Partida Rol por web

La sensación de impotencia que sobrevivo cuando esos infectados cayeron sobre la mujer fue tan fuerte como un golpe físico. Los gritos de dolor y agonía continuaron hasta que uno de los militares acabó con el sufrimiento e esa mujer como quien mata a un perro rabioso. Fácilmente podrían haberla salvado, eran cuatro y estaban perfectamente armados. No eran gente de a pie, estaban entrenados para no fallar. Por ello Thomas estaba aún más consternado con lo que veía y no salió de su escondite. Alcanzó a oír las palabras de esa soldado, aunque ese “ya estas a salvo” le pareció casi irónico, pues la otra mujer también habría merecido salvarse. También vio como uno de los soldados traía algo de detrás de su vehículo. Intentó distinguir la finalidad de esa bolsa, pues desde la distancia parecía la bolsa que se utilizaba para llevar cadáveres…

Su cuerpo se mantuvo en tension, como previendo algo que estaba a punto de ocurrir, pero no sabia que. Uno de los soldados atraía a los infectados del otro lado de la verja, pero si ni siquiera habían salvado a esa mujer, no creía que pretendieran limpiar la zona.

Paro en seco cuando veo  que uno de los soldados me apunta con su arma, mierda, mierda me van a mata---no dispare, no dispare!!---le digo  a la vez que levanto las manos. No lo podía creer; escapo de los infectados y me va a matar una mujer soldado. La miro a los ojos  para que sepa que no soy uno de esos engendros, parece que lo entiende. Respiro aliviada, sé que no va a disparar. La soldado me habla pero no contesto, algo me distrae. Un grupo de militares pasan  cerca de mí y captan mi atención, se dirigen a  la valla, los sigo con la mirada, ¿a dónde van? Miro de nuevo a la sargento Rodríguez, no sé qué está pasando. — ¿Se refiere si hay personas escondidas en las caravanas? ¿Cómo piensa que voy a saber eso? No sé dónde estoy, no sé cómo sigo viva  y no sé si hay alguna jodida persona más escondida ahí, pero  le diré lo que sé;  si  nos quedamos más tiempo en este lugar, terminaremos como esas cosas que están detrás de la valla--  estoy enfadada con el virus, con el mundo y con todas las personas que lo habitan, aunque vengan a salvarme.

Oigo a un grupo de infectados que se acerca. ¿Qué hacemos todavía aquí? ¿Por qué no nos alejamos de este lugar? estoy perpleja ¿nadie quiere marcharse? ¿Sólo yo? Me acerco al camión y me preparo por si tengo que subir rápidamente; no quiero que me dejen aquí. Observo desconfiada todo lo que está sucediendo, no sé lo que hacen y eso no me gusta. Por mucho que quiera marcharme de este lugar dependo de ellos y parece que todavía no vamos a salir de aquí, tienen algo que hacer… 

-Debes ver este asunto de la única manera razonable, Larry. El ejército ha recibido orden de retirarse, pero en su inmensa mayoría, desconocen lo que se avecina sobre Topeka. De hacerse publica esa información, el caos se extendería con rapidez. Los campamentos establecidos por el ejército tenían un doble objetivo, el primero y más obvio, era el de ayudar a los civiles y tratar de detener a los infectados. Pero como dentro de poco podrás comprobar por ti mismo, el general es un hombre con una brillante mente estratégica.

 Mientras me cuenta eso... mi mente se desplaza hacia el Capitán Wright. ¿Será consciente de esto? Creo que no, no debe ser la clase de persona que se quedaría de brazos cruzados. Su hermano por otra parte, me daría igual que le cayera un bombardeo... ya que él mismo trató de sacrificarme ante los infectados.

No puedo sentir pena por él, y una parte de mi que me horroriza, se alegra por el destino que le aguarda, si con suerte ese cabrón no sabe nada y se queda aquí. Pero por otra parte, si a su hermano le pasara algo...

-Los campamentos estaban diseñados para atraer a su vez a los infectados y reunirlos en lugares con amplios espacios abiertos. De esa forma si el ejército no lograba contenerlos, los borrarían del mapa con un ataque aéreo con napalm. Como comprenderás, muchos campamentos aún siguen abarrotados de civiles y sus muertes aunque trágicas, servirán para contener la amenaza de esta epidemia. Pero si por alguna razón se extendiese el rumor de lo que va a suceder, el pánico recorrería las filas de los civiles y no tardarían en echarse a las calles tratando de huir. Lo cual sin duda, haría que los muertos los persiguiesen disminuyendo así la táctica del general y evitando acabar con todos ellos de un solo golpe.

No digo nada, porque prefiero que me cuente todo de golpe, mientras analizo lo que me dice. En verdad sí, es un horror. Pero entiendo la mente de mi abuela, porque yo mismo la he vivido, y aún la tengo muy arraigada en mi mismo. Las matemáticas. Las mates no entienden de sentimientos ni contemplaciones, 1+1 siempre será 2. Por mucho que odies al 2 o anheles ver al 3.

Y las mates se están aplicando ahora mismo ante los civiles y los militares, no es lo mismo cargarse el 100% de una base, que el, pongamos, 50% del país. Aunque el porcentaje se vea menor, el número de bajas es superior, muy superior. La naturaleza siempre pone los recursos prescindibles entre la arcilla de la evolución, y la sacrifica para moldear nuevas simientes más fuertes.

¿Es acaso esto una obra de la naturaleza? Lo dudo, pero quizás en cierto modo si, si es que los humanos podemos considerarnos hijos de la naturaleza, de la evolución.

Divagaciones aparte, mi abuela tiene razón, es mejor que mueran 100 a que mueran 100.000... pese a que no me quedo tranquilo...

-He enviado un helicóptero a tu posición, llegará en dos horas. Dispone de hueco para cuatro pasajeros, así que podrás llevarte contigo a tres de tus amigos. Aunque deberás de ser cauteloso a la hora de compartir la información con ellos.

 -No me gusta decirlo tan seguido porque luego te creces-puyita que no puedo evitar, con una sonrisa triste- pero vuelves a tener razón... Estoy buscando contraargumentos, pero independientemente de nuestros sentimientos y nuestras palabras, el bombardeo ya es un hecho, y no podrá ser evitado. Si lo hablo con gente que merezca vivir, -añado ampliando el razonamiento de la abuela con cosecha propia- aún puede ser peor, porque probablemente tengan buen corazón, pero poca cabeza, y traten de salvar a otras personas, y éstas a otras y pronto el secreto dejará de serlo. Eso provocaría el caos, y pese a las buenas intenciones, la bomba caería igual para salvar al país. La única diferencia es que los pocos que podían salvarse ya no se salvarán... Es una realidad horrible, abuela, pero es la que nos toca vivir...

No me puedo creer que yo esté diciendo esto, pero es la verdad... a veces me da asco ser tan inteligente. Si fuera más emocional, tendría una vida simple y corta pero no tendría remordimientos. Nadie entendería con tanta facilidad como nosotros esta oscura verdad.

Amar a tu familia es natural, pero para nosotros además de natural es una necesidad, porque somos los únicos en quienes podemos contar de verdad.

-Los periodistas ya estarian emitiendo el plan antes de la llegada de la bomba... tengo que descartarlos... -mi voz flaquea, junto con mi alma... y diria que mi abuela aunque no lo diga sufre por mi, pero a la vez casi diria ver un brillo de orgullo en su mirada que me dirije...-Al militar tampoco puedo... tiene un hermano, que es un malnacido, demasiado volátil... descartados... Hay un civil que he usado de recadero y es un buen tipo... pero habla por los codos... maldición abuela... Mi mente está descartando a todos uno a uno... Creo que sólo se salva, que yo conozca una civil llamada Violeta, a la que quiero ayudar... ella solo piensa en reunirse con sus hijos, algo que estoy seguro entenderás muy bien... creo que es la clase de persona que entendería la situación y se callaría con tal de reunirse con la familia... Si, que Dios me perdone, pero sólo la salvaré a ella. ¿Le puedes pedir al militar que la busque? Creo que no le caigo demasiado bien y prefiero quedarme aquí...

A enfrentarme a los rostros de los que estoy sacrificando...

Oculto y sin atreverse a realizar ni el más mínimo movimiento, Thomas vigila los movimientos de los soldados. Aunque manteniendo en todo momento una vista sobre el muchacho que poco antes, ha escapado de los infectados. Quién tras intercambiar unas pocas palabras con la soldado, se acerca hacia uno de los camiones.

Aunque lo que realmente le interesa a Thomas, es saber qué diablos pretenden hacer los soldados. Lo que en un principio teme que puede ser una bolsa para cadáveres, es finalmente una bolsa negra de deporte, de la cual extraen varias cadenas. Con gran rapidez, los soldados comprueba si hay más infectados, tras lo cual, se preparan cortando la verja lo suficiente, como para que puedan ir pasando de uno en uno los infectados.

Las criaturas, sedienta de sangre y con un apetito voraz, no se hacen esperar. Arrojándose al hueco abierto con desesperación, comienza a salir en busca de los soldados. Pero estos, mas que preparados, los derriban con precisos golpes o con disparos a las rodillas. Después, tomando las cadenas y las capuchas, se preparan para inmovilizarlos. Sea lo que sea lo que pretenden hacer, parece que necesitan a todas aquellas cosas de una pieza.

Dk, quién no anda muy lejos, se acerca con sigilo hasta Thomas, para ver mejor la situación. Su mandíbula se desencaja al ver lo que traman los soldados y no duda en compartir sus pensamientos con Thomas.

-No me jodas...se los quieren llevar vivos, o muertos, o vimuertos. Seguro que el ejército tiene algo que ver con toda esta mierda. Lo mejor será largarse de aquí cuanto antes.

Por la distancia, Thomas apenas logra escuchar más que alguna palabra suelta. Pero tiene la sensación de que los soldados no parecen muy contentos con aquel trabajo. También puede ver como uno de los soldados, se acerca hasta la mujer que pedía auxilio y a la dispararon. Con gran pesar, se arrodilla ante ella y cierra sus ojos, aguardando unos instantes, antes de regresar junto a sus compañeros.

Selena parece ser muy abierta y comienza a explicar todas aquellas razones que hacen moverse a Mike. No sólo eso, sino que aclara temas de su pasado y la guerra fría que mantiene con el dr. Hawkins para tomar el control pleno de la seguridad. 

- Comprendo que ambos puntos de vista opuestos tienen sus razones. Yo quizá tenga una postura más cercana a la del doctor, pero eso no hace que mi instinto me grite que haga caso a lo que dice Mike. Bajar el nivel de seguridad en estas circunstancias es un acto de bondad y altruismo que puede salirnos muy caro a todos, tanto a los miembros de One World, como a los propios civiles que tienen asilo aquí. - comenta la joven psicóloga sin apenas separar su vista de los monitores. Intentaba hacerse un mapa mental de la zona. Entre el panel que indicaba los accesos, las cámaras y las indicaciones de Selena no debería serle muy difícil ubicarse en caso de emergencia. 

- Perdóname - dice algo avergonzada por la respuesta de la ex-policía. - no era mi intención dar esa impresión de vosotros. Quería decir que estáis hechos de otra pasta y que la placa en el fondo no dejáis nunca de llevarla en el pecho. Quizá después de todo esto me plantee darle un vuelco a mi carrera... y trabajar como psicóloga forense me parece una opción más que interesante.

Esperaba que esta aclaración hiciera sentir a Selena algo más cómoda con ese tema en concreto.

- ¿Dices que tu hija se conoce el edificio mejor que nadie? Espera que de con Zach. Ese crío descubrió una especie de cámara entre los tabiques y la antigua pared maestra por el que subía y bajaba como si nada en una zona llena de soldados haciendo guardia. Creo que van a llevarse muy bien. Jajaja - rió sabiendo sin saber si a Selena le iba a hacer tanta gracia que ese mocoso se colara por zonas restringidas y su hija aprendiera de él.- Aunque ahora mismo está algo afectado. No sabía nada de la infección y el caos generado e intenté adornarle la realidad. Cosa de la que ahora me arrepiento. Pero ¿como saber que es mejor para sus mentes inmaduras? Hay chiquillos que pueden asimilarlo y otros simplemente se rompen en pedazos. Sólo espero que lo supere y vuelva a ser el de antes. Y seguro que conocer a Zoey le ayuda mucho.

- Ahora que ya tenemos controlados a los pequeños vamos a ver que hacen el resto de los que vinieron conmigo... -piensa en voz alta mientras se va habituando al control de la sala, esperando encontrara a Rosalin, Violeta, Larry... etc

La sargento, sigue a Mary hasta el camión y apartando la lona, la invita a subir. También toma de su chaleco una lata de comida. Es una ración del ejército y su sabor no es que sea especialmente bueno, pero al menos es comida. También tiende a Mary una cantimplora.

-Ahora ya estás a salvo, no permitiré que te hagan daño. Necesitaba saber si había alguien ahí dentro que necesitase ayuda. Sube al camión, come y bebe algo. Hay mantas al fondo, puedes coger una si quieres. En pocos minutos regresaremos a los laboratorios que hay al sur. Desde allí se están coordinando las operaciones de evacuación de civiles. Aunque primero podrás dormir en una cama y comer comida de verdad, incluso darte una ducha de agua caliente.

La sargento parece ser alguien bastante simpática, aunque las acciones de sus compañeros logran hacer que se sorprenda. Pues tras atraer a los infectados hasta la verja, abren un hueco en ella para permitirles pasar de uno en uno. Aunque previamente, uno de los soldados, ataviado con una gran bolsa de deporte negra, ha tomado diversas cadenas y capuchas de la bolsa.

Los soldados actúan con rapidez y no dudan en tumbas a las infectados, pero no los matan. Los hacen caer al suelo o incluso, los disparan a las rodillas. Momento en el cual, les colocan las capuchas y las cadenas. Sea lo que sea lo que se traen entre manos, parece que pasa por llevarse a esas cosas con ellos.

-No te preocupes, ellos irán en ese otro camión. Tú irás a salvo en este otro, no es algo que nos guste hacer, pero nos han pedido que los capturemos para poder estudiarlos mejor y así, saber cómo poder vencerlos.

La situación es las que es y Larry no tarda en comprender que su abuela tiene razón. Si quiere sobrevivir, va a tener que liberarse del equipaje más pesado, lo cual incluye a todos aquellos que ha conocido recientemente. En poco menos de dos horas, todos quedarán calcinados por el bombardeo y sus problemas habrán terminado. Él en cambio seguirá con vida y podrá volver a empezar lejos de allí. Aunque mucho se teme, que en dos horas todo el trabajo de los periodistas no habrá acabado. Aunque tampoco eso es algo que importe demasiado, ahora que tiene la idea, siempre puede contratar a otros para que hagan ese trabajo. Quizás no consiga a nadie con tanta repercusión en la red como Tracey, pero seguro que logra algo interesante.

-En este mundo solo hay dos clases de personas, Larry. Los depredadores y las presas, obviamente perteneces al primer grupo por ello, una vez dejas a un lado la estúpida moral con la que han tratado de dominarnos durante siglos, lo único que queda es la verdad. Para sobrevivir, solo podemos contar con nosotros.

La petición de Larry provoca que Angela arrugue la nariz. Pocas cosas se escapan al control de la matriarca de la familia, pero precisamente Jensen es una de esas cosas.

-Ese soldado es un perro salvaje, está amaestrado por supuesto, pero no por mí ni por el general. Él dispone de varios objetivos en el lugar donde os encontráis, pero te considera uno secundario, así que mucho me temo que aunque hará lo posible por mantenerte con vida, no se jugará el cuello por ti. Tampoco actuará como tu chico de los recados, por lo que si quieres salvar a esa mujer, es mejor que vayas de inmediato...o simplemente te olvides de ella. Ahora tengo que dejarte, debo estar en otro lugar, nos veremos en unas pocas horas y te pondré al corriente de todo.

Toda la escena que se desarrollaba ante si le producía muchos sentimientos encontrados. Por un lado, no habían salvado a la mujer cuando era perseguida y por otro parecieron aceptar al sobreviviente que había visto antes. Incluso esa soldado había tenido un gesto decente para con el cuerpo de esa mujer. Aunque esa maniobra sobre el infectado le intrigaba. No creía que fuera algo malo, solo que estarían buscando muestras para una posible cura.

-No necesitarían un infectado si fueran responsables- le susurró a DK que se había acercado a él sin que lo notara. No sabía que tramaban o cuales eran sus órdenes, pero, por sobre todas las cosas, seguían siendo soldados, entrenados para proteger a los  ciudadanos de ese país-. No salgas a menos que estemos seguros que estén de nuestro lado- una vez más, apostaba la bondad, por lo que decidió salir de su escondite.

Antes de arriesgarse a salir, buscó en los alrededores algún infectado que le pudiera ver, pues no quería atraer la atención de nadie más que de los soldados. Luego se acercó a paso lento, alzando las manos, sosteniendo el hacha por sobre su cabeza y estudiando las reacciones de los soldados. No estaba armado, más que con su hacha, así que no era una amenaza para ellos. Esperaba que lo vieran de esa forma.

-En este mundo solo hay dos clases de personas, Larry. Los depredadores y las presas, obviamente perteneces al primer grupo por ello, una vez dejas a un lado la estúpida moral con la que han tratado de dominarnos durante siglos, lo único que queda es la verdad. Para sobrevivir, solo podemos contar con nosotros.

Asiento a las palabras de mi abuela, aunque suenen muy duras són la realidad, y se que a diferencia de los demás, ella no me desea nada más que lo mejor. Al final es vivir o morir, todo lo demás es accesorio. Y nadie me puede culpar de no haberlo intentado, he dado todo lo que he podido por ellos, he ofrecido dinero, mi apoyo, incluso he vuelto atrás para algunos...

Pero la vida nos llevó a un callejón sin salida, una única escalera para trepar la valla y las ratas ya están aquí. Hay que escoger, y escojo vivir, merezco vivir, y una prueba de ello es que me siento horrible por este desenlace. No quiero que mueran, pero deben.

Por lo menos, me queda el consuelo de que a una persona si salvaré. Esa es la idea, pero no debo perder mucho tiempo, 2 horas no es tanto si surgen imprevistos.

-Ese soldado es un perro salvaje, está amaestrado por supuesto, pero no por mí ni por el general. Él dispone de varios objetivos en el lugar donde os encontráis, pero te considera uno secundario, así que mucho me temo que aunque hará lo posible por mantenerte con vida, no se jugará el cuello por ti. Tampoco actuará como tu chico de los recados, por lo que si quieres salvar a esa mujer, es mejor que vayas de inmediato...o simplemente te olvides de ella. Ahora tengo que dejarte, debo estar en otro lugar, nos veremos en unas pocas horas y te pondré al corriente de todo.

Entiendo la insistencia de que me olvide de ella, pero no sólo se trata de ella, también de mi. No podré estar tranquilo ni olvidar esta pesadilla cuando todo acabe, si sé que no hice el menor esfuerzo por salvar a alguno. A todos es imposible, escapa de mi control y asumirlo es lo mejor que puedo hacer. Pero a una persona, eso sí puedo.

-De acuerdo abuela, ¿en que punto nos reuniremos? Iré de inmediato a por la chica, si veo problemas, daré media vuelta y esperaré. No te preocupes, nos volveremos a ver pronto, te lo prometo.

Tras su respuesta, cancelo la llamada tras despedirnos, y me paralizo unos instantes en el sitio, a medio quitarme los auriculares. Cojo aire, lo que estoy a punto de hacer dista mucho del bueno de Larry que estaba construyendo en torno a mi persona. Pero... sólo soy una persona, ¿no? ¿Que iba a hacer sino? Suspiro largamente, no estoy bien, pero estaré mejor que el resto y eso debería valerme.

-¿Soldado Jensen? Ya estoy de mi llamada.

Le llamo y cuando viene le informo.

-Ya he hablado con Angela. Voy a ir a buscar a una persona y ya estará. ¿Dónde nos reunimos?

   Me pongo a la defensiva  cuando escucho decir a la sargento Rodríguez que no me preocupe, la última vez que intentaron tranquilizarme con esas palabras unos desconocidos me acompañaban a no sé qué granja, con el permiso de mis padres por supuesto, y antes de que pasara la mañana, ellos estaban muertos y yo corriendo por los campos de Topeka intentando salvar mi vida.

La sargento habla, habla y habla, aceptos las cosas que me da y las guardo. Le dedico una leve sonrisa,  la verdad es que tanta amabilidad me da asco. Veo lo que hacen con los infectados, me he acostumbrado a esta virulenta y repugnante violencia  y ya no me afecta pero me sorprende que quieran controlarlos como si fuera ganado   -- ¿van a llevarlos al mismo lugar que a mí?—realmente eso me preocupa y no creo que sea una buena idea.

 Subo al camión, no me siento segura, oigo gruñidos, disparos y voces de los militare. Cierro los ojos por un momento y  mis pensamientos  me llevan a un lugar más seguro.

Me viene a la cabeza un recuerdo, un superviviente,  estaba cerca del camión pero no sé qué habrá sido de él.

Espero que terminen pronto con lo que sea que tienen que hacer y deseo poder irme de aquí lo antes posible, pero tardan demasiado, me impaciento y me asomo entres las lonas del camión…

Los soldados, con una perfecta coordinación que tan solo años de duro entrenamiento y un largo servicio juntos puede otorgar, logran apresar a cuatro de los infectados. Colocándoles capuchas y cadenas, los cargan en la parte trasera del segundo camión. Mary puede ver todo eso desde la parte trasera del primer camión. La sargento, al ver los nervios de la joven, decide tranquilizarla.

-Los científicos necesitan muestras de esas criaturas, pero no te preocupes. Estarán en una zona de aislamiento con varios hombres armados vigilando. Si algo pasase, no dudarían en dispararles.

En aquel momento, uno de los soldados da un grito de alarma hacia sus compañeros, quienes no tardan en alzar sus armas y apunta hacia un hombre que avanza hacia ellos, armado con un hacha. Por puro instinto, todos evalúan los alrededores en busca de posibles amenazas. Uno de los soldados, se adelanta al grupo y se dirige hasta Thomas, pero se detiene a unos cinco metros de distancia.

-Bonito juguete, parece que te has estado divirtiendo por ahí.    -El soldado tiene un aire de lo más inquietante. Parece surgido de una película de serie B, donde en cualquier momento podría volverse loco, alzar su arma y matar a todo lo que se mueva. Aunque en lugar de eso, baja el arma.

-Has tenido suerte, las patrullas ya no pasan por esta zona, encontrarte con nosotros ha sido una posibilidad entre mil. ¿Estás herido? Se ha establecido un puesto de emergencia al sur de aquí, a pocos kilómetros. Supongo que eres amigo del muchacho, está en la parte trasera del primer camión.

Tomando una barrita energética de uno de los bolsillos de su chaleco táctico, se la arroja a Thomas.

-Te vendrá bien comer algo hasta llegar al campamento.

Los soldados parecen preparados para irse de allí, su trabajo ha terminado y es hora de regresar a casa. Algo que así le transmite la sargento Rodriguez a Mary.

-Pensé que estabas sola, pero tu amigo nos ha encontrado. No os preocupéis, dentro de poco estaréis en el campamento donde os examinarán, os darán de comer y os proporcionarán ropa nueva. Después solo tendréis que esperar vuestro turno para ser evacuados en helicóptero.

La presencia de Sophie, tan lejana del aire militar que envuelve a Mike, resulta de un cambio de lo más refrescante para Selena. Por ello se toma con gran humor la conversación con la muchacha.

-Bueno...no te creas que todos los policías lo hacen por devoción, muchos lo hacen por la sensación de poder. Un uniforme ayuda que todos aquellos que carecen de suficiente confianza en sí mismos, se crean de pronto intocables. Son un verdadero quebradero de cabeza para todos puesto que al final, pagamos por sus errores. Pero te comprendo, aquellos que aceptan la placa, lo hacen para servir y proteger, por lo que estamos las 24 horas del día de servicio. Una completa locura ¿No crees?

Selena se ríe de sus propias palabras, pues sabe que de no ser por su hija, sin duda seguiría siendo policía. Las luchas para llegar a fin de mes, los doble turnos, el frío de las calles, el temor al tener que sentía al acudir a cada escena...todo eso y más es algo que echa de menos. Sabe que no es lógico, que debería de estar agradecida por su buen trabajo, pero siente que ahora ya no ayuda a nadie. Y en cierto modo, todos los policías que ha conocido, al igual que ella, eran adictos al subidón de salvar una vida.

-Forense ¿eh? Te asustaría ver lo que el ser humano es capaz de hacer.   -Su tono se torna más serio y durante unos instantes, incluso se vuelve más triste.    -Lo que ahora está pasando en Topeka, es por culpa de un extraño virus. Hay un motivo por el que las personas actúan como lo hacen. Pero si te decantas por esa otra rama, acabarás antes o después, dando con auténticos monstruos que hacen el verdadero mal simplemente por placer. Es algo atroz lo que el ser humano es capaz de llegar a hacer.

La psique se los seres humanos es tan caótica, que en ocasiones lo que pueden llegar a encontrar es simplemente aterrador. Selena no teme al virus, teme lo que la presencia del virus en el mundo puede llegar hacer a las personas. Arrastrándolas a un comportamiento mil veces peor y sin duda, mucho más cruel que los infectados.

Pero dejando a un lado todo aquel asunto tan oscuro, perturbador y triste, cambia drásticamente el rumbo de la conversación, para refugiarse en los niños.

-Esperemos dejar un mundo mejor de lo que nosotros lo encontramos, a esos pequeños demonios.    -Indica enfocando una de las cámaras a los dos niños que acaban de reunirse.   -Los niños son fuertes, son capaces de superar casi cualquier cosa si alguien les muestra algo de cariño y apoyo. Así que seguro que Zach estará bien, hiciste lo que debías, no te preocupes por ello. Aunque quizás sí deberíamos de preocuparnos por lo que esos dos puedan llegar a liar en los laboratorios. Zoey no es precisamente una santa y es tan inquieta como Zach...quizás más. Aunque el muchacho muestra grandes habilidades si se ha estado burlando del ejército de esa forma, creo que me caerá bien ese pequeño.

Durante los siguientes minutos, ambas conversan sobre cualquier tema que se las pueda ocurrir. Mientras que Sophie se familiariza con las cámaras y revisa las instalaciones para ver lo que están haciendo sus amigos. Rosalin por ejemplo, está tomando un café con el padre de Zach, quién de no ser por ella, no habría dejado a su hijo alejarse para ir a jugar con Zoey. La idea de perder a su hijo es demasiado grande, en especial desde lo acontecido en el instituto. Por suerte, la alegría y palabrería de Rosalin ayudan a convencerlo de que allí están a salvo.

Violeta se encuentra en su habitación descansando Ha pasado bastante tiempo junto con Larry, Rob y Tracey en la sala de reuniones. Por lo que parece agotada. Larry en cambio, actúa de una forma muy extraña.

Tras cambiarse de ropa, a abandonado los laboratorios para dirigirse hacia el sur. No tiene ni idea de hacia donde ha podido ir, pero parece que se ha largado de allí. Al menos por lo poco que puede llegar a ver con las cámaras situadas en el exterior.

-Es mono, ¿Un viejo o futuro ligue?

Avanzar con las manos en alto, sosteniendo su hacha provocó la reacción que esperaba, pero mantuvo su actitud tranquila, forjada en miles de situaciones límite. Él no era una amenaza para nadie y esperaba que fuera obvio.

-Solo cuando la necesidad lo requería- dijo bajando sus manos y mirando el hacha, cuya cabeza estaba manchada de un color ya negruzco-. Yo estoy bien, aunque encontré gente escondida y busco llevarlas a un lugar seguro- la idea de que hubiera una zona segura para todos allí le parecía casi un milagro. No dijo nada con respecto a conocer al chico, a quien dedicó una ligera mirada. En tiempos como esos, era fácil empatizar con la gente que sufría las mismas penurias y desgracias. A menos para Thomas era fácil ponerse en los zapatos del otro-. Son tres o cuatro personas, aunque…- miró hacia donde acumulaban infectados como quien junta leña para un crudo invierno-. Creo que tendré que buscar un vehículo para llevarlos hasta ahí. No creo que entren todos allí.

Thomas solo necesitaba tres asientos, Dk seguro no querría ir con ellos y él mismo podría continuar buscando gente o a su propia familia. Aunque un descanso era algo sumamente tentador, sobre todo cada vez que sentía que el peso de sus decisiones le hundía cada vez más.

- Tienes toda la razón Selena, pero alguien tiene que tratar de ponerse en la piel de esa gente. Muchas vidas dependen de atrapar a los psicópatas antes de que se lleven más vidas por delante. Yo no se si esa adicción a salvar vidas a empezado a contagiarme, pero... - dice desviando su mirada a las pantallas. Allí están Rosalin, Violeta, Zack... incluso Larry.

Todos ellos de una forma directa o indirecta estaban vivos gracias a las decisiones que la joven Sophie había tomado estos últimos días. Esa sensación de estar haciendo algo realmente importante la llenaba más que nada que hubiera hecho antes en su vida. Quien sabe, quizá por esa misma sensación de sentirse más viva que nunca pese a la muerte y la barbarie que iban dejando tras de si, la había hecho desinhibirse y demostrar abiertamente sus sentimientos hacia Matt.

- No creo que mi vida pueda volver a ser la de antes, ajena a todos los problemas que ocurren a mi alrededor. Pensando sólo en labrarme un futuro y ganar un buen salario. No, ahora no podría volver atrás. 

Sophie mira a Selena con la que pronto había tomado confianza y se ríe. Se ríe por que son dos mujeres que en el fondo no son tan diferentes, sólo que la vida y la diferencia de edad las ha llevado por diferentes caminos. Pero por alguna casualidad del destino se encontraban en una situación donde los papeles estaban cambiando y muy rápidamente. La ex-policía sólo buscaba alejarse de los problemas y poder dar a su hija un futuro mejor y una madre que nunca le faltara. Sophie buscaba dar un significado más profundo a su vida y parecía que los acontecimientos la empujaban a dar un giro de 180 grados.

- Sí, esperemos que todo esto acabe pronto y esos chiquillos tengan algo parecido a lo que tuvimos nosotras en nuestra infancia. - por desgracia Sophie sabe que está mintiendo a Selena y a si misma. El mundo estaba cambiando y no precisamente a mejor...

- ¿Larry? ¡Hahaha! - esta vez si se rió pero a carcajadas. - Será lo que quieras por fuera, pero tiene un ego tan grande que lo exuda por cada poro de su piel. No digo que el chico huela mal, que tampoco me he acercado lo suficiente como para comprobarlo. Es algo que... no se como describir pero me repulsa. Es un tipo impredecible, más vale que lo tengamos vigilado. No te extrañe si por su culpa se abre una brecha en la seguridad de estas instalaciones. ¿Podrías mandar a alguno de tus hombres para que eche un vistazo a ver a dónde leches ha ido esta vez?

Angela no es nada clara sobre el lugar donde se reunirán, pues prefiere mantenerlo en secreto. Algo extraño, pero que Larry descubrirá a su debido momento. Así que sin más que decirse, al menos por el momento, se despiden.

Jensen se encuentra fuera de la tienda jugueteando con su gran machete. El soldado parece disponer de cierta fascinación hacia las armas con filo, lo cual unido a su mirada perdida y su gran tamaño, resulta de lo más inquietante. En cierto modo, le recuerda al hermano del capitán, aunque mientras que ese último es más bien un depredador, Jensen pinta más como una fuerza demoledora como bien podría ser un huracán.

-¿Soldado? Je, Je...Más quisieras...

La palabra soldado indica que es alguien adiestrado para el combate, pero también una figura que sigue una cadena de mando. Jensen quizás sea lo primero, pero desde luego no sirve a ninguna cadena de mando. Por supuesto tiene una misión y tiene a alguien ante quién responder, pero dispone de tanta manga ancha, que se puede decir que simplemente va por libre.

-Tempus fugit, guaperas. Ya sabes donde encontrarme, pero ten cuidado, no te vayan a morder las chinches.   -Girando el arma que sostiene entre las manos, se la tiende a Larry.   -Según los últimos informes y con un poco de suerte, el lugar podría llenarse de chinches en poco tiempo.     -Sosteniendo la mirada a Larry y sin soltar el arma, toma con su otra mano, una gran navaja de tipo abanico.    -Quizás prefieras algo más discreto, no tiene el encanto de Daisy, pero es más fácil de colar y manejar.

Aunque Jensen no va a acompañarlo, quizás en venganza por haber pasado de él para echarse la siesta, al menos le proporciona un arma por si debe de defenderse. El campamento militar y los laboratorios están separados por un kilómetro más o menos, así que no debería de tener problemas. Así que de Larry depende tomar el machete (apodado Daisy), la navaja o ninguna de ambas opciones.

Tras tomar su elección, se pone en marcha para regresar a los laboratorios. Pero por suerte, una de las patrullas lo divisan tras apenas salir del campamento. Los dos soldados que van en el coche se muestran bastante amigables y preocupados como para que vaya andando por allí él solo, así que lo acercan hasta los laboratorios.

-Es peligroso salir del área protegida, no hay mucha distancia entre el campamento y los laboratorios, pero cada vez hay menos patrullas en la zona, así que el riesgo de que algún infectado aparezca es mayor. Tardaremos una hora en terminar nuestra ronda y regresar al campamento, si quieres podemos pasar a recogerte y así evitarte la caminata.

Si algo comprende bien Selena, es la sensación de la que habla Sophie. El poder marcar la diferencia y tratar de hacer del mundo un lugar mejor es algo que no tiene igual. No es una tarea fácil y sin duda debes de sacrificar mucho para que en ocasiones, la recompensa sea como mucho mínima. Pero sin duda merece la pena y en el fondo, es algo que ella echa de menos. Pero cuando contempla el rostro sonriente de su hija y sus dos grandes y expresivos ojos, se da cuenta de que ha hecho lo correcto. Pues privar a una niña tan pequeña de su madre y dejarla en manos de los servicios sociales sería una crueldad absoluta.

-Siempre puedes meterte a policía, la paga no es buena, no duermes mucho, pasas mucho frío o calor, la gente te odia pero eh, tienes esos momentos en los que salvas el día y regresas a casa con una gran sensación dentro.

El tono divertido de sus palabras, termina cuando estalla con una pequeña risilla. Ser policía es más bien una vocación que una opción viable de trabajo y por eso mismo se lo describe así a Sophie.

Centrando su atención en Larry, Selena accede a un archivo del ordenador, donde hay un listado de las personas que han ido recibiendo en los laboratorios. A su vez informa a uno de los vigilantes de que mantenga un ojo sobre Larry.

-Larry Miller, un playboy millonario...   -Indica tras un rápido vistazo en google.    -Proviene de una familia muy adinerada y se codea con importantes figuras de la televisión, la política y el cine. Tiene varios robados con algunas supermodelos, así que parece que sabe cómo vivir la vida de lujo que le han dado. Supongo que de ahí viene su gran ego...

La emisora se activa y tras la estática inicial, se escucha la voz de un hombre.

-Control, el sujeto a salido de la zona vallada y se dirige hacia el sur. Es probable que se dirija al campamento militar, según me han informado, un soldado vino en su busca pero se negó a abandonar los laboratorios.

Selena realiza una mueca preguntándose qué diablos se trae entre manos ese tío.

-Gracias exteriores, si regresa informa de inmediato.

Tras indicar que así lo hará, la emisora vuelve a guardar silencio. Selena no le da mucha más importancia, los civiles son libres de abandonar los laboratorios, pero una vez regrese, deberá de volver a superar el chequeo por si ha sido mordido. No pueden permitirse que alguien se cuele y este infectado.

En aquel instante llaman a la puerta, al revisar las cámaras ven que se trata del doctor Hawkins.

-Parece que te vienen a buscar, cariño.

Desactivando el cierre de la puerta, Selena permite que el doctor acceda a la sala de cámaras. Quién con su perpetua sonrisa en los labios, las saluda de nuevo.

-Todos listo, señorita. Si lo desea podemos ir a que revise la sala de contención. Más tarde puedo mostrarla algunos de los prototipos en los que estamos trabajando.

--No soy una tarada, la entendí a la primera—le digo a la sargento –ya me dijo que los científicos necesitaban a esos engendros. Pues bien, ya tiene a sus conejillos de indias, ¿Cuándo nos vamos?

Un grito hace que todos nos temamos lo peor, veo que a lo lejos hay movimiento, parece que el superviviente del hacha ha decidido unirse al grupo, sonrío al ver que le ha dado un buen susto a los soldados.

No sé qué le pasa a los adultos, la sargento me habla como si fuera una bebé –no entiendo nada ¿Quién le ha dicho que es mi amigo? Le digo señalando al nuevo integrante del grupo-- ¿Se lo he dicho yo?—la miro negando con la cabeza –me alegra informarle de que no lo saben todo—le dedico una sonrisa forzada, no quiero ser demasiado desagradable.

Con un suspiro vuelvo al fondo del camión, la verdad es que no me importaría morir a manos de un infectado si mi destino es convertirme en un adulto sabelotodo y meticón.

El soldado con emblemas de sargento, sonríe ante las palabras de Thomas como si acabase de escuchar algo realmente divertido. Después, simplemente se aleja permitiendo que otro de los soldados se acerque para hablar con Thomas.

-Soy el capitán Wright de los delta force. Mi equipo partirá con uno de los camiones, irán un poco apretados pero podrán hacer el viaje sin problemas. El campamento no está muy lejos. Usted, la sargento rodriguez, el muchacho y yo, iremos a buscar al resto de supervivientes. ¿Donde y en qué estado se encuentran?

El sargento que ya suponía cuales iban a ser sus órdenes, está indicando al resto de sus compañeros que recojan y se preparen para regresar a la base. Aquellos hombres y mujeres están tan acostumbrados a trabajar en equipo, que casi parece que las órdenes son innecesarias entre ellos.

-Tú conduces, iré de copiloto y la sargento rodriguez irá atrás con el muchacho.    -Aguardando durante unos instantes y observando la explosiva reacción de Mary, finalmente añade.   -Solo espero que la sargento llegue sana y salva, vaya carácter gasta...

El camión es lo suficientemente amplio, como para que puedan ir una docena de personas en la parte trasera. Así que tras observarlo mejor, Thomas cree firmemente que no será necesario conseguir un vehículo nuevo. Parece que por fin la suerte les sonríe.

Por su parte, la sargento Rodriguez se queda en silencio en un primer momento por la reacción de Mary. Aunque no tarda en sonreír divertida.

-Me recuerdas a mí misma a tu edad, era toda una gata dispuesta a cruzarle la cara a cualquiera. Ahora no es que haya cambiado mucho, pero al menos me pagan por hacerlo.    -Subiendo al camión, alza un brazo a modo despedida de los otros tres soldados que parten con el camión cargado de infectados.    -Haremos una parada primero, cogemos a esos supervivientes y regresamos a la base.

Cuando todos se disponen a arrancar el camión para salir de allí e ir en busca de los supervivientes amigos de Thomas, unos gritos les hace detenerse. Corriendo como alma que lleva el diablo, un hombre de piel oscura, corre hacia ellos alzando los brazos llamando su atención.

El hombre, algo entrado en kilos, viste con un uniforme de barrendero y lleva en la mano un bate de béisbol. La sargento rodriguez, quién se asoma por la parte trasera del camión y prácticamente se cuelga de uno de los laterales, no puede evitarlo y suelta unas pocas palabras.

-No encontramos a nadie durante un día y cuando tenemos que hacer una puta misión secreta, nos encontramos con media Topeka.

DK, el barrendero con aspecto de pandillero se planta frente al camión y tras tomarse unos instantes para recuperar el aliento, avanza hasta la puerta del conductor.

-¡Ey! Hay que dar media vuelta. Hay una horda gigantesca avanzando hacia aquí, no hay tiempo para sacar a esos panchos de aquí. Tenemos que largarnos o nos matarán a todos.

Thomas sabe que DK no es de los que se asustan con facilidad, pero en sus ojos ve el miedo. Siente que sus palabras son ciertas, sin duda ha debido de ver una gran horda avanzar hacia allí. No dice mucho más, simplemente se lanza a la parte trasera del camión, rezando para que todos tengan el suficiente sentido común como para salir de allí.

-Hola.

Alcanza a decir de forma brusca al ver a la sargento y a Mary. Tras lo cual y usando la manga de su camisa, se limpia el sudor que cubre su frente.

El capitán indica a Thomas que avance para poder evaluar la situación y entonces se da cuenta de que DK por primera vez en toda su vida, no exageraba. Una horda formada por decenas y decenas de aquellas criaturas avanza por la calle principal y en poco tiempo, llegarán hasta el restaurante donde se encuentran ocultos el resto de supervivientes.

-Thomas Blackburn, bombero… o lo era- dijo con una sonrisa triste adelantando su mano derecha hacia Wright para saludarle. Puede parecer una tontería, pero siempre pensó que un apretón de manos firme podría hacer más que cualquier frase hecha. -. Tres personas, listas para partir en cuanto consiguiera un vehículo- si todo iba bien, sacarlos de allí no les tomaría mucho tiempo. Oyó las palabras del joven, aunque por sus palabras seria la joven, quien parecía un poco molesta. Cualquiera estaría ansioso por dejar ese lugar y llegar a un sitio seguro, así que entendía su frustración-. Perfecto- dijo con una amplia sonrisa, la cual parecía iluminar su rostro, cuando el sargento estuvo de acuerdo con salvar a los demás.

Las cosas empezaban a ir mejor o al menos lo mejor que se puede esperar en situaciones como esa, donde un final horrible y doloroso era el único futuro posible. Su alegría duró muy poco, Dk apareció, pálido como un muerto y el miedo tiñendo sus ojos. Sintió como la sangre abandonaba su rostro, una sensación de vértigo hundió su estómago hasta el suelo y un sudor frio inundó su cuerpo. Sus ojos suplicantes fueron hacia el sargento Wrigth

-Ellos están listos para irse. Solo tenemos que llegar con el camión y subirán a él. No nos tomará mucho tiempo- sentía el peso de esas tres vidas, los rostros esperanzados de esos civiles que habían confiado en él y esperaban que llegara con la salvación-. Por favor.