Partida Rol por web

Sophie recibió el brazalete negro del doctor McAllister, pero algo en todo esto no acababa de encajar. ¿Porqué la gente de OneWorld era tan amable? ¿Porqué les regalaban esos carísimos dispositivos que apenas serían prototípos? ¿A caso los habían diseñado hace tiempo? ¿Cómo era eso posible si los brotes apenas habían empezado hacía unos días? ¿Sabrían algo que no les habían contado sobre el origen de la epidemia? ¿O incluso serían ellos mismos los que la habían provocado por accidente o de forma intencionada?

A Sophie no le gustaba nada la idea de tener que volver a sacar el arma para conseguir aquello que quería, pero ese doctor seguramente no les fuese a contar la verdad a todos sus interrogantes de forma amable y sincera. Pero cuando se dispuso a desenfundar su pistola, se oyó una explosión en alguna parte, no muy lejos de allí.

Las alarmas habían saltado. - Mierda, otra vez no... pensó casi en voz alta.

Ya había vivido dos ataques de los infectados, había sobrevivido de milagro al primero y casi no lo cuenta en el segundo. Un tercer ataque seguramente acabaría con su suerte. En ese momento lo único que se le pasó por la cabeza fue llamar a Selena por al walkie...

- ¡¿Selena, me oyes?! ¡¿Que está pasando?! ¡¿Porque ha saltado el protocolo de evacuación?! ¡Estoy en los laboratorios de análisis de sustancias peligrosas con Doctor MacAliste! ¡Dice que hay que recuperar el sistema!¡¿Puedes hacerlo tu misma desde la sala de control o necesitas ayuda?! - comenzó a preguntar gritando a causa del nerviosismo imperante.

Mientras hablaba por el walkie paseaba su mirada entre las 3 personas presentes en la sala. El doctor no parecía mala gente y quizá, sólo quizá les hubiera entregado esos brazaletes sin segundas intenciones. Violeta seguía inconsciente e incapaz de correr para salvar su vida. Y por último Thomas, el bombero, alguien en quien no sabía si podía confiar o no pues la única pequeña porción de fe que podía depositar en él, se basaba en el hecho de que había ayudado a Violeta durante su ataque de estrés postraumático.

Sonrió ligeramente cuando Sophie le dedicó unas tenues palabras a su inconsciente amiga. Esos simples actos de amistad le conmovían, pues eran puros y desinteresados. Casi pudo oír la voz de su hermano en su mente, diciéndole que era demasiado blando a veces. Pero la joven borró esos pensamientos con un plumazo con unas palabras. Thomas carraspeó antes de contestar.

-No tienes nada que agradecer- iba a decir que era parte de su trabajo, pero eso no era del todo cierto, era algo que hacia porque lo creía correcto-. Ella tiene mucha suerte. Se nota que la quieres mucho- le dedicó una de sus cálidas sonrisas, esas que hacían que su altura y músculos parecieran pertenecer a otra persona, mostrando a un simple muchacho idealista. No sabía a quién se refería ella, pero ya había visto varias muestras de desinterés y nobleza que le permitían seguir creyendo que aun había esperanzas.

La explicación del brazalete le pareció fascinante, aunque provocó varias preguntas en su mente, coincidiendo con las de Sophie sin saberlo. Aunque su posición era menos pesimista, sí que olía algo raro en todo aquello. De momento aceptó esa herramienta, como lo era su hacha. Entonces oyó la explosión. Una vez más su cuerpo se movió instintivamente, cubriendo el de violeta y observando el techo, casi esperando que cayera sobre ellos. Pero no era ese tipo de explosión, le pareció más centralizada y extraña, no logró reconocerla. Y había visto varias explosiones a lo largo de su vida.

-Sophie, doctor McAllister- dijo adoptando esa voz tenue que solía utilizar para contener el miedo en medio del peor de los incendios-. No conozco este complejo, pero me tienen a su total disposición para hacer lo que haga falta. No podemos dejar a esta gente a merced de los infectados.

Estaba a ciegas allí y antes de dar vueltas como un pollo sin cabeza, prefería ponerse a la orden de alguien que supiera como encaminar la situación hacia un final feliz. O aceptable. Ya se conformaba con solo salvar a todos los que pudiera.

Por la apariencia de Mary y su comportamiento, Derek la ha tomado como una joven fugitiva. Si tiene problemas con la ley, dar un nombre falso podría ayudarla una vez salgan de allí. Aunque por desgracia no tiene tiempo a decírselo, pues las alarmas empiezan a sonar por doquier.

-¿Napalm? ¿Qué napalm? Aquí no tienen napalm, pero hay productos químicos igual de peligrosos. Mira gati...eh...Mary. Lo único que sé, es que algo ha pasado en el ala médica y eso ha provocado que todo el sistema se vuelva loco.

Sin importarle ya lo más mínimo que las cámaras de seguridad lo vean, sale de la sala y empieza a caminar con paso rápido.

-Mi padre trabaja aquí, me he pasado muchas horas aquí encerrado así que conozco el lugar a la perfección. Este lugar fue construido sobre un viejo búnker. Da la casualidad que sé donde está y cómo entrar. He estado reuniendo suministros para pasar algún tiempo allí, ya sabes, por si era necesario.

El caos dentro de los laboratorios es absoluto, tanto los civiles como el personal que allí trabaja corre de un lado hacia otro sin saber bien qué hacer. El personal de seguridad trata de calmarlos y quizás en otras circunstancias lo habrían logrado, pero el miedo a que la alarma se deba a un ataque de los infectados, ha provocado que el pánico se extienda por todas partes.

-El campamento militar estaba siendo atacado por una gran cantidad de muertos, con las luces y el sonido de las alarmas, imagina hacia donde vendrán ahora. La putada es que la explosión ha provocado que se active el sistema de emergencia, lo cual provoca que todas las salidas se abran para que el personal del edificio pueda evacuar...¡No me jodas!

Derek la guía a través de varios pasillos por los cuales, cada vez hay menos personas hasta que llegado un punto, ellos son los únicos que caminan por allí. Todo ello bajo las luces intermitente y el incesante sonido de la alarma, la cual provoca que sea difícil escucharse el uno al otro si no alzan el tono de voz.

La maldición de Derek se debe a que a escasos metros de ellos, ven pasar a un soldado tirando de alguien que va encadenado y con un capucha puesta. Poco después, ven pasar a tres prisioneros más junto con otro soldado.

-¿Pero qué coño pasa aquí?

Uno de los soldados, vuelve la mirada hacia ellos a la vez que agita una mano y grita que se larguen de allí.

Derek no se lo piensa dos veces, por lo que cogiendo de la mano a Mary, tira de ella comenzando a correr. Mary no está segura de si su compañero se ha percatado de ello o no, pero ella tan solo ha necesitado un vistazo para darse cuenta de que los prisioneros encapuchados no se movían como personas...al menos personas vivas. ¿Qué hacen los soldados llevando muertos vivientes por el interior de los laboratorios?

-Mal asunto, ese era el camino rápido para llegar al búnker. Hay dos opciones, la primera es regresa hasta la entrada de los laboratorios y tomar después, un camino directo. Es una ruta más rápida, pero si los muertos han llegado ya, puede que tengamos que correr como almas que lleva el diablo. Hay otra opción, pero tenemos que colarnos en la sala de seguridad y conseguir una tarjeta especial para abrir una puerta que seguro, está sellada. Si lo conseguimos y somos rápidos, no tendríamos que encontrarnos con ningún muerto...

Pensamiento y acción son uno, ABC asiente ante el improvisado plan de Ryan y se dispone a cumplir con su parte. Aunque tras pasados unos segundos, se da cuenta de que está a punto de ir directamente hacia los muertos y que si por un casual del destino el coche se detiene, será hombre muerto.

-¡Joder! Siempre me llevo la peor parte. Me debes el teléfono de la enfermera más sexy.

Poniendo la música de la radio a su máximo volumen y con las luces encendidas, sale despedido hacia la horda de muertos con el firme propósito de convertirse en su cebo. No está seguro de cuanto podrá alejar, pero hará todo lo posible para aliviar el trabajo de Ryan.

Con pasos rápidos y decididos, Ryan cruza la valla y se adentra en los laboratorios. Allí dentro el miedo se expande como la pólvora y los civiles corren de un lado a otro sin saber bien qué hacer. El personal de seguridad, escaso para controlar a las más de cien personas allí reunidas, tratan de controlar la situación. Pero los disparos que han resonado en el campamento, unido a la alarma que resuena en el edificio, han logrado poner de los nervios a los civiles.

Su llegada, logra despertar la esperanza en los ojos de muchos, al menos durante unos instantes pues al ver que tan solo es uno, la desesperación vuelve a dominarlos. Los laboratorios son gigantescos y el lugar es un laberinto si no se sabe mover bien por allí. Quizás por eso los civiles llaman a gritos a sus familiares, los cuales desorientados, andan perdidos en el interior.

Los más valientes, aquellos que escuchan al personal de seguridad, están ayudando a formar barricadas para contener la inminente llegada de los muertos. Máquinas de refrescos y comida es de las pocas cosas con las que cuentan, pero todo suma y sirve para intentar detener el avance de los muertos. Por desgracia, Ryan sabe que contra semejante oleada de enemigos, las barricadas no aguantarán mucho.

-Tenemos un pequeño problema...   -Indica ABC a través de la radio.    -Algo raro pasa con estas cosas, habían empezado a seguirme, pero de pronto se han parado y han dado la vuelta, se comportan de forma rara. Es como si algo les arrastrase a ir hasta allí.

Ryan tiene tiempo de echar un último vistazo al exterior antes de adentrarse por completo en los laboratorios y lo que dice ABC es cierto. Los muertos se mueven como un solo ser, como si se tratase de un enjambre perfectamente coordinado. Uno que avanza sin compasión hacia los laboratorios.

-¡EY!   -Un hombre de piel azabache con el uniforme del personal de seguridad, avanza hasta él corriendo.   -¡Ey! ¿Hay más de los tuyos? Nos vendría bien algo de potencia de fuego. Un hijo de puta ha detonado una granada aquí dentro y ha provocado daños en los sistemas. Esta mierda de los edificios inteligentes nos va a joder a todos, cree que estamos en peligro aquí dentro y ha abierto todas las salidas de emergencia. Hay que reiniciar el sistema, pero nuestro informático no logró salvarse cuando empezó la epidemia, así que hay que llegar hasta la sala de servidores y hacerlo de forma manual. ¿Se te dan bien esas cosas?

Sophie tiene razón en algo, los brazaletes son prototipos de última generación. Aunque parece que la capacidad de detectar el virus es un añadido de última hora. One World es una reputada corporación dedicada a la medicina, sus más de cincuenta hospitales y sus múltiples empresas, están dedicadas por completo a la mejora de la medicina.

Esos brazaletes, capaces de analizar una sola gota de sangre en cuestión de segundos, iba a revolucionar la medicina. ¿Cuantas vidas se salvarían al tener al instante los análisis que normalmente pueden tardar horas en ser realizados? Claro que por supuesto, todo puede ser una estratagema de la corporación. Aunque si es así, el doctor no parece saber demasiado, su miedo es real, al igual que lo era su preocupación por Violeta.

-Tantas vidas se perderán...

El doctor apenas es capaz de imaginarse lo que está por llegar, si las puertas no se cierran, decenas de civiles serán masacrados. ¡Deben de poder hacer algo!

-¿Sophie? ¡Mierda! Ese amigo tuyo ha tenido un enfrentamiento con el soldado, han activado una granada y ahora ambos son carne picada. Pero la explosión ha dañado los sistema, bueno, en realidad este es un edificio inteligente y cree que estamos en peligro aquí dentro. Así que ha abierto TODOS los accesos, así como las salidas de emergencia. Las luces muestran el camino hasta el exterior y la alarma no parará de sonar hasta que el equipo sea reiniciado. Pero nuestro informático, el tío que controla de estas cosas ha estado desparecido desde que comenzó todo. La única opción es ir al cuarto de servidores y resetear todo.

El guardia de seguridad que está con ellos, desenfunda su pistola y se prepara para salir. Es uno de los que más cerca está y por tanto, quién posee mayores posibilidades de llegar a tiempo.

-Quedaos aquí, yo me encargo.

Tras abrir la puerta dispuesto a cumplir con su papel, algo salpica los rostros de Thomas y Sophie. Es algo cálido y húmedo, pero de alguna manera sus cerebros de bloquean durante un breve lapso de tiempo...justo lo que tarda en caer al suelo el cuerpo sin vida de Ted, el guardia de seguridad.

El eco de un disparo resuena por el pasillo un disparo preciso que acaba de volarle la cabeza a Ted, salpicándolos de sangre. Dos hombres con uniformes militares de color gris, pero sin distintivo alguno, avanzan con pistolas en su dirección.

El ejercicio que he hecho para adelantarme a la horda, habría agotado a cualquiera, por fortuna aún no me siento agotado, y eso se debe a la constante acción a la que he sometido a mi cuerpo durante estos años. ¡Por fortuna!

También, hay que agradecer la labor de ABC que me ha logrado encontrar un hueco, sin embargo, aquí dentro la situación no pinta óptima. Y ver los rostros de esperanza de aquellos que me ven, para luego cambiar a la desesperanza, me hace tomar una actitud seria, tratando de no olvidar que todo cuanto haga, puede repercutirles a ellos, pues ahora mismo me he convertido en un símbolo para los civiles.

Las barricadas que forman serán insuficientes, sólo retrasarán levemente sus muertes. Necesito encontrar a alguien que los lidere para coordinarme con ellos. El Walkie emite la voz de ABC enlatada:

-Tenemos un pequeño problema...   -Indica ABC a través de la radio.    -Algo raro pasa con estas cosas, habían empezado a seguirme, pero de pronto se han parado y han dado la vuelta, se comportan de forma rara. Es como si algo les arrastrase a ir hasta allí.

Hago mis comprobaciones. Tiene razón, pero eso nunca había pasado, ni estábamos enterados, que yo sepa. Como militar, sé que la situación es jodida, pero cómo médico, me hace plantearme cuán evolucionado anda el virus, y si tendrá algún limite.

Mientras termino de adentrarme, buscando integrarme con el resto para sacarlo de ahí, le conmino a ABC a través del Walkie:

-Recibido. ABC, necesito que hagas blancos seguros, trata de aliviar la cantidad de infectados que van a entrar, sin exponerte. A una distáncia segura. Voy a averiguar las opciones y en un momento te digo algo.

Empiezo a adentrarme a los laboratorios, y parezco el Angel de la muerte que anuncia el final, pues detrás de mi la horda sigue avanzando perfectamente coordinada. Si fuera un civil, si no me hubieran formado bajo situaciones de estrés extremo, yo también estaría acojonado como ellos. Aún con toda mi formación, de hecho, mi corazón late con más fuerza de costumbre. Pero no puedo mostrar debilidad ante ellos, nos necesitan.

Ahí viene el primero, igual es un cabecilla. Por el uniforme, parece de la seguridad local.

-¡EY!   -Un hombre de piel azabache con el uniforme del personal de seguridad, avanza hasta él corriendo.   -¡Ey! ¿Hay más de los tuyos? Nos vendría bien algo de potencia de fuego. Un hijo de puta ha detonado una granada aquí dentro y ha provocado daños en los sistemas. Esta mierda de los edificios inteligentes nos va a joder a todos, cree que estamos en peligro aquí dentro y ha abierto todas las salidas de emergencia. Hay que reiniciar el sistema, pero nuestro informático no logró salvarse cuando empezó la epidemia, así que hay que llegar hasta la sala de servidores y hacerlo de forma manual. ¿Se te dan bien esas cosas?

Alzo un dedo a la primera pregunta, sólo uno más. Sin embargo no le interrumpo para que termine de contarme toda la situación, algo que se agradece. Cuando termina, le hago un gesto con la mano para que espere, mientras cojo el Walkie de nuevo.

-ABC, ¿me recibes?

Tras su confirmación, prosigo:

-La situación aquí es insostenible, están tratando de montar barricadas para resistir, pero sólo ganarán algunos minutos. Un maniáco ha hecho estallar una granada y el sistema ha abierto las puertas de emergencia. Todas. Necesito que dés un rodeo, y nos localices la puerta de emergencia con menos hostiles y me informes. Luego trata de hacer algo de limpieza limitándote a esa zona. Trataré de evacuar a los cíviles por ahí. Aunque antes voy a tratar de reiniciar el sistema, para cerrar las puertas  y darles tiempo a organizarses, aquí aún hay gente buscando sus familias. Confirma, ABC.

Tras la respuesta de mi colega, miro de nuevo al de seguridad.

-Negativo, señor. Domino la mecánica, podría trastear con alguna puerta, ¿pero controlar todas al mismo tiempo por los sistemas? Eso escapa a mi control. Lo que si puedo hacer, es escoltar a un grupo reducido hasta el lugar, reiniciarlo todo, bloquear puertas menos la nuestra y guiarles hasta la salida. Pero voy a necesitar su ayuda. A usted le escucharán, presénteme al grupo y coordine las defensas, ayude a agilizar la evacuación, organizando a los civiles, las familias y heridos. Cuando tengamos el grupo formado, iremos, y a mi señal, ya sea en persona o por telefono, tendrán que salir hacia la salida que mi compañero nos indique. ¿Entendido? Bien, déme un número, y adelante. Hay mucho por hacer.

Mientras lo hace, arrastro cajas hasta la compuerta dónde viene el grueso principal, para ayudar a los civiles, dándo al de seguridad tiempo para cumplir las indicaciones.

La explosión viene del ala médica? No sé que pudo pasar, acabo de salir de allí... un leve sentimiento de preocupación hace que piense sobre la suerte de los supervivientes con los que llegué a este lugar.

Sin tiempo para nada más nos encaminamos hacia el sótano. Enseguida me doy cuenta de que Derek realmente sabe moverse por el laboratorio, -- mm tu padre es uno de esos científicos locos que prefieren a los infectados?-- Entrecierro los ojos, no sé si me está diciendo la verdad. Le hago un gesto para seguir adelante y en poco tiempo estamos llegando a una zona menos concurrida por civiles. Paramos de repente – pero qué pasa?—Enseguida entiendo cual es el problema. Ya había visto eso antes, seres encapuchados y con cadenas. Vaya mierda, se están llevando a los infectados a otro lugar ¿por qué? No me hace falta la respuesta por lo que veo ellos son muchos más importantes que los pobres desgraciados que todavía no nos hemos contagiado. No puedo evitar resoplar, en este momento no somos la prioridad de nadie. Y por lo que veo esto es sálvese quien pueda. Paro un momento-- nada de muertos, contra más lejos de ellos mejor, tendremos que robar esa tarjeta, --sonrío al chico--conoces a los de seguridad?--

El espectáculo que ABC contempla es lo más espeluznante que jamás haya visto. Decenas y decenas de no muertos avanzan como un tsunami de muerte y desesperación, chocando contra las vallas aplastándose los unos a los otros. Tal es el impulso y la fuerza de la horda, que las vallas ceden con relativa facilidad y aunque por el momento logran contenerlos, solo es cuestión de tiempo que sucumba.

Tomando su arma, mientras suelta diversas maldiciones por radio, abre fuego tratando de retrasar lo máximo posible el avance de los muertos. Busca causar daños en las piernas de los muertos para hacerlos caer y así, usarlos como impedimento para el resto. Aunque su plan surte poco efecto ante una cantidad tan numerosa de enemigos.

-No hay forma de escapar de aquí, no sin vehículos y en nuestro coche no podremos llevar más que a unos pocos. Si logras sacar a todos fuera, quizás podamos encerrar a los muertos dentro del edificio o cerrar la salida por la que salgáis de alguna forma. Los civiles tendrán que correr, pero es la mejor opción que veo. Esto es un puto infierno...

La situación es de lo más desesperante, pero eso no les impide hacer lo que mejor saben hacer, combatir al enemigo en las peores circunstancias posibles. Dentro del edificio, el orden comienza a restablecerse con la llegada de más personal de seguridad. Ryan tiene la sensación de que se encontraban en otro lugar cuando todo ha empezado, quizás realizando algo realmente importante pues la alarma lleva sonando un buen rato y el personal de seguridad debería de haber llegado mucho antes.

Uno de los recién llegados, un hombre que pasa los cuarenta con el pelo cubierto de canas, pero el cuerpo de un jugador de futbol americano, se abre paso entre los civiles y se sitúa junto a Ryan ayudándolo a mover una de las máquinas de comida para taponar una de las salidas.

-Salir no es una opción, los tuyos van a usar Napalm sobre esta instalación. La única forma de poner a todos a salvo, es tratando de llegar al bunker sobre el que están construido los laboratorios.

En ese instante, toma su teléfono y contesta a una llama. Segundos después, le tiende el móvil a Ryan.

-Soy el doctor Hawkins, director de estos laboratorios. Necesito que me escuche y preste atención. No sé si estará o no al tanto de ello, pero tenemos algo más que sospechas de que este lugar va a ser atacado por bombarderos. Los laboratorios fueron construidos sobre un buker y aunque no fue diseñado para albergar a tantas personas, creo que será suficiente como para sobrevivir a lo peor. El problema es que la valla no aguantará mucho más y las barricadas serán arrasadas en cuestión de segundos. Nuestra única posibilidad es el uso de una sustancia experimental que puede ayudarnos a combatir a los muertos y dar tiempo a los civiles de huir.

El doctor posee una voz potente al más puro estilo de James Earl Jones. Su tono es fuerte, pero a su vez dotado de una carisma única.

-La sustancia de la que le hablo debería de ser inocua para los vivos, pero remarco la palabra, debería. No ha sido probada aún y desconocemos si puede producir algún efecto adverso o secundario en los vivos. Como empleado de One Wolrd no puedo tomar la determinación de usar el gas, pero quizás usted sí que pueda..

Si lo que le acaban de contar es cierto, si realmente van a bombardear la zona eso explicaría el motivo por el que el campamento ha sido evacuado. Pero...¿de verdad van a sacrificar a cientos de personas? Por otro lado, el doctor Hawkins demuestra ser alguien realmente inteligente y manipulador. Si Ryan decide usar el gas y salva a los civiles, recibirá una condecoración pero One World mostrará un primer gran avance en la lucha contra el virus. Pero si por el contrario la cosa no va bien y los civiles mueren, la corporación lo culpará a él.

Recibo respuesta por radio de ABC, su voz me hace ver que en verdad la cosa está más mal de lo que creíamos.

-No hay forma de escapar de aquí, no sin vehículos y en nuestro coche no podremos llevar más que a unos pocos. Si logras sacar a todos fuera, quizás podamos encerrar a los muertos dentro del edificio o cerrar la salida por la que salgáis de alguna forma. Los civiles tendrán que correr, pero es la mejor opción que veo. Esto es un puto infierno...

-No es mala idea. Podriamos tratar de tenderles una trampa,  y mirar de dirigirlos hacia un lado del recinto, mientras el resto escapa por el otro. Mantente vivo, te digo algo en un momento, corto.

Pero una cosa, es cierta, como bien dice... no hay vehículos para todos. Van a haber muchos muertos antes de que acabe el día. Debo asumirlo y pensar en salvar a tantos como pueda.

Finalmente van llegando más personas de seguridad, como tal no son como nosotros los militares, pero tienen sus cosas buenas, tratan de ayudar y su sola presencia logra tranquilizar también un poco el ambiente. Aunque sólo sea un poco. Saludo con la cabeza a uno que se acerca y me ayuda con la máquina de bebida.

-Gracias.

-Salir no es una opción, los tuyos van a usar Napalm sobre esta instalación. La única forma de poner a todos a salvo, es tratando de llegar al bunker sobre el que están construido los laboratorios.

 -¿Disculpa?...

Cuando trato de exigirle una explicación, una llamada nos interrumpe. Su móvil suena, éste asiente a lo que dice el del otro lado y me tiende el teléfono. Extrañado, lo cojo.

-¿Diga? ¿Con quién hablo?

-Soy el doctor Hawkins, director de estos laboratorios. Necesito que me escuche y preste atención. No sé si estará o no al tanto de ello, pero tenemos algo más que sospechas de que este lugar va a ser atacado por bombarderos. Los laboratorios fueron construidos sobre un buker y aunque no fue diseñado para albergar a tantas personas, creo que será suficiente como para sobrevivir a lo peor. El problema es que la valla no aguantará mucho más y las barricadas serán arrasadas en cuestión de segundos. Nuestra única posibilidad es el uso de una sustancia experimental que puede ayudarnos a combatir a los muertos y dar tiempo a los civiles de huir.

El doctor posee una voz potente al más puro estilo de James Earl Jones. Su tono es fuerte, pero a su vez dotado de una carisma única.

-La sustancia de la que le hablo debería de ser inocua para los vivos, pero remarco la palabra, debería. No ha sido probada aún y desconocemos si puede producir algún efecto adverso o secundario en los vivos. Como empleado de One Wolrd no puedo tomar la determinación de usar el gas, pero quizás usted sí que pueda..

Ya són dos que me vienen con el cuento. Pero por su voz, creo que hablan en serio. Deben estar equivocados, pero debo asegurarme.

-Deme uno momento.

Siento las miradas que me miran, ¿que cojones dicen de que van a barrer con Napalm? Saben que estamos aquí patrullando. Le tiendo el telefono al de seguridad para que lo sostenga, agarro el Walkie y me separo un poco de ellos para buscar privacidad.

-¿¡ABC, me recibes!?- espero a su respuesta-Un tal doctor Hawkins asegura de que el Ejército va a bombardear la zona con Napalm. Y no es el único que cree esa estupidez. Dicen que hay un bunquer bajo los laboratorios, pero no tiene aforo para todos, y que la única posibilidad pasa por gasear la zona con un gas experimental, que CREEN, que no afectará a los vivos, pero si a los infectados, dando tiempo a todos para escapar. Joder, ¿no te suenan los doctores de Onetrash un poco al puto Mengele? No sé si me están jodiendo o no, para que les de el permiso para hacerlo y hacer experimentos sobre la población... Necesito que trates de contactar rápidamente con los mandos superiores para confirmar los hechos y pedir instrucciones. ¿De acuerdo?

Hay una puta cadena de mando. Si todos los militares nos comieramos la mierda de la paranoia civil, acabaria el mundo muy mal. Mientras espero la respuesta de ABC, vuelvo a por el telefono y tras arrebatarselo con cara de pocos amigos, pero tampoco hostil, al de seguridad, me dirijo al doctor.

-Escuchéme, no esperará que me crea algo asín sin pruebas, ¿verdad? Ni que le de carta blanca a experimentar con civiles, ¿no? Antes de tomar una decisión tan importante, va a tener que convencerme de que lo que dice es verdad. ¿Cómo sabe usted esa información?

En el exterior, todo lo que ABC intenta para detener al enemigo surte poco efecto. La desesperación comienza a hacer mella en su persona, pero eso no le impide continuar disparando.

-¿¡Qué!? ¿Qué gilipollez es esa del Napalm? He oído decir que One World está detrás de toda esta mierda no te fíes una mierda de...    -El silencio se hace en la radio durante varios segundos hasta que de pronto...   -....dios mío...tenían razón...la ciudad está siendo bombardeada, están prendiendo fuego a la puta ciudad. ¡Joder! por eso quería que nos largásemos de aquí. Avanzan por el este, a este ritmo no tendremos más que cinco o diez minutos a lo máximo.

La sorpresa, duda y miedo se reflejan en la voz de ABC. La ciudad está infestada de muertos, pero hay aún cientos de vivos, puede que incluso más aún atrapados en los edificios o en los campamentos. ¿Realmente la situación está tan mal como para sacrificar todas aquellas vidas?

-Esto es...una pesadilla. No hay forma de contactar con el alto mando, nuestras radios no tienen alcance y dudo que ahora mismo las líneas de comunicación estén abiertas. Nos han dejado atrás, Ryan, estamos solos en esto.

Con la duda aún presente en su corazón, Ryan corre hasta una de las ventanas para comprobar por sí mismo si lo que dice su compañero es cierto. Para su horror, así es. A lo lejos el atardecer de la ciudad queda eclipsado por las llamas que comienzan a devorar la ciudad. El ejército se ha estado retirando durante las últimas horas de sus posiciones, todos creían que se trataba de una nueva estrategia...y sin duda lo es. Ellos aún están a tiempo de salir de allí con el coche, pero si aguardan más tiempo...

Al otro lado de la línea, el doctor Hawkins aguarda la respuesta de Ryan. Al menos es un soldado con cabeza, no como el payaso que ha lanzado una granada dentro del edificio y ha provocado ahora que tantas vidas estén en juego.

-No es ningún secreto que One World y el ejército han tenido sus disputas. Pero esos conflictos son entre aquellos que están muy lejos de aquí. Sinceramente creo que nuestra única oportunidad es llegar al búnker. No tengo pruebas, pero uno de los suyos hace escasos minutos se ha colado aquí y tras atacar con un cuchillo a uno de los civiles, ha hecho explosionar una granada con la que ha provocado la ruptura de los sistemas. Uno de los civiles presentes, escuchó lo del ataque con Napalm. Tal y como yo lo veo, solo tenemos dos alternativas, morir todos aquí o trabajar como un equipo, asumir un gran riesgo y quizás ver un nuevo amanecer. Si dispone de un plan para salvar a los civiles sin necesidad de usar el gas, estoy dispuesto a proporcionarle la ayuda que necesite, pero el tiempo se nos agota. Algunos ya han comenzado a superar la valla, pronto estarán dentro del edificio. Usted decide.

¡Mierda!

Lo que dice es cierto, están bombardeando con Napalm la ciudad. Y el cálculo nos da entre 5 y 10 minutos... lo de las puertas no va a funcionar, no llegariamos a tiempo y el Napalm nos caería a todos sin protección alguna.

Me escuece, y me jode, que el doctor diga que uno de los nuestros fue el que la lió. Para empezar los nuestros no pegan tiros a civiles sin motivos, cómo que abran fuego, estén infectados o puedan provocar un desastre mayor. Tengo que contenerme muchísimo, porque discutir sobre eso ahora mismo no es lo que nos conviene.

-Hableme del gas, ¿cómo lo distribuiría? Bueno, un segundo, espere.

Vuelvo a coger el Walkie.

-ABC, escucha tienes que irte de inmediato. Si tratas de entrar al búnker, con tantos hostiles, probablemente acabes infectado de esta mierda. Por mí ya no puedes hacer nada, compañero, alejate de la zona de impacto, reportate a la base más cercana e informa de la situación. Voy a tratar de salir de aquí con tantos como pueda, y te juro que te buscaré hasta darte el puto teléfono de la enfermera más cachonda del recinto. ¿No te mueras, vale? Joder ABC, no te mueras. ¿Te veré, vale?

Noto un largo silencio, hasta que me responde. Creo que trato de infundirme valor a mi mismo, por lo que tengo que hacer. Pero alguién debe hacerlo, es tonteria que ABC se mate por nada, pero yo, que ya estoy aquí debo intentarlo.

-Cuidate ABC, y si no salgo de ésta, le pones mi nombre a tu primogénito o a tu perro. Corto.

Me vuelvo hasta el de seguridad, que seguro ha escuchado parte de mi conversación aunque trata de disimular que no, y le cojo el teléfono.

-Bien, doctor, dígame. Usted es el experto, y el que conoce al dedillo las instalaciones. Quiero salvar a tantos como pueda, pero de cuanto aforo dispone el bunker, y cómo distribuiria ese gas. Además, ¿cómo cree que les afectaría a los hostiles? Hay que darse prisa, no nos queda tanto tiempo. ¿Usted dónde anda? Cuenteme doctor.

Ambos se adentran de nuevo en los laberínticos pasillos de los laboratorios, mientras a lo lejos, resuenan los gritos de los civiles que aterrados, tratan de ponerse a salvo. Derek reduce finalmente la marcha para recuperar el aliento, momento en el cual se encoge de hombros.

-Mi padre es el manda más de los laboratorios. Debido a eh...ciertos problemas en los que me metí, no se fiaba mucho de mí. Así que puso a un par de sus hombres para hacerme de niñera. Los mandaba para que me llevasen y trajesen del instituto, obligándome a pasar casi todo mi tiempo en este lugar. Por lo menos gracias a eso, ahora sé como moverme por aquí.

A través de uno de los ventanales que dan al exterior, el atardecer comienza a caer sobre Topeka. Los cielos, iluminados aún por tonos anaranjados, empiezan a sumirse en la oscuridad. Aunque algo cambia de repente en la lejanía...primero es un gran resplandor, después el sonido de una gran explosión.

Aunque apenas resultan visibles, sobre Topeka vuelva varios aviones de combate que sin compasión alguna, están dejando caer bombas sobre la ciudad. Con cada impacto, un nuevo estruendo sacude los cimientos de los laboratorios, pero son las terribles llamaradas de fuego que comienzan a envolver la ciudad lo que realmente logra despertar el miedo en ellos.

-¡Joder! ¡Están bombardeando la puta ciudad! ¡Tenemos que llegar la jodido bunker!

Sin perder ni un solo segundo más, corre como alma que lleva el diablo dispuesto a conseguir la maldita tarjeta y así, conseguir acceder al sótano y con ello, al bunker.

-No está muy lejos ya...

PUFFFF

Un sonido fuerte y seco, como si fuese aire comprimido siendo liberado se escucha a pocos metros más adelante, seguido del sonido de algo pesado al caer al suelo. Al llegar a un cruce, ven que dos hombres ataviados con uniformes militares con colores de camuflaje grises, pero sin distintivo alguno, avanzan dándoles la espalda con pistolas con silenciadores en las manos. Caminan con cuidado acercándose hasta una puerta abierta, en cuyo umbral, ven un cuerpo tirado en el suelo y sangre salpicando el marco y la propia puerta.

El camino que Mary y Derek siguen desemboca en el pasillo por donde están avanzando los dos soldados. Para continuar, deberán de deslizarse tras ellos y avanzar en dirección contraria durante algo más de diez metros. Si les cogen o les escuchan...¿Les dispararán?

Mary logra echar un vistazo y ve que en le interior de la sala donde se encuentra el cadáver, se encuentra la mujer armada que vio en la zona médica. Aunque apenas logra verla más que un instante, pues rápidamente se aparta de la puerta.

En la lejanía, la ciudad resplandece mientras es devorada por las llamas. Vivos y muertos por igual, son devorados sin compasión por el ardiente beso del fuego. Permanecer en los laboratorios es una sentencia de muerte a no ser que logren lo imposible. ABC lo sabe, por ello no dice una palabra ¿Qué puede decir ante semejante situación? Quizás por eso Ryan lo único que logra escuchar el rugido del motor del coche cuando ABC hunde el pie en el acelerador.

-¿Retirada? ¡Y un cuernoooooooooo!

ABC no es el soldado más brillante, ni el más fuerte, ni el más valiente, pero sin duda tiene grabado a fuego la palabra lealtad en su corazón. ¿Vivir un día más a sabiendas de que dejó atrás a un compañero? Que los malditos muertos lo devoren vivo si va a dejar a uno de los suyos atrás.

Tras preparar el coche para que salga disparado contra los muertos, corre hacia la entrada de los laboratorios, cruzandola justo en el mismo instante en el que el coche comienza a arrollarlos. Varios caen bajo la potencia del vehículo, pero antes de que la marea de cuerpos logre detener su avance, la granada que ha colocado en su interior explota, lo cual unido al depósito de gasolina se traduce como en una bonita noche de fuegos artificiales.

Las vallas ya apenas eran capaces de contener a los muertos, de hecho muchos ya habían comenzado a cruzarla. Así que el uso del coche de aquella manera le pareció la mejor opción. El fuego se esparce abrasando a los muertos y reduciéndolos a cenizas. Muchos han sido destruidos, pero esa arriesgada maniobra tan solo ha logrado retrasarlos, no vencerlos.

ABC no tarda en llegar a la altura de Ryan a la vez que se encoge de hombros.

-¿Crees que el capitán me hará pagar el jeep?

Aquel es el momento del todo o nada, si fracasan en llegar al bunker sus vidas terminarán rápidamente. Con suerte no sentirán las llamas desintegrando su piel, simplemente se desvanecerán en un instante. Ojalá ese sea su destino si fracasan.

-Debemos de trasladar el contenedor con el gas hasta el sistema de ventilación. No está lejos uno de otro, así que no debería de ser difícil. Una vez el gas esté conectado, el sistema de ventilación lo extenderá por todo el edificio. Si todo va según nuestros cálculos, el gas afectará a los procesos mentales y las funciones motrices de los muertos. En pocas palabras, los volverá mucho más lentos y torpes. Creemos que convertiría a Usain Bolt en un anciano de cien años.

Si lo que el doctor dice es cierto, si el gas es capaz de entorpecer tanto a los muertos, entonces quizás los vivos sí que puedan salir con vida. Pues a pesar de que el número de enemigos es apabullante, si logran volverlos tan lentos y torpes, sería complicado que lograsen atrapar a más civiles.

-El personal de seguridad tratará de trasladar a los civiles hasta el bunker. El lugar no fue diseñado para tantas personas, por lo que carecemos de recursos para todos. Aunque servirá por unas cuantas horas, no puedo decir una cifra exacta, pero no menos de 12 a 24 horas. Después estaremos en apuros, pero resolvamos un problema cada vez.

El doctor se encuentra en el corazón de los laboratorios, no muy lejos del bunker y aunque podría escapar el primero, prefiere permanecer allí hasta que esté seguro de no poder salvar más vidas, al menos es lo que confiesa a Ryan.

Siguiendo las instrucciones del doctor, no resulta complicado moverse por las gigantescas instalaciones. Cuando por fin se encuentran ya cerca de su objetivo, los expertos soldados escuchan un sonido seco que reconocen de inmediato. El disparo de un arma con un silenciador. ¿Quién diablos tiene un arma con silenciador allí dentro?

-¿Un disparo? Parece que proviene de la zona norte, pero según las indicaciones del doctor, tenemos que ir por el este. ¿Gas? ¿Disparo? ¿O nos separamos?

- Muy bien, Ted nos guiará hasta allí y haremos lo posible para ayudarle a restablecer el sistema... - le decía Sophie a Selena por el walkie justo antes de que el sonido de un disparo la hiciera dar un salto. 

Salpicaduras de sangre le mancharon la cara, el eco del disparo todavía resonaba en su cabeza cuando de pronto vio como Ted, el guarda de seguridad yacía muerto en el suelo, cerca de la entrada y dos soldados se acercaban de forma rápida. Lo que sucedió en ese momento, fue algo que hasta hace apenas unas semanas hubiera sido impensable...

Con sangre fría Sophie se repuso rápidamente de la muerte de aquel hombre inocente. Miró hacia todos lados buscando el primer bidón o contenedor de sustancias peligrosas al que pudiera echar mano. Por suerte había uno muy cerca de la puerta. Sólo había que patearlo un poco y apartarse.

- Ayúdame a bloquear la entrada Thomas. - le pidió casi sin tomar aire a su ahora compañero.

Volcando el bidón lo hicieron rodar hasta la puerta de entrada a los laboratorios para luego apartarse. Sophie sacó de nuevo la pistola, pero esta vez no dudó en quitarle el seguro y apuntar.

- ¡No entréis u os tendré que disparar!  - gritó finalmente mientras apuntaba a ese bidón solitario que acababa de rodar hasta la puerta.

¿Quién había usado una granada? El bombero aun intentaba darle algún sentido a lo que dijo el tipo de la radio, cuando un disparó y una posterior lluvia carmesí cayó sobre ellos. El olor de la sangre le permitió actuar sin pensar, producto de haber sentido ese aroma cientos de veces, entre otros mucho peor, para acatar la orden de Sophie. No dijo nada, estaba acostumbrado a actuar siguiendo ordenes de forma mecanica y precisa, mientras mas rapido mejor. Eso era la diferencia entre salvar a alguien o no.

Al ver sus intenciones, el de usar un bidón inflamable como medio de amenaza contra esos asesinos, lo primero que evaluó fue el daño que podría recibir esa habitación, la posibilidad de que los gases tóxicos les dejaran en mala posición. Si ese sitio estaba construido como debería, y eso esperaba viendo el costo equipo que tenían, cualquier cosa que fuera gas, humo o algo peor, tendría que ser extraído de allí con algún medio. Incluso podría haber un sistema de aspersores. Solo por las dudas, repasó que hacer en caso de que el laboratorio terminara inundado de un peligroso gas toxico. Con suerte no necesitarían nada de ello y esos tipos les dejaran en paz.

No sabía a qué se dedicaba esa mujer antes del brote, pero debía ser una persona de armas tomar, pues su actuar era soberbio. No dudó un instante y, aunque sus métodos fueran toscos, no dejaban de ser efectivos.

Adiós, ABC. Ha sido un honor servir contigo...

-¿Retirada? ¡Y un cuernoooooooooo!

¿? ¿Qué demonios? Corro hacia la entrada al sentir el rugido del vehículo, y las palabras de ABC. ¡ABC, no jodas! Observo estupefacto su arriesgado plan... y rápidamente aparto una de las máquinas que pusimos en la entrada, para darle paso.

-¡Quita quita! -le digo a uno que estorba enmedio, con la adrenalina a tope. Finalmente una explosión retumba y cuando dejo espacio en el acceso para ABC, veo los cuerpos en llamas (o sus restos) esparcidos por el exterior. ABC vuelve con la mirada de los locos, de los héroes. ¡Será cabrón!

Me acerco a grandes zancadas, mientras los de seguridad tratan de taponar de nuevo la zona.

-¡Maldita sea, joder, te dije que te volvieras! ¡Maldito loco! -cuando lo tengo al alcance, le abrazo y apoyo mi sien con la suya- puto idiota, me alegro de verte, ABC.

-¿Crees que el capitán me hará pagar el jeep?

-Le diremos que fue cosa del Napalm ese -sonrío por las coñas, aliviando la tensión del momento. Parecemos dos locos a ojos de los civiles, lo sé. La gente no está acostumbrada a ver bromas sobre la muerte y a arriesgarse innecesariamente. Pero la vida de soldados es así. Esa camarederia, nunca la comprenderán hasta que no sean uno de nosotros.

Tras esa pausa debido al ruido, el doctor al escucharnos, vuelve a reanudar la charla.

-Debemos de trasladar el contenedor con el gas hasta el sistema de ventilación. No está lejos uno de otro, así que no debería de ser difícil. Una vez el gas esté conectado, el sistema de ventilación lo extenderá por todo el edificio. Si todo va según nuestros cálculos, el gas afectará a los procesos mentales y las funciones motrices de los muertos. En pocas palabras, los volverá mucho más lentos y torpes. Creemos que convertiría a Usain Bolt en un anciano de cien años.

-Entonces entiendo que el gas entrará por las fosas nasales y afectarán al sistema nervioso periférico del cerebro, anulando la orden de respuesta motriz. Bien doctor, lo entiendo, ¿pero que porcentaje hay de que no afecten a los vivos? Nosotros también usamos el mismo sistema para movernos. -le dejo claro, antes de que preconciba que los soldados son idiotas, de que habla con alguien que sabe de la materia. Sé que no hay tiempo para explicaciones largas, pero necesito saber un porcentaje.

Tras su respuesta sigue:

-El personal de seguridad tratará de trasladar a los civiles hasta el bunker. El lugar no fue diseñado para tantas personas, por lo que carecemos de recursos para todos. Aunque servirá por unas cuantas horas, no puedo decir una cifra exacta, pero no menos de 12 a 24 horas. Después estaremos en apuros, pero resolvamos un problema cada vez.

-Bien, tiene sentido. Ha llegado otro compañero, juntos nos encargaremos, mientras el personal de seguridad organiza el traslado de cíviles. -Creo que se puede confiar en él. Y tras las indicaciones, ABC y yo nos ponemos en marcha.

Un disparo con silenciador nos alerta, y susurrando, buscamos cobertura, mientras decidimos que hacer.

-¿Un disparo? Parece que proviene de la zona norte, pero según las indicaciones del doctor, tenemos que ir por el este. ¿Gas? ¿Disparo? ¿O nos separamos?

La verdad es que no esperaba algo así en un sitio como éste. ¿Será que el demente de la granada no estaba solo? Igual es una célula terrorista. Ni tan siquiera podemos descartar que nada de esto haya sido orquestado por algun yihadista de mierda.

Miro a ABC, busca una respuesta y debo dársela.

-Tú a por el gas, no usaremos el Walkie, por el ruido. En vez de eso, silencia tu móvil pero ponle vibración para enterarte. Voy a comprobar la situación y te aviso, no podemos permitirnos perder más tiempo con el gas, pero tampoco podemos ignorar esto. Como médico, igual alguien necesite mi ayuda, y además, deberíamos ser los únicos a acceso con armas letales. Esto no pinta bien.

Tras su confirmación, me dirijo hacia el sonido con el fusil en mano tratando de pasar desapercibido, buscando cobertura palmo a palmo. Voy a averiguar qué narices está pasando.

Por ahora no me creo lo que me cuenta este tarado, si es hijo del jefazo que hace robando medicinas, debería estar ya en el lugar más seguro de la instalación y no jugandose el pellejo en estos pasillos El estruendo de las explosiones me toma desprevenida y hace que pierda un poco el equilibrio, esto si que tiene que ser el napalm, aunque no digo nada a Derek sobre lo que estoy pensando.

Seguimos unos metros hacia delante; algo que oigo me entretiene, el eco de los pasillos me trae un sonido que no logro identificar – qué es ese ruido?--antes de terminar la pregunta llegamos a un cruce , el primer vistazo nos hizo parar en seco – mierda hay militares armados-- susurro al chico, – vamos a tener que pasar sin que nos vean.-- Vaya suerte que tenemos, ahora dudo que podamos llegar sin ser visto-- tu primero-- digo a Derek , después de dar tanta vuelta por este lugar soy incapaz de saber donde estoy y mucho menos donde está la garita de seguridad de la que habla el chico. Espero que esa dichosa tarjeta esté allí.

Cada momento que pasa soy más consciente de que estamos en un gran problema, mejor dicho un doble problema, los infectados del exterior y los infectados del interior, vi algo muerto y ensangrentado en el suelo al asomarme al pasillo y puede que sea un infectado, parece que el experimento no salió bien-- atento, puede que haya muertos cerca de aquí-- señalo al lugar donde se encuentra el cuerpo.

El miedo al que todos deben de hacer frente y la tensión a la que están sometidos, seguramente les dejará marcados de por vida. Como una amarga pesadilla de la que no pueden despertar, se ven huyendo una y otra vez de la muerte que les llega tanto a manos de los muertos...como de los vivos.

Por una extraña casualidad del destino, los caminos de Mary, Ryan, Shopie y Thomas se entrelazan en aquel lugar apartado del edificio. Encerrados en la sala de sustancias peligrosas y sin una salida visible, Sophie improvisa de la mejor manera que puede y usando un bidón de metal negro para tratar de mantener alejados a los dos asesinos que avanzan hacia ellos.

El bidón muestra las pegatinas clásicas que lo identifican como algo tóxico y explosivo. Thomas quién teme que algo malo pueda pasar si el bidón es disparado, busca con cierta desesperación el sistema de extracción de la sala. No tarda demasiado en dar con ello, pues todo está perfectamente indicado. Así que si el bidón desprende algún tipo de gas, podrá activar los extractores y limpiar el ambiente en cuestión de segundos. Claro que un problema mayor es el propio resultado de la explosión, no está seguro de qué área puede abarcar en caso de que estalle.

Dos hombres ataviados con ropajes militares, pero sin identificación alguna, avanzan lentamente hacia la puerta que hay al final el pasillo. El cuerpo sin vida de una persona, yace en el suelo en medio de un charco de sangre bajo el propio umbral de la puerta. Rodando hasta el cuerpo, el bidón arrojado por Sophie se detiene al chocar contra el muerto.

La presencia del bidón logra que los dos asesinos detengan su avance, e incluso, retrocedan unos pasos. La idea de disparar ellos mismos al bidón se les pasa por la cabeza, pero otra explosión allí dentro podría llamar mucho la atención. Aunque dada la situación y la falta de tiempo, quizás sea lo más apropiado si con ello logran abatir o neutralizar a quienes estén dentro de la sala. 

Derek y Mary, situados es un pasillo paralelo y no muy lejos de la posición de los asesinos, saben que el tiempo se les agota rápidamente. Si los muertos no acaban con ellos, lo harán los vivos o el propio napalm. Si quieren sobrevivir, deben de jugarse el todo por el todo. Tomando la iniciativa, Derek se desliza por detrás de los asesinos con todo el sigilo que es capaz de reunir. Al principio las cosas van bastante bien, los asesinos mantienen su atención sobre la sala donde se encuentran Sophie y Thomas, pero tras unos pocos pasos, sucede lo peor. De la mochila que porta el adolescente que responde al nombre de Derek, cae de pronto un bote con pastillas que pone fin a su maniobra. Su rostro se torna pálido al darse cuenta de que el ruido acaba de delatar su posición. No vuelve la vista atrás, simplemente comienza a correr tratando de alejarse lo máximo posible de los asesinos.

Pero estos últimos muestran una gran capacidad de trabajo en equipo. Uno de ellos, clavando una rodilla en el suelo, mantiene su arma apuntando hacia la sala de sustancias peligrosas, mientras que su compañero, se vuelve con su pistola equipada con silenciador, dispuesto a segar una nueva vida.

La huida de Derek se ve rápidamente truncada cuando del final del pasillo surge una nueva figura. La mirada de Ryan se cruza con la del adolescente, quién al detenerse en seco, se resbala y cae al suelo. Derek se siente rodeado y en clara desventaja, siente que la muerte avanza hacia él con paso firme. Lo que no sabe es que Ryan no forma parte del grupo de los asesinos.

Uno y dos disparos resuenan por el pasillo amortiguados por el silenciador. Los disparos, realizados de forma precipitada pasan zumbando alrededor de Ryan. Cambiando de blanco en el último segundo, pues considera a Ryan un peligro mayor que Derek, el asesino dispara esperando cobrarse la vida del soldado. Para su desgracia, falla.

La situación pasa rápidamente a algo que ya todos conocen bien, el caos.

Derek se queda tumbado en el suelo con las manos cubriéndose la cabeza. Los asesinos comienzan a retroceder hacia el pasillo en el que se encuentra escondida Mary, solo es cuestión de unos segundos para que la vean. Dada la aparición de Ryan, lo asesinos no dudan y disparan al bidón para entretener a los que están dentro de la sala.

Un estallido de fuego cubre el cuerpo sin vida que yace bajo el umbral de la puerta, así como la propia puerta. El cristal que hay junto a la puerta, que sirve para ver el interior de la sala de sustancias peligrosas, cae hecho añicos ofreciendo a quienes están dentro un posibilidad de salir o de disparar a los asesinos...si es que realmente quieren salir de sus escondrijos.

Derelk no se lo piensa, sale de la seguridad del pasillo y enfila el camino hacia la sala de seguridad, ¡venga, corre, corre!.... no le quito la vista a él ni a los militares, algo pasa al final del pasillo, me pareció ver antes a Sophie espero que los entretengan y así tengamos una oportunidad, me apoyo sobre la pared y espero unos segundos antes de salir detrás de él.

Escucho un ruido, oh!!! mierda!! tenía que haber pasado antes que Derek, cuando asomo la cabeza lo veo tirado en el suelo y a unos militares que se apuntan con sus armas, ¿que está pasando aquí? cada vez me fio menos de ellos.

Otra explosión retumba en mis oídos y en todo mi cuerpo haciendo que caiga al suelo, cuando consigo levantarme me topo con los dos individuos de uniforme delante, parece algo aturdidos por la explosión. Mi corazón va a mil y parece que va a estalla, que hago? que hago? ellos tampoco esperaban encontrase a nadie en su retirada por lo que tengo unos segundos para reaccionar, rápidamente saco el cuchillo y lo lanzo al que tengo más cerca, hago un rápido movimiento para esquivarlos y salgo corriendo al pasillo en la misma dirección que tomó Derek, soy bastante escurridiza y ágil así que tomo carrerilla y me tiro al suelo para saltar el último metro de pasillo que hay antes de alcanzar un lugar seguro.

Sigo yendo de cobertura en cobertura hasta que me encuentro la situación del disparo. Así que esos cabrones, se hacen pasar por militares, eso explica la charla que tuve con el doctor. Lo peor de todo, es que están dispuestos a asesinar a civiles inocentes en su extraña misión de sembrar el caos. Me pregunto quién les paga. Deben ser mercenarios de alguna corporación, para permitirse a unos veteranos.

Por desgracia para ellos, yo tampoco soy un novato, y esquivo cogiendo la cobertura a tiempo en la esquina sus disparos. Són dos. Bueno, eso sirve para clarificar las cosas, si quedaban dudas, ya no. Són enemigos.

En esos instantes vienen corriendo un chico, y luego tras él una chica que acaba de arrojar desesperada un cuchillo a esos mercenarios, tratando de huir. Esos cabrones logran explotar un bidón de gas, dejando atrapados a los civiles de fondo.

-¡Al suelo! -grito a los chicos que vienen en mi dirección*.

No quiero que caigan víctimas de un fuego cruzado. Sin perder tiempo, no voy a dejar que escapen por el pasillo, así que abro fuego. Mi intención es incapacitarlos para el combate, si mueren que mueran, pero si logro que sobrevivan, van a tener que responder a muchas preguntas.

Trato de desarmarlos impactando en los brazos que sujetan las armas, de forma quirúrgica. Una vez elimine la amenaza, podré ayudar a los civiles, especialmente los que están atrapados en el gas. Malditos mercenarios. Tendré que avisar a ABC, podrían haber más.