Partida Rol por web

El lamento de los Primeros

Capítulo 2 - La celebración

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05/02/2020, 16:51
Ekarion

Ekarion terminó de comer educadamente - No es necesario que Minvant vaya al Row, como me ha hecho notar no hay urgencia alguna y verificar que Trebellia se encuentre sana es algo que puede hacer un guardia. - tomó el papel que había dejado en la mesa y se lo dio a Tassabra - no olvidemos que tanto Lord Getwright como Lady Evelliana Springwater son personas que pueden darnos información acerca de Angelo Frescobaldi y de la escena artística de Akraleuka. Quizá úedan decirnos a que mago con aspiraciones artísticas han despechado en su intento de ingresar a la misma.

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06/02/2020, 09:26
Minvant

La sacerdotisa asintió cuando Tassabra le ordenó ir al Row, pero Ekarion no estaba de acuerdo. Durante un momento, Minvant no supo a quién de los dos hacer caso, si a la Cazadora o al dragón, poniendo de manifiesto que ella solo estaba allí para ayudar y no tenía ni rango ni autoridad, pero sí tenía capacidad para decidir.

-Si no os importa, seré más útil con vosotros por si ocurre alguna desgracia. De ese modo, Ruru también se quedará tranquilo.

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06/02/2020, 09:35
Narrador

Pasada la hora de comer, los cuatro extraños compañeros se dirigieron al barrio de los artistas. Ruru recuperó a Señor Pinckels por el camino, al que habían dado de comer siguiendo sus instrucciones. La osa ya no protestaba por el hambre. De hecho, parecía tener mucho mejor color y estaba más animada.

Cuando llegaron, el caos no se había desatado. O al menos, no todavía. Las calles seguían en su lugar, no había gritos, no había gente corriendo, no había criaturas formadas con pintura; no había nada que hiciera creer que había ocurrido una desgracia. Ruru se transformó en halcón para asegurarse de que era cierto que nada había pasado y localizó a uno de los soldados que había mandado preguntar. Cuando reunió a los cuatro jóvenes soldados que habían estado preguntando por el distrito, éstos hicieron un resumen de lo que había descubierto: poco o nada.

Se había visto a varias personas transportando paquetes, pero eso no era nada extraño porque el correo se repartía todos los días. Ninguna de las personas a las que ellos habían preguntado había recibido ningún cuadro, no habían oído gritos y tampoco había muerto nadie. Los guardias que patrullaban por allí no habían visto u oído nada raro. Pero el rumor de la muerte de Frescobaldi comenzaba a esparcirse, solo que las historias que se contaban empezaba a ser cada vez más pintorescas. Los muchachos necesitaban más tiempo para seguir con la investigación, apenas llevaban cuatro horas preguntando y el distrito era muy grande. Decidieron proseguir en esa línea, Tassabra dio unas cuantas órdenes y los guardias salieron a buscar información.

Se dirigieron a la mansión de lord Belfor Getwrigth, en el Barrio Alto, aunque en una dirección opuesta a dónde vivía Frescobaldi. La mansión era de dos plantas, muy alta, con un jardín de hierba recién cortada que refrescaba el ambiente. Tras una reja y una puerta de metal, se encontraba la entrada principal, y un semicírculo de carruajes esperaba su turno para depositar junto a la puerta a sus ilustres invitados. Cuando llegaron, los sirvientes, cocheros, lacayos y demás miembros del servicio estaban apelotonados en un lado del patio, tomando un descanso mientras del interior salía algarabía y música.

Era muy posible que aquella fammosa fiesta ya hubiese comenzado. Antes de lo previsto.

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06/02/2020, 17:31
Ruru Sauceviejo

Al parecer, si la fiesta no había comenzado ya, si habían llegado muchos de los invitados. Eso parecía a tenor de la gran cantidad de carruajes, lacayos y cocheros que se apelotonaban en el patio, pero sobre todo del sonido que provenía del interior del edificio. Eso complicaba aún más las cosas, pues dar aviso a los invitados para que no acudieran era una cosa, pero echarlos, otra muy distinta.

Miró entonces a Tassabra. Ella era una mujer con las ideas claras y las prioridades muy nítidas. Seguramente ya se había visto en la situación de tenerle que hablar de forma muy seria a miembros de la aristocracia, pero sobre todo era humana, algo que ni Ekarion, ni el mismo eran. Minvant también era humana, pero se le notaba mucho menos talante que el que tenía la cazadora. Posiblemente la experiencia de una y de otra en ese tipo de situaciones tuviera mucho que ver.

Creo que será mejor que hables tú de buenas a primeras. - Le dio Ruru a Tassabra. - Dudo que te hagan caso, pero menos se lo harán a un enano y a un dragón. 

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08/02/2020, 17:36
Tassabra

Tassabra miró por encima del hombro a Ruru en un ademán altivo, pero no se molestó en corregirle. El enano ignoraba algo que, por supuesto, no tenía por qué conocer: Tassabra era uno de ellos. Ella había nacido entre la nobleza de Jorunnarstadir, y aunque el apellido Borvaldur no tenía el prestigio de antaño, prestigio que ella misma, en la rebeldía de la juventud, había ayudado a mancillar. Sabía cómo comportarse en una reunión social como aquella y conocía cómo captar la atención de un criado para que atendiera sus deseos. Athâir sabía que prefería liarse a palos en un callejón embarrado que lidiar con las serpientes de la corte y, por fortuna, acudía a la fiesta embutida en su armadura encantada, y no con un vestido, zapatos de tacón y corsé como se había temido que sucedería a primera hora de la mañana. 

—Usted busque un sitio para dejar a Señor Pinckels, en el que no aterrorice a los invitados ni a la servidumbre, señor Sauceviejo —le pidió Tassabra—, y yo me ocuparé de todo lo demás.

Tassabra envaró la espalda, echó atrás los hombros y levantó el mentón. De pronto, era otra Tassabra, no era la aguerrida Cazadora Imperial, ex capitana de la guardia y curtida en docenas de batallas y escaramuzas en su estancia el ejército, sino una auténtica dama cuyo ademán regio no quedaba deslucido bajo los veinte kilos de metal lleno de pintura de su armadura. Captó la atención de un criado con un gesto lánguido de la mano.

—Muchacho, soy Lady Tassabra Borvaldur, Cazadora Imperial. Llévame ante el Señor Getwright, pues hay un asunto de suma importancia que debo discutir con él, en persona.

Notas de juego

Elijo 10 en Saber (Nobleza y Realeza) para adquirir aires de noble. Total: 15.

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08/02/2020, 23:53
Ruru Sauceviejo

Miró con mala cara s Tassabra. Otra vez quería encerrar a Señor Pinckels. Se basaba en que si la paseaban por la fiesta iba a causar el terror entre los asistentes.  Podía ser, no decía que no, esos estúpidos humanos eran muy fácil de impresionar. Aunque debía reconocer,  que su osa causaba impresión.  Cuando uno la conocía se percataba de que nada tenías que temer,  salvo que estuviera realmente hambrienta,  pero eso no solía ser el caso.

¡Está bien, está bien!  - Exclamó aireado el enano. - Buscaré un lugar donde se pueda quedar. 

Allí se encontraban eso tipos que parecían ser guardias. Ruru no sabía si eran guardias de la casa, vigilantes enviados por el ejército, milicianos de alguna casa noble o qué puñetas eran,  pero lo que tenía claro era que se iban a encargar de su osa. Se acercó a ellos de forma disimulada, al menos todo lo disimulada que podía ser tratándose de un enano feo con un enorme oso y le entregó a Señor Pinckels.

¡Cuiden de ella hasta mi regreso!  -Les dijo. ¡Qiue no le falte ni agua!  - Concluyó.

Los dos guardias se miraron el uno al otro contrariados. ¿Dónde metían a ese animal?  La respuesta ers obvia, en lo establos. Como convencer a aquel ser de que debía quedarse encerrado en una celda hasta el retorno de su dueño, era algo que no sabían como hacer. Sin embargo,  ya ers tarde para  preguntar al druida,  pues habían tardado en reaccionar, posiblemente por el shock de ver a aquel monumental oso y Ruru se les había perdido  de vista. 

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10/02/2020, 16:31
Ekarion

A pesar de los años que llevaba en Akraleuka Ekarion no se acostumbraba a la necesidad de los humanos de ostentar sus riquezas y presumir de sus logros, sobre todo aquellos que implicaban aplastar a quienes consideraban sus inferiores. El distrito de los artistas era rico, y si bien allí no había recordatorios de batallas y masacres en cada esquina, las narices de sus habitantes solían apuntar a los cielos.

Si en el Row se sentía como en casa, en lugares como éste, y especialmente en situaciones como la presente, Ekarion sentía que tenía la soga al cuello y cada palabra podía significar su muerte. Sabía que no era así, que el hecho de pertenecer a la Torre le daba una autoridad implícita, que llegado el caso podía imponerse y que su palabra tendría peso. Lo malo era que la emergencia que potencialmente podía desatarse no era aparente, y advertirles a los nobles que su fiesta podía convertirse en masacre no resultaría fácil si le tocaba hacerlo.

Afortunadamente tenían a Tassabra, su experiencia como capitana y su pasado como noble resultarían útiles en esta arena y por tanto Ekarion se limitó a mantenerse ligeramente detrás de ella en claro apoyo subordinado.

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11/02/2020, 10:13
Narrador

En la puerta se acumulaban bastantes personas, en especial criados de los invitados. Los carruajes estaban más o menos colocados de forma ordenada, algunos se marchaban para volver más tarde, pero al menos una docena estaba ahí en caso de que su dueño decidiera volver antes a casa. Tassabra tardo un poco en diferenciar a los que eran sirvientes del Getwright y los que eran cocheros o lacayos de los otros. Por la cantidad de invitados, el tamaño de la casa y la cantidad de trajín de la puerta principal y los movimientos por los laterales, la Cazadora comprendió que aquella celebración era de alto nivel y la lista de asistentes bastante larga. No se parecía a una fiesta que podía dar la aristocracía, la nobleza tendía a estar más alejada y habituaba a preparar fiestas fastuosas en mansiones tres veces más grandes que aquella.

Ruru había dejado a Señor Pinckels a un par de calles de allí, atado con una cadena y dos soldados a su cargo. La osa había decidido echarse una siesta, así que por el momento, ni molestaría ni sería un problema en la ciudad. Ekarion permaneció en segundo plano, observando cómo los sirvientes esperaban y charlaban entre ellos. Algunos se habían sentado a jugar a los dados, otros fumaban, uno aprovechaba para sacar brillo a los blasones. La mayoría hablaba y al dragón le llegaban comentarios sobre una tal lady Tillanda y sus escarceos amorosos, algunos de los cuales lo hicieron enrojecer de más.

El muchacho al que Tassabra se dirigió se encargaba de abrir las puertas de los carruajes y ayudar a las damas a bajar. En cuanto ella se presentó, miró tras ella y se encontró con un enano y un dragón, vaciló unos segundos y luego pareció entender algo. Les abrió la puerta para que pasaran al vestíbulo. 

-El señor Getwright se encuentra en el salón, lady Borvaldur.

Cruzaron unas enormes puertas dobles de pulido roble oscuro para llegar a un amplio pasillo abovedado. Una gran escalera alfombrada se elevaba justo delante, flanqueada por dos grandes estatuas de caballeros, quizá demasiado grande para estar allí. El suelo era un mosaico de mármol que podía provocar vértigo si se miraba durante demasiado tiempo y en el techo había dibujado una serie de figuras aladas que se asemejaban a pequeños angelitos. En las paredes había cuadros que resprentaban escenas campestres y en lo alto de la escalera se alzaba un cuadro enorme que, sin duda alguna, se trataba de un retrato de Belfor Getwright.

A un lado del vestíbulo se alzaban otras puertas dobles tan altas como las de la entrada, que en ese momento estaban cerradas. Del interior se escuchaban voces y músicas. Un grupo de invitados vestidos de forma ostentosa y muy cara bajaba las escaleras conversando. A Ekarion le llegaron fragmentos de la charla, algo sobre pintura

-El color queda sin brillo.

-No queda sin brillo si elijes la tabla adecuada...

-La madera de Holfembur es la mejor...

-No me convenceréis de los inconvenientes del lienzo...

-¡La pintura se resquebraja!

-¿Y quiénes sois vosotros?

Se trataba de cuatro hombres y dos mujeres, vestidos con trajes de buena calidad, aunque con colores demasiado dispares para resultar elegantes. Eran jóvenes, bastante jóvenes quizá, para estar en una fiesta de semejante calibre, y parecían despreocupados y bastante bebidos. Quién había preguntado era una chica rubia, que se rio al verlos llegar. Un chico que estaba a su lado entornó los ojos para mirarles, ya había llegado al vestíbulo y caminó dos pasos hacia Tassabra, miró a Ruru, a Ekarion y a los cuatro soldados que lo acompañaban.

-¡Son los artistas de los que habló Belfor! -comentó otro de los chicos, que terminó de bajar las escaleras para contemplar a Tassabra como el que contempla a su artista favorito.

Los demás lo siguieron y enseguida rodearon al grupo para mirarles con más atención de lo que se podía considerar decoroso.

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11/02/2020, 13:47
Tassabra

Tassabra apenas prestó atención al joven grupo de pisaverdes, mirando en derredor mientras buscaba a Getwright por la sala, sin éxito.

—Muchacho, la próxima vez que confundas a un trío de Cazadores Imperiales con un grupo circense podrías terminar meando sangre durante una semana —le dijo como si hablara del tiempo, mirando a través de él—. ¿Habéis visto al Señor Getwright?

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11/02/2020, 17:27
Ruru Sauceviejo

No lo hagan mucho caso... - Susurró entonces el druida. - Todo el mundo puede cometer un error. Uno. - Se reafirmó en esa última palabra que dijo con tono autoritario. - Y ahora, si son ustedes tan amables de conducirnos ante el señor de la casa... - El enano les miró entonces de forma severa. No esperaba más chanzas, ni más tonterías. Ya había sido suficientemente amable por hoy y esperaba lo mismo de parte de esos personajillos guasones.

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16/02/2020, 00:26
Narrador

Se encontraban en el vestíbulo de la casa y allí solo estaban ellos y los jovencitos, que rieron ante las palabras de Tassabra y de Ruru.

-Vaya, si que son buenos...

-Esa armadura parece de verdad.

-¿Como has conseguido ese efecto de las escamas? -preguntó un chico a Ekarion señalando su cara.

-Lleva una túnica de la Torre -rio una de las chicas.

-Los galones son incréibles. Están muy logrados.

Desde luego iban demasiado bebidos como para darse cuenta de la situación. Una pareja bien vestida entró justo detrás ellos y se dirigieron a las puertas dobles altas que había a un lado. Del interior surgieron voces, música y conversaciones. Mientras las puertas permanecieron abiertas, el murmullo fue bajando, pero no demasiado. Una voz se pudo escuchar por encima de las demás.

-Silencio, silencio, por favor... -dijo la voz. No se oía demasiado bien desde donde se encontraban ellos. Además, el grupo de jóvenes seguía rodeándoles y mirándoles. Una chica se había agachado junto a Ruru para medir su altura-. Es un placer estar... tarde con todos vosotros y... lo estéis pasando bien... pintura que me gustaría enseñaros,... unas palabras...

Las puertas se cerraron.

-Oye, ¿después de la fiesta te gustaría salir a tomar algo? -le preguntó uno de los chicos a Tassabra, sonriendo de forma canalla-. Estás muy buena con esa armadura, ¿no te lo han dicho nunca? 

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16/02/2020, 09:23
Tassabra

Tassabra puso los ojos como platos cuando el anfitrión habló de mostrar el cuadro. ¿Sería uno de esos cuadros asesinos? No podían arriesgarse. Salió disparada como un ariete en forma de mujer, evitando derribar al muchacho que había elogiado su aspecto en armadura. El chico tenía gusto. 

¡Alto en nombre de los Cazadores Imperiales, no muestren ese cuadro! —Dijo precipitándose hacia donde había oído el discurso, dispuesta a abrir la puerta de una empujón con el hombro y repetir su advertencia.

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16/02/2020, 10:16
Narrador

Tassabra se dirigió hacia las puertas dobles, tanto los chicos como los sirvientes se quedaron paralizados ante la actitud de la Cazadora, salvo el muchacho que le estaba tirando los trastos. Corrió junto a Tassabra y se puso a su lado.

-¿Cómo te llamas? -le preguntó, entre fascinado y ansioso-. ¿Eres de por aquí?

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16/02/2020, 11:02
Ruru Sauceviejo

Parecía que era la primera vez que aquella muchacha, que por otra parte estaba de muy buen ver por otra parte aunque tuviera que tocarse con pinzas por lo borracha que iba, veía a un enano. Fuera como fuera, a Ruru le importaba poco o muy poco lo agraciada que fuera esa mujer. A él, los humanos o las humanas, le gustaban muy poco y menos los que eran tan impertinentes como aquella joven. Fuera como fuera, no estaban allí para confraternizar con nadie, sino para advertir de un peligro.

Fue entonces cuanto Tassabra salió corriendo como alma que trae al diablo y gritando palabras de alarma. Sin duda había hecho bien, pero posiblemente todos la mirasen como si estuviera perturbada. Sólo esperaba que aquel cuadro, en efecto fuera uno de aquellos artefactos mágicos y terriblemente peligrosos, porque de lo contrario, en efecto, aquella mujer quedaría marcada de por vida con el sobrenombre de "la loca de la fiesta".

Ruru no dijo nada más. Si Tassabra no lograba detener el destape del cuadro con aquel grito, él no iba a conseguir nada por mucho que elevase la voz. Lo que si que hizo Ruru, fue prepararse para lo peor, aunque lo cierto era que pocos conjuros disponibles le quedaban.

- Tiradas (1)
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16/02/2020, 12:29
Tassabra

Tassabra dedicó una sonrisa divertida al chico, pero luego lo ignoró y abrió las puertas. Allí adentro había un centenar de personas, por lo menos, y nadie parecía prestar atención a los recién llegados, sino al discurso que daba un hombre desde un estrado. Debía de ser Lord Getwright quien, por cierto, no parecía tener prisa por destapar el dichoso cuadro. De modo que Tassabra no tenía ninguna prisa por parecer "la loca de la fiesta", aunque le hubiera importado un ardite serlo. No hubiera podido dormir por la noche si supiera que hubiera podido salvar gente sólo gritando algo, por muy estúpida que le hiciera parecer.

—¡Apartáos ciudadanos! ¡Paso a los Cazadores Imperiales! —decía mientras se hacía paso entre la multitud, derecha al estrado.

¿Y si Lord Getwright fuera el asesino? ¿Y si había organizado esa fiesta precisamente para revelar uno de sus cuadros encantados y matar a toda aquella gente?

Tassabra se apresuró aún más, apartando a la gente a empellones.

- Tiradas (1)
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17/02/2020, 07:38
Narrador

Tassabra abrió la puerta, los demás la siguieron y accedieron a una sala abarratoda de gente, en plena celebración. Personas bien vestidas se mezclaban con artistas que hablaban de sus obras, compartían cotilleos o criticaban las pinturas que había expuestas en las paredes. 

Se trataba de un salón de baile exquisitamente decorado con muebles de roble pulido, tapices y delgados candelabros que proporcionaban un rico y cálido resplandor. Por toda la pared, un buen número de ventanas se elevaban hasta el altísimo techo. La mitad superior estaba decorada con vidrieras de colores con escenas de querubines, hadas y otras criaturas feéricas de ensueño, en contraste con la parte infrior, persianas de madera que en ese momento estaban abiertas para permitir que entrase el aire. Eso no impedía que el aroma del alcohol lo inundara todo. Cortinas carmesí con borlas doradas flanqueaban las ventanas y el techo era una espléndida pintura que narraba una historia desde el lado de la entrada y se desarrollaba hasta el fondo, que desde allí no se veía muy bien.

Tassabra intentó avanzar y apartó a los primeros invitados. Una mujer bien vestida la miró mal por empujarla, pero no había dado ni dos pasos cuando un hombre retrocedió haciendo aspavientos y chocó torpemente contra ella. Ruru avanzó y levantó la cabeza, un hueco entre la maraña de personas le permitió ver que al fondo del todo había un cuadro envuelto en papel, montado sobre un caballete, encima de un pequeño escenario. A su lado había un hombre delgado de mediana edad, con una copa en la mano, hablando sin parar. Nadie o casi nadie le prestaba atención, todos estaban más pendientes de beber, comer, hablar y criticar. A su lado, un grupo de juglares tocaba una melodía.

Notas de juego

El cuadro está en la X, a su lado está el señor que habla.

Tenéis 8 turnos para llegar hasta él. Moverse por el tablero marrón es terreno dificil, cada casilla equivale al doble de movimiento normal. Decidme por dónde avanzáis :3

Tassabra, tirada de Ref, CD 15. Si no la pasas, no puedes mover este turno.

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17/02/2020, 12:54
Tassabra

Tassabra trastabilló y estuvo a punto de caer cuando aquel hombre tropezó con ella. Parecía que iban a tardar eones incontables en atravesar ese gentío, de modo que cogió su silbato de su etapa en la guardia y sopló fuertemente, elevándose por encima de la música y las conversaciones. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Toco mi silbato de señales.

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17/02/2020, 13:35
Ruru Sauceviejo

Ruru metió la mano en una pequeña bolsa que portaba amarrada en su cinturón y la dejó caer sobre sus botas mientras recitaba unas palabras arcanas.

- Iom da tero por pli rapide moviĝi. - Formuló el conjuro entre susurros. 

Por desgracia no le quedaban transformaciones en halcón, así que, si quería moverse de forma más rápida a la habitual, tendría que ser recurriendo a otros métodos menos efectivos. Una vez dicho aquello trató de avanzar lo más rápido posible. Pensó en gritar, pero ebrios como estaban los asistentes y ante el desaforado volumen de sus gallináceas risotadas, sabía que sería inútil.

Notas de juego

Lanzo zancada prodigiosa. Me queda velocidad a 30', 15' por el terreno. Muevo a F5.

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17/02/2020, 14:09
Ekarion

Ekarion había estado aguantando las ganas de poner en su lugar a los jóvenes impertinentes que los habían tomado por un número de circo. Se contenía principalmente por dos razones, la primera, estaban allí con una misión concrea y era la de evitar mas muertes; la segunda, dudaba que en el estado en el que estaban los petimetrs pudieran hacer otra cosa que el ridículo.

Se molestó un poco más con el imbécil que intentaba ligar con Tassabra que con los idiotas que creían que lo suyo era un disfraz, pero la diplomacia con la que la Capitana manejó el asunto le sacó una sonrisa. Sólo esperaba no tener que sacar a los chicos de su error con respecto a él utilizando magia, si llegaban a eso sería porque habían llegado tarde.

Las palabras escuchadas por la puerta entreabierta le erizaron los pelos de la nuca, el tipo estaba a punto de liberar vaya uno a saber que en una sala llena de gente. Avanzaron rápidamente y entraron, Tassabra por delante, pero el pandemonio de la sale les impedía avanzar y Ekarion sabía que era urgente impedir que el cuadro fuera descubierto.

El dragón se paró entre sus compañeros y comenzó mover sus manos en intrincados patrones al tiempo que recitaba la fórmula en dracónico - Irthos Huarach, Thrae Miirik Arcaniss - su voz sonaba áspera y las palabras se iban enfocando el poder entre sus dedos, ante los cuales se formó un espacio negativo en el que parecía reflejarse el escenario y sus ocupantes desde ángulos imposibles. Para cuando terminó Ruru ya se había alejado y estaba fuera de su alcance.

- Te llevo con Getwright, Tass -  dijo al tiempo que tocaba el hombro de Tassabra e iniciaba un paso simbólico hacia el portal, guiñándole el ojo a último momento a los chicos borrachos. El paso se completó en la parte trasera de la tarima, quedando la capitana detrás del noble y él detrás del cuadro. 

Notas de juego

Paso de 5 pies hasta C7
Puerta dimensional: Tass en Q4, Ekarion en Q5

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17/02/2020, 16:04
Narrador

Tassabra mantuvo el equilibrio, pero aquel hombre la agarró por las piernas cuando llegó al suelo y la Cazadora no pudo mantenerse en pie, cayendo encima de aquel hombre. Resoplando furiosa, sacó el silbato y lo hizo sonar por encima de la algarabia del salón. Todas las cabezas se giraron hacia ella, que estaba en el suelo, con las piernas atrapadas en los brazos de un completo desconocido. Ekarion avazó hacia ella, le tocó el hombro tras pronunciar las palabras arcanas y desaparecieron de la vista de los presentes para reaparecer justo detrás de Getwright. El tipo que estaba abrazando las piernas de la Cazadora acabó abrazando al aire y un grito ahogado resonó por el salón.

-¡Sí que son buenos! -dijo el joven que estaba extremadamente interesado en Tassabra.

-¿A dónde han ido?

-¡Están allí!

Ruru comenzó a avanzar entre la gente alta. La aglomeración no parecía tal cuando empezó a caminar, enseguida acabó perdido entre piernas y faldas, el suelo estaba pegajoso y olía a alcohol. Una de las mujeres lanzó un grito cuando el enano pasó por su lado y se giró.

-Me ha tocado el trasero.

Pero Ruru siguió caminando sin detenerse, hasta que alguien se interpuso en su camino, tropezando con el enano.

-Oye, ¿y tú de dónde sales? -le preguntó uno de los invitados, claramente bebido, que se arrodilló justo delante de él y le derramó la bebida por la túnica-. Pero qué pequeño eres, jajajaja. Y hueles fatal. ¿Eres artista? Sí, seguro que eres uno de esos artistas que viven en la calle. ¿He visto alguna de tus obras? Pero oye, espera, que estámos hablando -lo agarró por la túnica cuando el enano siguió por su camino, pero no llegó agarrarlo con fuerza suficiente y se pudo escabullir.

Quién sí lo detuvo fue otro invitado que cayó encima de él porque no lo vio venir y se tropezó. Empezó a reírse, le rodeó el cuello con los brazos y trató de levantarse, frotándose contra él de forma exagerada.

-¿Tú también estás cariñoso? -le preguntó, con el aliento apestando a alcohol-. Eres muy guapa -le dijo con voz pastosa. 

Al otro lado del salón, Getwrigth seguía hablando sin, aparentemente, darse cuenta de que justo detrás de él habían aparecido tres personas nuevas: un dragón rojo con los ropajes de la Torre, una mujer armada hasta arriba que en ese momento estaba en el suelo y una mujer pelirroja que hizo equilibrio para no caerse por las escaleritas del escenario.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Ruru, tira persuasión (dif 15) o intimidar (dif 15); si fallas el invitado te retrasa un turno.

Tassabra y Ekarion están en el escenario, Tass está en el suelo.

Siguiente ronda. Actuad como si fuese un combate.