heridas-

-Alguna vez hemos encontrado un hacha de mano o una masa. Su confección era tosca, no el trabajo de un herrero. Eso nos llevó a pensar en la tribus barbaras del Norte, pero ha sido el Norte el único putno donde no se han reportado asaltantes... aunque también es cierto que en el norte no existe un camino-

Mientras Arturo hablaba un sirviente se acercó al grupo y se excusó. Paso al lado de Markelhay y le susurró algo al oído. El dirigente de fallcrest se mostró un momento sorprendio y dio ordenes rápidamente a aquel sirviente.

-Enseguida seremos honrados con la compañía de otra personalidad de esta ciudad-

Por una de las puertas del salón entró un elfo de gran estatura, llevaba una túnica balnca adornada de colores y un báculo dorado. Pero sobretodo portaba una sempiterna sonrisa y una expresión en su rostro muy llamativa. con él se acercaba una chica con atuendo de cuero y pieles, cuyo aspecto revelaba algo salvaje.

-Sed bienvenido a mi morada señor, es un honor contar con vuestra sabiduría en nuestro concilio- Faren hizo una larga reverencia y espero a que Rasimmel, quien ya mucho de los allí habían reconocido se acercase hasta el y lo levantase con un beso en su cabeza.